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Asimismo, el objetivo último es siempre el mismo: lograr
un cambio de posicionamiento y organización.
4. La transmisión al juez debe ser clara y precisa, es importante que podamos
traducir de manera comprensible conceptos sobre procesos muy complejos. Hay
que transmitir explicando, seleccionando aquello que posea una coherencia
interna.
5. Conocer la propia función y la de los demás. Asumir una posición clara sobre
los alcances y límites de nuestra intervención psicológica, resguarda a su vez, de
invadir las incumbencias de otros.
6. Ubicarse en una posición de neutralidad en relación a la evaluación.
Evaluamos lo pertinente a cada caso, desde el punto de vista psicológico. La
metodología de investigación tiene en cuenta las características de los sujetos o
del grupo familiar a investigar.
7. El perito siempre deberá dar alguna respuesta a lo que se le solicita y
tendrá en cuenta el tiempo. Suele haber plazos perentorios. No siempre lo que
pueda responder abarcara la totalidad de lo demandado.
8. El secreto profesional. Decir lo que se tiene que decir de acuerdo al conflicto
que se pretende resolver o a hecho puntual que está en cuestión y no decir
aquello que no es necesario ni pertinente, aunque surja en una entrevista.
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ROITSTEIN, LEGUIZAMÓN, CATTÁNEO, BIDART
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El ejercicio de la función pericial no constituye una carga pública y el perito puede
rehusarse a su aceptación como tal. Producida la aceptación, el perito es pasible de la
aplicación de sanciones de orden civil, penal y procesal:
1-Sanciones civiles: Será removido el perito que, después de haber aceptado el cargo,
renunciare sin motivo atendible, rehusare dar su dictamen o no lo presentare
oportunamente.
2-El perito es penalmente responsable en el caso que actuare con dolo/estafa.
3-La responsabilidad disciplinaria puede ser: a) su reemplazo, por no rendir el dictamen
en el tiempo designado; b) multas pecuniarias; c) inhabilitación para desempeñar
funciones y supresión en las listas oficiales.
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LUIS CAMARGO – RESPONSABILIDAD E ININPUTABILIDAD.
El daño es una falla que, por un acontecimiento o evento determinado, sufre una
persona, ya en sus bienes vitales naturales, su propiedad y patrimonio. Esta noción del
daño adquiere virtualidad en el ámbito de la responsabilidad civil cuando existe un
sujeto a quien la ley le atribuye el deber de resarcirlo; es decir, quedan fuera de ese
campo todos aquellos perjuicios que no puedan ser imputables a alguien. Todo daño
para resultar resarcible, debe ser cierto y no puramente eventual o hipotético. Debe
haber certidumbre en cuanto a su existencia misma, presente o futura.
Prejuicios y reparaciones. Se distingue entre el daño patrimonial y el extrapatrimonial
o daño moral. En el primero, sería lo que la persona tiene, cuyo resarcimiento procura
recomponer los bienes destruidos y que cumple una función compensatoria: por medio
de: reparación natural o in natura que consiste en la reintegración en forma
específica, implica literalmente, volver las cosas al estado que tendrían si no hubiera
ocurrido el hecho dañoso. B) reparación por equivalente, o indemnización mediante
la cual aunque no se repone o reintegra en forma específica el bien dañado, se
compensa o resarce el menoscabo patrimonial sufrido en razón del daño: se tiende a
restablecer el equilibrio patrimonial en función del valor que representa el perjuicio. La
indemnización se traduce siempre en el pago de una suma de dinero.
Y en cuanto al daño moral, sería la afectación a la integridad psicofísica, espiritual y
social: lo que la persona es, que compromete un interés no patrimonial en el que el
resarcimiento cumple una función satisfactoria. Desde un punto jurídico el daño moral
sería un quebranto anímico, sufrimiento emocional y/o perjuicio inmaterial. Se trata por
lo tanto de un dolor psíquico que sin llegar a ser patológico, conlleva un cierto
desequilibrio emocional/espiritual limitado en el tiempo. Dicho daño moral puede ser la
consecuencia de un perjuicio, daño físico o acoso moral.
