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Antonio Ariño

Sociología
de la
cultura
La constitución
simbólica
de la sociedad

EditorialAriei, SIL
Barcelona

bres, edificios, iconos, rituales, performance, etc.) es complementa-


rio de la fuerza de diversas maneras : entre ellas destaca la persua-
sión ideológica en manos de las elites, que mistifica las desigualda-
des del orden social y logra el consentimiento transformando el
simple poder en autoridad legítima (Lincoln, 1989 : 4-5). Lo que
convierte en ideológicos a determinados discursos es su conexión
con los sistemas de dominación .
En conclusión, no es posible restaurar un uso del concepto ideo-
logía, al estilo de Destutt de Tracy, como la ciencia de las ideas . Por CAPÍTULO 4
otra parte, estamos persuadidos de que persistira, por un principio
de economía léxica, el uso neutro de ideología que designa siste- LAS TEORÍAS DE LA CULTURA DE MASAS
mas de pensamiento sociopolitico y sistemas de creencias y valores
de los movimientos y organizaciones sociales. Pese a ello, creemos
que el análisis ideologico, como desvelamiento de la utilización de Cuando queremos analizar la cultura en sociedades complejas
las formas simbólicas al servicio de los privilegios y la dominación, no podemos eludir la importancia de los medios de comunicación
puede (debe, según nosotros) ocupar un lugar legítimo dentro de de masas y de una institución como el mercado . En gran medida la
las ciencias sociales . información y los bienes simbólicos circulan como mercancías en
soportes proporcionados por las modernas tecnologías, son pro-
ducidos y almacenados de forma industrial, distribuidos por los
media con técnicas de marketing y consumidos por audiencias o
públicos extensos en contextos y circunstancias muy heterogéneos .
El análisis de este rasgo crucial de la modernidad, que ha transfor-
mado no sólo las formas de comunicación sino a la propia socie-
dad, tiene el interés añadido de abordar un asunto en el que se
entrecruzan cuestiones de estratificación y reproducción cultural
tanto como de dominación y subordinación, constituyendo un
campo de polémica agitada y vivaz desde los años treinta de nues-
tro siglo . En este capítulo y el siguiente expondremos de forma
sucinta dos modalidades básicas de abordar dicho análisis : de un
lado, los partidarios de una cultura humanista al viejo estilo, que,
de izquierdas o de derechas, han visto en las formas culturales
modernas una expresión de anticultura o seudocultura, una de-
gradación del gusto, una degeneración de la creatividad y una
subordinación al interés económico . De otro, las corrientes que
' han reivindicado el carácter activo (a veces, la omnipotencia) y la
autonomía relativa de las audiencias y la creatividad de la cultura
popular. Umberto Eco, en un libro que hizo época, tipificó dichas
Posiciones, sin duda de forma simple pero no por ello menos efi-
caz, con los calificativos de apocalípticos e integrados. Como es
obvio, dada la fecha en que se publicó (1965), difícilmente podía
Í incorporar la posición innovadora de la corriente conocida como
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Cultural Studies, que si bien rechazan las posturas apocalípticas, contra la «industria cultural» . En los años treinta y cuarenta tam-
tampoco pueden considerarse integrados . No constituyen propia- bién publica Elliot diversas obras dedicadas a la crítica cultural . La
mente hablando una tercera posición, sino una nueva forma de más directamente vinculada con nuestro propósito, Notes Toward
enfocar el problema, que trata de integrar la comprensión antropo_ the Definition of Culture (1948), donde se afirma, por ejemplo, que
lógica de la cultura y el análisis de las relaciones de poder, y que «la igualdad completa significa una irresponsabilidad universal» .
dada su reivindicación del carácter creativo de las audiencias se podrían citarse muchos otros textos, de menor significación
contrapone, ante todo, a las visiones elitistas . Y, sin embargo, la desde luego, pero que reprodujeron hasta la saciedad, de forma
polaridad ideológica persiste : basta comparar para constatarlo dos cada vez más simplificada, las jeremiadas contra la cultura de los
libros recientes, de los que hablaremos más tarde, como son Pseu- medios de comunicación de masas . Siguiendo a Eco y Giner expon-
docultura, de Blanca Muñoz (1995), y Common Culture, de Willis dremos seguidamente las características que se asignan a la cultu-
(1990) . ra de masas, después expondremos por su carácter clásico la visión
de la escuela de Frankfurt y finalmente, por su actualidad, la reite-
ración de estas posiciones en las teorías del imperialismo cultural .
1. El malestar de los intelectuales

A la vista de las capacidades de comunicación desarrolladas por 2 . Características de la cultura de masas


la television y la transmisión vía satélite, la cultura de masas de los
años treinta (basada en la radio, la prensa y el cinematógrafo) no La teoría de la cultura de masas parte del supuesto de que la
era más que una manifestación incipiente de una realidad cuyas modernidad, que ha quebrado las viejas comunidades, solidarida-
consecuencias últimas ni siquiera ahora podemos dibujar con pre- des y formas de vinculación social, ha creado una sociedad masa,
cisión . Sin embargo, el fenómeno emergente comenzó a convulsio- compuesta por hombres masa, es decir, átomos, individuos insula-
nar los modos de vida tradicionales y la reflexión sobre esa nueva res y aislados, inermes ante la técnica y los medios de comunica-
realidad no se hizo esperar . En el mismo año de 1930 veían la luz ción. Pero, además, y por lo que a la cultura se refiere, esa sociedad
dos libros, que aunque distantes en el espacio se hacían eco de la comporta una degradación de las formas simbólicas a la categoría
fenomenología de los nuevos tiempos . F. R. Leavis publicaba Mass económica de mercancías y una producción de las mismas al modo
Civilization and Minority Culture y Ortega y Gasset, La rebelión de industrial, socavando la singularidad, originalidad y el valor del
las masas . A partir de este momento, las publicaciones sobre el te- arte creativo y del buen gusto . En estas condiciones, la teoría de la
ma se sucedieron sin tregua . No pretendemos aquí seguirles el ras- cultura de masas tiende a considerar a las audiencias como masas
tro, pero conviene citar algunas por su significado como expresión pasivas, vulnerables, manipulables y explotables, sentimentaloides
del malestar de intelectuales de signo muy diverso frente al fenó- e instintivas, refractarias a los desafíos intelectuales, perezosas
meno emergente, que ellos dieron en calificar con un concepto mentales, fácil presa de la publicidad consumista y de la propagan-
poco expresivo y muy combativo, cultura de masas . Así, en 1940, da política, recreándose en el mal gusto y asumiendo como robots
publicaba S . Chakhotin La violación de las masas por la propaganda las fórmulas estandarizadas de la cultura industrial. Esta visión,
política, texto que aplica la metodología conductista pavloviana al que ahora puede parecernos de un simplismo rampante e inacepta-
análisis de la movilización de masas por el fascismo y cuyo título ble, predominó indiscutida durante tres décadas (años treinta, cua-
contiene obvias resonancias del artículo de Benjamín que luego renta y cincuenta) y perdura, de forma a veces sutil o subrepticia
analizaremos, «El arte en la era de la reproductibilidad técnica», i (con alusiones, por ejemplo, a la americanización o disneylandiza-
publicado en 1936 . En 1944 Dwight MacDonald daba a la luz ción del mundo), en determinadas corrientes críticas de la actua-
Teoría de la cultura popular (más tarde titulado Teoría de la cultura lidad.
de masa) . De ese mismo año es la Dialéctica de la Ilustración de En fecha tan temprana como 1965, Umberto Eco abordaba y
Horkheimer y Adorno, donde se plasma un apasionado alegato exponía los dilemas que planteaban para el análisis cultural las
I~





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Mundo social 1) La cultura popular ha dejado de existir: la cultura de masas ha


ocupado su lugar. 2) La cultura de masa existe en virtud de los
medios de comunicación de masa, y éstos determinan su contenido .
Favorecen la comunicación unidireccional . El medio es el mensaje .
(CM) cm 3) La estandarización exigida por los medios de comunicación impo-
Industria cultural Pasividad ne la homogeneización del contenido de la cultura masa . De ahí la
Conformidad
baja calidad y su carácter de industria . 4) La cultura de masa es
esencialmente comercializable . La cultura no es sino una mercan-
Creador Receptor
cía que se intenta vender a un público tan amplio como sea posible .
5) La cultura de masa es mediocre y vulgar. 6) La cultura de masa es
! inmoral . Esto significa que encierra una brutalidad interna (violen-
cP cP
La gente y la industria Actividad cia) y que carece de valores y favorece el caos y el relativismo ético .
cultural Resistencia 7) La cultura de masa es psicológicamente nociva al ser tragada acrí-
ticamente por un público perpetuamente ávido . La pasividad en la
Í recepción implica sencillamente la alienación . 8) La cultura de masa
es manipulativa. La industria de la publicidad se ha vuelto enorme-
Objeto cultural
mente sofisticada : dice al público lo que tiene que comprar y cómo
tiene que vivir mediante técnicas de persuasión que son fruto de
FIG. 4 .1 . Las teorías de la cultura de masas (CM) y de la cultura popular (CP) investigaciones psicológicas . 9) La cultura de masa ha escindido el
sobre el diamante cultural, según Griswold, 1994 : 91 . mundo de la cultura . 10) La cultura de masa no es cultura . La cultu-
ra nada tiene que ver con los públicos insensibles y aturdidos y con
los ruidos caóticos en que se sumen para distraerse . 11) La cultura
condiciones creadas por los nuevos medios de comunicación de masa es inherente a la sociedad masa. La sociedad masa no puede
audiovisual . Para ello se requería una confrontación con las insufi- concebirse sin el entero aparato de los medios de comunicación y la
ciencias de las teorías de la cultura de masas y una crítica de sus I «cultura» que generan .
principales conceptos fetiche : hombre masa, industria cultural .
Según Eco, los rasgos que se atribuyen a dicha cultura son : difu- En síntesis, pues, el modo de vida de las masas no está regido,
sión de unos modos de vida homogéneos y estereotipados, que evi- gobernado, orientado, propiamente hablando por la cultura, sino
tan soluciones originales, adaptados al gusto medio, al que halagan por la anticultura, que es el resultado de la combinación del poder
sin provocar; los media alientan una visión pasiva y acrítica del de las elites económicas y políticas y del control de los medios de
mundo, embotan la conciencia histórica ; orientados al entreteni- j comunicación mediante técnicas psicológicas de persuasión . Como
miento y a la interpretación superficial, producen conformismo ; hemos dicho, aunque esta visión ha sido compartida por pensado-
son un instrumento educativo que crea modelos humanos hetero- res de derecha y de izquierda, quienes la han planteado de forma
dirigidos; el público no tiene conciencia de sí mismo, es pasivo y más concluyente y rica han sido los clásicos de la escuela de Frank-
sufre las proposiciones que se le hacen sin saber que las soporta ; furt . En el siguiente apartado haremos un repaso sucinto a algunas
sugieren al público lo que debe desear. de sus principales ideas .
En términos similares, aunque con mayor sistematización, se
expresaba Salvador Giner diez años después al abordar dicha pro-
blemática en el marco de una investigación sobre la sociedad masa 3 . La visión de la escuela de Frankfurt
y el pensamiento conservador. Giner se propone encontrar el deno-
minador común de las distintas teorías, sintetizándolo en 11 pun- Sin ánimo de exponer en detalle la concepción general de la cul-
tos, que exponemos a continuación (1979 : 263 y ss .) : tura de la escuela de Frankfurt, lo que implicaría tomar en conside-
ración las aportaciones de figuras secundarias que pudieran dar


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una visión más compleja, nos proponemos esbozar sus trazos más cionaria, había sido incorporada al sistema mediante la seducción
característicos : la administración total de la vida y los cantos de sirena de los bienes de consumo, del ocio y de la
(Adorno-Horkhei_
mer, Marcuse), la reproducción técnica como degradación del arte incipiente previsión social : «La fábrica y el palacio de deportes -se
(Benjamín), la industria cultural como legitimación del capitales- dice en el prólogo a la primera edición alemana de la Dialéctica de
mo (Adoo-Horkheimer) y la seudocultura como sustancia de la la Ilustración- se convierten dentro de la totalidad social en una
industria cultural (Adorno) . Una prolongación reciente, en la que coartada ideológica tras la que se condensa la miseria real» (1970 :
no entraremos, podría verse en la tesis habermasiana de la colon_ 12) . La consolidación económica y social de la lógica del beneficio
zación del mundo de la vida . j requería un mecanismo de control a largo plazo . Ese mecanismo se
En general, el lenguaje de la teoría crítica tiende a ser oscuro, j situaría no ya en la exterioridad del sujeto o del grupo, en una coer-
sin concesiones a la descripción empírica ni siquiera como ilustra- j ción externa, sino en la acción sobre las conciencias . Mediante la
ción detallada que apoya el despliegue de una sentencia apodíctica, constitución de la sociedad de consumo y de su proceso ideológico
sin indulgencia tampoco para la secuencialidad de la argumenta- central, la cultura de masas, se cerraba el círculo de la dominación .
ción . El tono es asertivo, lo que resulta paradójico en un proyecto «La libertad formal de cada uno está garantizada . Oficialmente,
que enfatiza la dialéctica negativa . Finalmente, los textos rezuman { nadie debe rendir cuentas sobre lo que piensa . Pero, en cambio,
un pesimismo elitista y radical, que contrasta con los propósitos i cada uno está desde el principio encerrado en un sistema de rela-
subyacentes, ya que las críticas a la cultura de masas no proceden i ciones e instituciones que forman un instrumento hipersensible de
de la misma matriz que las del conservadurismo que levanta barre- control social» (Adorno y Horkheimer, 1970: 180). De esta forma,
ras para salvaguardar la distinción . En los textos de la escuela hay i al abordar el análisis de las instituciones culturales de las socieda-
una reprobación de la espiritualización de la cultura como disocia- des capitalistas tardías y afirmar su centralidad para la domina-
ción entre vida material (reino de la explotación y la miseria) y cul- I ~ ción, la escuela efectuaba a un tiempo una crítica a la ilustración
tuya (como reino del espíritu y la libertad) ; e, igualmente, un recha- que reducía la razón a dominio técnico (también de la cultura) y al
zo de la privación cultural que tal dualismo supone para las clases economicismo marxista . El concepto de industria cultural, como
dominadas («La abolición del privilegio cultural por liquidación no señala Strinati (1995 : 55), reflejaba a un tiempo «su persistente
introduce a las masas en dominios que les estaban vedados, sino adherencia al marxismo (la industria como poder productivo fun-
que en las condiciones sociales actuales contribuye justamente a la damental del capitalismo) y el carácter innovador y original de la
ruina de la cultura, al progreso de la bárbara ausencia de relacio- contribución de la Escuela (la cultura como factor causal básico
nes» [Adorno y Horkheimer, 1970 : 192]) . Sin embargo, su valo- por sí misma)».
ración se resuelve en un pesimismo ontológico, sin matices histó- Marcuse, en la introducción a una serie de textos escritos y
ricos, sin diferenciaciones, donde quedan confundidos procesos dados a la luz en forma de ensayo en los años treinta, publicados
sociales, procesos técnicos y procesos de significación . I después (1964) como libro bajo el título genérico de Cultura y
sociedad, era más terminante aún y se expresaba con un lenguaje
menos farragoso . En los países industrializados, la administración
3 .1 . LA ADMINISTRACtóN TOTAL total de la existencia era una necesidad del sistema y una realidad a
cuyo logro habían contribuido diversas ramas de la moderna cien-
En los años treinta la teoría de la sociedad de los principales cia positiva, mediante el desarrollo de las técnicas consiguientes de
miembros de la escuela de Frankfurt tendía a enfatizar el carácter producción y mediante la creación y satisfacción de las necesida-
de dominación total que en el capitalismo avanzado se imponía des vitales :
sobre el conjunto de la sociedad . La posibilidad de un cambio radi-
cal quedaba desvanecida entre las cámaras de gas de los campos de En la actualidad existe la necesidad de la administración total y
concentración y la asfixia del pensamiento por los media . La clase también se dispone de los medios suficientes : la satisfacción de las
obrera, en el marxismo clásico portadora de la esperanza revolu- masas, la investigación del mercado, la psicología industrial, los






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computer mathematics y la llamada science of human relations se 3 .2 . LA PÉRDIDA DEL AURA


encargan de armonizar, sin recurrir al terror, democrática, espontá-
nea y automáticamente, las necesidades individuales y las que son En el país de la técnica la visión de la realidad inmediata se ha convertido
socialmente necesarias, la autonomía y la heteronomía -la elección en una flor imposible (Benjamin, 1973 : 43) .
libre de aquello y de aquellos que tienen que ser elegidos-, para
que este sistema se mantenga y prospere . Aquellas corrientes positi- Con independencia de las matizaciones que haya que hacer a la
vistas y positivas de la filosofia, la sociología y la psicología, que plena inserción de Benjamin en el marco teórico de la escuela de
convierten al sistema de lo existente en el marco insuperable de j Frankfurt, aquí subrayaremos su acuerdo con la crítica a la cultura
la formación y desenvolvimiento conceptuales, se encargan en la
«educación superior» de la eliminación democrática del pensar, eli- de masas, tal y como aparece en el artículo publicado en 1936, «El
minación que el common man experimenta y realiza por sí mismo arte en la era de la reproductibilidad técnica» . En dicha crítica y en
(en el trabajo, en el uso y goce del aparato de producción y consu- su teoría del arte ocupa un lugar crucial el concepto de aura . Con él
mo) (1964 : 8) . alude a la singularidad de la obra, a la esencia que ensambla tradi-
ción con contexto y que determina su «signo de verdad» . El aura
En síntesis, el capitalismo ha sido capaz de superar muchas de expresa la singularidad, autenticidad, irrepetibilidad y unicidad de
las contradicciones y crisis, ha adquirido una nueva e imprevista la obra de arte . En una palabra: su trascendencia . Introducir este
estabilidad mediante la creación de bienestar (consumismo que término de clara denotación religiosa no resulta arbitrario, pues en
satisface falsas necesidades) para las clases trabajadoras y me- realidad la interpretación de Benjamin se asemeja más a una teolo-
diante el control social que propician los modernos medios de gía que a una estética o sociología del arte . Nos dice Benjamin lite-
comunicación y las ciencias positivas . De esta forma, el sistema ralmente que el aura (término que ya evoca la santidad de una ima-
capitalista se reconcilia inconscientemente con las clases más des- gen religiosa) es «la manifestación irrepetible de una lejanía (por
favorecidas, propiciando el conformismo y su perdurabilidad . La cercana que pueda estar)» . Y añade que «el valor único de la autén-
integración de la clase trabajadora en el sistema es, pues, resulta- tica obra artística se funda en el ritual en el que tuvo su primer y
do, de un lado, del crecimiento económico (consumismo) y, de original valor útil» . En sus orígenes, la obra de arte «era parasitaria
otro, de la falacia democrática, del control ideológico, científica- del ritual», tenía una función litúrgica .
mente producido . En este sentido, la industria cultural, como la , La reproductibilidad técnica moderna ha triturado ese aura ori-
institucionalización de la cultura típica del capitalismo, expresa a ginaria, ese halo de la belleza, porque, incluso en la reproducción
un tiempo la aplicación de la racionalidad técnica ilustrada a las mejor acabada, «falta algo : el aquí y el ahora de la obra de arte, su
formas y prácticas simbólicas y la conversión de éstas en mercan- existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra» . La presen-
cía . El capitalismo pone en circulación todo tipo de mercancías, cia irrepetible, hierofánica nos atreveríamos a decir, desaparece
también las culturales, como un mecanismo de dominio de las ante la presencia masiva . Pero además, esa serialidad reproductiva
conciencias . El concepto, pues, de industria cultural parece cru- encuentra su funcionalidad social en la sociedad de masas . Las
cial en este enfoque y resulta de una gran complejidad (que a masas manifiestan una necesidad de adueñarse de los objetos
veces roza la oscuridad) por las dimensiones que pretende abar- mediante la reproducción y la reproducción destruye su irrepetibi-
car : hace alusión tanto a aspectos técnicos de la producción cultu- lidad porque, como la estadística, todo lo iguala.
ral como a procedimientos económico-políticos de dominación, Pero la reproducción técnica no es el único problema . También
tanto a las formas de circulación de la cultura como a los efectos la forma de recepción resulta afectada : «Las masas buscan disipa-
de sus mensajes . ción, pero el arte reclama recogimiento .» Y de esta forma, aun
cuando podemos valorar positivamente la técnica reproductiva por
su capacidad democratizadora, debemos reconocer que la sociedad
no se halla todavía lo bastante madura como «para hacer de la téc-
nica su órgano» . La máxima cristalización de estos efectos nefastos


