En este texto, Frantz Fanon (2009), psiquiatra francés, pretende explicar la razón
del comportamiento inferiorizado y dependiente de los negros antillanos, y la
situación social que abarca dicho comportamiento. El comportamiento inferiorizado
que reproduce el negro antillano no es a causa de una predisposición biológica
(genética) para la subordinación, es respuesta a la manera en que está organizada
la sociedad racista, donde las estructuras sociales perpetúan una idea generalizada
de la inferioridad negra frente a la raza blanca, creando un imaginario del que no se
puede llegar a salir porque se materializa en todas las situaciones sociales limitando
las oportunidades, por lo que el autor, sólo ve como salida la total abolición de las
estructuras y su funcionamiento social, requiriendo a su vez, borrar la historia y
desligarla de los individuos y de dichas estructuras, para poder eliminar de todas las
formas posibles las ideas de desigualdad entre los hombres.
Por lo que no se le puede pedir a los negros que dejen de sentirse inferiores así
nomás, porque no lo van a lograr hasta que no se produzca un cambio de
estructuras sociales que hagan esto posible, así que lo único que puede elegir el
negro es su acción o su pasividad frente a dichas estructuras.
El autor esboza algunos ejemplos de las situaciones que sufren los negros
antillanos, al tener que enfrentarse al mundo blanco, a las estructuras hechas por
hombres blancos, resaltando así, cuál es la carga de significado que traen dichas
estructuras. A mí parecer, el primer capítulo que da cuenta del papel del lenguaje
en las relaciones de subordinación racial, es uno de los mejores ejemplos cargados
de historia y significado, para ilustrar un poco la relación que establece Fanon, entre
una estructura social, el lenguaje, que es reflejo de la historia, frente al negro. En El
negro y el lenguaje, nos muestra la jerarquización de las lenguas y dialectos que
hay en la sociedad francesa, donde el francés citadino ocupa el nivel más alto por
ser parte de la cultura blanca, y el petit-nègre el más bajo, por representar toda la
historia y cultura negra. El autor, además, muestra cómo por medio del aprendizaje
de la lengua francesa el antillano busca blanquearse, y en el proceso se va alejando
de su propia cultura y adopta una actitud crítica frente a sus mismos compatriotas,
pues el lenguaje es el reflejo de toda una forma de ver el mundo y de reproducirlo,
cuando se aprende un lenguaje no sólo se aprende el lenguaje sino también la
cultura que lleva consigo.
Más adelante hace mucho más explícito la relación de las estructuras con la historia,
y de lo mucho que a través de ésta se quiere justificar la desigualdad, por lo que
Fanon (2009) busca deshacerse, desanclarse, y parar esa relación asociativa que
hacen las personas a través del lenguaje y su carga significante, apropiando toda
una serie de características y atributos dentro de la idea de negro que se reproduce
gracias a la historia y al lenguaje. Fanon dice: “De ninguna forma debo deducir del
pasado de los pueblos de color mi vocación original. De ninguna forma debo
dedicarme a hacer revivir una civilización negra injustamente olvidada. No me hago
el hombre de ningún pasado. No quiero cantar el pasado a expensas de mi presente
y mi provenir” (Fanon, 2009, pp 187). “No es el mundo el que me dicta la conducta.
Mi piel negra no es depositaria de valores específicos” (Fanon, 2009, pp 188).
Al final , Fanon (2009) quiere que el negro y el blanco se deshagan de sus prejuicios,
y se valoren solo como hombres, “Los dos tienen que apartar las voces inhumanas,
que fueron las de sus respectivos ancestros, a fin de que nazca una autentica
comunicación” (pp 190). Fanon quiere que se borre toda extrañeza, y que se borre
esa idea de los otros blancos o de los otros negros, de los otro ajenos y diferentes
a mí, que se ven agrupados todos bajo un mismo nombre sólo por un color de de
piel.
Fanon (2009) quiere borrar la diferencia, borrar la historia, yo pienso que se debe
borrar la jerarquización de dicha diferencia, paso a paso, con ayuda de la historia,
porque la historia compartida une, aunque esto no sea de gusto de Fanon, y une
porque es un acuerdo que hace entender a unos y otros. Ese acuerdo, esa historia,
que nos hace posible una seguridad de estar en la misma realidad de los otros no
se puede negar que esté cargada de desigualdades, pero ¿qué nos dice que
borrando la historia que compartimos se acabaran las desigualdades? ¿Qué nos
dice que empezar desde cero nos llevará a un lugar mejor? ¿Qué nos dice que
podemos determinar qué va a suceder con el comportamiento de unos hombres sin
historia? La historia nos hace quienes somos en esta sociedad, y borrarla implicaría
llegar a replantear hasta ese detalle, ¿qué definiría quienes somos entonces? No
hay historia que nos diferencie, pero tampoco hay historia que nos una, así que
¿cómo nos comunicamos?
“Los dos tienen que apartar las voces inhumanas, que fueron las de sus respectivos
ancestros, a fin de que nazca una autentica comunicación” (Fanon, 2009, pp 190).
Qué difícil es comunicarse y qué difícil es unirse, cuando no se comparte una lengua
o una historia.
BIBLIOGRAFÍA:
Fanon, Frantz. Piel negra, máscaras blancas. Madrid: Ediciones Akal, 2009, pp. 41-
190