El daño moral repercute en la capacidad del sujeto de gozar o limitan su satisfacción,
pero no modifican su estructura de personalidad anterior al hecho traumático. En
cambio el daño psíquico es considerado como una afección con entidad propia, que
provoca en el sujeto que la padece una alteración en sus funciones psíquicas
objetivables de distinta naturaleza que las actividades precedentes al hecho
traumático.
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Tema 7: Trabajo del psicólogo en la cárcel
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desarrollar su autoestima; modificar su expectativa acerca de lo que otros piensan de él;
sacarlo de la dependencia institucional; hacerle posible internalizar figuras significativas;
proveerle conocimientos instrumentales y técnicos y hábitos de trabajo; fomentar su
autogestión; y acompañarlo en el egreso. El plan de trabajo: actividades asistenciales,
laborales, psicosociales, pedagógicas, seguimiento.
La contención comunitaria y aceptación social del egresado del Sistema de Control Social
Institucional Formal, debe acompañarse de: Búsqueda de la familia- reinserción familiar.
Reinserción o inserción educativa. Inserción institucional. Recreación. Promoción –
sensibilización e información –formación.
Evitar la institucionalización es un intento preventivo para resguardar al sujeto de
instancias más vulnerabilizantes aún. El encierro ataca la identidad de la persona y
realimenta en ella todos aquellos sentimientos y motivaciones que lo llevaron a delinquir.
La institución cerrada no es el lugar natural de nadie. La no institucionalización obedece
entonces a que el lugar de todo Ser humano está en su comunidad y es éste uno más de
los derechos humanos a preservar.
Nuestra propuesta es la readaptación social a través de un tratamiento institucional
personalizado, como un conjunto de técnicas, organizaciones y métodos de trabajo
que coloca a los individuos en situación de diálogo e intercambio con la institución.
Se desarrolla un proceso de readaptación social. Buscamos que se constituya una
conciencia crítica, un reconocimiento de las necesidades propias y las de la comunidad a
la que pertenece el individuo que ha delinquido.
Supuestos fundamentales para una reforma del sistema de Sistema de Programas
de Acciones de Prevención del Conflicto Social: Procuramos que solo sean internados
aquellos que constituyan, circunstancialmente, un real conflicto social y sean de difícil
adaptación. Que los sujetos vulnerables que no poseen un grado de peligrosidad
significativo sean re-socializados, recuperando gradualmente su libertad. Que pueda
garantizarse la continuidad del Sistema con la incorporación del trabajo comunal, la
participación de universitarios y, posteriormente, el régimen de practicantado e internado,
para transformar las instituciones cerradas, en un lugar de adecuada capacitación con
prestación de servicios. Que no se hipertrofie el sistema, creando más infraestructura de
internamiento que la prevista. Que se garantice el tratamiento individualizado a los niños,
adolescentes y adultos que lo soliciten, y el tratamiento general obligatorio a todos.
No se trata sólo de presentar alternativas a las técnicas de encierro y exclusión de las
instituciones estatales sino de orientar y acompañar la participación de la población en
iniciativas comunitarias, o sea, en el aspecto participativo y autogestivo de la sociedad. Se
debe preservar la actitud crítica. Incorporando una visión ética sobre la práctica
profesional en cualquier ámbito que ésta se ejerza.
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ZAFFARONI - EN BUSCA DE LAS PENAS PERDIDAS
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DOMÍNGUEZ LOSTALÓ Y TATIANA FERNÁNDEZ. - POLÍTICA Y BUROCRACIA.
PRINCIPIOS INSTITUCIONALES
1- El principio de Corrección. El principio de corrección es la alternativa ante la
función represiva de la pena, ya que los recursos sociales disponibles hacen
suponer que existen posibilidades de readaptar a la persona que ha delinquido.
Proceso de readaptación o tratamiento, es un trato regulado y programado de un sujeto
con la finalidad de su transformación por el uso de recursos técnicos.
Si bien el tratamiento es aceptado y promulgado desde la perspectiva conservadora,
queda reducido a sus aspectos formales y vacío de contenido, ya que sólo posibilita la
existencia de un aparato burocrático que produce trabajo y poder a los custodios. Su
proyección en la realidad sólo refleja la protección de la sociedad ante los
delincuentes que perturban su orden y no la aspiración un cambio positivo de éstos
para su incorporación conciente al sistema productivo. Sostenemos que la pena
(tiempo de segregación) debe aprovecharse para cubrir las carencias que las
personas detenidas sufrieron en su desarrollo. Se busca una adaptación activa que,
cuestionando la conducta propia y ajena, permita entender críticamente la realidad.
