En las últimas décadas se han presentado cambios que han afectado los ecosistemas y las formas de vida de la
población, acompañados de la pérdida de la biodiversidad agrícola y silvestre y de los sistemas productivos
tradicionales, lo cual se ha reflejado en una profunda crisis de la producción agropecuaria y de la seguridad
alimentaria nacional. Algunas de las causas de esta crisis se deben a problemas estructurales y otras a las
erróneas políticas del Estado, entre los que se destacan:
• Colombia es uno de los países de América Latina con una distribución más inequitativa de la riqueza y
especialmente de la propiedad de tierra, la cual está concentrada en pocas manos, lo que ha generado
fuertes impactos económicos, políticos y sociales (Tabla 1).
• Las erróneas políticas gubernamentales han promovido la producción agropecuaria con modelos de
“revolución verde”, basados en monocultivos de alto consumo de agroquímicos, maquinaria y semillas, mal
llamadas “mejoradas”, que en realidad son semillas de “alta respuesta” a insumos.
• En la última década, han sido abandonadas más de 1´750.000 hectáreas de tierras de cultivos transitorios o
se han convertido en pastizales de ganadería extensiva, lo cual ha estado acompañado de la pérdida de más
de 120 mil empleos rurales.
• La deforestación de bosques andinos y tropicales (se talan mas de 100.000 hectáreas/año), tiene gran
impacto sobre la biodiversidad y los suelos.
• La sustitución de sistemas productivos tradicionales y convencionales por cultivos ilícitos.
• En los últimos 15 años, la guerra interna ha generado el desplazamiento de más de 2´700.000 personas de
las zonas rurales.
• Una profunda crisis del sector agropecuario, el conflicto armado, la extrema pobreza de gran parte de la
población rural y la falta de alternativas de producción sustentables para la población rural.
Tabla 1
Relación entre el área predial rural nacional y los propietarios, según tamaño de predios 2001.
Tamaño de predio Propietarios % Superficie (área predial
(Ha) rural registrada)
‹3 57.3 % 1.7%
›3, ‹ 100 39.7% 22.5%
› 100 ‹ 500 2.6% 14.6%
› 500 0.4% 61.2%
Total porcentaje 100% 100%
Fuente: IGAC, CORPOICA, Zonificación de los conflictos de uso de las tierras
en Colombia, Bogotá, 2002, Volumen 4, p. 83.
*
Director Grupo Semillas: semil@attglobal.net. - www.semillas.org.co
2
Bajo el modelo de liberación de mercados se plantea que la producción agrícola en el mundo, debe basarse en
el concepto de la “competitividad”, pero los países desarrollados no reconocen las distorsiones de los mercados
que está causando la protección mediante subsidios a sus agricultores, al tiempo que se exige eliminar estos
subsidios a los países del Sur y reducir los aranceles para las importaciones agrícolas, lo que ha generado
efectos críticos en la oferta nacional.
El gobierno colombiano ha emprendido la apertura generalizada a las importaciones de los productos básicos de
la agricultura y la alimentación, cumpliendo las directrices contempladas en el "Acuerdo sobre Agricultura de la
OMC", sobre liberación de la agricultura y desmonte de subsidios a los agricultores de los países del Sur, y
también siguiendo las directrices de los acuerdos bilaterales de comercio, establecidos principalmente con
Estados Unidos.
Ahora Colombia depende de alimentos básicos importados, siendo Estados Unidos, Canadá y Argentina los
principales proveedores de maíz y soja. Esta apertura a las importaciones ha tenido un fuerte impacto en la
economía nacional, ya que ha producido un gran desabastecimiento de alimentos junto con la pérdida de los
sistemas de producción nacional, especialmente de los pequeños agricultores, que los ha llevado a la ruina y ha
reducido las limitadas posibilidades de supervivencia del campo. Estos agricultores son los que históricamente
han sustentado gran parte de la seguridad alimentaria del país: sí tomamos toda el área cultivada para el 2000,
los pequeños agricultores sembraron el 80% del área del maíz, el 89% de la caña panelera, el 89% del Fríjol, el
75.5% de las hortalizas y el 86% de la yuca.
Paradójicamente, la fuerte disminución del área agrícola ha estado acompañada del aumento descomunal del
uso de plaguicidas: en 1990 la importación de herbicidas, insecticidas y funguicidas sumó 33.6 millones de
dólares, pero en 1999 fue de 80 millones de dólares; es decir, aumentó en 237%. Esto indica que la crisis del
sector agrícola del país está relacionada con la insostenibilidad de un modelo productivo que hace depender la
producción del uso generalizado de agroquímicos, con los ya muy conocidos impactos ambientales y de
salubridad pública.
El país dejó de ser autosuficiente en la producción nacional de alimentos e incluso pasó de ser exportador, de
productos como arroz, maíz, papa, algodón, a ser importador neto de alimentos de la mayor parte de los
productos que sustentan la agricultura y la alimentación. Es una vergüenza nacional que un país con enorme
potencialidad para la producción de alimentos, haya importado en el 2002 ocho millones de toneladas de
alimentos básicos, como maíz, soja, arroz, trigo, sorgo, ajonjolí, azúcar, legumbres, frutales, cacao, lácteos,
huevos, aves, carnes rojas, pescados, tal como lo reflejan las estadísticas del Ministerio de Agricultura.
3
A pesar de que la producción total de maíz en Colombia se ha mantenido relativamente estable, la demanda
nacional para el consumo se ha incrementado significativamente, lo cual ha convertido al país en un gran
importador de este producto. En 1991, el área cultivada se redujo en un 30% (Tabla 2), especialmente del maíz
tradicional, el cual disminuyó en cerca de 290.000 hectáreas, aunque la disminución total de la producción no
fue significativa puesto que el sistema tecnificado incrementó notablemente su producción. En 1991, el maíz
producido por pequeños agricultores era tres veces mayor que el tecnificado, pero en el 2001 su porcentaje fue
escasamente un poco mayor que el tecnificado, lo cual indica que los pequeños agricultores han sido
drásticamente golpeados por la crisis agrícola y las políticas gubernamentales1.
Tabla 2
Producción y área sembrada de maíz y soja en Colombia. 1991 y 2001
Año Maíz Soja
Producción (Ton) Área (hectáreas) Producción (Ton) Área (hectáreas)
1991 1’273.600 821.800 193.597 100.600
2001 1’239.346 574.117 55.656 23.658
Fuente: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Anuario estadístico del sector agropecuario, Dirección de Política Sectorial Grupo
sistemas de información, Bogotá, 2001.
Las políticas gubernamentales están alinderadas con las políticas y acuerdos económicos establecidos por los
órganos internacionales que controlan la economía mundial, como la Organización Mundial del Comercio, OMC,
el Fondo Monetario Internacional, FMI, y el Banco Mundial, BM, con los Acuerdos Comerciales y de supuesta
“ayuda” que ha suscrito el país con algunos países del Norte, los cuales en gran parte están atados a la creación
de condiciones para la privatización del Estado y también a la apertura de inversiones y mercados para el capital
internacional.
Adicionalmente, las políticas de investigación y desarrollo del sector agropecuario se han orientado hacia la
promoción de sistemas de producción basados en modelos tipo revolución verde, los cuales históricamente han
tenido un fuerte impacto sobre los ecosistemas, la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Estos modelos han
afectado notablemente a los sistemas de producción y las formas de vida campesina e indígena, puesto que no
están adaptados a las condiciones y requerimientos ambientales, socioeconómicos y productivos de las
poblaciones rurales del país. De esta manera, las políticas gubernamentales han in visibilizado y marginado las
formas de vida tradicionales que sustentan la cultura y economía campesinas.
Tras el fracaso de este modelo para salvar el sector agrícola, ahora el gobierno colombiano pretende, como uno
de los ejes centrales de su política agropecuaria, meterse de lleno en la tecnología de los transgénicos,
basándose en la falsa ilusión de que estas tecnologías van a solucionar la crisis agrícola del país. Al respecto,
es preocupante la visión distorsionada que posee el gobierno sobre las posibles soluciones a la profunda crisis
agrícola. En reiteradas declaraciones públicas el Ministerio de Agricultura plantea que sí el país no abre
totalmente las puertas a estas tecnologías, “nos quedaremos veinte años atrasados con relación a los países
desarrollados en la materia”. De igual forma, sostiene que los agricultores que no sean altamente competitivos
no podrán sobrevivir en las actuales condiciones del mercado y que la mejor manera de lograrlo es adoptando
las nuevas biotecnologías.
Pero si los modelos basados en la revolución verde ignoraron totalmente a los pequeños agricultores, la inmensa
mayoría de habitantes del campo, con mayor razón van a ser totalmente marginados mediante el uso de las
4
tecnologías de transgénicos, que se sustentan sobre los mismos principios y paradigmas reduccionistas y
atomicistas de ver el mundo en que se basó la revolución verde, los cuales conciben a los seres vivos como una
simple sumatoria de genes que pueden ser movidos en todas direcciones entre las especies, para parchar
problemas puntuales generados por este insostenible modelo de vida y de producción. Estas tecnologías
desconocen la complejidad e integridad de los múltiples factores ambientales, tecnológicos, socioeconómicos y
culturales que intervienen en la producción sustentable y especialmente invisibiliza las múltiples estrategias de
manejo ecológico, tecnológico y cultural de los sistemas de producción agropecuarios desarrollados y adaptados
desde épocas ancestrales por las comunidades indígenas, negras y campesinas.
