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Débora Ruiz Molina

INFANCIA Y DISCAPACIDAD

DEBORA FATIMA RUIZ MOLINA


ABREVIATURAS Y SIGLAS UTILIZADAS

CE: Constitución Española de 1978


CP: Código Penal
CIF: Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud
CDN: Convención Internacional sobre los Derechos del Niño
ICIDH: Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías;
Classification of Impairments, Disabilities and Handicaps
LIONDAU: Ley 51/2.003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no
discriminación y accesibilidad universal de personas con discapacidad
LISMI: Ley de Integración Social del Minusválido
LO: Ley Orgánica
OMS: Organización Mundial de la Salud
ONU; Organización de las Naciones Unidas
INDICE:
- INTRODUCCIÓN:

1. EVOLUCIÓN: TÉRMINO MINUSVÁLIDO AL DE DISCAPACITADO


2. EL TÉRMINO NIÑO Y LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
3. CONCEPTO DE MALTRATO INFANTIL
4. LOS TIPOS DE MALTRATO INFANTIL
5. CARACTERÍSTICAS DEL NIÑO DISCAPACITADO MALTRATADO
6. LOS INDICADORES DEL MALTRATO INFANTIL

7. CONCLUSIONES
INTRODUCCIÓN

El motivo de la elección de este tema se debe al interés en plasmar una


realidad existente sobre el maltrato en cualquier parte del planeta de niños, maltrato
que resulta aún de mayor gravedad cuanto hablamos de víctimas menores
discapacitados, niños con serias limitaciones cognitivas o de movimiento, que pasan
inadvertidos a la sociedad, como “seres invisibles” en la mayoría de los casos
recluidos en Instituciones, que en algunos casos no velan por los intereses de estos
niños, y permiten o hacen oídos sordos a las quejas de familiares e incluso
trabajadores, o en otros casos atendidos a duras penas por sus familiares con una ley
de dependencia aprobada, publicada e ineficaz.
Las cuestiones que nos planteamos son: ¿Que tipos de maltratos existen?,
¿Cuáles son los factores de riesgo?, ¿Que se considera persona discapacitada?,
¿Qué casos son los más mediáticos?, ¿Cuales son los principales delitos que se
cometen contra los menores? son algunos de los puntos que abordaremos en este
trabajo y a los que intentaremos dar respuesta. Aquí todos tenemos
responsabilidades: La policía, los jueces, las gestoras de los centros, Fundaciones
privadas sin ánimo de lucro, Trabajadores sociales, Fiscales, Familias, Educadores,
psicólogos, docentes, Comunidades Autónomas, la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de
enero, de protección jurídica del menor, se vuelve ineficaz, y cuyo art 14 previene
exactamente: Las autoridades y servicios públicos tienen obligación de prestar la
atención inmediata que precise cualquier menor, de actuar si corresponde a su ámbito
de competencias o de dar traslado en otro caso al órgano competente y de poner los
hechos en conocimiento de los representantes legales del menor, o cuando sea
necesario, del Ministerio Fiscal. La mayoría de las personas se hacen eco del término
maltrato infantil y lo relacionan directamente con los abusos sexuales y los castigos
físicos pero a lo largo del trabajo expondremos que existen otros muchos como la
violencia psicológica, la explotación laboral.
De igual modo haremos un breve repaso al estar interrelacionado, a la
victimización secundaria en menores “víctimas” de delitos, así como los medios
legales existentes actualmente en España como la Ley 4/2015 de 27 de abril del
estatuto de la víctima en el que también incluye a los menores y discapaces.

1. EVOLUCION: TÉRMINO MINUSVÁLIDO Y DISCAPACITADO

Un repaso a la legislación internacional nos permite afirmar que, como no podía


ser de otra manera, las Declaraciones y Convenios sobre derechos humanos son
aplicables a los menores, en cuanto son personas. Pero además, La Declaración
Universal de Derechos Humanos, de 10 de diciembre de 1948, en su Art. 25.2 recoge
expresamente el derecho de la infancia a cuidados y asistencia especiales. También el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de 19 de diciembre de 1996 y el
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de la misma fecha, consagran
derechos ya reconocidos e imponen a los Estados que los suscriben ciertas
obligaciones para su efectividad. Las medidas protectoras no aparecen hasta el siglo
XX como antecedentes además que precedieron a la firma de la Declaración Universal
de Derechos Humanos de 1948, la Declaración de los Derechos del Niño de 26 de
septiembre de 1924, aprobada por la Sociedad de Naciones, además de un proyecto
de convenio que redactó en 1939 el Comité Internacional de la Cruz Roja y referido a
la protección de los niños en los conflictos armados. Es en 1959 cuando la Asamblea
General de las Naciones Unidas aprueba por unanimidad la Declaración de los
Derechos del Niño, enunciando una serie de derechos del niño y proclamando como
inicial principio su reconocimiento a todos los niños sin excepción, distinción o
discriminación.
Debe citarse la Convención sobre los derechos de las personas con
discapacidad, hecho a York el 13 de diciembre de 2006 , ratificado por España el 23
de noviembre de 2007 (BOE 96/2008, de 21 de abril), y en el que se declaran como
principios ( art. 3 ):

1. El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad


de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas.

2. La no discriminación.

3. La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad.

4. El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad


como parte de la diversidad y la condición humanas.

5. La igualdad de oportunidades.

6. La accesibilidad.

7. La igualdad entre el hombre y la mujer.

8. El respeto a la evolución de las facultades de los niños y niñas con


discapacidad y de su derecho a preservar su identidad. Este principio, ya citado
al hablar de los principios que informan la protección de los menores, se
proyecta un poco más, en el art. siete de la Convención , al establecerse que
los niños y niñas con discapacidad deben de gozar plenamente de todos los
derechos humanos y libertades fundamentales en igualdad de condiciones con
los demás niños y niñas.

Los derechos reconocidos son entre otros:


Derecho a la protección especial, al nombre y a la nacionalidad, a los
beneficios de la seguridad social, a cuidados especiales y, en su caso, a los que
requieran sus circunstancias especiales, al entorno y amparo familiar, a la educación,
a la prioridad de socorro y protección, a la protección contra toda forma de abandono,
crueldad y explotación, o prácticas discriminatorias. Así las cosas, en el año 1989, la
Asamblea de las Naciones Unidas, aprueba la Convención sobre los Derechos del
Niño.

Los niños son destinatarios de las normas del Convenio, aunque las
referencias específicas son escasas. No obstante, ha sido la jurisprudencia del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sus Sentencias y de la Comisión la que
ha interpretado y admitido su aplicación a los niños, forzando modificaciones de
legislaciones nacionales y haciendo referencias interpretativas a la Convención de las
Naciones Unidas.

Sentado lo anterior es importante reflejar el cambio que se ha producido y que


ha llevado a todos los estados a sustituir el término minusválido por el de
discapacitado o en nuestro caso menor o niño con discapacidad. Nuestra carta Magna
en el artículo 49 dispone que: “Los poderes públicos realizarán una política de
previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos,
sensoriales y psíquicos, a los que prestará la atención especializada que requieran y
los ampararán especialmente para el disfruto de los derechos que este Título otorga a
todos los ciudadanos”.