El criterio de adaptación activa propone la participación en los diferentes niveles de
relación: comunitarios, grupales e individuales, donde la persona vaya adquiriendo su
autorespeto y el respeto a los otros como obligación y como derecho.
2- El principio de Clasificación. Aceptado el principio de Corrección, es necesaria para la
organización, determinar agrupaciones, clases, que permitan señalar una ubicación
diferenciada para el interno con base en la mayor o menor peligrosidad para sí mismo o
para con los otros. También el esquema de clasificación refleja en sí las actitudes
conservadoras o progresistas de quienes lo han diseñado y lo van a utilizar.
Buscamos determinar los factores dominantes y subsidiarios en la motivación
delictiva: 1- la patología individual (inimputable); 2- el condicionamiento neurótico
del infractor, producto de la relación de éste con sus grupos primarios; 3-
contaminación antisocial; y la propia institucionalización. Siempre se dan dos o
más de estos factores.
3- El principio de Modulación de la Pena. Al ser la recuperación social del individuo el
objetivo último de la pena, su modulación es el principio según el cual la pena se
modifica de acuerdo con la transformación de la persona dentro de la institución que le
proporciona el tratamiento. Este principio es el eje fundamental del sistema progresivo de
tratamiento penitenciario, sistema mediante el cual el interno avanza desde distintas
etapas, según su diagnóstico y clasificación, hasta la libertad en régimen de prueba.
Por otro lado, el sistema progresivo de tratamiento es el único sistema que permite
la participación activa del interno en su tratamiento, pues gracias a sus avances o
retrocesos, le hace reconocer la capacidad que ha logrado para
manejar sus impulsos y el grado de capacitación que ha obtenido para poder
desenvolverse en la sociedad. Rescatando el sistema de la progresividad para la
modulación de la pena, nuestra propuesta hace especial hincapié en los fenómenos de
convivencia evaluados mediante dinámicas grupales. La participación de la persona en el
grupo le permite tomar conciencia de por qué avanza o no en las distintas etapas del
sistema progresivo, pues al ser sus actos constantemente reflejados les encuentra
significación y sentido.
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4- El principio del trabajo. El fin último del tratamiento penitenciario es la
reincorporación social del individuo, frente a sus necesidades y las de su familia,
proveer a la satisfacción de las mismas, sin quebrantar las normas de convivencia
social y los bienes jurídicos que la legislación protege.
5- El principio de la Educación. La actitud progresista frente a la educación pretende
enseñar al sujeto a aprehender correctamente su realidad individual y social por
medio de una participación activa en el conocimiento, la cual le haga aspirar a su
desarrollo integral: individual, social y cultural. Abarca la capacitación para el
trabajo, la recreación y la convivencia con sus semejantes. Sus ejes son el diálogo, la
discusión y la acción. El objetivo es crear las condiciones que permitan al educando
detectar sus necesidades y adquirir los elementos conceptuales e instrumentales para
poder atenderlas.
6- El principio del Control Técnico. El control técnico en el modelo conservador, se ejerce
a través de una jerarquización verticalista y rígida que excluye el diálogo y favorece la
arbitrariedad y discrecionalidad en las decisiones. En nuestra propuesta, la metodología
produce la ruptura de la verticalidad rígida y promueve situaciones dialógicas que
permiten una disciplina permanente y cogestionaria. Para nosotros, que asumimos la
actitud progresista, este es el único y verdadero control técnico en una institución.
Modificamos el sentido de la institución al transformarla en un ámbito pedagógico
cuyo principio es que a las cárceles entran hombres y el delito queda en la puerta.
El técnico se transforma en un militante de la justicia social.
7- El Principio de las Instituciones anexas. Estas instituciones, al tener como objetivo
común la justicia social, deben complementarse en la especificidad de su función.
