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Códigos Penales

de los Países de
America Latina
Primer8 cdtci6n miyo d a 1000
ISBN 968-5153-574
Imprrro en M l r I f ~
Pririted In Merleo
DR dD Suprema Corte de Justhii de la Niel6n
Hace exactamente cien años fue publicada en México, por
Antonio A. de Medina y Ormaechea, la primera colección
de los códigos penales de América latina. Aquella primera
obra, monumental, incluía también los códigos de varios
países de Europa, por cuanto era una colección completa
de la legislación penal de los pueblos latinos.
Hoy, la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México
y ei lnstituio i.atinoaincricano dc las Naciones Unidas ¡>ara
la Prevención dcl Delito y cl 'l'raiynieriio del 1)elinc~icntc
(Progrania
. - ILANUI>.COMISIOS EUIIOPEA), en u11
esfuerzo conjunto, tienen el agrado de disco
compacto, la edición actual de los Códigos Penales de
todos los Países de América Latina, a saber, Argentina,
Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba,
Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República
Dominicana, Uruguay y Venezuela.
La edición viene precedida de una riquísima introducción
preparada por el Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, agrupando
los códigos por familias, y explicando su genealogía
originada en los que denomina cuatro sucesivos
"desembarcos" de textos provenientes de Europa, que
fueron asimilados, según las circunstancias de cada uno,
por los países de la región. El Profesor Zaffaroni continúa
su análisis refiriendo los momentos legislativos más
recientes, correspondientes a las llamadas ideologías de
la seguridad nacional y de la seguridad urbana, para
concluir detallando, a partir de los textos vigentes, un
listado de las instituciones incompatibles con los derechos
humanos que aún subsisten en nuestras legislaciones
positivas, señalándonos así el camino por el que deberían
transitar las próximas reformas en América Latina.
La Suprema Corte de Justicia dc la Niición de Mcxico y
el ILANUD desean por medio de csta publicación
contribuir a dicha tarea de reforma, para lograr sistemas
de justicia penal más eficientes y también más respetuosos
de los derechos fundamentales de víctimas y victimarios.

Ministro Genaro David Góngora Pimentel


Presidente de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación de México

Eiías Carranza
Director del Lnstituto Latinoamericano deNaciones Unidas
para la Prevencióndel Delito y Tratamientodel Delincuente
Suprema Corte de Justicia de la Nación de México

Ministro Presidente
Genaro David Góngora Pimentel

Primera Sala

Ministro Presidente José de Jesús Gndiño Pelayo


Mrnistro JuventinoV. Castro y Castro
Ministro Humberto Román Palacios
Ministra OIga María del Carmen Sánchez Cordero
Ministro Juan N. Süva Meza

Segunda Sala

Ministro Presidente Guillermo 1. Ortiz Mayagoitia


Ministro José Vicente Aguinaco Aiemán
Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano
Ministro Mariano Azuela Güitrón
Ministro Juan Díaz Romero
institutoLatinoamekano de Naciones Unidas pata la
Prevención del Delitoy Tratamientodel Delincuente
LJANUD~COMISI~N EUROPEA

Eiías Carranza
Director General del E N

Javier Rodríguez Oconitrüio


Coordinador de Programa LegislaciónPenal
Agradecimientos

El Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la


Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, así como
la Suprema Corte de Justicia de laNación de México, amdecen
-
profi;ncl;micntea lossiguiciitc~
expertosy eipeais Iü i-ccopilación
- Pcnalcs de sus
de la \ crsi6n nilis aciuüli/ad~dc los C'Odieos
respectivos países.

Argentina Eugenio Raúl Zaffaroni


Bolivia Nancy del Rosario Romero Beníos.
Brasil René Ariel Dotti.
Colombia Mauricio Martinez Sánchez.
Costa Rica Henry lssa El Khoury Jacob.
Cuba Caridad Navarrete Calderón.
Chile Miguel Cillero Bruñol.
Ecuador Arturo Donoso Castellón.
El Salvador Atilio Ramírez Amaya.
Guatemata Héctor A. De León Velasco.
Haiti Oscar Fernánda (PNUD)
Honduras René Suazo Lagos
México Suprema Corte de Justicia de la Nación de México
Nicaragua SergioCuarezma Terán.
Panamá AuraGuerrade Villalaz.
Paraguay Benigno Rojas Via.
Peni Felipe VillavicencioTerreros.
República César Pina Toribio
Dominicana
Uruguay Adela Reta y Ofelia Grezzi
Venezuela Elio Gómez Grillo.

Asimismo, nuestro reconocimientoa todas aquellaspersonas que


con su labor contribuyeron para hacer posible la presente
publicación
Tabla de Contenido
Los Códigos Penales de Latinoamérica 15

1. Genealogía de la Codificación penal Latinoamericana 21

1.- Formación de las Familias de Códigos 21

2.- El primer desembarco dc modelos 32

3.- El segundo desembarco de textos 53

4.- El tercer desembarcode modelos 79

5.- El cuarto desembarco de modelos 91

IL- La agresión a la racionalidad legislativaen matena penal 100

1.- Consideraciones sobre los textos vigentes 100

2.- Consideraciones sobre las perspectivas legislativas lea

NOTAS 111

TABLA DE ABREVIAlURAS 133

ÍNDICETOPON~MICO 135

MANUAL DEL USUAlüODEL CD 155


LOS CÓDIGOS PENALES DE
LATINOAMOÉRICA
Eugenio Raúl Zaffaroni
Códigos Penales de Latinoamérica

LOS CÓDIGOS PENALES DE LATINOAMÉRICA'

