“13. Por otro lado, respecto al derecho a ofrecer y producir pruebas resulta
indispensable señalar que dicho derecho mantiene directa relación con los principios del
derecho administrativo denominados impulso de oficio y verdad material, regulados en la
Ley del Procedimiento Administrativo General, y en virtud de los cuales en el marco de un
procedimiento administrativo la actividad probatoria no es exclusiva de los administrados
que son parte del procedimiento, sino que vincula también a la administración, pudiendo
afirmarse que es esta última quien tiene la carga de la prueba.
En la medida en que la Ley Nº 27444 ha establecido como parte del contenido del debido
procedimiento el derecho a ofrecer y producir pruebas, debe señalarse que su contenido es el
siguiente:
– Derecho a que toda prueba razonablemente propuesta sea producida en el ámbito del
procedimiento.
– Derecho a que la producción de la prueba sea efectuada antes que se adopte decisión
alguna sobre el fondo de la cuestión.
– Derecho a controlar la producción de la prueba hecha por la administración.
– Derecho a que se apliquen los principios de carga de la prueba específicos para el ámbito del
procedimiento administrativo.”
“El artículo 6 de la Ley N° 27444, Ley del procedimiento administrativo general, señala:
Artículo 6.- Motivación del acto administrativo
6.1. La motivación debe ser expresa, mediante una relación concreta y directa de los hechos
probados relevantes del caso específico, y la exposición de las razones jurídicas y normativas
que con referencia directa a los anteriores justifican el acto adoptado”.
“10. Se advierte entonces que el principio del debido procedimiento, en realidad configura no
sólo un principio inherente a todo procedimiento administrativo, sino que se trata de un derecho
de los administrados que engloba a su vez hasta tres derechos, los cuales se individualizan de
la siguiente forma:
(i) Derecho a exponer sus argumentos.
(ii) Derecho a ofrecer y producir pruebas.
(iii) Derecho a obtener una decisión motivada y fundada en derecho.”
Conviene resaltar que las partes deben ofrecer argumentos claros, relevantes,
sólidos y sopesar los argumentos de su contraparte. El deber de motivar una
determinada posición no solo le corresponde a la autoridad, sino es de todos
aquellos que participan en el procedimiento. Si alguien sostiene una
determinada postura, ésta debe proporcionar alguna razón que apoye su
posición. En caso no lo hagan, la autoridad está en la obligación de hacérselo
notar. Igualmente, las partes pueden cuestionar la decisión de la autoridad por
falta de motivación o justificación.
Como puede apreciarse, hay una norma que establece que, los docentes son
pasibles de cese temporal en el cargo, si transgreden ya sea por acción u
omisión, los principios, deberes, obligaciones y prohibiciones en el ejercicio de
su función. Pero en el presente caso concreto se verifica que la suscrita
no ha cometido los hechos citados, los dichos por los denunciantes no
son ciertos; por lo tanto, la suscrita no debe ser investigada,
consiguientemente ni sancionada.
Por ende, para la motivación externa, no basta con que la conclusión se derive
de las premisas, sino que hay que justificar la corrección y verdad del contenido
de dichas premisas.
El párrafo 184.1 del artículo 184 de la LPAG establece quien tiene la carga de
producir la prueba; en este caso, el proponente de la prueba. Si aquel no
concurriera, la autoridad podría prescindir de su testimonio. Sin perjuicio de
ello, si la prueba es trascendental para la acreditación de un determinado
hecho, la autoridad debería requerir al testigo que se presente al procedimiento
y agotar todas las medidas necesarias para que se presente. Si la búsqueda
de la verdad es un principio que guía al procedimiento administrativo, entonces
la autoridad debe utilizar todas las herramientas que tenga a su alcance para
lograr ese objetivo.
Como puede apreciarse los denunciantes debieron narrar muy claramente los
hachos, precisar el tiempo y el lugar, las circunstancias donde ocurrieron los
hechos, una serie de afirmaciones tan general, sin sustento legal e instrumental
no es una denuncia en forma y fondo.
Por su parte, la Corte IDH señala que si no se permite a una persona acceder a
la información contenida en el expediente se le restringe su derecho de
defensa, tal como se advierte de la siguiente cita:
“Lo antedicho produjo la consiguiente restricción del derecho de defensa de los magistrados
para presentar los descargos correspondientes a las imputaciones que se presentaban en su
contra. Por una parte, los inculpados no tuvieron conocimiento oportuno y completo de los
cargos que se les hacían y se les limitó el acceso al acervo probatorio. El plazo otorgado para
ejercer su defensa fue extremadamente corto, considerando la necesidad del examen de la
causa y la revisión del acervo probatorio a que tiene derecho cualquier imputado…”
Como se aprecia, la garantía en comentario faculta al administrado a acceder,
en cualquier momento, a los antecedentes, estudios, informes, dictámenes o
cualquier otra documentación contenida en el expediente administrativo. Esto
con la finalidad de que cuente con información relevante para ejercer
adecuadamente su derecho de defensa.
