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critican-el-desajuste-entre-formacion-y-vida-laboral
Opciones
La mayoría de los jóvenes europeos que cursan estudios superiores cree que existe un importante desajuste
entre la formación que reciben y la vida laboral. Esta es una de las conclusiones más llamativas del informe que
presentó ayer la Fundación BBVA sobre los estudiantes universitarios de seis países europeos –Reino Unido,
Francia, Suecia, Alemania, Italia y España–, basado en una encuesta a 18.000 jóvenes, 3.000 por estado.
En este sentido, cabe destacar que la valoración de la preparación teórica y profesional ofrecida por las
universidades es muy diferente entre los jóvenes de los países encuestados. De hecho, la opinión de la mayoría
de los británicos es claramente positiva, ya que el 70% piensa que la universidad prepara adecuadamente a los
estudiantes para su futura vida profesional. Lo mismo considera el 50% de los estudiantes suecos y alemanes.
Sin embargo, la opinión de los jóvenes españoles, italianos y franceses es mucho más desfavorable. En España,
el 54% expresa que existe un claro desajuste entre formación y mercado laboral, frente al 40% que sostiene lo
contrario.
Teniendo en cuenta la rama de estudio, se observa que, en casi todos los países, los estudiantes de Ciencias
de la Salud y de carreras técnicas tienden a valorar más favorablemente la preparación profesional, mientras
que los de Ciencias Sociales y Humanidades tienden a acusar en mayor medida las carencias en este tipo de
formación.
Diferencias por carrera
En el caso de España, se dibuja una diferencia muy marcada en la valoración de esta dimensión según área de
conocimiento: mientras que más de la mitad de los estudiantes de Ciencias de la Salud cree que la universidad
española les prepara adecuadamente para la vida profesional, sólo un tercio de los que cursan estudios de
Ciencias Económicas y otras disciplinas sociales coinciden con esta idea.
La percepción de déficit de la formación es una tendencia recogida en las anteriores mediciones en España. El
porcentaje que percibe que la universidad española no prepara de manera eficaz a sus estudiantes para la vida
profesional se ha mantenido estable desde 2004 y ronda el 55%.
A pesar de la falta de adecuación entre los estudios y la futura vida profesional, los universitarios europeos son
optimistas respecto a la posibilidad de encontrar un trabajo afín a su formación una vez finalizados sus estudios
superiores, aunque, una vez más, las opiniones varían según los países. En una escala de 0 a 10, la media en
Suecia es de 8,4 y desciende hasta el 6,8 en España.
Estas perspectivas de futuro también se ven condicionadas por la rama de estudio, dado que cada segmento
tiene un mercado laboral diferente. De este modo, los universitarios que cursan Ciencias de la Salud se
muestran más optimistas que el resto, al tiempo que los de Humanidades tienden a ser más moderados sobre
sus expectativas laborales.
Por último, hay que tener en cuenta que un alto porcentaje de los estudiantes europeos se plantea seguir su
formación académica tras licenciarse, siendo esta opción muy significativa en España (38,2%), mientras que en
el resto predomina en mayor medida la opción de trabajar en exclusiva, como en Reino Unido en el que pretende
encontrar un empleo el 58%, frente a los 11,7% que afirma hacer las dos cosas al mismo tiempo.
El Estudio internacional sobre estudiantes universitarios presentado ayer también se centra en el Espacio
Europeo de Educación Superior (EEES), la implantación del conocido Proceso de Bolonia, que provoca
divergencias entre los estudiantes de la Unión Europea. Aunque algunos aspectos del EEES concitan un
acuerdo generalizado en todos los países (equiparación de títulos, promoción de la cooperación y movilidad y
adopción de un sistema común de créditos), la aprobación de un sistema basado en tres ciclos –grado, máster,
doctorado– divide las opiniones. Mientras que recibe el visto bueno en Suecia, Francia, Reino Unido e Italia, no
obtiene el apoyo mayoritario entre los estudiantes de Alemania ni de España.
Uno de los aspectos más interesantes del informe es qué conductas sociales objeto de controversia y
generalmente rechazadas por algunos credos religiosos son ampliamente aceptadas por los universitarios. Así,
el vivir en pareja sin casarse, el divorcio, ser padre o madre soltero, el matrimonio entre personas del mismo
sexo y la eutanasia son conductas aceptadas por estos jóvenes. Sin embargo, la adopción de un niño por parte
de parejas homosexuales y el aborto reciben un apoyo menor. Cabe resaltar que tanto Suecia como España
ocupan la parte más alta del mapa de tolerancia de todas estas conductas.
