¿QUÉ?
Para Colom Argueta, la clase dominante que compartía el poder con el ejército, no era
homogénea en sus propios intereses. Mantenían una relación política coyuntural para
refrenar cualquier manifestación de descontento por parte de la población y que los
diferentes sectores que dominaban el gobierno, no estaban interesados en que la población
desposeída tuviera acceso a satisfactores vitales. Para ellos, sencillamente, eran la masa
que había que explotar. Todo esto, fue manifestado ampliamente por Manuel Colom
Argueta, ante las autoridades y cúpula de poder. Jamás bajó la cabeza. Siempre mantuvo
su verticalidad y es por ello que su recuerdo es interminable en la mente de miles de
ciudadanos que lo clamaron para presidente de este país.
Sus principios revolucionarios, la conciencia social adquirida con la lucha reivindicativa y su
inclaudicable postura lo convierten en el líder de las masas campesinas y trabajadoras y de
un amplio sector de profesionales con tendencia democrática, que plantearon la lucha por
medios legales para tener acceso a un espacio de participación dentro de un clima de paz
y democracia.
¿QUIÉN?
¿CÓMO?
La mañana del 22 de marzo, sale de su oficina en la 4ta avenida de la zona 9, sin imaginarse
que eran los últimos minutos de su vida. El comando seis de la policía y del Ejército tenían
preparado, desde temprano en la madrugada, un plan para asesinarlo. Lo acribillaron a
balazos a unos pasos del parque de la Industria. En los alrededores del lugar fueron vistos
el jefe de la Policía secreta y el de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Guatemala.
Hay quienes afirman que un helicóptero, al mando del general Barrios Cancinos, entonces
jefe del Estado Mayor de la Defensa, Dirigió el operativo desde el aire.
Testimonio de Carlos Alberto Duarte:
“Manuel había tenido dos intentos de asesinato muy seguidos. El primero, el 20 de febrero
durante la misa de aniversario de la muerte de El Chino Andrade; el segundo, el 15 de
marzo, cerca del Conservatorio, cuando Manuel fuera a recoger la notificación de
inscripción del Partido. Nosotros nos enteramos a tiempo y logramos que esquivara dichos
atentados. “
Testimonio de Américo Cifuentes Rivas:
“Sonó el timbre del teléfono de mi oficina a eso de las 9 horas y minutos. ¡La mirada
chispeante de los ojos muy abiertos de El Pato se clavó en los míos, alarmados, entonces
comprobé que el presentimiento en el ser humano existe! En el auricular la voz temblorosa
de un viejo amigo y compañero del FUR, licenciado Héctor René Ruano Barrientos, me dijo:
“Enfrente de mi ventana, en la 5ª. Calle y 3ª. Avenida, de la zona 9, donde estoy estudiando,
estoy viendo un pequeño carrito un tanto usado, con un piloto a quien le han rociado con
balas... pareciera que es nuestro querido amigo...” Y luego me preguntó: “...si querés voy a
ver de quien se trata...” Fue, volvió y dijo: “SI, es él...” Sólo con el timbre de mi voz y la
expresión de mi aterrada mirada, El Pato entendió que nos habíamos quedado sin Manuel
Colom Argueta.”
¿CUÁNDO?
Tenía apenas 11 años, cuando participó en las brigadas de niños y jóvenes que dirigieron
el trafico en la capital para la Revolución del 20 de Octubre de 1944. Desde entonces,
encamino su vida a un fin concreto: Prepararse para servir, y tal vez dirigir, un país
dominado hasta entonces por la bota militar.
Manuel Colom Argueta, fue asesinado el 22 de marzo de 1979, siete días después de haber
inscrito su partido, el Frente Unido Revolucionario (FUR).
¿DÓNDE?
- A los siete años de edad inicia sus estudios en el Liceo Infantil de Doña Julia
Monsanto
- Inicia su educación de secundaria (1945- 1949), en el Instituto Central para Varones
con la carrera de Bachillerato.
- Estando en el Central para Varones a la edad de quince años, inicia su militancia
política en el Frente Popular Libertadores en la rama juvenil.
- Ingresa a la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala
(1950), destacándose como estudiante, dirigente de la Asociación de Estudiantes
del Derecho y de la Asociación de Estudiantes Universitarios.
¿CUÁNTO?
Manuel Colom Argueta vivió 47 años; habiendo nacido el 8 de abril de 1932 y falleciendo el
22 de marzo de 1979 y aun su recuerdo pervive a pesar de tantos años de su muerte.
Ese es en términos generales el panorama del trabajo de Manuel durante su periodo como
alcalde de la Ciudad de Guatemala.
El primer plan de Manuel era preparar al órgano administrador de una nueva ciudad, porque
la municipalidad era un organismo de los viejos tiempos.
El segundo gran proyecto de la administración de Manuel fue sanear la ciudad en busca de
la higiene. Nadie había, ni ha hecho grandes colectores como los que hizo Manuel, un
trabajo inmenso, el problema es que no se ven esos kilómetros de kilómetros de obra
subterránea.
Luego la administración de Manuel atacó el problema del transporte, las vías. Manuel junto
a su equipo de planificación llegan a la determinación de unir la ciudad, se piensa en el
anillo periférico, una obra donde se cuenta con el financiamiento del Banco
Centroamericano de Integración Económica
Manuel le coloca al periférico el nombre de “Boulevard Adolfo Mijangos López”, el cual
estaba diseñado para continuar, es decir, solo se quedó la mitad porque eso no podía
hacerse en una sola administración, pero las demás administraciones por razones
ideológicas pararon la obra y la dejaron hasta donde Manuel llegó que por fortuna fue a la
universidad.
Después de esto viene el tema de los mercados, no solo los mejora y sanea, sino que
además crea nuevos mercados.
¿POR QUÉ?
Sus ideas lo llevan varias veces a la cárcel y al exilio. Al regresar de Italia en 1960, comienza
a denunciar la corrupción del gobierno del General Miguel Ydígoras Fuentes y se gana su
aversión personal. Lo arrestan la primera vez, acusado de esperar una goleta con armas
de Cuba y de complotar con Fidel Castro para preparar una revolución en Guatemala.
En 1962 vive prisión y destierro. Un fraude en las elecciones parlamentarias y descontento
generalizado hacen estallar protestas populares a principios del año. A Colom Argueta lo
destierran y lo envían a El Salvador junto a otros políticos, considerados instigadores.
Esa vez vuelve a los pocos días, pero no pasa mucho tiempo sin atacar el régimen. Un
juicio contra el subjefe de la Policía, conocido como Siete Litros, por la tortura del estudiante
Francisco Lemus, esto le vale otra estadía en la cárcel.