El trabajo interinstitucional favorece el proceso de reinserción social. La posición
conservadora pretendería disminuir los programas de ayuda social y hacer que el
marginado resuelva sus problemas de modo totalmente individual, quedando sumergida
en su propia dinámica, al margen del funcionamiento y de las necesidades de las otras
instituciones. Cuando se tiene claro que la creación de la institución obedece a un
planteo político general y que su objetivo fundamental es la prestación de
servicios para combatir la desigualdad social, lo que sólo reconoce una actitud
progresista, entonces la organización interinstitucional es totalmente distinta.
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Tema 8: Niñez y adolescencia: sistema de promoción y
protección de derechos. Adopción.
A partir del siglo XIX, empiezan a aparecer algunas disposiciones específicas para los
menores: se introduce la categoría jurídica del discernimiento, parámetro objetivo a ser
determino por el juez para decidir acerca de la conciencia o no del carácter judicial del
acto. El triunfo de la Revolución Francesa acarrea cambios notables en las ideas y
prácticas de control social. El control social se “humaniza” y juridifica. Es el nacimiento del
Estado de Derecho. Desaparecen progresivamente los castigos bárbaros, y por sobre
todo, la pena privativa de libertad se convierte en la pena más importante. Con los
códigos penales del siglo XIX y sus disposiciones relativas al discernimiento,
llegamos al fin de la prehistoria del control socio-penal de la infancia.
En la década del ’50 se refuerza la imagen y función real del juez como formulador y
ejecutor de políticas supletorias de contención. Es indudable que los acontecimientos
actuales obligan a una radical redefinición de las funciones de los tres sujetos
institucionales que conforman el universo de las políticas de la infancia- adolescencia:
Estado (políticas públicas), movimiento social y mundo jurídico.
La Convención Internacional cancela definitivamente la imagen del “menor” como
objeto de la compasión-represión, convirtiéndolo en el niño-adolescente sujeto
pleno de derechos. Es necesario encontrar los mecanismos institucionales adecuados
que consagren la cuestión de la infancia como cuestión de toda la sociedad. El Estado
tiene el derecho y el deber intangible de trazar políticas sociales básicas. La lucha por
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consolidar el Estado de Derecho es la lucha por condiciones dignas y justas, priorizando a
los más vulnerables entre los vulnerables.
Convenios internacionales. La CDN en su artículo 34, cita que los estados deben
comprometerse a proteger al niño contra todas las formas de explotación y abuso sexual.
Esto implica impedir cualquier ilicitación o coacción para que un niño se dedique a
cualquier actividad sexual ilegal; la explotación de los niños en la prostitución u otras
prácticas sexuales ilegales, la explotación en espectáculos o materiales pornográficos.
Los estados tomaran parte de las medidas para impedir el secuestro, venta o trata de
niños para cualquier fin o cualquier forma. Los estados partes protegerán al niño contra
todas las formas de explotación perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar. Los
estados parte velarán porque ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o
penas crueles, no se impondrá la pena capital ni lo de prisión perpetua sin posibilidad de
excarcelación por delitos cometidos pormenores de 18 años. Ningún niño será privado de
su libertad ilegal o arbitrariamente.
- Prehistoria e historia del control socio-penal de la infancia. El control penal de la
minoridad comienza a plantearse, en nuestro país, a fines del siglo XIX y comienzos del
presente siglo. Aparece íntimamente asociado a la crisis de 1890 y a la llegada de las
grandes olas inmigratorias: control de los hijos de los inmigrantes.
Los discursos que se esbozan sobre el control de la infancia pasan por varias etapas: el
discurso caritativo, de protección a los pobres y huérfanos; el discurso de tutela de los
seres inferiores y/o enfermos; el discurso de alarma social, en el que se hipertrofia el
peligro de la delincuencia y, dentro de ésta, la minoril por sí misma, como necesidad de
prevención de la delincuencia adulta, esto es, el planteo de defensa social, a través de la
“protección” de la infancia.
El control social punitivo urbano era el policial. Aparece el discurso de la necesidad
de “tutelar” y “proteger” al menor y, con ello, la necesidad de instituciones de
corrección y de leyes específicas que habiliten para ello.
Los autores comienzan a criticar la “dura” aplicación de la ley penal, sin tener en cuenta al
“menor necesitado de protección”. Comienza a surgir el discurso del “nuevo derecho
infantil”, independiente del de los adultos.