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se hallan en la estetización de la política operada por el fascismo : mente importante subrayar su progresivo desgajamiento del ritual
«A la violación de las masas que el fascismo impone por la fuerza y su creciente autonomización secularizadora, que implica diferen-
en el culto al caudillo corresponde la violación de todo un mecanis- ciación de prácticas y géneros, especialización de roles, estratifica
mo puesto al servicio de la fabricación de valores cultuales .» En ción de públicos y distinción de espacios, en última instancia emer-
síntesis, los efectos técnicos, la conversión en mercancía, el consu- gencia de prácticas y experiencias sociales y simbólicas nuevas .
m o disperso, la difusión masiva conllevan una decadencia de la Resulta imposible entender la historia de la cultura sin tomar en
gran cultura, que pierde su autenticidad y singularidad, y producen consideración este proceso.
una cultura superficial, alienada y fragmentada . Finalmente, quisiéramos subrayar que en Benjamin existe una
Sin necesidad de entrar a fondo en un análisis de la obra de valoración muy rudimentaria de la relación entre las nuevas técni-
Benjamin y centrándonos sólo en el texto aludido y que más fre- cas y el arte, tal vez por la precocidad con que esboza sus reflexio
cuentemente se cita para analizar su posición acerca de la cultura nes y el contexto polémico (lucha antifascista) en que se producen .
de masas, parece indudable que supura, junto con la amarga queja Un ejemplo palmario aparece en su análisis del cine . El siguiente
por la pérdida' de una cultura tradicional y una forma de aproxima- texto muestra bien su concepción ingenua de los procesos de pro
ción aristocrática a la misma, una notoria precipitación en el análi- ducción cultural en un contexto tecnológico nuevo :
sis de determinados procesos y una no menor notoria incompren-
sión de las posibilidades de los medios modernos . En relación con Tras una llamada a la puerta se exige del actor que se estremezca .
el primer aspecto, Benjamin sostiene una visión metafisica del Quizá ese sobresalto no ha salido tal y como se desea . El director
aura, es decir, de la teoría del valor . Nos dice con rotundidad que puede entonces recurrir a la estratagema siguiente : cuando el actor
«del aura no hay copia» . Dicha visión hubiera resultado muy mati- se encuentre ocasionalmente otra vez en el estudio le disparan, sin
zada si, en lógica con las resonancias religiosas de su vocabulario, que él lo sepa, un tiro por la espalda . Se filma . su susto en este instan-
hubiera analizado precisamente el problema del aura en las formas te y se monta luego en la película . Nada pone más drásticamente de
de reproducción de las imágenes milagrosas dentro de diversas bulto que el arte se ha escapado del reino del halo de lo bello, único
religiones . En ellas encontramos culto a las reliquias, estampas, en el que se pensó por largo tiempo que podía alcanzar florecimiento
medallas y escapularios tanto como a los varios «simulacros» o (Benjamin, 1973 : 38) .
imágenes de la misma figura sagrada que pueden existir en una
población . Las gentes reconocen su calidad de copias de un origi-
nal «auténtico» y «verdadero» (es decir, legitimado), pero eso no 3 .3 . LA INDUSTRIA CULTURAL
implica que se hallen desposeídas de potencialidad sacral . Existe
un gradiente de la santidad que determina el valor de dichos obje- El concepto de industria cultural se introduce en un capítulo
tos, pero el análisis sociológico muestra que, pese a la atribución de la Dialéctica de la Ilustración que los propios autores califican de
metafisica que efectúan los actores, son los contextos y los proce- «fragmentario» y cuyo propósito es mostrar «la regresión de la
sos sociales los que construyen y determinan su valor . ilustración a ideología» en el cine y en la radio, porque en ellos el
Por otra parte, Benjamin nos dice que el arte nace con el culto y cálculo del efecto y la técnica de la producción y la difusión se
en él parece hallar su verdadera autenticidad . La constatación his- hallan al servicio de «la fetichización de lo existente y del poder
tórica parece innegable . Más discutible, en cambio, es su valora- que controla la técnica» . El lector meticuloso no encontrará, para
ción . Al parecer, todas las formas artísticas (música, danza, teatro, su desasosiego, ninguna definición del concepto y su uso aquí nada
etc .) han desarrollado sus primeras manifestaciones en el ámbito tiene en común con utilizaciones posteriores de carácter descripti-
cultual . Al respecto, y en concreto en Occidente, después de Nietz- vo y operativo como las de Hirsch (1972) o Griswold (1994) ni con
sche suele evocarse el complejo fenómeno de los cultos dionisíacos una exposición de los modernos condicionamientos con que todo
donde danza, coro, teatro, religión, orgía y poder se amalgaman productor cultural tiene que operar en el presente . Por ello, Eco lo
indisolublemente . Pero desde una perspectiva histórica, es igual- calificó de concepto-fetiche . Lo cierto es que al hablar de industria



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cultural, Adorno y Horkheimer no se refieren sólo a procesos técni- La industria cultural implica tratar la cultura como mercancía .
cos y organizativos de producción cultural, sino también a su El valor de cambio predomina, también aquí, sobre el valor de uso
inserción en unas determinadas relaciones sociales y designa toda i o se transmuta en tal . «Las masas no son primarias sino secunda-
una formación cultural, siendo equivalente en muchas ocasiones rías, son un objeto de cálculo, un apéndice de la maquinaria . El
de «cultura de masas» . Con el mismo se alude tanto a los procesos ¡ consumidor no es el rey, como quiere hacernos creer la industria
de reproducción mecánica y en serie, a la conversión en mercancía cultural, no es su sujeto sino su objeto» (Adorno, citado en Strinati,
y comercialización de los bienes culturales, a su circulación exten- 1995 : 62) . Es decir, que las mercancías producidas por la industria
sa, a la planificación y control de la producción, a la nivelación del cultural se rigen por el principio del beneficio .
gusto, a la reducción al entretenimiento y la evasión, al carácter La industria cultural conforma la audiencia a su antojo, utilizan-
efímero, como a la domesticación de los consumidores (la indus- do mecanismos de persuasión e infantilización, con el propósito
tria cultural «reprime y sofoca») y al dominio económico o político de legitimar la continuidad y dominio del capitalismo . Es, pues, la
de la cultura . La industria cultural se refleja por igual en la utiliza- ideología del capitalismo avanzado . En esta descripción, la audien-
ción de la radio por una publicidad sofocante típica de la sociedad cia aparece interpretada como un público consumidor dependiente,
de mercado que en la instrumentación gobbelsiana para la movili- pasivo y servil, mientras que la publicidad se retrata como «omni-
zación fascista de las masas . En ocasiones se alude a las técnicas potente» . En definitiva, industria cultural es dominación social :
de producción, en otras a las de reproducción y los efectos que
comportan para los mensajes ; en otras, el medio es el mensaje, la La cultura ha contribuido siempre a domar los instintos revolu-
técnica se constituye en la ideología. En realidad, la industria cul- cionarios, así como los bárbaros . La cultura industrializada hace
tural es, en tanto que producción estandarizada, una tecnología ; en algo más . Enseña e inculca la condición necesaria para tolerar la
vida despiadada . . . La vida en el capitalismo tardío es un rito perma-
tanto que procedimiento para la difusión, una mercancía ; y en tan-
nente de iniciación . Cada uno debe demostrar que se identifica sin
to que instrumento de la dominación, una ideología .
residuos con el poder por el que es golpeado (Adorno y Horkheimer,
La industria cultural es una tecnología que permite la reproduc- 1970 : 183-184) .
ción estandarizada, en serie . Y, sin embargo, de acuerdo con la pla-
nificación del sistema se requiere que los productos ofrezcan briz- Tecnología, mercancía e ideología, la industria cultural no es,
nas de singularidad . Existe, pues, un cierto acoplamiento funcional pues, otra cosa que el entramado de instituciones culturales
entre la estandarización y una especie de sucedáneo de individuali- mediante el cual el capitalismo cierra el círculo de la dominación,
dad . La producción estandarizada se traduce en un consumo no reconciliando con el sistema a la clase trabajadora mediante el
menos estandarizado, en una apropiación que embota la capacidad espejismo de la satisfacción consumista de las falsas necesidades .
mental y en un consumo distraído que sirve de compensación y «La música popular o las películas de Hollywood --dice Strinati
reposición de fuerzas para las clases trabajadoras que están ocupa- comentando los pocos textos empíricos que aporta Adorno-
das en una producción no menos estandarizada . Tanto el film disuaden a la gente de resistir al sistema capitalista y de tratar de
sonoro como la radio paralizan las facultades humanas «mediante construir una sociedad alternativa en que los individuos puedan
su misma constitución objetiva», son intrínsecamente negativos : sentirse libres, felices y logrados» (1995 : 69) . La distracción aplaca
toda resistencia y promueve la resignación .
Los nazis sabían que la radio daba forma a su causa, así como la
imprenta se la dio a la Reforma . El carisma metafísico del jefe inven-
tado por la sociología religiosa ha revelado ser al fin, como la simple 3 .4 . LA SEUDOCULTURA
omnipresencia de sus discursos en la radio, una diabólica parodia de
la omnipresencia del espíritu divino . El desmesurado hecho de que el El espíritu de la industria cultural es la seudocultura . Adorno
discurso penetra por doquier sustituye su contenido (Adorno y Hor- acuñará, de forma totalmente consecuente con la argumentación
kheimer, 1970 :191) . crítica de la escuela, el término seudocultura en un texto publicado


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por primera vez en 1959 . La seudocultura comporta seudoforma- rrollan en lo no enteramente domesticado)» . La seudocultura, por
ción y deformación de la sensibilidad y se inculca a través de los contraste, no es pura carencia, sino malformación ; no es ingenua,
medios de comunicación de masas . sino conciencia «enteramente domesticada», y supone, además,
Partiendo de una definición humanista de cultura (ampliación una debilitación de «lo espiritual», que se inculca en el propio pro-
de las facultades humanas, respeto a los clásicos aunque sin sacra- ceso educativo orientado a un saber instrumental y fragmentado
lización, critica a las ediciones de bolsillo porque la difusión masi- (1972 : 155) . La incultura tiene redención ; la seudocultura, no. Éste
va supone alteración del significado, etc .) se distingue entre seudo- es el modelo cultural propio del capitalismo, un resultado de la
cultura e incultura y se contraponen las supuestas virtudes de la lógica del mercado que supone una regresión de las facultades
segunda al carácter nefando de la primera . Desde una perspectiva humanas . La subjetividad social asume fuertes componentes irra-
histórica, aquélla habría venido a sustituir a ésta : la ruptura libera- cionales como consecuencia de la acción cotidiana de la estructura
dora con la tradición y la autoridad, que se produce mediante el simbólica de los mass media . En tanto que sucedáneo de la auténti-
proceso de secularización y supresión del feudalismo, no se ha lle- ca cultura, es información sin formación, difusión simplista y efi-
nado de sentido . Su lugar lo ha ocupado un sustitutivo de imáge- mera, conformismo sin autonomía .
nes y formas mediante la seudoformación, que implica renuncia a
la plena racionalidad, culto a la información per se, fetichización
de los bienes culturales como mercancías, vulgarización del saber 3 .5 . UNA VALORACIÓN CRÍTICA
clásico mediante la difusión . El texto siguiente resulta bastante
ilustrativo de esta concepción histórica y de la consiguiente valora- La presentación que acabamos de hacer de la concepción de la
ción diferencial de la incultura y la seudocultura : cultura de masas de la escuela de Frankfurt puede dar la impresión
de que la consideramos más bien un panfleto, en el sentido más
Pero la contradicción entre formación cultural y sociedad no da noble del término, que una teoría propiamente dicha . Algo (mucho)
como resultado simplemente una incultura al antiguo estilo, la cam- de ello hay . El lenguaje combativo y tonante, los dicterios apodícti-
pesina : hoy son más bien las zonas rurales, focos de seudocultura . El cos abundan junto a una sintaxis retorcida ; la contundencia y fir-
mundo de las ideas preburgués, esencialmente asiduo a la religión meza de la expresión contrastan con la vaguedad conceptual y el
tradicional, se ha quedado allí súbitamente -no en último término rigor argumentativo ; la proliferación sentenciosa va de la mano con
gracias a los medios de masas, la radio y la televisión- y lo arrastra la ausencia de evidencia empírica (¿qué pruebas se aportan de la
el espíritu de la industria cultural . Sin embargo, el a priori del con- regresión infantil de las masas que disfrutan de la música popular?,
cepto de formación propiamente burgués, la autonomía, no ha teni-
¿o de los efectos de la lectura del horóscopo?, ¿o de la degradación
do tiempo alguno de constituirse, y la conciencia pasa directamente ( del pensamiento transmitido en ediciones de bolsillo?) . Pero no por
de una heteronomía a otra : en lugar de la autoridad de la Biblia, se
coloca la del campo de deportes, la televisión y las «historias reales», ello nos sentimos identificados con quienes equiparan su discurso
que se apoya en la pretensión de literalidad y de facticidad de aquen- con el equivalente conservador : los franlcfurtianos al menos no
de la imaginación productiva (Adorno, 1972 : 148-149) . ignoran la relación entre estratificación social y distinción cultural,
no sacralizan la cultura (pese a su tono humanista) y al menos, ver-
La contraposición entre incultura y seudocultura resulta sor- balmente, denostan del elitismo aristocrático . Como puede verse
prendente, ya que se basa en una visión un tanto idílica de la pri- en las palabras conclusivas de cada uno de los textos citados, opo-
mera. Adorno caracteriza a aquélla con los rasgos de heteronomía, nen al sucedáneo y a la dominación que critican y combaten una
ausencia de saber e ingenuidad en la relación con los objetos . Por cultura de la realización de las aspiraciones vitales humanas que
ello mismo, su valoración no es enteramente negativa : la ausencia no suponga atrofiamiento de los sentidos ni subordinación a un
de saber puede ser corregida y la ingenuidad pura y no contamina- orden miserable, y una cultura que habrá de serlo para todos, no
da podría elevarse incluso a conciencia critica, «en virtud de su mediante la nivelación del gusto por lo vulgar y mediocre, sino rea-
potencial de escepticismo, ingenio e ironía (cualidades que se desa- lizando la autonomía y la libertad de cada uno de los individuos .


