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Perversión, del latín pervertĕre (volcar, invertir o dar vuelta), es un término que históricamente fue

utilizado por la psiquiatría clínica clásica, por la psicopatología y por los pioneros de la sexología para
designar un comportamiento o un conjunto de prácticas sexuales que no se ajustaban a lo socialmente
establecido como sexualidad normal en la época. Manifestaciones muy diversas de la sexualidad humana
fueron englobadas por la psiquiatría del siglo XIX bajo este concepto: entre otras, el fetichismo, la
pedofilia, el exhibicionismo, el sadomasoquismo, el voyeurismo y muchas otras «perversiones», algunas de
las cuales han sido agrupadas por la psiquiatría actual bajo el concepto de parafilia y otras, como la
homosexualidad, han dejado de ser consideradas como trastorno o enfermedad. 1

En psicoanálisis, la perversión es una entidad técnica que mantiene vigencia hasta la actualidad, pero
desprovista de su connotación peyorativa. El término fue utilizado inicialmente por Sigmund Freud - quien
lo recogió desde la psiquiatría clásica, pero lo redefinió conceptualmente por completo. Más tarde, se ha
continuado utilizando, con diversos matices, por las distintas escuelas de psicoanálisis, ocupando un lugar
central en la clínica estructural de Jacques Lacan, puesto que constituye una de las tres posiciones
estructurales, junto a la neurosis y la psicosis.

Si bien el término psicoanalítico igualmente refiere a una desviación de las preferencias sexuales respecto
de la norma establecida, se halla desprovisto en la obra freudiana de connotaciones ofensivas o juicios
valóricos, especialmente a partir de la publicación en 1905 de Tres ensayos de teoría sexual, donde en el
contexto de su explicación de los mecanismos de la formación de síntomas, Freud define la neurosis como
"el negativo de la perversión":

Perverso al principio si uno lo busca en el diccionario se encuentra con definiciones


como persona mala o dañina que gusta de hacer mal a los otros y no es nada de eso.

Lacan habla de 3 tópicos neurosis, psicosis y perversión .. el síntoma es analizable.

Según lacan no es un juicio de valor, no es algo que se opone a la moral o las buenas
costumbres. Llevándolo mas a un ámbito medico, social o juridico, la forma de lo que
se encuentra perverso ha ido cambiando y hoy en dia cosas que antes se
encontraban como perversas hoy ya se han transformado, hoy ha sido
desmedicalizado, despenalizado. Por ende se empieza naturalizar practicas, como la
homosexualidad, incluso la biblia plantea que las cosas antinaturales y extrañas que
el ser humano puede hacer son consideradas como perversión, ahora qué de esas
cosas son realmente? Cuál es el parámetro para medir si alguna de estas lo son o no?

Hay algunas perversiones que sí permanecen todavía catalogadas como cosas


nocivas, cosas que están mal, sea que son nocivas para si mismos o para terceros, se
considera que el sadismo, masoquismo, pedofilia, zoofilia, cosas que son
consideradas como algo que debe ser tratado,

Desde la perspectiva del psicoanálisis, se encuentran según el dsm5 dos tipos de


conductas
a- son conductas desviadas respecto de lo que sería normal en la sexualidad.

Este primer uso del término insiste en catalogar las perversiones. Estas
consistirían en:

• La necesidad de un goce con personas que no consienten el acto sexual. Es el caso


de la pedofilia (excitación con niños) y la necrofilia (excitación con cadáveres), por
otra parte dos de los últimos tabúes compartidos socialmente.
• La inclinación sexual hacia los animales, la zoofilia o bestialismo.
• La necesidad de dominar o someterse en un tipo de relación que conduce al
sufrimiento a la flagelación, como es el caso del sadismo y el masoquismo.
También puede orientarse hacia prendas de vestir, objetos o atributos como pelucas,
uniformes, lencería, etc., lo cual se denomina fetichismo, u otros objetos como las
heces en la coprofilia.• Por último, la actitud de observar o mostrar para alcanzar
excitación, el voyeurismo o el exhibicionismo.

b- es el de hasta que punto es algo que es dañino o perjudicial para si mismo.

esta sí asume un sentido freudiano. Freud ha señalado que la sexualidad humana es


diferente de la sexualidad animal: en este sentido, la sexualidad humana es, toda
ella, una sexualidad perversa. La característica fundamental de la sexualidad
humana es su carácter perverso. Vemos cómo esta segunda acepción, más
generalista, está sin embargo en perfecta sincronía con el carácter des-criminalizador
del término en su primera acepción.

¿De qué hablamos cuando hablamos de perversión?

“Perversión” en psicoanálisis tiene que ver básicamente con tres cuestiones


bien diferenciadas. Son tres usos a los que los psicoanalistas acuden, debemos
acudir inevitablemente, en una dimensión teórica. En principio, contamos con el uso
de la palabra perversión en un sentido psiquiátrico: la perversión aparece en
tándem con una patología sexual. La perversión implica así un conjunto de
conductas sexuales que no se consideran “normales”. Este acaso es el uso que está
más cerca de las reapropiaciones populares del concepto. Un concepto que se
remonta a la esfera de la psiquiatría y que ya existía en los tiempos en que Freud
incursionaba en sus primeras investigaciones. Por ejemplo, en su libro de 1905, Tres
ensayos de teoría sexual, Freud describe de manera plástica las perversiones que la
psiquiatría de entonces encontraba en los sujetos.