El Ministerio de Agricultura y el ICA abiertamente defienden las bondades de estas tecnologías, parodiando los
mismos argumentos utilizados por la industria biotecnológica sobre los “inmensos beneficios que generaran los
transgénicos para el país y especialmente para los agricultores”. Pero en ningún momento se plantean
interrogantes ni la necesidad de hacer rigurosos estudios de bioseguridad, por los posibles riesgos e impactos de
los cultivos y alimentos transgénicos sobre los ecosistemas, la biodiversidad, la producción nacional, la seguridad
alimentaria y la salud humana y animal.
En Colombia, las transnacionales no figuran directamente como entidades que financien la investigación
biotecnológica, pero es muy probable que los fondos para estas actividades provengan del sector privado, si
tenemos en cuenta la tendencia mundial a reducir la investigación pública, la cual está siendo asumida por la
industria, a través del apoyo directo o indirecto a estas instituciones públicas. Esto ha conducido las prioridades
y los enfoques de la investigación hacia la obtención de productos biotecnológicos controlados por la industria y,
potencialmente, de alto valor comercial. Desde luego, estas investigaciones no están orientadas a resolver los
principales problemas de la producción agrícola que enfrenta la inmensa mayoría de los agricultores de nuestros
países.
Colombia, al igual que la mayor parte de los países de América Latina, con la excepción de Brasil y Cuba, ha
avanzado muy poco en la investigación biotecnológica y cuenta con un limitado apoyo por parte del Estado para
el desarrollo de la capacidad técnica y científica en esta área3. Ante esta situación, el gobierno nacional, a
través del Ministro de Agricultura, plantea como una de sus estrategias fundamentales desarrollar la capacidad
técnica y científica en nuevas biotecnologías, mediante la apertura masiva a los cultivos y alimentos
transgénicos de las transnacionales, sin los debidos controles de Bioseguridad.
La investigación en Biotecnología
Lo anterior se puede evidenciar en las estadísticas oficiales que muestran la drástica reducción de la inversión y
el apoyo del Estado a través de Colciencias, para la financiación y promoción de actividades en ciencia y
tecnología. Entre 1995 y 2002 se presentó una disminución del 52.6% de los recursos aplicados; es así como en
el 2002 se invirtieron 33,5 millones de dólares, que sólo corresponden al 0.3% del PIB Nacional, de los cuales
5
en investigación en biotecnología se invirtió la modesta suma de 420.000 dólares, que equivale al 1,25% del
presupuesto total de Conciencias en el 2002. Esta cifra evidencia cómo el país no está haciendo una inversión
en el desarrollo de la capacidad técnica y científica en el área de biotecnología; por el contrario, se cierran las
posibilidades, especialmente de las instituciones de investigación y universidades gubernamentales.
Es preocupante ver cómo el exiguo presupuesto que el país invierte en el desarrollo de ciencia y tecnología, se
aplica a la promoción de proyectos agropecuarios con enfoques agroindustriales, sin que exista apoyo para
investigaciones que no encajan en este enfoque, es decir, que están orientadas hacia la conservación y manejo
sostenible de recursos naturales y los ecosistemas, a la capacitación y fortalecimiento de formas de producción
alternativas con enfoques agroecológicos, a la problemática real del campesinado y a la conservación y
mejoramiento de semillas por los agricultores.
El Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) es la institución que más trabajo tiene en la aplicación de
biotecnología y especialmente en el desarrollo de cultivos transgénicos. Aunque sus investigaciones se lleven a
cabo en el territorio colombiano, forma parte de los Centros Internacionales de Investigación Agrícola, los cuales
desarrollan sus actividades de forma independiente y autónoma y no están regidos por las políticas nacionales
de investigación, ni son controlados por las normas nacionales de bioseguridad; por lo tanto, sus investigaciones
en transgénesis no pueden considerarse como parte de las actividades nacionales en biotecnología. Desde
inicios de la década de 1990, el CIAT adelanta investigaciones para el desarrollo de variedades transgénicas en
cultivos de arroz (resistente al virus de la hoja blanca), que está en una etapa de cultivo experimental en campo
abierto, yuca (resistente al barrenador del tallo Chilomima clarkei), fríjol (resistente a la sequía) y pastos4. Por
su parte, el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia IBUN, hace mas de seis años
viene trabajando en la investigación de una variedad de tabaco transgénico resistente a herbicidas, y
actualmente está investigando sobre variedades de papa resistentes a virus5.
En Colombia existen ocho instituciones públicas y privadas dedicadas a la investigación de cultivos transgénicos
de arroz, papa, fríjol, tomate, tabaco, maracuyá, banano, café, caña de azúcar, arveja, pastos, algodón, flores
(crisantemo y heliconia) entre otros. Todas estas investigaciones se encuentran en una etapa muy preliminar de
caracterización y de evaluación de la expresión de los genes utilizados, otras todavía no han logrado expresar la
transformación genética y sólo en algunos casos son ensayos preliminares de laboratorio (Tabla 3).
En el país no existe una entidad o instancia que centralice la información sobre todas las investigaciones de
entidades públicas y privadas en organismos transgénicos. En Colciencias solamente está disponible
información muy general de algunas investigaciones que reciben recursos del Estado, pero no se incluye
información sobre otras investigaciones independientes o que reciben fondos de entidades privadas. De otro
lado, el Consejo Técnico Nacional de Bioseguridad del ICA (CTN), no posee una base de datos de estas
investigaciones y tampoco ejerce control sobre ellas, puesto que la norma de Bioseguridad del ICA no lo
contempla.
Tabla 3
Investigación pública y privada para la producción de plantas transgénicas en Colombia.
Cultivo Solicitante Rasgo y Características del OGM Estado de la
(institución) investigación
Arroz Centro Resistencia a la enfermedad hoja blanca del arroz Investigación en
Internacional de • Baja expresión del gen de la nucleoproteina del virus de la hoja manejo confinado
Agricultura blanca (RHBV), clonada del RNA 3 del virus. y en pequeña
Tropical - CIAT escala en campo.
Yuca Resistencia al barrenador del tallo (Chilomima clarkei). Investigación en
• Gen CryIA(b) B. thuringiensis manejo confinado.
6
Pastos: Investigación en
Brachiaria y manejo confinado.
Stylozantes
Café Federación Resistencia a la broca del cafeto Investigación en
Nacional de • Transformación vía Biolística, PEG y A. tumefaciens. - Promotor manejo confinado.
Cafeteros de 35 S
Colombia
Caña de Centro Nacional de Resistencia al virus del síndrome de la hoja amarilla. Investigación en
azúcar Investigación en manejo confinado.
Caña de Azúcar - • Gen que codifica proteína de la cápside del virus (CP ORF).
CENICAÑA Transformación vía Biobalistica
Papa Instituto de - Papa criolla (Solanum phureja, var. yema de Huevo). que Clones
Biotecnología de la expresan el gen de la Cápside del Virus del enrrollamiento potencialmente
Universidad de la hoja (PLRV). transgénicos en
Nacional IBUN - Papa var. Diacol capiro que contengan el gen C.P. y de la etapa de
replicasa. evaluación.
• Transformación vía A. tumefaciens.
Maracuyá y Pontificia Maracuyá resistente a virus, Investigación en
Crisantemo Universidad Crisantemo resistente a Hongos laboratorio
Javeriana
Algodón y CORPOICA Plantas de algodón resistente al insecto (Anthonomus Investigación en
arveja grandis). laboratorio
Plantas de Arveja resistente a insectos
Papa Corporación para Plantas de papa resistentes al ataque de las polillas Investigación en
Investigaciones • Transformación vía A. tumefaciens. laboratorio
Banano Biológicas – CIB Plantas de banano resistentes a la Sigatoka negra
Universidad de • Clonaje de fragmentos de DNA de banano por PCR, con alta
Antioquia homología a genes de resistencia, que codifican para
Fenilalanina Amonia liasa (PAL)
Stevia Facultad de Transformación genética de Stevia rebaudiana. Investigación en
rebaudiana Ciencias exactas y laboratorio
Heliconia naturales, U. de Transformación genética de Heliconia strricta.
strricta Antioquia
Tomate Universidad Plantas de tomate variedad UNAPAL-Arrebles, resistentes a Investigación en
Nacional de plagas. laboratorio
Colombia Sede • Incorporación de los genes nptII, gus-intron y Cry1Ab (B.
Palmira, Valle. Thuringiensis). Transformación vía A. tumefaciens.
Papa Grupo de Ing. Plantas de papa criolla (Solanum phureja var. Yema de Investigación en
genética. Fac. de Huevo) resistente insectos laboratorio
Ciencias – U. • Gen que codifica para un inhibidor de proteasas (mirl 2)
Nacional de derivado del Pomelo.
Colombia,
Fuentes: Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). Actas CTN 1999 – 2001; Colciencias; y Memorias del “Taller Internacional
de Ingeniería Genética para la Agricultura Colombiana”, Departamento de Biología e Instituto de Genética de la Universidad
Nacional de Colombia y Corpoica, 2002.
progresivamente transferida a unas pocas empresas multinacionales que controlan el mercado internacional de
semillas. El interés de estas industrias radica en introducir semillas de alto valor, especialmente dirigidas hacia la
producción agroindustrial, y no les llama la atención desarrollar semillas adaptadas a las condiciones y
necesidades de los pequeños agricultores.
