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La historia de la Ética es tan antigua como la historia del hombre; el más primitivo de los Homos tenía idea de lo
bueno, lo justo, el deber y la virtud, buscando la manera de determinar y justificarEn el mundo antiguo 4.500 años
a.C. los primitivos tenían la preocupación por determinar lo que está bien o está mal, aplicando un conjunto de

valores, principios y normas concretas que en caso de infringirlos suponía un castigo. sus acciones .
en la Grecia arcaica desde el siglo VII al II a.C. Homero escribe en la Ilíada y la Odisea sobre la
ética del mundo antiguo, se describen los héroes mitológicos y sus valores desde la fuerza
física, la valentía, belleza, habilidad y linaje, héroes QUE AUN HOY DEBERÍAMOS IMITAR SOBRE
TODO EN LOS VALORES. os filósofos griegos que comienzan a especular sobre la verdadera
virtud, lo verdadero de lo bueno y concluyen que lo bueno es toda acción que beneficia a la
comunidad y que la virtud, arte y capacidad de “excelencia” que permite destacar en algo
sobre los demás, ser el mejor y prestar los mejores beneficios a la comunidad.

Los Sofistas pre-socráticos estos filósofos dudaban de los códigos morales del mundo antiguo,
se consideraban a si mismo como maestros de la virtud y afirmaban que frente a la imposición
surge la CONVENCIONALIDAD y EL RELATIVISMO MORAL, mas claramente estar de acuerdo
mas o menos con unos valores, que si no convienen podemos cambiarlos; todo estro dentro
del marco histórico donde surgen las polis o ciudades estados que se gobiernan a sí mismo,
también surge el concepto “ciudadanos” que se agrupan de acuerdo a sus propios intereses, a
muchos intereses de clases, como la nobleza, la burguesía ( baja nobleza y filósofos),los
agricultores y comerciantes y finalmente los extranjeros y esclavos, estas últimas van
desapareciendo, pero al parecer en algunos grupos de la sociedad actual habría aceptado y
practicado esta posición que va en contra de la misma sociedad.

Sócrates implanta la Mayéutica: el arte de ayudar y la asimilación de conocimientos y


definiciones, refiere que la virtud es única, definiendo las virtudes de la ciencia ética que
demuestran la existencia de valores absolutos como el BIEN, la JUSTICIA y FELICIDAD,
inmutables para establecer Leyes que son valores que el hombre puede alcanzar mediante el
uso de la inteligencia y la razón. Si se alcanzan, el hombre es sabio y virtuoso, la sabiduría
suprema distingue los bienes de los males, la intelectualidad moral identifica el saber con
virtud y vicio con ignorancia desde estos tiempos de la Grecia antigua ya se pensaba que para
conseguir una sociedad buena, justa y virtuosa es necesaria la educación.

ara Hegel el espíritu subjetivo una vez enlibertad de su vinculación a la vida natural,se realiza
como espíritu objetivo en tresmomentos: Derecho, ya que la libertad serealiza hacia afuera;
moralidad, es decir, elbien se realiza en el mundo; y la eticidad,que se realiza a su vez en tres
momentos:Familia, Sociedad y Estado, siendo ésteúltimo según él, el sujeto supremo
de laeticidad,

aunque probablemente hayaquerido decir que el Estado "es" sujeto deeticidad, Estado de
justicia, Estado ético
En resumen , en el origen la ética seencuentra subordinada a la política, tanto laindividual
como la social, pero la ética socialestá por sobre la ética individual ya que laética individual
se abre a la ética social porque ella la determina

a Difusión de los Derechos Humanos

Desde Babilonia, la idea de los derechos humanos se difundió rápidamente por la India, Grecia
y por último a Roma. Ahí nació el concepto de “ley natural”, tras observar el hecho de que las
personas tendían a seguir, en el transcurso de la vida, ciertas leyes que no estaban escritas, y
la ley romana se basaba en ideas racionales derivadas de la naturaleza de las cosas.

