Él-Rostow- definió todas las sociedades precapitalistas como tradicionales. Este barbarismo
histórico, que provocó la protesta de los historiadores serios, era necesario para resaltar los varios
estadios del desarrollo que se iniciaron con el famoso take off, el "despegue" del desarrollo que
había ocurrido en la Inglaterra de 1760, en los Estados Unidos de la posguerra civil, en la Alemania
de Bismark, en el Japón de la restauración Meiji, etc. El problema del desarrollo pasó a ser así un
modelo ideal de
acciones económicas, sociales y políticas interligadas que sucedería en determinados países,
siempre que se dieran las condiciones ideales para su "despegue". Su libro se llamaba "un
manifiesto anticomunista" y no ocultaba su objetivo ideológico. Trataba de demostrar que el inicio
del desarrollo no dependía de un Estado revolucionario, como había sucedido en la URSS y sí, de
un conjunto de medidas económicas tomadas por cualquier Estado nacional que asumiese una
ideología desarrollista. En un libro posterior menos divulgado, Rostow defendía la necesidad de
que este Estado desarrollista fuese un Estado fuerte. Sus trabaos como consultor de la CIA, fueron
una de las principales referencias de las políticas de golpes de Estado modernizadores, llevados
a cabo en las décadas del 60 y 70 a partir del golpe brasileño de 1964. El modelo de Rostow no
sólo tenía un inicio común en la indiferenciada masa de las economías y sociedades tradicionales,
en que el transformó los 6 000 años de historia de la civilización, sino que terminaba en la
indiferenciada sociedad postindustrial, era de afluencia a la cual reducía el futuro de la humanidad,
tomando como ejemplo los años dorados del crecimiento económico norteamericano de
posguerra.
Sin embargo, hacia finales de los años cincuenta, surge un enfoque y una visión que se
diferenciaban y contraponían a las teorías dominantes de las Relaciones Internacionales y, de
manera particular, a la Teoría del Desarrollo y la Modernización. Esta perspectiva proviene de una
concepción marxista de la historia y de la Teoría del imperialismo de inspiración leninista.
Este enfoque marxista, observando los profundos cambios y transformaciones en la economía y
en la política del sistema internacional de los años cincuenta, tratará de exponer y demostrar que
la persistencia del fenómeno imperialista y su análisis como proceso económico-social y
concepción política capaz de explicar las agudas manifestaciones de desigualdad, dominación
hegemonía que se dan en las relaciones internacionales en general, y atraso económico y el
subdesarrollo en el llamado Tercer Mundo de modo específico en América Latina, en particular.
Así, mientras los enfoques y las teorías políticas, económicas y de las relaciones internacionales
dominantes situaban los grandes problemas y obstáculos para el desarrollo económico de las
sociedades -organización social, cultura, tradiciones e instituciones políticas, etc.- del llamado
Tercer Mundo, los enfoques marxistas van a concebir y explicar lúcidamente el atraso y el
subdesarrollo como una consecuencia directa del proceso de desarrollo del sistema capitalista
mundial de su reproducción tendencial e histórica. En otras palabras, el atraso el estancamiento y
la dependencia de los países de la periferia del sistema mundial resultado del proceso dialéctico
de explotación que han experimentado estos países por las potencias centrales del capitalismo
internacional.
Sostiene los siguientes postulados:
El subdesarrollo está directamente ligado a la expansión de los países industrializados.
Desarrollo y subdesarrollo son dos aspectos diferentes del mismo proceso.
El subdesarrollo no es ni una etapa en un proceso gradual hacia el desarrollo ni una
precondición, sino una condición en sí misma.
La dependencia no se limita a relaciones entre países, sino que también crea estructuras
internas en las sociedades (Blomström y Ente, 1990).