162 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA LAS TEORÍAS DE LA CULTURA DE MASAS 163

Benjamín acaba su epílogo con una apelación a una política midores aparecen como pasivos, domesticados, incapaces de resis-
cultural universalista : donde el fascismo estetitiza la política, nos tencia . No hay más resistentes en la sociedad ni más autonomía
dice, «el comunismo le contesta con la politización del arte» . Las que la de los confesantes de la teoría crítica . Ciertamente esta atri-
últimas palabras de la Teoría de la pseudocultura de Adorno son : bución de un embotamiento paralizante (una mezcla de impoten-
«La cultura carece de toda otra posibilidad de sobrevivir fuera de la cia/seducción) de los consumidores pudo parecer inequívoca en los
autorreflexión crítica sobre la seudocultura, en la que se ha conver- primeros tiempos de la emergencia de los media, especialmente en
tido necesariamente . » Y, por su parte, Marcuse, concluye : «Tam- el contexto del dominio fascista sobre las conciencias europeas,
bién una cultura no afirmativa tendrá el lastre de la transitoriedad pero resulta menos convincente en los años cincuenta o sesenta,
y de la necesidad : será un baile sobre un volcán, una risa en la tris- cuando en la sociología norteamericana operaban modelos empíri-
teza, un juego con la muerte . En este caso también la reproducción cos de investigación de los efectos sobre las audiencias y cuando
de la vida será una reproducción de la cultura : organización de podía atisbarse que el manejo del medio socializaba en determina-
anhelos no realizados, purificación de instintos no satisfechos» das destrezas o competencias . Las investigaciones de audiencias
(Marcuse, 1970 : 78) . han mostrado que, aunque nunca sean omnipotentes como a veces
Por tanto, no podemos estar de acuerdo con Jenks cuando sos- pretende el marketing, son activas, discriminantes y críticas .
tiene que «la escuela de Frankfurt evoluciona desde una crítica de El determinismo tecnológico ha sido desmontado por Gendron
la estratificación cultural a una justificación de la misma» (Jenks, al mostrar las insuficiencias del análisis de la serialidad industrial :
1993b : 111) . Pero su estilo oscuro y los resultados de sus análisis la estandarización de la producción funcional sigue una lógica dis-
conducen, desde luego, al elitismo, al determinismo tecnológico y tinta que la estandarización de la producción cultural : el uso de
al fatalismo histórico . Se ha argumentado que la peculiaridad del innovaciones tecnológicas en la producción de artefactos funciona-
estilo lingüístico es una forma de resistencia contra la dominación ; les usualmente favorece el proceso de estandarización puesto que
pero, como sostiene Strinati, la bondad del propósito no dispensa a puede incrementar la forma en que las partes de un tipo de coche,
la teoría de someterse a la prueba de su corrección . por ejemplo, pueden ser intercambiadas con las de otro . Sin
El elitismo inconsciente aparece en la consagración del modelo embargo, en los artefactos textuales las innovaciones tecnológicas
decimonónico del intelectual y del artista puros como el canon a pueden diferenciar entre grupos de pop o estilos musicales -por
partir del cual juzgar las formas válidas de consumo cultural, ejemplo, el uso por los Beatles de técnicas experimentales de gra-
tomando dicho modelo como universal y no como producción his- bación- más que homogeneizarlos . Además, artefactos funciona-
tórica . Si Benjamin nos había recordado que el aura del arte tenía les y culturales son objeto de tipos de consumo distintos : repetitivo
un origen religioso, una visión más histórica hubiera mostrado las el primero, innovador el segundo . De ahí la proliferación de géne-
modalidades cambiantes de consumo del arte y la especificidad ros en la cultura popular . En tercer lugar, la estandarización es ina-
burguesa y romántica del arte puro, del artista autónomo y del ceptable desde una perspectiva diacrónica : mientras en los artefac-
consumidor puro . Juzgar toda modalidad de consumo cultural a tos funcionales puede permanecer el mecanismo y cambiar su dise-
partir de una forma histórica muy concreta y tan arbitraria como ño (el mecanismo es el centro y el diseño la epidermis), en los tex-
cualquier otra parece una impropiedad, cuando la industrializa- tos no es posible establecer tal distinción. Pero, además, no hay
ción de la cultura lo que hace es generar una nueva manera de pro- razón para no considerar también la estandarización, desde cierto
ducción, de circulación y de consumo, basada en principios especí- punto de vista, como un proceso positivo, necesario para el desa-
ficos . Pero igualmente impropia es la discriminación injustificada ; rrollo del proceso de comunicación y resultado de las expectativas
entre necesidades falsas y necesidades reales . de la audiencia sobre la organización del deseo (ver Strinati, 1995) .
La renuncia a la investigación empírica conlleva, además, un Finalmente, los textos de la escuela rezuman fatalismo y pesi-
desconocimiento de la forma de operar de las relaciones sociales mismo histórico . De su análisis del poder de la industria cultural se
de consumo, que se traduce en una evacuación de los sujetos reales desprende que no hay lugar para la crítica dentro del sistema y que
y su sustitución por públicos dominados y uniformes . Los consu- el sistema es absolutamente consistente y duradero En relación

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164 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA LAS TEORÍAS DE LA CULTURA DE MASAS 165

con la primera cuestión se plantea una falacia argumentativa : si la coincidencia se daría en tres puntos : 1) en que existe un nuevo
todo es ideología, también la teoría crítica debe ser ideología y modelo cultural, 2) en que la novedad de dicho modelo radica en
entonces no podemos saber qué es ideología y qué no lo es . O bien, su modalidad comunicativa (utiliza los media para difundirse), 3)
la teoría crítica es la única concepción que no es ideología porque que transmite una «ideología dominante» que produce la integra-
procede de algún privilegiado punto de vista y, entonces, ¿cómo ción colectiva mediante la deformación del conocimiento social .
puede justificar que es la única perspectiva liberada del lastre ideo- ; Aunque no se halle explicitado en dicha frase, Muñoz presenta una
lógico? Según Docker, lo que sucede es que los miembros de la Í cuarta conclusión a lo largo del texto : 4) la transmisión de la ideo-
escuela se hallaban influidos por las posiciones del modernismo ¡ logía dominante logra la dominación, es efectiva . Por tanto, la
literario acerca del poder de la cultura en el mundo moderno y, por ( seudocultura es el resultado de la interrelación capitalismo-mass-
ello, consideraban que la opresión dependía más de la cultura que i media y conocimiento. El carácter monopolista de los medios hace
de las condiciones sociales (Docker, 1994) . Pero como Abercrombie que prevalezcan los criterios comerciales sobre los educativos y
et al. (1987), Turner (1991) y K . Thompson (1986) han mostrado, humanos y que la transmisión cultural se confunda con la publici_,
no es necesario recurrir a la tesis de la ideología dominante para dad y la propaganda .
explicar la integración y el orden social . Y, como puede inferirse a El libro no se ocupa del análisis concreto de los contenidos de la
partir de los múltiples datos aportados por la historia social y la ideología dominante ni aporta ninguna investigación empírica
sociología histórica, la historia del capitalismo es más compleja acerca de su modus operandi o de los procesos de producción, difu-
que la resultante de esta visión sobreintegradora, basada en la sión y apropiación . Su objetivo es más bien enfatizar la centralidad
omnipotencia de unos media que son, por otra parte, incapaces de de los media en el nuevo modelo (seudo)cultural y su capacidad
predecir cuál será el próximo éxito en el hit-parade o el próximo para desplazar y erradicar cualquier otro modelo precedente o
best-seller . alternativo : los media son una tecnología controlada por el capita-
lismo cuya función consiste en introyectar una conciencia mitoló-
gica y deformada por el prejuicio, donde el culto al héroe reemplace
4 . Seudocultura y anticultura : el imperialismo cultural ce el conocimiento de la realidad y la sublimación de sus miserias ;
los media proporcionan roles e identidad y, sin violencia física,
Recientemente ha retomado Blanca Muñoz la teoría frankfur- crean conformidad, de manera que legitiman simbólicamente la
tiana de la seudocultura en un libro que lleva precisamente por estructura productiva y reproductiva de la sociedad postindustrial ;
subtítulo «Estudios de sociología de la cultura y de la comunica- operan mediante los conocimientos eficaces que les proporcionan
ción de masas» . En la primera parte se efectúa un repaso a un los desarrollos más recientes de la psicología social (el conductis-
extenso repertorio de teorías y autores, que se inicia con la sociolo- mo aplicado a la propaganda y la publicidad) ; sus efectos directos
gía funcionalista norteamericana y concluye con el análisis del dis- son el desencadenamiento de conductas irracionales y primitivas ;
curso de Van Dikj después de haber pasado por Benjamin, Haber- sus efectos indirectos, la marginación de la cultura humanista clá-
mas, Offe, Jameson, Bourdieu, la escuela de Tartú y A . Moles . La sica, la destrucción de las tradiciones locales auténticas y la con-
segunda parte está dedicada al esbozo o a la plasmación de su con- versión en obsoletas e irrelevantes de las formas básicas de sociali-
tribución para una «Teoría unificada de la ideología» o una «Ma- zación (la familia y la escuela) . Paradójicamente, la sofisticación
crosociología semiológica culturalista» . El punto de partida para técnica (la racionalidad instrumental) produce mitologías y se
ello se lo proporciona la conclusión a la que llega Muñoz tras dicho halla al servicio de la irracionalidad y la barbarie . La seudocultura,
repaso : «Todas las perspectivas de investigación que han sido pues, es esa orientación valorativa predominante, una «burbuja
expuestas en la primera parte de nuestro estudio coinciden en que cada vez más cerrada y sin fisuras», fruto de la dominación, que
se puede hablar de un nuevo modelo cultural de carácter comuni- opera como «mecanismo básico de la legitimación de un modelo
cativo en el que se transmite una "ideología dominante"» (1995 : de cosmovisión colectivo del que se derivan gran parte de los siste-
285) . En realidad, si analizamos dicha sentencia en su tenor literal, mas de creencias, los códigos de conducta, los símbolos y significa-


166 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA LAS TEORÍAS DE LA CULTURA DE MASAS 167

dos sociales, e incluso el mantenimiento y renovación de prejuicios ca es, pues, fruto de una acción sobre el nivel de lo inconsciente,
y estereotipos compatibles con los ajustes y reajustes del sistema mediante la creación de esquemas u horizontes de intemporalidad
económico y político» (1995 : 317) . Muestras de la acción de este ficticia donde impera la sumisión al statu quo y mediante la pre-
mecanismo cultural son la xenofobia, el sexismo, el renacer del sentación de ciertos prototipos heroicos .
nazismo y el fascismo, pero especialmente aparece en la neutrali-
zación de toda racionalidad crítico-causal y la planificación de la El culto al héroe antihumano, del personaje individualista y anti-
«ignorancia dirigida» . La sociedad deviene un laboratorio conduc- solidario se convierte en la monserga de la gran mayoría de produc-
tista que recuerda «las idas y venidas de las jaulas de los primates tos comunicativos de la industria cultural. Lo cotidiano se vuelve
irreal y lo irreal cotidiano. El combate a muerte con los «otros» se
de los enormes zoológicos de los parques de atracciones canaliza-
enmascara bajo la apariencia de amenaza universal y metafísica . La
dores del ocio postíndustrial» (1995 : 204) .
conducta destructiva se trata de presentar como comportamiento
Dos aspectos de la argumentación de Muñoz creemos que
ejemplar y el desprecio a los débiles -mujeres, negros, margina- margina-
merecen destacarse especialmente : la relación entre medios y edu- dos- aparece como el mejor ejemplo de la institucionalización de la
cación y la creación de modernas mitologías . irracionalidad . . . James Bond, el vaquero del salvaje Oeste, Tarzán, el
Los media han transformado el papel del sistema educativo . policía heterodoxo, etc ., representan paradigmas inequívocos de
Ésta es una tesis en la que están de acuerdo teóricos de signo muy unas relaciones sociales viciadas por postulados ideológicos destruc-
diverso . Lo peculiar de Muñoz es considerar esta situación como tivos . La paradoja comunicativa no se hace esperar : el receptor es
intrínsecamente negativa, mientras que Willis (1990), del que sumido en la más absoluta de las pasividades a medida que más activo
hablaremos en el próximo capítulo, la considera positiva : En las se muestra el héroe [énfasis nuestro] . El mito escinde el pensamiento
sociedades postindustriales contemporáneas -nos dice Muñoz-, de la acción, la consciencia de la inconsciencia, el proyecto de la rea-
lízación. . . La conducta entonces es condicionada por los hábitos psi-
el individuo joven no trata tanto de adaptarse a las normas de su
cológicos introducidos explícitamente por la estructura de poder .
grupo cuanto de integrarse en un engranaje supranacional cuyo
Esto, de por sí, da lugar al dominio de los significados primarios ; las
portavoz son los medíos de comunicación de masas . En ese contex- eficaces señales de aviso, orden, de peligro, de localización del ali-
to, la educación racional posee cada vez una función más margi- mento, de celo, etc ., conforman la vida diaria y autodirigen el com-
nal . Los niños y jóvenes no aprenden hoy de sus familias y de sus portamiento hacia zonas de subhumanidad (Muñoz, 1995: 252) .
escuelas sino el condicionamiento elaborado por un grupo extraño
y transnacional . «Psíquicamente tal condicionamiento se realiza a La sociedad tecnificada regresa a una mentalidad arcaica, mito-
través de la superposición de un código simbólico interpretativo lógica, que ciega su capacidad racional de comprensión del mundo
diferente del de su comunidad» (1995 : 222-223) . La eficacia de en el que vive el ser humano moderno . Dar gato por liebre, propa-
dicho código transnacional radica en su carácter engañosamente ganda por arte, ésta es su esencia.
seductor: el niño encontrará más gratificante el conjunto de pro- En conexión bastante directa con la teoría de la cultura de
puestas simbólicas y de significados puestos en circulación por los masas y de la seudocultura se halla la tesis de la americanización,
mass media que aquellas que emanan de su ámbito de relaciones de la occidentalización o, más genéricamente, del imperialismo
interpersonales que, por contraste, aparecen como arcaicas . cultural . Tal vez la única diferencia significativa y explícita entre
Por otra parte, la seducción mediática se funda en la creación ellas radique en que la primera se ha centrado en estudiar los efec-
de mitologías . Ésta es una de las funciones principales de la comu- tos de los media en los públicos de las sociedades desarrolladas y
nicación contemporánea de masas : «La transmisión de unos valo- de la abundancia, mientras que la segunda ha focalizado su interés
res ideológicos introyectados en los individuos día tras día, y que en los efectos globalizadores de la industria cultural . Ésta postula
determina su visión general del estado de cosas que le rodean» la existencia de un vínculo estrecho entre la dependencia económi-
(1995 : 250) . Para ello se aplican a la publicidad y la propaganda los ca que generan las grandes compañías occidentales (principalmen-
hallazgos técnicos de la psicología social, conformando encubierta- te norteamericanas), apoyadas, por otra parte, por sus respectivos
mente la conciencia colectiva . La creación de una conciencia míti- Estados y aparatos militares, y la destrucción de las culturas tradi-





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168 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA
LAS TEORÍAS DE LA CULTURA DE MASAS 169
cionales en el resto del mundo, siendo reemplazadas por los valo-
como tal no es un fenómeno nuevo, pero sí el etnocidio y la difu-
res consumistas occidentales . Modernización, en ese sentido, es
sión de la anti-cultura . En todos los casos históricos precedentes de
occidentalización o americanización . Según Schiller (1969), tras la
contacto intercultural desigual (por ejemplo, entre griegos y roma-
segunda guerra mundial, E E .UU . s e implanta como la principal
nos, japoneses y chinos, musulmanes y cristianos) la deculturación
potencia hegemónica internacional. Este nuevo imperio se susten-
impuesta por los dominadores fue seguida de un proceso de acul-
ta en dos factores : la fuerza económica y la fuerza de sus medios de
es decir, que a la dramática pérdida de la cultura original
comunicación . . Su análisis se centra en el segundo aspecto : la
siguió un proceso de adquisición de una nueva cultura, de manera
implantación del modelo americano conlleva una «invasion elec-
que nunca se produjo una situación de pérdida radical de la identi-
trónica» que destruye las tradiciones locales de los países menos
dad colectiva . La occidentalización, sin embargo, comporta el
desarrollados o las sepulta bajo la avalancha de productos (progra-
vacío, la pérdida de significado y la negación de razones y valores
mas de TV, películas) que proceden de la industria cultural ameri-
para vivir «La promesa de Occidente -riqueza y fraternidad- se
cana . Estos productos difunden la ideología consumista, puesto
torna realmente en indigencia, desarraigo y abandono, y no de for-
que no son más que la publicidad encubierta de las grandes empre-
ma temporal, sino a un nivel cada vez más grande y de forma per-
sas que esponsorizan los programas, someten la imaginación y
manente» (1996 : 69) .
crean pasividad.
En este sentido, Latouche considera que la universalidad occi-
Entre los autores que en los últimos años se han ocupado de
dental es negativa, reduce al Tercer Mundo a un estado de abyecta
esta problemática defendiendo posiciones más o menos próximas a
pobreza y le condena a la anticultura, a la ausencia de respuestas
las tesis de Schiller pueden citarse : Latouche (1989 y 1991), Mon-
activas al problema del significado de la existencia . Sin embargo,
cada (1994 y 1995), Kuisel (1994), Nederveen (1994), Docker (1994),
su planteamiento no es absolutamente pesimista. La segunda parte
Thompson (1995) y Verdú (1996) .
del libro está dedicada al análisis del fracaso de la occidentaliza-
Latouche en L'occidentalisation du monde sostiene que la globa-
ción (del desarrollo económico y del modelo del Estado-nación) y a
lización consiste en un proceso de uniformación mundial occiden-
la aparición de movimientos de resistencia . Fracasos y resistencias
talista, hallando la esencia de Occidente en el universalismo negati- son detectables en el auge de la economía informal, en la prolifera-
vo del desarrollo y el progreso científico-técnico . Occidente -nos
ción de sincretismos, de movimientos que ofrecen identidad (fun-
dice- es hoy, no un territorio, ni siquiera un sistema de creencias o
damentalismos) y ética de solidaridad (en las periferias de las gran-
una entidad económica, sino una megamáquina anónima, imperso-
des ciudades del Sur) . Por tanto, aunque en el mundo existe un
nal, desterritorializada y desarraigada de sus orígenes históricos,
único modelo social, cultural y económico, éste se halla en crisis, y
sin rostro, que pone a la humanidad a su servicio y que, como una
en ello ve Latouche una fuente de esperanza.
apisonadora, mediante la industrialización, la urbanización y el
nacionalitarismo destruye y pulveriza todas la culturas creando una
uniformidad consumista e individualista . Occidente es un modelo 5 . La critica a los apocalípticos
universal en su capacidad de expansión y reproducti-
ble fuera de su nicho originario (el capital es transhistórico), basa-
Los marcos interpretativos que acabamos de presentar carecen
do en la lógica del desarrollo y atrapado en la paradoja de que éste
de un recurso sistemático a la evidencia empírica, cuando aquí
no es univers ali zable más que en su capacidad destructiva . radica la prueba del fuego, el experimentum crucis, de cualquier
La implantación e imitación de este modelo y la invasión cultu-
concepción científica . La adscripción al paradigma crítico no dis-
ral mediática producen una destrucción de las culturas preexisten-
pena de esta fuente de corroboración, si acaso hace más difícil,
tes que no tiene precedentes históricos . Para comprender la tesis
pertinente necesaria su utilización . Pues bien, basta una aprecia-
de Latouche hay que tener en cuenta que para él la cultura es el
ción impresionista del uso de los media en la sociedad actual para,
conjunto de respuestas que un grupo humano da a los problemas
al menos, dejar en suspenso metodológicamente cualquier afirma-
de su existencia social . En este sentido, el imperialismo cultural
ción lapidaria acerca de sus efectos : recordemos la convulsión