Al anterior artículo de la Constitución de 27 de diciembre de 1.978, hay que


añadir los artículos 1 punto 1, 9 punto 2, 10 y 14. De hecho, el derecho de la persona
con discapacidad a no ser discriminada está asumido en nuestro derecho y Hernández
Vitoria1 resalta su condición de derecho fundamental, integrante del llamado grupo
nuclear de derechos de la Carta Magna.

En el ámbito de la Unión Europea, ya en el Consejo de Laeken, en diciembre


de 2.001, se aprobó la decisión por la que se fijó el año 2.003 como el Año Europeo de
las Personas con Discapacidad y precisamente el primero de los objetivos que, en
relación con tal celebración se fijaron fue “la sensibilización sobre el derecho de las
personas con discapacidad a verse protegidas frente a la discriminación y a disfrutar
plena y equitativamente de sus derechos”.

Por eso no es de extrañar que en tal año se dictase en España la Ley 51/2.003,
de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad
universal de personas con discapacidad (LIONDAU).

En su versión más moderna, la Clasificación Internacional del Funcionamiento,


la Discapacidad y la Salud OMS (OMS, 2001) ofrece como piezas clave para la
descripción de la discapacidad, las limitaciones en la actividad y las restricciones en la
participación relacionadas con el entorno en que se desenvuelve la persona. La

1
HERNÁNDEZ VITORIA M.J: “Llega la Ley de dependencia” Pág. 50- Consejo General
del Poder Judicial
discapacidad, por tanto, pasa de ser una cuestión de configuración personal, a una
construcción social basada en la interacción entre la persona y su contexto, es más,
en el grado y nivel en que el diseño del entorno precipita la inclusión o exclusión de las
personas.

El sistema de clasificación propuesto por la Organización Mundial de la Salud


en la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías
(Classification of Impairments, Disabilities and Handicaps – ICIDH -), adoptado en
Ginebra en 1980, distingue tres niveles diferenciados de clasificación de las
consecuencias permanentes de la enfermedad según el nivel al que afecten:

1. Deficiencia. Es toda pérdida o anormalidad de una estructura o función psicológica,


fisiológica y anatómica. El concepto de deficiencia se refiere, pues, a las
consecuencias permanentes a nivel orgánico de las enfermedades y accidentes.

2. Discapacidad. Es decir, toda restricción o ausencia, debida a una deficiencia, de la


capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera
normal para un ser humano. El concepto de discapacidad se refiere, pues, a las
consecuencias permanentes de las enfermedades y accidentes a nivel personal.

3. Minusvalía. Referida a toda situación desventajosa para un individuo, a


consecuencia de una deficiencia o discapacidad, que limita o impide el desempeño de
un rol normal en función de la edad, sexo y factores sociales y culturales concurrentes.
El concepto de minusvalía, de esta manera, se relaciona con las consecuencias
permanentes de las enfermedades y accidentes a nivel social.

Esta clasificación fue objeto de una posterior reforma aprobada el 22 de mayo


de 2001, bajo la denominación de Clasificación Internacional del Funcionamiento de la
Discapacidad y de la Salud, en adelante CIF, en la que se hace mención a:

1. Funcionamiento. Como término genérico para designar todas las funciones y


estructuras corporales, la capacidad de desarrollar actividades y la posibilidad de
participación social del ser humano.

2. Discapacidad. Como término genérico que recoge las deficiencias en las funciones
y estructuras corporales, las limitaciones en la capacidad de llevar a cabo actividades
y las restricciones en la participación social del ser humano.
3. Salud. Como el elemento clave que relaciona a los dos anteriores.

A la clasificación de la CIF alude también Martín Minguijon2; Se entiende toda


restricción o ausencia de la capacidad para realizar una actividad en la forma o dentro
del margen que se considera normal para el ser humano. La Organización de las
Naciones Unidas, ONU por medio de su Resolución 37/1952, de la Asamblea General
de 3 de diciembre de 1982, vino a trazar la distinción entre la deficiencia y la
incapacidad propiamente dicha, definiendo la minusvalía como aquella “incapacidad
que constituye una desventaja para una persona dada en cuanto limita o impide el
cumplimiento de una función que es normal para esa persona según la edad, el sexo y
los factores sociales y culturales ... que le impide el acceso a los diversos sistemas de
la sociedad que están a disposición de los demás ciudadanos ... y de participar en el
vida de la comunidad en pie de igualdad con los demás”. No obstante, la ONU ha
decantado su opción por la acepción de personas con discapacidad, de la que es
buena muestra la reciente Convención sobre los derechos de las personas con
discapacidad y su Protocolo Facultativo, aprobados por la Asamblea General de las
Naciones Unidas el 13 de diciembre de 2006, abiertos a la firma el 30 de marzo de
2007, y ratificado por España mediante Instrumento de ratificación publicado en el
BOE nº 96 de 21 de abril de 2008.

En cualquier caso, las referencias normativas comunitarias coinciden en el


empleo del término “persona discapacitada”. En nuestro país, el primigenio
término “minusválido” que informó la promulgación de la Ley de Integración Social
del Minusválido LISMI, ha venido a ser sustituido por el de “discapacitado” y
“persona con discapacidad”,

2. EL TÉRMINO NIÑO.
LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Etimológicamente, el término “niño” viene del latín infans que significa “el que
no habla”. Los romanos utilizaban este término para designar a los personas desde su
nacimiento hasta los 7 años de edad. El significado evolucionó a través de los siglos y
las culturas hasta llegar a ser usado para nombrar al ser humano en la etapa que
comprende desde su nacimiento hasta la adultez. Esta concepción del niño, sin

2
Martin Minguijon R.; Los menores con discapacidad en España, 2008, Ciap Uned, Pág.
412
embargo, era muy amplia y la definición de mayoría de edad variaba dependiendo de
la cultura.

La Convención de los derechos del niño define como "niño" o "niña" a toda
persona menor de 18 años, a menos que las leyes pertinentes reconozcan antes la
mayoría de edad. En algunos casos, los Estados tienen que mantener una coherencia
a la hora de definir las edades de referencia, como la edad para trabajar y la edad para
terminar la educación obligatoria; pero en otros casos, la Convención no deja
equívocos cuando se trata de establecer los límites, como ocurre en el caso de la
prohibición de condenar a la pena capital o la pena de muerte a una persona menor de
18 años. Sentado lo anterior, no podemos, continuar el presente trabajo sin antes
determinar cuál es el concepto de violencia intrafamiliar, que a menudo sufren
numerosos menores. Podemos definirla, como la violencia ejercida en el seno de la
familia, por uno o varios de sus miembros contra uno o varios de ellos. Así nos
encontramos con la violencia contra las mujeres por parte de sus parejas, padres
contra hijos, hijos contra padres. La violencia es un fenómeno sumamente difuso y
complejo cuya definición no puede tener exactitud científica, ya que es una cuestión de
apreciación. La noción de lo que son comportamientos aceptables e inaceptables, o de
lo que constituye un daño, está influido por la cultura y sometida a una continúa
revisión a medida que los valores y las normas sociales evolucionan3. En los últimos
años se ha elevado considerablemente el número de denuncias de violencia entre
hermanos, hijos respecto a sus padres, ancianos, hay que tener en cuenta que la
violencia intrafamiliar va afectar a todas personas que convivan en el domicilio y sean
perceptoras directas de la violencia. Una vez fijado dicho término veamos a
continuación el concepto de maltrato.