Immanuel Wallerstein (1979) analiza el capitalismo como un sistema basado en una relación
económica, social, política y cultural que surgió a finales de la Edad Media y que dio lugar a un
sistema mundial y a una economía mundial. Este enfoque, que distingue al centro de la periferia y
la semiperiferia, enfatiza el rol hegemónico de las economías centrales en la organización del
sistema capitalista. Existe una interconexión de la pobreza global con la polarización social y la
desigualdad entre y dentro de los países.
André Gunder Frank (1967; 1976) sostuvo que las relaciones de dependencia en el mercado
global se reflejaban en las relaciones de dependencia estructural dentro de los Estados y entre las
comunidades.
Aunque existen diferencias entre los enfoques de la dependencia, generalmente la pobreza
es explicada como un resultado de las circunstancias particulares de la estructura social, el
mercado laboral, la condición de explotación de la fuerza de trabajo y la concentración del ingreso.
Para esta teoría se pueden identificar distintas etapas en la historia de América Latina en
términos de las relaciones de producción dominantes en las sociedades (Sunkel y Paz, 1975) y la
producción de la pobreza. Por ejemplo, Cardoso y Faletto (1969) identifican las plantaciones y la
minería con la semiservidumbre o la esclavitud. Así, la estructura de tenencia de la tierra permite
explicar la extensa pobreza rural que caracterizó a algunos países dependientes en los siglos XIX
y XX. Al discutir procesos industriales en América Latina, otros análisis se han enfocado en la
pobreza como una consecuencia directa del proceso de exclusión del mercado de trabajo urbano.
Para otras miradas, la dependencia es definida por medio de la creciente importancia del capital
extranjero junto con la acumulación del capital en pocas manos, lo que conduce a un
empobrecimiento masivo de la población, debido a la concentración del ingreso. Ruy Mauro Marini
(1977) sostiene que la dependencia está caracterizada por la superexplotación del trabajo.
Se llama "teoría de la dependencia" a un conjunto de teorías y modelos que tratan de explicar las
dificultades que encuentran algunos países para el despegue y el desarrollo económico. Surgieron
en los años sesenta impulsadas por el economista argentino Raúl Prebish y la CEPAL.
Inicialmente se dirigieron al entorno latinoamericano aunque posteriormente fueron generalizadas
por economistas neo-marxistas entre los que destacó Samir Amin, asociándolo al concepto de
desarrollo desigual y combinado.
Como consecuencia de estas ideas, los países latinoamericanos aplicaron una estrategia de
desarrollo basada en el proteccionismo comercial y la substitución de las importaciones. A la vez,
los bancos centrales latinoamericanos se esforzaron sobrevalorar sus propias monedas para
abaratar sus importaciones de tecnología. La estrategia funcionó satisfactoriamente durante la
década de los setenta en la que se produjo un crecimiento generalizado del precio de las materias
primas en los mercados internacionales que influyó muy negativamente en las economías
"centrales". Pero finalmente, la contracción de la demanda internacional y el aumento de los tipos
de interés desembocó en la década de los ochenta en la crisis de la deuda externa lo que exigió
profundas modificaciones en la estrategia de desarrollo.
1. Titularidad
Este término se refiere, en la cultura anglosajona, a formas complejas en las cuales los
individuos u hogares disponen de sus recursos (Sen, 1981). En un sentido económico más estricto,
es utilizado para referirse a la distribución del poder adquisitivo. Sen sostiene que es el derecho a
utilizar los recursos, más que la existencia de los propios recursos, lo que caracteriza la pobreza
extrema. La gente no tiene hogar porque no puede utilizar las viviendas o tierras que existen.
Según este autor, la inanición padecida por millones, tanto durante la hambruna irlandesa de
mediados del siglo XIX como durante la hambruna de Bengala en los años cuarenta, fue causada
no por falta de alimentos disponibles, sino por el fracaso de ponerlos a disposición de aquellos que
no podían comprarlos ni transportarlos. Drèze y Sen (1989: 46) sostienen que la hambruna es
causada no por la escasez de alimentos, sino por las limitaciones de las titularidades para acceder
a los alimentos o para la producción de los mismos.