Hay diferencias importantes en la aceptación de las prácticas contrarias a la propiedad intelectual, como bajarse
música o película de Internet sin pagar, descargar software de la Red ilegalmente o instalar copias piratas de
programas. Todas estas prácticas se aceptan ampliamente en España, y de forma más atenuada en Suecia,
Italia y Francia, mientras que en Reino Unido y Alemania predomina el rechazo o la división de opiniones.
No obstante, la amplia mayoría de los estudiantes universitarios en todos los países examinados considera
intolerable copiar material de Internet sin citar la fuente, copiar en un examen de la universidad y utilizar trabajos
de otras personas como si fueran propios.
Fuente: http://www.expansion.com/
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La Educación Digital
Andrés Núñez Alvarez
Por educación digital entendemos la educación presencial y a distancia que hace uso de tecnologías
digitales y que tiene como objetivo la adquisición de competencias y habilidades para aprender a
aprender, tanto de profesores como de estudiantes, en un proceso de formación permanente.
Estas características nos han llevado a separar las metodologías de educación presencial de las
metodologías de educación a distancia. Sin embargo, la característica esencial de aislamiento y
separación entre el profesor y el estudiante tiende a desaparecer, cada vez más rápidamente, con
el uso de tecnologías de educación digital. Hoy en día un estudiante puede estar registrado
simultáneamente en cursos "a distancia" y en cursos presenciales dentro de una misma institución
educativa. De esta manera desaparecen tanto el factor de dispersión geográfica come el de
comunicación no presencial.
En la era del conocimiento la educación digital nos obliga a dejar atrás el modelo industrial de
educación (cuadro 1) que ha caracterizado a los sistemas educativos en los últimos 100 años y nos
invita a analizar la educación presencial desde un nuevo paradigma, en donde el profesor deja de
ser el dueño y transmisor del conocimiento, para convertirse en guía y facilitador del proceso de
aprendizaje de sus alumnos. Esta nueva función del profesor es válida tanto dentro del aula de
clase de forma presencial, como a través del uso de tecnologías digitales.
La unión de esfuerzos en este sentido permitirá a los educadores del todo el mundo reunificarse en
torno a la educación digital para cumplir a cabalidad los retos de la era del conocimiento, en donde
por fin se dejará atrás un modelo industrial de educación que ya no tiene sentido y se dará paso a
un modelo fundamentado en nuevos paradigmas...
La educación digital representa una oportunidad histórica para aumentar la cobertura educativa y
la productividad de las naciones. Para lograr estos objetivos los gobiernos deben desarrollar
políticas gubernamentales que permitan llevar los beneficios de la educación digital a todos los
ciudadanos y poner el potencial de innovación de las nuevas tecnologías al servicio de estrategias
de aprendizaje autónomo.
Estos descubrimientos tienen un gran impacto sobre el futuro de la educación porque nos
demuestran que el modelo industrial de educación cohíbe y restringe el desarrollo de los jóvenes
en edad escolar. En la era del conocimiento es indispensable promover la creatividad, la
innovación, y la experimentación en un proceso colaborativo que utilice las tecnologías digitales
eficientemente para lograr el objetivo de aprender a aprender.
La educación escolar se ha convertido en uno de los temas de mayor debate político y social en los
últimos años a nivel global. Todas las campañas políticas y los programas de gobierno reconocen
que es necesario educar a nuestros jóvenes para poder formar de la mejor manera posible al
ciudadano del mañana. Pero muy pocas acciones concretas se llevan a cabo para educar a los
jóvenes en las habilidades y competencias que les permitan ser exitosos en la sociedad del
conocimiento.
En los próximos años los colegios tendrán la necesidad de formar a sus alumnos en las competencias
específicas de la era de conocimiento. Los padres de familia conscientes de la importancia del
factor tecnológico para el mundo laboral, influirán en los colegios para que incluyan en su
presupuesto la distribución de clases de manera digital. De esta forma los alumnos podrán llegar
mejor preparados a las universidades y al mercado laboral.
La aplicación del sistema de educación digital en colegios permitirá involucrar a los jóvenes en
procesos de aprendizaje acordes con los paradigmas educativos del siglo XXI. De esta manera, el
estudiante ya no se conformará con lo obtenido en la clase presencial, sino que podrá ampliar su
horizonte y se convertirá en un autodidacta por excelencia pues podrá crear conciencia de la
responsabilidad de su propio aprendizaje.
La aplicación de educación digital en universidades permite que los estudiantes, desde cualquier
lugar y en el momento adecuado, reciban atención personalizada, se relacionen con sus
compañeros, sus tutores y consultores, accedan a diferentes servicios, formen conferencias
digitales de trabajo o de debate, y tengan la oportunidad de entrar en contacto con la amplia
comunidad universitaria, científica y cultural de todo el mundo.