Las posibilidades de inversión de la industria biotecnológica todavía son reducidas, debido a la profunda crisis
del sector agropecuario y porque el mercado de semillas “mejoradas” representa un porcentaje reducido dentro
de la producción nacional, especialmente de los medianos y pequeños agricultores, quienes guardan sus
semillas para las próximas cosechas y se encuentran al margen del mercado de semillas. En la última década, el
sector agrícola del país, especialmente el relacionado con cereales, cultivos industriales y de hortalizas ha
experimentado una fuerte reducción en el área y producción, lo que se refleja también en la constricción del
mercado de semillas y en la reducción de las ganancias de las empresas nacionales e internacionales. Gran
parte de las ganancias de las empresas multinacionales está más relacionado con la venta de agroquímicos
para la producción, que con la venta de semillas.
La empresa más activa en este sentido ha sido Monsanto, quien tiene el mayor monopolio de semillas
transgénicas en el mundo. Desde 1996, ha realizado en el país pruebas de campo con cultivos transgénicos de
algodón Bt sin ningún control de bioseguridad, puesto que se realizaron antes de aprobarse la norma del ICA de
1998. La estrategia de Monsanto ha sido la de crear condiciones para que las autoridades competentes en
materia de bioseguridad agrícola le permitan intervenir y controlar los procesos de investigación, evaluación en
campo, las solicitudes de comercialización y la liberación comercial de sus cultivos transgénicos. Adicionalmente,
todo lo realiza Monsanto a través de convenios con la empresa nacional Semillas Valle, con lo cuan no figura
como actor directo en todo el proceso, evita los cuestionamientos que se le han hecho a nivel mundial y logra
una mayor aceptación en el mercado.
Estos aspectos del Protocolo evidencian la necesidad de que los países desarrollen normas nacionales fuertes y
con un mayor ámbito de acción, de tal forma que cubra los aspectos no incluidos en aquél. Sin embargo,
actualmente pocos países poseen legislaciones de bioseguridad estrictas e integrales que incluyan todos los
aspectos relacionados con la aplicación de la biotecnología; la mayoría de ellas, en los casos que existen, se
refieren principalmente a la regulación de bioseguridad relacionada con los OGM de uso agrícola, dejando por
fuera de control a la mayor parte de los OGM que pueden entrar a nuestros países, como los alimentos y las
mercancías de aplicación industrial.
• ¿Estas normas nacionales pueden aplicarse sin la presión de la industria biotecnológica, o mediante su
intromisión para elaborar normas débiles y flexibles, hechas a imagen y semejanza de sus intereses?
• ¿Se puede evitar la intervención directa o indirecta de la industria en los órganos de control, evaluación y
aprobación de la liberación comercial de OGM?
• ¿Es posible que nuestros países puedan lograr efectivas normas de bioseguridad, teniendo en cuenta la
presión que reciben a través de los acuerdos comerciales que han firmado? (Mediante, por ejemplo,
acuerdos bilaterales (Colombia - Estados Unidos), acuerdos regionales (Comunidad Andina de Naciones) o
acuerdos multilaterales (OMC - ALCA), en los que se obliga a respetar Derechos de Propiedad Intelectual y a
crear condiciones adecuadas para la inversión del capital internacional; además, la “aparente ayuda
económica” está condicionada a la generación de un ambiente favorable para la liberación comercial de
organismos transgénicos en nuestros territorios)
Entre los aspectos más críticos de la Resolución del ICA se encuentra que las autoridades nacionales
competentes sobre bioseguridad no tienen capacidad técnica ni recursos para realizar de forma independiente,
objetiva, y a largo plazo, las evaluaciones de riesgos e impactos de los OGM que se pretenden introducir al país.
Es preocupante que esta norma permita que estas pruebas sean realizadas, pagadas y evaluadas por el
solicitante, tal como ocurrió con el caso del algodón Bt de la Monsanto en su corto e irregular proceso de
evaluación y aprobación.
Simultáneamente con la Resolución 3492, el ICA aprobó el Acuerdo 0013/98 que crea el Consejo Técnico
Nacional, CTN, como órgano de carácter "consultivo y asesor"; puesto que la decisión final de la liberación
comercial de OGM es adoptada exclusivamente por el gerente del ICA. En este Consejo participan
representantes de los sectores públicos y privados que en general están totalmente a favor y son promotores de
los transgénicos. De once miembros del Consejo sólo hay un representante de los agricultores, que según la
interpretación que le da el CTN, es el vocero de todos los sectores de la sociedad civil distintos a los gremios
económicos y a la industria. Pero en realidad no existe una verdadera representación de todos los sectores que
de alguna forma pueden ser afectados por la introducción de OGM, especialmente las comunidades de
agricultores locales, los consumidores, y los ciudadanos en general.
Posteriormente, el ICA expidió el Decreto Nº 0002/2002, que precisa algunos aspectos de las competencias del
CTN. Este Decreto en su artículo 5, dice: “Los miembros del CTN Agrícola deberán abstenerse de evaluar y de
votar proyectos o actividades que los beneficien directa o indirectamente”. Este aspecto se debe tener en cuenta
en el análisis sobre el procedimiento que siguió el CTN para la liberación comercial del algodón Bt en Colombia,
puesto que Monsanto como miembro del CTN ha violado sin ningún tapujo esta inhabilidad, al ser juez y parte
en todo el proceso de evaluación y toma de decisión sobre la liberación comercial de este cultivo, como se verá
más adelante.
Debido al vacío jurídico que existe en Colombia en cuanto a la bioseguridad y a causa de la presión por parte de
la sociedad civil para adoptar en el país una norma de bioseguridad integral, el Ministerio de Ambiente en el año
2002 formuló un proyecto para crear una norma marco que incluya la regulación de la investigación,
experimentación, introducción, liberación, movilización, producción, comercialización, utilización y
9
almacenamiento de OMG en el país. Pese a los esfuerzos de comenzar a formular el proyecto, con la
convocatoria de algunos sectores involucrados, en realidad quienes han participado activamente han sido el
gobierno, la industria y la academia, pero no lo han hecho sectores de la sociedad civil, como las organizaciones
indígenas, campesinas, los consumidores y los grupos ambientalistas.
Recientemente, el Gobierno reestructuró el Ministerio de Ambiente, quedando diluidas muchas de sus funciones
de tipo ambiental: el tema de bioseguridad ha sido relegado a un segundo plano, y, por ello, la iniciativa de
norma nacional ha quedado dilatada desde agosto de 2002, y no se ve voluntad política para que el Ministerio
de Ambiente ejerza su función como autoridad nacional ambiental y de bioseguridad, como lo evidencia su
forma de actuar en la reciente liberación de transgénicos en el país, tema que abordaremos mas adelante. Esto
es de extrema gravedad puesto que existe un vacío jurídico en esta materia, pero siguen adelante las
autorizaciones del CTN para las siembras en campo de ensayos que buscan la liberación comercial de cultivos
transgénicos y, lo que es más grave aún, el país continúa importando masivamente alimentos transgénicos
especialmente maíz y soja sin que las autoridades competentes ejerzan ningún control de bioseguridad.
Es preocupante que mientras el Gobierno no muestra voluntad política para avanzar en la elaboración de una
norma de bioseguridad integral y en el impulso de la capacidad técnica y científica para ejercer los controles
necesarios, por otro lado se plantee abrir sin restricciones las puertas para que la industria pueda inundar el
país con cultivos y alimentos transgénicos, sin realizar las evaluaciones de bioseguridad requeridas. Lo mas
grave es que el CTN y el Ministerio de Ambiente se han convertido en un comité de aplausos para avalar esta
política e ignorar las preocupaciones y criticas de diversos sectores de la sociedad civil.
Las instituciones de investigación en biotecnología no están obligadas a presentar solicitud ante el CTN, y este
organismo no tiene competencia para hacerles seguimiento y controlar sus actividades; adicionalmente, no
existen protocolos de manejo de riesgos mínimos unificados. Este hecho es cuestionable, por varias
circunstancias: por una parte, en el caso de presentarse algún problema, tanto en laboratorio como en
invernadero o en campo, no existe ningún órgano de control que pueda ejercer alguna acción y tomar medidas
de sanción y de mitigación de daños por estas actividades; por otra parte, estas instituciones consideran que
están haciendo un tipo de investigación básica en confinamiento y, por lo tanto, no requieren ser vigiladas. Sin
embargo, sus investigaciones, a pesar de presentarse como parte de la investigación básica, están dirigidas
hacia el desarrollo de productos que podrían ser comercializados en el futuro a través de la industria
biotecnológica, en razón de lo cual sí deberían ser controladas y monitoreadas por alguna autoridad Nacional en
materia de bioseguridad.
Antes de que el gobierno tome la decisión de liberar estos cultivos transgénicos debería hacer una evaluación
completa de los posibles efectos, adversos e impredecibles, sobre este patrimonio genético del país, sobre los
10
agroecosistemas, y también mesurar los impactos socioeconómicos, especialmente sobre los pequeños
agricultores que dependen de estos cultivos para garantizar su sustento y su seguridad alimentaria.