La hambruna es, por su propia naturaleza, un fenómeno social (que comprende la
incapacidad de grandes grupos de personas para consolidar el control sobre los alimentos en la
sociedad en que viven). Se debe considerar que, aun cuando la hambruna se desencadene por
un evento natural tal como una inundación o una sequía, el impacto que tendrá en la población
dependerá de cómo la sociedad esté organizada.
2. Trabajadores secundarios
En relación al mercado laboral, las mujeres han sido definidas como trabajadoras secundarias,
para algunos autores. Glendinning y Millar (1992) sostienen que esto es así por tres razones.
Primero, el trabajo remunerado de las mujeres es considerado secundario a su trabajo no
remunerado dentro del hogar. El empleo remunerado de las mujeres está ideado de acuerdo con
sus tareas domésticas como esposas, madres y personas que se ocupan de los familiares
ancianos, lo que da como resultado que las mujeres atraviesen períodos fuera del mercado laboral
y/o períodos de empleos de medio tiempo. En segundo término, en muchos hogares constituidos
por parejas, el pago de las mujeres es considerado como complemento al pago de sus
compañeros. Tercero, el trabajo de las mujeres es, a menudo, marginal en el mercado laboral.
En muchas ocasiones este trabajo es de medio tiempo, de corto plazo, en puestos eventuales
o de baja calificación, y, en varias oportunidades, en el sector de los servicios (Barron y Norris,
1992; Rodgers y Rodgers, 1989), incrementando de este modo el riesgo de la pobreza femenina.
3. Trampa de la pobreza
4. Transferencias Intradomésticas
Pahl (1989) sostiene que los estudios tradicionales de la pobreza ven al hogar como una caja
negra. Al centrarse en el hogar como una unidad homogénea única, los estudios de la pobreza
tienden a ignorar la transferencia de recursos dentro del hogar y el impacto que tiene esta división
en la experiencia de la pobreza. Detrás de la noción del hogar como una unidad económica única
se encuentra el supuesto de que hay un acceso equitativo a los recursos del hogar. Investigaciones
que se adentran en esa “caja negra” han demostrado que, como consecuencia de diferencias en
el poder, no puede suponerse que los recursos del hogar sean repartidos equitativamente (Nyman,
1996). Ignorar las transferencias intradomésticas puede resultar en una mala identificación de
aquellos que viven en la pobreza dentro de los hogares. Las académicas feministas han sostenido
que las mujeres pueden estar experimentando pobreza aun cuando vivan en hogares con ingresos
totales muy por arriba de la línea de pobreza (Payne, 1991). Es más, en situaciones de pobreza,
las mujeres pueden estar exponiéndose ellas mismas a un grado más alto de pobreza a fin de
proteger a sus familias de los peores efectos de la pobreza.
DEPENDENCIA TECNOLÓGICA
La teoría que nosotros como grupo hemos utilizado es la dependencia tecnológica que tenemos
los seres humanos a nivel mundial. Nuestra demostración va a estar centrada en los estudiantes
de Instituto Tecnológico de Costa Rica. Se ha observado que las personas en la universidad
utilizan en todo momento, a toda hora, un celular, una computadora, un reproductor, lo que sea, y
sería interesante saber qué nivel de dependencia tienen los estudiantes hacia la tecnología.
Basados en información buscada podríamos dar como hipótesis que vamos a demostrar que en
ITCR, más del 95% de los estudiantes son “tecnológico dependientes”, esto por medio de una
encuesta que se realizara a diferentes estudiantes de distintas carreras del ITCR.
