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L as realidades cuya naturaleza y estructura pueden ser obser­

vadas, al m enos parcialm ente, desde afuera, podrán ser objeto de


estudio de otros m étodos. Las realidades, en cam bio, cuya naturale­
za y estructura p ecu liar sólo pueden ser captadas desde el m arco de
referen cia del sujeto que las v iv e y experim enta, exigen ser estudiadas
m ediante métodos fen om enológicos. E n este caso, no se está estu­
dian do una realidad "ob jetiva y externa" (com o ordinariam en te se
califica), igual p ara todos, sino una realid ad cuya esencia depende
d el m od o en que es vivid a y p ercib id a p o r el sujeto, una realidad
interna y personal, única y p ro p ia de cada ser humano. P or tanto,
no se le puede in trod u cir p or la fuerza en el esquem a conceptual y
en el m étod o preestablecidos p o r el investigador, ya que, p osible­
mente, se destruirían su naturaleza y su esencia peculiar.
La fenom enología y su m étodo nacieron y se desarrollaron para
estudiar estas realidades com o son en sí, dejándolas que se manifiesten
p or sí mismas sin constreñir su estructura desde afuera, sino respetán­
dola en su totalidad.
L a fe n o m e n o lo g ía es el estudio d e los fen óm en os ta l c o m o son
experim entados, vividos y p ercibid os p o r el hom bre. Husserl, funda­
d o r de la fen o m en o lo gía (1962, orig. 1913; 1970, orig. 1936), acuñó
el té rm in o Lebensw elt (m u n d o de vida, m u ndo v iv id o ) p a ra exp re­
sar la m a triz de este "m u n do v ivid o , con su p ro p io sign ificad o ".
H usserl se p reo cu p ó m ucho p o r e l p ro ceso de h a cer ciencia,
y p o r e llo trató de c re a r un m é to d o "fe n o m e n o ló g ico ", cuyo fin
básico era ser más riguroso y c r ític o en la m etod ología científica; el
I lt lt l ’.Mcri'. II I 'i-* Vi III.\ IH-; l, \ MJ.tnlK II.I w.lA iS lU U M M

nuevo m étodo su centraba en la descripción y en el análisis de los


contenidos de la con cien cia, dándole, así, a este proceso el ca rá c­
te r de una cien cia estricta. Este m étodo refleja un esfu erzo para
reso lver la oposición entre el em pirism o, que enfatiza la im p ortan ­
cia de la observación, y e l racion alism o, que enfatiza la ra zón y la
teoría, y lo lo g ra d escribien do el origen , en la con cien cia, de tod o
sistem a filo s ó fic o o cien tífico .
P ara lo gra rlo , H usserl p rescrib ía abstenerse de los prejuicios,
con ocim ien tos y teorías previas, con el fin de basarse de m anera
exclusiva en lo dado y v o lv e r a los fen óm en os no adulterados.
Su le itm o tiv en la in vestiga ción fen o m en o ló gica era: “ir h acia
las cosas m ism as", en el cual se en tien de p o r "cosas" lo que se
presen ta a la con cien cia. H eidegger, p o r su parte, precisa que la
fen o m e n o lo gía es la c ien cia de los fen óm en os y que consiste en
"p e rm itir v e r lo que se muestra, tal co m o se m uestra a sí m ism o, y
en cuanto se m uestra p o r sí m ism o ” (1974, pp. 233-252).
E l énfasis p rim a rio de la fen o m e n o lo gía está puesto en el
fen óm en o m ism o, es decir, en lo que se presenta y revela a la p ro ­
p ia co n cie n cia y del m od o com o lo hace: con toda su con creción y
particularidad; y esto no sólo tendría su estructura y regularidad,
sino una ló g ic a que sería an terio r a cu alqu ier otra lógica.
L a fen o m en o lo gía no desea excluir de su objeto de estudio nada
de lo que se presenta a la con cien cia; sin em bargo, desea aceptar
sólo lo que se presenta y, precisam ente, así co m o se presenta; y
este punto de p artid a es puesto com o base d eb id o a que el h om bre
sólo puede hablar de lo que se le presenta en su corrien te de c o n ­
cien cia o de experiencia, y adem ás porque, co m o afirm a Lain g, "su
con ducta es una fu n ción de sus viven cias".
L a o rien tación fen o m en o ló gica, en su sentido m e to d o ló g ic o
estricto, se describe a continuación; p ero tam bién ubicam os en
este capítulo otras orien tacion es m etod ológicas, co m o el fe m in is ­
m o y la narrativa tes tim o n ia l y los grupos focales, porqu e com p a r­
ten la orien tación fen o m e n o ló gic a gen era l básica.