“…la Corte considera que del artículo 8.1 de la Convención no se desprende que el derecho a
ser oído debe necesariamente ejercerse de manera oral en todo procedimiento. Lo anterior no
obstaría para que la Corte considere que la oralidad es una de las “debidas garantías” que el
Estado debe ofrecer a los justiciables en cierto tipo de procesos. Sin embargo, el representante
no ha presentado argumentos que justifiquen por qué es necesaria la oralidad, como garantía
del debido proceso, en el procedimiento disciplinario ante la CFRSJ o en las distintas instancias
recursivas.” 1
1
Corte IDH. Caso Apitz Barbera y otros vs. Venezuela. Excepción preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia del 5 de agosto de 2008, párr. 75.
Por lo expuesto, el derecho en comentario implica que los administrados
cuenten con el tiempo y medios adecuados para preparar su defensa y que, en
ciertas ocasiones, puedan ejercerla de forma oral.
Desde el punto de vista del Minedu: “El Buen Trato a los niños, niñas y
adolescentes es el resultado del respeto a sus derechos, es la experiencia de
una forma de relación que nos produce una sensación de bienestar y nos
ayuda a desarrollarnos y ser mejores personas”.2 También lo da la siguiente
conceptualización: “Buen trato.- Entendido como la interacción del o la
2
Guía para la Promoción del Bue Trato, Prevención y Denuncia del Abuso Sexual, Minedu, p. 10.
estudiante con el personal directivo, jerárquico, docente y/o administrativo que
permita el reconocimiento y respeto mutuo”.3
SOBRE EL PRIMER CARGO: “Usted, durante el año 2017 habría ejercido presuntos
actos de trato inadecuado contra la menor de iniciales G.L.A.S (09) al gritarle y decirle que se
equivoca cuando pega mal las copias en las tareas, además de no darle permiso cuando
quería ir al baño, tampoco la habría dejado salir al recreo, ni dejar que tome su lonchera y; que
en una ocasión le habría dicho iba a repetir de año sino aprendía ocasionando que la menor no
quiera ir al colegio por estar asustada;”
Enseñarle a una estudiante, que haga correctamente sus tareas, en este caso
que pegue sus copias ¿es un trato inadecuado?, me parece que no, más bien
es un trato adecuado, que la estudiante diga que le he gritado, es totalmente
falso, por que como docente, me desenvuelvo dentro de una esfera de un trato
adecuado, con mis estudiantes. Esto queda demostrado con las declaraciones
juradas de las madres de familia, y con los dibujos de las estudiantes donde me
dicen que me tiene afecto suceda lo que suceda.
3
Directiva Nº 019-2012-MINEDU/VMGI-OET “Lineamientos para la prevención y protección de las y los
estudiantes contra la violencia ejercida por personal de las Instituciones educativas”
Sobre que iba a repetir de año, como lo voy a decir as una extruidamente esa
frase, si recién estábamos, empezando el año escolar, en ningún momento le
he manifestado eso a la estudiante.
SOBRE EL SEGUNDO CARGO: “De igual, Usted modo habría ejercido trato
inadecuado contra las demás menores estudiantes del 2do grado "D“- turno tarde al
manifestarles que "que no la toquen, que no se le acerquen" empieza a gritarlos diciéndoles:
“siéntese”, “no hagan bulla”, y además no los dejaba salir al baño”.
De acuerdo con la doctrina, “se entiende por valor probatorio del documento, la fuerza o el
mérito de los argumentos o las razones de prueba que en el encuentra el juez para la
formación de su convencimiento”, siendo que el juzgador valora la prueba utilizando su
apreciación razonada.
Si bien las declaraciones de las madres de familia y los niños otorgan un indicio respecto
de los cargos imputados a la suscrita, para generar convicción dicho documento debe
estar acompañado de otros medios de prueba, que valorados conjuntamente, permitan
acreditar presunto trato inadecuado; sin embargo, en el expediente no obran pruebas
adicionales respecto a dicha situación.
Por lo tanto, las declaraciones de las madres de familia y los niños resulta insuficiente
para acreditar los hechos denunciados. En efecto, las afirmaciones consignadas en la
resultan cuestionables en la medida que no se identifican los meses, los días, las horas,
en que supuestamente los hechos ocurrieron, es necesario que ello se corrobore con otras
pruebas en el caso.
6.- Desde que llegue al I.E. he sido hostilizada sistemática y permanente por la
administración de la I.E, hasta que tuve que enviarle una carta notarial para
que dejen de hostilizarme.
7.- Esta denuncia ha sido preparada, tanto por la administración de la I.E, y las
madres de familia, y de esto sabia una de la niñas, porque su madre es una
de las denunciantes, por eso en su dibujo dice “LE QUEREMOS
PROFESORA PASE LO QUE PASE”
MEDIOS PROBATORIOS:
POR LO EXPUESTO:
PRIMER OTROSÍ DIGO: Que, facultado por artículo N° 101, del D. S Nº 004-
2013-ED, Reglamento de la Ley de Reforma Magisterial, solicito autorización
para hacer mi informe oral de los cargos que se me imputan y me señalen
la fecha y hora correspondiente.