América Latina ha pasado por una serie de cambios económicos, sociales y políticos de largo alcance desde
finales del siglo XIX. Las economías nacionales se han integrado en el sistema global centrado en Europa y
Estados Unidos, han cambiado los agrupamientos y las relaciones sociales, las ciudades han florecido, y la
política ha sido testigo de reformas y trastornos, y a veces de estancamiento. Estas variaciones han llevado a
una gran diversidad de experiencias nacionales. América Latina contemporánea, debe situársela en el
contexto de la expansión económica global, comenzando con la conquista del siglo XVI. Dentro de este
sistema, ha ocupado una posición subordinada o dependiente y ha seguido unos caminos económicos
moldeados en gran medida por las potencias industriales europeas y estadounidenses. Estos desarrollos
económicos han originado transformaciones en el orden social y la estructura de la clase, que, a su vez, han
afectado de forma crucial los cambios políticos. Por ello, comenzamos con un conjunto de relaciones causales
simplificadas: los cambios económicos producen cambios sociales que proporcionan el contexto para el
cambio político.