170 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA LAS TEORÍAS DE LA CULTURA DE MASAS 171

social que produjo la transmisión de un apaleamiento brutal por conjunto de la sociedad . No sólo porque degrada la civilización al
parte de la policía de Los Ángeles a un hombre de color, la eficacia reducir el nivel y la calidad de sus universos simbólicos, sino por-
con que los zapatistas utilizaron y utilizan los medios de comuni- que facilita el totalitarismo al crear audiencias pasivas, incapaces
cación para obtener apoyo internacional hacia su causa, la derrota de reaccionar positivamente ante la dominación seductora de la
de Berlusconi en las pasadas elecciones italianas pese al control publicidad y el entretenimiento .
omnímodo de la industria massmediática, el desafío de las masas La causa de todo ello radica en la sumisión de la cultura al inte-
en la calle a Slodoban Milosevic, y, de forma más general, el papel rés económico, en la conversión de las actividades creativas y espi-
que los nuevos movimientos sociales otorgan a los medios de rituales en actividades instrumentales, meros negocios de las gran-
comunicación a la vez como forma de difusión de su identidad y des compañías del entretenimiento y al servicio de la difusión de
como instrumento de presión (el pequeño David de Greenpeace los valores consumistas de la sociedad capitalista .
luchando en Mururoa contra el empecinamiento del gigantesco Contra estas tesis, los críticos han argumentado que la cultura
aparato militar del gobierno francés) . Al aducir estos ejemplos, no de masas no tiene que entenderse primordialmente como típica de
queremos apostar por la posición contraria de los «integrados», un régimen capitalista sino de una sociedad moderna que, obvia-
sino mostrar la complejidad de un problema (los efectos sociales), mente, es industrial en su forma de producir todo ; que es capitalis-
que abordaremos en el siguiente capítulo . Pero, antes de entrar en ta, en sus relaciones de propiedad; que es de masas, en su forma de
ella resultará útil hacer una breve recapitulación de los efectos que consumir. La cultura de masas no ha usurpado el papel y la posi-
se han atribuido a la cultura de masas, así como de las causas que los ción de una supuesta cultura superior, sino que ha difundido las
explican, para establecer de forma sistemática las insuficiencias de formas simbólicas entre grandes multitudes que antes no tenían
dicha teoría . Sintetizaremos de forma global ideas que pueden ras- acceso al beneficio de la cultura . En ese sentido, hay que añadir
trearse en Bell, Shils (1975), Gans (1974), Giner o Eco (1965) o más que una homogeneización del gusto no tiene por qué ser en principio
recientemente en Jenks (1993b), Docker (1994) o Strinati (1995) . negativa (puede eliminar tribalismos y prejuicios) ; que el entreteni-
Los principales efectos que sus críticos atribuyen a la cultura de miento no es un fenómeno moderno (desde que existe el mundo las
masas pueden recapitularse en los cuatro aspectos siguientes : turbas han amado el circo) ; que no es cierto que los contenidos de
los medios de comunicación sean intrínsecamente conservadores
1 . La cultura de masas pervierte la lógica de la creación . Y ello (introducen nuevos esquemas perceptivos, estilos, etc .) ; y que al
por dos razones : en tanto que técnica y en tanto que negocio . criticar el exceso de información, parece que se desconfía de la
O dicho, con el clásico lenguaje marxista, tanto desde la perspecti- capacidad de las audiencias para producir calidad a partir de la
va de las fuerzas productivas como de las relaciones de produc- cantidad . Ciertamente, los «integrados» suelen ignorar las cone-
ción . La reproductibilidad técnica que elimina la singularidad y el xiones entre los contenidos y la propiedad de los medios, entre la
aura está al servicio de una concepción de la cultura desde la cultura, el mercado y el poder ; ignoran que la cultura de masas es
estricta racionalidad instrumental del beneficio . La mercantiliza- producida por grupos que concentran poder económico con el fin
ción produce una perversión de la creación y de la fruición . de obtener beneficios y confunden la difusión con la bondad del
2 . La cultura de masas degrada la alta cultura, porque elimina producto . Pero esto sólo significa que la cultura en la modernidad
los cánones y criterios de valor, borra o diluye las fronteras entre es un hecho industrial y que como tal experimenta muchos de los
unas formas o prácticas simbólicas y otras y seduce a los potencia- condicionamientos típicos de cualquier actividad industrial (Eco,
les creadores decantándolos hacia un mercado más amplio y eco- 1988 : 53) .
nómicamente más gratificante . En la teoría de la cultura de masas aparece una confusión y
3 . La cultura de masas degrada el gusto de las audiencias, a amalgama de procesos y una extrapolación de efectos a partir de
las que complace con gratificaciones espúreas y emociones perju- impresiones basadas en observaciones incipientes y precarias . Pero
diciales (por ejemplo, el cultivo de la violencia) . más que confundir (identificar el medio con el mensaje, la tecnolo-
4 . En consecuencia, tiene también efectos negativos sobre el gía con su forma de propiedad, la difusión con la perversión del




172 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA LAS TEORÍAS DE LA CULTURA DE MASAS 173

producto o del gusto del público, etc .), lo que hay que hacer es dife- versalidad de su arbitraria práctica de la distinción . Por ello, el eli-
renciar : las novedades formales introducidas por los media en los tismo implica una incapacidad para comprender los condiciona-
procesos de producción, transmisión y apropiación; la circulación mientos sociales del gusto estético, que entre otras cosas, le lleva a
de las formas culturales entre niveles sociales, sus modalidades y ignorar la heterogeneidad de la cultura de masas, sus tensiones y
efectos ; las transformaciones de los criterios de valor de los bienes contradicciones internas, así como su capacidad crítica . Un enfo-
culturales ; las relaciones sociales de consumo y apropiación de las que dotado de una adecuada base sociológica deberá abordar el
formas simbólicas ; los distintos tipos de efectos ; la instrumentali- análisis de los procesos de formación de la competencia cultural
zación económica y política de los media, sus modalidades y conse- (por ejemplo, la capacidad de lectura tanto como la capacidad de
cuencias . interpretar un cuadro) y deberá ser capaz de discriminar la hetero-
Para cerrar esta evaluación subrayaremos las cinco críticas más geneidad de posiciones en el campo del consumo cultural como
reiteradas y significativas que se han dirigido a los teóricos de la expresión de las posibilidades que instaura la heterogeneidad de
cultura de masas : teoría esencialista del valor, elitismo y aristocra- posiciones en la estructura social . En algunos autores, especial-
tismo social, visión mítica de la historia, incomprensión del carác- mente en los conservadores, la crítica a la cultura de masas conlle-
ter hermenéutico de la recepción, incomprensión de la compleja va una repulsa hacia sus efectos igualitarios, a su destrucción de
relación entre producción y apropiación, visión estática de la re- las antiguas jerarquías y, por tanto, se traduce en una ideología
cepción . explícitamente antidemocrática . En la supuesta vulgarización de la
alta cultura observan un síntoma desagradable del acceso de las
1 . Teoría esencialista del valor : la obra de arte contiene en sí masas al poder y al disfrute de recursos históricamente reservados .
misma los criterios intrínsecos de su valoración . La música clásica 3 . Visión mítica de la historia : la teoría de la cultura de masas,
es buena con independencia de su uso (Las Walkirias y los campos al igual que su paralelo histórico, el folclorismo, tiene una visión
de napalm), la música popular es detestable y degradante igual- idealizada y romántica del pasado (recordemos que hasta la incul-
mente por principio (la perspectiva histórica nos permite observar, tura es más positiva para Adorno que una cultura escolar moderna
sin embargo, las valoraciones cambiantes del jazz, desde los juicios que no logra situarse al noble nivel de la teoría crítica) . En ella sub-
sumarios de Adorno hasta la apreciación que las elites le tributan yace la imagen de una comunidad integrada, basada en relaciones
en la actualidad) . La utilización de criterios como autenticidad, personales, donde la alta cultura puede brillar y la incultura de las
originalidad, unicidad, más que definir cualidades intrínsecas como clases bajas se mantiene en su frescura prístina e incontaminada a
parecen pretender, constituye un despliegue de estrategias de legiti- la espera de redención . Esta visión idílica del pasado, de la que son
mación social basadas en la imposición de ciertos valores . portadores determinados grupos sociales, forzosamente ha de
2 . Elitismo y aristocratismo : podemos hablar de elitismo en ponerse en conexión con la deslegitimación que para su posición
un doble sentido : a) estético, porque valora la cultura de masas supone la difusión de la cultura de los medios de comunicación de
como degradación del gusto, y b) político, porque a través de las masas . En el caso concreto de los intelectuales, portaestandartes
invectivas contra la cultura de masas se expresa una ideología anti- tradicionales de la alta cultura, educadores y árbitros del buen gus-
democrática . La consideración de la cultura de masas como una to, supondría un vaciamiento del sentido y función de sus roles tra-
degradación o vulgarización se establece a partir del patrón de la dicionales (Chaney, Strinati) . Esto explica su peculiar ceguera :
alta cultura que sostiene que existen criterios universales e ínter- registraron el nacimiento de una nueva cultura, pero fueron inca-
nos en los propios objetos artísticos a partir de los cuales se efec- paces de describirla adecuadamente y mucho menos de explicarla.
túan las comparaciones y juicios . Es propio de las elites tomar sus Como dice Eco, el error de los apocalípticos-aristocráticos consis-
juicios estéticos, y sus prácticas culturales, como los únicos natura- tió en pensar que la cultura de masas era radicalmente mala (fue
condenada en bloque) precisamente porque era un hecho indus-
les, válidos y legítimos . Pero, como muestra Bourdieu, el juicio del
trial y que, en las modernas circunstancias, era posible producir
gusto está formado socialmente . Las posiciones elitistas basadas en
un esencialismo cultural tienen como propósito legitimar la uní- cultura que se sustrajese a tales condicionamientos . La actitud


174 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA LAS TEORÍAS DE LA CULTURA DE MASAS 175

correcta para el productor cultural moderno debe partir, más bien, todo del tipo de socialización experimentada del medio : quienes
del reconocimiento realista de que los media son ineliminables y han accedido a la televisión en edad madura no se relacionan con
que la mediazation es un proceso básico de la modernidad, y apren- ella ni la valoran de la misma manera que quienes han convivido
der a operar con ellos . Por su parte, el sociólogo de la cultura, antes con la televisión desde que sus sentidos comenzaron a percatarse
de ejercer una crítica precipitada, deberá conocer con precisión del mundo circundante . Por tanto, cada vez más, el análisis del sig-
sus modalidades de operación, las transformaciones que han pro- nificado de las formas simbólicas en condiciones de modernidad
ducido, sus funciones, efectos y significado . avanzada nos lleva ineludiblemente hacia el estudio de la audien-
4 . Incomprensión del carácter hermenéutico de la recepción : cia, sus condiciones, contextos y modalidades de recepción .
la apropiación de los objetos culturales es un proceso esencial-
mente interpretativo durante el cual los actores utilizan sus recur- Finalmente, y en relacion con las tesis del imperialismo cultural
sos de todo tipo (capital económico, capital político, capital reía- conviene recordar que los procesos de globalización cultural son
cional y, por supuesto, capital simbólico) con el objeto de encon- incipientes, heterogéneos y se hallan en rápido proceso de transfor-
trar sentido a dichos productos y establecer su vinculación con mación como consecuencia de los cambios tecnológicos que la
ellos . Las audiencias no son cajas vacías a la espera de ser llenadas hacen posible . La evaluación de las consecuencias de dicha global¡-
con cualquier contenido . Tienen historias, biografías, competen- zación se halla sometida a notables discrepancias, como puede ver-
cias culturales, relaciones sociales, y todo ello interviene conscien- se en la obra de Thompson, Luhman, Beyer, Hannerz, Feathersto-
te o inconscientemente en el proceso de interpretación . ne, Axford y otros . La interdependencia supone conectar culturas
5 . Incomprensión de la relación compleja entre producción y que se encontraban aisladas y relativizarlas, destrucción pero tam-
apropiación . Thompson (1995) ha formulado esta crítica con nota- bién creación de culturas cosmopolitas : la ecumene global de que
ble claridad : mientras en condiciones de modernidad avanzada la habla Hannerz o las terceras culturas de Featherstone, es decir, cultu-
difusión de una forma simbólica es global, su apropiación es local . ras no configuradas por el territorio, constituidas por agencias de
O como dice Nederveen (1994), la producción puede ser global, comunicación desespacializadas, redes de especialistas, elites em-
pero los mercados de los productos globales están diferenciados . presariales y organizacionales, asociaciones trasnacionales, ONGs .
La recepción es intrínsecamente local en el sentido de que es resul- Pero a su vez, la homogeneización y relativización producida por la
tado de la acción de individuos específicos que se hallan situados interconexión genera movimientos de resistencia y revitalización
en contextos sociohistóricos singulares y que utilizan los recursos a de las tradiciones . Las culturas globales homogéneas se indigeni-
su alcance para producir sentido y apropiárselo o incorporarlo en zan y las formas modernas necesitan legitimarse en algún pasado
sus vidas . En dicho proceso de apropiación ocurre inevitablemente floreciente . La globalización cultural es ambivalente y se halla
una transformación . En este sentido es en el que Griswold sostiene repleta de tensiones . Fundamentalismo y ecumenismo, cosmopoli-
que no hay contenidos transculturales estables de las formas sim- tismo y etnonacionalismos varios, consumismo e indigenismo son
bólicas . algunos de los polos en tensión . No hay relaciones unidirecciona-
6 . Todo ello refleja una visión estática de la recepción, de ma- les, sino más bien reciprocidad, hibridismo, conflicto . Como afir-
nera que nos hallaríamos ante unos media y unas industrias cultu- ma Waters, una cultura globalizada es hoy por hoy más caótica que
rales plenamente desarrolladas y estabilizadas que se dirigen o son ordenada (1996 : 125-126) .
utilizadas por unas audiencias uniforme y establemente socializa-
das en el uso de dichos medios . Sin embargo, la introducción de la
dimensión histórica, como hace Callejo (1995) en su estudio de las
audiencias de la televisión en España, nos muestra que los media se
hallan en un proceso de constante evolución y que existen distintos
tipos de relación con ellos que varían en función de la clase social,
el género, y otra serie de variables básicas, pero también y sobre
CAPÍTULO 5
LAS AUDIENCIAS ACTIVAS

Ver la televisión es, seguramente, la tercera actividad a la que


más tiempo dedicamos por término medio al día . Por otra parte, es
una actividad que nos acompaña desde la cuna a la tumba. Obvia-
mente, la cantidad de tiempo dedicado varía con el sexo, la edad, la
clase social y la actividad profesional, pero aun con todo, constitu-
ye un hecho mayor al que nadie puede sustraerse en las sociedades
contemporáneas. Por ello mismo no es de extrañar que las investi-
gaciones acerca de la cultura en la sociedad de los medios de
comunicación de masas y especialmente los estudios sobre consu-
mo cultural hayan tendido a centrarse en el consumo televisivo .
Éste es el motivo principal por el que en esta segunda parte dedica-
remos mayor espacio a la televisión .
Más allá de las simples mediciones de audiencias, por las que
como es lógico se hallan muy interesadas las casas de publicidad y
i las empresas propietarias de los media, el tema que ha concitado la
atención de los estudiosos ha sido el de los efectos cognitivos .
Negar que tenga efectos una actividad de tal magnitud sería una
torpeza no disculpable . De la misma manera, es una obviedad que
los media forman parte en gran medida, tras la ola privatizadora y
desreguladora, de conglomerados y grupos económico-políticos
que tienen puestos sus correspondientes intereses en ellos . Sin
embargo, no podemos atribuir efectos a priori, denostar el consu-
mo de las clases populares, subsumir todas las modalidades de
efectos en una sola (parece crucial distinguir entre el corto plazo y
el largo plazo), considerar que su distribución es uniforme en el
conjunto social y negar un rol activo a las audiencias . En este capí-
tulo nos vamos a ocupar de aquellas corrientes que han abordado
estas cuestiones con el propósito de superar el determinismo burdo




178 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA LAS AUDIENCIAS ACTIVAS 179

y los defectos básicos de la teoría de la cultura de masas . Desde los Dado el grado de desarrollo e implantación de los media en la
años treinta se ha producido tal cúmulo de investigación y teoriza- sociedad norteamericana, sería su sociología la que iba a desarro-
ción que resulta prácticamente imposible abarcarla con cierto llar una metodología más potente y un aparato conceptual más
rigor. Por ello, en primer lugar expondremos una visión sintética complejo . Si la tradición frankfurtiana se caracterizó por el énfasis
de las principales corrientes que a nuestro juicio han tratado la teórico y la pose pesimista, la sociología norteamericana puede
problemática de los media y la cultura (distinguiremos, aunque sea caracterizarse, por contraposición, como empírica y optimista ;
de forma muy básica entre la sociopsicología aplicada, la semióti- mientras la primera rastreó la relación entre formación cultural y
ca y las perspectivas críticas) y, después, nos centraremos en algu- universo social, ésta se centró en el impacto sobre las audiencias,
nas obras de la corriente conocida como Cultural Studies que pre- relegando cualquier otro análisis de las funciones sociales de los
senta el perfil más renovador y una visión más compleja y pon- nuevos medios de comunicación . Una contraposición clarificadora
derada . En ella, la creatividad no se afirma frente a la determina- de ambos enfoques puede hallarse en Merton (1964 : 437-522) que,
ción, sino que ambas tratan de integrarse dialécticamente, y, por entre otras, distingue diferencias de foco (conocimiento/opinión),
otro lado, se aborda el problema de la dominación como una cues- de sujetos (minoría/masas) y de lenguaje (conocimiento/informa-
tión empírica . ción) .
Aunque hablar de modelo norteamericano puede resultar sim-
plificador, por contraste con el europeo de los frankfurtianos y
1 . Los estúdios .empíricos dada la persistencia en la sociología y psicología social de EE .UU .
sobre los efectos de los media de ciertos rasgos básicos (empirismo, psicologismo, funcionalis-
mo, optimismo), la etiqueta puede ser útil en nuestra exposición .
Existe ya una amplia bibliografía destinada a exponer las dis- El paradigma fue formulado y desarrollado por Laswell, La-
tintas corrientes que han analizado desde los años treinta los efec- zarsfeld y Merton . Se trata de un modelo funcionalista y conduc-
tos de los media sobre las audiencias . Entre los pioneros suele lista que no sólo practica el análisis de contenido sino también el
citarse el estudio de Herbert Blumer sobre Cine y conducta (1933) . de reacción a los mensajes . Evoluciona en una sociedad donde
Por aquellas fechas formulaba también Laswell su paradigma analí- existe una poderosa demanda de investigación empírica : tanto des-
tico : de el ámbito privado (conocimiento del mercado por parte de las
empresas publicitarias, fundaciones), como del público (contien-
da política, administración) . La investigación tiene, por tanto, un
fuerte componente empírico y utiliza principalmente como fuente
para la obtención de datos la encuesta de opinión . Entiende la
«Una forma apropiada para describir un acto de comunicación como un acto de captación de un receptor por parte
comunicación es responder a las siguientes preguntas : de un emisor mediante estímulos motivacionales y de incentiva-
ción social . Se centra en el estudio del contenido manifiesto de los
¿quién
dice qué procesos comunicativos, en el estudio de los efectos para controlar-
a través de qué canal los o manipularlos. El marco teórico está impregnado de Psicolo-
a quién gismo, individualismo y funcionalismo : investiga los mecanismos
con qué efecto? motivacionales y persuasivos, la unidad de análisis es el individuo
El estudio científico del proceso comunicativo tiende a Y busca la armonía e integración .
concentrarse algunos de estos puntos no es de recibo simplificar el alcance de este tipo de estu-
n os8 -dios, porque dentro del paradigma se produce una maduración y
una ramificación evolutiva constante : de los efectos se pasa al estu-
dio de los usos y gratificaciones y de éstos a la problemática del