Agonizaba el sigloW[ cuandouna exbaña obra vio la luz


en México, conteniendo por vez primera los textos reunidos de
los códigos penales de América Latina. Se trata de la obra de
Antonio A. de Medina y Ormaechea,publicada en México en
18992, aunque su prólogo está fechado en marzo de 1896.
En rigor, es sabidoque la adjetivaciónde ''1atina"a laparte
del continente que nos corresponde, tiene origen peyorativo,
orgullosamenteasumido luego por nuestros países. No obstante,
el autor de aquella recopilación pionera glorificaba en su prólogo
lacivilización romana y considembaa todanuestra regióncomo
expresión de latinidad. Esta rendida admiraciónpor Roma y la
consiguiente ignorancia de los otros aportes culturales -
seguramente considerados desvreciables o "salvaies" en su
época-justificóque rccopilasc Gnbién los códigos i c Francia,
i3élgiy E.sixiña. I'ortugai, 1tali;iv los"1ihrus lcmblcj"dcl1)iecsto.
iunh a los dieciocho& s&
o! lGinoamericanosíCubav~&á
no eran independientes) f a los dieciséis códigos de lÓs estados
con que contaba la RepúblicaMexicana @urango, Guanajuato,
Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nuevo
León, Oaxaea, Querétaro, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, V e r a c ~ z
y Yucatán), o sea, un total de cuarenta códigos.
Puede decirse que las características editoriales y de
composiciónde esta primera mopilación son insólitas: sehatade
una obra encuadernadacon tapa dura, profusamente colorida y
de dimensiones colosales: casi sesenta centímetros de alto por
treinta de ancho. Sus páginas se despliegan en tres hacia cada
lado, por lo cual su manejo requiere un espacio libre de casi dos
metros, lo que haec pcnsar en enormcs mesas de aniplisimas
bibliotecas privadas cii rcsidcncias fastuosis y afrmccsadasde la
oligarquía porfírista.Los codigos se publican en sus respectivos
idiomas (casiellano,Francés, p>rtu&~i's,iialiano y latin) y no atán
px~rrlen,sinoencolumnad&uno~untoalotm ségúnlaprolilpsión
numéricadelos articulas, de modo que en coluuuiasparalelas se
tranmii textosqueno tienen ningtinarelacióntemáticacon los
que siguen m ordenborimntal. En la primera página desplegable,
cada columna está encabezada por la bandera del respectivo
país a todo color, pero en las páginas siguientes, es decir, en el
resto del libro, es muy fácil confundir los textos. Estas
narticulandadeshacenaue
?---~~-
laobra seade dificilísimo manejo, e
incluso que rcquicrü unü manipulación hano mcticulosa para no
~~~

daílar la en~uademacion
-~ o las txiginas. El iexto culinin:1 col1 un
índice alfabeticode libros,tíhil~s,&pítulos,seccionesy párrafos,
y los índices de los cuarenta códigospublicados.
AlpromediarelsigloXX,en 1946,osea, cuarenta y siete
&as<krnuécdeiapublicaciánmexi*ma,violahizlaobradeJim~~
de Asúa y Carsi Zacaré9, en dos volúmenes en papel Biblia,
editadosen Caracas e impresos enBuenosAires, donde también
estáfechadoelu16loiro.Sménade Asliallevaacabounestudiode
l~~ón~de~en~dieci~~bopá~~ublicado
enelurimertomo(sedivide encincomítuios:historia,orientación
&l&códig~vig&tes,paaegene~~apecial Y psib'iidad Y
di6cultaddeuniñcarloscOdigospenalesm Iberoamérica). Carsi
&ca&tuvo asucargo el índice analitico alfabético, que ocupa
desdelapágina917hastala 1,270delsegundotomo.Loscódigos
deHaitíy delBmil sepublicanencastellano.
Treinta y dos años transcurrieron desde la segunda
publicación conjunta, hasta que en 1978 apareció en Buenos
Aires el primer tomo de la recopilación de Leveney Zaffaroni, al
que siguieronlos dos tomos sucesivos en 1979 y el cuarto en
1980P.El prólogo esta fechado en 1975 y la demorada tarea de
impresiónobligó a revisar textos y también índices. La edición
contieneimabrevenoticiabistbncay analizaalgunasdisposiciones
generales en cuarenta y cinco páginas. En el cuarto tomo se
publicanlos cinco proyectos más recientes en su momento y el
texto del llamado '&digo penal tipo latinoamericano". También
enesta edición los códigos delBrasily de Haiti sepublicaron en
castellano. Las últimas setentay siete páginas del c u t o tomo
están dedicadas al índice alfabético temático. En pocos años
esta publicación quedó desactualizada, pues en la década
siguiente al menos cinco de los textos publicados fueron
integramente reemplazados y otros c b sustaneialmenut
Códigos Penales de Lafinoamérica

modificados, los proyccios pci-dicronvigcncia y, cn gcrierül, la


configuración y la tcndciicia de la codilicación penal
latinoimericanacambiónotoriamente'.
A partir de 1994,la Universidad de Salamancacomienza
la publicación de los códigos penales de la región, en que cada
volumen está precedido por una investigaciónhistórica a cargo
de diferentes autores, en el marco de unainvestigaciónrealmda
con el apoyo de la Diputación Provincial de Salamanca. La
publicación se lleva a cabo en Bogotá y es el más reciente y
cuidado ensayo de publicación conjunta6.
En rigor, no creemos que el soportede papel sea totalmente
sustituible en la labor del comparatista. pero es claro aue la
tecnología electrónica permitepkveernue%s recopilacion& que
eviten la necesidad de rehacer aermanentementelas anteriores
con soporte de papel, sin que por ello el comparatista se halle
desprotegido frente a los constantes cambios legislativos,
introducidos por los inquietos y a veces desconcertados
legisladores de nuestra región. Las referencias históricas y
detallados estudios legislativos referidos a cada código penal,
puede hallarlos el lector en la última recopilación mencionada,
esto es, en las cuidadosaspresentaciones de la Universidad de
Salamanca que preceden cada uno de los códigos publicados
en Bogotá. Sería absurdo por nuestra parte, pretender sustituir
lo que ha sido llevado a cabo por un equipo internacional de
especialistas,sin contar con que la duplicidadde tareas siempre
importa una insensatez. Por ello, el principal objetivo de esta
recopilaciijn es presentar los códigospenales de Américahtina
en la forma en que se hallaban vigentes el 3 1de diciembre de
1999,para lo cual se ha recurrido a un especialistaencada país7.
Normalmente, una obra de esta naturaleza es consu1tada
por quien investiga un tema en particular y, sólo
excepcionalmente,por un comparatista, o sea que, lo usual es
que sea útil a quien no a un profesional del cornparatkmo, sino
sólo un"amateur" cuyo interéstécnico es la investigacióndeun
problema o institucióndetmnhda y, las más de lasve~a, pani
cumpiir con el üadicional capíailo,deIegisIacih de
toda monografía estructurada conforme a cánones clásicos. En
cualquier caso, es decir, sea que el consultante sea un
comparatista, o bien, sea un ocasional interesado en la
comparación con motivo de m tema o institución particular,
creemos quelameracompuracióndetextos y solucioneslegales
en forma dc corteimnsversal, !.imiiándose a mostrar las difmtes
solucionesy las coincidenciasy disidencias entre textos, cs por
~lo menos una labor sirnolista aue no resulta útil a ninguno
- ~-~
~ - de
üriibos. En principio, uliu cornpi-lición porreinas e iiisiitiiciones,
llevada a cabri con seriedad cieiitilíca. iio puede liniiiarse a la
ley, sino que debiemabmar lavida del teso, con información
sobre su aplicacióny frecuenciay, además, completada con la
interpretaciónjurisprudencia1 y doctrinaria de cada país. Es
sabido que existen múltiples disposiciones legales que
nrácticamente no se aolican, tioos oenales olvidados en los
*
Códigos quejamás han &nidoGgenciareal, otros que se m ú a n
de código a código. sin aue siauiera el legislador local haya
meditado en eíio&Sanci8narioS, en tanto &e hay otros de muy
frecuenteuso práctico y a cuyo respecto suele debatirse en la
doctrina, apelarse para sucomprensión a teoría penal extranjera
y dividir las opiniones, no sólo dogmáticas sino también
jurisprudenciales. La labor del comparatista en este sentido,
pretendiendo abarcar todas las disposiciones de todos los
códigosde laregión,sería ciclópea y sólorealizable en el marco
deuna investigaciónconrecursos faraónicos. Dado lo inviable
de esta la tentativa dcaliílisis conipmtivo tr.msvetxil que
puedehacerhacerel pntscntadorde iuxinwpilación dc csia natmlc~q
siempre arrojará un resultado iliscutiblc y dcfcctuoso parli el
comparatista profesional, en tanto que para e1 investigador
ocasionaimenteasomadoa estos textos y ansioso de un análisis
agotador y profundo de la institución que le preocupa, siempre
Sere insuficiente.
Por ello, tanto en la presentación de los textos de la
Universidad de Salamanca, como de la presente recopilación
que prescinde de la base de papel, creemos prefenbfe que los
lectores dispongan de una infonaciónprevia aue les m d t a
comprender la genealogia de lo que tienen &e suviita. Los
cóalgaspenales~nacendeEvacíonisonm,~en
Códigos Penales de Latinoamérica

sino que tienen genealogía, es decir, que descienden de otros


códigos, de modo que configuran familias de textos, que
responden a sus ideologías particulares, sin pejuicio de las
combinaciones más o menos eclécticas, por lo general poco
recomendables. Cuando se pretenden anaiizar las regulaciones
de instituciones en particular, prescindiendo de las respectivas
genealogías, se cae en una exposición ideológicamente
descoritextualizada, con grave riesgo de pcrdcr el Iiilo conductor
dc Iaelabordción totiii del tcxto, es decir, las ideas rzctoms que
determinaronsu arquitechxra.
Un código, en términos modernos, es un texto legal, es
decir, una única ley, que procura abarcar la regulación de toda
una rama del saber jurídico. Esta moderna concepción de
"código"se vincula al enciclopedismo, que pretendía sintetizary
exponer todo lo concerniente a cada rima del saber humano.
Se trata de un texto sistemático,poroposicióna losvieios códigos
premodernos, que eran textos ~onsolidados,~como ias
"recopilacioiies"~esP~olas o las "oiilenacioncs" portiigucs;ij.
La idea de códigos sisieniáticosse fue abriendo paso por cfecto
de necesidades de gobierno. Cuando se incre-mentó la
centralización estatal, fueron cada vez más convenientes los
códigos sistemátic~s,~ara~ermitir que la voluntad del poder
central se realizase en forma pareja en todo el territori~.~
Tanto la codificación como el enciclopedismo fueron
esfuenos de la modernidad por la racionalidad, exponiendo y
agotandosistemáticamenteun contenidopara hacerlo accesible
y no con~ciictono.De allí que sea importantelaidea rectora de
todo código, que es la que preside su sistemática y d e t e d a
sus conceptos angulares.
Siendo loscódigosauténticasprcúuictosde la modernidad
y, por ende, de la racionalidad republicana, es lógico que la
ecdaícaciónseencuentrehoy en crisis en elmudo, amenazada
por una descodificacióny desideoIogizaeión, es decir, por la
anarquía legislativade "leyes especiales'" por la pédida de
lineasmaestmsoe&m de lalegislaciónpenal. El dapreGio
por ias ideas-ras o ideologías-en el sano sentida positivo
dc la expresión-, no es mis que un dcspmio por la racionalidad,
oculto bajo cl disfrdz dc superación de ka"iiio<lcmidU<I".Ilc allí
auc. cuando sc oficce una rccopilüciGn dcl Srcito \,¡gente a Iii
&*encia codificadora latino&ericana, sea bueno comenzar
w r exvlicarde dóndeproviene, es decir, exponer su genealogía,
;ara l;cgo contrastarla con la situilcii~nvigentc, O sea, con 13s
pulsionis dc los cstados policialcs quc ariicna/ün a los cstados
de derecho, dcsborhdo los liniircs liber~lcs--lasganuitias- 31
poder en múltiples, anárquicasy antojadizas "leyes
pendes especiales'' y disposicionespenales enquistadas en leyes
no penales.
Cuando un código está bien elaborado debe responder a
unaarquitechmque permita aljuez y al doctrinario(e incluso al
ciudadano) saber en qué lugar haltarfi cada cosa. De allí que
quien compare, por ejemplo el código de Baviera de 1813 y el
código austríaco de 1974, tendrá la sensación de pasar de un
magnííicopalacio de la%belleepoque"aunedifciomodemísimo
y funcional, o quien se detenga en el código de Zanardelli y lea
luego el de Rocco, verá que, sin soluciónde continuidad, pasa
de un edificio armónico y barroco que recuerda las galerías de
Milán, a otro macizo y cuadrado, caracterizado por el
monumentalismo, la hntalidad y la simetría que evoca la fea
arquitectumciclópeadel régimen que lo sancionó. También hay
códigos inhbspitos y grises, con escaleras y corredores
laberÍntico~,puertas
queseabrenalvacioy balconec que&tan
muros; son resultado de la yuxtaposición incoherente de
soluciones particulares, obtenidas por corte t r a n s v d , sin hilo
conductor ideológico. La primera parte de esta breve
intmduccibn se dedicará a exponerla geaealogíade los códigos
penales latinoamericanos,es decir, dónde hallaron inspiración
sus arquitectos y qué significaban las ideas rectoras en sus
contextos originarios de aparición. La segunda será dedicada,
muy escuetamente, alaspulsiaiai queestánprocurandodestruir
estatendencia mcionaly repubticana conun aceleradoproceso
d e ~ ó n , d e s i d e o -l ,~y i h
al estado de derecho.
Códigos Penales de Latinoamérica

L GENEALOGÍA DE LACODLFICACION
PENAL LATiNOAMERICANA
1. FORMACIÓN DE LAS FAMILIAS DE
CODIGOS
Por "genealogía" no entendemos la mera "historia". A
diferencia de la historia, la genealogíade las disposiciones@es
-especialmentede los tipos- apunta a un dato de realidad: se
refiere a los interesas que el legislador históricocree qye colisionan
en el conflicto que tipifica y el sentido con que ese legislador
quiso decidirlo al someterlo al poder punitivo? Por supuesto
que esto no descarta la posibilidad de que el propio legislador
histórico originario ignorase que no lo decidía en el sentido
proclnmndc>,pero lo quc es claro cs que su tipificación y
crintinaliación priinaria producía cierto ctccto cii la opiiiión de
los sectores quele
. , .interesaba satisfacer o tranquilizar. Por lo
gen&, las- ion%p ~ ~ d e n o r i g u i a n a m e n t e
a una situación que se "desnormaliza" y que demanda una
"renormalización", en todo lo cualjuegan tanto intereses como
imaginario social y, cspccililmcntc,imaginario dc los sectores
hcgemónicos. Puedc nfinnarsc, pucs, que 18 Icgislación
comparada proporciona los matexiaiesparaiahistoria, y ésta, a
su vez, lapista para la genealogía.
Es imaginable la forma en que lapista de lagenealogíase
pierde cuandountexto se importa y, m&saún, cuando se recorta,
se simplificay se combina con otros recortes y elementos, sin
atender mucho a su compatibilidad. Nadie puede ignorar la
importanteinfluencia de códigos europeosharto diferentesen la
codificación penal de América Latina y, por consiguiente,
preguntam, qué semejanza pueden tener las Sociedadespmana
de los años veinte con la suiza del proyecto de Stooss, la argentina
de fines del sigloM conlabávara de comienzos de ese siglo,
la dominicana o la haitiana con la francesa de tiempos
bonapartistas, la venezolana con la italiana del código de
Zanardelli, la brasileiia o lauruguaya con la italiana dei código
deRocoo,~la~~conla~~dela~~Feaeral
aontexm
perolociatoesqueen~esoa~se
penales que habían sido concebidos conforme a juegos de
interesese imaginarios públicos y hegemónicos de sociedades
con conflictividades completamente diferentes. Son cstos
contextos originarios los que muy brevemente pretendemos
recuperar en estas páginas.
La codificación penal de América Latina presenta un
mosaico de elementos ideológicos provenientes de Empa, que
aigunasveces son casi supervivencias, lo que dala sensación de
un emjunto poco ordenado de dinosamiosvivos y computadoras,
que resulta de la importación de textos -a veces parciales- de
los códigos de modelos continentales europeos. El fenómeno
