El creyente tiene entre sus deberes principales la oración, es decir, orar cada día, con
perseverancia, sin cansarse.
Hay algunos comportamientos que los hombres deben tener para guardarse respeto
recíprocamente. Para entender mejor voy a poner algunos ejemplos prácticos: cuando
saludamos a alguien dándole la mano tenemos que ponernos de pie si estamos
sentados; algunos se quitan el sombrero al saludar, en especial cuando saludan a las
personas consideradas de alto rango, dignas de respeto; cuando los miembros de la
corte entran en la sala del tribunal se pide específicamente a los presentes para
ponerse de pie; los que han estado o que están en las fuerzas armadas y los que
trabajan en la Policía cuando están en presencia de los superiores deben tomar ciertas
actitudes, como el saludo a la visera, ponerse firme, nunca poner las manos en los
bolsillos, etc.. Podría enumerar muchas más de tales cosas, y el lector mismo puede
recordar sus experiencias como las que hemos enumerado.
Así que, ¿cuál es la posición del cuerpo que el creyente debe tomar cuando ora a
Dios, para otorgarle el honor y el respeto que se merece?
La Palabra de Dios nos enseña también en esto, de hecho, los fieles en Cristo han de
ser imitadores de Cristo Jesús primero y luego también de los apóstoles y de todos los
hombres de Dios mencionados por las Sagradas Escrituras, que nos dicen cual era su
posición del cuerpo en la oración.
Además, para confirmar la importancia que tiene para el Señor adorarle de rodillas,
para darle la justa gloria de la cual es digno, Dios anunció por el profeta Isaías (45:23),
también reportado por el apóstol Pablo, que vendrá el día en el que todos se
arrodillarán ante Él para darle gloria; sí, la gloria, la misma que debemos dar a Dios
cuando Le ofrecemos nuestras oraciones.
“Porque escrito está: “vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y
toda lengua confesará a Dios.” (Romanos 14:11) “para que en el nombre de
Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo
de la tierra;” (Filipenses 2:10)
A partir del estudio de los pasajes citados veamos como la Palabra de Dios nos
enseña también la posición que debemos tener durante la oración; los profetas, Jesús
y los apóstoles oraron a Dios de rodillas, entonces, nosotros, hoy, debemos orar de
rodillas, con el rostro en tierra para honrar, alabar y glorificar a nuestro gran Dios, el
cual es bendito por siempre. ¡Aleluya!
Recuerdo bien que yo también en mi ignorancia, hace mucho tiempo oraba a Dios
acostado, en la noche, con resultado decepcionante que terminaba para adormecerme
durante la oración, faltandoLe de respeto, y Él, a su vez, desaprobando tal modo de
orar no me concedía su bendición y yo no podía sentir su presencia.
La posición sentada puede estar bien para aquellas personas que tienen
discapacidades físicas, que son mayores, o en momentos particulares como la acción
de gracias y la bendición de la comida. Quiero decir con esto que puede ser aceptable,
pero la forma más conveniente de orar siempre permanece de rodillas.
Con respecto a las palabras “con todo tu corazón”, “con toda tu alma”, “con toda tu
mente” y “todas tus fuerzas”, ¿qué se debe entender si no todo el ser del hombre,
incluyendo el cuerpo?
Debemos aniquilar a nuestro cuerpo, no tenemos que satisfacer todos sus apetitos,
hay que someterle a nuestra voluntad y utilizarle como un instrumento de alabanza y
gloria a Dios, doblando las rodillas para elevar fervientes oraciones a nuestro Creador
y Salvador.
Hay casos en los que se debe orar y no se puede hacerlo de rodillas, por ejemplo
cuando nos encontramos en lugares donde no hay espacio suficiente, en ese caso es
conveniente orar de pie.
Puede suceder a veces que tienes que orar de pie, esto no quita honra al Señor, pero
sigue siendo el hecho de que la oración para la adoración a Dios debe hacerse de
rodillas; todos los demás casos, deberán tenerse en cuenta como casos
excepcionales, evaluando cada vez lo que es conveniente para dar honra y gloria a
Dios.
El libro de los Salmos se lee y se medita por los fieles para aprender a orar, y este
libro nos enseña, entre otras cosas, a orar de rodillas, de hecho está escrito:
“Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro
Hacedor.” (Salmo 95:6)
Hermanos, ¿se dan cuenta de que cuando oramos nos vamos a la presencia de Aquel
que hizo los cielos y la tierra?
Si entendemos esto me parece muy poco ponerse de rodillas ante el Señor que nos
hizo para adorarle. La conciencia de entender Quién está delante de nosotros cuando
oramos es una manifestación de fe y de madurez espiritual.
Hay quien enseña que la oración a Dios debe ser espiritual, sólo con el corazón, dicen:
“Es suficiente doblar las rodillas del corazón.” Pero les pregunto ¿por qué ciertos
servicios también deben hacerse con el cuerpo, por ejemplo limpiar el lugar de culto?
