Este trabajo está hecho con el fin de dar información acerca de todas las
enfermedades que se presentan en el paciente pediátrico o la gran mayoría de estas,
pues al igual que el adulto estos pacientes cuentan con una amplia gama de
patologías que de no ser tratadas a tiempo pueden dar fuertes repercusiones en la
vida posterior de los neonatos.
Es por eso que se busca exponer de manera clara y concisa todos y cada uno de los
temas pues de la claridad de la exposición de estos depende de una buena
comprensión por parte de los lectores.
En este trabajo se toman muchas de las que se tiene la seguridad que son las
patologías más vistas y tratadas en los recién nacidos, abarcando todos los sistemas
del cuerpo humano, además de que se ira haciendo énfasis en los temas de mayor
importancia y en los que se tiene la certeza de que son los más comunes si como los
más complicados, todo esto con el fin de preparar con conocimientos necesarios al
lector para que este se pueda enfrentar de manera precisa y eficaz a las
complicaciones que se le presenten, llevando así un control de la situación y
mejorando a amplias escalas la calidad de vida del pediátrico pues la gran mayoría
de estas enfermedades conllevan a complicaciones severas a lo largo de la vida
adulta si no se tratan de manera adecuada en el momento adecuado en la etapa del
neonato.
Además se trata de tomar únicamente los puntos claves, pues son una inmensa
cantidad de patologías.
Con la esperanza de que este trabajo pueda servir como guía y/o como literatura de
consulta en los momentos de duda o al momento de elegir una literatura para abarcar
temas de pediatría, pues es por esa razón que se busca contar con la mejor y más
necesaria y precisa información.
De los datos seleccionados sobre cada tema se buscó agregarle imágenes que
puedan ayudar a una mejor y más fácil comprensión y con esto conseguir una lectura
más dinámica, interesante, fácil y amigable con los lectores
MODIFICACIONES CIRCULATORIAS POSNATALES
Pocos minutos después del nacimiento, debido a la interrupción de la circulación placentaria
y el comienzo de la respiración pulmonar, se producen modificaciones del sistema
cardiovascular que garantizan una distribución circulatoria posnatal, fundamental para la
vida del recién nacido.
Uno de los cambios dramáticos al momento del nacimiento es la respiración, por lo que el
volumen de sangre que fluye por los vasos pulmonares a partir de ese momento aumenta
rápidamente, produciendo un incremento de la presión sanguínea en la aurícula izquierda.
Al mismo tiempo que disminuye la presión en la aurícula derecha, al interrumpirse la
circulación placentaria, de tal modo, el incremento de presión en la aurícula izquierda hace
que el septum primum se una fuertemente al septum secundum, produciendo el cierre
funcional del agujero oval.
Al nacimiento, el peso del miocardio de cada ventrículo es casi el mismo pero, poco
después, hay una proporción a favor del ventrículo izquierdo. Esto se debe a los cambios
circulatorios que ocurren después del nacimiento que alteran la cantidad de trabajo
realizado por los ventrículos. Mientras que los cambios fisiológicos en la circulación fetal al
nacer son rápidos ya que se desarrollan en minutos, horas o días, los cambios anatómicos
por la obliteración de los vasos son lentos y probablemente pueden ocupar hasta seis
meses.
En resumen, se pueden describir los principales cambios que ocurren después del
nacimiento:
1. Cierre de las arterias umbilicales: el cambio más fácil de observar es la contracción
de las dos arterias umbilicales en el cordón umbilical, que alcanza el máximo (cierre
fisiológico) cuando dejan de latir y no permiten que la sangre abandone el cuerpo
del niño. La contracción es facilitada por la estructura histológica de estos vasos,
que admite la acción de diferentes estímulos: mecánicos, térmicos, cambios de la
tensión de oxígeno y contenido de CO2. El cierre anatómico de las arterias
umbilicales se produce por proliferación fibrosa que tarda varios meses. Las
porciones distales de las arterias umbilicales se fibrosan y obliteran originando los
ligamentos umbilicales medios, en tanto que las porciones proximales forman las
arterias vesicales superiores.
2. Cierre de la vena umbilical y del conducto venoso: se cierra poco después de las
arterias umbilicales, también por contracción de sus paredes, pero no con la misma
rapidez de las arterias umbilicales. La vena umbilical se contrae con más lentitud, lo
que permite el paso de gran parte de la sangre, desde la placenta, al cuerpo del
recién nacido, por esto es importante que el médico espere algunos minutos y no
realice el pinzamiento del cordón umbilical inmediatamente después del nacimiento.
