Afectación creencias de familia

El mecanismo natural es crecer con estas creencias instauradas sin haberlas

cuestionado y sin ser conscientes de que estas creencias ejercen un gran
poder de actuación en nuestras vidas y en todo lo que materializamos en
ella.

Jung decía que hasta que no hagas consciente lo que hay en el inconsciente,
este último será el que domine tu vida.

Es por este motivo que de adultos tenemos la responsabilidad y la libertad de

crear nuevas circunstancias más afines con nuestra propia verdad interior y
no tanto con las creencias heredadas del sistema familiar o social.

Salir de esa esclavitud comienza por preguntarte qué creencias acerca de ti

mismo, de la vida o de las relaciones te están haciendo sentir infeliz, limitado,
agobiado o manteniendote en un margen muy estrecho de acción.

Detectar estas creencias es mucho más sencillo de lo que a priori pudiera

parecer, basta con que observes aquello que estás materializando en las
diferentes áreas de tu vida.

Por ejemplo vamos a ir al área de las relaciones amorosas.

Imagínate que eres un hombre y que se te ha inculcado que tienes que

desconfiar de las mujeres, que estas son unas aprovechadas e interesadas.

De adulto aunque conscientemente puede que pienses otra cosa, será el

inconsciente el que tendrá más fuerza desde la retaguardia y este va a hacer
que te inclines a relacionarte con mujeres que coincidan con el mismo perfil
que la información que tienes en tu inconsciente.

La solución es hacer consciente el inconsciente para que este tenga un

menor poder de actuación en tu vida.

Volviendo al ejemplo anterior, si tienes mensajes introyectados tipo hay que

desconfiar de las mujeres, es 100% seguro que esté área de tu vida no
marchará bien, básicamente porque lo que regirá todas tus relaciones va a
ser la desconfianza.