3. CONCEPTO DE MALTRATO INFANTIL


La variedad en la terminología utilizada para referirse al problema que
pretendemos abordar hace necesario definir los términos más habitualmente utilizados
y sus acepciones: La OMS define la violencia como «El uso intencional de la fuerza
física o el poder contra uno mismo, hacia otra persona, grupos o comunidades, y que
tiene como consecuencias probables: lesiones físicas, daños psicológicos,
alteraciones del desarrollo, abandono e incluso la muerte». No hay una definición de

3
Definición de la Organización mundial de la salud
maltrato única Kempe4 definió el maltrato o el síndrome del niño apaleado como una
condición clínica de los niños que han sido maltratados de forma severa físicamente
por sus padres o cuidadores.

El concepto de maltrato infantil, como decimos engloba varios tipos de


comportamientos puede ser un maltrato físico, psicológico, sexual, no atender al
menor o ser negligente en su cuidado, incluyéndose también la explotación con fines
comerciales o de cualquier otro tipo. El maltrato infantil se da en diferentes contextos.
Quienes lo perpetran pueden ser:

Los padres, u otros miembros de la familia; Primos, tios!.


Los cuidadores; Canguros, Trabajadores de Guarderías..
Amigos sobre todo de la familia
Conocidos de la familia o del niño
Desconocidos totalmente
Maestros, Profesores de entrenamientos deportivos, policía,
Curas
Empleadores
Profesionales sanitarios;
Otros niños.

Así las cosas; El maltrato infantil puede definirse como cualquier tipo de
maltrato físico y/o emocional, abuso sexual, desatención o trato desconsiderado, o
explotación comercial o de otra índole que ocasione un daño real o potencial a la
salud, supervivencia, desarrollo o dignidad del niño en el contexto de una relación de
responsabilidad, confianza o poder5 o la Acción, omisión o trato negligente, no
accidental, que prive al niño de sus derechos y su bienestar, que amenacen y/o
interfieran su ordenado desarrollo físico, psíquico y/o social, cuyos autores pueden ser
personas, instituciones o la propia sociedad.

La Convención de los Derechos de los Niños de Naciones Unidas ( CDN) en


su Artículo 19, se refiere al maltrato infantil, como: Toda violencia, perjuicio o abuso
físico o mental, descuido o trato negligente malos tratos o explotación, mientras que el

4
La definición de Kempe fue criticada por numerosos autores, por no contemplar el
abuso sexual a los menores. FOTANA V. En defensa del niño maltratado Editorial Pax 2008
Pág. 48
5
Guía de la Organización Mundial de la Salud Pág; 10 y ss.
niño se encuentre bajo la custodia de sus padres, de un tutor o de cualquiera otra
persona que le tenga a su cargo. La legislación española define el desamparo legal,
en el art 172, del Código Civil6.

Por su parte, Naciones Unidas define la violencia contra la infancia como “toda
forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o
explotación, incluido el abuso sexual7”.

La mayoría de los autores Garrido Genovés Redonde Illescas8 están de


acuerdo en que los psicólogos todavía no han hecho lo suficiente para remover la
conciencia de la sociedad frente a los malos tratos. Estos malos tratos y por definición
incluye lo que se hace (acción), lo que se deja de hacer (omisión), o se realiza de
forma inadecuada (negligencia), ocasionando al niño no solamente daño físico,
psicológico-emocional y social, sino que considerándole persona-objeto de derecho
incluye sus derechos y su bienestar, y cuyos autores pueden ser las personas
(familiares o no) y las instituciones-administraciones (maltrato institucional). El maltrato
infantil se revela como fórmula invisible, que muta constantemente y que muchos
sufren en silencio.
producen

El maltrato infantil, según se recoge en el trabajo de FINKELHOR y KORBIN


(1988), realizado para la UNICEF puede presentarse de maneras bien diferentes,
siendo los mas usuales:
— Maltrato físico, que en el trabajo aludido se define como "la violencia y otras
acciones humanas no accidentales, proscritas que ocasionan sufrimiento en el niño y
que son capaces de causar heridas o lesiones permanentes para el desarrollo o el
funcionamiento".
En nuestro ordenamiento jurídico penal da lugar a homicidios, lesiones, malos tratos,
produciéndose la violencia en el seno familiar, en alguna institución, en el medio social
o incluso por razones de ritos culturales.
— Negligencia física, definida como "la depravación o ausencia de provisión de los
recursos necesarios y socialmente disponibles debida a acciones humanas proscritas

6
La situación que se produce de hecho a causa del incumplimiento, o del imposible o
inadecuado ejercicio de los deberes de protección establecidos por las leyes para la guarda de
menores, cuando éstos queden privados de la necesaria asistencia moral o material.
7
Comité de los derechos del niño, Observación general nº 13, CRC/C/GC/13
8
GARRIDO GENOVÉS, V. y REDONDO ILLESCAS, S; Manual de Criminología
aplicada, Ediciones Jurídicas Cuyo, 1997, Pág. 91
de los padres o responsables que suponen la aparición de daños permanentes en el
desarrollo y funcionamiento".
Las manifestaciones más frecuentes son las infracciones culposas contra la vida,
salud o integridad, pero igualmente a los tipos penales que integran el
quebrantamiento de los deberes de custodia o de abandono de familia y menores.

— Tanto el maltrato como la negligencia pueden ser de naturaleza emocional o


psicológica. En estas manifestaciones no hay una definición pacífica, pero se coincide
en dar relevancia a la intención destructiva o producción de daño significativo
mediante castigo de conductas de apego, de la autoestima o las conductas normales
de interacción. Salvo en los casos donde se produce un resultado dañoso muy
evidente y que pueda integrarse en el concepto de lesión, la persecución penal resulta
muy problemática por falta de relevancia típica.
— Los abusos sexuales los definen como "cualquier contacto sexual entre un adulto y
un niño sexualmente inmaduro, con el fin de obtener una gratificación sexual el adulto;
o bien, cualquier contacto sexual con un niño realizado a través del uso de la fuerza,
amenaza, o el engaño para asegurar la participación del niño; o también el contacto
sexual para el que el niño es incapaz de ofrecer su consentimiento en virtud de la edad
o de la disparidad de poder y la naturaleza de las relaciones con el adulto".

4. LOS TIPOS DE MALTRATO INFANTIL


Como ya hemos indicado, el Informe mundial sobre la violencia y la salud y la
Consulta de la OMS sobre la prevención del abuso infantil (1999) distinguen cuatro
tipos de maltrato infantil:

1. Los abusos físicos; Toda acción de carácter físico voluntariamente realizada que
provoque o pueda provocar lesiones físicas en el menor. Formas: lesiones cutáneas
(equimosis, heridas, hematomas, escoriaciones, escaldaduras, quemaduras,
mordeduras, alopecia traumática), fracturas, zarandeado asfixia mecánica,
arrancamientos, intoxicaciones, síndrome de Münchausen por poderes.