a) EL MÉTODO FENOMENOLÓGICO

F u n d a m e n t a c ió n t e ó r ic a

Husserl señala que siempre existe en nosotros un "ambiente de vida


presupuesto”, un "m edio vital cotidiano", y explica "cóm o este mundo
de vida funge constantemente de trasfondo, cóm o sus dimensiones
valorativas, prelógicas, son fundacionales para las verdades lógicas,
teóricas", y refiere todo conocim iento teórico a este trasfondo vital
untura! (i-n liollnow, 1976, p. 42). Para Husserl, la fenom enología es
la ciencia que trata de descubrir las "estructuras esenciales de la con­
ciencia"; debido a ello, d fin de la fenom enología no es tanto describir
un fenómeno singular sino descubrir en él la esencia (el éidos) válida
universalmente, y útil científicamente. Esta “intuición de la esencia"
(Wessenschau) no es un proceso de abstracción, sino una experiencia
directa de lo universal que se revela y se im pone con evidencia irresisti­
ble, "A fin de cuentas -d ice H usserl- todo conocimiento genuino y, en
particular, todo conocimiento científico, se apoya en nuestra evidencia
interna: en la m edida en que esta evidencia se extiende, se extiende
también el concepto de conocim iento” (1970, p. 61). La esencia, aun­
que aparece sólo en las intuiciones de los seres individuales, no se
reduce a ellos, pues, en cierto modo, se encuentra fuera del tiempo y
del espacio, es decir, no está ligada a las coordenadas espaciotempora-
les. Así, el investigador no se limita al estudio de casos, aunque parte
de ellos, sino que su meta consiste en alcanzar los principios generales
mediante la intuición de la esencia; su método no es, p or tanto, idio-
gráfico, pero tam poco nom otético; está entre los dos.
L a d iferen cia que hay entre el m éto d o fen o m e n o ló g ic o y el h er­
m en éu tico estriba en que el h erm en éu tico trata de in trod u cirse en
el con ten id o y la d in ám ica (incluso, la d in á m ica in con scien te) de
la persona estudiada y en sus im plicaciones, y busca estructurar una
interpretación coherente del todo, m ientras que el fen om en ológico
respeta plena m en te la rela ció n que h ace la p erson a de sus p ro ­
pias vivencias, ya que, al tratarse de algo estrictam ente personal,
no h ab ría ninguna ra zó n externa p a ra pen sar que ella no vivió,
no sintió o no p erc ib ió las cosas co m o d ice que lo hizo. Podem os
c o n o c er có m o nos sabe a nosotros el chocolate, p ero nunca cóm o
le sabe a otra persona si ella no trata de decírnoslo; y, aun cuando
nos lo diga, esa exp erien cia n o es plen am en te com unicable.
E l m étod o fe n o m e n o ló g ic o se cen tra en el estudio de esas re a li­
dades vivenciales que son p oco com unicables, p ero que son determ i­
nantes p ara la com prensión de la v id a psíquica de cada persona.
P od em os d e c ir que e l m étod o fen o m e n o ló g ic o es el m ás adecuado
p a ra estudiar y com p re n d e r la estructura psíquica v ive n cia l que se
da, p o r ejem p lo, en un con d en ado a m u erte o a p risión perpetua,
en un acusado y con d en a d o injustam ente, en la soltera que lle g a a
ser m adre contra su voluntad, en el enam orado, en el drogadicto, en
la p érd id a de un ser querido, en un atraco crim in al o en una v io la ­
ción, en e l que se qu eda in vá lid o o solo en la vida, en el que pad ece
una en ferm ed a d incurable, en el n acim ien to d el p rim e r hijo, en la
ex p erien cia de una con versión religio sa , en ten er que to m a r una
d ecisión g ra v e sin razon es en p ro o contra, en v iv ir la "crisis a
m itad de la v id a ", y m uchas otras situaciones sem ejantes.
I ‘10 I V n - II P h '\ i : i M i#; i. \ M i;rnniii,iK ,lA u f\u i,Y m .'i

En el estudio de todas estas .situaeiones, el p roced im ien to m eto­


d oló gico será o ír detalladam ente muchos casos sim ilares o an álo­
gos, d escrib ir con m inuciosidad cada uno de ellos y ela b ora r una
estructura com ún represen tativa de esas experien cias vivenciales.
C iertam ente, la sim patía, de que tanto nos habla M ax Scheler, o la
em patia de R ogers, serán un m o d o de con o cim ien to que nos ayuda­
rá a c om p ren d er esos estados que nosotros no hem os v ivid o y que
quizá jam ás vivirem os. Podem os, no obstante, m ediante una cierta
v ive n cia vicaria, aproxim arnos de algún m o d o a esas realidades.
En estos casos tendríam os una aplicación del m étodo fenom eno-
lógico en sentido estricto. En sentido am plio, se aplica en las inves­
tigaciones psicológicas, sociológicas, educacionales, etc., en que se
pone el énfasis en partir de una descripción de la conducta humana
lo más desprejuiciada y com pleta posible, y se siguen después los
pasos normales señalados más adelante.
H ay muchas orientaciones y procedimientos metodológicos que se
presentan con otros nombres, pero que comparten fundamentalmente
la base fenomenológica, sin nombrarla, com o veremos más adelante
con el fem inism o, el testimonio y los grupos focales. Siem pre que se
parta de un inicio sin hipótesis, se trate de reducir al m ínim o la influen­
cia de las propias teorías, ideas e intereses y se haga un gran esfuerzo
por captar toda la realidad que se presenta de manera vivencial a nues­
tra conciencia, estamos en la orientación fenomenológica.
L a m eto d olo gía fen om en ológica, adem ás, no sólo n ació de una
m ayor exigencia de rigo r científico, sino que este rig o r en la sistema-
ticid ad y en la crítica la acom p añ a siem pre. D ebid o a ello, se re a li­
zan todos los pasos de tal m anera que la in vestigación pueda ser
ob jeto de un d iá lo go entre la com unidad de cien tíficos y estudio­
sos; es decir, que cualquier lector, al adoptar el m ism o punto de vis­
ta del in vestigador -p a rtien d o de sus m ism os presupuestos-, pueda
llega r a v e r o constatar lo que éste v io o constató.

E ta pas y pasos

Etapa previa: Clarificación


de los presupuestos

En general, el hombre inteligente no suele fallar en su lógica


o argumentación; pero acepta con facilidad -e n form a tácita, no
explícita- ciertos presupuestos que determ inan el curso de su razona­
m iento o investigación. P or esto, es necesario reducir los presupuestos
básicos a un mínim o (proceso de la epojé de Husserl) y tom ar plena
conciencia de la im portancia de aquellos que no se pueden eliminar.
III

Entre los presupuestos relacion ados con el tem a que se desea


estudiar, e! investigador tendrá ciertos valores, actitudes, creencias,
presentimientos, intereses, conjeturas e hipótesis. Es necesario hacer
patentes estos puntos de partida y precisar su posible influencia en
la investigación.
L a fen om enología sostiene que una investigación seria, filosó­
fica o científica, sólo puede com en zar después de haber realizado
una estricta y cuidadosa descripción que ponga entre paréntesis
(en cuanto sea posible) todos los prejuicios. En este sentido, la fen o­
m en ología es, ante todo, una propedéutica de la verdadera ciencia
-c o m o lo ilustra M acL eod (1 97 0)- que trata de asegurar un riguroso
punto de arranque, pues ninguna investigación es m ejor que su
punto de partida.
L a secu en cia de las etapas y de los pasos de la m e to d o lo g ía
fen o m en o ló gica, que presentam os a continuación, se fundam enta
b ásicam en te en ideas tom adas de los autores m ás represen tativos
de la o rie n ta c ió n fen o m e n o ló g ic a , c o m o son los estudios de E.
H u sserl (1962, o rig . 1913; 1970, o rig. 1936), M . H e id e g g e r (1974,
o rig . 1927), A. van K aam (1966), A. Schutz (1967), H . S p ie ge lb e rg
(1976, 4 vols.), A. G io rg i (1971, 1975, 1979, 1983, 1985), O. Kui-
ken (1981), C. M oustakas (1994), D. R iem en (1998), J. C resw ell
(1998) y en nuestra p ro p ia obra (1996b).

Etapa descriptiva

El objetivo de esta etapa, que se realiza en tres pasos, es lograr


una descripción del fenóm eno en estudio que resulte lo más com pleta
y no prejuiciada posible y, al m ism o tiempo, refleje la realidad vivida
p o r cada sujeto, su m undo y su situación, en la form a más auténtica.
Una buena descripción es una con d itio sine qua non para pod er rea­
liza r una investigación digna de respeto, lograr conocim ientos váli­
dos y no em barcarse p or un cam ino de ilusión, engaño y decepción.

