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Falacia

En lógica, una falacia (del latín: fallacia, ‘engaño’) es un argumento que parece válido, pero no
lo es.12 Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los
demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. En
ocasiones las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, por lo que se debe poner mucha
atención para detectarlas.3
El que un argumento sea falaz no implica que sus premisas o su conclusión sean falsas ni que
sean verdaderas. Un argumento puede tener premisas y conclusión verdaderas y aun así ser
falaz. Lo que hace falaz a un argumento es la invalidez del argumento en sí. De hecho, inferir
que una proposición es falsa porque el argumento que la contiene por conclusión es falaz es
en sí una falacia conocida como argumento ad logicam.4
El estudio de las falacias se remonta por lo menos hasta Aristóteles, quien en
sus Refutaciones sofísticas identificó y clasificó trece clases de falacias.1 Desde entonces se
han agregado a la lista cientos de otras falacias y se han propuesto varios sistemas de
clasificación.5

Falacias formales[editar]
Las falacias formales son aquellas cuyo error reside en la forma o estructura de los
argumentos. Algunos ejemplos conocidos de falacias formales son:

 Afirmación del consecuente: Un ejemplo de esta falacia podría ser:


1. Si María estudia, entonces aprobará el examen.
2. María aprobó el examen.
3. Por lo tanto, María estudió.

Esta falacia resulta evidente cuando advertimos que puede haber muchas otras razones
de por qué María aprobó el examen. Por ejemplo, pudo haber copiado, o quizá tuvo
suerte, o quizá aprobó gracias a lo que recordaba de lo que escuchó en clase, etc. En
tanto es una falacia formal, el error en este argumento reside en la forma del mismo, y no
en el ejemplo particular de María y su examen. La forma del argumento es la siguiente:

4. Si p, entonces q.
5. q
6. Por lo tanto, p.
 Generalización apresurada: En esta falacia, se intenta concluir una proposición general a
partir de un número relativamente pequeño de casos particulares. Por ejemplo:
1. Todas las personas altas que conozco son rápidas.
2. Por lo tanto, todas las personas altas son rápidas.

El límite entre una generalización apresurada y un razonamiento inductivo puede ser muy
delgado, y encontrar un criterio para distinguir entre uno y otro es parte del problema de la
inducción.

Falacias informales[editar]
Las falacias informales son aquellas cuya falta está en algo distinto a la forma o estructura de
los argumentos. Esto resulta más claro con algunos ejemplos:
 Falacia ad hominem: se llama falacia ad hominem a todo argumento que, en vez de atacar
la posición y las afirmaciones del interlocutor, ataca al interlocutor mismo. La estrategia
consiste en descalificar la posición del interlocutor, al descalificar a su defensor. Por
ejemplo, si alguien argumenta: «Usted dice que robar está mal, pero usted también lo
hace», está cometiendo una falacia ad hominem (en particular, una falacia tu quoque),
pues pretende refutar la proposición «robar está mal» mediante un ataque al proponente.
Si un ladrón dice que robar está mal, quizás sea muy hipócrita de su parte, pero eso no
afecta en nada a la verdad o la falsedad de la proposición en sí.

 Falacia ad verecundiam: se llama falacia ad verecundiam a aquel argumento que apela a


la autoridad o al prestigio de alguien o de algo a fin de defender una conclusión, pero sin
aportar razones que la justifiquen.
 Falacia ad ignorantiam: se llama falacia ad ignorantiam al argumento que defiende
la verdad o falsedad de una proposición porque no se ha podido demostrar lo contrario.
 Falacia ad baculum: Se llama falacia ad baculum a todo argumento que defiende una
proposición basándose en la fuerza o en la amenaza.
 Falacia circular: se llama falacia circular a todo argumento que defiende una conclusión
que se verifica recíprocamente con la premisa, es decir que justifica la vericidad de la
premisa con la de la conclusión y viceversa, cometiendo circularidad.
 Falacia del hombre de paja: Sucede cuando, para rebatir los argumentos de un
interlocutor, se distorsiona su posición y luego se refuta esa versión modificada. Así, lo
que se refuta no es la posición del interlocutor, sino una distinta que en general es más
fácil de atacar. Tómese por ejemplo el siguiente diálogo:
Persona A: Sin duda estarás de acuerdo en que los Estados Unidos tienen el sistema
legal más justo y el gobierno más organizado.
Persona B: Si los Estados Unidos son el mejor país del mundo, eso sólo significa que
las opciones son muy pocas y muy pobres.
En este diálogo, la persona B puso en la boca de la persona A algo que ésta no dijo:
que los Estados Unidos son el mejor país del mundo. Luego atacó esa posición, como
si fuera la de la persona A.

