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Teoría y Análisis
Literario C
Fecha: 26/06/07
Teórico-Práctico № 10 Prof.: Diego Peller
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[La revista Literal]
mucho más palpable de ver en las revistas. En general después, una vez
que esa teoría se impone o se legitima, ahí recién aparecen los libros que
toman ese marco teórico. Es decir, si tomamos para hacer una historia de
la crítica los libros de crítica estamos un poco atrasados respecto a los
debates, mientras que en las revistas se puede ver más el germen, las
polémicas, las tensiones.
Es decir, hay una idea de la política, pero una política que pasa por la
práctica de la escritura, y eso se puede ver en el texto que les comentaba,
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“El matrimonio entre la utopía y el poder”, donde también se puede ver que
si bien hay toda una poética de la oscuridad, de no hacer una referencia
directa a la política, la hay, hay una intención política. La prueba es que
ese texto está fechado. Vieron que los textos no llevan firma, eso es algo
que me había olvidado de señalarles y es parte del gesto vanguardista de
Literal, sobre todo en los dos primeros números se publican los textos de
manera anónima, no todos, pero la mayoría aparecen sin firma. Esta idea,
que ya se había hecho antes, la toman de la revista francesa Scilicet, que
sería su antecedente más directo al respecto y que publicaba Lacan.
Efectivamente, para Literal, dentro de las teorías con las que trabaja resulta
muy importante el psicoanálisis lacaniano y su cruce con el post
estructuralismo, la lingüística y la literatura.
Bueno, volvemos, les decía que Literal toma esta acción de tachar los
nombres propios, y obviamente no es ajeno esto a lo que venimos viendo
respecto de la muerte del autor, la idea de que se niega la pre existencia
del sujeto al lenguaje. Esta acción política de tachar los nombres forma
parte de esta idea. “El matrimonio entre la utopía y el poder” no está
firmado, aunque sabemos por Héctor Libertella que lo escribieron Osvaldo
Lamborghini y Germán García, pero sí está fechado, en Julio del ´73. ¿Por
qué está fechado mientras el resto de los textos no? La revista sale en
noviembre del ´73, pero el texto se fecha en Julio, porque muy poco antes,
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Después, al final del texto, en la página 72 del libro dice: “Si una
determinada concentración de poder está en condiciones de inscribir en el
presente una utopía cívico cuartelera meramente restitutiva de un ayer tan
imaginario como la potencia que se proyecta en el futuro, es porque los
mismos grupos que podrían oponerse al proyecto se han mutilado con el
cuento de la realidad, la eficacia y la táctica.” Esta utopía meramente
restitutiva de un ayer hace referencia a la vuelta de Perón, que se sostenía
en la idea de restitución de un pasado supuestamente feliz, cuando vuelva
Perón vamos a volver a estar bien. Hay una idea de restitución que acá,
leído bajo el tamiz de una mirada psicoanalítica, quiere decir que antes
tenía pero luego lo perdí, entonces va a volver Perón y me lo va a dar de
vuelta. Esa es la gran ilusión del sujeto. Hay dos ilusiones. La primera gran
ilusión es que alguna vez tenía, porque en realidad la castración es
constitutiva, nunca tuve, y la segunda ilusión es que voy a volver a tener en
algún momento.
Lo que dice es que toda política que postula ese supuesto ideal futuro
no puede sino terminar en violencia, y dice: “Joven o viejo, el avestruz es
un animal voraz de ceguera, curioso realismo por otra parte, el
gambeteador de la verdad, viejo o joven, siempre termina pagando caro, y
precisamente en lo real, su pasión por el desconocimiento.” Pasión por el
desconocimiento es que quieren creer, quieren no saber, quieren no ver la
verdad, que cuando vuelva Perón no va a estar todo bien. Pero el sujeto no
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quiere saber eso, no quiere saber que ese momento ideal nunca va a
existir. Esto se paga con que eso que está reprimido en lo simbólico
retorna en lo real, esa violencia que no se quiere ver en un plano
reaparece en otro. Es decir, es un texto que si efectivamente fue escrito en
Julio del ´73 tiene un carácter anticipatorio. La teoría como un modo
desviado de hablar de la política.
Esa es una línea, pero al mismo tiempo hay otra que empieza a
perfilarse en los ´60 fuertemente y convive en un primer momento con la
primera, aunque luego esa convivencia se empieza a volver más difícil. Es
la politización. Hasta un momento parece posible ser un escritor
comprometido. Un escritor comprometido es alguien que cumple su tarea
específica, escribir novelas por ejemplo, pero novelas que tienen un
compromiso político o social a nivel del tema o de la forma. Ahí una figura
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poco más amplio pero con un nivel cultural muy alto. Es una revista
compleja con reseñas largas, no informativas sino de análisis crítico, y
donde la política aparece en las reseñas, en el modo de leer. Es una
revista que mantiene su especificidad y esto se manifiesta en el subtítulo
de la revista, que es: “Un mes de publicaciones en América Latina”.