P rim e r paso: Elección de la técnica


o procedimiento apropiados

E l en foqu e fen o m e n o ló g ic o d escarta en form a casi total y abso­


luta los experim entos, enten didos en sentido estricto, que se hacen
p a ra el con o cim ien to de las realid ad es humanas, ya que siem pre
crean una nueva realid ad a rtificia l, alteran do en esencia la n atu ­
ral, que es la que deseam os conocer. P o r otra parte, los m étodos
fen o m en o ló gico s siem pre se han c ara cterizad o p o r ser una protes­
ta con tra to d o tip o y form a de redu ccion ism o.
R esultarán muy útiles, sin em bargo, todos los p rocedim ien tos
que p erm itan realizar la observación repetidas veces: gra b a r Jas
entrevistas, film ar las escenas, televisarlas, etc. N o obstante, será
esencial que no perturben, d eform en o distorsionen con su presen­
cia la auténtica realid ad que tratan de sorpren der en su o rigin al y
p rim ig e n ia espontaneidad.
E n la práctica, la “ob serva ció n fe n o m e n o ló g ic a " -q u e servirá
p a ra re c o g e r los "d ato s” sobre los cuales se h ará lu ego la d escrip ­
ción p ro to c o la r- se pu ede re a liza r m ediante:

a ) L a observación directa o p a rticip a tiv a en los eventos vivos


(tom an do notas, reco gien d o datos, etc.), p ero siem pre tratan­
do de n o alterarlos con nuestra presencia.
b ) La entrevista co lo q u ia l o dialógica con los sujetos en estudio
o, cuando éstos son muy niños o impedidos, con las personas
que poseen mayores conocim ientos e inform ación al respecto:
padres, maestros, etc. Con anterioridad, esta entrevista deberá
estructurarse en sus partes esenciales para obtener la m áxim a
colaboración y lograr la m ayor profundidad en la vida del
sujeto; conviene grabarla, film arla o televisarla para disponer
después de un rico contenido que facilite el análisis y la des­
cripción (véase norm as acerca de la entrevista, cap. 4).
c ) L a encuesta o el cu estion a rio, parcialm en te estructurados, y
abiertos y flexibles en el resto, de tal m anera que se adapten
a la singularidad de cada sujeto particular.
d ) E l autorreportaje, a p artir de una gu ía que señale las áreas o
las preguntas fundam entales que van a ser tratadas.

Estos p roced im ien tos no son excluyentes, sino que, m ás bien,


se in tegra n en la práctica.

Segundo paso: Realización de la


observación, entrevista, cuestionario
o autorreportaje

E l proceso de la observa ción fen o m en o ló gica , la re a liza c ió n de


una entrevista, la p rep a ra c ió n y la a p lica ción d e un cuestion ario
o la re a liza c ió n de un au torreportaje, ten drá presente, ante todo,
c o m o p recau ción y alerta, las siguientes realidades:

• Que nuestra p ercep ción aprehende estructuras significativas.


• Q ue gen era lm en te vem os lo que esperam os ver.
• Que los datos son casi siem p re datos p a ra una u o tra h ip ó ­
tesis.
• Que nunca observam os lo d o lo que p od ríam os observar.
• Que la ob servación es siem p re selectiva.
• Que siem pre hay una "c o rre la c ió n fu n cion al" entre la teoría
y los datos: las teorías influyen en la d eterm in ación de los
datos tanto c o m o éstos en el estab lecim ien to de las teorías.

Para que la observación sea "más objetiva” se aplicarán las reglas


de la "reducción” (epojé) fenom enológica:

R egla s n egativas (para no ver más de lo que hay en el ob jeto y


n o p ro y ec ta r nuestro m u ndo in tern o):

a) T ratar de “ re d u c ir” todo lo su b jetivo: deseos, m iras p rácti­


cas, sentim ientos, actitudes personales, etcétera.
b) P on er entre paréntesis las p os icio n e s teórica s: co n o c im ien ­
tos, teorías, hipótesis, varia b les o dim ensiones p rec o n ce b i­
das, etcétera.
c ) E xclu ir la tra d ició n : lo enseñado y aceptado hasta el m om en ­
to en relación con nuestro tema, el estado actual de la cien ­
cia al respecto y ciertos m arcos teóricos constreñidores.

R egla s positivas:

a ) Ver tod o lo dado, en cuanto sea posible: no sólo aqu ello que
nos interesa o c on firm a nuestras ideas, a q u ello que nos es
m ás im p ortan te vitalm ente, aqu ello que andam os buscando
o deseam os confirm ar, etcétera.
b) O bservar la gran va ried a d y com p lejid a d de las partes.
c ) R ep etir las observacion es cuantas veces sea n ecesario; p ara
e llo to m a r las p recau cion es que se in dicaron en el p rim e r
paso.

L a puesta en p rá c tic a de estas reglas en sentido p len o, com o


cu alqu ier in ten to de una “o b jetivid ad absolu ta”, no sólo es m uy
difícil, sino im posible de realizar con toda su pureza; es más, de
acuerdo c o n la ep istem o lo gía expuesta en los p rim ero s tres cap í­
tulos, es a lg o totalm en te sin sentido, y a qu e tod o estím u lo senso­
ria l extern o (visual, auditivo, olfativo, etc., co m o to d o acceso a la
m e m o ria ) req u iere un d e c o d ific a d o r m en tal interno que le dé sen­
tid o o un trasfon do u h o rizo n te sign ificativos en qué ubicarse. Sin
em bargo, la orien tació n fen o m e n o ló g ic a nos alerta p a ra que este
fa c to r m ental in tern o no desem peñe una fun ción determ inante,
ign o ran d o la n atu raleza de la realid ad exterior. Pero, p a ra lo g ra r
un n ivel adecu ado y el e q u ilib rio n ecesario entre am bos, se requ ie­
re un gra d o con siderable de aptitud, entrenam iento y autocrítica.
En esencia, la observación fen om en ológica, en sus diferentes
form as, consiste en observar y registrar la realidad con una p rofu n ­
da con cen tración y una "ingenuidad disciplin ada". A b rir b ien los
ojos y m antenerlos así, m ira r y escuchar con toda atención y p on er
todos los sentidos en el asunto.
Antes de la re a liza c ió n com pleta de este paso, con vien e h a cer
un estudio p ilo to con algunos casos, con el fin de "a fin a r” los ins­
trum entos, las técnicas o los p roced im ien tos que se van a u tiliza r
en to d a la investigación.