i
180 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA
LAS AUDIENCIAS ACTIVAS 181
cultivo . Exposiciones detalladas de estas corrientes pueden verse, dimension : el televidente es reducido a un abanico de necesidades
por ejemplo, en Roda (1989) o Wolf (1987) . Dado nuestro propósito y el mensaje a un conjunto de gratificaciones . Sólo tenemos, en
argumentativo, expondremos, ante todo, las insuficiencias que van consecuencia, una posibilidad de contestar qué es el mensaje : gra-
a ir detectándose en el desarrollo de estos paradigmas, tal y como tificación . Las dificultades para esta corriente proceden de su acu-
las presenta Lewis, para dar paso al análisis de los modelos más sado psicologismo, porque es difícil avanzar más en esta cuestión
recientes . Según este autor, aunque ya contamos con 40 años de sin introducir algunos de los principios de la semiología .
investigación sobre el tema, la evidencia sigue siendo poco conclu- Otros críticos han señalado, sobre todo, las conexiones políticas
yente. El problema radica tanto en la formulación particular de la y económicas de este paradigma . El estudio de la lógica de los pro-
cuestión crucial -¿qué efectos produce la TV sobre la gente que cesos de persuasión, de la interacción entre actitudes, conducta
la ve?- como en los medios utilizados para contestarla . Podemos colectiva y medios de masas permite diseñar estrategias de influen-
identificar seis dificultades principales : 1) El efecto de ver la televi- cia tanto de mercado como de propaganda política . En resumidas
sión no se manifiesta necesariamente en nuestro comportamiento ; cuentas, se viene a decir que la investigación de comunicación de
2) el significado de ver la televisión es enigmático, puede tener masas no es más que un instrumento de la manipulación de los
efectos que no hemos calculado en nuestro rango de previsiones y gustos del consumidor al servicio del mercado y de la dominación
esto no significa que no tenga efectos ; 3) vivimos en entornos que política y que el resultado es la creación de una seudocultura . Pero
no son controlables de la misma forma que' las condiciones de no nos parece adecuado despachar esta corriente, como frecuente-
laboratorio ; 4) existe una tendencia a tratar a los televidentes como mente se hace, por sus implicaciones políticas conservadoras . Sus
vasos vacíos o esponjas, que absorben pasivamente los significados procedimientos de operacionalización de la investigación y los
preconstruidos de los mensajes de la televisión ; 5) existe un reper- focos de atención han arrojado abundantes aportaciones que deben
torio amplísimo de variables intervinientes ; 6) hay efectos a muy integrarse en otro enfoque más global y con una teoría mejor.
largo plazo : comenzamos a ver la television en la infancia y ya no
nos abandona . Y, en consecuencia, si los efectos de la televisión son
difusos y a largo término, ¿cómo podemos medirlos con estudios a 2. La economía política y la semiótica de los media
corto plazo? (1991 : 8-11) .
Si el enfoque centrado en los efectos trataba los mensajes televi- Los fracasos de las corrientes de los «efectos» y de los «usos y
sivos como unívocos e incontestados, algunos miembros de la gratificaciones», y en general las insuficiencias de la investigación
corriente «usos y gratificaciones» otorgarán al televidente el poder aplicada, para abordar la complejidad del tema, así como el desa-
de aceptar, rechazar y manipular conscientemente el significado cuerdo con su instrumentalización, han producido un cambio
del mensaje a voluntad . La televisión, entonces, no podría influen- durante los años setenta y han estimulado nuevos enfoques . En la
ciarnos, ya que se hallaría totalmente bajo nuestro control . Los medida en que la televisión y los media se han ido convirtiendo en
autores de esta escuela que profesan una interpretación más sofis- grandes negocios por cuyo control compiten poderosos conglome-
ticada no niegan el poder de la televisión, sino que consideran que rados y grupos de poder, se han desarrollado los análisis de econo-
se halla mediado por videntes activos, socialmente construidos . mía política. Por otra parte, bajo la influencia del giro hermenéuti-
La investigación empírica muestra que, de hecho, existen dife- co y estructural en las ciencias sociales se han practicado y experi-
rencias en las formas de ver la televisión y se supone que estas for- mentado diversos tipos de análisis de contenido .
mas determinan los efectos . Nos preguntamos por qué son más Las teorías de la economía política, así como las perspectivas
persuasivos unos significados que otros . Si partimos, nos dice neogramscianas sobre la hegemonía que serán tratadas después,
Lewis, de la ecuación mensaje + audiencia = significado, entonces surgen a partir de la insatisfacción que genera el determinismo
debemos explorar la compleja interacción entre una exposición de marxista clásico . Toman como objeto de investigación el estudio de
sonidos e imágenes y un sujeto con capacidad de pensar. Pero la la propiedad y el control de los media y su concentración en manos
corriente «usos y gratificaciones» restringe esta ecuación a una de la clase dominante, es decir las condiciones estructurales de la



1 -

182 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA { LAS AUDIENCIAS ACTIVAS 183

producción, circulación y consumo . Dado que rechazan el determi- La separación entre significante y significado es meramente
nismo vulgar, analizan, en primer lugar, aquellos sectores que no analítica: el significante es la «cosa» (objeto, palabra o sonido)
dependen directamente y a simple vista del control económico antes de recibir significado, mientras que el significado es el con-
(como el sector público), pero que un análisis más detallado mues- cepto que utilizamos para entender o interpretar un significante .
tra su forma de influir en ellos ; después, estudian la concentración El signo, pues, es la entidad material convertida en significativa .
capitalista de la propiedad y el control de los media ; finalmente Entre significante y significado no existe una relación natural o
establecen las consecuencias que de ello se derivan para los merca inevitable. Pero tampoco construimos el significado a placer: for-
dos culturales (son la lógica del mercado y de la dominación las mamos parte de un mundo semiológico preordenado que crea una
que determinan el rango de representaciones sociales disponibles) . cierta comunalidad y homogeneidad de significados . Esta cultura
Por tanto, este enfoque se propone mostrar cómo las diferentes for- común varía considerablemente de unas sociedades a otras . En la
mas de financiación y organización de la producción cultural tie- ? medida en que las sociedades se hacen más complejas, la diversi-
nen consecuencias claramente detectables para el tipo y espectro de dad de sistemas semiológicos vigentes produce una fragmentación
discursos que aparecen ante la opinión pública y para el acceso de significados . Por ello mismo, en las sociedades postindustriales
1

de las audiencias a los mismos . La tentativa, siendo loable, según del siglo xx el significado se convierte en un campo de batalla entre
Strinati (1995 : 142-146), no acaba de desprenderse del determinis- distintos niveles culturales e instancias de socialización : entre cul-
mo económico (la actividad comunicativa siempre aparece como tucas tradicionales, subculturas de clase, culturas étnicas y culturas
algo que debe ser explicado no como un factor que explica por sí nacionales, entre diferentes medios de comunicación, la casa y la
mismo) y deja sin resolver cuestiones cruciales : ¿qué es lo que hace escuela, entre iglesias y agencias de publicidad, entre diferentes ver-
que una forma simbólica sea popular?, ¿dónde radica la populari- siones de la historia e ideologías políticas . «El signo ya no se halla
dad de la cultura popular?, o dicho de otra manera, ¿qué fórmulas inscrito dentro de un orden cultural fijo . El significado de las cosas
maximizan la audiencia y qué otras no y por qué? Las ideas de la parece menos predecible y menos cierto» (Lewis, 1991 : 30-31) .
cultura popular: ¿proceden de la clase dominante?, ¿cómo las iden- El principio fundador de la semiología, que reconoce que el sig-
tificamos?, ¿además de la economía, existen otros factores determi- nificado no es una cualidad intrínseca de las cosas sino el resultado
nantes? Para la teoría de la economía política, los media propagan de las relaciones sociales y de las prácticas en que un significante
las ideas, valores y discursos de la clase dominante o aquellos que se halla ubicado, nos proporciona una comprensión más adecuada
sirven a sus intereses, pero, entonces, hay que preguntarse si logran y sistemática de este mundo caótico . Establece el estatus del signi-
sus efectos y cómo los logran, y, finalmente, ¿qué grado de autono- ficado, nos ayuda a apreciar la naturaleza de la ambigüedad y nos
mía tienen los profesionales frente a los grupos propietarios de los provee con un marco analítico para investigar por qué las cosas
media? No parece fácil, dentro de este marco teórico, evitar las significan lo que significan . Sus consecuencias para el estudio de la
alternativas extremas de la conspiración o de la plena autonomía . TV son profundas . «Ahora podemos definir la naturaleza de la rela-
Un enfoque radicalmente distinto desde la perspectiva del obje- ción entre el vidente (significado) y la pantalla (significante) . El
to de estudio, aunque no necesariamente en ciertas conclusiones significado del mensaje televisivo no es fijo, pero tampoco es arbi-
sobre los efectos, lo hallamos en la semiótica y el análisis de los trario. Será determinado por el entorno semiótico de los videntes,
mensajes . Estos planteamientos ponen en cuestión el supuesto de que incluye su historia, su vecindario, su clase y por supuesto la
que el significado es algo explícito y carente de ambigüedad . La televisión misma . Nos lleva más allá de los confines de los efectos y
semiología parte de la constatación de la polisemia de los signos y usos y gratificaciones obligándonos a evaluar el proceso mediante
su principio fundador sostiene que un signo comporta un signifi- el cual los significantes televisivos se convierten en signos televisi-
cante y un significado . Ello no implica, contrariamente a lo que vos» (Lewis, 1991 : 31) . Sin embargo, determinadas insuficiencias
parece inferirse de ciertas teorías sobre el referente, que los objetos de la semiología tal y como habitualmente se ha practicado, nos
necesiten poseer un significado para existir, porque la significación dice Lewis, han impedido una explicitación de todas las potenciali-
es un proceso social y la existencia no . dades de su principio fundador : se refiere en concreto, por un lado,




LAS AUDIENCIAS ACTIVAS 185


184 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA

ble interpretar los signos adecuadamente a menos que tomemos en


a la utilización del lenguaje como principal sistema semioló gIco lo consideración los contextos de su uso y las relaciones sociales que
que suele llevar a considerar el objeto al que se refiere una palabra les confieren significado (Strinati, 1995 : 126) .
como el referente y no como otro significante ; y, por otra, a la con-
sideración de que el significado procede de la diferencia y no tam- Como reconoce Lewis, dadas las dificultades que comportan los
bién de la asociación o identificación : el significado de una cosa
estudios de audiencia (son costosos en tiempo y en dinero, y muy
deriva de aquello a lo que se parece tanto como de aquello con lo complejos), resultan más socorridos los estudios de los mensajes
que se diferencia .
televisivos, pero en ese caso se corre el riesgo de someterse a la
Una semiología correctamente interpretada parece conllevar
tiranía del texto o de caer en la falacia internalista . El problema de
una sociología tanto de la producción y reproducción de los signifi- estos análisis es que han distorsionado el carácter y alcance de la
cados como de su apropiación o consumo, es decir, tanto del proce- semiología, ya que no se han contentado con mostrar lo que el tex-
so de codificación (encoding) como del proceso de decodificación
(decoding) . Éste ha sido el enfoque de Stuart Hall y Morley to puede significar sino que han llegado a afirmar lo que de hecho
. Sin significa . Pero, de acuerdo con su principio fundador, para desen-
embargo, paradójicamente, como han señalado Strinati y Lewis,
los semiólogos han practicado de hecho un análisis textual en el marañar el significado necesitamos explorar no sólo el nivel del
significante (el mensaje) sino también el nivel del significado (la
que se han sustituido las interpretaciones de los productores y con-
sumidores por las del semiólogo . De esta manera, se ha ignorado audiencia) . No existe en el texto un significado inexorable . La
(véase, por ejemplo, Barthes) el estudio de los contextos de produc- semiótica frecuentemente habla de los textos como si fueran enten-
didos de la misma manera por cada lector, cuando las formas de
y de los contextos de apropiación, olvidando que la produc- interpretación se producen en la relación de consumo y sólo pue-
ción está sometida a conflictos y negociaciones y que los significa-
den averiguarse empíricamente . Ahora bien, esto no significa que
dos producidos no son necesariamente uniformes y consistentes ni
el análisis textual carezca de valor y sentido, sino que debe situarse
reductibles a una única y coherente ideología dominante . Igual-
dentro de un proceso más complejo y que el mundo sociocultural
mente se ha soslayado el problema de la legitimidad de la interpre- en que se produce el encuentro entre los media y las audiencias
tación del semiólogo, olvidando que si un texto no tiene audiencia
no puede ser interpretado . requieren más atención.

¿Cómo podemos saber que un ramo de rosas significa pasión si 3. La etnografía de las audiencias
no conocemos la intención de quien lo envía y la reacción del desti-
natario, y el tipo de relación en que se hallan envueltos? Si son La consideración de las insuficiencias de las corrientes expues-
amantes y aceptan las convenciones de regalar y recibir flores como I tas nos obliga a diseñar inevitablemente un programa de trabajo
un aspecto de un amor romántico, sexual, entonces podemos aceptar más sofisticado, aunque también más difícil y costoso . De acuerdo
la interpretación de Barthes . Pero si actuamos así, lo hacemos so-
bre la base no del signo sino de la relación social en que podemos con el esquema de análisis estructural que hemos planteado en el
ubicar el signo . Además, si aceptamos la interpretación que Barthes i capítulo 2, debemos tomar en consideración los procesos de pro-
propone del signo, y éste no aporta la más mínima indicación sobre ! ducción, los procesos de circulación y los procesos de apropiación,
la relación social en que se inserta, ¿cómo sabemos que no se hallan y las consiguientes relaciones entre ellos, en toda su complejidad .
implicadas intenciones y relaciones que no tienen nada que ver con De ello se deriva que no hay análisis adecuado del significado sin
la pasión? Las rosas podrían haber sido enviadas también como una un análisis sociológico complejo, que combina a un tiempo análisis
burla, como un insulto, como un signo de gratitud, etc . Podrían indi- sociohistórico y etnográfico de los procesos de producción y de los
car pasión desde el punto de vista del que las envía pero repulsión de apropiación con análisis textual y de contenido de las formas
desde quien las recibe ; podrían significar relaciones familiares entre simbólicas . La teoría de la cultura de masas y la teoría de la econo-
abuelos y nietos más bien que relaciones entre amantes, etc . Podrían mía política de los media convertían en unidimensional y unidirec-
incluso denotar violencia sexual . La cuestión es que resulta imposi-


186 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA LAS AUDIENCIAS ACTIVAS 187

cional esa relación compleja porque derivaban el significado y los plina?), existe bastante más acuerdo en el reconocimiento de sus
efectos a partir del contexto de producción (del cual no se practica- orígenes . Inicialmente, el término aludía a la modalidad de análisis
ba tampoco un análisis empírico muy detallado y riguroso) . En cultural iniciada por Richard Hoggart, Raymond Williams y el his-
algunos casos, incluso, hemos visto cómo la teoría de la cultura de toriador E . P. Thompson a finales de los años cincuenta (véase
masas incurría en un determinismo tecnológico (es la propia tec- Inglis, 1993) . Esta corriente inicial derivaría después por distintos
nología la que produce el significado y los efectos) . Por el contra- derroteros (uno de ellos, por ejemplo, la renovadora corriente de la
rio, las teorías vinculadas al marketing y los estilos de vida han ten- historia social británica), pero cristalizó, sobre todo, en el Centre
dido a enfatizar la omnipotencia de las audiencias y su capacidad for Contemporary Cultural Studies de Birmingham, que presidió
infinita para la elección, interpretando, por otra parte, a éstas des- Hoggart desde 1968 hasta 1979 . Con posterioridad Cultural Studies
de una perspectiva estrictamente psicologicista . Finalmente, la se ha convertido en una etiqueta cómoda, utilizada por editores,
semiótica cae en el idealismo de reemplazar el proceso social por el universidades y autores, para definir un campo de estudio interdis-
análisis textual y la interpretación de los actores por la del semiólo- ciplinar que ha logrado reconocimiento internacional y donde con-
go . La corriente de los Cultural Studies que nos va a ocupar ahora vergen autores y obras que no necesariamente se sienten tributa-
se caracteriza porque ha tratado de integrar una investigación rías de los orígenes citados .
empírica rigurosa dentro de una teoría del poder y la dominación, Tres libros son tomados como textos iniciadores y canónicos :
procurando eludir el determinismo y enfatizando la creatividad y The Uses of Literacy de Richard Hoggart (1957), Culture and Society
autonomía de las audiencias e interpretando la recepción como un de R . Williams (1958) y The Making of the English Working Class de
campo de contienda. Thompson (1963) . Sus autores, jóvenes intelectuales, procedentes
Tres factores habrían favorecido este cambio : 1) la influencia de de la clase obrera y directamente vinculados con los movimientos de
la hermenéutica en el carácter abierto de un texto ; 2) la insatisfac- izquierda, recibieron su formación universitaria en los años triun-
ción con las teorías de la determinación ideológica que prescriben fantes del laborismo de posguerra ; se mantenían al margen de los
significados necesarios para las audiencias, y 3) la obra de los pos- corsés académicos convencionales, vinculados más bien con la for-
modernistas que sostienen la indeterminación de la representación mación de adultos, e investigaban cómo la cultura intelectual de
(Chaney, 1994 : 211) . El referente más inmediato, frente al que Gran Bretaña enmascaraba una rica diversidad de tradiciones y
toman partido es la revista Screen, dedicada sobre todo al estudio perspectivas .
del cine, de obediencia lacaniana (imaginamos que somos la fuente El libro de Hoggart entendía la cultura como la vida de una
de los significados y la identidad, pero en realidad estamos sujetos comunidad, escrita desde dentro, contemplando con cierta nostal-
a las diferencias del lenguaje) . Los teóricos de Screen analizan la gia las formas que desaparecían, pero adoptando un enfoque que
película como un discurso, sin tener en cuenta que lo popular es un reconocía, según Giner, «tanto la capacidad de resistencia de gran-
campo de posible contestación o contradicción . En contraste, los des sectores de la población contra las fuerzas de la cultura de
adeptos a los Cultural Studies consideran a las audiencias como masa como la potencia real de tales fuerzas, es decir, las ambigüe-
poseedoras de determinadas competencias y conocimientos cultu- dades de la situación cultural moderna» (1979 : 284) . El libro de
rales que han sido adquiridos en las experiencias sociales previas Williams, como hemos visto, trataba de mostrar cómo se había for-
y que son puestos en práctica en el momento de la interpretación, !: mado y articulado el concepto de cultura en el curso de la indus-
lo que produce diversidad y contestación . trialización como un compromiso con el cambio social . Por su par-
te, el de Thompson era una visión absolutamente innovadora de la
historia del movimiento obrero británico, mostrando los procesos
3 . 1 . Los ORÍGENES DE LOS CULTURAL STUDIES culturales de la formación de su conciencia . En estas tres obras se
cuestionaba, de distintas maneras, la legitimidad del análisis cultu-
Si bien resulta difícil dar una definición de los Cultural Studies ral elitista y se convertía a la cultura popular en aspecto central de
(¿son una escuela, un campo, un movimiento, una red o una disci- ! cualquier estudio de la cultura en general . Con ellas, también,
I