Los documentos que afirman los derechos individuales, como la Carta Magna (1215), la
Petición del Derecho (1628), la Constitución de Estados Unidos (1787), la Declaración Francesa
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), y la Carta de Derechos de Estados Unidos
(1791) son los precursores escritos de muchos de los documentos de los derechos humanos de
la actualidad.

l siguiente hito reconocido en el desarrollo de los derechos humanos fue la Petición del
Derecho, producida en 1628 por el Parlamento Inglés y enviada a Carlos I como una
declaración de libertades civiles. El rechazo del Parlamento para financiar la impopular política
externa del rey, causó que su gobierno exigiera prestamos forzosos y que tuvieran que
acuartelar las tropas en las casas de los súbditos como una medida económica. El arresto y
encarcelamiento arbitrarios por oponerse a estas políticas, produjo en el Parlamento una
hostilidad violenta hacia Carlos y George Villiers, el primer duque de Buckingham. La Petición
del Derecho, iniciada por Sir Edward Coke, se basó en estatutos y documentos oficiales
anteriores y hace valer cuatro principios: (1) No se podrá recaudar ningún impuesto sin el
consentimiento del Parlamento. (2) No se puede encarcelar a ningún súbdito sin una causa
probada (reafirmación del derecho de habeas corpus), (3) A ningún soldado se le puede
acuartelar debido a su ciudadanía, y (4) No puede usarse la ley marcial en tiempos de paz.

Para 1948, la nueva Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se había
apoderado de la atención mundial. Bajo la presidencia dinámica de Eleanor Roosevelt (viuda
del presidente Franklin Roosevelt, defensora de los derechos humanos por derecho propio y
delegada de Estados Unidos ante la ONU), la Comisión se dispuso a redactar el documento que
se convirtió en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Roosevelt, a quien se
atribuyó la inspiración del documento, se refirió a la Declaración como la Carta Magna
internacional para toda la humanidad. Fue adoptada por las Naciones Unidas el 10 de
diciembre de 1948.

En su preámbulo y en el Artículo 1, la Declaración proclama, sin lugar a equivocaciones, los


derechos inherentes a todos los seres humanos: “La ignorancia y el desprecio de los derechos
humanos han resultado en actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y
la llegada de un mundo donde los seres humanos gocen de libertad de expresión y creencia y
sean libres del miedo y la miseria se ha proclamado como la más alta aspiración de la gente
común... Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Los países miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a trabajar juntos para
promover los 30 Artículos de los derechos humanos que, por primera vez en la historia, se
habían reunido y sistematizado en un solo documento. En consecuencia, muchos de estos
derechos, en diferentes formas, en la actualidad son parte de las leyes constitucionales de las
naciones democráticas.

Marco histórico[editar]

Los derechos humanos, herederos de la noción de derechos naturales,11 son una idea de gran
fuerza moral12 y con un respaldo creciente.13 Legalmente, se reconocen en el derecho
interno de numerosos Estados y en tratados internacionales. Para muchos, además, la doctrina
de los derechos humanos se extiende más allá del derecho y conforma una base ética y moral
que debe fundamentar la regulación del orden geopolítico contemporáneo. La Declaración
Universal de los Derechos Humanos se ha convertido en una referencia clave en el debate
ético-político actual, y el lenguaje de los derechos se ha incorporado a la conciencia colectiva
de muchas sociedades.13 Sin embargo, existe un permanente debate en el ámbito de
la filosofía y las ciencias políticas sobre la naturaleza, fundamentación, contenido e incluso la
existencia de los derechos humanos;14 y también claros problemas en cuanto a su eficacia, ya
que existe una gran desproporción entre lo violado y lo garantizado estatalmente.15

De acuerdo con De Souza Santos, hoy es innegable la hegemonía de los derechos humanos
como lenguaje de la dignidad humana. Sin embargo, esta hegemonía debe convivir en una
realidad alarmante. La gran mayoría de la población mundial no es sujeto de derechos
humanos, sino el objeto de los discursos de derechos humanos.16

Derechos Humanos del siglo XXI: la Declaración Universal de Derechos Humanos


Emergentes[editar]

La Declaración Universal de los Derechos Humanos Emergentes (DUDHE) surge de un proceso


de diálogo de diversos componentes de la sociedad civil, organizado por el Instituto de
Derechos Humanos de Cataluña en el marco del Foro Universal de las Culturas Barcelona 2004,
titulado Derechos Humanos, Necesidades Emergentes y Nuevos Compromisos.120 El 2 de
noviembre de 2007, en el marco del Forum de Monterrey (México) es aprobada la DUDHE.