Es el sentido más general de la palabra “perversión”, relacionado entonces


con “desviación” sexual. “Sos un pervertido”, le dice una preadolescente a su amigo
varón de la misma edad cuando éste le relata cómo se masturba una o dos veces por
día. La unión de perversión y desviación sexual ha sido combatida por el
psicoanálisis. Pero también por la psiquiatría, y aun la psicología en términos más
amplios, que hablan hoy de “parafilias”. Los manuales de diagnóstico de los
trastornos mentales, como el DSM-IV por ejemplo, cuestionan utilizar el término de
“perversión” para explicar un comportamiento sexual.

Como Freud no consideraba a las “desviaciones” sexuales en tanto tales, sino,


justamente, como componentes de la sexualidad en su conjunto, el término se vio
despojado de la carga valorativa que hasta entonces tenía. Sin embargo, aún se
escuchan connotaciones negativas del término, sobre todo cuando la sociedad se ve
sacudida por acontecimientos policiales de alta envergadura mediática. Los medios
no dudan en clasificar una perversión como actitud sexual que se caracteriza por
intensas fantasías no convencionales, ya que involucran a objetos o seres no
humanos, o seres humanos sin entidad como para constituir una pareja sexual,
como los niños.

Uno de los criterios, en esta primera acepción de la palabra “perversión”,


nacida de la psiquiatría y retomada por el uso popular, es considerar que en la
ausencia de una de estas fantasías, el individuo se ve impedido para mantener
relaciones sexuales “normales”, es decir “convencionales”. (Esto no debe
confundirse con la “parafilia”, que se consideran modalidades sexuales alternativas,
que se adaptan a la vida social, sin ningún tipo de disrupción: aquí entra la
homosexualidad masculina y femenina, por ejemplo). Para el psicoanálisis no hay
perversión en aquellas personas que incorporan a sus prácticas sexuales fetiches o
cuotas de exhibicionismo: más bien analiza la alternada capacidad para las
intimidades emocionales y sexuales.

Y luego contamos con un tercer uso de la palabra en psicoanálisis, que


proviene de las tres estructuras clínicas: psicosis, neurosis, perversión. Se trata de
un tercer uso en el sentido de que su especificidad tiene que ver con que no es ni
psicosis ni neurosis.

II

Evidentemente, no podemos prescindir de los contextos sociales en que se


aplica la palabra perversión. Freud también ha enseñado esto, porque él mismo no
podía sustraerse a ellos.
“¿Cuál es la idea común de perversión”, se preguntaba, famosamente, Lacan. Y será
esa idea sujeto a los cambios en las sociedades. Sin embargo, la idea común de
perversión tiene que ver siempre con el goce. Siguiendo con el tercer uso de la
palabra, el perverso, a diferencia del neurótico, puede gozar sin represión. Esta
felicidad del perverso es un fantasma de los neuróticos. El neurótico cree que
alcanzará la felicidad siendo como cree que es el perverso, porque el perverso goza y
no muestra sufrimiento. La idea del neurótico es que el perverso, porque goza sin
culpa ni vergüenza, es un hombre libre. Sin embargo, el psicoanálisis enseña que allí
también hay coacción, que en la conducta del perverso, obviamente, también hay
“coacción”. No hay sin embargo “compulsión”, porque si hubiera, nos
aproximaríamos al neurótico, al obsesivo. Ese rasgo del perverso implica un empuje
hacia la acción.
ESTRUCTURAS CLÍNICAS DEL PSICOANÁLISIS ESTRUCTURAL-
Lic. Fabiana Chirino O.

NEUROSIS: REPRESIÓN Y DESEO


En el marco del psicoanálisis lacaniano, el fenómeno de la neurosis, nos remite indefectiblemente a la
posición del sujeto frente al lugar del Otro. El Otro es una alteridad, que en tanto lugar, puede ser ocupado
por diversas figuras, entre ellas la madre, quien desde la llegada del sujeto al mundo, lo introduce al
lenguaje, le da un nombre y lo incluye en su deseo; y el padre, quien desde su lugar de la Ley, nombra y
con ello pone límites al deseo de la madre y del hijo, a quien ubica en un lugar dentro de la estructura. Pero
además el lugar del Otro, puede ser ocupado por la cultura, que determina roles, funciones, dentro de un
contexto social que se rige por normas y leyes, y que es integrado por un lenguaje que organiza a los
sujetos pertenecientes a una misma cultura. Dios, la religión, la ciencia, y ahora el mercado, también
ocupan el lugar del Otro en la vida del sujeto en la actualidad.