¿Qué trastorno pasaría si los creyentes se decidieran a alabar a Dios sólo con el
corazón y se detendrían a participar en todos aquellos trabajos que requieren la
participación del cuerpo y no sólo del corazón? Así que privarían a la Iglesia de los
importantes servicios que permiten llevar a cabo los servicios de adoración en la
limpieza y en el orden. Es cierto que los ancianos y los pastores comenzarían a
predicar desde el púlpito y fuera del púlpito contra los creyentes que no participan en
las obras materiales requeridas por Dios a la iglesia, que son en cualquier forma útiles
para la Iglesia.
Dios, por medio de Sus siervos a través de Su Palabra nos ha enseñado que debemos
amar no sólo de palabra, sino de hecho y en verdad, fructificando abundantemente,
sirviendo a Dios con un corazón sincero, y también ofreciendo nuestros cuerpos en
sacrificio vivo (Romanos 12:1) y presentando los miembros de nuestro cuerpo como
instrumentos de justicia a Dios (Romanos 6:13).
Es importante dar gloria a Dios guardando su Palabra incluso con el cuerpo y no sólo
con el corazón, porque está escrito:
Debemos amar a Dios tanto con el corazón como con el cuerpo, haciendo morir las
obras de la carne y moderando la satisfacción de los deseos naturales que del cuerpo
provienen, porque nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo.
Podemos hacer otro razonamiento, siempre extraído de las Escrituras, leyendo el paso
de la batalla de Israel contra los amalecitas; la Palabra dice:
“Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él
bajaba su mano, prevalecía Amalec.” (Éxodo 17:11)
Creo que, a la luz de las Escrituras, orar de rodillas es como la mano de Moisés; si se
ora de rodillas la intensidad espiritual de la oración será alta, si se ora sentado la
intensidad espiritual (o la participación del corazón, si lo preferimos) será baja.
También es importante tener en cuenta la obra que hizo Jesús; Él salvó al hombre
pecador ofreciendo su cuerpo, no sólo ha obrado con el Espíritu, sino también con el
cuerpo; Su cuerpo fue crucificado y molido por nuestras transgresiones, y por cuya
herida fuimos sanados (1 Pedro 2:24).
Con respecto a arrodillarse para orar, hermanos, les confieso que inicialmente las
rodillas duelen, pero después, con el tiempo se acostumbran, se refuerzan y hacen los
callos, y el dolor desvanece, dando paso a las muchas bendiciones que Dios da a los
que se humillan delante de Él.
¿Les escribo estas cosas para que se alejen de la gracia de Dios o para que abunden
en ella?
¿Tal vez estoy poniendo un yugo sobre ustedes demasiado pesado de llevar o un
yugo dictado por la carne?
¿Estoy tratando de halagarles para vaciar sus bolsas y así llenar las mías?
Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres? ¿O, más bien, trato de agradar a Dios y
darle la gloria y el honor que se le debe?
No, hermanos y hermanas, no es otro evangelio que les anuncio, sino es el antiguo
evangelio, las sendas antiguas, que, por desgracia, en estos tiempos se han
extraviado, siguiendo la corriente de este mundo, la abundancia material y los placeres
de la vida; de los que hoy los redimidos por Cristo se han convertido en amantes; y yo,
con la fuerza y la habilidad que Dios me da, trato de detestar estos espíritus, como
dice la Escritura: “Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te
alumbrará Cristo.”
Salvo por gracia por medio de la fe en Cristo Jesús, Giuseppe Piredda
Pregunta:
¿Hay mandamiento en la Biblia de orar de rodillas?
Respuesta:
No olvidemos que Dios mira el corazón del hombre, no su condición material (I Samuel
16:7). De mucha más importancia que la posición del cuerpo es: la actitud de uno
hacia el prójimo (Mateo 6:14,15); pedir con fe (Santiago 1:6); pedir conforme a la
voluntad de Dios (I Juan 5:14); pedir sin egoísmo (Santiago 4:3); la manera de tratar a
la esposa (I Pedro 3:7); y la humildad (Lucas 18:9-14).
Yo sé que algunas personas señalan Filipenses 2:10 como base para exigir la oración
de rodillas. Pero este texto no habla de la oración sino LA CONFESIÓN QUE
JESUCRISTO ES EL SEÑOR (Filipenses 2:11). Además este texto está hablando del
JUICIO FINAL cuando todos los hombres incrédulos y rebeldes tendrán que humillarse
y confesar a Jesucristo obligadamente. Lea con cuidado Romanos 14:10-12 y verá
que el día cuando "se doblará toda rodilla" es el mismo día en el cual "todos
compareceremos ante el tribunal de Cristo". Filipenses 2:10 y Romanos 14:11 no
tienen NADA que ver con la oración.