La primera etapa, que se extiende hasta la sanción del primer Código Penal, se
caracterizó, entonces, porque el control estaba reservado a la familia, a la escuela, a la
iglesia y a las instituciones privadas de beneficencia. La legislación mostraba un carácter
netamente privativista. Las disposiciones legales se referían al aspecto de regular las
relaciones patrimoniales y familiares. El control era más bien administrativo, a través de la
policía. En el segundo período se legisla en el Código Penal la cuestión de los menores,
pero para establecer la edad en que se la aplicaba las disposiciones del derecho penal,
no se preveía ninguna intervención “tutelar”. Esto es criticado y comienzan a surgir los
proyectos de reforma del Código.
Se saca al menor del Derecho Penal y al juez de menores del proceso formalmente
garantizador. En la medida en que se lo saca del Derecho Penal, se lo saca de la
determinación de la culpabilidad o inocencia y el menor es siempre considerado infractor y
pasible de tratamiento. No era la idea de la protección a la infancia desvalida, sino de la
defensa de la sociedad a través de la prevención del delito.
- A modo de conclusión. La solución pasa por la penalización de los problemas. La
dupla abandono-delincuencia implica la mezcla de los problemas familiares, sociales y
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tutelares con los penales, con lo cual la tutela deviene en estigmatización para el menor y
los problemas de índole penal salen del Derecho Penal garantizador, dejando al menor
privado de las garantías propias del proceso penal. El juez “tutor” dispone del destino y de
la libertad del menor, sin posibilidad de defensa o revisión de sus decisiones.
Lo que ha primado es un criterio de defensa social, el control socio-penal de la minoridad
ha funcionado dentro de los principios del “derecho penal infantil”, privando a los menores
de toda garantía, penalizando los problemas sociales y estigmatizando.
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VIDELA MIRTA – LA VIOLENCIA Y LOS CHICOS.
Existen políticas y leyes para los “menores”. Esto implica un significado discriminatorio, ya
que se refiere a niños y a familias pobres, producto de inmigración del siglo XIX y XX que
desencadeno una metamorfosis en la subjetividad colectiva. El proceso de minorización
bajo la concepción positivista, posee el objetivo de tutelar y corregir a eso niños
supuestamente en riesgos, favoreciendo políticas de control social, sobre estos
desviados, en situación de peligro moral o material. Estos funcionarios aseguraban
que un niño sin familia o abandonado sería un futuro delincuente. Por lo cual había que
tutelarlos.
Hoy el desafío es tratar a los niños como personas, con la dignidad y el respeto que
merece toda persona. Se trata de los derechos de los niños necesitan tener para
convertirse en sujetos, desarrollados integralmente, tanto en la faceta biológica, psíquica
como social. Esta es la ética de la niñez, una política para la niñez, por la que hoy se
lucha por los derechos de nuestros chicos, que es la única forma de llevar a cabo una
transformación social.
La juventud es la capa más vulnerable de la población, el sector que ha sufrido más
directamente el impacto de la población y de los acontecimientos políticos argentinos que
los incluyen, como el terrorismo de estado y la guerra de las Malvinas. Además son
blanco de los impactos culturales como crisis de paradigmas, utilitarismo, individualismo,
desencanto, como los de orden económico: el desempleo, el subempleo, el temor a
perderlo y la changa, además del orden social como la violencia juvenil, la criminalización
y las drogadicciones.
Los jóvenes que no terminaron la escuela y tampoco trabajan, forman parte de un sector
de la población es violentado por el sistema socioeconómico imperante y seguramente
conlleva un nivel de frustración, que les hará a corto a largo plazo, asumir
comportamientos violentos contra los demás y contra ellos mismos. Son generaciones
sacrificadas del modelo económico, productos de este sistema económico imperante. El
problema es mucho más complejo de lo que parece: antes que libros los niños necesitan
abrigarse, alimentarse, vacunarse, beber agua potable y vivir dentro de un techo digno.
Pero por sobre todo necesitan ser amados y aceptados por sus familiar, especialmente
los padres, pertenecer a una comunidad que los reconozca como parte de su cultura y su
historia.Las condiciones de desamparo físico o afectivo de niños y niñas, puede existir en
todos los estratos sociales y culturales.
