Autodeterminación
El derecho de libre determinación de los pueblos, más conocido como derecho
de autodeterminación, es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas
de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural, y estructurarse
libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de equidad. La
libre determinación está recogida en los Pactos Internacionales de Derechos
Humanos, aunque no en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
También numerosas resoluciones de la Asamblea General de la ONU hacen
referencia a este principio y lo desarrollan: por ejemplo, las resoluciones 1514 (XV)
o 1541 (XV), relativas al derecho de autodeterminación de los pueblos coloniales.
Es un principio fundamental del Derecho internacional público y un derecho de los
pueblos, que tiene carácter inalienable y genera obligaciones erga omnes1 para los
Estados. Incluso, de acuerdo con muchos autores, la libre determinación ha
devenido norma de ius cogens.2
Autoestima
La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones,
sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos,
hacia nuestra manera de ser, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro
carácter. En resumen: es la percepción evaluativa de nosotros mismos.1
Abraham Maslow, en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la
necesidad de aprecio, que se divide en dos aspectos, el aprecio que se tiene uno
mismo (amor propio, confianza, pericia, suficiencia, etc.), y el respeto y estimación
que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.). 2 La expresión
de aprecio más sana según Maslow es la que se manifiesta «en el respeto que le
merecemos a otros, más que el renombre, la celebridad y la adulación».