Alumna: No, creo que justamente hacen un juego entre el arte por el
arte y el arte porque sí, son dos cosas distintas me parece.
Profesor: Sí, habría que hacer una distinción ahí, está muy bien lo
que decís. La literatura por la literatura, el arte por el arte, entraría más en
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el realismo, que era algo defendido por Crisis, contra el populismo, también
de Crisis, pero también contra la modernización parcial de Primera Plana,
esa idea de un poquito moderno pero no demasiado de Primera Plana. En
ese sentido Literal es una revista bien de vanguardia, retoma la consigna
de Rimbaud: no basta ser un poco moderno, “hay que ser absolutamente
moderno”. No busca adaptar su discurso para que se la pueda entender, es
una revista que busca ser oscura, de difícil lectura.
Con la que está más cerca de las tres es con Los Libros, pero
¿dónde se da el quiebre? Los Libros es una revista de izquierda y
fuertemente intelectual, pero es “seria” en el sentido de que entra en la
discusión formal, se pone a debatir con el populismo, toma los argumentos
del populismo, los responde, mientras que Literal frente a eso toma una
actitud mucho más irresponsable, en lugar de responder lo que hace es un
chiste, un juego de palabra, burlarse de sus enemigos.
Es decir, tener una actitud, definir una posición, es cosa de ricos. Acá
hay una ironía, pero tener una actitud es algo de alguien que sabe lo que
tiene, eso quiere decir. Literal no sabe lo que dice, escribe desde la falta,
desde el no saber, desde el no tener, es pobre, por eso dice que puede ser
que alguna de las partes provenga de la literatura, porque si uno es pobre y
no tiene, agarra, roba, agarra un poco de literatura, un poco de crítica, un
poco de teoría y prepara una típica comida de pobre, un guiso, un guiso
textual. Esta pobreza, esta carencia, habilita a poder tomar de todo un poco
y combinar. Y esto de “trabajando entre fragmento y fragmento” tiene que
ver con que el sentido de Literal no estaría en lo que dice cada texto, sino
en el encuentro de todos los textos en el espacio común de la revista.
Esa fue la gran acusación que se le hizo a Literal, ¿qué es este uso
de la teoría en los textos críticos o literarios? Una acusación fue la de ser
no comprometida, una revista irresponsable que no enuncia su posición
política, otra tiene que ver con el exceso de teoría, la idea de que es una
revista excesivamente teórica, compleja. Otra acusación, que no es
exactamente la misma, es que hay mucha teoría pero que en realidad es
un bluf. Hay un exceso de teoría pero en realidad no está diciendo nada,
no hay un sentido detrás, si me tomo el trabajo de leerla atentamente me
doy cuenta de que es una broma. La última acusación tiene que ver con la
mezcla de literatura y crítica, sobre todo, por introducir crítica dentro de la
literatura, contaminar la literatura con crítica o teoría. Se los acusa de que
El Fiord o El frasquito son textos literarios pero que son lacanianos, son
como meras ilustraciones literarias de teorías. Son acusaciones diferentes
que vienen de distintos lados.
texto muy corto un nacimiento en una situación muy violenta, el que sería
el padre de la criatura le pega a la mujer con un látigo, después la viola,
después hay como una especie de orgía entre todos los que están ahí. Hay
una rebelión política finalmente y matan a este hombre que sería como el
amo, que también sería Perón de alguna manera. La mujer que está
pariendo se llama Carla Greta Terón, por un lado es Eva Perón, hay toda
una homofonía ahí, pero también es la CGT, por las siglas. El niño que
nace se llama Atilio Tancredo Vacán, las mismas iniciales de Augusto
Timoteo Vandor, el líder sindical que fue asesinado. El hombre que le pega
con el látigo se llama el Loco Rodríguez. Hay toda una alegoría muy clara
referida a la política. Después está Sebas, uno al que todos le pegan, que
sería el que sabe, Sebas-Sabe, el ideólogo, el intelectual, o también las
bases (sebas-bases) del movimiento. O sea, hay referencias muy claras a
lo político aunque en realidad no se sabe muy bien qué sentido tienen. Hay
una alegoría pero no se entiende cuál es. Es un texto que trabaja con la
alegoría pero que a su vez la desplaza, porque es muy clara pero a la vez
no es muy claro cómo habría que interpretarla.
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