'Asumí esta responsabilidad porque mis hijos están grandes, cada uno ha formado su vida, mi esposo
tiene la misma visión que yo. El año pasado estuve casi todo el año proponiendo el tema en diversas
organizaciones sociales y gubernamentales, pero fue difícil convencer sobre el objetivo del proyecto,
aunque hubo centros educativos y la USAC, que permitieron que impartiera la capacitación, incluso en
esta universidad se aprobó el primer diplomado con ese enfoque, y se está educando a hombres para que
se vuelvan nuestros aliados en replicar que la violencia hacia la mujer no debe existir', afirma Lucía
Muñoz, quien creyó en el proyecto, y tuvo la paciencia para obtener este gran logro: la aprobación de
una sucursal en el país de la entidad extranjera MIA, Mujeres Iniciando en Las Américas, según
Acuerdo Ministerial de Gobernación 76-2012, publicado el mes pasado en el Diario Oficial de
Centroamérica.
Guatemala tiene aliados que buscan promover una cultura de paz, con igualdad y equidad, y estas
nuevas visiones están siendo aprovechadas para atender la problemática desde su experiencia, con
resultados importantes.
“Educa a los niños y no será necesario castigar a los hombres”, Pitágoras. Con base en esta frase, Lucía
Muñoz, emprendedora social, comenzó hace tres años a trabajar con escuelas y la Universidad de San
Carlos para educar a niñas, niños, hombres y mujeres.
Afirma que es necesario comenzar por el amor, la educación de valores que se fundamentan en el hogar
y se fortalecen en la escuela, con el diálogo, la libertad de expresión y aprender a escuchar. Conocer la
historia junto a ellos también es importante, aclarando que existen muchos patrones y estereotipos que
son necesarios romper porque es indispensable fomentar una cultura de paz y respeto, entre ambos
géneros.
Con todas estas ideas, Lucía crea un diplomado con la campaña de listón blanco “Hombres contra el
femicidio”. De 2010 a la fecha 500 jóvenes han sido capacitados. Jorge Rolando Hernández, historiador,
fue uno de los graduados, afirma que estos temas siempre le han sensibilizado, en especial al observar el
número de femicidios que ocurren en el país, ahora lleva un año de haberse involucrado como
voluntario para seguir capacitando a más hombres y mujeres sobre el tema.
Carlos Morales López, catedrático de la Facultad de Económicas de la Usac, afirma que aprendió a
identificar los factores sociopolíticos que contribuyen con el machismo, la desigualdad en que viven las
mujeres y las formas que propician la violencia en contra de ellas. Además, a identificar el conjunto de
ideas que favorecen el establecimiento de roles fuertemente arraigados en la sociedad, y es a través de la
educación con igualdad y equidad cuando se construye una nueva cultura, y debemos empezar en
nuestros hogares.
Llegar empoderada
“Hay una cantidad de denuncias que rebasa la capacidad institucional de quienes están atendiendo los
procesos. La debilidad más grande es que no estamos preparados todavía para atender el fenómeno de la
violencia contra las mujeres”, afirma Cynthia Fernández, coordinadora del departamento de análisis
jurídico de Asies.
Las mismas debilidades que muestra el sistema de justicia para todas las áreas o delitos que se aplican a
la población -hombres, niños, indígenas-, son las mismas que se reflejan en el tema de mujeres. En el
caso particular de la violencia hacia las féminas se manifiestan tres componentes importantes: legal,
estructural y cultural, agrega Fernández.
En el primer caso, se tiene un avance importante porque ya se cuenta con tratados, convenciones, leyes
ordinarias, reglamentos u órganos jurisdiccionales que a nivel formal han asumido competencias y
atribuciones. Desde el punto de vista estructural, las instituciones, como el Organismo Judicial (OJ),
Ministerio Público (MP), Instituto de Defensa Pública Penal (IDPP), aún requieren de mejoras, cada una
con sus propias debilidades, falta de personal, poca cobertura, incluso conciencia de la problemática
desde el punto de vista cultural.