Ensayo: Tiza, plumón y computador

No recuerdo con exactitud el día en que las maravillosas tizas de colores

desaparecieron de nuestra aula. La gran pizarra verde y la cajita de cartón que
estaba en uno de sus costados, de un momento a otro fueron reemplazadas por la
blanca y suave pizarra nueva. La apreciada cajita de tizas, que para entonces era
un tesoro, fue cambiada también por dos desaliñados plumones, que cumplían
bastante bien su función pues la escritura de la maestra se veía hasta el último
banco, que era el mío, pese a todas sus virtudes jamás alcanzaron la fama de las
preciadas tizas de colores. Hoy en día hasta aquella pizarra blanca, que en algún
momento fue una gran innovación ha sido desplazada por objetos tecnológicos
aún más completos y con mayores posibilidades de uso.

Nos encontramos insertos en una sociedad cada vez más exigente y cambiante,
es por ello, que en busca de mejorar y facilitar la vida de los seres humanos se
han generado múltiples innovaciones en todas las áreas. Incluida, por supuesto
también la educación. Los avances tecnológicos en la mayoría de las situaciones
son beneficiosos, entre ellos podemos encontrar la creación de la imprenta,
antídotos y vacunas contra enfermedades. Por el contrario también existen
creaciones que están muy lejos de ser positivas, como son los distintos tipos de
armas, las bombas y las drogas. No obstante y pese a que las funciones y aportes
de estos objetos tecnológicos se alzan totalmente opuestos, tienen un punto de
convergencia, ambas situaciones buenas o malas están al servicio del hombre, es
decir no sustituyen al ser humano, sino que satisfacen necesidades.

En educación las innovaciones tecnológicas, hasta ahora han sustituido objetos

básicos, por algunos más completos. No obstante hace poco tiempo Humberto
Eco, expuso una situación en la que un estudiante planteó explícitamente a su
profesor la posibilidad de sustituirlo, pues el computador de la mano de internet
poseía todo la información que él necesitaba. Paradojalmente este estudiante ha
destruido incluso la convergencia entre los objetos tecnológicos (buenos o malos)
para con el hombre, pues según su planteamiento esta tecnología no está al
servicio del docente, sino que lo reemplaza. Entonces ¿es necesario el docente?

Tales cuestionamientos se relacionan también con las funciones que han tenido a
lo largo de la historia la televisión y la radio, sin embargo ninguno de estos lo ha
sustituido. Ciertamente y en las propias palabras del autor esta es una verdad a
medias, porque ante todo un docente además de informar debe formar, establecer
diálogos, confrontar opiniones, enseñar técnicas de estudio, educar acorde a los
estilos de aprendizaje y necesidades educativas especiales, y como si estos
fundamentos fueran pocos, un profesor educa y forma en valores, que es aun
muchísimo más importante que la inmensa cantidad de información que internet
pone a nuestros pies. Humildemente creo, que el computador jamás logrará
satisfacer estas necesidades, sin embargo es preciso contar con docentes
innovadores que gobiernen internet.

"La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de
corazón a corazón" Howard G. Hendricks