4) Inserta el área con problemas de vuelta en su contexto original.

Intenta realizar la actividad nuevamente, incluyendo las áreas con problemas. Fíjate en las áreas
en las que tuviste problemas: aún te causan dificultades? Si es así, apártalas, examínalas y prac-
tícalas individualmente de nuevo hasta que las domines. La velocidad no es necesariamente
importante en esta etapa. Lo que sí es importante es la precisión y la técnica correcta.

5) Re-evalúa.
Realiza la tarea completa desde el principio. A esta altura podrás advertir otras áreas para
mejorar que te puedes haber perdido antes. Si es así, identifica los problemas y practícalos
aisladamente (paso 3) como antes.

PARTE 2: MEMORIA
CAPÍTULO 7:
Memoria de corto plazo vs. Memoria de largo plazo
Probablemente estás al tanto del concepto de memoria de corto y largo plazo: la memoria de
corto plazo nos permite recordar dónde dejamos las llaves; si acaso le pusimos azúcar al café;
los números de teléfono entre el tiempo en que los encontramos en la guía y los marcamos;
básicamente información que no es importante saber a largo plazo. La memoria de largo
plazo retiene todos nuestros recuerdos de la infancia; las cosas que aprendimos en la escuela
o preparatoria; nuestras habilidades y capacidades: básicamente todo lo que es importante
para nosotros recordar.
Tu memoria de corto plazo es como el bolsillo de tu pantalón: las cosas que se encuentran en
esta memoria usualmente no se quedan por mucho tiempo debido a que la capacidad de tu
bolsillo, si bien es grande, es limitada. A menos que tengas bolsillos extremadamente grandes,
no puedes meter toda tu vida dentro de ellos. Sólo puedes portar las cosas que necesitarás en
el día, y por lo común si necesitas meter algo, debes sacar algo primero.
Nuestra memoria de largo plazo es más como una bóveda gigante. Puede almacenar un montón
de información más pero puede ser fácil perder cosas ahí dentro, particularmente si no las usas
muy a menudo y olvidas dónde las pusiste. Nadie sabe cuánta información puedes efectivamente
guardar en esta bóveda—posiblemente una cantidad ilimitada—pero tu capacidad para usar
esta información está limitada por la eficiencia de tu sistema de archivos. Es muy fácil poner
cosas aquí, pero puede ser imposible encontrarlas de nuevo.

Cuando estamos aprendiendo una nueva habilidad típicamente comenzamos por trabajarla
en nuestra memoria de corto plazo (en el bolsillo del pantalón). Esta es la razón en parte por la
cual usualmente nuestro desempeño es tan pobre cuando recién comenzamos. La memoria de
corto plazo, muy similarmente a tu bolsillo, no tiene sentido de orden o estructura – las cosas
están simplemente apiladas allí, y tú tropiezas tratando de encontrar lo que necesitas. Cuando
llega nueva información, nuestro cerebro decide si acaso la carga de información del bolsillo es
importante o no. Si es así, se almacena en nuestra impresionante bóveda. Si no es importante,
se bota a la basura. Usar nuestra memoria de corto plazo demanda gran esfuerzo, y como lo
hemos hecho notar, el esfuerzo es malo mientras tu mente esté preocupada. Si tienes que
estar pensando en algo con mucha concentración muy seguido, tu cerebro automáticamente
encuentra una manera más eficiente de utilizar y acceder a la información.
De manera que se almacena en tu memoria de largo plazo. Se tira para la bóveda. El funcio-
namiento de la bóveda puede ser muy eficiente. Ya que cuentas con un sistema de archivos
lógico, puedes encontrar la más pequeña pieza de información almacenada ahí con muy poco
esfuerzo. Cuando necesitas mejorar tu memoria, no estás efectivamente interesado en mejorar
el tamaño de la bóveda—y como decimos, la bóveda es prácticamente ilimitada—necesitas
en su lugar mejorar tu sistema de archivos. Existen muchas formas de hacer esto, pero primero
hablemos un poco acerca de cómo funciona tu memoria.

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