tampoco es totalmenteoriginal de estaregióa, pues en medida
diferente fue conocido en Europa en el siglo XIX, donde los
primeros códigos y proyectos no sirvieron como grandes
modelos'0 y la codificación se consolidó apartir del código de
Napoleón, pues los que luego se sancionaron se guiaron
rnetodolópjcamentepor ese modelo, apartándose o siguiendo
su plan y &S soluciohes,de modo que cada texto que s i apartó
del modelo bonapaaista en forma ideológicamente
- coherente,
devino él mismo modelo.
La particularidad del fenómeno latinoamericano fue que
esos modelos casi siempre se importaron, en ocasiones sin
w)~dersuideolo@a, casinmm~doencuentaladdad
local y, a veces, combinandosoluciones de diferentesmodelos
en formapoco coherente.Aun menos huentes fueroniasveces
que se aportaron soluciones propias y, cuando se lo hizo, por
regla no fueron muy atinadas, quedando algunas en el nivel de
las curiosidades. En general, la falta de comprensión de la
ideología de los modelos adoptados,proviene de que los mismos
fueron casi siempre decididos por técnicos que disputaban
espacios dentro de suscorporaciones, particularmente apartir
de mediadosdel siglopasado, es decir, superadala etapade los
códigos pioneros. A eUo debe agregase que estos técnicos no
s610procurabanprestigioen sus corporaciones,que siempre
fwmnbastank débides, sino que protagonizaban un marcado e
intenso intercambio de personalidades entre la corporación
judicialy i a p ü : t X a , p ~ b t c u a t e i ~ ~ & G a d o r f u e
Códigos Penales de Latinoamérica

tambi&unavíadeascenso en la carrerapolítica El e x t r a o ~ o
éxito continental de los modelos españoles de 1848, 1850 y
1870, por ejemplo, no obedeció a ninguna identificación
ideológica con éstos, sino a que esos textos fueron comentados
por muchos autores ilustres" y eso facilitaba su interpretación
judicial. Las combinaciones arbitrariasde soluciones fuera de
contexto y las curiosidades, suelen ser resultado de las disputas
del poder corparativo,de protagonismo político, de eventuales
inte~em&políticascoyundes enámbitolegislativo,algunas
por mero antojo, como de afanes de notoriedad o de
pragmatistnoy de urgencia.
La omisión de la consideración de la realidad de cada
país es una cuestión mas compleja e interesante. No es ajeno a
esacircunstancia el hiato entre realidad politica y legislación
vigente que protagonizó la región hasta las primeras dkadas del
sigloXX. Terminadas las guerras civiles del s i g l o m todos los
&ses de la región se o r g h n formalment&comorepúblicas,
Lbre la hase dc constihicionesliberales, generalmente&piradas
en las de los Estados Unidos, pero en realidad, fucron ~ ~ ú b l i c a s
oligáquicas, dominadasporlas nuevas elites locales. Mientras
las constituciones declamabangarantiasy sancionaban el principio
de soberaníapopular, en la realidad politica las elecciones eran
fraudulentas, el voto calificado o neutralizado y la violencia
terrateniente generaba situaciones de servidumbre, en la que
permanecía la mayor uarte de las noblaciones. En este contexto,
poco importaba 1;; sanción de códigos penales que poco onada
tenían que ver con la realidad confiictivadelpaís.
En cierto sentido, puede a f i a r c e que, unavez superada
la etapa de organización en que los pioneros -conservadores y
liberales- creían realmente en la efectividad del derecho, los
grupos dominantes fueron mas o menos conscientesde que,
cualquiera sea el código que se elija, el aparato de poder no
sufriría mayores cambios, porque: a) siempre se controlaba
políticamente a losjueces; b) el modelo de policía umtinuaba
siendo centdzado, mi&-, vd-o, corporativoy
depeaidiente&Ipoderejecutivo;y c) el procesoped
siaido~totio.
a) Los poderesjudiciales de América Latina están todos
organizados corporativamente, o sea, gobernados por SUS
cúpulas, y su designación -salvo Brasil- es meramentepolítica o
bien por cooptación del órgano supremo, a su vez nombrado
políticamente, a veces por periodos relativamentebreves. En
los tiempos de las repúblicas oligárquicas, los jueces se
identificabancon las ideologías de las elitesy en algunos casos
fueron sus custodios; posteriormente,las diferentescoyunturas
políticas condiciomn sus actitudes,no siendoposible atribuirles
rigumsamente cierta coherencia en la concepción delmund~'~
b) América L a hcopió en buena medida las instituciones
de la ~Ónstitucibndc los.~stadosUnidos, pero luego quiso
realizar esas institucionesde lacarta de Virginiamcdiantc una
~ ~

fuerza pública creada a imagen y scmcj~nz;ide la policia


borbónica francesa. Nunca se conoció cn la regióii el "slicrif'
electo ni la policía comunitaria, sino la policí&erticalizada y
militarizada, con funciones de seguridad, de investigación, de
policia municipal y de cuerpo penitenciario, en ocasiones con
unapIWiciaá de organismos, p k d o s dependientes del poder
ejecutivo. El sistemafederal de algunos países preservó enparte
lanluralidadaolicial.aunaue sinaueello fortakhe lasnolíticas
mbicipale;, sino e1poder de 16s ejecutivos locales, 'que con
h e n c i a las ucaron como eiércitos en las luchasintestinas.
.- Lo
cierto es que sin poderes júdiciales ni ministerios públicos
independientes, tampoco es posible concebir policías de
investigaciónkkpmdienW,enla confiictividadurbanacmiente,
tampoco puede pretenderse una policía de seguridad
responsable,cuandose la manipula para controlar socialmente
una sociedad compleja, íi-agmentaday con enormepolanZación
de siqutrra.
c) La estructura procesal Iütinoamcricana pro\,iene del
modelonapoleónico, generalnicnte tomado en forma indirecta,
es decir. através del modelo de -- -- =------
-. c¿xiivn nrnri.wl --r-.. de la
~cn:ifiol
n x t a d 6 n boMea. En estesentido, la creaciónLegislativa
ha sido muy !.imitada, moviéndose entre el &digo de Napoleón
y el de R m o . La afirmación de que los sistemas procesales
~ m m C a a s r n a l ~ w a a u c u l t a r s u c L filiacih
va
Códigos Penales de Latinoamérica

inqukioriai? En la región es comente que las policías cumplan


funcionesinstructoriasy hastapropiamenkjudiciales(en faltas,
velimosidad. detenciones de seeuridad. etc.). En todos los
&gos losjukcs dc iitslrucción tieneii facultadcs;le inv~sti~aciót~
amplisimas(quc suelcn delcgiren las policias ~lepcn~licntcs dcl
ejecutivo y a las que temen) y la defensa es muy limitada en esta
etapa. Todo esto sin contar con que, en los difesentes períodos
históricos, por diversasrazones (prevención del abigeato, de la
vagancia, de la seguridad de los caminos, de la criminalidad
política, de las bandas armadas,del terrorismo o delnarcotráiíco)
aumentan las facultadesjudiciales de las policías, las fuerzas
amadas adquieren funcionespoliciales yjudiciales (ley marcial
o estatutos de seguridad o de excepción)y los proccsos penales
judic~alcsagiidizan sus caracteres inquisitorios (desde la
"rcformdtio iii pcjus" a la posibilidad de introducir pruebas de
oficio, huta los actlicilisjucccs y tmtigos sin iustro, lwrcjemplo).
En rigor, cl código pcnal cs rcemplaiado en buena paric por el
código procesal penal, pues a travi-Sde la prisión prcveiitiva (y
la consiguieiitc rcgulacihn de la cxcarcclación),con proccsos
iitterminablcs, se ciccuta 1;ipcna privativa de la libertad bajo cl
pretexto de la prision o deteñ~ión~reventiva. ~a verdaderaha
es la prisión preventiva, la verdadera sentencia es el auto de
procesamiento que la dispone, y lasentenciaformal es una suerte
de recurso de revisión extraordinario,todo como resultado de
la distorsión institucional (o inversión del sistema penal) que
provoca la omisión de la dimensión temporal del proceso, sin
contar con la consagración procesal de la tortura a través de la
incomunicación y de la facultad policial de requisar y tomar
declaraciones, que constituyen su oporíunidad.
Las elites intuyen que importa poco qué código penal se
halla vigente, siempre que se conserven las mencionadas
estructurasdel aparato punitivo. Cuando ello sucede, libran la
discusióncodificadoraa los técnicos, que disputan suspmpios
espacioscorporativose imaghmefectos socialesque nada tiene
que ver con la Fealidadde poder que mcontmlary progama.
~vaxs,hospoütim&~enlaefi~d~ia~
de los códigos e intervienen activamente en la selecciónde los
de notoriedad clientelista, aunque racionalizados por 10s
pretendidosefectossocialesque terminan por creer.
En cualquier caso, es necesario tener presente que las
redacciones de los códigospenales latinoamericanossiempre
estuvieron a cargo de minonas más o menos alejadas de los
sectores carenciados de la población, casi tanto como de la
realidad operativa de un poder punitivo dedicado casi
exclusivamenteal contml social de masasmiserables. Satvo la
ingenuidad de los primeros legisladores, los códigos penales
latinoamericanos no fueron pensados nuncapor las elites de las
repúblicas oligárquicas del siglo XD( -y ni siquiera por los
politicos del sigloXX- comoun insirumentodegobierno,al estilo
delos códigos absolutos europeos, iniciadoswnla "Constitutio
CnminalisCarolina"pamA1emania de 1532,nitampoco como
concesiones del absolutismo ilustrado -como la Teresiana, la
Joseñna, la Instrucciónde CataliideRusiao el propio código
leopoldino toscano-, pero tampoco fueron productos
republicanos elaborados a paiíir de luchas por la obtención de
espacios piiblicos democWticos quc debicm p m n mcxkuitc
g m ú a s . La sanción dc los cixiigos pcnalcs en Ainérica Lütina
es más antojadiza, y pudoperm&rse el lujo de copiar textos en
forma más0 menos arbitraria, porque en definitiva, los sectores
hegemónicosse preocuparonmuchomás de mantener inaiteradas
losestructurasiutori&riasdc sus policiüs y la siibordinación
de la ley peñal. -
-
poliuw. del poderjudicial, que de lo quc expresaban las pcilabrüs

En este contextogeneral fueronllegandoy s e k q m m m


los &tos y las ideas, comenzando conun corte aparentemente
absoluto entre las legisiaciones coloni$es y las nacionales
p o s ~ ~ m a l a ~ c i ~ i ó n p o ü t Decimos
i c a ' ~ .que este corte
sólo parece ser absoluto, uoraue es necesario tener en cuenta
que hubo una continuidad gen&ente muypoco observada: el
wnirol social punitivo más extendido vusual. aue afectabaa la
mayor parte de nuestras poblacion6s, no distinguió tan
r a d i a l e , p u e s mtinuaron las leyes colonialesu otrasmuy
similares o peores. Por regla estose ignoraporque se-para en
los delitosgraves y f o ~ oy nos se prestalaatención que
Códigos Pendes de Latinoamérica

merecen los pequeños injustos, como vagancia, mendicidad,


peligrosidad, etc., es decir, las leyes de leva y otras análogas,
por las que se eliminaban los "vagos y malentretenidos': que
continuaban sin mayores cambios. Las leyes de leva
(incorporación forzada a los ejércitoso a obraspúblicas de vagos,
prostitutas, alcohólicosy, en general, personas molestas a la
policía, es decir, los indeseables) corresponden a sociedades
d e s ; laindustnal'izaciónneocolonialista p r o v d a cambiosy
el viejo sistema de levas pasaría a ser un sis~contravencional
o de peligrosidad sociallS.
Producida laemancipaciónpolíticay fnisbrtdoslos ideales
continentalesbolivarianos y sanmartinianosen las ex-colonias
españolas, con la balcanización de sus territorios, aunque
preservada la unidad de las portuguesas por el imperio, en todas
ellas se enfrentaron los intereses de los centros urbanos y,
especialmente, de los pu.krtos, con los intereses mediterráneós,
vinculados los primeros más íntimamente a la economía
mercantilista neo-colonialista liderada por Gran Bretaña y los
segundosa la economía colonial extractivay artesanal.Aunque
-como era de esperar, dada la confimción del uoder mundial-
terminaron tri&fancio los primeros, las luchas éntre los que se
dieronen llamar liberales y conservadores,unitarios y federales,
coloradosy blancos, etc. siguió un curso particular encada país,
*cuentemente signado como lucha religiosa y jalonado por
episodios sangrientos y también cuxiosos, como la extraña
aventura de Maximiliano de Habsburgo enMéxico. Esta lucha
decae recién en la segunda mitad del siglo XIX y durante la
mismase sancionaron losprimrros códigospenaies del continente.
Estas fueron lascondiciones políticas generalesdel primer
desembarco de modelos de códigos penales, por regla general
trai'dosporlos h W e s , c o m & & d e l a W d e l a ~ 6 n ,
aunque tampoco faltaron conservadores plegados al mismo
convencimiento,perosiemp~t:conmenor entusiasma o eco.
Los primeros en llegar fueron: el código de 3%p& de
1822y el cédigode NapoleOn También en f o r m a d indirecta
el proyecto de Mello Freire (1786) para Portugal y con muy
buen suceso el de LivingstonparaLouisiana (1825). Por una vía
completamenteindependiente, por Uinuencia&ancesaseintrodujo
el código de Napoleón en Haití, impuesto al territorio de la
República Dominicanadumnteel dominio haitiano, y mantenido
en ese país después de su independencia.
lasideas que rondaban estostextos,aparte de las de algunos
de sus íImtresredactores -Mello Freirey Livingston-eran las de
Bma&Fiiangieif,Bentham y La&&d,ampliamente düimdidos
entre loslatinoamericanos. De este modo tuvo lugar la primera
codificación continental, construida sobre la base de estos
modelosi6,casi siempre adoptados íntegramente: el código
Naí>oie6nenHaitíyi a R e p & l i c a ~ ~ V i g e n & h h 0 y ;L 7
el espaiíol de 1822 en El Salvadoris,Bolivia19,VeracnizZo ,
i?cwW1, etc.; el deZouisianaen Gua@malay Nicaraguaz2,etc.
Siembargo,tambib en tiemposde esteprimer d e s e m h hubo
unaobraoodificadomorigmai,cnyamenciónnopodernocomitir,
que fue el Código do Irnpério do Brasil de 1830, en el que
c o n v ~ & a l g u n a m m ~ L i ~y tMello o nFrek.
Esle mtemmWio período nos obliga a referirnos someramente
a s u s i A s p ~ i d e o l Ó g i m ay u n b r e r e ~ i d e l a s ~ ~
e ideologías de sus modelos, como también del único texto con
f~~tunipropia que &tó de la importaeióa
El segundo desembarco de modelos europeos se produjo
ya entrada la segunda mitad del siglo XIX y los que cundieron
fueron los códigos espaiiolesde 1848-1850y 1870,el primer
códigonacional italiano ocódice Zanardelli.
En menor extensión cabe mencionar al cOdigo de Bélgica,
casi limitado al código García Moreno del EcuadoP y a una
pmiai infiuencia sobre el código de ChiiP.Igualmente, debe
mencioname el Cixügo de Baviem de 1813, que llega tarúíamente
y limitadoa la primer;i wdificación argentina25y a su influencia
(Paraguay y ecosparciales en otros paísay6 y el holandés de
1881,cuya elaboración h e bastante paralela a la italianaz7y
quecStap~ci~enelplayer~o~~&1891~
Códigos Penales de Lutinoumdrica

Losmisnosnavíosq u e t m n s p o ~ ~ c ó d i geuiopeos
os
y que llevaban a las metrópolis de ese continente a los penalistas y
políticos latinoamericanos,tambiénbansportarona América los
pheros impuisosdelpositivismocriminólogo italiano y h c é s ,
pudiendo aknamque es elperíodode iundacióndelacriminología
hthoamerionaporvíay dxademedicosalienistasyle@k,siendo
losmás connotadosJosé h e n i d en la Ar~entinav k m d o
NuiaRcdríguesMen ~ r a s iLatinoamérica
i &taba p&ta a recibir
esa influencia3',toda vez que el racismo spenceriano se había
convertidoen el discurso dominanteentre las oligarquíaslocales32,
que de ese modo pasaban a ser la vanguardia iluminada de la
civikión, legitimandosuhude electoral e, incluso, pretendiendo
~evaracabounalaborpmteclorapatnd~delapobiación
reducidaa~ervidumb&~.
No es raro que el tercer desembarco de textos europeos
transportase las manifestaciones y ecos del positivismo
~lúninológico, ividainciitca b d a d o cn el continenteaniencano.