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como sostiene Chaney, la crisis de la cultura, provocada por las de programas de televisión, y cualquier práctica cotidiana que con-
modernas industrias de la comunicación de masas, era situada sideraran merecedora de su interés . Este cambio, que aparece ya
dentro de la historia social de la modernidad .
desde el principio en las obras de Hoggart, Williams y Thompson,
Con el apoyo de Hoggart, esta propuesta renovadora se traduci- implica que deben ser tomados como productos culturales cual-
ría en 1964 en la creación del Centre for Contemporary Cultural
quier clase de objetos o de prácticas con independencia de su valo-
Studies en Birmingham . Desde aquí y, después, bajo el liderazgo de ración social . En tanto que productos culturales, reflejan la socie-
Stuart Hall se diseñaría un ambicioso programa de investigación dad y una forma de vida con la misma dignidad que las grandes
de las subculturas modernas, especialmente de la subcultura juve- obras de la literatura, de la pintura o de la música . En esta posición
nil, y de las audiencias televisivas . Curiosamente, esta fuerza reno-
vemos, pues, una crítica hacia la definición jerárquica y humanista
vadora surgía al margen del stablishment académico y de los cen-
de cultura o una desacralización de sus formas simbólicas consa-
tros de investigación de mercados : «Los estudios culturales -nos gradas . Como dice Alasuuturi, no se trata de que «el arte y las for-
dicen Barker y Beezer- estaban decididos a no ser una "discipli-
mas de refinamiento cultural no deban ser estudiadas, sino de que
na", un cuerpo cerrado e internamente convalidado de conoci- son tratadas como social y culturalmente condicionadas y como
mientos e ideas . Los estudios culturales eran la calle golfa de un
tales comparables con cualquier otro producto cultural mundano o
área temática : cortaban los pañuelos de otros cuando les convenía,
cualquier hobby» (1995 : 26) .
pero usándolos para dar brillo a los zapatos o para remendar la En lógica correlación con la asunción de este concepto antropo-
ropa, manoseando los modales académicos ; eran descarados con
lógico de cultura, introducirán el método etnográfico de la obser-
todos . La lengua inglesa, la sociología, los estudios de films, más
vación participante como técnica fundamental para la recogida de
tarde la psicología y especialmente el psicoanálisis, porciones de datos . Primeramente, en la observación de las culturas juveniles,
teoría política (y en especial de la teoría del Estado), etc ., todos fue- pero después también en la observación de las audiencias (para
ron expoliados para todo aquello que nos fuese necesario, mientras una descripción detallada de sus usos y limitaciones véase Moores,
desafiábamos su estatuto como "disciplinas"» (1994 : 8) . Pero, pese 1993) .
a esta vocación antidisciplinar y radical, pronto adquirirían cierta Centrándonos ya en la recepción mediática, una segunda carac-
ronsagración y su influjo se desbordaría, durante el apogeo del tat- terística de esta escuela o campo de estudios será la contextualiza-
±erismo, por Australia o EE .UU .
ción de las interpretaciones que efectúan las audiencias sobre un
determinado programa en el amplio conjunto de actividades socia-
les, de objetos y de discursos en que tienen lugar de hecho en la
3 .2 . SUS POSTULADOS FUNDAMENTALES vida cotidiana . Es decir, que abordan la relación entre el consumo
cultural y las prácticas ordinarias : ver la televisión es una actividad
De hecho, como han reconocido diversos especialistas, en estos junto a otras, solapándose y entreverándose con otras (comer, cui-
iños las investigaciones más interesantes e innovadoras sobre la dar del hogar), que despliega sus potencialidades durante el desa-
iudiencia tuvieron lugar al amparo de los Cultural Studies . Los ras- rrollo de otras (trabajo), que tiene lugar en determinadas condicio-
;os característicos de este campo de análisis, además de su decidí- nes y relaciones (estudios de etnografía en los hogares y analizando
lo empeño empírico y de su compromiso político, pueden sinteti- las relaciones familiares implicadas) y cuya interpretación se efec-
'arse en los cuatro siguientes : 1) aproximación antropológica al túa tanto mediante actividades formales como informales .
)bjeto, que reconoce la autonomía de la cultura ; 2) considerarla En tercer lugar, los Cultural Studies aportan una forma de inter-
nscrita en las prácticas y símbolos de la vida cotidiana ; 3) teoría 1 pretar: el modelo elaborado por S . Hall y conocido como enco-
;emiótica dinámica ; 4) teoría de la resistencia y la hegemonía. ding/decoding . Como hemos dicho, en contra de Lacan y Screen, los
Estos autores adoptan un concepto antropológico de cultura lectores aparecen como poseedores de conocimientos y competen-
;omo modo de vida, que les permite el estudio de rituales, subcul- cias culturales adquiridos en experiencias sociales previas y que
oras juveniles, literatura femenina, especialmente diversos tipos son actualizados y utilizados en el momento de la interpretación .



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a

Por otra parte, la relación entre una forma cultural y el sujeto que sociales, ciertos significados se proponen como obvios, dados,
se la apropia no se asemeja a la de un lector aislado y un texto, por- supraclasistas . A estos significados que pretenden ser la interpreta-
que el individuo ha sido formado culturalmente, porque su activi- ción legítima, y que restringen la polisemia potencial, es a lo que
dad es social y porque ésta tiene lugar en determinados contextos Hall llama interpretación preferida.
en los que se halla disponible un cierto rango de discursos (inter- Existe una segunda fuente de discordancia entre encoding y
discursividad) . decoding : los sujetos que decodifican el mensaje no son idénticos a
El modelo encoding/decoding fue formulado por S . Hall en 1973 . los implicados o preferidos por el texto (audiencia anticipada) y
Con él, Hall, que pretendía combinar semiótica y sociología (es pueden interactuar creativamente con él, utilizando de forma pro-
decir, cuestiones relativas a la interpretación con las relaciones ductiva los recursos simbólicos de que son portadores . Aquí Hall
sociales y especialmente las relaciones de poder), trata de dar cuen- no está hablando de una interpretación psicológica basada en las
ta del consumo activo tanto como de la producción y organización preferencias del intérprete, sino de un proceso social que se desa-
textual de las formas simbólicas . Para Hall, el proceso de comuni- rrolla a partir de las competencias y recursos culturales de los
cación tiene que tomarse como una totalidad, que integra a un lado intérpretes, distribuidas en la población de acuerdo con variables
el momento de la producción y al otro el momento de la recepción sociales . Por tanto, supone que existen comunidades de interpreta-
de la audiencia . «Operando dentro de las rutinas y convenciones de ción en función de los códigos que comparten .
la práctica profesional, los productores codifican un mensaje "sig- Según Hall, existen tres posibilidades de apropiación de la
nificativo" para ser descifrado por los televidentes . Este mensaje es «interpretación preferida» y, por tanto, tres tipos básicos de comu-
un texto estructurado que es en sí mismo un momento determina- nidades interpretativas : a) la interpretación desde dentro del códi-
do de la comunicación televisiva . . . Por tanto, está sujeto al trabajo go dominante que asume el significado preferido ; b) la interpreta-
simbólico de codificar, plasmado constantemente en formas tex ción que adopta un código negociado, es decir, que reconociendo la
tuales establecidas . Sin embargo, ésta es sólo una parte del proce- validez del dominante acepta que hay excepciones a la regla, y c)
so, porque los miembros de la audiencia también se encuentran la interpretación que adopta un código oposicional que descodifica
implicados en un trabajo semiótico» (Moores, 1993 : 17) . Pero, ade- el mensaje en un sentido contrario al preferido . Hay que subrayar
más, las operaciones de codificar y descodificar no son necesaria- que en los tres casos existe un acuerdo básico y un reconocimiento
mente simétricas. Dos razones básicas explican esta posible asime- del significado del mensaje .
tría : los textos son polisémicos, es decir, que están abiertos a más Stuart Hall nos proporciona, de está`'forma, un modelo dinámi-
de un significado ; en segundo lugar, las prácticas de interpretación co para tratar de superar el determinismo . Los productores de un
tienen un carácter inquisitivo o expansivo (amplían el significado) . programa pueden usar sus habilidades semiológicas para incitar al
Ahora bien, la polisemia del texto no tiene que equipararse con televidente a «preferir» ciertos significados, pero puesto que deco-
un pluralismo radical, como si todos los significados potenciales dificar es un proceso activo, el poder de la televisión se halla diferi-
tuviesen las mismas posibilidades de ser actualizados . Por el con- do necesariamente hasta el momento de la decodificación, hasta el
trario, existen pautas orientadoras de las interpretaciones que pro- encuentro con la audiencia . Por un lado, se afirma que la televisión
ducen interpretaciones preferidas, generalmente las interpretacio- es un instrumento ideológico poderoso, con capacidad para influir
nes hegemónicas, y que proceden de las relaciones de poder . Esto en la forma como pensamos sobre el mundo . Por otro, que este
no significa que, como postulaban los teóricos de la cultura de poder no puede ser realizado sin que el televidente extraiga sentido
masas o los de la economía política, el significado esté predetermi- de él . El mensaje es insignificante sin la audiencia . El modelo enco-
nado y cerrado, no siendo más que una reproducción de la ideolo- ding/decoding ve la estructura del mensaje como portadora de
gía dominante . En una sociedad clasista, signos tales como la poder potencial más que real . La audiencia puede asumir el signifi-
«nación» o el «pueblo», nos dirá Hall, nunca tienen un único signi- cado, oponerse a él o producir una respuesta que negocia la acepta-
ficado, éste se otorga en un ámbito o campo dialógico de lucha y ción o el rechazo . Ahora bien, este modelo tiene un problema,
contestación . Sin embargo, dada la asimetría de las relaciones según Morley y Lewis : ¿la interpretación preferida es una propie-




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dad del texto, del analista o de la audiencia?, ¿cuándo y dónde se CUADRO 5 .1 . Teorías de la audiencia (elaboración propia )
constituye la interpretación preferida? Las prácticas de ver televi- Recepción
Teorías Producción
sión no se producen en un vacío ideológico . Los televidentes han s ignificado textual significado pragmático
adquirido determinadas competencias estéticas, gramaticales, etc . encoding/ ___ .1) asumido
En la sociedad existen asunciones compartidas acerca de determi- decoding lectura preferida aceptado -2) negociado
nados significados . «La casa, la escuela y los mass media son apa- de S. Hall 3) rechazado
ratos culturales que generan un mundo completo de asociaciones
lecturas democracia
comunes, asociaciones que se hallan inscritas dentro de nuestro aberrantes semiótica
entorno social . Así, en esta cultura, los cerdos son para comer, los teoría de la
gatos para ser domesticados y las arañas para ser evitadas . Ningu- resistencia diferentes
J. Radway ambigüedad audiencias
no de estos significados es inevitable : no hay razón para que los J. Fiske \ producen diferentes
cerdos no sean sagrados, los gatos sean comidos y las arañas P. Willis \~ hay otras significados
domesticadas . Si tal redefinición parece inimaginable o profana, lecturas
pero las lecturas
demuestra lo poderosamente que se hallan grabadas en nuestras j pulpo ideológico ambigüedad están condicionadas
mentes las asociaciones comunes» (Lewis, 1991 : 63) . Por precario J . Lewis calculada ' por marco cultural
que sea, estamos entrenados para aceptar un orden dado de las
cosas . La aceptabilidad de estas asociaciones depende de una pre-
cisa serie de presupuestos ideológicos . Ésta es la base para investi-
gar el significado preferido del mensaje televisivo, que consiste en ding porque en ocasiones la ambigüedad de un programa puede
el ejercicio del poder dentro de un mundo de asunciones culturales 1 ' haber sido calculada y ser resultado de una técnica narrativa sofis-
compartidas . Por tanto, el mensaje televisivo, producido y transmi- ticada cuyo fin es maximizar las audiencias . Para examinar el pri-
tido dentro de estos confines semiológicos, es capaz de guiar la mer aspecto nos centraremos en la obra de Fiske y de Willis, lo que
conciencia del televidente de acuerdo con pautas cuidadosamente nos conduce a la teoría de la resistencia y de la cultura común, y
definidas de significado . Y por ello, no podemos encontrar el signi- para el segundo en la de Lewis, con su tesis del pulpo ideológico .
ficado preferido estudiando sólo el mensaje . i
Necesitamos estudiar éste en términos de las asunciones com-
partidas que articula y manipula . Hay que investigar la cantidad y 3 .3 . LA TEORÍA DE LA CULTURA POPULAR O DE LA RESISTENCIA
calidad de asociaciones compartidas . Pero el modelo de la inter-
pretación preferida (con sus tres posibles respuestas) parte del De acuerdo con diversos autores ubicados al menos inicialmen-
supuesto de que se ha reducido la ambigüedad del mensaje y que te dentro del campo de los Cultural Studies, existe una lectura que
todos los intérpretes estarán de acuerdo al menos en esa interpre- 1 no presupone (y, por lo tanto, no es una forma de respuesta a) la
tación, aunque no compartan el significado que ésta tendría para I lectura preferida. Se trata de la lectura resistente, que se diferencia
sus vidas ; que convendrán en «lo que quiere decir el texto o el pro- j de la lectura oposicional porque no trabaja en contra de, sino a
grama» (significado intrínseco), aunque discrepen en lo que signi- partir de y con el mensaje . Janice Radway utilizó este planteamien-
fica para ellos (significado pragmático) . No es necesario caer en el to en su estudio de las interpretaciones que las mujeres efectuaban
extremo opuesto de la semiosis ilimitada, para reconocer : a) que, de las novelas románticas . Mostró que éstas aprovechaban las
con frecuencia, se producen «lecturas discrepantes», b) también ambigüedades del texto para efectuar una lectura resistente contra
pueden darse «lecturas aberrantes», y c) que, por otra parte, no la ideología dominante, lo que le llevó a sostener que grupos par-
podemos aceptar la existencia de un significado preferido sin evi- ticulares pueden adaptar los mensajes para sus propios propósitos .
dencia que lo corrobore . Similares ideas defiende Fiske, que ha postulado el polémico con-
Algunos autores tratan de ir más allá del modelo encoding/deco - cepto de «democracia semiótica», y que sostiene que la televisión

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«es la pluralidad de sus prácticas de lectura, la democracia de sus ner) y se deriva directamente del rango de valoraciones posibles
placeres y sólo puede ser entendida en sus fragmentos . Promueve y inscritas en la posición que se ocupa en la estructura social, mien-
provoca una red de resistencias a su propio poder cuya tentativa de tras que la oposicional es explícitamente política y discursiva (desa-
homogeneizar y hegemonizar cae sobre la inestabilidad y multipli- fía un orden proponiendo una configuración alternativa) y supone
cidad de sus significados y placeres» (en Lewis, 1991 : 68) una puesta en cuestión consciente de la posición estructural .
. Esta
tesis es desarrollada en su estudio The Newlywed Game (similar a Si Fiske aboga por una cultura popular y resistente, Willis, en
algunos programas de la TV española como, por ejemplo, La media su polémica obra más reciente Common Culture (1990), postula
naranja) . Para la audiencia del programa, el show
produce placer, una creativa cultura común, igualmente resistente . La crítica al
no cuando los matrimonios coinciden en sus respuestas (lo que arte oficial y a la alta cultura (el libro es resultado de una investiga-
afirmaría el patriarcado), sino cuando fallan (lo que se entien- ción encargada por la Fundación Gulbenkian) le sirve para una
de como una burla y descrédito del mismo) . No existe, por tanto, exaltación de dicha cultura común, cuyo fundamento es la creativi-
un significado preferido . Más bien comprobamos que diferentes dad intrínseca al ser humano (lo que nosotros hemos denominado
audiencias prefieren distintos significados . El comportamiento de dimensión ontológica de la cultura) y que el capitalismo y la socie-
la audiencia estudiada por Fiske no implica reconocimiento de la dad industrial, o dicho de otra manera, el mercado y los medios de
existencia de una interpretación patriarcal preferida, a la que se comunicación de masas, paradójicamente, han convertido en nor-
opondrían los televidentes, con lo cual nos hallaríamos todavía ma, en predominante . Willis es consciente de la trascendencia de
dentro del modelo encoding/decoding, sino que simplemente explo-
su tesis en un contexto dominado por las teorías neogramscianas
tan la ambigüedad del mensaje como les parece . Por tanto, existe de la hegemonía (dentro del cual se movía su investigación anterior
una gran diferencia entre la interpretación popular o resistente y la Learning to Labouring) . Y, por ello, en las páginas conclusivas, nos
oposicional, lo que lleva a Lewis a concluir que nos hallamos ante dice : «La simple verdad es que debe reconocerse que el encuentro
dos formas de interpretación diferentes : la respuesta oposicional de la coherencia y la identidad en la cultura común ocurre de for-
asume una interpretación preferida (que posteriormente pone en
mas que resultan sorprendentes, blasfemas y alienadas si se las
cuestión), mientras que la interpretación resistente cuestiona la i mira desde las viejas ortodoxias marxistas : en el ocio, no en el tra-
idea misma de una interpretación preferida . bajo, mediante mercancías, no mediante los partidos políticos, pri-
Según Fiske, las interpretaciones resistentes son una fuente de vadamente, no colectivamente» (1990 : 159) .
placer para el televidente, una celebración del poder de la audien- í Veamos, en primer lugar, en qué consiste esta cultura común .
cia para explotar la ambigüedad del mensaje de acuerdo con sus ' Dado que no se nos proporciona ninguna definición, procederemos
propios intereses . Éste es un aspecto importante, pues como han
mediante aproximaciones . Dicha cultura es común en tanto que
señalado otros autores, en contraste, las interpretaciones de oposi- constitutiva de toda vida humana ; en tanto que vulgar, propia del
ción suponen incomodidad porque han de apelar a narrativas vulgo, y ordinaria, frente a las formas de vida elitistas ; en tanto que
externas para legitimarse . Según Lewis, aquí radica una diferencia profana, frente a la sacralidad de las grandes obras del arte oficial ;
crucial entre un tipo de lectura y otra : la interpretación resistente y en tanto que compartida, no masificada . La cultura común es
no necesita (como sucede en la oposicional) recurrir de forma expresión de la creatividad simbólica, que constituye una parte
consciente a otros discursos, puesto que el material para su inter- integral del trabajo necesario para asegurar la reproducción y pro-
pretación se halla ya inscrito en la ambigüedad (calculada o no) del ducción de la existencia humana . Ser humano -nos dirá- es ser
programa . De hecho, en el programa analizado por Fiske se ridicu- creativo en el sentido de rehacer el mundo para nosotros mismos
liza el machismo, pero no se desafía el patriarcado oponiendo una en cuanto que hacemos y encontramos nuestro propio lugar e iden-
alternativa, que implicaría una afirmación de la sexualidad femeni- tidad . Aunque este carácter intrínseco y necesario de la creatividad
na . Ello se debe, según nuestro propio punto de vista, a que la res-
simbólica no ha sido reconocido habitualmente, Willis sostiene que
puesta resistente es pre-política y práctica (se burla mediante la es «lógicamente anterior a y una condición» de la mismísima pro-
risa, complacientemente, de una situación que contribuye a mante- ducción material : «Mientras que todos no pueden ser productivos,