En el caso del maíz, Colombia es centro de convergencia entre América central, las mesetas Andinas y las tierras
bajas de Sur América. El cultivo de maíz reviste gran importancia debido a que, de un lado, ha sido la base de la
alimentación de gran parte de la población rural y urbana y, de otro lado, por la complejidad ecosistémica y
cultural del territorio, se ha creado una amplia diversidad de variedades nativas que se han desarrollado y
adaptado a las diferentes regiones ecológicas, culturales y productivas. Por ejemplo, en la región caribe de
Colombia las comunidades campesinas e indígenas manejan más de 25 variedades criollas de maíz como base
fundamental de su seguridad alimentaria8; y en la región Cafetera Andina las comunidades campesinas
manejan más 20 variedades locales de maíz.
perjudiciales “directamente” sobre otras especies9. Actualmente, en Estados Unidos existen mas de 20 cultivos
Bt: maíz, papa, tomate y tabaco colza, arroz, maní, uva, berenjena, brócoli, alfalfa, manzano, eucalipto, pino,
nogal, entre otros.
Un estudio realizado por la universidad de Colorado, muestra cómo en EEUU las plagas de Lepidópteros de
algodón Bt han desarrollado resistencia a la toxina a pesar de establecerse entre 20 y 40% del área del campo
con refugios sembrados con variedades no GM. El estudio encontró que los refugios son ineficaces para retardar
la resistencia al Bt, puesto que esta resistencia a la toxina es de carácter dominante. Es decir, la mutación no es
recesiva y por eso las siguientes generaciones de insectos son resistentes aunque se crucen con los ejemplares
no resistentes presentes en dichos refugios. Otro estudio de las Universidades de Carolina del Norte12, permitió
detectar el desarrollo temprano de resistencia a la toxina Bt; el Dr. Gould, estableció que 1.5 de cada mil polillas
acarrean el gen de resistencia a la toxina Bt, pronosticando que la resistencia al gen Bt en la polilla del algodón
será un verdadero problema en pocos años si este cultivo se planta de manera generalizada13.
Un estudio realizado en China recientemente sobre el algodón transgénico “Bt” (Bacillus thuringiensis), confirma
impactos ambientales adversos a sólo cinco años de la existencia de plantaciones comerciales de este cultivo, y
concluye que la variedad no podrá controlar las plagas eficazmente al cabo de 8/10 años de producción
continua. Los tests y el monitoreo de campos conducidos por cuatro institutos científicos dependientes del
Estado chino, ya han comprobado la resistencia a la bacteria Bt en la “plaga objetivo” (el barrenador del tallo),
una reducción en la cantidad de los parásitos enemigos naturales del barrenador, y un incremento en la
existencia de plagas secundarias. Estos factores han obligado a los agricultores a continuar usando pesticidas
químicos y han incrementado la posibilidad de apariciones de brotes de ciertas plagas a causa del desequilibrio
producido en la comunidad de insectos.
El autor del estudio, un investigador del Instituto de Ciencias Ambientales de Nanjing, y un asesor de
Greenpeace, Profesor Xue Dayuan, dijeron: " El reporte confirma que el algodón Bt está siendo liberado al
ambiente en forma prematura. Luego de cinco años de su comercialización, los agricultores y científicos chinos
están enfrentándose con problemas serios y ven que es demasiado poco lo que se conoce sobre la interacción
de los cultivos transgénicos con el ambiente”.
La India aprobó la liberación comercial del algodón Bt en abril del 2002, luego de cinco años de pruebas en
diferentes regiones del país, y aunque durante tres años éstas presentaron fallas, el gobierno se ha negado a
hacer públicos los estudios científicos para el escrutinio independiente. En el 2001 se descubrieron en la India
4000 hectáreas ilegales de algodón Bt, que tuvieron que ser destruidas. Recientemente, Monsanto ha comprado
varias de las mayores compañías productoras de algodón de la India. Hace varios años una manifestación de
más de 1 millón de personas destruyó algunos ensayos demostrativos de algodón Bt. En la India, el algodón en
su mayor parte es cultivado por agricultores que poseen en promedio una hectárea, quienes están muy
preocupados por el impacto ambiental y socioeconómico de este biopesticida transgénico
Adicionalmente, desde el momento en que Colombia introduzca masivamente cultivos transgénicos no sería
posible garantizar la producción de cultivos limpios, puesto que la contaminación de las variedades locales con
las transgénicas implicaría la pérdida de estatus de los agricultores orgánicos y se excluirían del mercado
internacional los productos de agroexportación contaminados, especialmente de la Comunidad Europea, en
13
donde se están adoptando normas muy estrictas contra la importación de productos que no estén limpios de
agroquímicos y libres de transgénicos, mediante exigencias de rotulado y trazabilidad de estos productos.
El caso más crítico, y que ha tenido mayor repercusión en los mercados internacionales respecto al comercio de
alimentos OGM, ha sido el del maíz StarLink, debido al escándalo que se presentó en Estados Unidos al
encontrarse este maíz en cerca de 300 productos procesados para la alimentación humana, pese a que sólo
había sido autorizado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para la alimentación animal, lo que produjo
el retiro masivo de estos productos del mercado en Estados Unidos y ocasionó millonarias pérdidas, tanto para
los agricultores como para los comercializadores. Como consecuencia, la Unión Europea, Japón y Corea cerraron
totalmente sus puertas a la importación a este tipo de maíz y en el 2001 se presentó una caída dramática en el
área sembrada de maíz GM en Estados Unidos, con las consiguientes pérdidas económicas que tuvieron que
asumir los agricultores y las empresas comercializadoras. A raíz de este hecho, Estados Unidos retiró la
comercialización de ese maíz en su territorio, pero no prohibió su comercialización en el resto del mundo, por lo
que es muy probable que los enormes volúmenes, que no es posible ubicar en los países del Norte, estén siendo
comercializados en los países del Sur donde no existe ninguna restricción para su consumo.
Teniendo en cuenta que muchos países han cerrado las puertas a productos transgénicos o que tienen estrictas
normas de bioseguridad antes de ser liberados comercialmente, cabe preguntarse: ¿Colombia debería utilizar
plena y rápidamente estas tecnologías, en contravía de la precaución que han mostrado la mayoría de los países
del mundo?
Entre los principales argumentos de la industria para promover los cultivos transgénicos se indica, por ejemplo,
que los cultivos resistentes al herbicida y los cultivos Bt van a reducir significativamente el consumo de
plaguicidas y de herbicidas. Pero todas las evidencias en el mundo muestran que en las plantas Roundup Ready
resistentes al glifosato, el consumo de este producto ha aumentado significativamente y con ello la dependencia
de los agricultores con respecto a la empresa dueña de esta tecnología (Monsanto). Esta situación ha ocurrido
en Estados Unidos y más dramáticamente en Argentina luego de la masificación del cultivo de soja RR. De la
misma manera, la industria afirma que estos cultivos reducen significativamente los costos de producción y
aumentan las ganancias netas que reciben los agricultores debido a la reducción del uso de agroquímicos y de
mano de obra. En el caso de la soja Roundup Ready, en Estados Unidos los agricultores la han adoptado
masivamente, pero esto no se debe al aumento de rendimientos con respecto a la soja convencional, sino a que
este paquete tecnológico ha disminuido el uso de mano de obra, que es un insumo escaso y costoso para los
agricultores en Estados Unidos.
En Argentina en el 2001 se sembraron 12.5 millones de hectáreas con cultivos transgénicos de soja RR. Desde
el momento en que se introdujo este cultivo, han desaparecido más de 60.000 explotaciones agropecuarias y
han sido expulsados mas de 300.000 familias de pequeños y medianos agricultores hacia los cinturones de
miseria de las grandes ciudades. Adicionalmente, el consumo de glifosato ha crecido descomunalmente al pasar
de 1 millón de litros utilizados en 1990 a 80 millones de litros en el 2001, principalmente aplicados en cultivos de
soja RR de Monsanto16. No hay que hacer un gran esfuerzo mental para entender quién es el verdadero
beneficiario y quién resulta afectado con esta tecnología.
En algunos de los cultivos Bt, al principio se ha reducido el uso de algunos insecticidas, como en el caso del
algodón. Por esta razón, muchos agricultores han sido atraídos, pero ya existen en el mundo numerosas
evidencias que muestran que las plagas de estos cultivos rápidamente se han vuelto resistentes a la toxina, lo
cual hará totalmente inefectivo este método de control, y los agricultores tendrán nuevamente que depender de
14
los agroquímicos que producen estas mismas industrias, agudizando así los ya conocidos efectos ambientales
generados por estos productos.
Tabla 4
Cultivos transgénicos liberados comercialmente y solicitudes en curso en el CTN del ICA
Cultivo Solicitante Rasgo y Características del OGM Estado de la
(institución– solicitud
Empresa)
Clavel azul Florigene Clavel de coloración azul «Blue gene tecnology». Aprobada
Flores o Marcadores genéticos (resistencia a herbicidas. Gen promotor siembra comercial
Colombianas Ltda 35S proveniente del Virus del Mosaico de la coliflor (CaVM).
Algodón Bt Monsanto Algodón con el gen Bollgard, que produce la toxina Cry1aC Aprobada
Nucont 33B Compañía de B. thuringiensis, resistentencia a plagas de siembra
Agrícola Lepidopteros. semicomercial de
Colombiana Ltda. o Marcadores genéticos (resistencia a antibióticos. Gen promotor 2000 Has (2002).
y Cia. S.C.A 35S proveniente del Virus del Mosaico de la coliflor (CaVM).