Pesca los csti~crzosdc contención dcl avance positivista'\ cl
dcrccho pcnal se dcpddaba a dcrcchopolicinl de seguridad, la
pena pcrdia su jerarquía y nada la diferenciaba dc IU cocrción
admiili~trdii\~a dirccta, la infcriorid?d biológica del inthcior se
volvía verdad dogmáticay, por ende, la sup&ioridad biológica
de los jueces sanos legitimaba la hegemonía de las clases
sul"ri&s cn su salud fi$ca y, por cndc, mordl, quc la preservaba
dc las "lacras" sociales de los iriferiorcs. Dcsdc mucho antcsdcl
surgimientodel positivismo se había observado en Europa, por
obra de policías, la necesidad de controlar a las "clases
uelimosas" 3 5 . Por ello. el tercer desembarco de modelos
A

corresuonde a la receución de textos en los aue, en mayor o


menoimedida, se incckporaban elementospelfgrosistas, desde
el Provecto de Ferri hasta los aue c o m b i n a n m v medidas (el
proyécto de Stoossy el código de ~occo).'
Este impulso tiene lugar a partir de la tercera déeada del
sigloXX e impacta aMéxico, Cuba, Colombia,Brasil U m p y
v Perú. Se trata de un weríodo convulsionado, con
kanifcstaciones muy difmtes, producto de la quiebra
dcl antrriormodclodc repúblicas oligárquicas, l>cm si& por
un disciplinamiento que había perdido la fe enun orden más O
menos kantiano -por llamarle de alguna manera- y que con
discurso científicoconsagraba una ideologia verticalistao de
sociedades corporativizadas, en medio de movimientos
populam,,refonnas, revoluciones,dictadurasde estilo~cional
etc. Se tmtade un periodo en el que la doctrina regional fue, en
ocasiones, abiertamentepositivista,pero tambiénhubo autores
que &ti- f u e e n k a l positi~moen lasteorías del delito,
a u n q u e d a n un ampliomargaialapeli~idadenlateoría
de lapenay de las medidas, cuando no aceptaban abiertamente
el estado peligroso sin delito, o bien, no reparaban en que éste
se hallabavigente enhción de leyes que concedíanfunciones
judiciales y punitivas a las policías, con pretexto de su pretendida
naturaleza admbkhtiva.
El cuarto desembarco tuvo lugar a partir de los años
sesentadel siglo XX, con la llegada del proyecto oficial alemán
de 1962 y del proyecto alternativo alemánde 1966. A caballo
entre el tercer y el cuarto desembarco puede considerarse el
1lamaáo"cédigo penal tipo latínoamericano",myapreparación
comenzó en 1963. En verdad, los modelos del tercer y cuarto
b b a m se confunden, salvoen los casos de infiuenciasclaras
y manifiestas. Sus efectos se han sentido en casi toda América
Central, Pamm& Colombia, Bolivia, etc. Puede afirmarse que
esteprocesocorrespondealperiodo de seguridadnacional, en
que los ideales de democracia estable se hunden ante la
proliferaciónde golpes deEstadoy laguerra centroamericana,
aunque no seriajusto decir que le fue funcional, porque, en
verdad, las dictad- de seguridad nacional no se p m p a r o n
mucho por la elaboración de códigospenales conformea sus
pautas, sino que sancionaron legislacionesaberrantes,kerade
todo contexto constitucional y, además, apelaron a un sistema
penal paralelo y subterráneo, que se valió del secwstro, el robo,
latomu;i,laviolación,elhomicidio y,porcierto, la desaparición
forzada de personas.
Dcsdc queccsaron las di~tadumdc q u r i d a d nacional,
se puedc obscrvar wia saludable reacción conva las medidas
de seguridad posdetictuales y, cn g~mcral,contra todo derecho
Cddigos Penales de Latinoamérica

penal que no se orientepor la culpabilidad,aunque a veces se lo


haga tímidamente. Pueden señalarse los ejemplos de Brasil,
Colombia, Uruguay, Perú y Costa Rica, donde tiende a
desaparecer o a minimizarse la reincidencia y a reducirse o
suprimirse las medidas parahabitualesy anáiogas. Es delamentar
enel código paraguayo, la inclusión de unamedida de seguridad
para habituales, que también responde a la tradición de Stooss,
que bajo ese nombre oculta la vieja relegación europea.
2. EL PRIMER DESEMBARCO DE MODELOS.
2.1. Los inspiradores ideológicos.
2.1.1. La negada de Becearia.
El libro de Beccaria se tradujo al castellano en 1774por
don Juan Antonio de Las Casas, aunque no se sabe quién era en
&dad el traductor. En carta que Pietro Giusti dirige a Beccaria,
serefiereal traductorcomo el Abate Juan Antonio de Las Casas
y reflexiona sobre el apellido del mismo, recordando al famoso
fray Bartolomé de Las Casas. No se sabe si era su verdadero
nombre u ocultaba a un tal Abate Juan Alves o Alvarez,
mencionadopor Alejandro Vem como el verdaderotraductor
de Beccaria. Sin mayor fundamento se ha afirmado que el
verdadero traductor erael propio Campomanes,versión que
recogen Cantú y Nypels" 37 .
Lostkiuctom españolesdeBeccariasiguieronsiendo casi
anónimosh t e muchos años, como sucedecon JuanF.ibm en
1820 y con el misterioso traductor de 1822,cuya reedición se
himen 1828,constituyendo 1 a ~ e r s i Ó n ~ U a n a r n á s ~ d.i d a ~ ~
De esta forma,lo cierto fue que Beccaria se difundió entre
la ilustración latinoamericanay,prácticamente, no hay obra de la
materia que no haga referencia a él, no sólo entre íos autores
locales que muy poco elaboraron-sino entre los mismos autores
de los modelos adoptados.
Heccaria Ilcgv, pucs, en medio dc la litcntun proliibid~
de la Ilustración. Sus ideas moderddoras, su owsición a la vena
de muerte, a la tortura, el objetivo ~reventikogeneral de las
penas,etc., fueron el clima en que llegaron los modelos y en el
que éstos se habían gestado. Su influencia no fue, en general,
directamente percibida en la región, sino receptada através de
los códigos que se importaban3" Beccaria está citado en los
debates del código español de 1822,en el proyecto portugués
de Mello Freíre, en los trabajos de Livingston, etc. No es
necesario abundar en su influencia sobre toda la primera
Códigos Penales de Latinoamérica

codificaciónpenal, por lo cual, no podía estar ausente de una


tarea pionera de codificación,aunque ésta tuvieselugaren países
sumamentedistantesde su origen.
2.1.2. Fiangieri.

Muebasvecessehaobservadoqueelnivelténucojurídicode
B e c m r i a d i s t a b a d e s e r r m ~ .Su . penal práetieamente
~ ~obra
seredujoasu famosísimoEbro, que debes e r c o n s i M comouna
obrapolíticamásquejurídiea4'.Atodas luces más jurista h e su
~ ~ ~ , ~ P ~ e n y ~ e n n i á s u n i v a s a l .
Hombre del Iluminismo, su "Scienza dellalegislazione" es más
abarcativa, siendo su peso sobre los políticos y legislad& mucho
mayor, debidoa las maíerias que &a&@vhcukidas dkhmente a
sus intemxsinmediatas.

Filanpierifuetambiéntraducido al castellano en forma muy


problemátiica,pero siempn:temprana. Hubo trestradnccionesde
su obra, parece que las dos primem pero de cualquier
manera la úitima -de 1820-adquirió amplia difusión enAmérica.
Fdangmiejerció co~sidetablepesosobrelos l e g i s l a d o 1 ~ ~ ~ 0 1 e s
auto~ttsdeloodigo de 18D3y en genera1en la legislación española
delperíodo IibemP4.incluso tardíamente se publicó una síntesis
castellana de las ideas de este autd5.
La~~ncepciÓndelapenadeFilangiennoenrmuy diferente
de la de Beccaria: era para el objeto de la pena impedir que el
delincuentecometanuevosmales y también, retraer a los otros
de la tentación de cometer nuevos delitoP. La diferencia entre
ambos finca en la mayor precisión que acerca de las leyes
criminales tienen las ~rovuestasde Filmgieri. Tanto Beccaria
conio i:ilangicn cni; hijos dc la ilustración y es muy difícil
cstableccrlos limiwcntmestaactitud wlítiea y iadcl libcnlismo
en los casos concretos. Cabe pens& que &bos se hallan en
buena medida emnareadosen el llamado despotismoilustrado,
sus ideas no son en absolutoradieales, su pensamiento se adapta
kshnte bien a los interesesde quienesqueríancontenerel poder
absoluto, pero al mismo tiempo preservar los dereehos de una
~~a~caquewestodavíaiaclasem~
Veremos que la primera codificación que viene a América
es, en general, dura y poco flexible, nada considerada respecto
de los grupos socialescarenciados, cs decir, asentada sobre la
ficciónde laigualdaddeposibilidadessociales. Este es el marco
del despotismo ilustrado o del liberalismo en favor de sectorcs
másprivilegiados que las clasesmediasempremiasy mercantiles.
En este sentido la "Scienza" de FiIangie~i~~ es una obra típica,
propiade laépoca, pero también idealpara los intereses de las
clases criollas de las ciudades y los puertos que coincidían coi1
Gran Bretañaen la necesidad del libre comercio, que arruinada
las industrias artesanales de las regiones mediterráneas de
Latinoamérica y provocaría el florecimiento de las capitales y
puertos y del eomercio británico, hasta entonces realizado
únicamente por medio del contrabando.
2.13. Lardizábal.
Manuel de Lardizábal y Uribe tuvo en Latínoaméricamás
infiuenciaprsuobra48 que a través de su peso en la legislación.
Si bien parece haber sido citado algunas veces en el curso del
debate del código de 1822,parecieraque lo ha sido más para
demostrarconocimientoque por haber sido seriamentetomada
en consideración su obra49.De cualquier manera es dificil
&marlo, porque muchas de sus ideas erancomunes conlas de
otms auto= del iluminismoy, fkcuentementeestán incopmdas
al texto legal.
Lo que es indudable era que la obra de Lardizábal se
hallaba muy difundidaen M c a . Pese aque había nacido en
México (Tlaxcala) y marchó a España a los veinte años, nunca
hizo mención a ello, pero puede ser considerado el primer
penalista nacido en tierras americanas. Su obra data de 178ZS0
y sus trabajos p d ~ x i o mal, ¡bual quc aqublla, revelan una sólid:~
fomacionjundica en estcaut09~.

. , ,como el de los autores antes


El pensamientode Lardizabai
mencionados, se enmma en la misma actitud política. Se halla
lejanode dquier xadicalismo li-, al punto de que parte de
un contractualismomuy matizado, fundado en la naturaleza

m
Códigos Penales de Latinoamérica

humana. Es muy clara la tentativa de insertar el contractualismo


en la escolástica. De cualquier forma, su obra representa un
avance notable sobre la desordenada le~islaciónespañola
recopilada y su idea de la pr~.vcnciOngcncril -en la cual ~'"ridabn
tanibikn el principio de legalidad-
- no se alciaha mucho de la idea
central de los anieriores.
Las ideas de Lardizábal no solo se difundemna través de su
obra, sino también porque Gutiérrez, en su "Práctica CriminaP',
p i i b l i c 0 w i ' ~ i ~ c ~cn
~ cicitz
~ ~ ' ~foimacm
uc sinmisy n>pruduwión
de idea5 de Lrirdiiiíbül, como el riiisiiio autor ~ w n o c c.' ~
2.1.4. Mello Freire.
Pascoal José de Mello Freire es mucho menos conocido
que los anteriores. Fue el penalista ilustradopomigués,aunque
sus conoc~cntosy proyectos abarcarontambiénotros ámbitos.
Su obrajurídica aún no está traducida a lengua r ~ r n a n e ey~el~
más importante de sus trabajos en nuestramatcriaes el proyecto
de Código Criminalque, al igual que lo propuesto por lardizábal
en España, constituyeun avance notorio sobre la legislación
portuguesa ordenada. Las fuentes de Mello Freire son Beccaria,
Montesquieu, Servan, Rousseau, Vermeil, Blaekstone, Locke,
Voltaire, etc., es decir, todo el pensamiento iluminista. Debe
tenerse en cuenta que el proyecto de Mello Freire data de 1786,
o sea, que también se trata de una obra pionera muy temprana.
Uno de los autores de los dospmyectosde código criminal
que se tomaron en cuenta para la redacción del primer código
del Brasil, fue Bernardo Pereira de Vascon~ellos~~, que según
los autores nacionales había sido alumno de MeUo Freid5. Sea
como fuere, el trazo de este autor se puede observar en esa
primeracodificación, especialmentesi tenernos en cuenta que el
proyecto de Mello Freire va había sido expurgado
- y reeditado
h i e l sobrino y secretariódel autop.
2.1.5 Bentham.
En tanto que los otros autores, de vertiente racionalísta,
deducían sus Bentham,de alguna manera, inaugura o
anunciael positivismo, al menos anivel filosóficoS7.Su tesis es
conocida como "utilitarismo" y, en general, distinguida del
positivismo, pero con razón se ha dicho que el utilitarismono
pasa de serunpositivismoconcálCuloderentabilidad.Larclación
deBentham con los h c e s e s dió lugar a latempranatraducción
de sus obras y a la consiguiente divulgación en esa lenguaS8y
también en castellanos9. La Teoría de las penas y de las
recompensas -de 1775- fue la que alcanzó mayor difusión e
inspiró a los legisladores. La influencia de Bentham sobre el
código deNapoleón es clara. El rechazo de toda consideración
apriorística y el sostenimientode los principiosliberalespor m-
m n e s prácticas, abríael camino hacialaposteriorsuperación
de esas razones practicas en función de descubrimientos
empíricos, que fue loque en definitiva hiu,el positivismo.
La retribución como medida de la pena en función de la
necesidad de defensa socialtambiénla sostenía, muy claramente,
Romagnosi. La insuficiencia de esta medida para detener la
famosa "spinta criminale" la pondrá de manifiesto Carlo
C a w Wy, con ello, la "coutrospinta penale" dejará de tener
su medida en el delito, para pasar a tenerla en la personalidad
del deliiente. Este seráel cwso que completóel positivismo y
con ello, la muertedel derechop d l i b d estanidecretada,en
función de necesidadesprácticaspoliciales. El discursopenal
positivista deiaráde ser. de este mdo. un discurso de cont&ción
del podere s b l , para pasara ser un discurso Pero esta
invohiciónno la f>rota~~oniz&Benthamsino aue su rechazode la
raz6nw %avordeiau&dad, o mejor, lapr&msi&de queloracional
~~c0mndecon1oÚtil,abriráelcamUohaciaesedestuio.
En su tiempo, la idea de la retribución y de la exactitud en
la cantidad de dolor de la pena, llevó a Bentham a idear una
maquina de castigafl ,que luego tos ñanceses desarrollarían
tknicamente con laguill~tina~~, es decir, la perfecta máquina de
matar con i@ cantidadde dolor.
De la retribución como necesidad racional para la
prwendn g d , e t a d a por Beccaria y por Fiiangieri,
Códigos Penales de Latinoamérica

por Lardizábal y por Mello Frcire, remontada teóricamente a


los nivelesmás altos de la deducción, aislada de todo empirismo
por Kant, se pasa a la retribución como necesidad práctica en
Bentham. En tanto que Kant se percataba de que era
peligrosísimopara la legitimacióndel poder punitivo fundar la
pena en cualquier consideración empírica (por ello, el más
inteligentede los doctrinarios de la pena creabauna teoría de la
pena que no admitía la contaminaciónde ningún dato de realidad),
Bcntham fundaba la necesidad de la retribución en
consideraciones prácticas. Dejaba abierto el camino para el
desastre que Kant quería evitar.
I-:I incro rcpafiodc los priricip;iles teóricosque iniluycron
en las ideas del priiiier desembarco de inodelos importados nos
muestra claramente que la idea de pena que todoi manejaban
era retributiva, aunaue los fundamentosde tal concepción de la
pena fuesenmuydiferentes.
2.2. Las ideologías de los textos importados.
2.2.1. El Código Napoleón.
Se sostiene a veces que el código de Napoleón es un texto
producidopor la Revolución Francesa. Nada hay más inexacto.
Los códigos de la revolución63son técnicamente pobres y se
asegura que fueron hechos en pocas horas por lo que
puede ser verdad o difamación de sus críticos, pero lo cierto es
que son pobres y no sirven como modelos. Además, esos
códigos, con sus sistemas de penas fijas, pretendían un
retrihucionismo un tanto limitado. El código de Napoleón, en
lugar, es el código de un imperio verticalista. Con toda razón -
desde su punto de vista- uno de los historiadores del siglopasado
glorifica este texto observando que "las legislaciones
revolucionsiashabían tenido una tendencia a enervar la acción
