Autores:
Emilia PALADINO,
Romina URIOS,
Silvio ANGELINI
Antecedentes.
Ley de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires 448, del año 1998 .
Breve historización.
No ser discriminado;
con padecimiento mental”, explicando que se utiliza para desterrar la noción de “enfermo mental”,
asimismo, en el documento mencionado, se tomará la acepción de “procesos de atención” en lugar de
“tratamiento” para separar a la enfermedad –en tanto se piensa como un objeto ficticio- de la integralidad
del sujeto
de que “sabemos lo que es mejor para el otro”. Se torna necesario resituar
la responsabilidad y competencia técnica pues no se trata de decidir por
el otro sino de brindar en forma rigurosa y adecuada todas las
alternativas posibles a fin de posibilitar la toma de decisiones sobre la
propia vida.
De esta manera, se deben reestructurar los Servicios de Salud Mental para que
tengan como eje la comunidad y no el hospital (enfoque hospitalocéntrico), sin que ello
implique reducción de personal o de sus derechos.
La ley propone que la atención en Salud Mental debe ser llevada a cabo por
un equipo interdisciplinario. Las áreas que se mencionan son la psicología (en primer
lugar, lo que marca cierta postura por parte del redactor), psiquiatría, trabajo social,
enfermería, terapia ocupacional y otras disciplinas pertinentes. En la reglamentación
se sostiene que las disciplinas que se mencionan en la ley, no son taxativas y que los
equipos deberán confeccionarse de acuerdo a las necesidades de cada comunidad.
Ello, se enmarca en la idea de sujeto subyacente en la ley, un sujeto integral y
de derecho. Idea que está presente en los Principios Generales del Código de Ética
del Colegio de Psicólogos de la provincia de Buenos Aires, los que dicen “Concebimos
al hombre destinatario de nuestra práctica desde una perspectiva integral del
fenómeno humano, como una persona concreta que estructura singularmente su
experiencia, como un sujeto a la vez producido y productor de su medio social,
multideterminado por una trama de vínculos significativos internos y externos,
expresados y representados a través de dinamismos grupales; emergente en un
contexto histórico que lo enmarca y delimita; portador de una ideología, inscripto en
una cultura, inmerso en sus circunstancias socioeconómicas y políticas, y tendiendo a
organizarse como una totalidad y unidad en el nivel de integración”
Toda internación en salud mental debe cumplir con una serie de requisitos que
la habilitan legalmente (arts. 16 y 20, 21, 22, 24, 25 y 26).
Por el ello, la determinación del riesgo debe ser hecha desde un criterio
interdisciplinario e intersectorial incluyendo a la persona y sus referentes
vinculares, donde se analicen las diversas dimensiones: sanitaria, social, educativa,
vincular-familiar, laboral, comunitaria.
Por ello, toda internación, en especial la involuntaria, debe ser monitoreada para
que la misma no sea una privación ilegítima de la libertad. Para ello, la ley crea la
figura del abogado defensor, quien debe proteger los derechos de la persona
internada (art. 22). Puede oponerse a la internación o solicitar la externación. Por otra
parte, se crea el Órgano de Revisión de Internaciones (art. 38 al 40) el que evaluará
las internaciones involuntarias, recibirá y realizará denuncias sobre irregularidades,
posee facultades de apelación y supervisión de internaciones involuntarias luego de un
largo tiempo. Es interdisciplinario e intersectorial, es decir, esta compuesto por
organismos estatales y organizaciones civiles.
La ley en el art. 42 modifica el art. 152 ter. Del Código Civil actual y establece
que las declaraciones de inhabilitación o incapacidad deben fundamentarse en
evaluaciones interdisciplinarias. Las mismas no pueden durar más de tres (3) años y
debe especificar que funciones y actos (derechos) se restringen tratando de afectar lo
menos posible la autonomía personal.
Comentario final
Al igual que la Ley de ejercicio profesional, la Ley Nacional de Salud Mental, está
redactada por profesionales de la psicología y establece un cambio fundamental en la
práctica profesional al equiparar los saberes sobre salud mental con los psiquiatras.
Así como la Ley de Ejercicio Profesional, sacaba a los psicólogos de la supervisión y
del rol de auxiliares de la medicina que impuso el decreto-ley 17132 de la dictadura
cívico-militar presidida por el Gral. Onganía, la Ley de Salud Mental, viene a ganar otro
poco más de terreno para la democratización de las relaciones sanitarias,
profesionales y laborales.
ANEXO
INSTRUMENTOS INTERNACIONALES
Naciones Unidas
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes (1984).
Principios de Naciones Unidas para la Protección de los Enfermos Mentales y
el Mejoramiento de la Atención en Salud Mental (1991).
Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades para las Personas con
Discapacidad (1993).
Consenso de Panamá (OMS/OPS, 2010).
Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (1957).
Reglas Mínimas sobre las medidas no privativas de la libertad (Reglas de
Tokio, 1990).
Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad
(2006).