Entre los mapuche, la gente de la Tierra, una machi es la persona responsable de mantener el

equilibrio en las relaciones entre su comunidad humana y los demás seres con quienes comparte
el territorio, así como entre los vivos y los muertos, los ancestros. Es ella quien vela por el
cumplimiento de los pactos ancestrales, quien conversa con los espíritus animales en
representación de los humanos y aprende lo que la vegetación tiene que decir. Del equilibrio
armónico entre la comunidad humana y el resto de las inteligencias que pueblan el territorio
depende la salud de las personas, y es por eso que la machi es también reconocida como médica,
ya que interviniendo en estas relaciones puede reestablecer la salud, subsanando las relaciones
mal llevadas.

Cumpliendo con esta responsabilidad, la Machi Francisca Linconao utilizó un convenio

internacional para frenar la tala ilegal del bosque nativo y la violación de ojos de agua en su
territorio por parte de una empresa forestal. Y ganó. Haciendo un uso legítimo de la ley defendió
su territorio, sentando un precedente. Es por esto que la Machi Francisca hoy está presa, víctima
de un montaje, por venganza -el resentimiento de los ricos-, y para amedrentar a otros mapuche
de usar legítimamente la ley y los convenios internacionales en favor de la salud de sus territorios
y contra los abusos de la explotación forestal.

Libertad inmediata a la Machi Francisca Linconao