2. Los abusos sexuales; Cualquier comportamiento en el que un menor es utilizado


por un adulto u otro menor como medio para obtener estimulación o gratificación
sexual. Abuso sexual: Se trata de involucrar a los menores en el sexo para cubrir las
necesidades del adulto. Las formas pueden ser diversas señalamos: Con contacto
físico: violación, incesto, pornografía, prostitución infantil, sodomía, tocamientos,
estimulación sexual Sin contacto físico: solicitud indecente a un niño o seducción
verbal explícita, realización acto sexual o masturbación en presencia de un niño,
exposición de los órganos sexuales a un niño, promover la prostitución infantil,
pornografía. No atender a las necesidades del niño y a su protección en el área de la
sexualidad Formas: No dar credibilidad al niño, desatender demanda de ayuda, no
educar en la asertividad, madre que prefiere «no verlo» - consentimiento pasivo en el
incesto, falta de formación / información, falta de protección.

3. Los abusos emocionales y psicológicos; Toda acción, normalmente de carácter


verbal, o toda actitud hacia un menor que provoquen, o puedan provocar en él, daños
psicológicos. El Artículo 19 de la Convención implica, en su redacción “cualquier
forma de violencia física o mental”, la necesidad de considerar no sólo la violencia
directa, sino también los efectos indirectos de la violencia familiar sobre los niños.
Estudios acerca de la violencia intrafamiliar han puesto de relieve los efectos
psicológicos potencialmente adversos que tienen sobre los niños presenciar o
escuchar situaciones violentas (tanto físicas como psicológicas) entre sus
progenitores.

4. La desatención: Desatender las necesidades del niño y los deberes de guarda y


protección o cuidado inadecuado del niño. Formas: desatención, abandono, retraso
crecimiento no orgánico, «Niños de la calle», constantemente sucio, problemas físicos
o necesidades médicas no atendidas o ausencia de los cuidados médicos rutinarios
(vacunaciones). Estas definiciones encajan con las efectuadas por Jose Sanmartín
Esplugues9
A los anteriores el Observatorio de la Infancia10 une:
1. Maltrato Prenatal, Circunstancias de vida de la madre en las que exista
voluntariedad que influyan negativa o patológicamente en el embarazo y repercutan en
el feto. Formas: Hábitos tóxicos de la madre: alcoholismo (síndrome alcohólico fetal)
toxicomanías (síndrome de abstinencia neonatal). Resumiendo; Cuando el maltrato se
produce antes del nacimiento del niño. No atención a las necesidades y cuidados
propios del embarazo que tienen repercusiones en el feto Formas: Embarazos sin
seguimiento médico, alimentación deficiente, exceso de trabajo corporal
2. Maltrato Postnatal cuando el maltrato se produce durante su vida extrauterina.

9
Sanmartin Esplugues J; Violencia contra niños, Editorial Ariel, 2008, pág. 21-
22

10
Observatorio de la Infancia
3. Maltrato Familiar, cuando los autores del maltrato son familiares del menor,
principalmente familiares en primer grado (padres, biológicos o no, abuelos, hermanos,
tíos, etc.).
4. Maltrato Extra familiar, cuando los autores del maltrato no son familiares del
menor, o el grado de parentesco es muy lejano (familiares en segundo grado) y no
tienen relaciones familiares.
5. Maltrato Institucional, es el maltrato provocado por las instituciones públicas, bien
sean sanitarias, educativas, etc.
6. Maltrato Social, cuando no hay un sujeto concreto responsable del maltrato, pero
hay una serie de circunstancias externas en la vida de los progenitores y del menor
que imposibilitan una atención o un cuidado adecuado del niño.
7. Maltrato por Negligencia: Dejar o abstenerse de atender a las necesidades del
niño y a los deberes de guarda y protección o cuidado inadecuado del niño.
A los anteriores, podemos añadir también11:
1. El secuestro o traslado ilícito de niños por parte de sus propios padres o de
cualquier otro adulto, sin el consentimiento por parte del niño, es también una forma de
violencia. En los últimos años, se ha hecho bastante visible y, dado el desarrollo que
han alcanzado los medios de comunicación en la actualidad, se ha extendido más aún.
El reconocimiento de estos hechos, no sólo a nivel nacional, sino también
internacional, ha desembocado en el desarrollo en la legislación internacional, cuyo
ejemplo más notable es la Convención de La Haya de 1980 sobre los Aspectos Civiles
de la Sustracción Internacional de Menores.
2. Prácticas tradicionales violentas:
En muchas sociedades existen una serie de prácticas tradicionales que
implican un cierto grado de violencia física o mental, y que pueden ser perjudiciales
para la salud de los niños. La Convención exige claramente una revisión de estas
prácticas. No obstante, profundizar en costumbres que tienen raíces religiosas o
culturales, o de ambos tipos, y que pueden contribuir en sí mismas construir la
identidad cultural de los niños y los adultos que pertenecen a ese grupo, requiere una
gran sensibilidad. La referencia específica a prácticas tradicionales se realiza en el
Artículo 24.3, que obliga a los Estados a adoptar “todas las medidas eficaces y
apropiadas posibles para abolir las prácticas tradicionales que sean perjudiciales para
la salud de los niños”

11
UNICEF: Se estima que 5,7 millones de niños y niñas trabajan en condiciones de
servidumbre o esclavitud, 1,8 millones son explotados en la prostitución y la pornografía y 1,2
millones de niños y niñas son víctimas de las redes criminales de trata de personas (Naciones
Unidas, 2006). Unos 300.000 niños y niñas son utilizados como soldados en conflictos
armados.
Las prácticas que deben ser revisadas a la luz de los principios de la
Convención incluyen: Toda forma de circuncisión y mutilación genital; Ataduras,
marcas, quemaduras, tatuajes, o abrasiones; Ceremonias de iniciación que impliquen,
por Ejemplo, inmersiones forzosas en agua. Tratamiento deliberadamente
discriminatorio de niños que suponga un perjuicio para la Salud. Por ejemplo, alimento
o cuidados preferentes al varón o falta de cuidados para los Niños con problemas o
nacidos en un día determinado.
Considero que debe destacarse, la ablación o mutilación genital femenina que
conllevan la extirpación total o parcial de los genitales externos de las niñas,
manifestación violenta que no sólo nos encontramos en Africa (unos 28 países
africanos), sino que se han detectado casos en Europa, Australia, Canadá y Estados
Unidos. (Según UNICEF más de tres millones de niñas al año en el mundo sufren la
extirpación parcial de sus genitales). 12
A nivel estatal, además de los mecanismos de protección internacionales en
este aspecto, nuestro código civil en el artículo 158 del código civil establece la
necesidad de autorización judicial para la salida del territorio nacional de algún
progenitor con su hijo menor de edad, para evitar no sólo caso de sustracción de
menores, sino para los supuestos de que las menores sean llevadas a sus países de
origen para ser sometidas a esta práctica violenta.