Algodón Monsanto Algodón tolerante al herbicida Glifosato. Solicitud en el
Roundup Compañía Agríco- o Gen que codifica la forma tolerante a N-Fosfonometil glicina. CTN. Ensayos de
Ready la Colombiana Vector: Agrobacterium sp. Gen promotor 35S proveniente del campo durante
Ltda. y Cia. S.C.A Virus del Mosaico de la coliflor (CaVM). 2003
Maíz Bt Monsanto Maíz que produce la toxina Cry1A(b) de B. thuringiensis, Solicitud en el
Yielgard Compañía Agríco- resistente al barrenador europeo del maíz Ostrinia nubilalis CTN. Ensayos de
MON 810 la Colombiana o Biobalistica via Agrobacterium sp. Gen promotor 35S campo durante
Ltda. y Cia. S.C.A proveniente del Virus del Mosaico de la coliflor (CaVM). 2003
Maíz Monsanto Maíz tolerante al herbicida Glifosato Solicitud en el
Roundup Compañía Agríco- o Gen que codifica la forma tolerante a N-Fosfonometil glicina. CTN. Ensayos de
Ready la Colombiana Vector: Agrobacterium sp. Gen promotor 35S proveniente del campo durante
Ltda. y Cia. S.C.A Virus del Mosaico de la coliflor (CaVM). 2003
Soja Monsanto Soja tolerante al herbicida Glifosato. Solicitud en el
Roundup Compañía Agríco- o Gen que codifica la forma tolerante a N-Fosfonometil glicina. CTN. Ensayos de
Ready la Colombiana Vector: Agrobacterium sp. Gen promotor 35S proveniente del campo durante
Ltda. y Cia. S.C.A Virus del Mosaico de la coliflor (CaVM). 2003
Caña de Centro Nacional Resistencia al virus del síndrome de la hoja amarilla, Investigación en
azúcar de Investigación causado por un luteovirus manejo confina-
en Caña de Gen que codifica proteína de la cápside del virus (CP ORF). do. Ensayos de
Azúcar - Transformación vía Biobalistica. Marcador genético: Resistencia a campo durante
CENICAÑA ampicilina 2003
tramitada por Flores Colombianas Ltda. y fue autorizada por el ICA en mayo de 2000. La aprobación se hizo
teniendo en cuenta que esta planta no tiene parientes silvestres en Colombia, ya que es originaria de Europa, no
es una planta alimenticia y toda su producción se destina a la exportación.
Sin embargo, del proceso de solicitud y de aprobación surgen varios cuestionamientos relacionados con los
procedimientos de evaluación de riesgos, puesto que en el país no se realizó ninguna evaluación de
bioseguridad previa en campo, sino que se extrapolaron las evaluaciones realizadas en países del Norte, a pesar
de que la norma nacional dice que estas deben hacerse en el país “caso por caso”. Además, varios miembros del
CTN plantearon algunos interrogantes e hicieron recomendaciones relacionadas con un plan de manejo de los
cultivos en cuanto a la utilización de los desechos de cosecha y la evaluación de los posibles efectos que podría
tener el uso del gen promotor 35S proveniente del Virus del Mosaico de la coliflor (CaVM) y el gen marcador que
genera resistencia a herbicida, puesto que en Colombia es frecuente usar los desechos producidos en los
cultivos de flores para alimentar el ganado. Pero estas recomendaciones no quedaron incorporadas en la
resolución de aprobación expedida por el ICA.
Por este motivo, en Estados Unidos la Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha establecido restricciones para
la siembra de algodón en algunas zonas del país. Los empaques de semillas de algodón Bt que allí se
comercializa contienen una nota que dice: “No sembrar algodón Bt al Sur de Tampa y no comerciar en Hawai”,
debido a que en el Parque Nacional de los Everglades y en Florida Keys existen poblaciones de algodón silvestre
Gossypium hirsutum. Igualmente, en Hawai crece un pariente silvestre del algodón Gossypium tomentosum. En
consecuencia, la pregunta es: sí Estados Unidos adopta esta medida de precaución, ¿por qué en Colombia, que
es centro de diversidad del genero Gossypium, el ICA concluye que no existe probabilidad de hibridación del
algodón Bt con las variedades nativas?
De la abundancia al caos
A comienzos de la década de 1990, el país fue exportador de algodón: en 1991 se sembraron 300.000
hectáreas, pero para la cosecha 2001-2002 se sembraron sólo 39.000 hectáreas, lo que significa que estamos
importando la mayor parte del algodón que consumimos. La profunda crisis del sector algodonero ha hecho
colapsar la producción nacional, por múltiples causas: la caída de los precios internacionales, los problemas
agronómicos (especialmente de plagas y sus consecuencias ecológicos debido el mal manejo de su control), el
conflicto armado y también las erróneas políticas en el sector agropecuario, especialmente la apertura masiva de
importaciones.
La actual política del Estado para reactivación del sector algodonero plantea como principal estrategia la
introducción del algodón transgénico Bt. Esta es una visión totalmente reduccionista de la compleja crisis del
sector algodonero del país, ya que esa política de reactivación responde a los intereses de una industria que
quiere introducir sus semillas transgénicas, sin los debidos controles de bioseguridad. Este bioplaguicida
modificado genéticamente sólo apunta a resolver uno de los múltiples problemas del cultivo, es específico para
algunas plagas de Lepidopteros, e incluso la toxina del Bt no controla la principal plaga del cultivo, el picudo
Anthonomus grandis.
16
La aprobación que hizo el CTN de Bioseguridad se realizó mediante un procedimiento totalmente irregular, que
dejó sin piso la credibilidad y objetividad de este organismo. Desde hace algunos años, Monsanto venía
presionando para que se aprobara la liberación del algodón Bt, pero solo lo pudo lograr utilizando una
estratagema: en la reunión del CTN realizada en el mes de marzo de 2002, se hicieron algunos cambios en su
junta directiva y se eligió como vicepresidente del CTN al representante de la Monsanto e, inmediatamente
después en esta misma reunión, el Consejo aprobó por unanimidad la liberación comercial del algodón Bt.
Esta situación pone en duda la objetividad y transparencia de este organismo en la evaluación de bioseguridad
en el país, puesto que si el modelo de procedimiento utilizado se generalizara con los representantes de la
industria, como por ejemplo los productores del DDT, el asbesto o los cigarrillos, entonces se permitiría que ellos
efectúen los estudios de seguridad, analicen los resultados y recomienden a las autoridades reguladoras la
aprobación del uso comercial de sus productos; así podrían demostrar el uso seguro de los mismos y
continuarían desestimando los estudios de los efectos colaterales adversos de sus productos, estrategia que han
utilizado durante muchos años, hasta que las evidencias de investigadores independientes han permitido que las
autoridades estatales regularan y en algunos casos prohibieran su uso.
Sin embargo, el ICA desconoció este concepto técnico, pasando por encima de las recomendaciones de la
máxima autoridad ambiental del país y continuó con el plan de siembras que se gestó desde octubre de 2002 en
la región Caribe de Córdoba y que se llevo a cabo en el 2003 en varias regiones el país. De hecho, el Ministro de
Agricultura y el Gerente del ICA han planteado que para este año se ampliarán las siembras en un área de
13.000 hectáreas en los departamentos del Tolima, el Valle del Cauca y los llanos orientales, pero no existe
ninguna resolución que autorice en cambio de área y la ampliación de zonas donde se sembrará el algodón Bt
durante este año. Si el ICA y Monsanto no realizaron evaluaciones estrictas de bioseguridad en ensayos
pequeños, entonces ¿cómo se va ha realizar en un área de cultivos tan grande y dispersa por todo el país?
la industria y liberar masivamente OGM, ya que por un lado pregona que se harán evaluaciones rigurosas de
bioseguridad, pero, por otro lado, se quiere introducir rápidamente maíz y soja transgénica por la puerta trasera
y pasando por encima de los rigurosos mecanismos de evaluación que deberían realizarse para la liberación
comercial de OGM en cualquier país del mundo. Si el Ministro de Agricultura anuncia las decisiones tomadas
irreversiblemente, nos preguntamos: ¿Vale la pena tener una norma nacional de bioseguridad y un Consejo
técnico para evaluación de las solicitudes, si las decisiones sobre la introducción de transgénicos en el país se
adoptan unilateralmente como política de gobierno, sometiendo a los órganos de control para convertirlos en un
comité de aplausos?
Es muy preocupante la débil y cuestionable argumentación que sustenta el Ministro y el ICA para introducir
masivamente los transgénicos en el país, porque se trata de cultivos que hacen parte de la dieta alimentaria
básica de la población. En cuanto al maíz, Colombia posee uno de los patrimonios genéticos y culturales más
importantes y, por eso, se debería analizar muy cuidadosamente y mediante evaluaciones objetivas y rigurosas
la conveniencia o no de introducir transgénicos, partiendo de la aplicación del Principio de Precausión.
Igualmente, se debe involucrar en la reflexión a todos los sectores de la sociedad; nos debemos preguntar si
los transgénicos son la mejor alternativa y sí debemos “poner todos los huevos en una canasta”, para redimir el
deprimido sector agropecuario. Pero si los procedimientos para la liberación de estos cultivos transgénicos se
hacen de forma similar a cómo se realizó la del algodón Bt, estamos frente a un problema grave y a una
profunda amenaza en el país. Entonces, ¿por qué el afán de hacer las cosas a las carreras y mal hechas?
equilibrio de la flora microbiana del suelo. Así mismo, la toxina Bt de forma asperjada está presente en la
bacteria como Prototoxinas inactivas, que se activan en el sistema digestivo de los insectos y, además, son
inactivadas por la luz UV antes ser incorporarse al suelo. Pero en los cultivos Bt, la toxina ya está activa durante
todo el ciclo de cultivo y esta presente en mayor concentración, por lo cual pueden tener un efecto mayor sobre
la flora microbial del suelo.