Los derechos humanos emergentes suponen una nueva concepción de la participación de la


sociedad civil, dando voz a organizaciones y agrupaciones nacionales e internacionales que
tradicionalmente han tenido poco o ningún peso en la configuración de las normas jurídicas,
como las ONG, los movimientos sociales y las ciudades, frente a los retos sociales, políticos y
tecnológicos que plantea la globalización y la sociedad global. La DUDHE no pretende sustituir
ni quitar vigencia a la Declaración Universal de Derechos humanos de 1948, ni a los
instrumentos nacionales o internacionales de protección de los derechos humanos, más bien
pretende actualizar, complementar, responder a los retos de la sociedad global y actuar como
complemento desde el punto de vista de la ciudadanía participativa.
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La crisis que vive Venezuela hoy día no sólo se enmarca dentro de lo económico, sino que
engloba una serie de factores políticos, sociales y culturales. Contexto en el cual los derechos
humanos no se garantizan e incluso están siendo violados, dado el clima de inestabilidad
presente en el país que no permite asegurar la satisfacción de las necesidades básicas como
alimentación y salud, ni mucho menos garantizar un nivel de vida adecuado a los venezolanos,
que junto a la carencia de unas instituciones económicas y políticas restringen a diario su fiel
garantía y cumplimiento.

Cabe considerar, que los Derechos Humanos hacen referencia a un conjunto de exigencias que
deben ser respetadas de tal manera de asegurar una vida digna, en igualdad, en libertad y en
paz a las personas. Estando dentro de éstos los derechos civiles y políticos, que están
relacionados con la posibilidad de pensar y expresarse libremente, así como la libertad de
participar y hacer vida política, siendo el Estado de Derecho el garante de éste conjunto de
libertades.

El Estado venezolano es signatario de todos estos instrumentos adoptados con su participación


activa y consentimiento. La Constitución de 1999, en su Título III, enuncia los principios
fundamentales para el ejercicio de los derechos humanos y el órgano que tiene la
responsabilidad de su promoción, vigilancia y defensa en el país es la Defensoría del Pueblo.
No obstante lo anterior, es bien sabido que la Defensoría del Pueblo nunca ha cumplido con su
cometido y que la Constitución, por vía de interesadas interpretaciones, ha sido tergiversada y
violada en función de los intereses oficialistas.

Todos los Estados, de conformidad con los acuerdos internacionales y de los cuales forman
parte, tienen el deber de proteger y promover todos los derechos humanos así como las
libertades fundamentales de sus ciudadanos. Estos derechos, por cierto, son universales,
indivisibles, interrelacionados e interdependientes, por lo que la privación de un derecho
afecta adversamente a los otros. Quienes tienen la obligación de respetar, proteger y
promover tales derechos son los Estados, por lo que quienes están al frente de las
instituciones del Estado son los responsables en esta materia.

A partir de febrero de 2014 se desata una violenta represión contra los opositores –ahí están
los actuales 106 presos políticos-, por lo que el uso desproporcionado de la fuerza, que trajo
consigo asesinatos, tortura física, tratos degradantes, detenciones arbitrarias, procesos
políticos y persecución indiscriminada, puso en evidencia el desprecio del gobierno por los
Derechos Humanos y el Estado de Derecho. La consecuencia directa de ello ha sido poner de
manifiesto ante la comunidad internacional el carácter dictatorial del régimen. No hay que
olvidar que a raíz de todos los avances que se han hecho en el mundo durante estos últimos 68
años en materia de derechos humanos, los gobiernos y la opinión pública internacional,
condenan y denuncian aquellos gobiernos que irrespetan los más elementales estándares de
los derechos humanos.

En Venezuela hay una constante y cotidiana violación a los derechos fundamentales de los
ciudadanos. Tal es el caso del derecho a la vida, problema esencial y fundamental en un país
donde están ocurriendo un mínimo de más de 25.000 muertes violentas al año, que nos coloca
con una tasa de homicidios de 82 habitantes por cada 100.000, que hace de Caracas la ciudad
más violenta del mundo pero también Valencia y Maturín figuran entre las diez primeras.

En Venezuela se está violando el derecho fundamental a la alimentación. Según el Comité de


Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, “el derecho a la
alimentación adecuada se ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea sólo o en común
con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a
medios para obtenerla”. En nuestro país no hay acceso físico ni económico, por parte de la
población, a los alimentos. Lo mismo ocurre en materia de salud y al derecho que todos
tenemos de acceder a ella, ya sea a través de los sistemas de salud pública o el acceso a los
medicamentos necesarios para preservar nuestra vida

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