3. Trabajo infantil explotación: El trabajo infantil es un concepto más limitado que se


refiere a los niños que trabajan en contravención de las normas de la OIT que
aparecen en las Convenciones 138 y 182. Esto incluye a todos los niños menores de
12 años que trabajan en cualquier actividad económica, así como a los que tienen de
12 a 14 años y trabajan en un trabajo más que ligero, y a los niños y las niñas
sometidos a las peores formas de trabajo infantil13.

Los cálculos regionales14 indican que: La región de Asia y el Pacífico alberga


el mayor número de niños y niñas trabajadores en el grupo de edad de 5 a 14 años,
127,3 millones en total (19% de los niños y niñas que trabajan en la región). En África
subsahariana hay alrededor de 48 millones de niños que trabajan. Casi uno de cada
tres menores de 15 años (29%) es activo económicamente. En América Latina y el
Caribe hay aproximadamente 17,4 niños y niñas trabajadores (un 16% de los niños y

12
http://www.unicef.org/spanish/protection/indexgenitalmutilation.html.
13
Según la Organización internacional del trabajo (OIT, 2011), alrededor de 215 millones
de niños y niñas trabajan en el mundo, de los cuales la mitad lo hacen en trabajos peligrosos o
perjudiciales para su salud.
14
Estadística oficial de UNICEF
niñas de la región trabajan) Un 15% de los niños y niñas de Oriente Medio y África
del Norte trabajan. Aproximadamente entre 2,5 millones y 2,4 millones de niños y
niñas trabajan en las economías desarrolladas y en transición respectivamente.

A nivel español y respecto a las facultades correctivas de los padres; Los


padres tienen el derecho y el deber de educar, velar y procurar formación integral a
sus hijos. Con la reforma legal de 2007, quedó suprimida la facultad de corrección que,
de manera razonable y moderada, recogía el último párrafo del artículo 154 Código
Civil. Quedó eliminado por la Ley 54/2007 de 28 diciembre de Adopción internacional,
para dar respuesta a los requerimientos del Comité de Derechos del Niño, que mostró
su preocupación por la posibilidad de que la facultad de corrección que se reconocía a
los padres y tutores pudiera contravenir la Convención sobre los Derechos del Niño.
En ningún caso se puede corregir mediante la violencia. Con esto desaparecía el
tradicional “cachete”,que muchos padres daban a sus hijos ya que desde 2007, no
tiene ningún tipo de cobertura legal. Con lo cual corregir excluye cualquier tipo de
violencia ejercida sobre los menores.

5. CARACTERÍSTICAS DEL NIÑO DISCAPACITADO MALTRATADO


Llegados a este punto nos preguntamos ¿Cuáles son las características de los
niños maltratados?; Siguiendo lo preceptuado por M. A. Verdugo Alonso15, agrupa las
características del niño maltratado en edad, grado de afectación, y comportamiento del
niño afectado;
A) Edad
El maltrato infringido a niños con discapacidad no desciende a medida que
estos se hacen mayores, según la mayoría de los estudios. Cuyos porcentajes arrojan
que el 14% de los niños maltratados tiene 16 años, el 12% 17 años y el 10% 12 y 7
años, frente al resto de las edades cuya prevalencia queda por debajo de estos
porcentajes.
Cuanto menos edad tiene el menor mayor es el impacto psicológico y el
maltrato es más frecuente: La primera infancia en un sentido amplio comprende los
primeros cinco años de vida. Se trata de una etapa donde el maltrato y sus
consecuencias revisten una especial gravedad debida principalmente a la fragilidad y
vulnerabilidad del niño. De hecho, entre los menores de 2 años es donde se registra el
mayor número de casos con resultado de muerte. En estos primeros años, el niño
sufre cambios acelerados en tamaño (crecimiento) y función (desarrollo), dos facetas

15
M. A. Verdugo Alonso; El maltrato de niños y adolescentes con discapacidad
intelectual Pág. 303 y ss
de una misma realidad que manifiesta el impacto del maltrato. Desde el punto de vista
físico, el hematoma subdural y las lesiones cerebrales se encuentran entre los efectos
más graves, a veces fatales, que puede causar el abuso físico de un bebé. El sub-
desarrollo del niño sin causa orgánica, es otra manifestación del impacto del maltrato.
Desde la perspectiva de consecuencias de carácter psicológico, en esta etapa se
pueden distinguir tres áreas principales que, a grandes rasgos, se suceden
cronológicamente en sus momentos culminantes: el desarrollo socio-emocional que se
manifiesta en el apego, los procesos de diferenciación y la conducta social con
iguales. No podemos olvidar como dice el autor que la disfunción en los niños
discapacitados les coloca en una posición permanente de vulnerabilidad, a diferencia
de la población que carece de discapacidad en donde los problemas (posibles causas)
que pudieran precipitar los episodios de maltrato, tales como el llanto continuado y las
alteraciones del sueño propias de los niños prematuros- una de las poblaciones
particularmente propensas a este tipo de prácticas desaparecen a medida que el niño
se hace mayor.
B) Grado de Afectación
En cuanto a cómo influye el "grado de afectación de la minusvalía" del niño en
la propensión hacia los malos tratos, los datos obtenidos irían en la línea de la
hipótesis propuesta por Martin, según la cual los niños que presentan condiciones
menos evidentes, menor grado de afectación se encuentran en una posición de riesgo
mayor. Una posible explicación de estos resultados, a la que han hecho mención
algunos autores, (Starr et al. 1984)16 reside en la atribución de intencionalidad, esto es,
en el caso de los niños gravemente afectados, su conducta se atribuye a su deterioro,
mientras que en el caso de los menos afectados se atribuye a una intencionalidad. Si
el niño tiene un déficit obvio los padres pueden atribuir a éste el comportamiento
desviado, pero cuando el déficit es imperceptible, el comportamiento no deseado se
atribuye al niño. Sin embargo, en una aspecto concreto del nivel funcional referido al
lenguaje, los resultados irían en sentido contrario, esto es, a mayores problemas en el
habla, mayor prevalencia de malos tratos. El porcentaje de sujetos maltratados que
presenta graves problemas en el lenguaje asciende a un 75% de los cuales un 37% no
habla. Estos resultados apoyan la hipótesis de que los niños con déficits de lenguaje
pueden convertirse en un "blanco fácil" dada su incapacidad para informar de los
incidentes de maltrato.
C) Comportamiento del niño

