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Una visión de la teoría y una crítica radical en la arquitectura.

Autor: Erick Lorenzo López Domínguez


Fecha: Martes 07 de Marzo del 2017
En primer instancia se realiza un análisis sobre cómo se desarrollaron la arquitectura, la sociedad
y la economía en el capitalismo tardío, donde el Arq. Alan Colquhoun realiza un escrito en el cual
hace mención de como el capitalismo y la industrialización había conllevado un progreso sin
precedentes y esto al mismo tiempo provoco una desestabilización en las relaciones sociales
tradicionales. Los arquitectos progresistas creyeron que el cambio en el estilo provocaría un
cambio en la sociedad en su conjunto, la vaga creencia de una arquitectura y una sociedad
reformada que estuvieran interconectados fue el principal motor del movimiento moderno. Por un
lado se aceptó la modernidad técnica, creyendo que la arquitectura tenía que adaptarse al cambio
tecnológico y así mismo revolucionar sus principios estéticos y por otro lado rechazaban el
proceso de desestabilización social y cultural resultante del capitalismo industrial. Se menciona
como el arte tuvo una separación continua con respecto a los códigos socialmente válidos. De
acuerdo a otro movimiento existente en la época, la perdida de los valores artísticos se debió a
la producción industrial. Este fenómeno que desafió la idea de la autonomía del arte causo una
cara opuesta a este, donde las artes estaban totalmente integradas en la vida social. El Arts and
Crafts de William Morris y el Art Nouveau intentaron revivir el artesanado, posteriormente la
Deutscher Werbund liderado por Hermann Muthesius y Peter Behrens, se percataron de que la
arquitectura y las artes aplicadas se movían en dirección hacia la mecanización y la producción
masiva, por ello las artes útiles del futuro tendrían que ser simples y objetivas (Sachlich), por lo
tanto el valor estético no se encontraría en la artesanía, si no en la forma (Gestalt), con esto el
arquitecto se convierte en un artista intelectual. Para Muthesius, el culpable del declive
catastrófico de la calidad artística en los objetos se debe al mercado descontrolado del
capitalismo durante el siglo XIX. Las aspiraciones del movimiento moderno de unificar la cultura
moderna se caracterizaban por un lado por una crítica al capitalismo y por otro lado por el deseo
de promocionar el desarrollo tecnológico. El deseo de formar una cultura orgánica unificada se
basó en una falsa analogía histórica donde los reformistas del siglo XIX, siguiendo los principios
historicistas, hicieron un llamamiento a favor de la creación de un estilo unificado de la época,
como había sucedió en los periodos anteriores. Pero estos fueron periodos anteriores a los
enormes cambios económicos y sociales resultantes primero de la revolución industrial y después
del capitalismo tardío. El deseo de volver a una cultura armónica se basaba en tener señales
visibles de orden y unidad. El Arquitecto Alan Colquhoun menciona que una sociedad moderna
debería de abandonar cualquier señal de estas, es posible conceptualizar a la economía cultural

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moderna como un sistema en el que la estructura de la sociedad y sus formas sociales consisten
en una red multicentro y multinivel, y no en una estructura centralizada y definida. Con esto puedo
decir que la idea de una cultura armónica unificada no es el camino al menos de las sociedades
futuras y tampoco del presente; “se trata de conceptualizar la naturaleza sin precedentes del
mundo cultural actual, del cual la arquitectura forma parte”, palabras muy acertadas del
Colquhoun, donde nos alienta a la multiculturalidad y sobre todo nos hace reflexionar acerca de
los cambios que puede tener la sociedad para progresar y desarrollar un pensamiento analítico
que pueda satisfacer las dudas. Dejando al capitalismo y sus repercusiones en la arquitectura y
sociedad, pasamos a un escrito del Arq. Josep Maria Montaner donde nos redacta el surgimiento
de una transformación a comienzos del siglo XX, dicha transformación dio paso a las vanguardias
y a la consolidación del movimiento moderno. Este cambio generó una propia interpretación y
construcción historiográfica, el cual a finales de la década de los 60’s y principios de los 70’s entro
en crisis y produjo una renovación en los conceptos básicos de la historia y la teoría de la
arquitectura moderna. La historiografía de la arquitectura moderna fue construida por autores
como Sigfried Giedion, Nikolaus Pevsner, Walter Kurt Behrendt y Reyner Banham, quienes
enfatizaron la vertiente evolutiva de las vanguardias. Tanto las certezas de estos autores como
la construcción de la historiografía que realizaron sus exegetas, se basaron en una interpretación
determinista y maniquea, de acuerdo a esta interpretación moderna, se puede mencionar tres
periodos históricos: las arquitecturas monumentales del pasado en Egipto, Grecia, Roma; el silgo
XIX con su eclecticismo, decorativismo y proliferación de estilos; y por último la arquitectura
moderna que aportaría el esplendor que el siglo XX requería. El concepto historicista del Zeitgeist
o voluntad de la época, es utilizada para justificar una afirmación antihistórica hecha en falso:
“construir una propia genealogía moderna a costa de negar los precedentes históricos, apropiarse
de la legitimación que aporta el sentido de la historia negándolo al mismo tiempo”. Se consideran
a 5 autores: Manfredo Tafuri, Colin Rowe, Roy Landau, Alan Colquhoun e Ignasi de Sola-Morales,
quienes son emblemáticos en el esfuerzo disciplinar para interpretar críticamente los conceptos
de las construcciones históricas y los criterios interpretativos de la crítica. Tafuri entroncaba con
una crítica radical que situaba la voluntad de desenmascarar cualquier construcción ideológica
del sistema productivo, en donde Colin Rowe a diferencia de este, partía de una posición
contrapuesta; el liberalismo de Karl Popper y sus cuestionamientos de las grandes
interpretaciones. Con el funcionalismo analítico Colin, dio inicio a un método hábil para analizar
estructuras plásticas, espaciales, compositivas y constructivas internas de las obras arquitectura.
Siguiendo el tema de una nueva critica, Colquhoun desarrollo un método basado en la
complementariedad entre las interpretaciones sincrónicas de la lingüística y el estructuralismo y