La Acción Popular fue presentada en Febrero de 2003, por el Dr. Hernán Arévalo, profesor de la Universidad del
Rosario y coadyuvada por el Grupo Semillas, la Fundación Derechos de Colombia, el Dr. Herminson Avendaño y
la Defensoría del Pueblo, con el apoyo del Grupo de Acciones Públicas de la Universidad del Rosario.
El argumento central de esta Acción señala que el ICA mediante la resolución 1035 de 2002, autorizó a la
Empresa Monsanto, la importación de 50.000 kg de semillas de algodón Bt con destino a ensayos
semicomerciales de aproximadamente 2000 hectáreas en la región del Caribe colombiano. En este caso se
evidenció como el Ministerio del Ambiente, incurrió en una grave omisión en la aplicación de sus funciones para
la conservación y protección del ambiente y la biodiversidad del país, al no exigir a Monsanto Licencia Ambiental
para la liberación del bioplaguicida algodón Bt, desconociendo el principio de precaución consagrado en el
Convenio de Diversidad Biológica, en la Constitución y en las normas ambientales colombianas.
Esta Acción Popular se fundamentó en el hecho que la mayoría de las regulaciones internacionales, como lo
mencionamos anteriormente reconocen que las plantas Bt son plaguicidas, que a diferencia de los pesticidas
químicos que están en el cultivo solo cuando se aplica el producto y se degradan con el tiempo; los organismos
transgénicos dado que son plantas, se pueden multiplicar y incrementar con el tiempo y por lo tanto exigen una
rigurosa evaluación.
Es importante observar que el Ministerio de Ambiente, cuando el ICA aprobó el año pasado las siembras de
20
algodón Bt, emitió un concepto técnico sobre la única evaluación de campo que realizó el ICA y Monsanto en la
región Caribe, aceptando los conceptos unánimes de cinco prestigiosas instituciones de investigación del país,
que cuestionaron el diseño, la metodología, los resultados y las conclusiones del estudio. Posteriormente el
gerente del ICA y la presidente del CTN no aceptaron este concepto técnico y siguieron adelante con las
siembras y el Ministerio de Ambiente echó para atrás su propio concepto y avaló la decisión adoptada por el
ICA.
Luego de varios meses de litigio, en donde el demandante y los coadyuvantes aportaron las pruebas y
documentación que sustentaron las pretensiones de la demanda, los Magistrados integrantes de la Sección
Cuarta – Subsección B del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, con ponencia de la Magistrada Doctora
Beatriz Martínez Quintero decidieron:
• Proteger los derechos colectivos al medio ambiente sano, a la salud pública, la libertad de consumo, a la
participación de la comunidad en las decisiones que la afectan o que podrían afectarla y a la moralidad
administrativa.
• Suspender los efectos jurídicos de la resolución 01035 del 10 de mayo de 2002, expedida por el Gerente
General del ICA, que autoriza la importación y siembra de ensayos semicomerciales de algodón NUCOTN
33B, en un área de 2000 hectáreas en el agroecosistema caribe húmedo.
• Ordenar al Ministerio del Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial exigir a la sociedad MONSANTO
COLOMBIANA INC el trámite de licencia ambiental previa a la importación y siembra de algodón Bt.
• Enviar copia del expediente a la Procuraduría General de la Nación para los fines disciplinarios referidas a
posibles vulneraciones a la moralidad administrativa en el trámite para la aprobación de la siembra del
algodón Bt en Colombia.
Adicionalmente este fallo reconoce el derecho de los ciudadanos para intervenir y ser tenidos en cuenta en la
toma de decisiones sobre aspectos que puedan afectar el derecho colectivo a un ambiente sano. Igualmente es
una excelente oportunidad para poner sobre la mesa y a disposición de todos los sectores de la sociedad,
información sobre este trascendental tema, de tal forma que permita debatir sobre los posibles beneficios e
impactos que pueden generar los organismos transgénicos en el país.
Aunque este fallo no soluciona todos los retos y desafíos que la sociedad enfrenta con relación a los cultivos y
alimentos transgénicos, es un importante paso que han dado los numerosos sectores de la sociedad que
trabajan en la búsqueda de un mundo ambientalmente sano, plural y biodiverso, basado en una sociedad mas
justa y sustentable.
Adicionalmente, en el país no existe una norma de bioseguridad que permita ejercer el control y la evaluación
de las importaciones de alimentos transgénicos, por lo tanto este tipo de alimentos pueden entrar fácilmente a
21
la cadena alimentaria sin tener la más remota idea de ello. En el sector de alimentos la Institución reguladora en
Colombia es el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos INVIMA, la que no cuenta con una
reglamentación específica sobre alimentos transgénicos; pero es mas preocupante aún la reciente declaración
del Gobierno Nacional de liquidar esta entidad reguladora, sin que se sepa si alguna otra Autoridad Nacional de
los Ministerios de Ambiente, Salud y Agricultura asumirán estas funciones.
En 1999, en los Estados Unidos el 33% de la superficie cultivada de maíz era modificado genéticamente
mientras que para el 2001 fue solamente el 19,5%, lo que en gran parte se debió al rechazo en todo el mundo
del Starlink. La Unión Europea, Japón y Corea cerraron totalmente la entrada de este tipo de maíz y ejercen
rigurosas medidas de control y evaluación para evitar su entrada a la cadena alimenticia. Luego de este rechazo
mundial del maíz StarLink, Estados Unidos prohibió su consumo interno, tanto para la alimentación humana
como animal, pero no prohibió su comercialización en el resto del mundo. Por eso, en varios países que han
importado maíz de Estados Unidos o que han recibido “ayuda alimentaria”, como es el caso de algunos países
africanos, Nicaragua y Bolivia, entre otros, se ha encontrado maíz StarLink.
Aunque no se han realizado pruebas genéticas sistemáticas en la cadena alimentaria, si se tiene en cuenta que
Colombia importa gran parte del maíz que se consume internamente de Estados Unidos es probable que parte
del maíz que llega esté contaminado con StarLink. A pesar de que varias organizaciones de la sociedad civil,
preocupadas por esta situación, presionaron a las autoridades competentes para que adoptaran medidas de
control con el fin de evitar la introducción de este tipo de maíz en Colombia, hasta el momento ninguna de ellas
ha tomado medidas sobre el asunto y el maíz importado entra a nuestro territorio sin ningún tipo de evaluación
ni control.
22
Greepeace hizo esta denuncia durante el acalorado debate de la negociación del Protocolo en la reunión de
Cartagena; entonces el Ministro del Ambiente de Colombia Juan Mayr, quien presidió esta reunión, en medio de
la presión internacional hizo declaraciones públicas de que el gobierno detenía el desembarco de este maíz
hasta tener análisis técnicos precisos que demostraran la inocuidad de este cargamento. Pero en el transcurso
de esta reunión le llegó al Ministro una carta procedente de la embajada de Estados Unidos, en donde
perentoriamente se le notificaba al gobierno nacional que debía inmediatamente autorizar este desembarco, so
pena de tener que enfrentar una demanda ante la Organización Mundial del Comercio, por obstrucción al libre
comercio. Como las cosas “eran por las buenas”, se procedió a autorizar la entrada al país de este cargamento y
no pasó nada.
Para realizar esta evaluación se tomaron muestras de soja que utilizan los programas nacionales y se enviaron al
laboratorio GENETICS ID de Estados Unidos, para analizar si había sido modificada genéticamente. Las
muestras de todos los países indicaron que tenían un porcentaje variable de componente transgénico. En
Ecuador, se evaluó el Programa gubernamental “Mi papilla” y “Mi colada” y se encontró que en estos productos
había un 55% de componente transgénico. En Bolivia, se evaluó el Programa de donación financiado por USAID
y los resultados mostraron que una mezcla de maíz y soja tenía entre 3 y 10% de soja GM. Pero el caso de
Colombia fue el más crítico, al evaluarse el Programa de ayuda alimentaria que realiza el Instituto Colombiano
de Bienestar Familiar ICBF, entidad que distribuye en las escuelas y hogares infantiles de la población más
pobre del país, alimentos con un alto contenido de soja. Esta acción, realizada por el Grupo Semillas y
23
Consumidores de Colombia COCO, reveló que el 90% de esta soja era transgénica, correspondiente a la
variedad de soja Roundup Ready de Monsanto resistente al herbicida glifosato21.
A partir de estos resultados, se organizó una denuncia pública y se cuestionó el papel de las autoridades
competentes en la materia, por no tomar cartas en el asunto, lo cual generó un agrio debate en el interior del
programa Nacional de alimentación de ICBF y una evidente reacción pública, tanto por las noventa mil madres
comunitarias que implementan el programa en todo el país, como por la población que recibe esta ayuda
alimentaria. Como resultado, el ICBF debió retirar de sus bodegas todo el stock de soja del que disponía,
aunque no logró precisar cuál fue el destino final de este cargamento. El director del Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar manifestó públicamente que desconocía que la soja fuera transgénica, y aseguró que ésta fue
adquirida a través de la Bolsa Nacional Agropecuaria BNA, entidad que le garantizó que era de origen nacional.
Esta situación es muy grave puesto que las entidades gubernamentales no pueden garantizar la calidad y
procedencia de los productos que utilizan, debido a que no existe un control real sobre los organismos y
empresas importadoras de alimentos, quienes están haciendo pasar productos importados como productos
nacionales; es decir, “nos están metiendo gato por liebre”.
