Introducción
El Alzheimer es una enfermedad cerebral que causa problemas con la memoria, la forma de
pensar y el carácter o la manera de comportarse. Esta enfermedad no es una forma normal
del envejecimiento.
Hoy en día, se estima que 5,4 millones de personas en los Estados Unidos tienen la
enfermedad de Alzheimer. Para el año 2050, el número de personas en los Estados Unidos
con la enfermedad puede alcanzar a los 16 millones.
Debido a que un 70 por ciento de aquellas personas que padecen del Alzheimer viven en
sus hogares, el impacto de esta enfermedad se extiende a millones de familiares, amigos y
cuidadores.
Una creciente evidencia indica que factores de riesgo en enfermedades vasculares como
diabetes, obesidad y presión alta y colesterol alta, también pueden ser factores de riesgo
para Alzheimer y la demencia. Específicimente, los científicos están encontrando nuevas
evidencias que podrían relacionar la diabetes tipo 2 con la enfermedad de Alzheimer. Los
latinos presentan altos porcentajes de cada uno de estos factores de riesgo.
LA DEMENCIA
Acerca de la demencia
Si bien los síntomas de la demencia pueden variar mucho, al menos dos de las siguientes
funciones mentales principales deben verse afectadas significativamente para que se
considere un caso de demencia:
Memoria
Comunicación y lenguaje
Capacidad para concentrarse y prestar atención
Razonamiento y juicio
Percepción visual
Las personas con demencia pueden tener problemas con la memoria a corto plazo, como
olvidar dónde pusieron el bolso o la cartera, pagar cuentas, planificar y preparar comidas,
recordar citas o moverse fuera de su vecindario.
Muchas demencias son progresivas, lo que significa que los síntomas comienzan
lentamente y empeoran gradualmente. Si usted o un ser querido experimenta dificultades
con su memoria u otros cambios en las capacidades de razonamiento, no las ignore.
Consulte a un médico para determinar la causa. Una evaluación profesional puede detectar
una enfermedad tratable e, incluso si los síntomas sugieren demencia, el diagnóstico
temprano permite que la persona obtenga el máximo beneficio de los tratamientos
disponibles y le ofrece la oportunidad de participar, de forma voluntaria, en estudios o
ensayos clínicos. También le da tiempo para planificar su futuro.
Causas
La demencia es causada por el deterioro de las células del cerebro. Este daño interfiere
con la capacidad de las células del cerebro para comunicarse entre sí. Cuando las
células del cerebro no pueden comunicarse con normalidad, el razonamiento, la
conducta y los sentimientos pueden verse afectados.
El cerebro tiene varias regiones distintas, cada una es responsable de diferentes funciones
(por ejemplo, de memoria, de juicio y de movimiento). Cuando se dañan las células de una
región en particular, esa región no puede cumplir sus funciones con normalidad.
Los diferentes tipos de demencia están relacionados con tipos particulares de daño en las
células cerebrales en regiones específicas del cerebro. Por ejemplo, en la enfermedad de
Alzheimer, los altos niveles de determinadas proteínas dentro y fuera de las células del
cerebro dificultan que las células del cerebro se mantengan sanas y se comuniquen entre sí.
La región del cerebro denominada hipocampo es el centro del aprendizaje y la memoria; las
células del cerebro de esa región suelen ser las primeras en dañarse. Esa es la razón por la
cual la pérdida de la memoria suele ser uno de los primeros síntomas del Alzheimer.
Si bien la mayoría de los cambios cerebrales que causan demencia son permanentes y
empeoran con el tiempo, los problemas de razonamiento y la memoria causados por las
siguientes condiciones pueden mejorar cuando se da atención o se trata la enfermedad:
Depresión
Efectos secundarios de medicamentos
Consumo excesivo de alcohol
Problemas de la tiroides
Deficiencias de vitaminas
Diagnóstico de la demencia
No existe una única prueba para determinar si una persona tiene demencia. Los
médicos diagnostican el Alzheimer y otros tipos de demencia en función de una historia
clínica detallada, una evaluación física, pruebas de laboratorio y los cambios característicos
en el razonamiento, el funcionamiento diario y el comportamiento asociados con cada tipo
de demencia. Los médicos pueden determinar si una persona tiene demencia con un alto
nivel de precisión. Sin embargo, es más difícil determinar el tipo exacto de demencia dado
que los síntomas y los cambios del cerebro de diferentes demencias pueden coincidir. En
algunos casos, un médico puede diagnosticar "demencia" sin especificar su tipo. Si esto
ocurre, es posible que se necesite consultar a un especialista, como un neurólogo o
psicólogo especializado en gerontología.
Factores de riesgo cardiovasculares: Su cerebro se nutre a través de una de las redes más
ricas de vasos sanguíneos en su organismo. Cualquier cosa que dañe los vasos sanguíneos
de cualquier parte de su cuerpo puede dañar los vasos sanguíneos de su cerebro, privando a
las células del cerebro de recibir el alimento y el oxígeno fundamentales. Los cambios en
los vasos sanguíneos del cerebro están relacionados con la demencia vascular. Suelen
presentarse con los cambios causados por otros tipos de demencia, incluso la enfermedad
de Alzheimer y la demencia con cuerpos de Lewy. Estos cambios pueden interactuar y
provocar un deterioro más rápido o impedimentos más graves. Usted puede ayudar a
proteger su cerebro con algunas de las estrategias que son las mismas que protegen su
corazón: no fumar, mantener un peso saludable, y mantener la presión arterial, el colesterol
y el azúcar en la sangre en los niveles recomendados.
Ejercicio físico: El ejercicio físico regular puede ayudar a disminuir el riesgo de algunos
tipos de demencia. Las pruebas han demostrado que el ejercicio puede beneficiar
directamente las células del cerebro, ya que aumenta el flujo de sangre y oxígeno hacia el
cerebro.
Alimentación: Lo que usted coma puede tener un gran impacto en la salud de su cerebro a
través de su efecto en su salud cardíaca. La mejor prueba actual sugiere que los patrones de
alimentación para mantener un corazón sano, como una dieta mediterránea, también pueden
ayudar a proteger su cerebro. Una dieta mediterránea incluye relativamente poca carne roja
y muchos cereales, frutas, verduras, pescado, mariscos, frutos secos, aceite de oliva y otras
grasas saludables.