Se entrevistara a estudiantes de diferentes carreras para así por observar no solo la dependencia
de los estudiantes de ingeniería en computación, sino también los de mantenimiento industrial,
administración de empresas, etc. La hipótesis, que será puesta a prueba por medio de nuestra
encuesta, fue analizada debido a que observando un día normal en el ITCR se puede distinguir a
la mayoría de los estudiantes con un celular o cualquier artefacto electrónico. La dependencia
tecnológica es un elemento de la sociedad que se observa con mucha facilidad pero que tal vez
nadie analiza de forma correcta, o nadie le presta la atención necesaria. Por ejemplo, en LAIMI se
pueden observar gran cantidad de estudiantes, en el comedor o en la soda se pueden ver muchos
estudiantes con celular, o una computadora, o simplemente viendo televisión. ¿Qué sería de los
estudiantes del ITCR sin tecnología? ¿Qué sería de nuestras vidas, profesiones, día a día?
Probablemente ningún estudiante podría sobrevivir a una falta de tecnología, ya que con una
computadora al estudiante se le facilita el trabajo a realizar de manera increíble. Se debe de
analizar bien los puntos a tomar. ¿Por qué los estudiantes son o no son dependientes de la
tecnología? ¿Por qué se puede o no hacer un trabajo o tarea, examen o resumen, o simplemente
estudiar, sin tecnología?
Pero demos un vistazo a datos que han sido obtenidos en otros estudios, estos estudios no son
precisamente realizados en Costa Rica, en el caso de los adolescentes por ejemplo ,se sabe que
la identidad social, las interacciones con el grupo de edad se hacen más importantes en la
adolescencia y esto se ve reflejado en el uso que los jóvenes hacen de la Red” (Magdalena Albero),
pero ¿es válido afirmar que en la población estudiantil del TEC esta es la principal razón para el
uso de internet y de computadoras, sabiendo que hay una gran parte de su población que ya no
entra en el rango de adolecente, si no en el de adulto joven? Esto sin mencionar que cuando se
estudia en esta universidad la carga académica sube y hay que restar tiempo a las interacciones
sociales para poder salir avante en todos los trabajos que son asignados a los estudiantes.
Pasemos la mirada ahora a otro dispositivo de los preferidos por todos y que más dependencia
puede generar, el teléfono celular. Según un estudio elaborado en España por la Universidad
Autónoma de Madrid el gasto promedio mensual de un adolecente español es de 15 euros,
unos 10 000 colones, y afirman que las mujeres hacen mayor uso del celular que los hombres y
la función más utilizada es la de los mensajes de texto. Ahora ¿se repetirán estos datos en la
población estudiantil del TEC? La verdad es que hoy en día cuesta mucho encontrar una persona
que no tenga un celular, y según lo visto durante las clases, aun estudiante no le importa mucho
perder un momento de concentración en una clase por contestar un mensaje, incluso no le molesta
salir de la clase para contestar una llamada. Ahora, una nueva y ventajosa funcionalidad que traen
los celulares es la posibilidad de usarlos también como reproductores de música. ¿Será posible
que esta nueva y atractiva función que ofrecen los celulares haya generado un aumento en la
dependencia a este dispositivo?
Queremos por lo tanto demostrar la gran incidencia de este problema que se presenta en el
Tecnológico y así como se presentan una gran serie de problemas asociados a la dependencia
tecnológica existente ya hay muchas cosas que los estudiantes no sabrían hacer sin la ayuda de
una computadora, un celular o algún otro dispositivo electrónico lo cual nos está haciendo menos
capaces de afrontar las situaciones.
Como soporte a todas estas teorías tenemos las reseñas de la renombrada Cristina Bulacio
Doctora en filosofía, autora de libros y artículos en su especialidad. En un artículo donde describe
la estrecha relación entre la tecnología y la actitud que esta ha generado en la humanidad.
