Es imprescindible que las Universidades incluyan en los programas de estudio de
todas las carreras de Pedagogía, asignaturas orientadas a preparar profesionales mucho más capacitados para enfrentarse a los nuevos requerimientos que el mundo nos exige.
Considero valiosísimo el estar en constante actualización en todas las áreas de la
vida y en este sentido se incluye la tecnología. Es impresionante ver como nuestros estudiantes muchas veces dominan estas herramientas tecnológicas mucho mejor que nosotros, de ahí surge la relevancia e importancia de aprender a utilizarlas, si pretendemos conocer a nuestros alumnos y propiciar un aprendizaje significativo en ellos. Asimismo, debemos ser capaces de adecuarnos a este nuevo modo de aprehender y enseñar, de este modo estaremos preparados para entregar una educación de calidad en la cual realmente nos preocupemos de los intereses y necesidades de los alumnos y no nos centraremos en nuestras limitaciones para aprender acerca de un tema y lo rechacemos solo por nuestra desidia.
Nuestros estudiantes han cambiado al igual que el mismo mundo, de ahí la
necesidad de cambiar el modo de enseñar. Las nuevas generaciones se han impregnado de nuevas tecnologías que es preciso aprehenderlas y utilizarlas para enseñar con ellas y así favorecer un aprendizaje mucho más significativo. Como inmigrantes digitales deberemos reconocer nuestras limitaciones y a partir de ellas trabajar para mejorar cada día más.
Debemos utilizar todas las herramientas tecnológicas para poder enseñar y no
despreciar lo que éstas nos entregan. Lo que nos debe orientar es el aprendizaje por parte de nuestros alumnos y nuestro deber es aprender a enseñar a partir de metodologías innovadoras. El modo de favorecerlo es viendo a nuestros estudiantes como entes activos, protagonistas de su propio aprendizaje, buscadores de nuevas formas de analizar, preguntar, interpretar y entender el medio que los rodea y la tecnología permite precisamente eso, obtener, crear, analizar y comunicar sus resultados mucho más rápido, es decir, permite la interacción de los alumnos con el mismo universo “virtual”. Esto exige un cambio de vista tanto del profesor, como del de los alumnos. El primero, deberá adecuarse a los nuevos requerimientos de la sociedad, reconociéndose como guía y mediador entre el conocimiento y nuestros alumnos. Los segundos, tendrán que identificar sus necesidades y conocimientos que deseen apropiarse y buscar modos de favorecer su apropiación. Las nuevas tecnologías dan a los estudiantes y a los profesores acceso a recursos mucho más allá de aquellos que pueden encontrar en las bibliotecas.
Los alumnos y nosotros mismos aprendemos en la sala de clases, en la calle, en
nuestra casa, en todos los lados. Un alumno en una comunidad rural puede hacer sus tareas junto a otro alumno ubicado en otro lugar del mundo y nosotros podemos supervisarlos a través de correo electrónico constantemente, por esto mismo no debemos despreciar lo que la tecnología puede beneficiar en este proceso de enseñanza – aprendizaje del cual todos somos participes.