PSICOSIS: FORCLUSIÓN Y DELIRIO


“La forclusión del Nombre del Padre en el Lugar del Otro y el
consiguiente fracaso de la metáfora paterna determina el defecto que
condiciona la psicosis, es decir la ruptura del armazón del sujeto.”
(Valiente, 1990: 102)

El término forclusión, fue utilizado por Lacan para hacer referencia al escurrimiento o desvanecimiento de
la metáfora paterna y su función reguladora en el segundo momento de la estructura edípica. En este caso,
el deseo devorador de la madre no viabilizó la operación de la ley, al atrapar al hijo como objeto que la
completa y no virar hacia el padre u otro objeto para tomarlo como objeto de amor.

PERVERSIÓN: RENEGACIÓN Y ACTO


En términos generales, la perversión fue definida como la desviación del instinto sexual, que más
específicamente concierne al objeto sexual: que puede ser un individuo del mismo sexo, muy joven o muy
viejo, un cadáver, un animal, una prenda de vestir, objetos del otro sexo, para verlas, olerlas o vestirlas.
Mientras que la práctica sexual misma, también puede pervertirse: al gozar cuando el sujeto muestra los
órganos genitales, causa sufrimiento de su pareja, erotiza su propio sufrimiento, cuando siente placer con la
participación de un tercero o de varios en el acto sexual, hasta la mezcla de la orina y heces en este acto,
etc.

Perfil del perverso


1. El perverso siempre tiene una serie de fantasías conscientes, sabe que va a cometer el acto sexual
previamente, en una determinada escenografía que se denomina ESCENARIO.

2. Ese deseo de hacer daño al objeto sexual tiene una intención de VENGANZA; lo somete a una serie de
humillaciones que son la venganza de las que él ha sufrido, real o imaginariamente, particularmente durante
su infancia y adolescencia.

3. Necesita la sensación de SUPERIORIDAD, triunfo, dominación. Necesita colocar a su víctima en


situación de sumisión, temor,...
4. El sujeto perverso está reviviendo un traumatismo sexual infantil, porque ha sido humillado en su sexo o
en su identidad sexual. Consiste en REVIVIR esa experiencia pero invirtiendo los papeles, pasa de víctima
a vengador. Identificación con el agresor para evitar la identificación con la víctima (temor).

5. Al perverso le gusta correr ciertos riesgos; situarse en el límite de desafío a la ley ("me van a pillar", "me
pueden pillar").

6. Tendencia a DESHUMANIZAR al objeto; considerar a su víctima sexual como sin sentimientos, sin
dignidad, de usar y tirar.

7. El perverso teme la ley; le gusta rozarla, pero la teme, así que se cuida de reconocer estos
comportamientos porque sabe que de ello depende la sanción.

Tipos de personas perversas

En su vida habitual, el perverso puede tener diferentes tipos de personalidad:

1. Perversión egosintónica: está contento de serlo, alardea de su conducta


perversa (salvo bajo amenaza legal). Es frecuente que sintonice con otros
perversos y actúen conjuntamente. No sienten angustia, ni ansiedad, ni
sufrimiento por su perversión. Burlan la ley siempre que pueden. Suelen ser
muy transgresores con las leyes estéticas, suelen ser muy creativos. Sus
propuestas (literarias...) son revolucionarias en cuanto a estética, proponen
rebeliones artísticas (Ej: sus propios excrementos embalados). Los perversos
llevan una vida compatible con su vida sexual, sin incurrir en la ley (Ej: Dalí).
Aquel con personalidad perversa no suele ir nunca al psicólogo, sólo se sabe
de ellos en peritajes psiquiátricos (se dice lo que interesa).
Hay muchas maneras de practicar la perversión: intimidad, clubs, turismo
sexual...

2. Personalidades perversas con estructura neurótica: son personalidades


que sufren, tienen un conflicto con su perversión, les angustia, deprime,...
Alternan periodos sin actividad perversa con periodos de actividad perversa
repetitiva generalmente. Esta actividad esporádica de la que se avergüenzan,
es oculta y secreta. Realizan las llamadas perversiones ecotistémicas:
conllevan culpa.

3. Personalidades psicóticas: Son sujetos que habitualmente no son


perversos, pero cuando se agudiza su brote psicótico hay perversión. En este
caso sería más correcto hablar de desviación que de perversión.
Habitualmente tienen una personalidad escindida, de doble personalidad
como puede recordarnos el film "Seven".

Moral: desde el externo, factores culturales, sociales. – inconsciente. (Pueden ser


cosas pensadas)

ética: reflexión critica del entorno / conclusiones – consciente (puede suceder sin
pensarlo?)

EUDEMONISMO: TODO LO QUE UNO HACE PARA ALCANZAR LA FELICIDAD.

Cuando nos enfrentamos a una situación de perversión, en que es lo que me


hace que el acto concluya? y porque?

Dignidad

Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad,
seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni
degraden.

Ontológico: Ser humano. Capacidad natural de ser.


Adquirida: valores, cualidades
Social: situaciones en que por un factor externo se tranza lo digno de una situación

Trato o respeto, humanidad. Social.


Características del ser humano que sustenta.
No definición
Supuesta. Agresión o daño.

PLACER

SE EXALTA ETICAMENTE
ES JUZGADO MORALMENTE

Necesidades naturales básicos.

Perversión_

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