“Estamos dentro de un planeta que ya no es natural; ha sido reconstruido tecnológicamente por
nosotros mismos, paso a paso con ritmo creciente. La magia de nuestra inteligencia y de nuestras
habilidades nos hipnotizaron” (Bulacio). Aquí podemos apreciar el hecho que los seres humanos
vivimos a partir de la tecnología, hemos sido atrapados por nuestra astucia y propias invenciones
hasta llegar a un punto crítico de dependencia total. Esto es lo que buscamos exponer u evidenciar
en nuestro proyecto, este fenómeno de dependencia generado por nosotros mismos. Aunque el
punto de vista general de Bulacio no se concreta con el de nuestra investigación podemos tomar
importantes referencias en nuestro proceso de investigación sobre que implica la dependencia
tecnológica en la sociedad.
CONCLUSIONES
El imperialismo contemporáneo se define como una nueva etapa del capitalismo iniciada
después de la segunda guerra mundial que se caracteriza por una alta integración del
sistema capitalista mundial fundada en el amplio desarrollo de la concentración,
conglomeración, centralización e internacionalización del gran capital monopólico que se
cristaliza en las corporaciones multinacionales, célula de ese proceso, y en el aumento y
profundización del vínculo entre el monopolio y el Estado.
Reaparece, así, la clásica definición de Lenin del imperialismo como fase superior del capitalismo.
Sin embargo, ahora estará dotada de un direccionalidad adicional, dada por el sentido que la
“dependencia” impondrá al proceso de desarrollo de los capitales transnacionales monopólicos. El
imperialismo será ya no la “fase superior”, sino el punto de partida del capitalismo en América
Latina. Para Dos Santos, la expansión de estos conglomerados internacionales a nivel mundial no
auspiciará desarrollo económico alguno de las zonas periféricas y dependientes, en tanto éstas
continúan siendo, como antes, el lugar natural de colocación e inversión de los nuevos capitales
monopólicos para la obtención de materias primas y productos agrícolas a bajos precios, y
ganancias desmedidamente elevadas.
Antes bien, después de describir la categoría “dependencia” y sus conclusiones, surge la pregunta:
¿cuáles serán las diferentes formas de responder al fenómeno de la dependencia?
En este sentido, dentro del amplio rango de propuestas elaboradas, existen algunos puntos de
consenso entre varios autores. Por un lado, frente al condicionamiento impuesta desde los países
centrales se propone la industrialización. Recordemos que el clásico estudio de Cardoso y Faletto
comienza con un análisis de por qué para los años 60 los países económicamente más fuertes de
Sudamérica (Brasil, Chile, Colombia, Argentina) no logran cumplir con el promisorio destino de
industrialización plena y desarrollo económico que se preveía desde las dos décadas precedentes.
Desde lo económico, la industrialización significa una modificación en la forma en que está dada
la interacción mutua entre el centro y la periferia, porque intenta cancelar los perjuicios que se
derivan del deterioro de los términos de intercambio que sufren los países proveedores de materias
primas a manos de los industrializados. Así, sin tener demasiado en cuenta los aspectos internos,
para algunos autores la industrialización estará íntimamente relacionada con la idea de
“desarrollo”.
Sin embargo, por otra parte, en otros autores la ruptura de la “dependencia” toma forma en
medidas económico-políticas aún más radicales, que implican un “desprendimiento” de la matriz
capitalista. Mauro Ruy Marini afirmará:
Bonilla, Heraclio
1972 “El impacto de los ferrocarriles en el Perú: algunas proposiciones”. En Historia y Cultura
6. Lima: Museo Nacional de Historia.
1974 Guano y burguesía en el Perú. Lima: IEP.
1977 Gran Bretaña y el Perú: los mecanismos de un control económico. Lima: IEP y Banco
Industrial del Perú.
1980 “El nuevo perfil de la historia peruana”. En La Revista # 3. Lima.
Bonilla, Heraclio, ed.
1975 Gran Bretaña y el Perú. Informes de los cónsules británicos: 1826-1900. Lima: IEP y
Presbich, Raúl; “El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales
problemas”; en: 50 años de Pensamiento en la CEPAL, FCE, Santiago de Chile, 1998, p. 65.