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¿Qué es el Impuesto a la Renta?

¿Quiénes
lo Pagan?
Por Editor renta2015 9/01/2014 | 12:55 0 Publicado en FORMULARIO 22, RLI

La Ley sobre Impuesto a la Renta también conocida por su abreviatura de “LIR”, contrario
a lo que se cree, en realidad trata sobre un conjunto de Impuestos a la Renta y no de uno solo
como muchas veces se piensa cuando se habla de “Impuesto a la Renta”. De ahí, entonces,
que para abordar y comprender el Impuesto a la Renta deben separarse la empresa o sociedad,
respecto de su dueño, socio o accionista, según corresponda.

En nuestro país, todas las empresas son contribuyentes del Impuesto a la Renta, quienes como
ya señalamos lo pagan en el mes de abril, bajo su propio RUT como contribuyente empresa,
recibiendo el nombre de “Impuesto de Primera Categoría” (IDPC), siendo su tasa vigente
de 20% y que debe calcularse sobre la utilidad de la empresa, como consecuencia del
resultado o ganancia obtenida en sus operaciones comerciales, al cual se arriba una vez
descontado de los ingresos por ventas y/o servicios del año 2013 los costos, gastos y pérdidas
también del año 2013 asociados a su actividad. Este resultado o utilidad así obtenido requiere
previamente ser ajustado según lo indica la Ley de Renta e instrucciones del Servicio de
Impuestos Internos, esto porque las normas tributarias para el pago del Impuesto a la Renta
son diferentes en su fondo o contenido a las normas contable-financieras. De ahí, entonces,
que la base imponible o monto sobre el cual se aplica el impuesto se conoce como “Renta
Líquida Imponible” (RLI) y debe ser siempre positiva para que la empresa pague su
Impuesto de Primera Categoría. Esta RLI puede estar conformada por rentas percibidas y/o
devengadas. Las rentas percibidas son aquéllas que han ingresado materialmente al
patrimonio de la empresa, por ejemplo, cuando ésta ha realizado ventas al contado durante el
año 2013, se habla de que las rentas de la empresa se encuentran percibidas. En cambio, si la
empresa ha realizado ventas y éstas a la fecha del balance aún siguen apareciendo como
pendientes de cobro, se habla de rentas devengadas. Las rentas devengadas suponen un
crédito o un derecho para su titular, en este caso, la empresa.

Si la base del impuesto es negativa, entonces, se habla de una Renta Líquida Imponible
negativa o Pérdida Tributaria, lo que hace que la empresa suspenda el pago de su Impuesto
de Primera Categoría y, al mismo tiempo, solicite a través del Formulario 22 la devolución
total de los “Pagos Provisionales Mensuales” (PPM) que realizó durante el año 2013. Estos
PPM son una especie de adelanto mensual u ahorro obligatorio que realizan las empresas al
Fisco a través del Formulario 29 (conocido como Declaración de IVA), a cuenta del
Impuesto anual de Primera Categoría, previniéndose con ello que en el mes de abril la
obligación por Impuesto a la Renta sea muy alta. En realidad, en el mes de abril las empresas
realizan una especie de rendición de cuentas al Fisco, de modo que si el Impuesto anual de
Primera Categoría resulta mayor al monto de los PPM realizados durante el año 2013,
entonces, pagará al Fisco la diferencia positiva, la cual se cobra debidamente reajustada por
IPC. En cambio, si los PPM han resultado mayores al monto del Impuesto de Primera
Categoría, la empresa utilizando el Formulario 22 pedirá al Fisco la devolución de esta
diferencia a su favor, la cual le será devuelta reajustada también por IPC a partir del mes de
mayo de 2014.

Si la empresa corresponde a un contribuyente que declara su impuesto a la renta a partir de


un balance general y contabilidad completa, entonces, obligatoriamente, deberá llevar y
mantener en el tiempo un libro especial denominado “Fondo de Utilidades Tributarias”
(FUT), el cual debe estar timbrado por el SII, y que tiene por función guardar y controlar
todas las utilidades tributarias o RLI anuales que han sido obtenidas (incluyendo las pérdidas
tributarias o resultados negativos) y los impuestos de Primera Categoría asociados a dichas
utilidades que han sido pagados cuando corresponda. Este libro tiene importancia
precisamente desde el punto de vista de los dueños de la empresa, según se expone a
continuación.

Por otra parte, los dueños de la empresa, quienes según el tipo de empresa en que participan,
reciben el nombre de empresario individual (si se trata del propietario de un único negocio
o comercio), socio (si es dueño de una Empresa Individual de Responsabilidad Limitada
conocida como “EIRL”, o dueño de una Sociedad de Personas, como por ejemplo, de una
Sociedad de Responsabilidad Limitada o “SRL”) o accionista (si se trata del dueño de las
acciones de una Sociedad Anónima o de una Sociedad por Acciones abreviada “SpA”),
también son contribuyentes del Impuesto a la Renta, particularmente, de impuestos
personales a la Renta. Todos ellos utilizan para su declaración personal el Formulario 22,
empleando en ello su propio RUT (no el RUT de la empresa). Este impuesto personal a la
renta opera sobre el monto de las utilidades tributarias de la empresa (FUT) que han sido
retiradas durante el año 2013 por los dueños, esto es, por aquél Fondo de Utilidades
Tributarias (FUT) que han sacado directamente a su bolsillo personal.