De esta forma, gran parte de la sangre de la placenta (50 cc en el primer minuto y
hasta 100 cc o más en total) se puede incorporar a la circulación del recién nacido.
Después del cierre anatómico, la vena umbilical queda representada por el
ligamento redondo del hígado. El conducto venoso también se oblitera y forma el
ligamento venoso.
3. Cierre del conducto arterioso: resulta una estructura de gran importancia para el
funcionamiento normal del corazón, el cual se cierra por la contracción de su
abundante capa muscular, casi inmediatamente después del nacimiento y que
depende de una sustancia liberada por los pulmones durante el periodo de
insuflación inicial. Por tanto, la mayor parte de la sangre del ventrículo derecho pasa
hacia los pulmones a través de las arterias pulmonares. Se considera que el control
hormonal sobre la evolución del conducto arterioso puede tener consecuencias
clínicas, así los niños que presentan malformaciones cardiovasculares, en las
cuales un conducto persistente es esencial para la vida, se puede tratar con
inyecciones de prostaglandinas para mantener el conducto abierto, hasta que se
pueda corregir la malformación de manera quirúrgica. Por el contrario, los niños
prematuros, en quienes el conducto arterioso no se contrae de forma espontánea
se deben tratar, algunas veces, con inhibidores de la prostaglandina como la
indometacina. La luz del conducto en un inicio está cerrada funcionalmente, luego,
el cierre anatómico se produce en los primeros tres meses por proliferación de la
túnica íntima, de esta manera el conducto arterioso fibroso forma el ligamento
arterioso.
PERSISTENCIA DEL CONDUCTO ARTERIOSO
Es una afección en la cual el conducto arterial no se cierra. El conducto arterial es un vaso
sanguíneo que permite que la sangre circule alrededor de los pulmones del bebé. Poco
después de que el bebé nace y los pulmones se llenan de aire, el conducto arterial ya no
se necesita. Con frecuencia, se cierra en un par de días después del nacimiento. Si el vaso
no se cierra, se denomina conducto arterial persistente (CAP). Esta afección lleva a que se
presente un flujo anormal de sangre entre los 2 grandes vasos sanguíneos que llevan
sangre desde el corazón hasta los pulmones y al resto del cuerpo.
Causas
El CAP es más común en las niñas que en los niños. La afección es más común en
bebés prematuros y aquellos que presentan síndrome de dificultad respiratoria neonatal.
Los bebés con trastornos genéticos, como el síndrome de Down, o los bebés cuyas madres
hayan contraído rubéola durante el embarazo están en mayor riesgo de padecer este
problema. El conducto arterial persistente es común en bebés con problemas cardíacos
congénitos tales como el síndrome del corazón izquierdo hipoplásico, la transposición de
los grandes vasos y la estenosis pulmonar.
Síntomas
Es posible que un conducto arterial persistente
pequeño no cause ningún tipo de síntomas. Sin
embargo, algunos bebés pueden tener síntomas como:
Respiración rápida
Malos hábitos de alimentación
Pulso rápido
Dificultad para respirar
Sudoración al alimentarse
Cansancio con mucha facilidad
Retraso en el crecimiento
Tratamiento
Si no hay ningún otro defecto cardíaco presente, a menudo el objetivo del tratamiento es
cerrar el conducto arterial persistente. Si el bebé tiene otros problemas o anomalías
cardíacas, mantener el CAP abierto puede salvarle la vida. Se puede usar una medicina
para evitar que se cierre. Algunas veces, un CAP puede cerrarse por sí solo. En los bebés
prematuros, a menudo se cierra dentro de los primeros 2 años de vida. En los bebés a
término, un CAP que permanezca abierto después de las primeras semanas rara vez se
cierra por sí solo. Cuando se necesita tratamiento, medicinas como la indometacina o el
ibuprofeno generalmente son la primera opción. Si estas medidas no funcionan o no se
pueden utilizar, el bebé puede necesitar que le realicen un procedimiento médico. Un cierre
transcatéter es un procedimiento en el que se emplea un tubo hueco y delgado puesto en
un vaso sanguíneo.
La cirugía puede ser necesaria si el procedimiento del catéter no funciona o no puede
usarse debido al tamaño del bebé u otras razones. La cirugía consiste en hacer una
pequeña incisión entre las costillas para reparar el CAP.