penal. El nuevo códigoprofesa un marcado alejamiento de esa
falsa filantropía, e inaugura las represiones severas, necesarias
parael restablecimientodel orden social'aS. 'TIpemamienb de
Napoleón -comenta otro- al salir de una época de subversión
social, debe ser el de dar fuerza al poder, a lati
Ei primer proyecto de este código fue discutido en
veinticinco sesiones en 1804, presididas personalmente por
Napoleón. El segundo proyecto, que se convirtió en ley en el
código de 1810, fue discutido en cuarenta y una sesiones, del 4
de octubre de 1808 a1 18 de enero de 1810, a algunas de las
cuales asi~tióNapoleón~~. La exposición de motivos estuvo a
cargo de Bouhier, Faure y Treiihard Conorgullosus defensores
lo señalan como un ejemplo que cundió por casi toda Europa68.
Enmuchos sentidos el texto fue fundacionai, en especial
en cuanto a su metodología. Tiene el mérito de suconsiderable
técnica parala época, especialmenteen cuanto a la formulación
de la parte especial, sumamenteconcisa en comparación con las
legislacionesanteriom.
El código Napoleón fue sancionadoen siete leyes del 13
al 20 de febrero de 1810y puesto envigencia apartk del 1' de
enero de 181l. Con este texto se extendió la pena de muerte a
mayor número de casos, incluyendo la falsificacióndemoneda
y, en caso de parricidio, iba precedida del corte de la mano,
reintroduciéndose las penas detentivas, el ergáshrlo y la
confiscación general de los bienesb9.
De lageneral estruchua del código y de sus disposiciones
en particular queda claro que el código quiere proteger, ante
todo, al estado y su voluntad de poder, centrado en la persona
del Emperador. Como Dios había sido reemplazado por el
estado, 10sdelitoscontraéste desplazabana los delitos contra la
religión de otros modelos, encabezando la tabulaciónde delitos
de la parte especial. La antigua idea de la legislación penal de
Justiniano, que es "la expresión del principio de que la
conservación del Estado es el fundamento de la puniciónn70
rev&íeneltextonapo1eóniwy a p a r t i r d e l m i m o s e d i ~
por Europa, pasando incluso a Alemania (Sajonia, 1838;
Wiirtenberg, 1839), donde llega a ser modelo del código de
Prusia en 1851, que pasará a ser el código imperial, vigente
hasta 1975.Cabe observartambién que el código deNapoleón
tuvo aiguna influencia alemana, a través del proyecto de
KleiscbKKf para Baviera, es decir, justamente del proyecto
Cddigos Penales de Latinoamérica

combatidopor Feuerbach y que motivara su célebre polémica


con el autor, o sea, un código intimidatorio7' . Quizá una de las
razones por las que los autores del código de Napoleón no
cayeron en más exageraciones inthidatorias fue la influencia de
Bentham. El propio Target, en la presentación del proyecto,
afirmaba que la necesidad era lo que hacía legítima la pena72,lo
que era una idea bastante moderada en comparación con la
tendencia imperial romana que el código retomaba.
El textapartíadela~~cióndelasinsaccionesni&nies,
delitos y contravenciones,lo que procedía del texto de 1791.E1
libro IIIse ocupaba de los crímenesy de los delitosy de su punición
Como es lógico, dada la idea rectora del texto, el primer titulo se
ocupa de los crímenesy delitos contralacosapúblicay el segundo
de loscrímenes y delitoscontra los particulares.
No creemos que deba minimizarse el plan de un código,
porque generalmente es elocuente en cuanto a su tendencia
política. Pero, además del plan y su priorización del tratamiento
de los delitos contra el estado, el código de Napoleón es
elocuenteen otras expresionesde autoritaiismo verticalista, como
cuando llama a los delitos sexuales "delitos contra las
costumbres", lo que indica que,junto a la libertad de lavíctimay
por sobre de ella, estos delitos se penan porque lesionan las
costumbres en cuya conservación está interesado el estado7-'.
Prins escribió sobre este código: "Los autoresdelcódigo
imperial pertenecían aaquella escuela de criminalistasque, bajo
el influjo de Bentham, no encontrabanoürijustificacióna lapena
que la necesidad y la utilidad. La teoría de la necesidad de las
penas convenía ai espíritu despóticode Napoleón 1, que imprimía
al codigo penal su individualidad e impulsaba a los criminalistas
en el camino de la exageración de las penas, haciéndole tomar
como objetivo esencial, la intimidación. Los hechos elevados a
la categoría de crímenes y de delitos andaban muy lejos de ser
todos punibles en sí mismos; la tentativase asimilabasippre al
hecho consumaáo; la complicidada lacaoperación princ~pal;la
pena de muerte se prodiiab~con irrikntc prohsiOn, N veces
aronipañada de mutilacioiics; el código de 18 10 conservaba
las penas afiictivas e idamntes, lamuertecivil, la confiscación
general de bienes, la marca y la argolla,la vigilancia de la alta
policía del Estado. Además, se confundían los casos más
diferentes, pudiendo decir Rossi que el legislador de 1810
castigabaenmasa, a ciegas. Es evidente que el sistema adoptado
comprendía, en ciertas categorías estrechas, hechos que nada
teníanentre sí de semejantes.Por último, la desproporciónentre
las penas y las infracciones era muy extraña, y el sistema de
circunstancias apvantes infle~ible"'~.Como cabe suponer en
untexto de orden, dirigidoaintimidar,la reincidencia asumía un
papel protagónico en las agravantes. Si alguna dudaresta sobre
el verticalismo autoritario de este código, ladisipa el texto de su
art. 65: 'Ningúncrimenni delito puede ser excusadoni lapena
miti& sino en elcaso y las circunstancias que la ley declare el
hecho excnsableopermita apii~arleunapenamenosri~urosa".
2.2.2. El Código Español de 1822.
Este código, obra penal del liberalismo español de la
+oca, fue elaborado por unacomisión especial nombrada por
las Cortes, que dio comienzoa sus trabajos e19 de noviembre
de 1820 y lo presentó a éstas el 2 1 de abril de 1821. Como
miembrosde iacomisión firmaban el proyecto los dipiiiddos
Francisco Martinez Marina, Josi. hlaríia Calatrdva, Josí.Maniicl
devadillo, Joaquín Rey, Andrés Crespo Cantolla, Francisco
JavierCaro y L o m .Dada la demora en la impresión
del pmyecto, la discusión del mismo pasó a las Cortes de 1822.
E n e s t e e t e seperdiólaminuta del proyecto, que fue hatlada
luego en la mesa de un oficial de secretaría, lo que dio lugar a
una investigación y a la sanción del funcio~ario~~. En la sesión
del 10de mayo de 1822,el presidente manifestó que halló una
inscripciónen las actas correspondientes a la sesión del 13 de
febrero de ese año que daba por aprobado el código por las
Cortes, pero manifestaba su extrañeza y perplejidad ante la
ausencia del texto de las correcciones, por lo cuaI se decidió
nombrar una comisión para que io revisase y constatase su
conespondenciacon lo apmhadopor las Cortes, la que produjo
su informe el 21 de mayo7'. Quien en las diferentes sesiones
tomó la paiabrapara solicitarlas prórrogasy los informes fue el
Códigos Penales de Latinoamérica

diputado Calatrava,por lo que cabe suponer que tuvo destacada


actuación en el tramite del mismo. En los debates se citaron
muchos nombres de la época, entre los que cabe recordar a
Bentham, Beccaria y Filangieri, aunque algunas veces se citó
también a Lardizábal.
Las Cortes decretaronel código el 8 dejunio de 1822y el
Rey lo sancionó el 9 dejuliodelmismo año78.En la presentación
de la comisión especialde 1821no se hacíamención a bibliogmfia
ni a nombres. En partc puede obedecer a que es hasta cierto
punto considerable la influencia francesa y no empolíticamente
grata la imputación de afrancesamieuto. No obstante, no debe
creerse que el código es una reproducción de la fuente h c e s a ,
sino que es muy original en algunos aspectos y su extensión y
cxplicación son niucho mayores que las dc este niodclo. Pesei
que cra la época dc Llcntham, como dicc Antón Onm" ,la inoda
no Iriunlo totalmciitc, porquc cl código parecc cstar niás cerca de
Filangieri y dc Lardi/ibal que dc Bciithnin"".Tanibicn se Iia
opiuadoque la omisióndemayores referencias a Ladizábai puede
ubcdcccr a que se Ic reconocía una posición de ilustrad;)quc
contrastübacon laiiiayon'a libcral de lasC:onesx' .
En la presentación del proyecto, la Comisión criticaba la
lcgislación~hastactiionces~vi~cntc, es decir, la Novisima
Recopilación. cuyo libro X11 contenía Iüsdisposicioncsrcfcrcntcs
a los delitos y sus pcnas y a losjuicios criminalcs. La mera lcctum
superficial dccstc Libro dc la No\.isimapermitc valorar el incrcihlc
atraso de la legislaciónpenal españoía, dividida en cuarenta v
dos títulos, en~ibe/ad~s.~rlas leyesque ordenaban lacxpulsió~
de los iudíos " .
v la prohibición dc sil entrada al Rcino". Dc allí
que sejustifiquen ampliamente los calificativosde leyes crueles,
sanguinarias, oscurísimas, incomprensibles, parciales,
contradictorias, y otras no menos severas que empleaba la
comisión especials3.La comisión agregaba que había revisado
los documentos existentes en el Consejo de Castilla y que
Únicamente había hallado borradores ulcompletosde lo que no
era más que la pqmmción de una nueva edición de la Novísima
En la presentación sólo se fundabanalgunos puntos del
proyecto comenzando con la disposición según la cual la
embriaguez no exime ni atenúa, tema en el que vuelve sobre
argumentos aristotélicos. Considera a la deportación como una
pena útil y rechaza la pena de marca, que sin embargo reserva
para la pena de trabajos perpetuos. De cualquier modo, esta
limitada función de la marca no fue sancionada,pese a que el
artícuio 53 del ckdigo establecialamuerte civil para el condmado
a trabajos perpetuos. La comisión derogaba todo derecho de
asilo, fundándolo en que no es necesario enuna nación civilizada.
El destino político del código español de 1822 fue
sumamentecurios6 Y accidentado,Ileiándoie incluso aponer en
duda su efectiva vigénciaen ~spaña.Es evidente que eitexto no
fue uublicado hasta mtiembre de 1822,puesto aue la fórmula de
co6unicación aue &rece impresa en la edición oficial, a
continuacióndelbtadodeextradición con~amiecos y que lleva
Ia h d e "Felipe BenicioNavano", está fechada en Madrid, en
septiembre de 1822,hallándose en blanco el espacio para el día,
aue se llenaria en cada caso. Una Real Orden del 27 de seutiembre
&tablecíaque la vigenciacomenzaría el f de enero de (823. ~ 1 7
de abril de 1823 cayó el gobierno constitucionaly Fernando VI1
volvió con poderes absolutos, en función de los cuales, el lode
octubrede 1823anuló todos los actos realizados por el régimen
liberal, con lo cuai la legislación penal española sufrida otros
veinticincoaños de a-, al volver alaNovísima.
El destino de este texto fue ciertamente curioso -como
dijimos-porquesu vigencia espailala, dehaberlatenido, fue muy
breve, en tanto que en América rigió por casi un siglo y medio,
desde 1826en que se lo sancionó en El Salvador,hasta 1973en
que se lo derogó en Bolivia.
Se Lista de un texto reuibiitivo y ejempliíic~dor,pero sin
la extremadacrueldad del código Napolcón. No obstante. cn la
ordenacibndelos tips de lap& e&ial se seguía el mÓdelo
napoieónieo, clasifichdoles en una primera parte de delitos
contra lasdedad y unaseRrmdadedeiitosc~1tralosnaai~.
pero noparece s e ~ ~ ~ c o p i asentido d e l ímpal&del códigó
bonapartsta,que no imperaba entre los ideales de susautores,
Códigos Penales de Latinoamérica

sino qlic parccc obedcccr a hita de un inodclo alicmaii\~odc


clasilicacibn de los delitos, piicsto quc cl código ddc Ba\ icra iio
era conocido en España. EI Gxto contemporán&amentereciente,
que pudo haber ejercidomayor influencia mbrc el código español
de 1822era el código napolitano de 181984, pero sobre el cual
también había pesado en granmedida el modelo bonapartistass,
aunque conservaba el privilegio de iniciar la parte especial con
los delitos contra la religión, siguiendoel criterio clasificatorio
del Decálogo.
2.2.3. Los Códigos de Livingston.
En realidad, Edward Livingston elaboró un proyecto que
nunca tuvo sanción en los Estados Unidos en el plano federal,
pero su obra fue sancionada en Guatemala el l o de enero de
1837y también enNimguaah,de modo que cabe en propiedad
referirse al código de Livingston y no al mero proyecto. El
proyecto original datade 1825, aunque hubo adelantos que se
publicaron también en francésa7y por obra de José B-dia
fue conocido en versióncastellanatraducidapor el mencionado
autor en Guatemala en 183188.
El código de Livingston es mucho más humanista que los
modelos comentados.Es un texto más técnico en cierto sentido,
con prolijas descripcionesy fórmulas, que a veces nos parecen
obvias y otras curiosas, pero que no son sobreabundantes,
teniendoencuenta que su texto sehalla entre dos cuitumsjddicas
diferentes. En principio, llama la atención su extenso discurso
contra la penade muerte y la supresiónde la crimmalización del
suicidioy de la sodomía.
Con el código de Livingston se introduce la obediencia
debida como eximente y como atenuante, esto último respecto
de las mujeres y los niños. La legítima defensa, aiigual que en la
legislación napoleónica, se reserva a los delitos contra la vida.
Su definición de delitos abarca las acciones y las omisiones,
dividiéndolmsegúnsncuipabilidady s e g ú n s u o b j e t 0 , e n ~
y faltas graves Y en ~úblicosY ~rivadosrespectivamente.
Resulta sumamente interesante su clasificación de los
delitos privados, subdivididosen seis grupos: son delitos que
afectan a los particulares en el ejercicio de su religión, en su
reputación y suhonor, en suspersonas, en su profesión y oficio,
en sus d m h o s civilesy políticosy ensu propiedad. La religión
conserva en este texto la preeminencia, pero como delito contra
los partidares y en cuanto derecho a su ejercicio.
Las penas, además de las inhabilitaciones, son de multa,
prisión simple,prisión en custodia cerrada,prisión con trabajos
recios. La prisión suspendeel ejerciciode los derechos políticos
y civiles, dando lugarai nombramiento de uncurador, pero si es
por vida, produce su pérdida. La regulación de la multa es
cuidadosa, prohibiendo que alcance a más de un cuarto del
pahimoniodcl penado, con lo cual rechaia de plano la pcna
confiscatona. Establccc la inembargabilidad de los cCcctos
pemnales y de los instninientos labordes. Prccisa que la multa
debe ser adecuada a 13propiedad del niultado.
Las escalas penales tienen mínimos y máximos, dentro de
loscuales se ejercelapnidenciajudicid.Nocontiene agavantes
y atenuantes tabulados para todos los delitos, sino que en
referencia acada uno en particular establece las calificaciones.
En general es untexto progresista y no caben dudas que,
como modelo liberal es preferible al CódigodeNapoteón.
2.2.4. Proyecto de Meiio Freire.
Debe tenerse en cuenta que en proceso de codificación,
en pocos añoslaMcaavanz6 mu~hísimo.El proyecto deMelio
Freire es contemporhw al código de Pedro Leopoldo de
Toscana, es decir, se m o n t a a 1786,o sea que es muy anterior
ai código de Napdeón y más aún al españoly al de Livingston.
Setratadeimtextodivididoen sesenta y seistituios aue abarcaba
tanm IamaLenapnal como la p m m a i pcnal. ~u&ntay cuatro
de ellos están referidos amatcria pcnal y los cuatro primeros a
las disposiCiooes gexmdies:dc los delitus, de las perwnas capwcs
de delinquir, de los agmts y cúmpliccs y de las perias.
Códigos Penales de Lafinoamérica

Precisa que el fin de la pena es obstar a que el criminal


continúe haciendo mal y e\ itir que los otros lo hagan con cl
ejemplo dc su impunidad, o seo, que 1a influencia de Filangieri y
de Beccafla es clarísima. Sostiene, por consiguiente. la pcna de
muertenatural, o sea, sin crueldad, queproye& ext&d&a todo