Tercer paso: E laboración de la descripción protocolar

U n fen óm eno bien observado y registrado no será d ifíc il de des­


c rib ir con características de autenticidad. Resultará, en cam bio,
m uy arriesgado trata r de h acerlo sin que haya sido p re c e d id o p o r
buenas observaciones, ya que todas las etapas posteriores se a p o ­
yarán en los "p ro to c o lo s " produ cidos p o r la d escripción fen o m e­
n ológica, la cual puede con star de relatos escritos y grabacion es
de au dio y de video.
E l fin de este paso es p ro d u cir una d escripción fe n o m e n o ló g i­
ca con las siguientes características:

a ) Que refleje el fen óm en o o la realid ad así co m o se presentó.


b ) Que sea lo más com pleta posible y no om ita nada que pudiera
tener alguna relevancia, aunque en este m om ento no lo p a rez­
ca: éste no es el m om ento de ju zga r el valo r o el significado
de las cosas; que aparezcan, hasta donde sea posible, todos
los elementos, partes, detalles o matices de lo observado; a
veces resulta que un detalle será después la clave para desci­
fra r y com pren der toda una estructura.
c ) Que no con ten ga elem entos "p ro yecta d o s” p o r el ob serva­
dor: ideas suyas, teorías "con sa grad as”, p reju icios p rop ios
o hipótesis "plau sibles” ,
d ) Que reco ja el fen óm en o descrito en su con texto natural, en
su situación p ecu lia r y en el m undo p ro p io en que se presen­
ta. Las grabaciones de audio y de video, p o r su gran riq u eza
de inform ación, pod rán form a r parte im portante de la des­
c rip c ió n fen om en ológica.
e ) Que la d escripción a p arezca re a liza d a con una v erd a d e ra
"in gen u idad d iscip lin a d a” .

Esta descripción será el "p ro to co lo" (es decir, la "m ateria-base”)


sobre el cual se cen trará e l estudio constituido p o r los pasos de la
tercera etapa, la etapa estructural. La cicscripción de un "buen"
p ro to co lo puede no ten er más de cin co o seis páginas, d ep en d ien ­
do de la naturaleza y de la com p lejid a d del fen óm en o descrito.
L ógicam en te, una d escripción con estas características exige
m ucha aten ción y cuidado, y bastante trabajo: no es tarea que se
pueda rea liza r con decisiones del tip o "m ás o m en os” ; p o r ello, las
in vestigacion es de esta n atu raleza deben centrarse en e l estudio de
un n ú m ero redu cid o de casos.

Etapa estructural

E l trabajo cen tral de esta etapa es el estudio de las d es crip c io ­


nes contenidas en los p rotocolos.
L os seis p rim eros pasos se hallan tan unidos y enlazados entre
sí que es p rácticam en te im p osib le separarlos p o r com p leto. L a
m en te hum ana no respeta esta secu en cia en form a estricta, ya que,
en su activid ad cognoscitiva, se adelanta o vu elve atrás con gran
ra p id ez y a gilid a d p ara d ar sentido a cad a elem en to o aspecto; sin
em b a rgo, p o r con stitu ir actividades m entales diferentes, con vien e
d eten erse en cada una p o r separado, de acuerdo con la p riorid a d
tem p o ra l de la activid ad en que p on en el énfasis.
L a ca p ta ció n de nuevas realid ad es en esta etap a d ep en d erá
d e la profu n d id ad y lo com p leta que sea la in m ersión en el fen ó m e­
n o d escrito , d el tie m p o que dure, d e la ap ertu ra a todas las suti­
lezas existentes y de lo fresca, lím p id a y sensible que se en cu en tre
la m ente.
L a actividad m ental se realizará de tal m anera que "perm ita ver
lo que se muestra (en nuestra conciencia), tal com o se muestra p or
sí m ism o y en cuanto se muestra p o r sí m ism o” (H eidegger, 1974).
Para lo g ra r lo anterior, en esta etapa deben ponerse plenam ente
en p ráctica las reglas negativas y positivas de la redu cción fen om e­
n ológica expuestas en la etapa anterior, pues la mente humana está
estructurada de tal m anera que tiene una inclinación, casi insupe­
rable, a v e r más de lo que hay en el objeto, debido a las em ociones,
intereses, conocim ientos, teorías y valores.

P r im e r paso: L ectu ra gen era l de


la d escripción de cada p ro to co lo

A partir del hecho de que la d escripción p ro to co la r sea lo más


com pleta posible y no contenga elem entos espurios introducidos de
m anera clandestina, subrepticia o inconsciente, esta v e z el esfuerzo
consistirá en "su m ergirse” m entalm ente en la realidad ahí expresa-
M<¿ l'.wii'. II IVv m.\ i>i'. m 11ii,l\ nuuirvin

da, y hacerlo del m odo más intenso. En otras palabras, el investiga­


d or revisará la descripción de los protocolos (relato escrito, audio y
vid eo), p rim ero, con la actitud de revivir la realidad en su situación
con creta y, después, con la actitud de reflexionar acerca de la situa­
ción vivid a para com pren der lo que pasa.
E n este m om en to es necesaria una gran to lera n cia a la am bi­
güedad y con trad icción (que, quizá, sean sólo aparentes), una gran
resistencia a la n ecesid ad de dar sentido a tod o con rapidez, y
una gran oposición a la p recipitación p or categorizar las cosas de
acuerdo con los esquem as ya fam iliares. H a y que "esp a n tar”, p o r
así decir, todo lo que no em erja de la descripción protocolar. D e
otra m anera, no verem os más de lo que ya sabemos y no harem os
más que con firm arn os en nuestras viejas ideas y aun en nuestros
p ropios prejuicios.
E l objetivo de este paso es re a liz a r una visión de conjunto p ara
lo g ra r una idea gen eral del con ten ido que hay en el p ro to co lo .
S erán necesarias muchas revisiones del m ism o p ro to co lo , y resul­
tará im p rescin dib le trata r de hacerlas siem p re con la “m en te en
b la n co ” . L o g ra d a esta id ea general, se puede ir al segundo paso.

