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9 julio, 2016 Justito El Notario

Empezar a opositar a los 34 (o a los 36)

Una Bancaria de mi pueblo que con 32 años y que por el ajuste de plantilla
en su Banco, aprovecha para dejar su puesto y comenzar a opositar a
Hacienda o un joven “Predestinado” a opositar por antecedentes
familiares  de 34 años que se plantea iniciar una oposición de dificultad
media y que nos considera a los Notarios los ochomilistas de las
oposiciones, me hacen pensar en los pros y contras de comenzar mayor a
opositar. Yo lo hice a los 23 años y terminé con 34, así que aunque no estoy
en el perfil de Bancaria y Predestinado, creo que algo puedo decir sobre
este tema.

Vía comentario al post “25 años desde que empecé a la oposición a


notarías”, Predestinado me decía:

Impresionante (refiriéndose a mi post). De todos modos,


entiendo que notarías es un caso aparte dentro del mundo de las
oposiciones, algo así como un 8.000 en alpinismo. Pasaba por
aquí (refiriéndose a mi blog), porque estos días me estoy
planteando muy seriamente hacer una oposición del grupo A1 y
150 temas, pero tengo ya 34 años y, aunque a nivel económico-
vital podría permitírmelo, tengo miedo a… ¿marchitarme? en el
camino, aparte de todas las penurias e incertidumbres que
relatas. En mi familia hay una tradición exitosa de opositores en
la misma línea que parece haber en la tuya (de otros 8.000…),
pero la que me planteo ni es una oposición para juristas, ni
estudié Derecho, así que no sé cuál es realmente mi capacidad.
Un saludo y enhorabuena por el blog.

¿Notarías es un caso aparte?

Me gusta eso del alpinismo que dice Predestinado. Es muy ilustrativo. A lo


mejor lo que es de auténtico alpinista es empezar a preparar una oposición
con 34 años. Tengo en borrador un post que podría titularse “54.000
policías y 840 Notarios”. ¿Porqué tanta gente quiere ser policía y tan poca
gente quiere ser Notario? ¡Si es muy fácil¡ (permítanme la ironía), ¡si todo
el mundo parece que sabe hacer nuestro trabajo¡

Notarías, registros, abogado del Estado, carrera diplomática, judicaturas,


inspección de Hacienda, son oposiciones de primer nivel. No haré
clasificaciones, pero todas suelen considerarse como un caso aparte dentro
del mundo de las oposiciones. ¿Porqué si no iban a presentarse 54.000
personas a Policía Nacional y solo 840 a notarías?

La edad, el estado civil y la descendencia

En tan óptimas condiciones se está a los 23 como a los 34, aunque no diría
lo mismo a los 30 que a los 40, pero no creo que 34 sea una edad de riesgo
para empezar a opositar.

Soltero, casado, viudo o divorciado….A mí me vino bien casarme cuando


llevaba 8 años opositando porque el matrimonio me (nos) supuso un
cambio de vida, de rutina, de costumbres, un acicate y una emoción. No
nos planteamos tener hijos en tanto yo no aprobara. Eso de compatibilizar
los hijos y las oposiciones siempre me ha parecido de “Champions
League”.

Así que…hijos no, pareja sí. Bueno, para mi si, para otro podría ser todo lo
contrario u otra cosa diferente.

Tranquilidad económica

Fundamental. El primer mandamiento para opositar. La falta de


tranquilidad económica, el ansia de no ser una carga para los que te
mantienen o el temor a que no pueda uno mantenerse estudiando más
tiempo, como le podría ocurrir a Bancaria, te pueden llevar al borde del
abismo como a Julio el protagonista de “Y estrellas para presidir la
noche”. 
El miedo a perder la tranquilidad económica, el miedo a que se agote el
plazo autofijado o impuesto para disfrutar de esa tranquilidad, puede ser,
sin duda, un enorme handicap en la paz que el opositor necesita para
estudiar.

Salud física y psíquica

También fundamental. Mi segundo mandamiento para opositar. Si uno está


enfermo, afrontará muy mermado un esfuerzo tan exigente como es el de
unas oposiciones. Cuanto más metros tenga la cumbre, peor aún. A mi me
falló la salud psíquica. Estaba sano al comenzar, pero mi primer suspenso
me la alteró notablemente. Remontar el bajón, mantenerme sin altibajos a
partir de entonces y salir ciertamente equilibrado tras casi 11 años de
oposición fue mi verdadero Himalaya.
Marchitarse y sufrir

Cuando uno llega a la oposición con 34 años, se supone que ya ha tenido


una trayectoria personal y profesional y que la oposición es un cambio
importante en esa trayectoria con lo que supongo que siempre podría
volver uno al camino inicial o tal vez ya no….o iniciar otro nuevo y distinto.