ABUSO SEXUAL INANTIL: cuando un sujeto mayor, joven o adulto de ambos sexos,
utiliza al niño para su propio goce sexual, físico o mental, de índole perversa.
Contactos que se realizan contra la voluntad del niño, empleando la fuerza, los engaños,
los sobornos, las amenazas o presiones de toda índole. El abuso sexual puede ser físico,
verbal o emocional. El abuso sexual es un delito de connotación sexual que involucra a
sujetos en posiciones asimétricas, donde los niños involucrados experimentan el tipo de
reacciones habituales propias de las ofensas sexuales, como sentimientos de
estigmatización, humillación, culpa y vergüenza. Esto los lleva al ocultamiento, lo cual
puede conducir a desajustes severos en su vida de relación y su vida sexual futura.
Implica una fuerza física y violencia menor que el maltrato.Es necesario diferenciar la
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explotación sexual de los abusos sexuales sin connotación mercantil, así como de la
explotación laboral y aun de la esclavitud sin connotaciones sexuales.
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RODULFO, MARISA: (1994) PERTURBACIONES EN EL VÍNCULO TEMPRANO. LA
SUSTRACCIÓN DE UN TRAYECTO IDENTIFICATORIO.
En algunos casos la verdad sobre sus orígenes le es negada al niño supuestamente por
tratarse de un embarazo de madre soltera que tiempo después del nacimiento del niño
forma pareja con otro hombre que pretendería sustituir en su función al padre
abandonante, sin que medie información alguna al respecto.
La sustitución del nombre propio por otro sin que medir interlocución al respecto al niño,
independiente de la edad del mismo, reaparece en el material de las sesiones, pero
además, y lo que es grave, en la subjetividad del niño que la padece.
Los adultos se arrogan el derecho de ser los únicos en decidir sobre el espacio corporal y
psíquico del niño.
Al separarse al niño de su historia, al arrancarle su prehistoria, lo que se produce es una
mutilación, en esa subjetividad en cierne.
El discurso de la madre que le cuenta su propia historia, le devolverá a la vez la prueba de
su propia expectativa y de su propio deseo. Y así como el niño le toma restados sus
primeros enunciados identificatorios, le tomará prestadas las informaciones con las cuales
inaugura su proceso de identificación.
Se le ha robado a su Yo la representación del bebé que fue en el vientre de su madre o
en los brazos de ella. Se le ha robado la posibilidad de que su Yo se apropie de ese modo
relacional produciendo una desposesión y una mutilación en su pensamiento al impedir
que el niño ingrese al mismo los elementos fundamentales que pasarían a formar parte de
su caudal memorizable.
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Tema 9: Niñez y Adolescencia: Sistema de responsabilidad penal
juvenil
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DOMINGUEZ LOSTALÓ -MODELOS DE INTERVENCIÓN CON
NIÑOS/ADOLESCENTES EN CONFLICTO CON LA LEY EN EL MARCO DE LA
CONVENCIÓN INTERNACIONAL SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO.
Los educadores o técnicos vinculados al trabajo sobre el conflicto social, tenemos que
favorecer metodológicamente lugares específicos de facilitación de la expresión, de
aquello que realmente se formula como sufrimiento o demanda. El trabajo propuesto toma
como instrumento el trabajo de tipo grupal, que constituye la única metodología que nos
garantiza efectos reales comprobados. El trabajo grupal, como primer eje
metodológico, tiene como objetivo favorecer el desarrollo de las posibilidades
vinculares de los chicos entre sí, y con nosotros. Ir construyendo una forma de
expresión que omita la violencia.
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Ley 13.634- PRINCIPIOS GENERALES DEL FUERO DE FAMILIA Y DEL FUERO
PENAL DEL NIÑO.
- Los niños tienen derecho a ser oídos en cualquier etapa del proceso, a peticionar, a
expresar sus opiniones y a que éstas se tengan en cuenta en las decisiones que
afecten o hagan a sus derechos.
- Queda prohibida la difusión de la identidad de los niños.
- El niño al que se le atribuya haber infringido leyes penales debe ser tratado de
manera digna.
- La internación y cualquier otra medida que signifique alojamiento del niño en
instituciones tendrá carácter excepcional y será aplicada como medida de último
recurso.
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