el reino, disponiendo que lamuexte del criminal deberá ejecutarse
dc un solo golpe. La pena dc dcsticrro no podría cjccÚtme sin
auton/ación mil.La prisión w ~lraduaríaconfomea la mvcdad
del hecho, siendo l o k i o r e s lunares demisión los des- os a
presos por seguridad y pordelit& 1eves:"Los jueces harán dar
los mismos castigos y penas corporalese infmantes a todos los
criminales, sin distinción de personas, en aquellos casos en que
la ley no lahiciera; en las pecuniarias dejadas a su arbitrio, deben
hacer siempre la distinciónentreel rico y el pobre". "La calidad
de la persona y su mavormtelie.enciaveníendimiento.no disculm
antes agravie1delito; y en c<nsecÚencia, no disminuye, mies
aumenta la pena". "Los agentes del delito deben s&r todos la
misma pena, que se agra&á a los que de ellos excedieren en
malicia". "Debe el cómplice del delito ser menos castigado que
el autor del mismo". "El que intente cometer algún delito no
consumándolo, sólo puede ser penado con la pena ordinaria
cuando la ley lo tuviera por perfecto y consumado". "Es mayor
la pena del delito que se comete de propósito e insidiosamente,
en plena libertad y por pura malicia, que en riña, por ocasión
inesperada, y sin plena libertad, o por alguna causa". "También
agrava la pena la dificultadde cometer el delitoy sumotivo; por
tanto el que delinque por mera ambición o lucro de dinero, es
más csiminal que el que lo hace por venganza y satisfaeeiónde la
injuria ya recibida y éste más que el que delinque en el momento
y ocasión de la misma injuria". "Las circunstancias del lugar y
tiempo de delito, de la persona ofendida y el género de ofensa,
hacen también disminuir o agsavarla ofensa". "El número y la
niultitud de los dclincuentcs no sejuzgard bastantecausa pUra la
disminución de la pena". "El error, el engaño, la imprudencia o
ignomncia vencibk, el miedo, amamm,-&ón, ~n&dsd,
¡e impcrio al que se puede y debe resistir, el exceso en el modo
de la defensa, el amor, la ird bien o mal ordenada, la melancolía
más o menos a v m & la edad y otras semejantes e a w
exeusanteshacen menos agramtes los delitosy SUS paw''"
Tanto estetexto como el de Livingston no admiten fórmulas
de unificación de penas para los concursos reales, pero este
proyecto, en forma expresa, rechaza el principio de absorción.
23.Ladaboraeión loealde1CódigodeiImperiodefBrasil
Este código fue el primer texto elaborado en América
Latinaw,es decir, la primera codificación que no fue resultado
automAtico de la adopción íntegra o con retoques de un
modelo importado9'.
I'u~mndos los pwywtos sobrc los qiic sctrabajó el cbuigo
del Imperio, pero cntre ambos (el dc Josc Clcmentc I'cr~ira~~ y
el dc Bernardo I'creirri dc Vasconccllo~"~), fuc el scgundo el
que primó, lo que se observa inclusoa par& de su msmo plan,
pese a no ser intemente el texto de su pluma. Consideramos
que en ambos teXtos pesa el proyecto dé Mello Freire, pese a
que los proyectos brasileños tienen facturamás técnica, conlo
iorrespon&a a los tiempos y a la innecesariedad de precisar la
e l i i c i ó n de elementos absolutistasque va estaban excluidos
por los principios constitcicionales. No debéolvidam que Mello
Freire tuvo que polemizar en Portugal con el revisor de su obra,
quele imputabapretender limitar elpoder absolutodel monarcaW,
dimiónque no se concebía en el Brasil independiente.
El código imperial se dividía en cuatro oartes: de los
crímenes y de kpenas, dc los cnmenes pítblicos, dc los crímcncs
particulares y dc losc~mmr.spliciales.
El título primero (de los crímenes y de las penas) se
desdoblaba en cuatro capítulos. El capítulo primero trataba de
los crímenes y de los criminales. El artículo lo consagraba la
sinonimiadecrimeny deLito y el principiode le@& El artículo
2" definía al crimen como toda acción u omisión voluntaria
contraria a las leyes penales, concibiendo también la tentativa
canforme al principio de ejecuciónfranUés, queno tuviera efecto
p c b - indepenáíenites de la voluntad del deüncuente.
Consideraba también que era delito el abuso de autoridad en
Perjuicio de p¿WinJ.msin utilidadpúblicay las am- de
Códigos Penales de Latinoamérica

delito. El artículo 3' es uno de los más importantes del texto,


pues requiere expresamente lamala fe, esto es, el conocimiento
del mal y la intención de cometerlo. De esta disposición resulta
claro que no hay delitosin doloy sinconcienciadelaantijmidicidad.
Esta disposición parece provenir, en cuanto al requisito de
voluntaxiedad del arh'culo 24 del vrovectode Livineston en tanto
que el resto p&iera ser una aplcac~óno explicitasóndé1primer
DMO del titulo 1 delvrovecto de Mello FreVe: "sin dolovmaiicia
o culpano se puede ioiiderar delitopara el efecto de {apenaw.
Los artículos 4,5 y 6 se refieren a la participación, en la
que se incluye la receptación. Los artículos7,8 y 9 se refieren
a los delitos de imprenta. Conforme al artículo 10' no eran
punibles los menores de catorce años, salvo que tuvieran
discernimiento, en cuyo caso podían ser recluidos en casas de
corrección hasta los diecisiete años. Tampocoeran punibles los
locos de todo género, los que cometieran el delito violentados
por fuem o por miedo irresistiblesy los casos fortuitos.
El capítulo segundo trataba de los crímenesjustificables,
incluía entre ellos al estado de necesidad, la defensa propia, la
de la familia, la de terceros, la defensa contra órdenes ilegales y
el derecho de correccióncontra los hijos, esclavosy aprendices.
Es conveniente observar que de esta manera se configuraba en
este texto un catálogo de eximentesmuchomás completo que el
de los modelos imuortados puros,pues enninguno de los cuatro
principales In lcgiiinia deleiisn ap&ccc en la iartc gencral, sino
limitadii alapatc~ypccialy a losdciitoscontrdla vida. la inclusión
en la Danc general em originaria dcl códipii tic Bavicrd dc 1813

El capítulo tercero se ocupaba de las circunstancias


atenuantes y agravantes de los crímenes. Las agravantes se
incluían en veintidós incisos y las atenuantesendiez. El arti'cdo
19c m p b a el principio talional, aunqueno de origenkantiano,
sinopor influencia deBer-. 'In$luiráiambién enlamvación
o atenuación del crimen la sensibilidaddel ofendido".
El capítulo c u m trata de la satisfacción, estableciendola
obligación de resarcir el daño, operando la ~u~tituCiÓnen
caso
de incapacidad, por ~risióncon trabajo.
El titulo segundo, de las penas, se compone de unúnico
capítulo que trata de la calidad de las penas y de la manera
como se han de cumplir e imponer. El art. 33 establecía la
legalidadde ias penas, e134 la escala disminuidapara la tentativa
y el 35 extendia la misma escala a la complicidad. LOSartículos
38 y 43 regulaban la pena de muerte, que se debía ejecutar por
lahorca. El reo debía ser ejecutadoen traje de calle y el cadáver
debía ser entregadoa los deudosparaque lo sepultensinpompa.
Esta úitima disposición provenía del código Napoleón, pero, a
diferenciadeéste y del código español de 1822,no prescribía la
agravación en la indumentariadel reo y se diferenciaba también
del códigodeliwigston,que sibienno admitía la pena de muerte,
no dejaba de establecer que si el condenado a la pena de trabajos
recios por vida o perpetua fallecía, su cadáver debía ser
entregado a los médicos para sus estudios. La pena de galeras
obligabaal reo atrabajar con grilletes entrabajospúblicos (art.
44). La prisión podía ser con trabajo o simple; la prisión con
trabajo obligaba a prestarlo dentro de la misma (art.46) y la
shple era una forma de encierro (art. 47). La pena de destierro
era a perpetuidad y provocaba la pérdida de los derechos de
ciudadano brasileño íart. 50). Esta Dena era exvresarnente
reehazadapor el pmY&tode¿ivingst6n, con el argumento que
terminó imponiéndose en el mundo. El confinamiento estaba
previsto en el articulo51y el destierroen el artículo 52. m t e
el tiempo de la pena perdían los derechos políticos los
condenados a galeras, a prisión (simple o con trabajo), a
confihamiento y adestierro (art. 53).
hm~~eralaho&ÓnmáSimnntcinted~l
r - ---- --
rMim nnr
D1>r --
su posterior consagración en la legislación comparada. En
~ d a d. e .l c s d i g o ~ r r e ó e l s ~ d e l d i a d e r n u l t a , a u n q u e
hay el m m seamnwido como "sistemanónfrm". El art.55
Códigos Pendes de Latinoamérica

modo". Si bienFilangieri y Mello Freire habían insistidoen que


era fundamental que la multa se adecuase a la capacidad
económica del penado, y Livingston la limitaba a la c-parte
de sus bienes y exigía esa adecuación, lo cierto fue que José
Clemente Pereira se ocupó muy especialmente del problema en
su proyecto, estableciéndolaentre la décimaparte como mínimo,
. . parte corno grado medio y la tcrceri parie como grado
1.~isexta
mixrmo, de los bie~icsdel penado. Pcm el sistcma fue inventado
por Pereira de VasconselÍos, que en el art. 90 de su proyecto
estableció: "Lamultaserá siemprereguladaporlo que el reo,con
susbienes e indusbia, pueda ganar en dos días de trabajo". "Este
código e x p d lamulta de tantos días,meses o años de tmbajo".
El texto sancionadomodifico la redacción, pero adoptó el mismo
sistema, sustituyendo dos diasporun dia,loque es más lógico.
Cabe observar que elBrasil es esclavistaen 1830, al igual
que los Estados Unidos. No obstante, en tanto que el proyecto
de Livingston preveía un código separado para los esclavos, el
código imperial del Brasil era único, disponiendo su articulo 60
que si "el reo fuese esclavo e incurriese en pena que no fuese la
capital o de galeras, será entregado a su seflor, que se obligará
a tenerlo con un hierro por el tiempo y manera que el juez
establezca". "Elnúmero de azotes será fijado en la sentencia y el
esclavo no podrá recibir por día más de cincuenta".
El artículo 63 establecía el sistema de las penas fijas en
tres grados, conforme el grado de delito, según hubiese
agravantes, atenuantes, concurrencia de ambas o ausencia de
todas. El artículo 65 establecía que las penas no prescribían.
La segunda parte se refería a los crímenes públicos,
dividida en seis títulos aue se ocupabanrespectivamente de los
crímenes contralaexi&ciapoIíti& del imperio, de loscrímenes
contra el libre eierciciode lospodenespolíticosde los ci-m,
y
de los crímenés contra el libie gozo ejercicio de los derechos
oolíticosde los ciudadanos. de los crímenes contrala seguridad
&ternadel imperio y l a d l i d a d p ú b i i c a , de los crúneae~
wn-
tra el buen orden v la administración vública Y de 10sc h a ~ ~
contra el tesoro fia propiedadP~bliCa
Laparte trataba de los crímenes conba particulares
y su orden era bastante origlltal:libertad, seguridady propiedad.
La mera circunstancia de encabezar esta parte con tos delitos
contralalibertades una innovación digna de tenerse en cuenta,
pues colocaba a ésta en el orden prioritario sobre los mismos
delitos contra la vida.
La partc cuarta, dcs~inadaa los crímenes policialcs, sc
dividía en ocho c¿ipítulos:contra larcligibn, la mor~ly las buenas
costumbres; sociedades secretas; coaliciones ilícitas; vagos y
mendigos; uso dc m a ; fabricaciún y uso de instnimentosp~rn
robiu:uso de noinbw supucs~osy títulos indebidos; uso indebido
de la prensa.
El código del imperio fue, sin duda, un texto para una
sociedadaltamente estratifi~ada~~, como lo pone de manifiesto
en sus limitesextremos, el tratamiento dado a los esclavos, para
lo cual no requería acudir a un "código negro", como lo hacía
Livingston. Las penas de muerte y de galerasparecen haberse
mantenido casi exclusivamente en razón de la existenciade la
wlaMtud,comoen forma i n m 10dejaba entreverla comisión
bicameraí, atribuyéndoloal "estado actualde nuestra población,
en que la educaciónprimarianopuede ser general". Cabe aclarar
que durante muchos años la pena de muerte fue abolida defacto,
debidoa un penosísimo emrjudicial que decidió al emperador
Pectn>P[amtodasiasquesewmwsu&@.
Esharto cUnoso que el "Código Criminaldo 1mpério"no
hiciese ninguna referencia especial a la obediencia debida,
considerando era materia expresamente considerada en sus
principales modelos, como Mello Freireg7y Living~ton~~ .No
~ e c i a a l a M c i & f r a n c a adondeno
, 1amencionaMouyarí
de Vouglans* y no la recoge el código revolucion~ode 1791
nieldeNapole6n,sinoqueUegábaporvíadelaMciióninglesa,
particularmente por eldetaiiado tratamiento que de la misma
hacía BlackstoneIw, de donde con seguridad nacen las
meikcimesespeciaiesde Mello Freire, de Feuerbach en el art.
E22 del código de Baviera y la de los articulas 19 y 21 del
eódigo q x í h l de 1822.L i v i n e n es quiea mayar atención le
Códigos Penales de Lutinouméricu

dedica, no obstante lo cual, el código del Imperio guarda un


enigmáticosilencioa su respecto. Senos ocurre que este silencio
obedece a la existencia de la esclavitud en el Brasil. Los
antecedentesingleses mencionadosmr Blackstoncliberaban de
responsabilidacial esclavo que ac&bapor mandato de su amo,
extendiendola impunidad aún en c m de comulicidadv coautoria
Livingston andaba por un camino semei&. ~roba6lementeel
lcgisl~dorirnpcrial bntcndió esto eiiun peligro para su clase
cn 1a socicdnd brdsileña dc comieiizosdel siglo XIX.
Al no tipificar numerosas conductas que no afectaban
bienesjurídicos,el código del Imperio revela una sana tendencia
liberal, pero no puede olvidarse que se trataba de un código
sancionadoparauna sociedad esclavisiay estratificada.Algunos
de sus aspectos son iguaímente criticables desde el punto de
vista l i w comola tipificaeión contravencionaide las conductas
que afectaban a la religión del Estado por atentar contra sus
verdades. De cualquier manera, debe ser mencionado
especialmente y recordado muy particularmente porque fue
traducido al fra,ncésIol y al castellano, ejerciendo una notable
influencia sobre la codificación penal española de 1848 y
siguientes, por lo cual puede afirmarse que este texto partió dcl
Brasil a Europa y volvió eii factura espaiiola pam rcvcrtirsc en
casi todos los paíscs del continente, con excepción de Haití,
Lbminicana,Ihador, Bolivia y Argentina.
De este modo se cierra un periodo fundacional de la
codificaciónmal latinoamericana, con las ideas y los modelos
que acabamis de mencionar y con el producto vernáculo
brasileño. Fue un ceríodo de ilustraáos. en que los líderesmismos
creían en el pod&de los codigos. El códigodeLivingston fue un
súnbololiberalenAm&~aW~~ y lo fue en Bolivia el código
español de 1822, como lo prueba la famosa proclama de
Mariscal Santa C m ,las preocupaciones de Bolívar y de San
Martín y, en general, de todos los hombres de la etapa
anancimm D i s ~ i l ~ e l a ~ 1 í t i c a p o c t e n o r & n u ~ p u e b l ~ .
Los ideales de unión se destruyeron, los primeros impulsos
liberales se vieron sometidos a los intereses de las oligarquías
que emergíanennaestrmpaisesy n u e s t r o s p r o p i o s l i ~ r e s
fuemn apartadosdel mando, traicionados, cuando no asesinados,
como Sucre. Los primeros intentos codificadoresrespondieron
a ideales más o menos puros, que hoy pueden considerarse
ingmos,piro quecomanvigenciaencuanto asuvalormoral.
pequeño margen de individualizaciónjudicial. Conforme a las
atenuantes y agravantes, se establece el grado de la pena, que
puede ser mínimo, medio o máximo, lo que en las penas de
cadenareclusión relegación y exlmñamiento,que en total tienen
un&o y unx~&&-oenb-doce y veinteakmqeeti~~mente,
en erado mínimo su flexibilidad está entre doce y catorce años,
en& grado medio entre quince y diecisiete años y en su grado
máximo entre dieciochov veinte años. Este mismo sistema se