A raíz de esta polémica, el Ministerio de Ambiente le solicitó al Ministro de Agricultura que el país adoptara una
moratoria en la introducción de OGM, basado en la limitada capacidad de control sobre los OGM que tiene el
país y a la inexistencia de una ley nacional de Bioseguridad que incluya el control de todos los OGM; pero esta
postura del Ministerio de Ambiente no tuvo eco en la demás autoridades en la materia. Con posterioridad a esta
acción, tampoco las autoridades competentes han implementado algún mecanismo de control o seguimiento que
garantice que la soja que se sigue distribuyendo en estos programas de ayuda alimentaria esté libre de
transgénicos22.
Gran parte de la comunidad científica del país está a favor de la introducción masiva de transgénicos,
asumiendo la misma argumentación de la industria biotecnológica. Buena parte de la discusión académica se ha
querido llevar al plano netamente técnico y científico, desconociendo el análisis integral que debería incluir las
dimensiones políticas, éticas y socioeconómicas sobre esas tecnologías, dejando por fuera del debate a la mayor
parte de la sociedad, e incluso descalificando y estigmatizando cualquier argumentación que este por fuera del
plano netamente técnico, señalándolas como “posiciones irracionales que solo buscan obstaculizar el desarrollo
de la ciencia, la tecnología y el avance del país”. A pesar de esta posición de los biotecnólogos, en la academia
existen algunas posturas críticas respecto a éstas tecnologías, que han ido involucrando cuestiones políticas,
éticas, socioeconómicas y ambientales.
Aunque estos temas no han tenido un debate masivo, existen ONG’s, y sectores de la academia, de agricultores
y de consumidores que han realizado acciones a través de alianzas con algunos sectores de la sociedad civil.
Estas acciones han permitido generar debates públicos, avanzar en la sensibilización y difusión de información
24
sobre estos temas y en la adopción de posturas críticas sobre los organismos transgénicos en el país. Algunas
organizaciones han avanzado en el seguimiento de las políticas gubernamentales relacionadas con la liberación
comercial de cultivos transgénicos, lo que ha permitido emprender denuncias, tanto sobre los procedimientos
que utilizan las autoridades competentes como también en el análisis de los fundamentos técnicos de
Bioseguridad, en los cuales se han basado estas decisiones. Igualmente, se ha emprendido una campaña que
busca que en Colombia se declare una “moratoria a la introducción de OGM”, puesto que no existen las
condiciones jurídicas y técnicas para adoptar de forma segura estas nuevas tecnologías.
En este contexto, y a raíz de la reciente aprobación para la liberación comercial de algodón Bt, varias
organizaciones de la sociedad civil interpusieron dos demandas judiciales, mediante la figura de Acción Popular:
una en contra el Ministerio de Agricultura y el ICA, por realizar de forma irregular la autorización de estas
siembras y otra en contra del Ministerio de Ambiente por no ejercer su función como autoridad ambiental,
debido a que no exigió una “Licencia Ambiental” a Monsanto para la introducción de un biopesticida en el país,
como se exige par la introducción de pesticidas químicos. Estas primeras acciones judiciales en contra de los
cultivos transgénicos en Colombia son muy importantes, puesto que, independientemente de la decisión final
que adopten los jueces, han permitido generar un debate público que involucra a diferentes sectores de la
sociedad.
En efecto, varias organizaciones indígenas y campesinas de diferentes regiones del país, como respuesta a la
profunda crisis del sector agropecuario, a la violencia y a los continuos fracasos de los modelos basados en la
"revolución verde" y, ahora en los transgénicos, han creado instancias de trabajo, de coordinación y de apoyo a
nivel local y regional, que han permitido generar proyectos y acciones comunitarias con enfoque agroecológico,
que parten de las realidades y necesidades de las parcelas familiares, del manejo de la biodiversidad, de la
valoración de los saberes tradicionales y del fortalecimiento y cualificación del trabajo comunitario23.
En general, estas iniciativas locales se han realizado de forma independiente, sin el apoyo del Estado y, muchas
veces, en contravía de las políticas gubernamentales locales. Tienen como objetivo, además de la recuperación
y consolidación de los sistemas productivos tradicionales y de la seguridad alimentaria, desarrollar estrategias y
mecanismos de protección y control de sus recursos y del conocimiento tradicional frente a la biopiratería y el
patentamiento de seres vivos; de la misma forma, quieren enfrentar las nuevas amenazas que se ciernen sobre
las economías campesinas por la utilización de cultivos transgénicos.
Como resultado de estas iniciativas, por ejemplo, en la región Caribe colombiana diez organizaciones de
productores indígenas y campesinos están promoviendo una campaña que se denomina “Semillas de identidad”,
en la que se busca fortalecer y divulgar el proceso de recuperación, conservación y manejo de las semillas
criollas, especialmente las de maíz, debido a la importancia de este cultivo desde el punto de vista cultural,
socioeconómico y en términos de la seguridad alimentaria de campesinos e indígenas de la región. Estas
organizaciones han logrado rescatar más de 25 variedades de maíces criollos en esta zona del país y también las
prácticas ancestrales para su cultivo y numerosas recetas culinarias basadas en el maíz24. Esta campaña
pretende visibilizar y mostrar a las entidades gubernamentales que desarrollan las políticas de fomento en el
sector agropecuario, que en el país existen modelos y alternativas productivas sostenibles con enfoque
agroecológico, basadas en el manejo de la biodiversidad, que están adaptadas a las condiciones ecológicas y
productivas de la Región Caribe, y que para consolidarse requieren el reconocimiento y apoyo del Estado. Estas
organizaciones pretenden mostrarle al Estado que si quiere introducir maíz transgénico en la región Caribe,
debe involucrarlas y consultarlas antes de tomar una decisión.
que se deban buscar acciones participativas que generen responsabilidades y compromisos del Estado y de los
diferentes sectores de la sociedad, en varios aspectos:
La sociedad civil: Los ciudadanos deben ejercer el derecho a la participación de todos los sectores de la
sociedad. Así mismo, en el proceso de evaluación, seguimiento y toma de decisiones sobre la liberación de
organismos GM debe haber una participación activa de los órganos de control de Estado. Adicionalmente, los
diferentes sectores de la sociedad deben establecer alianzas estratégicas entre los sectores comprometidos y
sensibles a esta problemática, tales como los medios de comunicación, algunos miembros de la comunidad
científica y académica, movimientos ambientalistas, ONG’s, organizaciones de agricultores y de consumidores y
algunos funcionarios del Estado. El objetivo de estas alianzas es el fortalecimiento de redes de trabajo en el
ámbito nacional e internacional, la generación del debate público, la difusión de información y la realización de
acciones y campañas que buscan desarrollar sistemas productivos libres de semillas transgénicas y de
monocultivos dependientes de insumos externos y que rechazan la privatización de la vida y de los
conocimientos tradicionales mediante los derechos de propiedad intelectual (patentes).
La estrategia de las comunidades indígenas y campesinas frente a las amenazas de los cultivos transgénicos,
debe basarse en el fortalecimiento de sus sistemas productivos tradicionales, que incluya la recuperación, la
conservación, el uso, manejo e intercambio de los recursos genéticos y los conocimientos locales y el
fortalecimiento de propuestas agroecológicas sustentables, que permitan garantizar la seguridad alimentaria y la
identidad cultural. Si los agricultores permiten la homogenización de la agricultura en el mundo, perderían el
control de sus semillas y de sus sistemas productivos y le dejarían libre el camino a las transnacionales para
que controlen por completo sus formas de vida y subsistencia.
Los ciudadanos deben exigirle al gobierno el derecho a un ambiente sano, a la seguridad alimentaria y a la salud
humana. Los consumidores deben ejercer el derecho de decidir libremente si aceptan o no los OGM y sus
productos derivados. Por eso, deben exigir que los productos que consumen tengan la información real y
completa sobre su composición, para lo cual es fundamental que exista la separación de productos GM y no GM
y el etiquetado de estos productos. Es fundamental que la “carga de la prueba” sobre la seguridad de un
producto transgénico recaiga sobre quien produce esta tecnología y no sobre los consumidores, como ocurre
actualmente.
Con respecto a los organismos transgénicos, en el mundo existen fuertes cuestionamientos, todavía sin resolver,
de tipo ético, tecnológico, político y socioeconómico. Por tal circunstancia, la adopción o no de estas tecnologías
debe basarse en la aplicación del Principio de Precaución, es decir, ante la duda, la incertidumbre y la falta de
certeza sobe la seguridad de estas tecnologías, tenemos el derecho a decir NO de forma preventiva.
Igualmente, si tenemos en cuenta que estas tecnologías no han sido diseñadas y adaptadas a las condiciones y
necesidades de los países del Sur, y que tampoco existen condiciones jurídicas y de control para su uso seguro,
la estrategia que debemos buscar desde la sociedad civil, debería ir más allá de lograr una moratoria a la
introducción de OGM, y más bien deberíamos buscar que “el país se declare libre de transgénicos”, de tal forma
que se pueda garantizar la seguridad ambiental, socioeconómica y de salubridad pública, como también
26
fortalecer la ventaja competitiva a nivel comercial relacionada con ofrecer al mercado internacional productos
libres de transgénicos.
Bibliografía
CENICAFE, Evaluación de riesgos potenciales para introducir e investigar material de café genéticamente
modificado. Proyecto presentado ante el CTN del ICA, Bogotá, 1999.