16
STARR,R . H.; DIETRICHK, . N.; FISCHHALFJ ; CERESNIES, ; & ZWEIERD, . (1984):
The Contribution of handicapping conditions to child abuse. Topics in Early Childhood Special
Education,Pág. 55-69
Respecto al comportamiento del niño, la mayoría de las Estadísticas permiten
hablar de la relación entre el maltrato y ciertas características del comportamiento
exhibido por el niño con discapacidad. Concretamente, según el estudio el 67% de los
niños con algún tipo de discapacidad que han sido maltratados presentan
estereotipias, el 64% un temperamento difícil, el 63% se autolesiona, el 44%
agresividad hacia personas u objetos y falta de conductas de aproximación e imitación
de movimientos motores finos simples, el 39% rechaza las relaciones iniciadas por el
otro y el 38% no coopera al solicitárselo verbalmente, ni permanece con un adulto el
tiempo suficiente para realizar una tarea. Podría decirse que ciertas características del
niño con discapacidad pueden jugar un papel importante en el maltrato en forma de
abuso físico y emocional. Otros comportamientos del niño serían: Cauteloso con
respecto al contacto físico con adultos, se muestra cuando otros niños lloran. Muestra
conductas extremas: agresividad, o rechazo extremos. Parece tener miedo de sus
padres, de ir a casa, o llora cuando terminan las clases y tiene que irse a la escuela o
guardería. Dice que su padre / madre le han causado alguna lesión. Va excesivamente
vestido y se niega a desnudarse ante otros. Es retraído y no participa en actividades y
juegos comunes. Ingresos múltiples, en distintos Hospitales Hermanos con
enfermedades raras, inexplicables o «nunca vistas». Los niños maltratados
frecuentemente carecen de creencias positivas esenciales acerca de sí mismos y de
su mundo. Además, muestran menos habilidades a la hora de reconocer o reaccionar
ante el malestar de los demás

6. LOS INDICADORES DEL MALTRATO INFANTIL


¿Pero en que indicadores de alarma debemos fijarnos? ¿A que debemos estar
atentos?, son dos de las grandes preguntas. La organización mundial de la salud
contempla los siguientes factores a modo no excluyentes:
Factores individuales Desencadenantes del maltrato infantil
Podemos señalar como factores de riesgo en padres y cuidadores, los siguientes;
El riesgo de maltrato infantil es mayor cuando concurren ciertos factores en alguno de
los progenitores u otros miembros de la familia. Agrava este riesgo el progenitor o
cuidador que:
1. Tiene dificultades para establecer vínculos con un recién nacido, por ejemplo
como consecuencia de un embarazo difícil, de complicaciones durante el parto
o de su desilusión con respecto al niño.
2. No parece estar en condiciones de atender al niño;
3. Fue maltratado en su infancia;
4. No es consciente de lo que significa el desarrollo de un niño, o abriga
expectativas irreales que le impiden comprender las necesidades y
comportamientos del niño, por ejemplo cuando interpreta su mal
comportamiento como una actitud intencional, y no como una etapa de su
desarrollo;
5. Responde a lo que él o ella entiende como mal comportamiento con castigos o
medidas inapropiados, excesivos o violentos;
6. Aprueba el castigo físico como medio para disciplinar a los niños, o cree en su
eficacia;
7. Inflige castigos físicos para disciplinar a los niños;
8. Los padres presentan serias limitaciones cognitivas
9. No sabe controlarse cuando se irrita o enfada;
10. Practica un consumo inadecuado de alcohol o estupefacientes, en particular
11. Durante el embarazo, que afecta a su capacidad para ocuparse del niño;
12. Participa en actividades delictivas que afectan negativamente la relación entre
progenitor e hijo;
13. Vive aislado de la sociedad;
14. Está deprimido o abriga sentimientos de baja autoestima o de ineptitud, que
pueden agravarse si no está en condiciones de responder cabalmente a las
necesidades del niño o de la familia.
15. Paternidad/Maternidad siendo adolescentes
16. Atraviesa dificultades económicas.
Sin olvidar que este tipo de factores pueden ser de tipo biológico —entre los que
destaca la hiperactividad fisiológica ante los estímulos del menor (por ejemplo, ante el
llanto del bebé) — o tipo psicológico entre los que se incluyen los emocionales, los
cognitivos y los conductuales17.
Factores de riesgo en el niño
Afirmar que ciertos factores de riesgo están relacionados con el niño no implica
que el niño sea responsable del maltrato que padece, sino que el papel del progenitor
podría ser más difícil, debido a que el niño:

17
Informe del Centro Reina Sofía: Entre los factores emocionales cabe destacar la ausencia de
empatía los problemas de autoestima, la angustia personal y el desarrollo de sentimientos negativos
(como ansiedad, ira, depresión y hostilidad). Los agresores suelen experimentar mayores niveles de
estrés, se sienten más aislados y solos y tienen menor capacidad para utilizar los recursos individuales y
sociales de los que disponen (Echeburúa y de Corral, 1998; Milner, 1999; y Wolfe, 1985).Entre los
factores cognitivos hay que destacar principalmente dos: las Sobre todo en lo que se refiere al
rendimiento escolar o a logros evolutivos expectativas inapropiadas respecto del menor Lo que provoca,
a su vez, problemas en la manera en que interpretan las señales sociales que provienen de su entorno
como el trastorno de Asperger y las distorsiones cognitivas.
1. Ha sido un hijo no deseado, o no respondía a las expectativas o deseos de sus
padres, por ejemplo debido a su sexo, a su aspecto, a su temperamento o a
alguna anomalía congénita.
2. Requiere mucha atención en sus primeros años, por haber nacido
prematuramente, llorar constantemente, estar discapacitado mental o
físicamente o padecer una enfermedad crónica.
3. Llora persistentemente, sin que sea fácil acallarlo.
4. Deformidades graves que causan repulsa en sus padres.
5. Evidencia síntomas de desequilibrio mental
6. Trastornos de la conducta; Hiperactivo!!
7. Ha nacido de un parto múltiple, y sus padres tienen dificultades para atenderlo.
8. Tiene un hermano o hermanos (posiblemente de edad cercana a la suya) que
acaparan la atención de los padres.
9. Violento con otros niños o con animales.

Factores relacionales o familiares


La composición de las familias puede variar ampliamente en función de sus
circunstancias específicas y de las normas de la sociedad que las rodea. En muchas
comunidades, la familia nuclear “tradicional”, consistente en un padre y una madre con
niños, no siempre es la norma. El cabeza de familia puede ser la madre, un padre
soltero, una pareja de un mismo género, un hermano o un abuelo. Algunos factores de
riesgo de maltrato del niño presentes en las relaciones con la familia18, los amigos o la
pareja con las personas de su entorno son:
1. Inexistencia o fracaso de los vínculos entre el progenitor y el niño;
2. Problemas de salud física, de inmadurez o de salud mental de un miembro de
la familia; ruptura familiar, por ejemplo a causa de problemas matrimoniales o
de pareja que ocasionen la inestabilidad mental del hijo en la infancia o en la
edad adulta, infelicidad, sentimiento de soledad, tensión, o disputas sobre su
custodia;
3. Violencia en la familia, entre los padres, entre los niños, o entre padres e hijos;
4. Adopción de roles de género o de pareja irrespetuosos con una o más
integrantes del hogar;
5. Aislamiento social;

18
En el ámbito familiar, los factores de riesgo que parecen tener una mayor influencia según la
literatura son la historia de maltrato infantil, la existencia de problemas de violencia de pareja entre los
padres y la desestructuración familiar.
6. Inexistencia de una red de apoyo que ayude en las situaciones difíciles o
tensas de una relación;
7. Interrupción de la ayuda prestada por la familia para la crianza del niño;
8. Discriminación contra la familia por razones de raza, nacionalidad, religión,
9. Género, edad, orientación sexual, discapacidad o forma de vida;