extiende a todas la previstas. Puede afirmarse, en
consecuencia,que se trata de uii código con penas rígidas.
El texto mantiene la pena de muerte, c o m a n d o algunos
elementosdel código de 1822, tales como el atuendo amarillo y
las rnancbas encarnadas para los parricidasy los regicidas (art.
91), aunque dispone la entrega del cadiver a los parientes y su
entiaro sinpompa, como el código delBrasil y el napoleónico.
El carácter retributivo de este código se evidencia en toda su
estructurade penas, establecidaen el titulo tercero de su libro
primem.
El libro primero se ocupa de las disposicionesgenerales
sobre los delitos y las faltas, las personas responsables y las
penas. El titulo primero trata de los delitos y de las faltasy de las
c b c i a s que eximen de qmmbiiidad crimi~I, la atenúan
o la agravan. El catálogo de eximentes es muy completo,
pudiéndose añnnar que perfecciona el de su modelo brasileño,
mejora considerablemente la fórmula de la legítima defensa y
remhwluce la obediencia debida, mejora el estado denecesidad,
contemplaelcsso fomúto,elmi&insupemble, eelcumphiento
de un deber, el legítimoejercicio de un derecho, autoridad, oficio
o cargo, etc. La comparaciónde este elenco de eximentescon
el rudimentariodel código francés de 1810, muestra claramente
que, al menos en este aspecto, su influencia en el código español
no pudo sernotable. Los capítulosIü y IV de este titulo abarcan
las circunstmciar:que agravan y atenúan la responsabilidad
erimbaí.Entre estas*di inlmhm en el artículo 9"el sistema
de las eximentes incompletas, considerandowmo atenuantesa
las eximentes cuando "no concurran todos los requisitos
necesarios para eederesponsabilidad en sus respectivos
Códigos Pendes de LaíinuamdRca

casos". En el título segundo de esta primera parte se ocupa de


las personas responsables de los delitos y faltas, incluyendo a
los encubridores y considerando autores a los instigadores. El
capítulo segundose ocupa de la responsabilidad civil. En el titulo
tercero trata de las penas, en la forma que hemos manifestado.
El elenco mencionado en su art. 24 comprendemás de treinta
penas diferentes, ~ l a ~ i f i ~enafiictivas,
das c~rrec~i~nales
y leves,
multa y caución como comunes a las tres categorías,todasellas
comopenas principales y seis penas accesorias. El complicado
sistema de cuantificaciónobliga a una tabla dem~stnitiva'~~,
originalidad quc secontinuarien los sucesivoseódigos espailoles.
A diferencia del texto brasileño, las penas se prcscriben,pem al
igual que en el mismo, en caso de concurso real, se ejecutan
todas las penas.
El libro segundo se ocupa de los delitos y sus penas en
particular. El orden de los bienesjurídicosrecuerdaal del códígo
siciliano: titulo 1, delitoscontra la religión; titulo 11,delitos contra
la seguridad exterior del Estado; título 111, delitos contra la
seguridad interior del Estado y el orden público; título IV, de las
falsedades: titulo V. delitos contra lasalud vública; titulo VI, de
la vagancia y mendicidad; titulo Vil, de losjuegos y rifas; titulo
VIII. de losdelitosde losemvleados públicos en el eiercicio de
sus &argos; titulo LX,delitosGontra las'personas; titul; X,delitos
c o n b la honestidad, tituloXi, delitos contrael honor, titulo XIi,
delitoscontra el estado civil de las personas; titulo XIiI, delitos
contra la libertad y seguridad; título XIV, delitos contra la
propiedad, tituloXV, imptudencia temeraria.
El tibm tercen>&dedicado a las feltas. Esdabteobsemr
que adopta una clasificación formalmente bipartita de las
inñacciones penales: delitos y faltas. No obstante, declara que
hay delitos más graves y delitos menos graves, estableciendo
penas para cada uno de ellos. De este modo, queda a medio
camino entre el código imperial y e1francés, w n ladifmcia,
respecto del imperial, de que éste genemlizaba la expresi6n
''&me'" p h m d o que erasbó&ode"deiW,entantoque
el español gamaüm ia "delito".
~. p m m : s e ñ a l a < l o l a w c a ~ u e n cque
i ael~código
~
de Napolcón hü tenido ~Abreel código cspañol, como tambi611
-.-..- --- wso
mnrr.ncln
t.1 -- - <lcl modelo imncrial del Brasil, ~iculanncntc
-- - --
en la tabulación de eximentes;a@avantes y at6nuantesy en el
..--
ci~+c=mii -- nena!
de -.... relativamente
.. . . fiias. En tanto Que en el código
imperial, una pena de seis a diechcho años se imponía en seis
años si había atenuantes, en dieciocho si había agravantes y en
su término medio, esto es, en doce años, si no había ninguna de
ambascimtancias, en el texto español se relativizaenla forma
que vhos. Aquí es dondeejerce suinfluencia el modelo siciliano.
El código para el Reino dclas Dos Siciliasiwtambién era
un texto sobrio, de cuatrocientos setenta d c u i o s (el código de
1848150tiene quinientos seis artículos y el brasileño imperial
trescicntostrece), pero técnicamentemucho menos perfecto que
el espailol en cuanto a fórmulas deagravación y atenuación,que
no las contenía enla parte general, y en cuanto a formulación de
exjmenie%,que eran muy pobres y conservaba la legitima defensa
en laparte especial. Enmayor medida creemos que ha iduido
el orden y los tipos de su parte especial y, en la general, la
pluralidad enorme de penas y sus grados y el paso de las penas
-hayoresa las menom-encaso de ahuante (y elp~oceso&verso
en caso deagravante). Es claralaconsideración de la multa y la
caución como penascomunes. No obstante, el código siciliano
conservaba la clasificación tripartita, denominando a toda
infniccibn penal "reato" y clasifcándola según su gravedad en
"tnisfatto","delito" y "contrawenzione", penándolas con penas
crhhaies, comionales y de policía. Por ende, en este aspecto
estructural, e1 código siciliano no se avartaba del modelo
bonapanista. La sim$ificación bipartita,.por endc, es dc cuño
- riuc laconsidcnción de la lceitima
claramentebrnsi\cfio,.al imiJt
defensa en la parte general. r)igamos, por ende, que cr&nos
que el aporte napolitanose reduce a la pluraihción de las penas,
a su relativa flexibilizacióny al orden y tipos de la parte especial.
En este último sentido, puede mencionarsela partinilaridad de
encabeza la parte especial-como se dijo- conlos delitoscontra
la religión, a diferencia del texto brasileño y del código de 1822,
que lo hacían mlos delitos contrael estado, o sea que, el código
siciliam se mantenía enunestadiode clasificaciónde los delitos
Códigos Penales de Latinoamérica

prenalmlebnici>,cs dcsir, el de las rcropilacioncsy ordciiacioncs.


'También provicnc dcl cdigo siciliano la declnración dcl m.23
español: "la Icy no recoiiwc?pcnli alguna infm111tc", coincidente
con la rotunda d~xlarücibndcl articulo 1"siciliano ("iicssuna pena
é infamante").
El código espafíolsufrió una reforma en 1870,que no alteró
su estructura y que fue sancionada con carácter ~rovisional'~~,
aunquc fue clicxto dc ni& larga \rigcncia. En cu&to a las pena,
desitparccicmnIade argolla
- y. la suiccióii a vi~ilanciadelaautoridad,
pero niantuvo la pcna dc mocac, aunque sin los dctallcs que
provcniaci de 1822.Las penas pcwtiilis x hicicrori indultabl~sa
a que el &te& de la reforma descansaba
los treinta años. ~ r ob60
fundamentalmente en los delitos contra el Estado, de modo aue
allí se introdujeron las mayores modificaciones; Este textose
d W Ó mvliam&mrAmérica~v emciahente cwsdieiun
suscomen&m1'' ,16 que le dio gran prestigio y lo bizo un texto
vrefendo nor losurácticoscontinentales. vues esos comentarios
hilitaro~su entekdirnientoy aplicación &es, anuestrojuicioy
comova lo hemos manifestado. la clave de su extmodimrioé i t o
comomodelo regional.
De cualquier manera, el código español de 1870seguía
siendo el códigode un reino marcado por una clara tendencia a
la defensa del orden, por medio de penas talionales bastante
duras y poco flexibles.
3.1.2. El Código Belga.
El código de Bélgica data de 1867y se encuentra aún
vigente, con reformas introducidas en diferentesépocasfi2.Los
belgas no lograron acordar con los holandeses un código penal
para anibos reinos cuando estaban unidos, debido a la tradición
frmcrsa de Wlgica En 1848,ya wmo reino sqmrzdo, se designú
una comisión oficial para la redacción de un proyecto, la que
encomendóa Haw la redacción del anteproyectoque, después
de largo trámite, se convirtió en ley el 17 de mayo de 1867Il3.
El propio Wam, profesor en Gante, se ocupade criticaral código
de NapoleOn, lo que arroja cierta luz sobre e1sentido de1texto
belga o, al menos, sobre la intención de uno de sus principales
artífices: "El código penal de 1810tiene por base la utilidad y la
intimidación. Todas las disposiciones de este código están
marcadas por el sello dc una cxccsi\,asevcnd~d.Los hechos
incnminados por el legislador de 1810 csián lejos de ser todos
actos que merecen serio. La tentativa de ciden está asimilada
al crimen mismo; los cómplices de una infracción son
indistintamente penados con lamismapena que los autores. La
teoría de la reincidencia es tan simple como rigurosa. Los casos
mí& diferentes se wnfundeq acciones separadaspor una gran
distancia en cuanto a su grado de criminalidad,con acciones
aue no se asemejan m& que por el nombre y que son diferentes
por su naturalc/i, se castigan de la misma ro&a. Los témlinos
uuc cl legislador ha clegido eii la definición de los crímenes
político< son de tal elasticidad que pueden recibir toda la
extensión que se les quiera dar.Si ecbamos un vistazo sobre el
catálom de las penalidades, encontramos la pena de muerte,
de u& manera repdsiva y acompañ&, en el crirnen
de aam'cidio. de m u i i l a c i o n e s e~inútiles: nenas afüctivas
pei$etuas, a&cadas con no mem profusión; &muerte c i ~ lla;
conüscaciónde bienes; el sometimientoa lavigiiancia de la alta
policía del Estado; la infamia agregada no a la naturaleza del
crimen, sino al género de lapena""4.
Estas observaciones acerca del texto bonapartista nos
ponen sobrelapista de un &go elaborado siguiendo en general
las líeas estnictura.ies del cóáigo h c é s , pero S i d o todala
severidad que se le critica. En efecto: tanto la tentativa como la
complicidad se penan con una pena de grado inferior a la del
d e l i t o d o y aiadelaubr,reqe&vamente. Laagravación
por reincidencia deja de ser automática, a ser
simplementefacultativa. Se introduce un sistema de atenuantes
muy amplio, quepermite disminuircon ciertaamplitudlas penas,
lo que puede funcionarincluso para reincidentes.Este sistema
permite, a difmncia del Emcks, que eljuez pueda atenuar más
ommm disrrecionaímente las penas. El concurso real de delito
permite acumuiar las hasta el doble del máximo v e1 de
crímenes hiist? cinco &os mjs de la pena más gravc, sinido la
más p v c la de mayor b i ó i i . A difaencia dcl &go aespriilol
Códigos Penales de Latinoamérica

de 1848150y del brasileño imperial, el sistema de eximenteses


muy incompleto, asemejándose al francés.
Sigueencuantoa ia clasiñcacihdelas infiaocionesel criterio
tripartito francés. En cuanto a la clasificación de los delitos en
ordcna los bicncsjundiws,opta por nueve grupos, esto es, delitos
conua la xguridad dcl Estado, los derechosconstitucionales,la fe
pública, ei orden público afectado por funcionarios, por
particulares, la seguridadpública, el orden doméstico, la moral
pública y las lesiones a las personas y a la propiedad. Como es
dable observar, si bienexisten algunas diferencias conel modelo
napoleónico, en general no se apartamucho del mimo en cuanto
a su estructura.
En general, puede decirse que el texto belga tiene una
notoria infiuencia de la ideología de Rossi, cuya obra también
fueeditadaenBé1gi~a~~~. Prins a f i i a que los discípulas de Rossi
triunfaron sobre los de Bentham. Pese a que el códigode 1867
conservaba la pena de muerte, ésta practicamente siempre se
indultaba, de modo que la pena mas grave eran los trabajos
forzados perpetuos. Se ha dicho de este código que constituye
un modelocasi Cancahmscodeladoctrinapenal cbica, fundado
sobre una concepción estrictamente moral-jurídica de la
responsabilidad y sobre una dosimetría penal sumamente
~omplicada"~. No creemos queeilo sea totalmente justo; por
un lado, es claro que es un código clásico, en el sentido de su
rctribucionismoque, sin embargo, esrá d & l e m a i t e d
respecto del modelo ñan&, protto lado, es un modelo mucho
más garantista que el franch en cuanto a las definícionesde las
delitos. Su sistema de penas es complicado, como en todos los
códigos de su tiemp, pero mucho más sencilloque el 0-1 e
incluso que el sicifiano.Es curioso, como lo con muchas de las
eleccionesde mode1as en AmQicaLatina crue baya sido

h-
le criticaban su'
hateni&-&
&laicuattes,at~af~e1laan
m~~&-pectodeW1".
D~SDU de~laSlegislación toscana de Pedro Leopoldo en
1786,rigiekn en vünasrcgion~~ de Italia IoscóaigosnapolU0nicos
imnu~stoswrel in\'asor.hubouna lcniaii\,a de código para todo
d&119 4 . .
,terminada ladominaeión, &unos reinoivolvieron a
sus antiguas lcycs y otros se dicron sus propios códigos tnwido
de meiorar al franU~.conioclreino de Las Dos Sicilias cn 1819y
el Durado de~armaén1820'20.Para los Estados Pontificios se
sancionó en 1832un 'Regiamento sobre los delitos y las penas",
Cerdeña sancionóuncódigo penal en 183gE2'y Toscana lo hizo
en 1853.Ambos fueron documentosnotables; en el Toscana de
1853 intervinoMori y contó conla opinión de Carmignaniiz2.
Comosesabe,Morifueelmtinuadmde%@ enlacá*
de Pisa y el predecesor de Carrara, siendo un estudioso de la
obra de los penalistas alemanes, editor de los famosos "ScriUi
Germani~i"'~.De este modo, los trabajos preparatorios del
código de Baden, presididos por MittermaierIz4,ejercieron
influencia sobre el código toscano de 1853.En 1855Modena
sancionó unnuevo eódigo penal y en 1859Cerdeña reemplazó
al chdigo de 1839pr un texto que no pasaba de ser una
a c W i 6 n de&& ,en tanto que Venecia y Lombardía habían
Mido vigente el código austriaco durante la ocupación'26.
F M a % lacMfificaci6n penal italiana,producida launid4 se
SimtabapMmente al c6digo sardo de 1859,vigente en todo
e1 país salvo Toscana, donde seguía rigibndose el código que
establecialapenademu&.
Desde 1860 se hicieron tentativas para dar a Italia un
código penal único. El 18de mayo de ese año se presentó un
proyecto al parlamento Subalpinopara extender el código sardo
a toda Italia, pero no prosperó porque implicaba extender la
penade muerte a Toscana. Dos años despuésy con igual suerte
lo reiteró Mgiietti. En 1864se intentólo mismo con la salvedad
de que en Toscana no regiría la pena de muerte. En 1865 y
1866se formaron comisionespafa eiabora~unnuevoproyecto.
En 1869se formó una ~ & c o m i s i Ó n En . 1874sepresentá
e l p r o y e c t o T / " ~en~ 1876
, el proyecto ~ cen 1883~los ,
~yWde-Uiy& SaveE,en 1886elpro;yectoTajini.
Códigos Penales de LarínoamdReo

El 22 de noviembre de 1887, al volver a ocupar Zanardelli el


Ministerio de Justicia, presenta un segundo proyecto, que
finalmente fue aprobado y promulgado por el Rey el 30 dejunio
de 1889convigencia apartir del lo de enero de 189012'. Dada
la extraordinaria diversidad legislativa italiana y la larga
elaboración y disparidad de fuentes, el "Códice Zanardelli" es
un cxperimcnto inuy singularen Europa. Además, como sc verá,
sus mbajos fueron contemporáneos a la ciabord~iÓndel d i g o
holandés y entre ambos parece haber habido una atenta
observación recíproca128.
I:'n la "Rclazione" se ponía de manifiesto una prudencia
dificil dc hallar cri los lc~sladorcsdccualquiertie~npo: 'QQuea
por cicdo desilusionado el legislador que c&nasc pcúerfefotmar
las costumbresY enadicar ládeliicuenciacon el S610 magisterio