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las interpretaciones diacrónicas que entienden, que es la evolución de los conceptos, la forma y
los signos la que otorgan sentido. En cuanto a Ignasi, su construcción teórica partía de la voluntad
de problematizar las concepciones convencionales de la historia y la crítica de la arquitectura,
forma que lo caracterizaba, ya que buscaba un razonamiento más profundo donde pudiera haber
distintos pensares. Por último Landau quien construyo un nuevo pensamiento arquitectónico,
reelaboró conceptos operativos para la crítica de la arquitectura. Con esto en la situación
contemporánea, las críticas mencionadas de cada autor fueron bases para una nueva teoría,
donde se debe ser capaz de equidistar de cada una de estas posiciones, manteniendo el espíritu
crítico de Tafuri, pero de igual manera ser capaces de entrar a fondo en el análisis de las formas
de las obras con el razonamiento de Colin; desconfiar de las grandes interpretaciones,
discrepando intelectualmente, como lo hacía Ignasi y al mismo tiempo buscar la certeza temporal
y transitoria en la redefinición de conceptos críticos de análisis, como lo hizo Landau y Colquhoun.
Dejando atrás la teoría, pasamos ala crítica radical y utópica, donde a partir de 1950, surgieron
grupos de artistas radicales que crearon diversas estéticas de la acción, entre estos grupos
surgieron los situacionistas, el cual tomaba su nombre de la voluntad de construir nuevas
situaciones. La crítica radical ha tenido que ver con la recuperación y expresión de sus valores
poéticos. Dentro de la diversidad y dispersión de las propuestas radicales y utópicas se
encuentran el recurso a diversas morfologías esenciales, algunas de ellas en continuidad con
mecanismo del racionalismo y del organicismo. Una de estas, es la megaestructura, donde
mencionan los edificios-cuidad del arquitecto holandés Constant Nieuwenhuis, las cuales
consisten en estructuras ligeras, crecederas y expansivas, plataformas suspendidas y
megaestructuras anárquicas para un mundo sin fronteras. La hiperarquitectura de la propuesta
urbana New Babylon, fue la máxima representación del urbanismo unitario con espacios basados
en la estimulación de sentidos. Dicha cuidad se adaptaba perfectamente de forma libre al terreno.
Posteriormente mencionan la Comunidad Tierra de Claudio Caveri donde dan continuidad al
organicismo siendo más libres y retomando un poco los valores poéticos del urbanismo unitario
de New Babylon. Esta Comunidad Tierra adopta formas orgánicas, crecederas, formas ligadas al
cuerpo, una arquitectura pensada para construirse con el tiempo sin reglas que condicionen su
crecimiento y transformación. También plantea una refundación social a partir de la artesanía, lo
cual significa una renovación radical basada en raíces existenciales de todo ser humano volcada
a formas organicistas. Existen muchos ejemplos de búsquedas alternativas que toman modelos
del mundo vivo, inspirándose en la tierra y en las utopías artesanales como sucede con las
Ciudades Solares, semienterradas y artesanales de Paolo Soleri, quien promovió experiencias
de construcción de nuevas ciudades autosuficientes basadas en un funcionamiento comunitario

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y un trabajo artesanal. Posteriormente mencionan el método de estudio de la Escuela de
Arquitectura de Valparaiso, donde partieron del estudio de la arquitectura popular autoconstruida
de Valparaiso, reciclada, versátil, y colorista. Por ello los primeros pasos consistieron en aprender
a ver e interpretar de un modo poético la realidad del entorno, y esto fue lo que se aplicó en la
Cuidad Abierta de Ritoque. Como último tema mencionan el Rural Studio iniciada en 1993 por el
Arquitecto Samuel Mockbee, donde su experiencia se inició en Misisipi, taller donde los
estudiantes de arquitectura construyen como proyecto final, edificios de coste acotado para
habitantes de zonas con pocos recursos, en el cual los estudiantes buscan la máxima plasticidad
mediante sistemas de reciclaje. Este análisis de los casos, donde se experimentan nuevas formas
de vivir y también se adopta la posición de la comunidad alternativa, en base al desarrollo de la
Arquitectura Organicista nos permite conocer los cambios que han sido de gran importancia, y al
mismo tiempo conocemos las utopías en las que se fueron desarrollando los grupos que
buscaban una cierta libertad, quienes lograron grupos que ayudaron a este proceso de
adaptabilidad del entorno.

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