Argumento
Un argumento (del latín argumentum) es un razonamiento mediante el cual se intenta probar,
refutar o justificar una proposición o tesis;12 es un discurso dirigido con una finalidad. Es la
expresión oral o escrita de un razonamiento.3 Las cualidades fundamentales de un argumento
son: la consistencia y coherencia; entendiendo por tal el hecho de que el contenido de la
expresión, discurso u obra adquiera un sentido o significado que se dirige a un interlocutor
con finalidades diferentes:

 Como contenido de verdad : consistencia y coherencia con otras verdades admitidas, o


con referencia a un hecho o situación que haga verdadero o falso dicho contenido.
 Como esquema lógico-formal : consistencia y coherencia con un sistema que no
admite contradicción.
 Como función lógico-matemática : consistencia y coherencia con el hecho de “ser algo
real” frente a una mera posibilidad lógica que define un mundo o una situación posible en
un determinado marco teórico que justifica la función.

 Como discurso dirigido a la persuasión4 como motivación para promover o proponer una
determinada acción.
 Como finalidad de acción : consistencia o coherencia con otros intereses o motivaciones
del individuo o individuos receptores del contenido como motivación a actuar de
determinada manera.

Tipos de argumentos
Tipos de argumentos
Basados en datos y hechos

En ambos casos la información es irrebatible, pues descansa en hechos demostrables o en datos


estadísticos.

Ejemplo de hecho: La tesis la contaminación daña la salud puede ser apoyada con el hecho de
que en las ciudades contaminadas han aumentado las enfermedades respiratorias.

Ejemplo de dato: La tesis existe una relación entre el aumento de la concentración de partículas
contaminantes y el número de enfermedades respiratorias y muertes es apoyada con lo siguientes
datos: Cada vez que la concentración de partículas aumenta en diez microgramos por metro
cúbico de aire, el número de muertes por ataques cardiacos aumenta en un 1,4% y los casos de
enfermedades respiratorias, como la bronquitis, en un 3,4%. Los casos de ataques de asma se
elevan en un 3%.

Basados en relaciones causales

Parte de la información funciona como causa, y otra como efecto de la anterior.

Ejemplo: El uso prolongado de este medicamento puede producir úlcera gástrica.

Basados en definiciones

Se apoya una tesis utilizando una definición.

Ejemplo: ¿Qué es el virus sincicial? El sincicial es un virus que produce enfermedad respiratoria en
pacientes de cualquier edad, pero con distinta severidad. En los lactantes y niños pequeños es la
causa más importante de virus severos y provoca graves problemas obstructivos y
bronconeumonias.

En el ejemplo anterior se define el virus sincicial y se señalan sus efectos como parte de la
campaña de prevención desplegada por el Ministerio de Salud.

Basados en comparaciones
Mediante la comparación se organiza la información en semejanzas y diferencias y a partir de esa
comparación, se apoya la tesis.

Ejemplo: En el contexto de una campaña antitabaco, se realizó un seguimiento durante un año a


un grupo de 340 fumadores. La mitad de ellos fueron sometidos a una intervención básica en los
centros de salud, consistente en consejos médicos antitabaco y entrega de material informativo. Un
año después, se han evaluado los resultados a través de una encuesta que revela que el 41% del
grupo intervenido logró abandonar total o parcialmente el consumo de tabaco; en tanto, el grupo no
sometido a intervención, mantuvo inalterable su consumo.

Este argumento puede ser utilizado para apoyar la tesis de la efectividad de las campañas
antitabaco.

Basados en la autoridad

Se utiliza el nombre de una autoridad o de una institución de prestigio para apoyar una tesis.

Ejemplo: El cerebro humano tiene la capacidad para anticipar el peligro. Científicos de la


Universidad de Washington han comprobado que una capacidad para poder leer claves en el
medio ambiente, las que para otros pueden ser imperceptibles, sería la que permite que algunas
personas intuyan lo que va a suceder. Los expertos identificaron un área del cerebro que actúa
como un sistema de alerta temprana; este sistema, según ellos, habría sido la razón, por ejemplo,
de que aborígenes asiáticos siguiesen a los animales que escaparon del tsunami en diciembre de
2004.

Basados en valores

Se alude a los valores afectivos para defender una tesis.


Ejemplo: Con jeans “Don Omar”, serás el alma de la fiesta. En el ejemplo anterior, se apela a
valores afectivos (“ser el alma de la fiesta”) para vender un producto (“jeans ‘Don Omar’”). Es
importante señalar que este tipo de razonamiento es frecuente en publicidad y política.

Basados en generalizaciones

Este tipo de argumentación nos permite llegar a una conclusión general a partir de una serie de
situaciones similares y específicas.
Ejemplo: Las mujeres son pésimas conductoras.