S egu n do paso: D e lim ita c ió n de


las unidades tem áticas naturales

Tanto este paso co m o el quinto (id en tifica ció n de la estructura)


constituyen los dos p olos de una m ism a realidad. D ebid o a ello,
están íntim am ente relacionados. El sign ificad o de una afirm ación ,
p ro p o s ició n o d eclara ció n relevan te del p ro to co lo es determ in ado
p o r la estructura o gestalt de la que fo rm a parte; p ero la estruc­
tura cam b ia de n atu raleza según sea el sign ifica d o que se le v ea o
atribuya a las sentencias particulares. Existe, p o r consiguiente, una
interacción , una in terd ep en d en cia y, tam bién, una d ia léctica entre
am bos polos. S ólo p o r razones de o rd en nos fijam os p rim e ro en
una y lu ego en otra.
Esencialm ente, este paso consistirá, com o señala H eidegger,
en pen sa r -m e d ita n d o - acerca del p osib le sign ifica d o que pudiera
tener una parte en el todo. Tal m ed itació n requ iere una revisión
lenta del p ro to co lo p ara percatarse de cuándo se da una tra n s ición
del significado, cuándo aparece una va ria ción tem ática o de senti­
do, cuándo hay un ca m b io en la in ten ción del sujeto en estudio.
Podem os p erc ib ir esto en un p ro to co lo cuando vem os que el sujeto
en estudio pasa a tratar o a hablar de "o tra cosa” .
Es así co m o se obtien e una d elim itación de áreas sign ificati­
vas, que son las unidades tem áticas naturales del p ro to co lo . Esta
d ivisión nos da un gru po de unidades significantes o constituyen-
U’s tic- una posible estructura. li.1 "con stituyen te'1 no es un sim ple
elem en to, es algo que tiene un sentido p o r su rela ció n con una
totalidad focal. Un p ro to co lo puede ten er pocas o muchas unida­
des tem áticas: eso d ep en d erá de su naturaleza y de su constitución
gen eral.

Tercer paso: Determ inación del


tema central que dom ina cada
unidad temática

En este paso se realizan dos cosas: en p rim e r lugar, se e li­


m in an las repeticion es y redundancias en cada unidad tem ática,
sim p lifica n d o así su extensión y la de to d o el p ro to co lo ; en segun­
do lugar, se d eterm in a el tem a central de cad a unidad, aclarando
y elab oran do su sign ificad o, lo cual se lo g ra relacion án dolas una
con otra y con el sentido del todo. L a expresión del tem a central
debe hacerse en una frase b reve y con cisa que conservará, todavía,
el len gu aje p ro p io del sujeto.
L a d eterm in a ción d el tem a cen tral es una actividad em in en ­
temente creadora. E l in vestigador debe alternar continuam ente lo
que los sujetos dicen con lo que sign ifica n . Esta alternan cia le lleva­
rá fu era de los protocolos, a contextos y horizontes que sólo tienen
una con exión p arcial con ellos. Los significados del contexto y del
h o rizo n te son dados co n el p rotocolo, g e r o no se hallan en él.
P o r esto, el in vestiga d or debe ir más allá de los datos o rig in a ­
les, pero, al m ism o tiem po, tiene que estar en ellos. E l p e lig ro es
siem p re el m ism o: im p o n e r teorías conceptuales a los datos, más
que “dejarlos h a b la r” . C on vien e te n er siem pre presente la frase de
M erleau -P on ty y otros fen om en ólogos: “E l hom bre está con den a­
do al sign ificad o ."
E l p ro ceso im p lica d o aquí es un p roceso de fen om en ología her­
m enéutica, cuyo fin es d escu brir los sign ificados que, en ocasiones,
no se m anifiestan en form a in m ediata a nuestra observación y aná­
lisis. L a clave m aestra p a ra lo g ra r esto es el estudio de las posibles
intenciones, com o verem o s con m a yo r detalle en el paso quinto
acerca de la búsqueda de las estructuras.
L a m e to d o lo g ía fen o m en o ló gica, en esencia, es d ia lé ctica ; d eb i­
do a ello, se acon seja re cu rrir de v e z en cuando al m ism o sujeto
in fo rm a n te (siem p re que esto sea p osib le), con el fin de que aclare
el sign ifica d o que tien en p ara él algunos com pon en tes del p ro to c o ­
lo. E l in vestiga d o r no puede p resu m ir que siem pre entenderá bien
tod o lo que el sujeto d ijo o escribió. Esta realim en ta ción puede
resu ltar m u y c la rifica d o ra y p rev e n ir m uchas falsas in terp retacio ­
nes, lo cual aum enta el n ivel de "o b jetivid a d ” .
C u arto paso: E xpresión del tem a
cen tral en lengu aje c ien tífic o

E n este paso, e l in vestiga d o r re flex io n a rá acerca de los temas


centrales a que ha redu cid o las unidades tem áticas (que todavía
están escritos en el lengu aje con creto del sujeto), y expresará su
contenido en un lenguaje técnico o cien tífico apropiado (lenguaje
p sicológico, p ed a gó gico , socio ló gico , etc.).
En otras palabras, en este paso se in terro ga rá de m anera siste­
m ática a cada tem a cen tral qué es lo que re ve la a cerca del tem a
que se investiga, en esa situación con creta y p ara ese sujeto, y la
respuesta se expresará en lengu aje técn ico o cien tífico.
Es en este punto d on d e la presencia, la acción y la influ encia
del in vestiga d o r se hacen más evidentes, pues son necesarias p ara
in terp retar la relevan cia cien tífica de cada tem a central (G io rgi,
1975). V éase una e jem p lific a c ió n de los últim os tres pasos en el
cu ad ro 6.1.

Q u in to paso: In te g ra c ió n de todos
los tem as cen trales en una estructura
p a rticu la r d escrip tiva

Este paso constituye e l cora zón de la in vestiga ción y d e la cien ­


cia, ya que du rante el m ism o se d eb e d escu b rir la estru ctu ra o
las estructuras básicas de rela cio n es d el fen ó m e n o in vestiga d o .
Esta estructura, gestalt o form a, con stituye la fis o n o m ía in d iv i­
d u al que id en tifica ese fen ó m en o y lo distingue de todos los dem ás,
incluso de aquellos que p erten ecen al m ism o género, especie o
categoría.
La estructuración de una gestalt en nuestra m ente es, en parte,
un fen óm eno espontáneo, y su in tegración sigue las leyes de la fo r­
m ación de una "buena gestalt", p ero tiene tam bién su parte activa
en cuanto despierta nuevos análisis, observaciones, reflexiones explí­
citas e intentos de in tegrar aspectos no relacionados. Esto se puede
ob serva r en la m anera en que la p erson alidad de alguien descon o­
cido tom a form a en nuestra mente: com ien za p o r nuestras prim eras
im presiones, sigue con las observaciones de sus m ovim ientos, des­
pués continúa con la audición de su voz, etc. L o im portante es que
la estructura "surja" básicam ente de los datos del p rotocolo, que
sea fiel a las vivencias del sujeto estudiado y que no se le obligu e a
entrar en ningún sistem a te ó ric o p reestablecido.
R og ers (1968) pien sa que el m e jor in stru m ento a nuestra d isp o ­
sición p ara descu brir una estructura es el organ ism o hum ano, ya
que "cuando opera libre y no defensivam ente es, quizá, el m ejor ins-
Asalto criminal: Sujeto núm. 5 (joven de 18 años)