HIPOTIROIDISMO CONGENITO
Es la disminución de la producción de la hormona tiroidea en un recién nacido. En casos
excepcionales, no se produce dicha hormona. La afección también se conoce como
hipotiroidismo congénito. Congénito significa que está presente desde el nacimiento.
Causas
El hipotiroidismo en el recién nacido puede ser causado por:
Síntomas
La mayoría de los bebés afectados presentan pocos o ningún síntoma, debido a que su
nivel de hormona tiroidea es sólo ligeramente bajo. Sin embargo, los bebés con
hipotiroidismo grave a menudo tienen una apariencia característica, incluyendo:
Mirada triste
Cara hinchada
Lengua larga que sobresale
Esta apariencia generalmente se desarrolla a medida que progresa la enfermedad.
El niño también puede presentar:
Episodios de asfixia
Estreñimiento
Cabello seco y frágil
Falta de tono muscular (bebé hipotónico)
Baja implantación del cabello
Estatura baja
Somnolencia
Lentitud
Pruebas y exámenes
Un examen físico puede mostrar:
Gammagrafía de la tiroides
Radiografía de los huesos largos
Tratamiento
Es muy importante hacer un diagnóstico temprano. La mayoría de los efectos del
hipotiroidismo son fáciles de contrarrestar.
La tiroxina generalmente se administra para tratar el hipotiroidismo. Una vez que el niño
comienza a tomar esta medicina, se hacen exámenes de sangre en forma regular para
constatar que los niveles tiroideos estén dentro de un rango normal.
HIPOGLUCEMIA NEONATAL
La hipoglucemia es una concentración sérica de glucosa < 40 mg/dL (< 2,2 mmol/L) en
recién nacidos de término o < 30 mg/dL (< 1,7 mmol/L) en aquellos pretérmino. Los factores
de riesgo son prematurez, ser pequeño para la edad gestacional y asfixia perinatal. Las
causas más frecuentes son depósitos deficientes de glucógeno, retraso en la alimentación
e hiperinsulinemia. Los signos son taquicardia, cianosis, convulsiones y apnea. El
diagnóstico se sospecha empíricamente y se confirma mediante la investigación de la
glucosa. El pronóstico depende del cuadro subyacente. El tratamiento consiste en
alimentación enteral o dextrosa IV.
Etiología
La hipoglucemia neonatal puede ser transitoria o persistente.
Las causas de hipoglucemia
transitoria son
Sustrato inadecuado
Función enzimática inmadura
que hace que los depósitos de
glucógeno sean escasos
Las causas de hipoglucemia
persistente son
Hiperinsulinismo
Deficiencias de liberación de
hormonas contrarreguladoras
Trastornos hereditarios del
metabolismo
La deficiencia de los depósitos de glucógeno en el momento del nacimiento es frecuente
en recién nacidos pretérmino de muy bajo peso, recién nacidos pequeños para la edad
gestacional debido a una insuficiencia placentaria y recién nacidos que sufren asfixia
perinatal. En estos recién nacidos, la glucólisis anaerobia consume los depósitos de
glucógeno, y puede producirse una hipoglucemia en cualquier momento durante los
primeros días, en especial si el intervalo entre las raciones de alimento es prolongado o si
la ingesta nutricional es escasa. Por lo tanto, un aporte sostenido de glucosa exógena es
importante para prevenir la hipoglucemia.
El hiperinsulinismo transitorio afecta, la mayoría de las veces, a hijos de madres diabéticas
y es inversamente proporcional al grado de control de la diabetes materna. Asimismo, es
frecuente en recién nacidos que sufren estrés fisiológico y son pequeños para la edad
gestacional. La eritroblastosis fetal grave y el síndrome de Beckwith-Wiedemann.
Signos y síntomas
La hipoglucemia prolongada o grave causa signos tanto adrenérgicos como
neuroglucopénicos. Los signos adrenérgicos consisten en diaforesis, taquicardia, letargo o
debilidad y temblores. Los signos neuroglucopénicos son convulsiones, coma, episodios
cianóticos, apnea, bradicardia o dificultad respiratoria e hipotermia. Puede haber apatía,
escasa alimentación, hipotonía y taquipnea.
Diagnóstico
Todos los signos son inespecíficos y también aparecen en recién nacidos con asfixia, sepsis
o hipocalcemia, o con abstinencia de opiáceos. Por lo tanto, los recién nacidos en riesgo
con estos signos o sin ellos requieren un control de glucosa sérica inmediato en la cama
del paciente a partir de una muestra capilar. Las concentraciones anormalmente bajas se
confirman mediante una muestra venosa.