CIAT, Genetic Transformation: Research Focus, 2001.
http://www.ciat.cgiar.org/biotechnology/genetic_transformation.htm#
COLCIENCIAS, Informe de actividades de Colciencias, documento interno, Bogotá, 2002.
COLCIENCAS, Plan estratégico de biotecnología 1999-2004. Programa Nacional de Biotecnología, Bogotá, 1999.
U. NACIONAL DE COLOMBIA; CORPOICA, Memorias Taller de ingeniería genética para la agricultura
colombiana, Bogotá, 2002.
DEEPAK Saxena, FLORES Saul, STOTZKY, G. “Insecticidal toxin in root exudates from Bt corn”, Nature, Vol
402, 1999.
FLÓREZ M. “Decisión Andina ¿Un paso adelante? Un reto a la capacidad de invención”, Revista Semillas 16/17,
2001.
GRAIN, “La manipulación del Bt: Del control de plagas al control del mercado”, Biodiversidad (11): 10-17, 1997.
GREINER, Kristin, 2001. “Científicos descubren las bases genéticas de la resistencia a insectos en los cultivos
transgénicos”. Science, agosto de 2001.
GUTERL F., “El temor a los alimentos”, Revista NewsWeek, 29 de enero de 2003.
HO, Mae Wan, “Bt o no Bt: Como la ciencia presenta este caso”, Boletín 45, Red por una América Latina Libre
de Transgénicos, Quito, febrero de 2001.
ICA, Consejo Técnico Nacional (CTN) para introducción, producción, liberación y comercialización de organismos
genéticamente modificados. Acta 013, Marzo 2002.
ICA, Resolución 1035/10 de mayo de 2002. Por la cual se autoriza la importación de semilla para la siembra de
ensayos semicomerciales, da la variedad de algodón Nucotn 33B con la tecnología Bollgard.
ICA, Resolución 3492. Por la cual se reglamenta y se establece el procedimiento para la introducción,
producción, liberación y comercialización de OGM y se dictan otras disposiciones. Bogotá, diciembre 22
de 1998.
ICA, Resolución 02935. Por la cual se reglamenta y se establece el procedimiento de Bioseguridad, para la
producción, liberación y comercialización, investigación de OGM de interés en salud y producción pecuaria,
Bogotá, octubre 23 de 2001.
ICA, Por el cual se crea el Consejo Técnico Nacional (CTN) para la introducción, producción, liberación y
comercialización de OGM de uso agrícola, Bogotá, diciembre de 1998.
ICA, Evaluación del efecto de la tecnología Bollgard, sobre las poblaciones de artrópodos y anélidos en el
algodonero, Subgerencia de Protección y Regulación Agrícola, Bogotá, marzo 15 de 2002, 73 p.
ICA, Estimación de la distancia a la cual el polen del algodonero es transportado por polinizadores, Subgerencia
de Protección y Regulación Agrícola, Bogotá, Marzo 15 de 2002, 22 p.
IGAC, CORPOICA, Zonificación de los conflictos de uso de las tierras en Colombia, Bogotá, 2002.
JENKINS, Robin, “El Polémico Basillus Thuringiensis”, Biodiversidad (19-29): 22-28, 1999.
LEÓN, T & RODRÍGUEZ, “Ciencia, tecnología y ambiente en la agricultura colombiana”, Cuadernos Tierra, Nº 4.
ILSA. Bogotá, 2002, 44p.
LIN, L, “Protocolo de Bioseguridad: un final con sentimientos encontrados”, Revista del Sur (101/102):
3-7, 2000.
MINISTERIO DE AGRICULTURA Y DESARROLLO RURAL, Anuario estadístico del sector agropecuario, Dirección
de Política Sectorial Grupo sistemas de información, Bogotá, 2001.
MINISTERIO DE AGRICULTURA Y DESARROLLO RURAL, Noticias:
http://www.minagricultura.gov.co/noticias_impacto.htm, 2003.
MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE, Concepto Técnico. Estudio de la solicitud de introducción, producción y
comercialización en Colombia de la variedad de algodón genéticamente modificada, Nucotn 33B, 2002.
PROYECTO CULTIVANDO DIVERSIDAD, Experiencias de manejo de la biodiversidad por organizaciones
indígenas, negras y campesinas de Colombia, Taller Regional Latinoamericano. http://www.grain.org/gd
2001.
PENGUE W., “Impacto de la expansión de la soja en Argentina”, Biodiversidad, 29: 7-14, 2001.
RECAR, Los maíces criollos: historia y diversidad en la región caribe de Colombia, Campaña de divulgación de
maíces criollos en la región Caribe. Sincelejo. 2002. 35p.
RULLI J. La biotecnología y el modelo rural en los orígenes de la catástrofe que sufre Argentina, Grupo de
Reflexión Rural, 2002. Ecoportal.net, 2002.
28
L. HANSEN, Effects of Bt corn pollen en the Monarch butterfly (Lepidoptera: Danaidae), Iowa State University
Ames IA 50011. http://www.ent.iastate.edu/entsoc/ncb99/prog/abs/D81.html[Non-target
RECAR, “Semillas de Identidad: Campaña de divulgación de los maíces criollos en la Región Caribe”, Revista
Semillas (18): 25-26, oct.2002.
VÉLEZ, Germán, “Semillas transgénicas y seguridad alimentaria. El caso de Colombia”. Semillas (12): 19-26,
1998.
_____________, “Los alimentos transgénicos en Colombia. Riesgos e impactos en la agricultura y la salud
humana”, Semillas (16-17): 2- 9, noviembre de 2001.
_____________, “Colombia aprueba la liberación comercial del bioplaguicida transgénico, algodón Bt de
Monsanto”, Semillas (18): 2-9, octubre de 2002.
_____________, “Avanza la primera Acción Popular en contra de los cultivos transgénicos en Colombia”,
Semillas, (19): 2-5, marzo de 2003.
SIEGFRIED, Blair, Bt transgenic plants and the potential resistence evolution, Department of Entomology,
University of Nebraska – Lincoln. http://agrobiosafety.uni.edu7synopses/resistancets. 2001.
ISS , Insect resistence and the future of Bt transgenic plans. Insect Resistence, ISB News Report, May, 2000.
The final report of the SAP panel is accessible at
http://www.epa.gov/scipoly/sap/1999/december/report.pdf
XUE, Dayuan, A summary of reaarch on the environmental impac of Bt cotton in China. Nanjin Innstitute of
Environmental Sciences, The State Environmental Protection Administration of China. Published by
Greenpeace, Jun, 2002, 26 p.
1
. Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Anuario estadístico del sector agropecuario, Dirección de Política Sectorial Grupo sistemas de
información, Bogotá, 2001.
2
. Universidad Nacional de Colombia, Memorias Taller de ingeniería genética para la agricultura colombiana, Bogotá, 2002.
3
. COLCIENCAS, Plan estratégico de biotecnología 1999-2004. Programa Nacional de Biotecnología, Bogotá, 1999.
4
. (CIAT, 2002)
5
.Universidad Nacional, op. cit.
6
. L. LIN, “Protocolo de Bioseguridad: un final con sentimientos encontrados”, Revista del sur, Nos. 101/102: 3-7.
7
. ICA, Por el cual se crea el Consejo Técnico Nacional (CTN) para la introducción, producción, liberación y comercialización de OGM de uso
agrícola, Bogotá, diciembre de 1998.
8
. RECAR, “Semillas de Identidad: Campaña de divulgación de los maíces criollos en la Región Caribe”, Revista Semillas (18): 25-26,
oct.2002.
9
. Robin Jenkins, “El Polémico Basillus Thuringiensis”, Biodiversidad (19-29): 22-28, 1999.
10
. Mae Wan Ho, “Bt o no Bt: Como la ciencia presenta este caso” Boletín 45. Red por una América Latina Libre de Transgénicos. Quito, Feb.
2001.
11
.R. Jenkins, op. cit.
12
. Science, agosto de 2001.
13
. Kristin Greiner, “Científicos descubren las bases genéticas de la resistencia a insectos en los cultivos transgénicos”, Science, agosto de
2001.
14
. Mae Wan Ho, op. cit.
15
. Nature, 402, 1999.
16
. J. Rully, La biotecnología y el modelo rural en los orígenes de la catástrofe que sufre Argentina, Grupo de Reflexión Rural, 2002.
Ecoportal.net.; W. Pengue, “Impacto de la expansión de la soja en Argentina”. Biodiversidad ,29: 7-14.
17
. ICA, Consejo Técnico Nacional (CTN) para introducción, producción, liberación y comercialización de organismos genéticamente
modificados. Acta 013, Marzo 2002.
18
.. EPA, The regulatory facts (USA), http://www.epa.gov/pesticides/biopesticides/.
19
.Biotech Activists, 25 de enero de 2001 y Wall Street Journal, 24 de enero de2001.
20
. F. Guterl, “El temor a los alimentos”, Revista NewsWeek, 29 de enero de 2003.
21
. Germán Velez, “Los alimentos transgénicos en Colombia. Riesgos e impactos en la agricultura y la salud humana”. Semillas (16-17): 2-
9,noviembre, 2001.
22
. Ibid.
23
. Ibid.
24
. RECAR, 2002. Los maíces criollos: historia y diversidad en la región caribe de Colombia, Campaña de divulgación de maíces criollos en la
región Caribe, Sincelejo. 2002.