Por ejemplo si tu padre siempre te repetía que eras tonto o que no valías para
nada, muy a tu pesar y aunque en el fondo tu creas lo contrario, esta creencia
se arraiga en tu subconsciente y este buscará las mañas para validar esta
creencia a través de tu experiencia.
Si alguien te produce una reacción muy extrema, tanto para bien como para
mal, esa persona te está mostrando un rasgo de tu personalidad que todavía
no has reconocido en ti.
Dejar pasar creencias externas que nos limitan es una irresponsabilidad y una
falta de respeto hacia uno mismo.
Hemos superado un patrón cuando lo que nos molestaba de los demás, deja
de molestarnos.