Factores comunitarios
Algunas de las características de los entornos sociales vinculados a un mayor
riesgo de maltrato infantil son:
1. Tolerancia de la violencia;
2. Desigualdad de género o social en la comunidad;
3. Inexistencia o insuficiencia del hogar;
4. Carencia de servicios de apoyo a las familias y a las instituciones, o para
atender a determinadas necesidades especiales;
5. Altos niveles de desempleo;
6. Pobreza;
7. Niveles nocivos de plomo u otras sustancias tóxicas en el medio ambiente;
8. Cambios de entorno frecuentes;
9. Fácil acceso al alcohol;
10. Comercio de estupefacientes en el entorno cercano;
11. Políticas y programas institucionales inadecuados que propician el maltrato
infantil.
Factores sociales
Algunos de los factores sociales que pueden contribuir a la incidencia del maltrato
infantil son19:
1. Políticas sociales, económicas, sanitarias y educativas que conllevan un nivel
de vida deficiente, desigualdades, o inestabilidad socioeconómica;
2. Normas sociales y culturales que promueven o glorifican la violencia hacia los
3. otros, y en particular los castigos físicos, tal como se transluce en los medios
de comunicación, la música popular o los videojuegos;
4. Normas sociales y culturales que imponen unos roles de género rígidos para
varones y hembras;
5. Normas sociales y culturales que rebajan la importancia del niño en las
relaciones entre padres e hijos;

19
La falta de redes de apoyo social, la inestabilidad laboral, el bajo nivel educativo, las
condiciones de vivienda precarias o un estatus socioeconómico bajo, son factores de riesgo sociales que
correlacionan positivamente con las situaciones de maltrato en la familia.
6. Existencia de pornografía infantil, prostitución infantil o trabajo infantil

Por último, es importante resaltar en cuanto al tratamiento de la víctima menor


edad la falta de preparación y especialización de los profesionales jurídicos, que hace
difícil interpretar el significado de sus conductas respecto de su agresor, llegando
incluso a no saber interpretar que un menor maltratado (fundamentalmente en
menores que han sufrido delitos de naturaleza sexual) puede tener comportamientos
confusos y ambivalentes respecto de su agresor. Los delitos de abuso sexual, malos
tratos y violencia, como he señalado al inicio del trabajo son lamentablemente los más
frecuentes y a su vez los más silenciados, los menos denunciados por diferentes
circunstancias:

El carácter de "privado" de un alto porcentaje de los mismos, ya que ocurren en


el ámbito intrafamiliar o cercano.

El tabú acerca del incesto o los abusos sexuales en el marco familiar, en


especial en familias de clase media y alta sin "aparente" disfuncionalidad.

La "presunción" de mentira o de descrédito del relato de las niñas y los niños.

El carácter traumático, aun para quien escucha el relato, lo cual lleva a


rechazarlo, descreerlo y suponer un relato fantasioso del niño o de la niña.

Algunas de las "buenas prácticas" aplicadas en los distintos protocolos


judiciales en dirección a evitar la victimización secundaria de las niñas, los niños y
adolescentes en la justicia, acuerdan:

1. La inmediatez de la entrevista para el testimonio una vez efectuada la denuncia


o se ha tenido conocimiento del delito.

2. La rapidez del tratamiento de la causa.

3. La video grabación de la entrevista y/o su realización en el marco de la Cámara


Gesell o con circuito cerrado de televisión (CCTV) para evitar la repetición y
reiteración en distintas oportunidades y a diversos actores los detalles sobre los
hechos denunciados.

Nota: Este dispositivo fue creado por el estadounidense Arnold Gesell (1880-
1961), psicólogo que se dedicó a estudiar las etapas del desarrollo de los
niños. Consiste en dos habitaciones con una pared divisoria en la que hay un
vidrio de gran tamaño que permite ver desde una de las habitaciones lo que
ocurre en la otra (donde se realiza la entrevista), pero no al revés. Gesell la
creó para observar las conductas de los niños sin que éstos se sintieran
presionados por la mirada de un observador. De esta forma los menores sólo
serían entrevistados por un psicólogo designado judicialmente, sin poder ser
interrogados directamente por el órgano judicial o por las partes, salvo que
excepcionalmente y por razones debidamente fundadas, el fiscal lo pudiera
autorizar. El órgano judicial podría requerir al profesional actuante, la
elaboración de un informe detallado, circunscripto a todos los hechos
acontecidos en el acto procesal; a fin de garantizar el principio de contradicción
el acto podría ser seguido desde el exterior del recinto a través del vidrio
espejado, micrófono, equipo de vídeo o cualquier otro medio técnico con el
objetivo de preservar al menor de la exposición a situaciones revictimizantes,
sin perjuicio del derecho de defensa.

4. Utilización en todas las instancias del proceso judicial de esa única entrevista
video grabada.

5. Que la misma sea efectuada por un/a profesional de la Psicología o Psiquiatría,


con capacitación específica en Psicología o Psiquiatría infantil. Y abuso sexual
si el delito lo incluye.

6. Que el examen médico forense de una víctima de incesto o abuso sexual sea
realizado por un o una profesional de sexo diferente al presunto agresor.

7. Que la niña o el niño puedan estar acompañadas/os en todo momento por


alguien de su confianza y que pueda contenerle y tranquilizarle.

8. Que en ningún momento y por ningún motivo se consienta un careo o


interpelación con quien supuestamente le agredió.

9. El trabajo coordinado, en red e interdisciplinar, de todas y todos los


profesionales que intervienen, ya sean públicos o privados, en una única
dirección: "preservar y proteger al niño o a la niña".

10. Que la víctima infantil esté informada de los pasos y procedimientos que
se realizarán en dirección a otorgarle justicia.

11. Que su palabra sea escuchada y considerada en las resoluciones que


se tomen.

12. Que el ámbito donde prestará su testimonio esté adecuado y


acondicionado a su edad y necesidades: silencioso, sin interrupciones y con
una decoración "amigable", amena y que brinde cercanía al niño/a con su
interlocutor/a.

Así lo recoge la Ley Nacional N.º 25.852 de Argentina que va dirigida en


especial a evitar la victimización secundaria de las víctimas infantiles:

"... Cuando se trate de víctimas... que a la fecha en que se requiriera su


comparecencia no hayan cumplido los 16 años de edad se seguirá el siguiente
procedimiento:

a) Los menores aludidos sólo serán entrevistados por un psicólogo especialista en


niños y/o adolescentes, designado por el tribunal que ordene la medida, no pudiendo
en ningún caso ser interrogados en forma directa por dicho tribunal o las partes;

b) El acto se llevará a cabo en un gabinete acondicionado con los implementos


adecuados a la edad y etapa evolutiva del menor;

c) En el plazo que el tribunal disponga, el profesional actuante elevará un informe


detallado con las conclusiones a las que arriban;

d) A pedido de parte o si el tribunal lo dispusiera de oficio, las alternativas del acto


podrán ser seguidas desde el exterior del recinto a través de vidrio espejado,
micrófono, equipo de video o cualquier otro medio técnico con que se cuente. En ese
caso, previo a la iniciación del acto el tribunal hará saber al profesional a cargo de la
entrevista las inquietudes propuestas por las partes, así como las que surgieren
durante el transcurso del acto, las que serán canalizadas teniendo en cuenta las
características del hecho y el estado emocional del menor.