Para la declaración de impuestos personales a la Renta deberá distinguirse la situación de


domicilio o residencia del dueño, socio o accionista de la empresa y su condición de persona
natural. Si se trata de dueños personas naturales nacionales por ser domiciliados o residentes
en Chile, entonces, el Impuesto a la Renta que aplica a los retiros de utilidades o de FUT de
la empresa recibe el nombre de “Impuesto Global Complementario” y se abrevia “IGC”.
Para la aplicación de este impuesto se requiere que las rentas siempre estén percibidas, esto
es, que hayan ingresado materialmente al patrimonio personal del dueño, socio o accionista,
según corresponda. Este IGC se caracteriza por ser un impuesto de tipo progresivo, esto es,
el que más gana mayor sacrificio impositivo o social realiza, además de presentar varias tasas
% según el tramo de rentas en que se ubiquen los retiros realizados por el dueño, socio o
accionista de la empresa. Las tasas van desde un 0% o exento para rentas o retiros anuales de
hasta $ 6.605.064.- (13,5 Unidades Tributarias Anuales, al mes de diciembre de 2013), lo
que significa que si los retiros del dueño son inferiores o iguales a este monto, entonces, no
paga IGC. Pudiendo llegar a una tasa máxima de 40% en el caso de rentas o retiros anuales
superiores a $ 73.389.600.- (150 Unidades Tributarias Anuales, al mes de diciembre de
2013). Las tasas intermedias de IGC son 4%, 8%, 13,5%, 23%, 30,4%, 35,5%.

En cambio, si el dueño, socio o accionista de la empresa no tiene domicilio ni residencia en


Chile, lo que muchas veces ocurre por su condición natural de extranjero, sin importar si se
trata o no de una persona natural o una jurídica, entonces, el Impuesto a la Renta que aplica
a los retiros de utilidades o remesas que han sido enviadas al extranjero se denomina
“Impuesto Adicional” o “IA”. La tasa del IA es fija en un 35%, aunque este impuesto
también presenta otras tasas y situaciones especiales en las cuales aplica.

Tanto el IGC como el IA corresponden a impuestos personales a la renta, primos hermanos


entre sí, ya que si no aplica uno aplicará el otro en los términos ya indicados. Asimismo,
mención especial cabe señalar respecto a la verdadera naturaleza del Impuesto a la Renta de
Primera Categoría que pagan las empresas en Chile, pues desde el año tributario 1984 y hasta
la fecha, este impuesto en realidad es una especie de préstamo o anticipo de dinero que
realizan anualmente las empresas al Fisco, quien luego le permite a sus dueños, socios o
accionistas, en la medida que haya sido pagado efectivamente este Impuesto de Primera
Categoría, rebajarlo o descontarlo en el Formulario 22 cuando éstos declaran sus impuestos
personales, ya sea del IGC o IA, según corresponda. Esta es una situación única en Chile, ya
que el verdadero costo por Impuesto a la Renta en nuestro país está dado en definitiva por el
IGC o IA, según corresponda, y que debe ser cumplido por el dueño, socio o accionista de la
empresa, pues son éstos en la medida que realicen retiros de las utilidades de la empresa
quienes antes de pagar IGC o IA, según corresponda, deberán descontar de uno u otro el
Impuesto de Primera Categoría que a nivel de empresa pagó la utilidad que ha resultado
retirada. Esta rebaja es lo que se conoce con el nombre de “Crédito por Impuesto de Primera
Categoría”. Por lo que si un dueño, socio o accionista por las utilidades tributarias o FUT
que haya retirado de su empresa durante el año 2013 se encuentra en una tasa intermedia de
IGC, por ejemplo, de 35,5%, deberá descontar por dichas utilidades la tasa de Impuesto de
Primera Categoría que han pagado a nivel de empresa, supongamos que es 20%, entonces el
impuesto a pagar en abril a través del Formulario 22 será por el equivalente, en términos de
tasas, de 15,5%. También podría darse el caso de un dueño, socio o accionista que haya
retirado por un monto inferior a $ 6.605.064.- (límite de la exención de IGC), encontrándose
luego exento del IGC por ser el impuesto personal igual a 0, por lo que el dueño, socio o
accionista luego al rebajar en este caso el Impuesto de Primera Categoría como un crédito
contra su IGC verá que su declaración anual de Impuesto a la Renta le arroja un resultado
negativo, lo que significa que el Fisco le tendrá que devolver todo el Impuesto que le anticipó
la empresa. Esto por la mecánica especial de operación que une al Impuesto de Primera
Categoría a nivel de la empresa con el IGC o IA de su dueño, socio o accionista. De ahí,
entonces, que el Impuesto de Primera Categoría de la empresa es sólo una forma de prepagar
o adelantar el pago del IGC o IA.

Así las cosas, el Impuesto de Primera Categoría aunque legalmente sí lo paga la empresa,
económicamente no le produce a ésta impacto alguno, pues finalmente el verdadero
contribuyente que soporta el peso o la carga del Impuesto a la Renta es la persona que debe
declarar en el IGC o IA, según corresponda.

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