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todos son comunicativos . Todos . Ésta es nuestra distinción de que nunca antes en el pasado -no importa lo que pensemos de
ese-
cie» (1990 : 10) . Aquí radica el carácter común de la cultura ellos- que se hallan disponibles para el trabajo simbólico necesa-
común .
Ahora bien, dicha cultura sólo ha logrado expresar sus oteo- río . Se trata de una curiosa ironía, pero es el propio orden de prio-
cialidades y sólo ha sido reconocida como tal en las actuales condi- ridades del capitalismo en la esfera de la producción el que ha
ciones de tardía modernización, porque ha sido necesaria la acción potenciado el consumo de esta forma peculiar y autoafirmativa .
del mercado y de los medios de comunicación para hacerla aflorar. ¿Esta mercantilización -se pregunta- devalúa los bienes cul-
Hoy el mundo del trabajo instrumental ha perdido su creatividad turales y los contenidos de los media? Izquierda y derecha conde-
refugiándose ésta, por un lado, en una sentimentalización del arte nan unánimemente el consumismo y la penetración del mercado
y por otro en la vida cotidiana, en el ocio y en las actividades infor' en la cultura : homogeneizan, degradan, dominan . Pero esos plan-
males . Éstas tienen, sin duda, una extraordinaria importancia en teamientos ignoran las cualidades dinámicas y vitales de la cultura
los jóvenes y por ello encuentra Willis en las actividades de la cul- cotidiana y especialmente su creatividad simbólica intrínseca . El
tura juvenil (consumo de medios de comunicación, modas, estilos trabajo simbólico y la creatividad median y son simultáneamente
de vida, formas de decorar sus habitaciones, de cortejo e incluso de expandidos y desarrollados por los usos, significados y «efectos» de
violencia y consumo del alcohol) una buena unidad de análisis las mercancías culturales . Éstas son catalizadores, no productos .
para verificar su tesis . En la actualidad existiría una demanda El consumo es una práctica activa, productiva . La recepción tam-
general y genérica de placer, de autonomía, de autodirección, de la bién es producción e innovación .
que los jóvenes serían la vanguardia . Antes sólo se expresaba en
la esfera elitista del arte y en el ocio de las clases altas, «ociosas» . La interpretación, la acción simbólica y la creatividad son parte
Pero, hoy, todas las clases quieren su «parte de acción» . Desean la del consumo . . . Este trabajo es al menos tan importante como el que
significación y satisfacción ahora como ingrediente necesario de se halla inscrito originalmente en las mercancías codificadas y puede
la identidad existencial del individuo . «La subversión y destrucción producir sus opuestos . Efectivamente, ciertos aspectos de profani-
-verbalmente, estilísticamente, expresivamente- de los puntos de dad en los artefactos comerciales pueden ser liberadores y progresi-
vista estereotípicos de las culturas de clase homogéneas tiene que vos, al introducir la posibilidad de lo nuevo y lo socialmente dinámi-
ser bienvenida . Para la clase obrera esto es una victoria» (1990: 17) . co (1990 : 21) .
Como hemos dicho, es el mercado y los medios de comunica-
ción los que han potenciado y reconocido la cultura común . Su Willis, sin embargo, no es ingenuo acerca del mercado: su pro-
papel clave dentro de la sociedad contemporánea es lo que ha crea- pósito y finalidad son el beneficio, podemos efectuar elecciones
do las condiciones para una nueva emancipación . Veamos con algo dentro del mercado pero no podemos hacer metaelecciones, no hay
más de detalle esta cuestión central para su argumento . Frente a que dejarle operar libremente y abandonar toda crítica . Pero la ver-
quienes sostienen que el mercado y en concreto el consumismo es ± dadera cuestión es que, de momento, resulta inevitable y que, gra-
un instrumento de creación de falsas necesidades y de domestica- cias a la lógica de sus contradicciones internas, se generan condi-
ción, Willis defenderá que la propia lógica mercantil genera efectos ciones para la emancipacion .
imprevistos e incontrolables para el sistema y que, en consecuen-
cia, tiene un potencial emancipatorio . Ello no significa una entro- ' Puede existir un camino mejor, una vía mejor para la emancipa-
nización del mercado, sino un reconocimiento de las condiciones ción cultural que esta continua inestabilidad y confianza en la mano
que ha creado : es nivelador, es ineludible, proporciona satisfaccio- oculta -egoísta, ciega, expoliadora- del mercado . Pero el arte ofi-
cial no la ha mostrado todavía . Todo lo que tiene la mayoría de la
nes que otras promesas no han logrado materializar, hace aflorar gente son las mercancías culturales comerciales . La historia puede
impulsos y potencialidades . El capitalismo cultiva los deseos para estar progresando a través de su peor cara, pero progresa . Pese a
su propio beneficio, pero al hacerlo rompe tabúes y costumbres todas sus manifiestas absurdidades, el mercado cultural puede abrir
restrictivas, descubre el continente de lo informal . Las formas cul- la vía a una mejor vía . . . El pesimismo cultural sólo nos ofrece barri-
turales comerciales han ayudado a producir muchos más bienes cadas . . . El mercado es la fuente de una revolución permanente y


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contradictoria en la cultura cotidiana que barre viejos límites y de- La tentativa de superar el determinismo y al mismo tiempo
pendencias . La búsqueda incesante que tiene lugar en el mercado abordar de forma explícita la relación entre significación y domi-
para encontrar y producir nuevos apetitos aumenta, al por mayor, la nación se tradujo inicialmente en los Cultural Studies en una rein-
moneda popular de la aspiración simbólica (1990 : 26-27) . terpretación de la teoría de la hegemonía de Gramsci . Para el pen-
sador y luchador italiano, la hegemonía designa el proceso cultural
Por otra parte, sostiene Willis que la predominancia de la cultu- e ideológico mediante el cual los grupos dominantes en una socie-
ra común ha sido favorecida por los medios de comunicación de dad mantienen su dominación gracias al consentimiento de los
masas . Éstos han quebrado el modelo tradicional de comunicación grupos subordinados . Es decir, que la hegemonía implica sustituir
(A-B), porque ahora existe una mediación (C) que permite que los el control coercitivo por un control consensual y negociado . Los
mensajes no sólo sean enviados y recibidos, sino producidos en el grupos subordinados de una sociedad aceptan las ideas, valores y
momento mismo de la recepción . «Producir significado» a partir ! liderazgo de los grupos dominantes no como consecuencia de la
de la comunicación es una fuerza fundamentalmente democrática { fuerza física o de la dominación ideológica, sino porque encuen-
que han creado los media. Frente al posmodernismo que habla de tran razones para ello que satisfacen sus intereses (por ejemplo, las
Í

la implosión de los signos y de los simulacros y de la quiebra de la concesiones que efectúan los grupos dominantes) . La hegemonía
relación entre el significante y el significado, Willis sostiene que lo expresa el consentimiento subordinado a la autoridad de los dis-
que realmente sucede ahora es que son intercambiables y que la cursos del grupo dominante, pero, dado que se produce en un con-
cadena de comunicación se ha vuelto mucho más compleja . Que A texto de conflicto social y lucha de clases, nunca se halla plena-
no controle el proceso de comunicación no significa que ya no ! mente garantizada en la práctica, los significados se hallan someti-
haya producción de significados, sino que la producción se ha dos a negociación . Este planteamiento subyace en muchas de las
democratizado . Ciertamente -reconoce Willis- la publicidad se i investigaciones iniciales del movimiento y se halla también en la
dirige al deseo y es patológica . Pero el consumo también rompe la obra más conocida del propio Willis, Learning to Labouring . Sin
tradición y la convención y proporciona materiales que están 1 embargo, en Common Culture se produce un viraje significativo :
abiertos a interrogación y permite efectuar comparaciones para «No critico la importancia de la noción de hegemonía -nos dice- .
producir significados . «Incluso aunque el mercado haga su nego- En cierto sentido también ha consistido en mi preocupación : cómo
cio, proporciona ciertos materiales para un trabajo simbólico alter- la subordinación (objetiva) es vivida a veces (subjetivamente) co-
nativo y oposicional . Ésta es la remarcable, inestable y siempre mo celebración; por qué los grupos oprimidos contribuyen por sí
reveladora contradicción del capitalismo, proporcionar materiales mismos a su propio confinamiento» . No la critica, sencillamente le
para su propia crítica» (1990 : 139) . parece un término demasiado general y maleable, que además inte-
En conclusión, la cultura común es creativa (producción y gra la cultura popular en macroprocesos históricos antes de haber
recepción o consumo son un continuum y no dos momentos radi- examinado su creatividad virtual . Gran Bretaña es un país capita-
calmente distintos), plural (hay muchas interpretaciones posibles), lista, caracterizado por relaciones de explotación bajo las condicio-
sus impulsos son inherentemente democráticos, y está creando la nes ideológicas y reguladoras que proporciona el estado democráti-
aparición de nuevas comunidades de comunicación, que no son co social . Pero, frente a esos datos generales, a Willis le interesa
orgánicas, sino seriales, que constituyen combinaciones eclécticas ahora la observación etnográfica y la auscultación de la calle : por-
de consumidores culturales y que influyen en la nueva política . Por que ahí se muestra la eficacia de la creatividad simbólica ordinaria
tanto, la cultura común no se mueve dentro de la significación pre- basada en una estética profunda y se hacen patentes las dificulta-
ferida, sino de una creatividad específica . Los textos que indican des de controlar las preferencias de los consumidores pese a las
este carácter diferenciado son abundantes . En ellos, Willis habla, tentativas reales de dominación ; porque ahí se hace visible que la
con un lenguaje enfático, de subversión, resistencia, alternati- cultura común produce un creciente número de ciudadanos y
va, etc ., pero sería erróneo identificarlo con la teoría de la resisten- votantes, recalcitrantes e independientes, que son mucho más difi-
cia de los neogramscianos . ciles de manejar o comprender por cualquiera . En dicho contexto,




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el posfordismo podría ser una respuesta a los cambios culturales, 3 .4 . EL PULPO IDEOLÓGICO
más que su causa . Éstos muestran una hegemonía fracasada o des-
cuidada, no nuevas formas de ella . Como sostiene Lewis, no es razonable defender de forma seria y
Pese a su distanciamiento con las tesis de la hegemonía, Willis rigurosa que los media, a los que, por cierto, Willis les atribuye el
no rehúye la pregunta crucial : ¿cómo se relacionan las liberaciones poder de conformar la cultura común, no tienen efectos importan-
de la «estética profunda» con el confinamiento final? Su respuesta tes en la determinación de las interpretaciones posibles . Una cosa
parece más bien elusiva, pero corrobora la interpretación que es reconocer las dificultades que plantean las teorías de la ideolo-
apuntábamos al hablar de Fiske : no tienen ninguna pretensión con- 1 gía dominante y otra negar la existencia de limitaciones sustancia-
trahegemónica . No son directamente políticas . «La cultura común les al potencial polisémico de los textos y a las decodificaciones .
minusvalora las relaciones de poder económico explorando y Para investigar dichos límites y cómo se restringe o se maneja la
encontrando nuevos campos para la capacidad y la satisfacción ambigüedad, en la segunda parte del libro Lewis efectúa un estudio
humanas . Dominios amplios de la cultura común simplemente son de noticiarios y del Show de Cosby mediante la técnica del grupo de
indiferentes a este sistema que proporciona los productos a los que discusión .
ciertamente no son indiferentes» . Pero, además, si la gente no ha
respondido a las llamadas a la transformación social de los intelec- Se ha argumentado -dice Lewis- que la televisión es un meca-
tuales de izquierda, será porque en los incentivos y posibilidades del nismo usado por los grupos dominantes en nuestra sociedad para
mercado encuentra también posibilidades para su propio desarrollo promover ideologías y significados que sostienen su hegemonía .
y crecimiento . «Aunque sometidos, alienados y trabajando en una ? Haya sido defendido con crudeza o con finura, la evidencia que apo-
ya esta posición es extensa . Sería sorprendente que no fuera así . Sin
explotación constante, estos incentivos y posibilidades prometen
embargo, este argumento presenta dos dificultades . La primera es
más que cualquier alternativa visible» (1990 : 158) . Pese a sus con-
que también existe evidencia para demostrar que la televisión no
tradicciones y limitaciones, el mercado ofrece una capacitación
siempre trabaja de esta manera. Los programas que cuestionan el
contradictoria que no ha sido ofrecida por ninguna otra instancia capitalismo, el patriarcado u otros rasgos del statu quo pueden apa-
s no acaba celebrando las glorias del mercado como un
Willis recer con menor frecuencia que los programas que no cuestionan
horizonte definitivo y ocluso, como el fin de la historia a lo Fuku- estas cosas, pero también se presentan (1991 : 67) .
yama, ya que confía en que esa cultura común, en donde se expresa
el arte de la vida, encuentre sus vías alternativas de afirmación . En La segunda dificultad concierne a la audiencia . Podemos acep-
cierto momento nos dice que no sabemos a dónde nos lleva esa cul- tar que el contenido de la televisión parece apoyar más unos pun-
tura común y que contiene contradicciones ; en otras ocasiones, tos de vista que otros, pero necesitamos evidencia antes de poder
que es «nuestra mejor guía» para el mundo global, commonwealth garantizar que estos significados son transmitidos incólumes . En
cultural, al que nos encaminamos . «Para lo que debe aprenderse, otras palabras, no podemos asumir la existencia de una interpreta-
déjesenos mirar, no a las torres, sino hacia las calles, a la cultura ción preferida firmemente inscrita y triunfante. Los programas,
común» (1990 :150) . incluso en nuestro mundo simbólico relativamente homogéneo,
Estas visiones vibrantes de la resistencia y de la creatividad pueden contener otras lecturas completamente diferentes .
popular a lo Fiske y a lo Willis han suscitado duras reacciones en Mediante el estudio de los noticiarios y del Show de Cosby, Lewis
otros miembros de esta corriente . Pero, tal vez, la crítica mejor fun- se propone demostrar la existencia de dos errores interpretativos : el
dada en evidencia empírica equivalente (observación etnográfica poder ideológico de la televisión no radica en la habilidad de los pro-
de audiencias) sea la de Lewis en su obra The ideological octophus, ductores para infundir a los programas un significado preferido ; la
que pasamos a exponer a continuación, donde se muestra que si ambigüedad o polisemia no necesariamente reduce el poder ideoló-
bien no podemos dar por supuesta a priori una interpretación pre- gico de un programa, dejando el control en manos de la audiencia .
ferida, tampoco puede suponerse que la ambigüedad carezca de El primer estudio, dedicado al examen de la recepción de las
efectos. noticias, sostiene que la estructura narrativa de los informativos


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202 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA LAS AUDIENCIAS ACTIVAS 203
televisivos, copiada de la prensa escrita, tiende a crear interpreta- sas cuestiones implicadas y estableciendo los límites que marcan la
ciones distintas a las pretendidas . La estructura de los ítems de legitimidad de cada solución : las formas simbólicas son el resulta-
noticias, en muchos casos, conduce a la audiencia en direcciones do de un proceso social muy complejo y no es posible reducir esta
que ni los productores de noticias ni los analistas habrían anticipa- complejidad a algunos de los factores que intervienen en él o a cela-
do . Pero de este hecho no podemos inferir que no influyen o que la ciones unidireccionales . Las conclusiones a las que llega Lewis no
audiencia puede elegir sus propios significados . Al contrario, su zanjan el problema ya sempiterno de los efectos de la televisión,
estructura narrativa engendra, según muestra el trabajo de campo, pero ponen las balizas que delimitan el terreno dentro del cual han
una visión del mundo profundamente ahistórica -las noticias se de moverse las respuestas y desmonta algunas valoraciones preci-
convierten en mitos, flotantes al margen de las condiciones socia- pitadas del tipo «democracia semiótica» o «semiosis ilimitada» .
les económicas y culturales que las crean- que favorece más a la Nos remite al estudio empírico de las relaciones de producción y
derecha política que a la izquierda . Por tanto, hay efectos, desde consumo, que implican la participación de sujetos o agentes que
luego, pero no son siempre, necesariamente, fruto de una voluntad están dotados de determinadas habilidades y competencias y
calculadora (o intentio operis, que diría el clásico) . Que no se hayan que actúan en contextos donde operan determinados discursos e
anticipado los efectos no significa que no existan . ideologías, pero concluye abrupta y sorprendentemente, después
El segundo estudio analiza el Show de Cosby . Según la eviden- de un recorrido tan meticuloso y ponderado, con una afirmación
cia obtenida en los grupos de discusión (diferenciados de acuerdo que finalmente elimina toda la complejidad desplegada a lo largo
con el color racial), la teleserie tiene un significado ideológico del resto del texto : las interpretaciones plurales de los espectadores
ambiguo en lo relativo a la raza y la clase social, porque para los dependen de sus condicionamientos sociales . Las diferentes inter-
blancos se reflejan en ella los avatares de una familia universal sin pretaciones no son asunto de elección (agencia humana), sino un
color, mientras que los negros encuentran por primera vez una producto de los entornos ideológicos que cada uno habita (estruc-
visión positiva y reivindicativa del color/raza . «Esta polisemia -nos tura determinante) .
dice Lewis- no mengua la influencia del show sino que la compli-
ca .» Necesitamos reconocer esta complejidad : no existe la inter-
pretación y el significado . En sociedades plurales, donde además la 4. Valoración crítica de las teorías de la audiencia activa
técnica del zapping permite que el espectador huya de las compli-
caciones y mensajes agresivos, el poder hegemónico del Show De alguna manera, con la exposición de la obra de Lewis hemos
depende de su habilidad para resonar de diferentes maneras en entrado ya en el examen crítico de las teorías expuestas en este
diferentes audiencias . Esto no significa conceder ahora un poder capítulo . Ahora nos resta concluir la exposición con un examen sis-
omnímodo a los espectadores . La evidencia demuestra que las temático de las principales limitaciones que presentan estos plan-
interpretaciones dependen de determinados condicionamientos teamientos, incluido también el de Lewis . Hemos situado las teo-
sociales . Los miembros de la audiencia no construyen un rango de rías de la audiencia activa a partir de una exposición crítica previa
interpretaciones y eligen después la que más les apetece . Las dife- de las teorías de la cultura de masas, de la economía política de los
rencias entre la interpretación de los negros y de los blancos no media, de la semiología y del paradigma psicosociológico nortea-
aparecen como una cuestión de elección, sino como producto de mericano. Hemos ido mostrando el elitismo, esencialismo y reduc-
los diferentes entornos ideológicos que habitan . «Un programa cionismo de las tesis de la cultura de masas, así como su determi-
ambiguo puede ser tan manipulador como uno carente de ambi- nismo tecnológico ; hemos aludido al psicologismo funcionalista
güedad, simplemente se mueve por múltiples vías . Ésta es una for- típico de la sociología empírica y aplicada ; el imperialismo del tex-
ma realmente moderna de omnipotencia», la omnipotencia del to propio de las corrientes formalistas y semióticas ; el determinis-
pulpo ideológico (1991 : 205). mo económico de la teoría de la economía política en concreto y de
El estudio de Lewis contribuye a clarificar la problemática, las posiciones marxistas en general . Hemos enmarcado la corriente
fijando la validez de las distintas posiciones, deslindando las diver- de los Cultural Studies y de las audiencias activas como una tentati-