Falacias argumentativas

En determinadas situaciones argumentativas algún interlocutor hace uso de argumentos cuya


validez es dudosa o, abiertamente, se trata de argumentos inválidos por algún problema o error en
su construcción que los hace falsos. Estos errores argumentativos se denominan falacias. Este
tipo de errores puede provocarse de manera involuntaria, básicamente cuando quien la enuncia no
maneja de buena manera los criterios argumentativos, como también puede ser cometido de
manera consciente por aquel sujeto que, siendo hábil argumentador, más que debatir con la lógica
y la verdad, le interesa solamente imponer su punto de vista, sin importar la validez de su
argumento.
A continuación te presentamos algunas de las falacias argumentativas más comunes en una
situación comunicativa dada y su correspondiente ejemplo.

Premisa falsa: consiste en basarse sobre hechos que son falsos a la hora de argumentar.
Ejemplo: “No es posible comprobar científicamente que el universo se creó a raíz de una explosión,
por lo que debemos aceptar que detrás de dicha creación está la figura de Dios.”
Premisas contradictorias: en este caso, el argumento no defiende a la tesis; más aún, el
argumento se contradice con la tesis.
Ejemplo: “Yo soy un sujeto atrevido, que no siente miedo a nada y siempre hago lo que otros no se
atreven, pero no me internaré en esta playa porque sus olas son muy fuertes y puede significar un
riesgo innecesario.”

Generalización apresurada: consiste en levantar una generalización basándose en unos pocos


hechos puntuales, específicos.
Ejemplo: “Me compré un vehículo de origen chino y me falló antes de los 5.000 kilómetros, por lo
que no se puede confiar en nada que venga de la China.”

Petición de principios: se reconoce cuando descubrimos que se da por demostrado lo que se


debe demostrar. El argumento repite lo que señala la tesis que se debe defender.
Ejemplo: “Usa detergente Limpiol, lava mejor toda tu ropa porque es el que mejor lava la ropa.”

Falsa analogía: la reconocemos cuando se comparan dos elementos o realidades que no son
susceptibles de ser comparados.
Ejemplo: “El perro es el mejor amigo del hombre; te acompaña, te protege, te divierte. Pero este
amigo, en ciertos casos, puede volverse en contra de ti y puede atacarte. Por ello desconfía de tus
amigos, pueden no ser tan fieles como tu crees.”

Causa falsa: la reconocemos cuando se vinculan por medio de una relación causa – efecto a dos
hechos que en realidad no son vinculables.
Ejemplo: “Cada vez que desayuné huevos durante el año, no tuve problemas en mis evaluaciones,
salvo en mi examen final, que me quedé dormido y no desayuné. Por ello, si quieres tener buen
rendimiento, desayuna huevo.”

Populismo (ad populum): consiste en apelar fundamentalmente a los sentimientos de una


multitud y no apelar a argumentos de índole lógico.
Ejemplo: “Mi comunidad me conoce muy bien y sabe que yo no soy una persona que está en este
cargo público para enriquecerse. Las acusaciones en mi contra son completamente falsas.”

Ataque personal (ad hominem): se reconoce cuando no rebatimos los argumentos del oponente,
sino que nos preocupamos de descalificar a quien sostiene los argumentos.
Ejemplo: “Quiero que el jurado evalúe si considera lo que el testigo está afirmando en contra de mi
cliente. Sabemos que este testigo tiene problemas frecuentes con las drogas y el alcohol.”

Práctica común: corresponde a defender un proceder porque es algo que ocurre de manera
habitual de esa forma.
Ejemplo: “No debemos pagar nuestro pasaje en los buses. Está claro que son miles las personas
que se suben sin pagar, entonces, ¿por qué tengo que pagarlo yo?”

Polarización: se identifica esta falacia cuando extremamos los argumentos. Si no es una cosa,
debe ser, entonces, todo lo opuesto o todo lo contrario. No reconoce términos medios.
Ejemplo: “Si usted no tiene promedio 7 significa que usted es un pésimo estudiante.”

Qué es Subjetivo:
Subjetivo es un adjetivo que identifica algo como propio de la manera de pensar
o sentir de una persona. De este modo, algo subjetivo no hace referencia
directamente al objeto en sí, ya que está basado en la percepción de los sentidos y
la valoración e interpretación que una persona le puede dar.
Definición de Objetivo
Un objetivo es el fin último al que se dirige una acción u operación. Es
el resultado o sumatoria de una serie de metas y procesos. Se dice que la
persona después de haber identificado un objetivo cuyo logro considere
importante, tiene que ser capaz de describir las acciones que representen el
significado de éste. En otras palabras, ser capaz de describir los resultados
específicos que, si se consiguen, le hará asumir que el objetivo también se
ha conseguido. Por ejemplo, si una persona quiere una casa propia en un
futuro, primero se establece como metas, estudiar o formarse como
profesional, trabajar, conseguir el dinero y la hipoteca, entre otros.

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