Cada día son más frecuentes las actividades digitales de estudio y trabajo que están influenciando
el contexto laboral y académico. Incorporarlo como herramienta para su uso habitual es una forma
ideal de formar a los estudiantes para que conozcan y usen estas herramientas y puedan integrarse
en mejores condiciones al mercado laboral.
Hoy en día una persona cambia de actividad profesional cada 7 años lo cual implica un proceso de
capacitación permanente. Adicionalmente la era del conocimiento obliga a los profesionales a
actualizarse constantemente para permanecer competitivos en el mercado laboral.
La educación digital ofrece a los particulares la posibilidad de tener acceso a todo tipo de
conocimiento en cualquier momento y en cualquier lugar. Ahora que el MIT (Instituto Tecnológico
de Massachusetts) ha puesto sus cursos a disposición de la sociedad gratuitamente, no es difícil
imaginar un futuro en el que el conocimiento estará al alcance del que tenga la habilidad de realizar
procesos de aprendizaje autónomo con el apoyo de herramientas tecnológicas y de tutores que
guiarán el aprendizaje a través de interacciones digitales.
***
Sobre el autor:
Nos interesa destacar de esta definición el concepto de “impartición” de formación, tarea que
normalmente recae en el formador. Una aproximación más actual, más matizada al e-learning nos
la ofrecen Cabero y Castaño, quienes subrayan la posibilidad de afrontar de esta manera “todas las
acciones formativas que se realicen”, lo que nos sitúa en un espacio más amplio. La definición que
ofrecen estos autores es la siguiente:
En un sentido estricto, podríamos decir que consiste en la utilización de la web como medio
y recurso para la realización de actividades formativas; es decir, implica todas las acciones
formativas que se realizan apoyándose en las nuevas tecnologías de la información y
comunicación (videoconferencia, multimedia,…) fundamentalmente en Internet, y en sus
herramientas de comunicación sincrónicas y asincrónicas, procurando con ello alcanzar un
entorno flexible para la interacción del alumno con la información, y la participación en la
acción educativa (Cabero y Castaño, 2005)
La segunda de las debilidades del planteamiento anterior, es que la mayoría de la gente concibe
el e-learning sólo como un curso formal, y no como una herramienta y una actitud hacia la
formación permanente y para la gestión del propio conocimiento.
Como afirma Jane Knight (fundadora del “e-learning center”) en un podcast que reproduce una
entrevista concedida a la consultora Kineo, acerca de las nuevas tendencias de la Teleformación:
“e-learning es también comunicación, colaboración entre estudiantes, compartir conocimiento y
experiencias […] la gente piensa en elearning como cursos formales y todas estas posibilidades son
algo más. E-learning no es ya la expresión adecuada […] tiene más que ver con el e-trabajador y
con el apoyo al rendimiento”.
Estas posibilidades tienen que ver con el desarrollo de herramientas gratuitas para el e-learning,
nuevas actitudes hacia la Web y nuevas tendencias en la concepción del aprendizaje.
Recientemente, Richard Straub (2006), indicaba que el trabajador del conocimiento del siglo XXI
ya no puede basarse en la forma de aprender del siglo XX y épocas anteriores:
Con el desarrollo de soluciones e-learning hubo quien creyó que se había descubierto la panacea,
que la tecnología por sí misma transformaría la enseñanza y el aprendizaje. Pero como indica
Straub (2006) la tecnología no es la respuesta, sino simplemente un facilitador:
Un sistema de aprendizaje incluye varios elementos clave y factores de éxito que deben estar
presentes para facilitar el aprendizaje y apoyarlo de forma efectiva. Estos elementos
incluyen la pedagogía, un diseño de aprendizaje, entornos de aprendizaje en colaboración
centrados en el usuario, así como factores sociales y culturales. Sin esta visión holística de
los sistemas de aprendizaje, no se aprovechará todo el potencial de la tecnología.
Cabe extraerse como conclusión que en el actual universo de cambios constantes e innovación, la
innovación en el aprendizaje resulta esencial. Esta innovación debe dar lugar a nuevos modelos
pedagógicos, nuevos entornos virtuales de colaboración con contenido digital accesible que se
pueda compartir e intercambiar. Esto nos conducirá hacia una verdadera cultura del aprendizaje a
lo largo de la vida (Life Long Learning), donde converjan la efectividad del aprendizaje, la
productividad profesional y, también, el propio desarrollo personal
(http://weblearner.info/blog/index.php?blog=2&cat=41),
Como nos recuerda el profesor Varis (2005), la mayor parte de definiciones actuales describen la
alfabetización en términos relativos y no absolutos, considerando que no existe un nivel único de
competencias o conocimiento que califique a una persona como alfabetizada, sino más bien
múltiples niveles y tipos de alfabetización.