Segundo paso Tercer paso Cuarto paso

Expresión en lenguaje
Unidad temática núm. 8 Tema central científico

• "Me parecía que no era El sujeto núm. El sujeto núm. 5


yo quien actuaba. Todo 5 se siente presenta una falta
me parecía tan raro. presionado a grave de identidad
Usted sabe, es como si actuar y actúa personal: su yo
uno estuviera medio un poco como presente es débil y
sonámbulo. Ellos me un autómata; no su yo ideal falta por
habían amenazado y sabe bien quién completo. El nivel
no me podía quitar de es, qué quiere, de madurez personal
la mente sus palabras" ni qué sentido es inferior al que
(tomado del párrafo 12). tiene la vida corresponde a la
• "En aquel momento iba para él; desea edad de 18 años.
adelante un poco como que las cosas
un autómata" (párrafo cambien, pero no
19). sabe cómo. Toda
• "Me presionaron mucho; esta situación
si no hubiera sido así, le produce la
creo que yo no habría sensación de
participado en el atraco" estar caminando
(párrafo 24). en la oscuridad.
• "A veces no sé
verdaderamente quién
soy ni qué es lo que
quiero" (párrafo 32).
• "¿Qué sentido tiene la
vida para mí? Creo que
ni yo mismo lo sé. Quizá
ninguno" (párrafo 54).
• "Sí: desearía que las
cosas fueran de otra
forma; pero no sé cómo
ni qué hacer para que
cambien" (párrafo 58).
• "Es la sensación de
caminar en la oscuridad;
de ir adelante como un
ciego" (párrafo 62).*

* Para agrupar estas partes en la misma unidad temática se tuvieron también en cuenta los
elementos no verbales que ofrece la grabación sonora.
truniento científico existente, y es capaz de p ercibir una estructura
mucho antes de poderla form ular de manera con scien te” (p. 63).
Podem os resum ir -c o n base en este m ism o autor (1968,
p. 6 4 )- el proceso de descubrir las estructuras asum iendo que toda
cien cia se basa en el recon ocim ien to de una gestalt o realidad escon­
dida, percib ida borrosam ente. Esta gestalt o estructura se presenta
dando sentido a fenóm enos desconectados, y es tanto más adecua­
da cuanto más libre esté de la influencia de los valores culturales
y de los valores científicos anteriores, y cuanto más se base en el
aporte de todos los sentidos, en las intuiciones inconscientes y en
la percepción y captación cognoscitivas. Esta percepción de una
estructura de relaciones es, quizá, el corazón de toda verd ad era
ciencia. Einstein señala que “este ju ego com bin atorio parece ser el
rasgo esencial del pensam iento p rodu ctivo" (H adam ard, 1945, pp.
142-143). Y, según G urwitsch (1974), "a lo largo del proceso percep-
tual, la cosa en cuestión aparece bajo una m ultiplicidad de aspectos
variables que no sólo son com patibles con ella, sino que tam bién
'encajan' entre s í” (p. 122). Ninguna percepción, com o tam poco
múltiples percepciones, agotarán jam ás las posibilidades del con o­
cim ien to y de la experiencia. Nuevas percepciones tienen siem pre
la posibilidad de contribuir al con ocim ien to de cualquier objeto
(p. 335). En efecto, el sujeto perceptor siem pre cam bia su pers­
pectiva, lados o ángulos de visión y, así, enriquece la captación de
lo real. D e esta form a, la experiencia intencional del sujeto es una
com bin ación de la apariencia externa del árbol y el árbol que está
en su conciencia, basado en su m em oria, im agen y significado.
A veces, el investigador, en este punto, en lugar de guiarse
p o r una reflexión estrictam ente fen om en ológica, deberá trata r de
segu ir un análisis in te n cio n a l (id en tifica ció n de la in ten ción que
anim a la acción y toda la conducta), ya que la referen cia in ten cio ­
nal constituye la estructura básica del fen óm en o y la cla ve para
co m p ren d erlo (véase M a rtín ez M., 1999b, cap. 11).
El m ism o Husserl concentró su atención en el referente in ten cio­
nal porque lo creía la estructura básica del fenóm eno. Este estudio
consiste en poner una atención sistemática en los aspectos paralelos
del acto intencional y del referente intencional, y en qué form a se
corresponden uno a otro. L a intención es la estructura básica y, por
tanto, la clave del conocim iento de una persona, porque la intención
con que perseguimos un objetivo coordina y orienta muchas m otiva­
ciones, sentimientos, deseos, recuerdos, pensamientos y conductas
hacia esa meta.
L a determ in ación de una estructura inclu ye tam bién la iden ­
tifica ció n de sus p rin cip ales propiedades o atributos. Esto se lle va
a cabo m edian te una o p era ció n que H usserl llam aba la lib re varia-
ciú n cu la fantasía, d im ín a n d o ciertos com ponentes o sustituyén­
dolos p o r otros. Sí la om isión o sustitución no ujecía una estructu­
ra posible, quiere d ecir que ese com pon en te om itid o o sustituido
n o es esencial para ella. Si la afecta fundam entalm ente (b ásicam en ­
te) qu iere d ec ir que es relativam ente esencial. S i no sólo afecta,
sino tam bién destruye la co n fig u ra ció n tota l hasta el punto que sus
com pon en tes están en com p leta in com p atibilid ad entre sí, el c o m ­
pon en te o m itid o o sustituido es de absoluta y esen cial necesidad
para esa estructura o esencia.
L a d escripción es siem p re selectiva: es im p osib le ag ota r todas
las p ropiedades, especialm en te las p ropiedades de relación, de un
o b jeto o un fen óm eno. L a selección constituye una necesidad, p ero
tam bién una virtud. N os ob liga a concentrarnos en las característi­
cas centrales y d ecisivas de un fen óm en o y a dejar lo secundario
o accidental.
L a co n va lid a ció n de una estructura se rea liza relacion á n d ola
con el p ro to co lo origin al, es decir, averigu an do si hay "elem en tos"
o "aspectos" en el p ro to c o lo que no se han ten ido en cuenta en la
estructura, o si ésta p rop on e cosas que no están de algun a m ane­
ra en el p ro to co lo . E n este punto puede h aber discordan cias en
una estructura o entre varias de ellas. Tam bién aquí resulta necesa­
ria una cierta toleran cia a la am bigüedad, p ero con vien e p ro ced er
con la sólida con vicció n de que lo que aparece, quizá, com o inex­
p lica b le de m anera lógica, puede ser real y válid o existencialm ente.
H a y que rech azar la frecuente y p ern iciosa tentación de ign ora r datos
o temas que no “encajan” o de gen erar prem aturam ente una teoría
p ara elim in ar la d iscord a n cia conceptual.