En el caso de Bancaria, recién casada y sin dificultad económica gracias a


su indemnización, a su prestación por desempleo y a los ingresos de su
marido, la apuesta supone un aplazamiento de la maternidad y un temor a
la finalización del desempleo antes del ansiado aprobado. Se ha marcado
un plazo y si no aprueba dentro del mismo, estará peor que al principio
puesto que tal vez podría haber seguido trabajando en el Banco. Cuando
tenga 34 y no haya aprobado las oposiciones, habrá perdido su apuesta y
tendrá que dar otro golpe de timón a su vida. Bancaria parecía de esos
opositores que solo están dispuestos al sacrificio durante un periodo de
tiempo previamente fijado, porque ella tal vez si se podría permitir algo
más de tiempo, se podría permitir alguna convocatoria más de la oposición
que persigue. Otros como Julio, aún empezando joven, también se
señalaron un plazo corto para escalar el ochomil por razones bien distintas.
En su momento le dije a Bancaria que me parecía que tomaba una buena
decisión; espero acertar en mi vaticinio.

De Predestinado no sé nada más que lo que he contado, así que no sé que


hace actualmente, que ha hecho, ni que podría hacer si no aprueba. Lo que
si parece es que podría reunir buenas condiciones previas para el asalto a
su particular cumbre.

Sufrir es otra cosa, se sufre sí o …. sí. Son muy pocos los que no lo hacen y
cuanto más alta sea la cumbre, más posibilidad de sufrir comporta
ascenderla. Se sufre también, y mucho, si no se aprueba. Ténganlo en
cuenta Bancaria y Predestinado.

Tradición y éxito

La tradición opositora en una familia no asegura el éxito, pero asegura el


“conocimiento de causa”. Oí hablar a mi padre muchas veces de las horas y
días de la semana que estudiaba, del escaso descanso semanal, de las casi
ausentes vacaciones, del tiempo medio de preparación y de la edad media
para el aprobado, así que mi hermana (también Notario) y yo, sabíamos
donde nos estábamos metiendo. Lo mismo ocurriría si mi hijo decidiera
opositar. A sus 10 años ya me ha oído muchas historias de las oposiciones
familiares (incluidas las de su madre, mi mujer, que también opositó a algo
similar a lo que parece querer hacer Predestinado y que lo hizo durante 8
años nada menos).

La tradición familiar supone comprensión al opositor, pero también puede


suponer un pressing añadido cuando influye en comenzar, continuar o
dejar la oposición. ¿Cuántos habrán opositado por complacer a su familia?
¿Cuántos se habrán frustrado por la misma razón? ¿Cuántos dirán “menos
mal que hice caso a mi familia”? ¿Cuántos dirán todo lo contrario?
¿Tendré capacidad suficiente?

Yo me probaría y si te adaptas, pues continuaría. Afrontar, asumir y


aguantar el estilo de vida y que la marcha del estudio permita, en la
medida de lo posible, percibir que uno puede llegar a alcanzar el aprobado
final. Esa percepción es la de uno mismo y la de sus preparadores, pero
como contaba en este post sobre “Dejar la oposición” no es fácil tomar
(asegurarse de que tomas) las decisiones correctas.

Sin duda hay opositores con fecha de caducidad auto-impuesta. Tienen


claro que lo intentarán un periodo de tiempo predeterminado y lo dejan sin
más dificultad si no lo consiguen. Puede que muchos se equivocaran o
puede que no.

Sea como fuere, en cualquier caso, no ha de olvidarse aquello que siempre


digo:

“El que resiste, gana”.


¿Y si fueran 36 en vez de 34? ¿Se puede empezar a opositar a los 36?

Pues poco más o menos lo mismo, ¿no? Y es que resulta que recientemente
me han hablado de alguien que quiere comenzar a preparar notarías con
esa edad después de unos años de ejercicio profesional como Abogado.
Esta persona está encontrando dificultades para conseguir preparador y lo
cierto es que se comprende. Se comprende porque asumir la
responsabilidad de una preparación es siempre complicado (pronto contaré
una experiencia personal al efecto) y con una persona de esa edad más
difícil de modelar, con otros horizontes, bagajes y perspectivas, con una
urgencia superior a la de los más jóvenes (pero al mismo tiempo puede
que con un mayor grado de compromiso y responsabilidad), todavía
mucho más. No obstante, estoy absolutamente seguro de que a nadie se le
deberían cerrar las puertas por esta razón. A ver que noticias me llegan
sobre el tema y mucho ánimo en cualquier caso con esta valiente iniciativa.

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario

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