Cuando una persona recibe la noticia que padece DM se desencadena en ella una
serie de reacciones, en ocasiones contradictorias, que varían según la edad, el
sexo, las referencias que tenga de la enfermedad, el tipo de DM y la forma de
presentación.5 Pueden manifestarse estados emocionales dominados por la
aprehensión, la preocupación sobre la salud y su pronóstico, la incertidumbre, la
ansiedad y la depresión, por lo que dependiendo de cómo haya transcurrido la
etapa previa al momento de la comunicación del diagnóstico, las representaciones
del sujeto y de sus redes de apoyo acerca de su salud, así como la información
que manejan sobre la DM, se desarrollará la respuesta inicial y el proceso de
afrontamiento más inmediato ante el diagnóstico.
Hablando del paciente diabético debemos decir que el apoyo familiar también está
relacionado con la actitud que toma el paciente para afrontar la enfermedad,
debido a que la familia es un apoyo importante para el paciente diabético, por lo
que, la descompensación metabólica del paciente, estaría directamente
relacionada a una “falta o insuficiente apoyo por parte de su grupo familiar”, ya
sea, limitando u obstaculizando el adecuado control y tratamiento de la
enfermedad. Por tanto, en la medida que sea incorporado un “integrante de la
familia” o “un cuidador” en el control y tratamiento del paciente diabético, sumado
a la colaboración y compromiso del resto del grupo familiar y amigos, como
también lograr acercar al paciente a su red social de apoyo, obtendremos mayor
comprensión por parte del paciente y su familia en relación a la enfermedad,
logrando adhesividad al tratamiento y con ello, mayor compensación metabólica
en el paciente diabético.