Sexto paso: Integración de todas


las estructuras particulares en
u n a estructura general

L a finalidad de este paso es integrar en una sola d escripción , lo


más exhaustiva posible, la riqu eza de con ten ido de las estructuras
identificadas en los diferentes protocolos. Este paso equivale, más
o m enos, a d eterm in ar la fis o n o m ía grupal, es decir, la estructura
fiso n ó m ica que c a ra cteriza al gru po estudiado. E l p ro ceso de esta
o p e ra ció n ad icion al n o d ifiere, en p rin cip io, de los procedim ien tos
usados en los casos particulares. L a form u la ció n d eb erá consistir
en una d escrip ción sintética, p e ro com pleta, del fen ó m en o in vesti­
gado, enu n ciado en térm in os que identifiqu en de la m e jo r form a
posible, sin equ ívocos, su estructura fundam ental.
D escrib ir es a firm a r una con exión entre una cosa o realid ad y
todas las dem ás denotadas o connotadas p o r los térm in os en uso.
La d escripción p o r negación (a firm a r que no es oslo o lo o tro ) es
la más sim ple c indica la unicidad o in vd u c tib ilid a d de un fen ó m e­
no. Las otras dos form as son la a nalogía y la metáfora, las cuales
son m uy sugestivas, p ero tienen m uchos riesgos, pues con facilidad
se transfieren más elem entos y estructuras de los que inspiraron la
an alogía o la m etáfora.
C on cretam ente, aquí, la d escrip ció n consistirá en "su p erpo­
n e r ” , p o r así decir, la estructura de cad a p ro to co lo , que represen ta
la fis o n o m ía in d ivid u a l, con la de los demás, c o n el fin de id en tifi­
car y describir la estructura gen eral del fen óm en o estudiado, la cual
representa la fis o n o m ía co m ú n d el gru po. E l p ro ced im ien to es,
entonces, id io g rá fico y n o m o tético al m ism o tiem po.
La orientación fenom enológica -según la doctrina aristotélica
y aun el m ism o B a con - considera que a lo universal se llega, no
mediante el análisis de elem entos aislados de muchos casos particu­
lares, sino p or m edio del estudio a fondo de algunos casos ejem pla­
res para descubrir y com prender su verdadera naturaleza, la cual
encierra lo universal que, en últim o análisis, es signo de lo necesario.
Los grandes aportes que ha hecho Piaget a la psicología se lograron
siguiendo básicamente esta línea de pensamiento y de acción.
H usserl a firm a que la finalidad del m éto d o fen o m e n o ló gic o es
lo g ra r pasar de las cosas singulares al ser universal, a la esencia.
E sto se alcan za m ediante la in tu ic ió n eidética, es decir, la visión
intelectual d el éidos (esen cia), lo cual hace que ese objeto, fen ó m e ­
no o realidad, sea lo que es y no otra cosa.
U n a d escripción fen o m e n o ló gic a com p leta de la v iven cia exp e­
rien cia ! es im posible. Incluso el lenguaje d escrip tivo que se use
será siem pre tentativo. E l vocab u la rio y la sintaxis de tal lenguaje
deberán, quizá, ser dictados p o r las características de los fen ó m e ­
nos m ism os en cuestión.
L a riq u eza de los resultados puede agruparse no sólo p ara fo r­
m a r la estructura general, sino tam bién en reportajes ilustrativos
o sinopsis individuales p ara ser utilizados en foros, círcu los de
estudio, instituciones educativas, etcétera.

S ép tim o paso: E n trevista fin a l


con los sujetos estudiados

Este paso fin al consistirá en realizar una o varias entrevistas


con cad a sujeto p ara darles a c o n o c er los resultados de la in vestiga­
ción y o ír su p arecer o sus reacciones ante los mismos. A l com parar
estos resultados con su viven cia y experiencia personal, p odrán ap a­
recer aspectos omitidos, ignorados o, también, añadidos. Lógicam en ­
te, todo nuevo dato relevan te que em erja de estas entrevistas puede
a yu d a r a m e jo ra r la d e s c rip c ió n linal del p ro d u c to d e la in v estig a ­
ció n . Este p r o c e d im ie n to c o o p e ra tiv o y d ia ló g ic o p o s e e una gran
im p o rta n c ia y una fu n ción es p e cia l de re a lim e n ta c ió n p a ra a c la ra r
y p e r fe c c io n a r el c o n o c im ie n to lo g ra d o .

D is c u s ió n de los resu ltad o s

El objeto de esta etapa es relacionar los resultados obtenidos en


la investigación con las conclusiones de otros investigadores para
com pararlas, contraponerlas, entender m ejor las posibles diferencias
y, de ese m odo, llegar a una integración m ayor y a un enriquecim iento
del "cuerpo de conocim ientos” del área estudiada. Este es el proceso
de contrastación y teorización, com o se verá en el últim o capítulo.
En la m etodología fenom enológica, la discusión de los resultados
sigue un camino muy diferente al del m étodo científico tradicional.
En este último, la medida de variables aisladas, la correlación de las
dimensiones y su diferencia significativa es el criterio básico para
señalar relaciones, hablar de dependencia, form ular generalizaciones
em píricas e interpretaciones causales derivadas de los prom edios de
grupos anónimos, creer en causas y efectos, etc. L a m edida es una
clase de descripción que parece apropiada para explicar las realidades
cuantificables, característica de las ciencias naturales. Debido a ello,
el enfoque causal y determinista -qu e trata de descubrir una secuen­
cia lineal y mecánica de influ encia- es el que guía toda la búsqueda de
la conexión de eventos y fenómenos. En este tipo de explicaciones, la
matemática, con su alto nivel actual de sofisticación, tiene la función
principal.
L a m e to d o lo g ía fen o m e n o ló g ic a , en cam bio, n o se restrin ge a
esta clase de exp licacion es (aunque las u tiliza cuando le resultan
útiles), ya que p oco o nada expresan acerca d el proceso, ni de có m o
o p o r qué suceden las cosas; dichas exp licacion es sim plem ente
señalan una secuen cia lineal. Es más, en rela ció n c o n los fen ó m e­
nos hum anos, se pien sa que no son exp licacion es suficientes y que,
en ocasiones, fallan p o r c om p leto co m o tales. En efecto, no puede
aislarse una va ria b le en la v id a hum ana y, m enos aún, con tro larla
en fo rm a rigurosa, sino m edian te una m a n ip u la ció n a rtific ia l de la
situ a ción y el aislam iento de la experiencia fuera de su contexto natu­
ral. Las variables no son personas. Es ló gic o que, al hacer esto, no se
puedan ge n era liza r las conclusiones o que se llegu e a deducciones
errón eas y, a m enudo, con tradictorias.
Todo esto hace p en sar que la p ersp ectiva cuantitativa ha vu elto
absoluta la m ensu rabilidad en fo rm a indebida. En cuanto a las
cien cias humanas, no se ha resp on did o tod avía a la pregun ta de si
ir .l l’M'TKII. IV\i:i!i.\ |||'l.\ Ml:li IIIIH.III,1\I i1M.ll \ll\\