Tratamiento
HIPOMAGNESEMIA
Se considera hipomagnesemia el descenso de los niveles séricos de Mg por debajo de 1'5
mg/dl (0'75 mM/L), aunque unos niveles normales no excluyen definitivamente una
hipomagnesemia tisular. Es una entidad poco frecuente, cuya causa más habitual es la
ingesta inadecuada de Mg tras el nacimiento, asociándose habitualmente a hipocalcemia.
La incidencia es algo mayor en RN de bajo peso para su edad gestacional.
La manifestación más frecuente de hipomagnesemia es la hipocalcemia que no responde
a la terapia con calcio. Por ello, si se comprueban unos niveles séricos de magnesio
normales en RN de riesgo y la ingesta de Mg es adecuada, no es preciso repetir controles
a menos que exista hipocalcemia. No obstante, existen formas de hipomagnesemia no
asociadas a hipocalcemia que se manifiestan precozmente con crisis de temblores, de
preferencia en los miembros.
El tratamiento de la hipomagnesemia aguda se basa en la administración de un bolo, i.v. ó
i.m., de Sulfato Mg al 50% (4mEq/ml) al 15% (1'22mEq/ml) que se puede repetir cada 6-12
horas si precisa. El mantenimiento puede hacerse suplementando el gotero basal con 10
mEq/L de SO4Mg o con suplementos orales, bien en forma de Sulfato Mg al 50%
(0'2cc/kg/día) o como cloruro, citrato o lactato (150-300 mg/día). Habitualmente se corrige
rápidamente y de forma definitiva, al igual que la hipocalcemia acompañante.
Periodo alveolar
Recientes estudios demuestran la
presencia de los alvéolos alrededor
de las 32 semanas de gestación, y a
las 36 semanas se podría establecer
la presencia de los mismos en todo
el pulmón pero solo se observan al
nacimiento un 25 por ciento de los
alvéolos visibles en el adulto, ya que,
el periodo se completa alrededor de
los dos años de vida.
Los alvéolos son estructuras a modo
de saco, con paredes muy finas, en
contacto directo con los capilares
sanguíneos más finos, y en donde se
va a realizar la función pulmonar de
intercambio de gases: el oxígeno del
aire se capta hacia la sangre y el
CO2 sale de la sangre hacia el alvéolo para expulsar del organismo.
En este período tiene lugar un marcado aumento del número de todos los tipos celulares.
Las células mesenquimáticas proliferan, depositando la matriz extracelular necesaria y los
neumocitos tipo I y II aumentan su número para delinear las paredes alveolares.
Aproximadamente un 85-90 por ciento de la superficie estará recubierta de neumocitos tipo
I. A medida que se forman nuevos alvéolos, también se forman nuevos capilares por
angiogénesis. Por otra parte, se incrementa el tamaño de las venas y arterias proximales,
acomodando así el aumento de flujo y volumen sanguíneo al lecho capilar en crecimiento.
Los procesos mencionados tienen como resultado un aumento en la superficie de
intercambio gaseoso y una preparación de las células de la vía aérea que responderán al
ambiente extrauterino.
INSUFICIENCIA RESPIRATORIA DEL RECIEN NACIDO
El síndrome de dificultad respiratoria neonatal se observa con mayor frecuencia en bebés
prematuros. Esta afección le dificulta la respiración al bebé.
Causas
El SDR neonatal ocurre en bebés cuyos pulmones no se han desarrollado todavía
totalmente.
La enfermedad es causada principalmente por la falta de una sustancia resbaladiza y
protectora, llamada surfactante. Esta sustancia ayuda a los pulmones a inflarse con aire e
impide que los alvéolos colapsen. Esta sustancia normalmente aparece en pulmones
completamente desarrollados. La mayoría de los casos de SDR se observa en bebés
nacidos antes de 37 a 39 semanas. Cuanto menos desarrollados estén los pulmones,
mayor será la probabilidad de presentar el síndrome de dificultad respiratoria neonatal
después de nacer. El problema es infrecuente en bebés nacidos a término (después de 39
semanas).
Síntomas
La mayoría de las veces, los síntomas aparecen en cuestión de minutos después del
nacimiento, aunque es posible que no se observen durante varias horas. Los síntomas
pueden incluir:
Pocas perturbaciones
Manipulación suave
Mantenimiento de la temperatura corporal ideal
Los bebés con SDR también necesitan manejo cuidadoso de líquidos y atención minuciosa
para otras situaciones, como infecciones, si se desarrollan.