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va fructífera e innovadora para superar dichas dificultades, reco- cómo leen de hecho las audiencias . En segundo lugar, la ambigüe-
nociendo el carácter hermenéutico o semiótico del proceso de dad calculada de determinados programas (pero también puede
apropiación . En el interior de este campo de investigación se han decirse lo mismo de la inconsciente), con una estructura narrativa
desarrollado tesis básicas como la de que el significado no es típica de ficción, no permite a la audiencia un despliegue mayor de
intrínseco a los objetos sino que es construido en las prácticas y su creatividad, porque las lecturas están determinadas por las con-
relaciones sociales de su producción y consumo ; que el significante diciones y capital cultural de los intérpretes . En este sentido, pode-
se halla abierto a diversos significados ; que la audiencia es activa y mos añadir que la tesis de la democracia semiótica (que aparece en
productiva ; que el intérprete o receptor no es un ser vacío (sin dis- Fiske y Willis) es fruto de una confusión . En primer lugar, parece
cursos ni competencias), aislado (sin relaciones ni contextos socia- suponer que todas las lecturas de un texto son igualmente posibles
les), pasivo (sin prácticas ni elecciones), estático (sin historia, tra- (se hallan en paridad de condiciones) y que contiene infinitas inter-
yectoria ni biografía) . Ahora bien, al hilo de la exposición de esta pretaciones ante las cuales el consumidor puede ejercitar su dere-
corriente innovadora, también han ido apareciendo sus deficien- cho omnímodo de elección . Ahora bien, frente a la «obra abierta»
cias y limitaciones . Concretamente, señalaremos como más impor- hay que recordar «los límites de la interpretación Al menos una
tantes las siguientes : ha prestado poca atención al proceso de pro- economía de la interpretación nos llevará a reconocer que no todas
ducción con todas sus condiciones y características, con sus inno- las interpretaciones son igualmente viables, por tanto, polisemia y
vaciones tecnológicas y organizativas, con los contextos políticos ambigüedad deben entenderse de una forma más restringida .
en que opera (regulación o desregulación), con su especialización Pero la tesis de la democracia semiótica tiene una contrapartida
funcional, con sus conflictos, desajustes, asimetrías y tensiones ; ha que es igualmente errónea : si el texto está abierto a múltiples lectu-
descuidado el análisis de los procesos complejos de circulación de ras, entonces son los intérpretes, los consumidores, los que final-
mensajes en las actuales condiciones de modernidad avanzada y mente fijan un significado. Todos los lectores, todos los seres
mundialización ; no se ha examinado adecuadamente la relación humanos -dirá Willis- son productores de significado, porque
entre significantes (programas u objetos de consumo) y producto- todos poseen la creatividad simbólica . Esta afirmación pluralista,
res de significado (audiencias) ; se ha tendido a reducir la proble- posmoderna pese a que Willis denoste el posmodernismo de la
mática de los efectos a una cuestión de significación e interpre- implosión del signo, confunde la condición ontológica del género
tación ; se presenta, por ello mismo, la tesis de la resistencia de humano con su posición social e histórica e ignora que cada ser hu-
una forma simple como resistencia en la interpretación; existe una mano concreto posee un capital cultural, una competencia y un
confusión lamentable entre niveles analíticos (agencia/estructura, habitus que son los que determinan (establecen los límites, fijan las
dominación/subordinación) ; manejan una concepción insuficiente condiciones y presionan) las interpretaciones posibles . En suma,
de sociedad (no se tiene en cuenta la emergencia de campos de la sociedad no es una estructura de posiciones caracterizada por la
acción especializados y las lógicas específicas que esto produce, así paridad y el equilibrio de fuerzas, ni las culturas conviven armóni-
como la interrelación entre los campos) . Con la excepción de los camente en un reino atemporal pacífico .
dos primeros aspectos, que requieren un tratamiento aparte, Por ello, debemos tener en consideración tanto la estructura
vamos a exponer con algo más de detalle las restantes dificultades . narrativa del texto (no podemos ignorar la semiótica, los análisis
textuales y de contenido) como las condiciones y características
1 . Como ha señalado Lewis, la estructura narrativa peculiar socioculturales de las audiencias . Sin embargo, al señalar la deter-
de las noticias de los informativos da pie para que los espectadores minación corremos el peligro de no acabar de evitar el determinis-
produzcan, de forma inconsciente generalmente, lecturas diver- mo, si no precisamos un poco más la problemática. Bourdieu ha
gentes en relación con el significado anticipado que han inscrito en utilizado técnicas estadísticas para establecer las regularidades de
ellas los productores . Por tanto, sería insuficiente toda tentativa de las prácticas de consumo de los franceses y ha mostrado el carácter
comprensión del significado a partir de la intentio auctoris y de la socialmente construido de todas las preferencias, interpretaciones
intentio operis. Necesitamos del trabajo de campo para observar y juicios de valor que orientan el consumo . Mediante su amplia


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encuesta muestra las conexiones entre los gustos, los estilos de vida bién, entre otras variables, por la materia a la que afectan y por su
y las posiciones sociales . Los estudios de audiencias activas han duración, período de incubación, forma y momento de manifes-
seguido una metodología muy diferente : los grupos de discusión, la tación . Tendríamos que analizar, además, los efectos derivados de
entrevista en profundidad y la observación participante . Esta la interacción con otros productos culturales, los efectos feed-
metodología les ha permitido captar las diferencias de la interpre- back, etc . Señalaremos aquí tan sólo algunas cuestiones que nos
tación y les ha llevado o bien a instaurar un reino de posibilidades parecen imprescindibles para fijar en su justo lugar los estudios de
infinitas para todos o bien a explicar las diferencias mediante la interpretaciones .
determinacion sociocultural . Como ya hemos mostrado la debili- Como ha señalado Lodziak, si la evidencia no es concluyente en
dad de la tesis de la democracia semiótica, nos centraremos ahora la cuestión de los efectos, hay algunos que, sin embargo, son incon-
en desmontar la confusión que opera en las tesis de la determina- testables : ver la televisión es una actividad que cada vez monopoli-
ción, sean al estilo cuantitativo de Bourdieu o al cualitativo de za y consume una mayor parte de nuestro tiempo . Podemos añadir
Lewis . Este enfoque analiza regularidades estadísticas o predomi- que los media nos obligan a reorganizar nuestros entornos vitales y
nancias significantes y establece la conexión legítima entre dichas nuestras relaciones sociales, proporcionan temas para nuestras
regularidades y predominancias, de un lado, y las regularidades de conversaciones, al interaccionar con ellos nos entrenan para una
la posición social o de la estructura de significaciones e ideologías, forma de apropiación de manera que no se comportan de la mis-
de otro . El problema aparece cuando damos el salto desde este pla- ma forma las generaciones que han accedido a ellos después de su
no metodologico que nos permite reducir la indeterminación, al socialización primaria que las que han sido socializadas en ellos
plano ontológico, donde eliminamos la indeterminación y el miste- desde la cuna (éste es el tema de las competencias culturales y el
rio . Porque tanto las regularidades como las predominancias se habitus); por otra parte, los posibles efectos dependerán de varia-
construyen eliminando las posiciones extremas y las discrepancias bles como el capital cultural y las tecnologías complementarias dis-
en el seno de una distribución . Si reconocemos éstas, sin abando- ponibles (mando a distancia, vídeo y otros periféricos como cáma-
nar el estudio de aquéllas, podremos plantear el problema de la ras de vídeo, acceso a canales diversos, etc .) . Por ejemplo, cabe
relación entre agencia y estructura, creatividad y determinación de pensar que la desregulación y la desaparición del monopolio de la
una manera más rigurosa . televisión pública afecte a las formas de percibir las vinculaciones
2 . En las etnografías de audiencias que, como hemos dicho, sociales (una única televisión en un territorio crearía más sentido
surgen entre otros factores a partir del giro hermenéutico, hay una de comunidad que una pluralidad de canales), a la disponibilidad
inclinacion a confundir y reducir los efectos de los media con sus de productos, etc ., pero también comprobamos cómo la competen-
efectos semióticos, es decir a reducir todos los efectos a significa- cia por las audiencias puede implicar una degradación de la sali-
dos : si las investigaciones de las audiencias nos muestran que la dad de los programas y una homogeneización de sus contenidos
gente efectúa lecturas discrepantes, entonces ya no hay efecto de (programas esencialmente similares que persiguen con desespero
dominación (y parece que ya no haya ninguna clase de efecto en altas cotas de audiencia explotando meras diferencias marginales) .
absoluto) . La audiencia es soberana . Debemos suponer, al menos, que existen también efectos in-
Hemos sostenido que la tesis de la creatividad de las audiencias conscientes e imprevistos (el fumador no anticipa el cáncer de pul-
fue innovadora y útil porque acabó con el determinismo de los món en el acto de fumar o cualquier otro de los efectos que se
efectos directos y unidireccionales, que no analizaba las relaciones manifestarán con posterioridad, pero éstos existen), especialmente
de producción y consumo . Pero al utilizar casi en exclusiva el efectos a largo plazo (la dificultad para investigarlos no nos debe
método etnográfico y el bagaje teórico del giro hermenéutico se ha llevar a afirmar que una actividad tan absorbente sea inocua),
producido una reducción de la creatividad a interpretación y de los La televisión está transformando las pautas de conducta, aun-
efectos a significaciones . Un planteamiento más riguroso deberá que sea difícil prever cómo . La práctica de ver la televisión trans .
discernir distintos tipos de efectos : no sólo porque hay consumos forma la propia realidad, aunque tampoco podemos anticipar dón
diferenciados y, por lo tanto, diversidad de audiencias, sino tam- de acaba este proceso . Tomemos un ejemplo de otra práctica típica



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de la modernidad : el fútbol, deporte de masas . Según los datos tomamos decisiones y somos agentes de nuestros propios destinos .
estadísticos de panel (García Ferrando, 1996), podemos comprobar Me siento feliz de contar con 31 elecciones en Baskin-Robbins y
cómo ha ido creciendo el porcentaje de personas que prefieren ver que hay lotes de detergentes y latas de cerveza en las estanterías del
el fútbol en televisión, y la encarnizada pugna entre los canales supermercado . Pero las megaelecciones también cuentan, y no
televisivos para lograr la exclusiva de su retransmisión nos muestra recuerdo haber conseguido la oportunidad de elegir si deseo estas
la importancia de este fenómeno . Pero, a su vez, la práctica de ver numerosas elecciones de helados, cervezas y detergentes . La liber-
el fútbol por televisión con sus técnicas del zoom, del primer plano, tad de elección está crecientemente enmarcada, al menos en la
de la repetición de la jugada, transforman la visión directa en el U . S . A ., como elección de consumidor» (Berger, 1995 : 147 y ss .) .
campo, que ahora necesita de pantallas gigantes para que los afi-
cionados puedan ver al modo televisivo la repetición del instante A la crítica de Berger hay que añadir que la resistencia tiende a
mágico del gol. ser, como por otra parte es lógico dentro de una teoría de la hege-
Finalmente, creemos que no es posible ignorar que, en un con- monía, resistencia en el significado . Es decir, que existen interpre-
texto de desregulación, existen poderosos conglomerados económi- taciones discrepantes con la visión dominante de la realidad .
cos que luchan por el control de los media a nivel local, nacional y A partir de la burla, ironía, placer producido por interpretaciones
planetario . Estas concentraciones de editoriales, casas grabadoras, alternativas, etc ., deducimos resistencia. Pero resistencia a la inter-
productoras de programas y películas, carteras de publicidad, dis- pretación dominante no es equivalente a resistencia a la domina-
tribuidoras, etc ., tienen un enorme poder para seleccionar la agen- ción. Si pudiéramos efectuar observación participante en las rela-
da de la opinión pública y el rango de discursos disponibles . Sin ciones y momentos informales que pautan la vida de las personas
embargo, tampoco hay que magnificar su poder . Redactando estas que ocupan el corazón del poder en cualquier organización o insti-
líneas, recibo por la radio los datos de las elecciones italianas : Ber- tución, comprobaríamos que también ellos encuentran ocasiones
lusconi, el líder del centro derecha, posee el mayor conglomerado para mofarse de su propio poder (los eclesiásticos también cuentan
de grupos de información y media de Italia y, sin embargo, ha per- chistes anticlericales) y realizan actos de condescendencia hacia
dido las elecciones . Es evidente que necesitamos investigar con sus subordinados quebrando las reglas formales y las barreras de
más rigor determinados procesos sociales de la comunicación de las jerarquías . ¿Significa eso que son resistentes? O, por el contra-
masas . rio, ¿sus prácticas confirman por otras vías el poder? Seguramente
3 . Sobre la teoría de la resistencia : Como hemos visto, con el la influencia que ha ejercido en muchos de estos autores la ínter-
concepto de resistencia los neogramscianos designan los esfuerzos pretación del Carnaval por parte de Bajtin y de la vida cotidiana
que realizan los grupos subordinados, utilizando los recursos de por Michel de Certeau, como prácticas de inversión, les ha llevado
sus subculturas, para oponerse a las tentativas de los grupos domi- a magnificar la resistencia simbólica, ritual y semiótica .
nantes de imponer una cultura hegemónica . Según Berger, esta Siguiendo el planteamiento de Abercrombie et al., creemos no-
interpretación de la resistencia como «agencia» activa olvida, sin sotros que el problema de la dominación debe abordarse de otra
embargo, que la resistencia raramente es efectiva ; los resistentes manera. ¿Es necesaria la dominación ideológica para que haya
resisten, ciertamente, pero la resistencia o bien es vencida o produ- orden social?, ¿para que los trabajadores y las clases populares no
ce consecuencias irónicas que reproducen el sistema real de domi- se lancen a la revolución? Existen otros mecanismos y procesos
nación-subordinación al que parecen resistir . Pese a los esfuerzos sociales que producen orden (la coerción sorda de las relaciones
de Willis para evitarla, nos dice Berger comentando Learning to económicas de que hablara Marx; la especialización funcional y la
Labouring, «la conclusión a extraer de su propia evidencia es que división del trabajo expuesta por Durkheim ; la necesidad de «segu-
no parece haber mucha diferencia entre ser un resistente activo y ridad ontológica» garantizada por las rutinas cotidianas de que
un aquiescente pasivo o un resistente pasivo y un aquiescente acti- han tratado Goffman y Giddens, las ventajas tangibles que propor-
vo (1995 : 148) . Los jóvenes de clase obrera de Willis resisten la cul- ciona el mercado y el Estado del bienestar), aparte de que debería-
tura de la escuela como jóvenes de clase obrera . «Sí, todos nosotros mos aceptar que un sistema social tiene la capacidad de funcionar


LAS AUDIENCIAS ACTIVAS 211


210 SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA

con determinado grado de desorden y de que no todo conflicto es I'i simbólica constitutiva de todo ser humano, frente a la visión estra-
antisistémico . tificacional y jerárquica del humanismo, que niega virtualidad
estética y expresiva a la vida cotidiana, y otra muy distinta que
Pero, además y como ya hemos ido insinuando en diversas oca-
celebremos la apoteosis de la vida ordinaria negando la existencia
siones, estos planteamientos tienden a confundir dos niveles de
problemáticas, que si bien no son separables en la práctica, tampo- real de los sistemas y campos de acción especializados .
co se subsumen la una en la otra . Por un lado, está a nuestro juicio Sucede igual, pues, en la esfera de la política que en la del arte .
De esta forma, se absolutiza el nivel de la accion para negar auto-
la relacion entre la agencia y la estructura, o si se quiere para for-
mularlo en los términos desarrollados en este capítulo, aunque no nomía al de la acción política o al de la acción estética . Se afirma la
soberanía del consumidor y se desvanece la lógica (social pero tam-
sean exactamente smonlmos, entre la creatividad y la determina-
cion; por otro lado, está la problemática de la dominación y la bién formal y material) del objeto a consumir . Y, por este camino,
subordinación . La primera hace referencia a nuestra constitución propuestas innovadoras acaban no sólo en el reconocimiento nece-
como sujetos sociales ; la segunda a nuestra constitución como sacio sino en la apología de la prepolítica . La asunción de una crea-
sujetos de la polis, de la comunidad política (en la cual se da una tividad simbólica constitutiva exige y hace posible una lectura
distribución asimétrica de recursos) . En la medida en que somos alternativa (a la oficial e interna) del campo del arte, pero no supo-
sujetos, somos seres capaces de acción, de producción y reproduc- ne su disolución .
clon y, por tanto, tenemos poder, en este sentido muy básico . ¿Del
reconocimiento de esta constitucion como sujetos podemos inferir
que nuestra creatividad ontológica es un reto para el sistema domi-
nante y el orden establecido? No, porque en condiciones de moder-
nidad, la gestión política de las sociedades está especializada, cons-
tituye un campo específico de acción, integrado por instituciones,
movimientos y redes de relaciones específicas, que se rigen por
principios igualmente específicos . Para resistir al orden de la domi-
nación es preciso actuar en ese campo o en referencia a ese campo .
Sin embargo, la creatividad ontológica sí que nos indica la existen-
cia de un límite radical a la dominación .
No profundizaremos más en esta cuestión aquí . Pero la ilustra-
remos con el análisis de otro aspecto que está concernido directa-
mente por el libro de Willis . Afirma éste que el arte oficial, que con-
sagra los objetos por sus supuestos valores internos, elitista, que
requiere sofisticadas competencias para su disfrute, está muerto .
Frente a él, se alza la «estética profunda» (principio tan oscuro
como el aura benjaminesca, aunque de signo contrario) de la crea-
tividad simbólica de la vida cotidiana, una estética común y profa-
na, emotiva tanto como cognitiva y formal, que permite convertir
la vida en arte . Pero al enfocar el tema de esta manera actúa disol-
viendo el problema más que resolviéndolo, ignorando la constitu-
ción histórica del campo de producción cultural y su forma de ope-
rar, las emergencias que ha provocado, las competencias que ha
creado (la mirada estética del arte por el arte, etc .) . Por tanto, una
cosa es que pensemos la estética consagrada desde la creatividad

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