la cu an tilica eión do los datos es una necesidad, un m ero hábito o,


sim plem ente, a lg o que se aplica porque es accesible com pu tacio-
nalm ente. Las con d icion es para un uso adecuado y correcto de las
m edidas cuantitativas las analizam os deten idam en te en M artín ez
M . (1999d).
M uchas investigaciones científicas buscan una técnica para
m ed ir un fenóm eno, y después determ inan su sign ificado con base
en la dim ensión, cuantía o volu m en de esa m edida. E n el enfoque
fen om en ológico, se puede d ecir que el s ig n ific a d o es la v e rd a d e ra
m e d id a . Esto es, se va directam en te al sign ificad o del fen óm en o
p o r un m étod o que exp lora de m anera sistem ática y d irecta el sig­
n ificad o, sin pasar p o r la m edida. N o es que la d im en sión de una
cosa (su tamaño, volum en, nivel, peso, etc.) no tenga im portancia;
lo que se afirm a es que puede n o tener im portancia; y a m enudo no
la tiene, ya que algo p equeñ o y hasta insignificante en apariencia,
puede tener una función determ inante y decisiva, com o sucede,
incluso en la tecnología, con los elem entos "d isparad ores"; y, en
las cien cias de la vida y ciencias humanas, en general, el "efecto
d isp arador” de p rocesos se da continua y sistem áticam ente.
Para enten der el sign ificad o de una con ducta debem os enten der
su s ig n ific a d o f u n c io n a l, y p a ra enten der el sign ificad o funcional
de tod o acto conductual hay que entender su relación con el todo.
A h ora bien, sólo una d escrip ción cuidadosa puede h acer explícita,
de m anera adecuada, la form a en que un acto de conducta "en ca ja ”
en el contexto de una situación y así d escu brir su significado. Esta
operación se opone p or com pleto a la del análisis con que muchas
veces se trata de "in terp retar" los datos. Tal análisis frecuentem ente
consiste en separar, dividir, aislar, atom izar y hasta v ivis ec c io n a r
una realidad. Desde el punto de vista fen o m en o ló gico , este cam in o
se con sidera el m enos fecu n do y el que m ás aleja de una verd ad era
com pren sión .
Habrá que tener en cuenta todas estas ideas, y muchas otras más, a la
hora de com parar nuestros resultados con los de otras investigaciones.
Llegamos, de esta manera, a establecer los dos conceptos que nos
parecen fundamentales para la comprensión de la conducta huma­
na: la e s tru c tu ra y la fu n c ió n . Estos dos conceptos, bien en ten d id o s y
ap lic a d o s, podrían dirim ir incontables controversias entre posiciones
opuestas, y también ayudar a superar el viejo problem a del dualis­
mo cartesiano entre mente y cuerpo. En el enfoque fenomenológico,
ambos conceptos se integran en la vida auténtica y real. L a e s tru c tu ra
e stá co m p u esta p o r u n a red de. “elem en to s" q u e p ierd e n s u c o n d ic ió n de
tales a l u n irse entre sí en fo rm a interdependiente, y a l re la c io n a rse c o n
e lla m ed ian te el desem peño de u n a fu n c ió n . El cuerpo se une a la mente
en esta forma: las partes corporales se integran y crean la estructura
mental cuando se míen cutre sí y con el todo, desem peñando una
función. De esta manera, se puede entender la conclusión a que ha
llegado Rothschild -desarrollada con am plitud en n eu rofisiología
y p siqu iatría- de que "la mente es el sign ificado del cu erpo” (en
Polanyi, 1969, p. 222). Resulta evidente que una buena investigar
ción psicológica, pedagógica, sociológica, etc., debería term inar
delineando la "estructura psicológica, pedagógica, sociológica, etc.,
gen era l” del fen óm eno estudiado. E llo arrojaría mucha luz sobre la
naturaleza relacional de las realidades humanas.
E n la tercera parte de esta o b ra se expon en los aspectos gen e­
rales de los p rocesos de ca tego riza ción , estructuración, contrasta-
ción y teoriza ción , con los cuales se p od rá en riqu ecer lo expuesto
aquí co m o esp ecífico del m étod o fen om en ológico.

b) FEMINISMO

Im agen t r a d ic io n a l de la m ujer

N o podem os com pren der el m ovim ien to fem inista actual sin una
m irada histórica retrospectiva. Num erosas investigaciones concuer-
dan en el señ alam ien to de una a m p lia gam a de estereotipos acerca
del gén ero fem enino y masculino. Estos estereotipos caracterizan a
las mujeres com o sensibles, intuitivas, incapaces de objetivid ad y
con tro l em ocion al e inclinadas a re a liz a r y m antener relaciones
personales. A los hombres, en cam bio, se les considera superiores
en su capacidad de racion alid ad y objetividad científica, y con una
d otación natural p a ra una o rien tación adecuada en rela ció n con
los dem ás. L a m u jer es la exp lotada y el objeto de abuso, y es
in capaz de exp lotar a los dem ás d eb id o a su "natural" debilidad
y altruism o, aspectos que son, a su vez, su fu erza co m o esposa,
m adre y am a de casa. P o r el con trario, al h om b re le resulta fácil
exp lota r y ju stifica r este com p o rtam ien to en n om bre de una id e o ­
lo g ía p o lítica y econ óm ica.
Estas m ism as d iferen cias y características se atribuyen a
muchas m inoría s étnicas, y form an una con figuración de sumisión,
pasividad, docilidad, dependencia, falta de iniciativa, inhabilidad
para actuar, p ara d ec id ir y p ara pensar. Son, en gen eral, cu ali­
dades y características más infantiles que de adultos y revelan
inm adurez, d eb ilidad e im potencia. Es más, si los subordinados
adoptan estas características son con siderados co m o seres "bien
adaptados” .

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