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CUANDO EL EDUCANDO SE RECLUYE EN SÍ MISMO Y SE AÍSLA DEL EXTERIOR, ¿CÓMO REABRIR SU

INTERIORIDAD?

Publicado el 2 junio, 2011 por joseignacio_prats

Edith Stein

¿Cómo reabrir la interioridad del educando cuando este se recluye en sí mismo y se aísla del exterior? ¿Qué
hacer cuando la mirada del educador rebota en él como si chocara contra una pared?

Lo primero, es saber, en tanto que educadores, que podemos estar haciendo de forma inadecuada para
que el alumno mantenga esta actitud. Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz), en su obra “Escritos
Antropológicos y Pedagógicos”, basado en un curso impartido en 1932, nos da algunas claves. Según Edith
Stein el educando puede encerrarse en sí mismo:

1. Cuando choca con malas interpretaciones e incomprensiones por parte del educador

2. Cuando se encuentra con una fría indiferencia por parte del educador

3. Cuando lo que percibe es, en lugar de espontanea dedicación, una observación premeditada,
calculada

4. Cuando presiente injerencias en su intimidad de las que prefiere protegerse

Ante esta situación, y respondiendo a la pregunta planteada, E. Stein argumenta que «solamente el amor y
un respeto lleno de reverencia, que no intente abrirse paso violentamente, podrán acceder a lo que
encuentran cerrado. Solo la mirada del amor – de un amor educador santo, bien consciente de su
responsabilidad, auténtico – terminará descubriendo una brecha por la que penetrar y al cabo derribar los
muros de la fortaleza».

Los jóvenes cuya educación nos es confiada han sido creados por Dios y son portadores de una misión
divina. Por esta misma razón es importante tanto respetarlos como educarlos, teniendo siempre en cuenta,
como dice Edith Stein, que cualquier intervención arbitraria sería un torpe manejo en los planes de Dios.

Referencias:

 E. Stein, La estructura de la Persona Humana en Obras Completas IV. Escritos antropológicos y


pedagógicos, Burgos, 2003, Ed. Monte Carmelo y otras.

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