También la alfabetización mediática es multidimensional. Glister (1997; citado por Varis, 2005)
define la alfabetización digital como la capacidad para comprender y utilizar información en
formatos múltiples a partir de una amplia gama de fuentes cuando se presenta por medio de
ordenadores.
Las nuevas formas de alfabetización para el Siglo XXI subrayan las competencias para utilizar la
información y el conocimiento. Y atendiendo al carácter multidimensional de la alfabetización, el
propio Varis propone que los profesores, estudiantes, trabajadores y ciudadanos deben incorporar
desde ahora los siguientes elementos para desarrollar sus conocimientos y capacidad de
razonamiento crítico:
Alfabetización tecnológica: la capacidad de utilizar nuevos medios, como Internet, para acceder
a la información y comunicarla eficazmente.
Alfabetización en información: la capacidad de recopilar, organizar y evaluar la información y
formarse opiniones válidas basadas en los resultados.
Creatividad trabajando con los medios: la capacidad, cada vez mayor, de los ciudadanos de
producir y distribuir, donde quiera que se encuentren, contenidos para audiencias de todos los
tamaños.
Alfabetización global: consiste en comprender la interdependencia entre las personas y los países
y tener la capacidad de interactuar y colaborar eficazmente a través de las culturas.
Los retos que esta definición múltiple de alfabetización plantea a la educación son de gran
envergadura. Porque, hasta ahora, la mayoría de los estándares de formación en TICs que hemos
venido utilizando, no llevan al sujeto a reflexionar sobre cómo trabajar con información, cómo
manipularla y cómo reconstruirla a través de aplicación de tecnologías informáticas. O, en palabras
de Tapio Varis (2005), no son capaces de resolver una ecuación cuyos términos son: qué tipo de
información se necesita, dónde obtenerla y cómo transformarla en conocimiento, presentarla y
gestionarla.
Sin embargo, parece que nos encontramos lejos de este ideal de transformación de la información
en conocimiento. Arlette Delhaxhe, subdirectora de la unidad Eurydice de la Unión Europea,
analizando los datos provenientes del estudio denominado “Cifras clave de las tecnologías de la
información y la comunicación en los centros escolares de Europa,” (Eurydice, 2004), concluye en
una entrevista realizada a David Segarra (2004) que “los jóvenes utilizan las tecnologías de la
información y la comunicación en los centros escolares fundamentalmente para escribir y para
buscar información”.
Este nuevo paso en la configuración de un marco teórico que dé cobertura a esta propuesta necesita
del desarrollo y generalización de nuevas herramientas destinadas tanto a la creación de contenidos
como a la gestión del propio conocimiento de los usuarios. En este sentido, el desarrollo de Internet
conocido como Web 2.0, que se viene dibujando paulatinamente en la comunidad de Internet en
los últimos años, está potenciando una nueva manera de interactuar en la Red: desarrollando
nuevas herramientas de edición en Internet, impulsando la dimensión social de la Red; potenciando
la arquitectura de la participación; y orientada a la interacción y redes sociales.
Sería conveniente organizar el proceso a través del cual los sujetos pudieran intervenir en la
construcción de conocimientos tanto a nivel individual como de grupos de usuarios, así como
impulsar el desarrollo de servicios basados en la web para el acceso a estos conocimientos
reutilizables, servicios web que deben ser libres y accesibles, y basados en una interfaz de sencillo
manejo.
La formación en TICs que hemos recibido la mayoría de nosotros nos considera meros receptores
pasivos de información a través de la Red, reproduciendo un modelo de enseñanza basado en la
jerarquía del conocimiento y en el rol del usuario como consumidor de información. Los nuevos
entornos de aprendizaje y los desarrollos recientes de Internet precisan de una implicación activa
del sujeto en el proceso de construcción de su propio conocimiento.
Con estas premisas, parece evidente que los sistemas informáticos basados en tecnologías de
creación de redes semánticas, participación online y que sean simples de utilizar y tengan
usabilidad, son los que van a adquirir preponderancia en el futuro. Si además estos sistemas
informáticos son abiertos y se desarrollan con el sistema de trabajo del software libre, tanto mejor.
Así, las bitácoras y los wikis, utilizadas como herramientas para construir el propio conocimiento,
tanto individual como de manera colectiva a través de redes de aprendizaje, están ya ocupando un
espacio importante en esta manera de entender la educación (Castaño y Palacio, 2005; Palacio y
Castaño, 2005).
http://pegece6.blogspot.cl/2009/01/la-educacin-digital.html