Cuando se trate de actos de reconocimiento de lugares y/o cosas, el menor


será acompañado por el profesional que designe el tribunal no pudiendo en ningún
caso estar presente el imputado.

... Cuando se trate de víctimas... que a la fecha de ser requerida su comparecencia


hayan cumplido 16 años de edad y no hubieren cumplido los 18 años, el tribunal previo
a la recepción del testimonio, requerirá informe de especialista acerca de la existencia
de riesgo para la salud psicofísica del menor en caso de comparecer ante los
estrados...".

En este sentido el Tribunal de Justicia de las comunidades europeas, Gran


Sala, en su sentencia de 16 de junio de 2005 (asunto C-105/2003), “caso Pupino”, en
el que la víctima era una niña de 5 años de edad, cuando declara que la Decisión
Marco 2001/220/JAI, del Consejo, 15/03/2001, relativa al Estatuto de la Víctima en el
proceso penal (que preveía a su incorporación al Derecho interno de cada Estado
antes del 22 de marzo de 2002), debe interpretarse en el sentido de que “el órgano
jurisdiccional debe poder autorizar que niños de corta edad que aleguen haber sido
víctimas de malos tratos presten declaración según unas formas que garanticen a
dichos niños un nivel adecuado de protección, por ejemplo, fuera de la audiencia
pública y antes de la celebración de ésta”. 20

Estas circunstancias se tienen en cuenta fundamentalmente tras la aprobación


de la LEY 4/2015 de 27 DE ABRIL DEL ESTATUTO DE LA VICTIMA DEL DELITO, ya
que del contenido de los artículos 21, 25, 26, que regula que la exploración de los
menores de corta edad se realice con carácter de prueba pre constituida (artículos
777.2 y 448 de la ley de enjuiciamiento criminal), mediante expertos, grabada por
medios audiovisuales con el objeto de ser reproducida en el acto del juicio oral
21
evitando recibirles nuevamente declaración a estos menores. Todo ello como ha
establecido el Tribunal Supremo en sentencia de 4 de febrero de 2014 cumpliéndose
una serie de requisitos: material (imposibilidad de reproducción en el acto del juicio
oral), subjetivo (imprescindible intervención juez de instrucción), objetivo (que se
garantice el principio de contradicción, esto es, asistencia e intervención del
investigado, su letrado y demás partes personadas en el proceso), formal (introducción
de la declaración a través de su lectura en el acto de juicio, artículo 730 de la ley de
enjuiciamiento criminal).

7. CONCLUSIONES

Hemos analizado que el maltrato infantil, adopta multitud de formas: Físico,


psicológico, sexual, laboral etc. El perfil del maltratador es diverso con factores
individuales, sociales o colectivos que influyen de manera especial en el caso de los
niños con discapacidad que sufren un mayor riesgo de exclusión social como se
demuestra cada día. El papel de las Administraciones Públicas entidades privadas,
fundaciones y asociaciones resulta determinante y revelador. La rápida intervención
que debe operar en estos casos se vuelve inoperante.

Pensemos en la multitud de denuncias que se formulan por malos tratos o


incluso abusos sexuales, que se alargan durante años tras una instrucción compleja,

20
ATS Penal sección primera de 11 de febrero de 2016 (ROJ ATS 1723/2016).
21
Ley 4/2015 de 27 de abril, Estatuto de la víctima, BOE NÚMERO 101 DE 28 DE ABRIL DE
2015.
tardía por la propia dinámica de los tribunales y de los sectores sanitarios, educativos
y de servicios sociales. Se echan de menos protocolos específicos para el caso de los
niños con discapacidad a modo de que se elabore un programa de mejora y
adaptación en estos casos para todo el personal que interviene, elaboración de una
guía, atender especialmente y poner atención a los menores en situación de riesgo
con el fin de detectar de manera anticipada posibles episodios de maltrato, mayor
involucración de los centros escolares y guarderías.

Sin embargo, no cabe negar los esfuerzos realizados en los últimos años por el
legislador español en orden a reforzar el régimen jurídico de protección de las
situaciones de incapacidad con la existencia de un Libro Blanco sobre la Dependencia
y de un Proyecto de Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las
Personas en situación de Dependencia, que pretende configurar el Sistema Nacional
de Dependencia como pilar del Estado del Bienestar.

Del mismo modo, hemos hecho un breve análisis en los casos de víctimas
menores de edad del concepto de victimización secundaria y del esfuerzo de los
tribunales españoles en mejorar las condiciones de declaración de éstos como testigos
en los juicios orales, y con el fin de evitar esa victimización “adelantar” las
declaraciones previo a las celebraciones del juicio oral, ofreciendo la posibilidad de su
práctica anticipada, con todas las garantías que la ley establece respecto a las
mismas, resultando en todo caso necesario estudiar las circunstancias de cada caso
para determinar la ausencia o no de un menor en el juicio, para así evitar como hemos
expuesto los riesgos de esa victimización, especialmente en menores de corta edad y
víctimas de delitos tan graves como los relaciones con los abusos, agresiones y
explotación sexual.

Hemos visto que la preocupación por la protección del menor en el ámbito


jurídico aparece en España en primer lugar en nuestra Constitución Española, que
luego se ha ido completando con los diferentes tratados internacionales que han sido
ratificados por España: la Convención de los Derecho del Niño, de 1989, ratificado por
España el 30 de noviembre de 1990. Así la violencia ejercida contra los menores es
una gran preocupación además a nivel europeo, violencia que se detecta no sólo en el
ámbito familiar, escolar, social sino internacional, a través del turismo sexual, tráfico
infantil, pornografía, explotación sexual a través de internet.
También hay que recordar la L.O. 1/1996 de 15 de enero de protección del menor
RELACION BIBLIOGRAFICA:
-CENDOJ. PODER JUDICIAL
-M. A. Verdugo Alonso; El maltrato de niños y adolescentes con discapacidad
intelectual
-HERNÁNDEZ VITORIA M.J: “Llega la Ley de dependencia” Pág. 50- Consejo
General del Poder Judicial
-Martin Minguijon R.; Los menores con discapacidad en España, 2008, Ciap
Uned
SONIA VACCARO: Una justicia adaptada a los niños y a las niñas a la luz
del XXV aniversario de la Convención Internacional sobre los Derechos del
Niño. Colección: Cuadernos Digitales de Formación; 24; 2014
Guía de buenas prácticas para el abordaje judicial de niños, niñas y
adolescentes. 2010.

Ley Nacional penal N.º 25.852 (Ley Rozanski). Sancionada: Diciembre 4 de


2003. Promulgada: Enero 6 de 2004. República Argentina.

LEY ESTATUTO DE LA VICTIMA 4/2015 DE 27 DE ABRIL. BOE 28 DE


ABRIL DE 2015.
Débora Ruiz Molina

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