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Análisis de los delitos contra la administración de justicia

El delito es definido como una típica, antijurídica, culpable, sometida a una


sanción, y en ocasiones a condiciones objetivas de punibilidad. Supone una
infracción del derecho penal, es decir, una acción u omisión tipificada y penada
por la ley.

En sentido legal, los códigos penales y la doctrina definen al delito como


toda aquella conducta de acción u omisión contraria al ordenamiento jurídico de la
sociedad. La doctrina siempre ha recriminado al legislador que debe cuidarse de
introducir definiciones en los códigos, ya que esto ocupa a la dogmática.

La rama del Derecho penal que trata sobre el estudio detallado de los
delitos en particular se denomina comúnmente parte especial del derecho penal,
entre estos delitos se encuentran delitos contra la administración de justicia. Los
Delitos contra la Administración de Justicia son todas aquellas especies delictivas
que afectan el correcto proceder de la Justicia sea porque se la entorpece o
porque se la pone en funcionamiento sin justa causa.

En este sentido, es oportuno destacar que El Capítulo III del Título IV Ley
Contra la Corrupción, consagra el capítulo: “De los Delitos contra la Administración
de Justicia en la aplicación de esta Ley” en el cual presenta en sus artículos 83, 84
y 85 una serie de conductas imputables a funcionarios(as) vinculados con el
sistema de administración de justicia, concretamente a Jueces (zas), Fiscales(as)
del Ministerio Público y funcionarios(as) de Policía Judicial.

Sin embargo, el artículo 86 no debería estar incluido en este capítulo, toda


vez que se refiere a “funcionario público” en general y su contenido está vinculado
al Derecho Privado y suponen acuerdos ilícitos en procesos concursales o pactos
contractuales respecto el derecho aplicable o utilización de los denominados
paraísos fiscales o lugares favorables al anonimato, sancionándolos con prisión de
3 a 6 años e imponiendo igual pena a las personas involucradas en el proceso de
contratación.

El Artículo 83 consagra el delito de Denegación de Justicia y sanciona a su


agente con prisión de 1 a 2 años. La pena se agrava de 3 a 6 años en el supuesto
de 2 hipótesis diferentes: a) violación de la ley; b) abuso de poder en beneficio o
perjuicio de un “procesado”. Incurre así el texto legal en una impropiedad pues
utiliza un término superado por el sistema acusatorio consagrado en el COPP.

En el artículo 84 sanciona al Juez que retarde el proceso penal con prisión


de dos (2) a cuatro (4) años y remite al procedimiento disciplinario del órgano
competente, para los funcionarios de instrucción o de policía judicial que omitan o
retarden indebidamente dictar las actuaciones correspondientes o dar parte a la
autoridad competente, sancionando con suspensión del cargo por seis (6) meses
sin goce de sueldo o destitución en caso de gravedad o reincidencia.

El artículo 85 sanciona la conducta de fiscales(as) o representantes del


Ministerio Público que falten dolosamente al deber de interponer recursos legales,
de ejercer acciones penales o civiles, de promover diligencias conducentes a
esclarecer la verdad, de incumplir con la rectitud de procedimientos (principio del
debido proceso), con los lapsos legales y/o la protección debida al imputado(a) o
acusado(a) con prisión de 2 a 4 años. La norma in comento implica la atención
que ha de prestar el Ministerio Público a la proposición de la correspondiente
acción civil y/o a la solicitud de aseguramiento de bienes de los o las investigados
o investigadas.

En atención a lo anterior, la Administración de Justicia debe entenderse


como un sistema conformado por múltiples elementos cuya interacción es servir
para la correcta determinación jurídica que legitima al Estado para la imposición
de una sanción jurídica -penal.

No obstante, es oportuno destacar la eficiencia de la administración de


justicia. Ser un funcionamiento eficiente de la administración de justicia no es una
tarea sencilla, a la vez que es sumamente compleja, son muchos los factores que
necesariamente tienen que confluir para lograr una administración de justicia
eficiente. Además, el funcionamiento eficiente de la administración de justicia
requiere de un uso racional de la potestad gubernamental de la creación de
prohibiciones penales, su uso progresivo resulta perjudicial para la validez que se
procura, pues producirá una imposición en el sistema procesal, con disminución
de sus reales posibilidades operativas.

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Asimismo, no se puede pretender un funcionamiento eficiente de la
administración de justicia cuando los sujetos encargados de realizarla o cooperar
a su realización no se encuentran convenientemente organizados, cuando no
poseen las aptitudes personales, morales y jurídicas necesarias para desempeñar
sus roles a plenitud, así como cuando no se les ha dotado de los medios logísticos
eficaces para un mejor y más rápido desempeño.

En este sentido, la actual Administración de Justicia en Venezuela resulta


inoperante para la realidad que vive el país y ello ha conllevado a la búsqueda de
las reformas del instrumento penal. Ante la situación de crisis por la que atraviesa
la administración de justicia en Venezuela y en razón de los profundos cambios
que de índole político, económico y social han hecho variar todos los aspectos de
la vida nacional, como lo son un incremento en el auge delictivo, debido a la
aparición de nuevas conductas delictivas y el incremento de la inseguridad
ciudadana.

Por otra parte, en muchos de los Informes anuales presentados por


Organizaciones de Justicia Mundial (World Justice Project), con sede en
Washington, revelan que Venezuela aparece como un país con problemas de
corrupción, crimen y violencia….” El documento revela que la falta de
transparencia de las instituciones y la “ineficiencia” del sistema de justicia criminal
son los problemas que hacen caer a nuestro país a los últimos lugares de la lista
del informe internacional. Además, lo coloca como el “peor en materia de
responsabilidad y controles efectivos sobre el poder ejecutivo”. Según el estudio,
en Venezuela “la corrupción está muy extendida, el crimen y la violencia son
habituales”, las instituciones gubernamentales no son transparentes y el sistema
de justicia es inefectivo y sujeto a influencia política.

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