de las penas, pero, por otro lado, andaría mdemente'érrado
aquél que la persistencia e incluso por el aumento de la
criminalidad. máxime con una leeislacitinno todavía informada
de los nuevosórdenes v de lasnueGas necesidades. fuese inducido
aargumentarquela leipenalnot i e n e ~ n g u n a d d r e f o b
Aun circunscripta a aquella eficacia puramente relativa que
caracteriza el efectode todas las funciones sociales v oolíticas.
la ley penal está llamada a rendir un precioso serviciodetutela,
que bien podrá contrastar con eventos ordinarios y
extraordinarios, con calamidades sociales y perfidias de
malvados, pero que no cesará nunca de ejercer su saludable
influencia en la educación civil de un pueblo en provecho de la
seguridad pública y privada". "Pero para que ella cumpla el
altísimo servicio, es menester que no exceda ciertos límites
determinados por la naturaleza humana, por el ambienteen que
vive y por IU fÜnciíin del Eslado; y que por otra parte no ostente,
n i l o s : c i l s d a d a n o s l ~ ~ ~ ~ ~ o s : y ~ ' ~ .
Aunque hoy no tengamos tanta fe en esa eficacia, no es
menos cierto aue hace más de un siglo la declaración indicaba
una extraordiirina prudencia en relación al saber de SU tiempo,
que contrasta abiertamente con las pWnsíones que cuare~~ta
años más tarde tuviera el modeloautontatiode Roccoy t n ~ ~ h o s
otros, inclusolos q u e s e p i a r o n de d e m d 6 0 9 y l i i e s .
El códigoZanardelli era,por la pluralidad de base señalada,
casi una obra europea, pero su tendencia no distaba de la que
años antes habíamovidoa los autores del código belga: pasado
eltiempo deBenthmy de la odiosa intimidación,las monarquías
liberales de Europapmuraban modelos más técnicos y pulidos
de los extremos de crueldad de la prevención general
ejemplarizante del código de Napoleón, que era un texto
sancionadobajolainspiiión deunmilitaroredactadopensando
agradarle, enquien laidea de intimidación ejemp-te no podía
dejardecausarimpresión,en tantoquelm códigasbelga, españoles
y, ~ e n t e , i t a l i a n o~, ~ g o s & p E t i ~ ~ s c i v i l i z a d o s q u e
m p e hasusjuristas, quienesñtamtementetambién pasaban
al campo poiiticopuro.

Todavíahoy el texto de Zanardelli, con correcciones no


muy profundas, es código en V e n e d a , sin contar con el peso
que como modelo fue ejercido parcialmente en muchos otros
paíset7conquerigeúi~entecomocódigopenalenelEstado
Vaticanoy que sobe su texto seprepammndesdemuytemprano,
obras de dimensiones enciclopédica^'^ .
El "CódiceZanadellP' ,que adopta la divisiónbipartita
de las infraccionespenales (delitosy faltas), se divide en tres
libros, en los que se agotan los cuatiociehs noventa y ocho
artículosde su contenido. Sulistadepenas estambién sobria en
compamción con otros textos mencionados: reclusiónperpetua,
reclusión temporal, detención, destierro o confinamiento,
interdicción de funciones públicas y mníta. Para las faltas
~lecktelanesto,lamdtay laítibabiiión. Lapena de muerte
fue abolida, aunque de hecho yaloestaba enItalia.Lareemplazb
el ergástula con siete añosde reclusión celular. Las penas no se
dividen en grados, es decir que el juez tiene un h b i t o de
apreciacióuconsiderablepara ma&jmias.
Laimputabilidaáestaba defínida -a contmio sensu- con
la conciencia y la libertad de su acto, lo que dió lugar a largas
discusiones, pero aue revelaba aue en el - . ciirlipn
- - -.
-
italiano
D-
Carmignani, C& y Pesina habían d c s p l d o a Bentham
mtundam~lite. Reconocía la imputabilidaddisminuida como
Códigos Penales de Latinoamérica

atenuante, sin la pretensión de laspeligrosas medidas para semi-


inipiitables que se invcntarían lucgo. La inteniacióii ni siquiera
en obligatoria en cawsde inimputabilidad. Contnnplabala orden
legal, el estado de ncccsidad y la Icgítima dcfensa como causas
Jc justificación. Dada la Cpoca, el texto aún se reScria a los
sordomudos; la responsabilidad perial plcna se alcanzaba LI los
vciiitiún años dc edad. El código eximía dc rcspoiisabilidad la
mistcncia aactos ilegales dc I'uncio~~xios. Distin~uíü~ntrcdclito
rcntado y frustrado y entre autores y c0mplices, rechamba la
punicióndc la teiitativa imposible y distinguía ~ntrclarcincidcncia
gcncnca,que sólo impedía la imposición dcl miniino dc la pciia,
la especifica, que a ~ v a b lapena.
a Conteníauna regulación
sumamenterazonable de los concursos, rechazando el criterio
de acumulación matemática de las penas.
Laparte especial (libro segundo)se dividía en diez títulos,
que se ocupaban respectivamente de los delitos contra la
seguridad del Estado, la libertad, la administración pública, la
administración de justicia, el orden público, la fe pública, la
seguridad pública, las costumbres, las personas y la propiedad.
Comopuedeobsewarse,nodeja de experimentar en aste sentido
la iduencia del orden napoleónico, que era común en Europa,
pareciendo en ese momento generalhe.
El código de Zanardelli fue una de las expresiones más
claras del pensamientoclásicoitaliano, con alta técnica y expresa
deñnición ideológica
3.1.4. El Código de Baviera de 1813.
E1 código bávaro de 1813, si bien es cronológicamente
anterior aloscódigos del segundo desembarco, llegó a América
con éstos, puesto que no había sido conocido con anterioridad,
siendo traído por su traducción francesa de Vatel'3z de 1852.
Cabe observar que nunca fuemn traducidas a lengua romance
las obras de Feuerbach, por lo que su texto fue intepretaáo w n
doctrina proveniente de otras fuentes.
En realidad, Feuerbach fue el penalista liberal por
y, a nuestro juicio, con mayores méritos que Kant
puede considerarseel garante liberal del pensamiento
y , p r ende, su código es un modelo contrapuesto al napoIeÓnico.
Puede ser consideradoel opuestomodeloal textobonapartista,
que agrega a su línea liberalunsuperiornivel t é n i i c ~.' ~ ~
111 rey Maximiliano JosCde Baviera había encargado un
pmyccto:iGallus AloysCítsparKI~~inichrod (1762-l824),quien
en 1802dio a lu, un texto hitsadocn la prevención coiiio acción
sobre la personalidad moral del autor y en la intimidación, lo
que daba gran relevancia a la eticidad subjetiva del autor y al
juez rard individualizar la pena conforme a ella. La crítica de
%eu&bachcontra esteproykto fue demoledora, dando lugar a
una encendidaaolémica que concluyó con la comisi6n dada a
~euerbach para que redaitase un nuevo proyecto136.
El Bayerisches Strafgeseizbuch fue sancionado el 16 de
mayo de 1813 y se caracteriza por su claridad &ninológica y
precisión conceptual. Aceptaba la división tricotómiea de las
infraccionesy reservaba las contravencionesde policía auna ley
especial. Cabe observar que esto tenia como único objeto no
extender el campo del derechopenal, que amenazaba con crecer
d e s r n d e n k , debidoa lamayoringerenciaestatai.Admitía
la pena de muerte, que conminaba en once casos, y distinguía
diversaspenas privativas &libertad. Eljuez tenia escaso margen
p l a U l d i v i W á I d e l a s ~ 9 1 0 ~ 1 8 1 6
se sancionaseunaley que autonZabaalosmagkhdosa dimhuir
hasta la mitad lapenadelrobo. El mismo Feurrbachrew,noció la
düicuitaddeunavin&ón(an&cta deljuez a la ley.
En cuanto a las penas, allemis dc la muerte, prevista coi1
decapitación y a l g h ceremonial intimidante y admitiendo la
agravación de la picota, se preveía la pena de cadena -que era
perpetua y acarreaba la muerte civil-, la pena de presidio -que
duraba entre ocho y veinte años- y la pena de casa de trabajo,
que duraba entre uno y ocho años. Estas penas podían
reemplazarse por la pena de fortaleza,de primero, segundo y
tercer grado respectivamente,que consistía en mantenerlo en
uria foríaieza,privado de todo tratahumanoy obligado al trabajo
Códigos Penales de Latinoamérica

con estrecha vigilancia. El código admitía comopena de castigo


corporal, una pena de azotes queno podía superarlos cincuenta.
Es obvio que se trataba de un códigoparticularmenteduro, pero
debe tenerse en cuenta que Feuerbach debía superar la bruta
legislación carolina del derechocomún alemán Y,además, hacer
un texto que no permitiese U Kleinschrod y a-sus partidarios
atac¿irlcy (lesprestigiarse.El propio I:cucrbach, una vcz iibcrddo
de estaslimiiacio@s, intentó &os después elaborar un nuevo
texto por encargo oficial, (que quedó inconcluso por
desavenencias con el MinistroI3 y cuyo borrador fue hallado
muchos años más tarde.
El código de 1813contenía circunstanciasde agravación
y de atenuación. Las eximentes se hallan por primera vez en un
texto racionalmente expuestas y, especialmente, la legítima
defensa es contemplada en la parte general. Preveía dos grados
de imvnidencia Y tres mdos de comvlicidad. El encubrimiento
con&uaba en laparte&neml, también con tresgrados. Wtendía
distinmktambiénentreuna tentativa~róximavotraleiana. En el
conc&so real preveía la absorción con ag&ación de la pena
más grave. La agravación por reincidencia era dura y sin
consideración al tipo de reincidencia,sino a lacuantía de la pena
(distinguía según que la pena del segundo delito fuese más o
menos grave que la del primero).
La mayor innovación de este código en su parte especial
era el plan de su clasi ficaciúii de los delitos cn ordcn a los bienes
jurídicos. El libro segundo constaba de dos títulos,
wrrespondiendoel primero a los cnmenesprivadosy el sgundo
3 los crímenes públicos. Los crímenes privados esLm divididos
en seis grupos o capítulos: crímenes contra la vida de otro; daños
y otros iniltratamientosa las personas; lesiones al patrimonio
mediante sustracción, retención, robo o secuestro; daños al
pdmmonio; Icsión mediante estafa y Icsión a1 derevhoajeno por
infidelidad. Los crinicnes públicos o contra el Eslado se
subdividíanensiete capítulos: contra la existenciay seguridad
del Estado en generacinjwia a lamajestad y otros &enes
contra el honor del Estado; contmla aulondad, m t L a la paz del
derecho en el Estado, contra la coilñaozay w i a s @ b G m ;
contraelpatrimonio del Estado y otros patrimoniospúblicos;
crímenes especiales de los -Funcionarios del Estado y 10s
servidorespúblicos.
Siguiendola clasificación tripartita, Feuerbacb dedicó el
libro tercero alos delitos, dividiéndolostambién en dos titulos,
que correspondena los delitos privados y a los delitos contrael
Estado respectivamente.El título primero lo subdivideen cuatro
capítulos,que se ocupan de los delitos contra la persona; de la
afectacióndel patrimonio por sustracción,retención o daño; de
la afectaciónde derechos ajenos por estafay usurpación y de la
afectacióny por infidelidad.El libro segundo lo divide en seis
capítulos: delitos contra el honor del Estado; de resistencia a la
autoridad; contra la paz del derecho en el Estado; contra la
confianzay las cwcniias públicas; contm el patrimonio público
y dcliros espcciulcs de los íiincionariosy scrvidorcs públicos.

La importación de este texto a h é r i c a Latina resulta un


tanto diacróñica, cuando ya los otros países europeos habían
superado en susmodelosla crueidad retributivabonapartista.Si
biin el texto bávaro era superior técnicamente,no Godía estar
muy lejos de esaretribución, puesto que ~euerbach-siempre se
camctenzópor su fino saitido de la ovortunidad aolíticav, vor
ende, se sabía cercanamente controlado por los ;eaccioi&os.
Obviamente, cuando este texto llega, cincuenta años después
de su sanción,es relativamente atenuado y simplificado en su
adopción~gional.
3.1.5. El Código Penal Holandés.

En Holanda se había nombrado una comisión en 1795,


encargada de redactar un proyecto de código penal, que no
cumplió su cometido, por lo que se nombró otra en 1798, que
pmentóunproyecto en 1806que, remitido alTnbunai Superior,
fue desaconsejado por éste. En 1807se nombró otra comisión
-integrada por Rewens, Elout y van Musschenbroek- que elevó
su proyecto al año siguiente, siendo sancionado y puesto en
vigencia a partir del lo de enero de 1809138.Este texto tuvo
escasa vigencia, pues fue reemplazadoa partir del lode enero
Códigos Penatea de Latinoamérica

de 1811 por el código de Napoleónn9,pese a que muchos


autores lo consideran superiorpor su carácter nacional, por su
racionalidad y suhumanismol". Terminado el dominio francés,
quedó como herencia el código bonapartista, habiendo hcasado
los sucesivos proyectos elaboradospara su reemplaza (1827,
1839, 1846, 1847 y 1859I4l).El código penal holandés fue
largamente trabajado y su artífica, sin duda, fue Antony Ewoud
Jan Moddennan (1838-1885), quien además de catedrático de
derechopenal, con cierta influencia de Krause y protagonista
mayor de la comisión respectiva, fue ministro dejusticia entre
1879 y 1883142. El código fue sancionado el 3 de marzo de
1881y todos sus trabajos preparatorios habían sido seguidos
muy ccrcanariicntc por los encargados de la redaccibn de los
sucesivos proyectos italianos. Al modo de Crivcllari, Smidt
rccopiló los irabajos dc elaboración, publicindolos ese mismo
año en cinco volúmenes'43.
El código holandési44contiene un sistema de penas
bastantesenciuo(principaies son la prisión, la detención y lamulta;
accesorias son la destitución, la colocación en establecimiento
de trabajo del Estado, la confiscación de ciertos objetos y la
piiblica&5nde la scnrcncia). Como cximcntes considera la
inim~utabiliMiami~ioridad, I;i kie~m
física imisublc, la legitima
def&sapropia'o de terceros(e1exceso cuandohaya obedecido
aemoción violenta), el deber legal, la orden oficial impartida por
autoridad competente y el cumplimiento de las obligaciones del
cargo. Sanciona a cómplices con una escala penal inferior, al
igual aue la tentativa. El encubrimiento no es considerado
&tic&ación. Regula los concursos en forma muy racional,
notándose una considerable similitud con el códipo de Zarmdeili.
El texto adopta una clasificaciónbipartida d e i i infracciones
(delitos y contravenciones), dedica el libro segundoalos delitos
en particuiar, divididosen veintinuevecapítulos (lasdos capítulos
siguientesse dedican a precisar problemas de participación y
reincidencia), que siguen& cercalaclasíñcaciónbelgay b c e s a
El libro tercero está dedicado a las contravenciones. Sin duda
que, para su tiempo, es un texto sobrio y de muy clara fac-
sumamente técnicoy, por sobretodo, escueto y con fino ~enhdo
delas definiciones.
3.2. El Positivismo Penal.
3.2.1. E1Avance del Beligrosísimo en Europa.
Mientras en Italia se debatía el código de Zanardelli,
Lombroso aconsejaba que se demorase su y el
pmitivisw anmciabasuavancemüador. Laburguesiaeuwpea
habia conseguido su objetivo de desplazar a la nobleza y, con
ello, alcanzaba la hegemonía social. Desde esa posición ya no
estabainteresada en colocar límitesal poder punitivo delEstado,
puesto que había pasado a ejercerlo. Las garantías liberales,
que le habían sido útiles en su marcha ascendente, se erigían en
unamolestia cuando su objetivo estabalogrado y, por ende, no
deseaba que nada perturbase su ejerciciodel poder pese a que
muchosautonsloconsidem superiorpor su carácter nacional,
por su mcionalidad y su humanismo social y económico. La
concenbxibn urbanaque acompañaba al industnalisrno, llevaba
a las ciudadesa masas¡niserablesque era necesario controlar y
dcmdcarparaei trabajo fabril. En las ciudades seconcentraban
la riqueza y la miseria, con el consiguiente incremento de la
conflictividad social, m8s o menos violenta. Surgen las
corponicionespoliciala, institución hastaentoncesdesconocida
La propia Inglatena, que durante muchos afios la había
rechazacb,estableoesupolicía en los ajJosveintedel sigloXiX.
Les policlascobran una enorme kpxtancia htitucional, como
pieza clave del disciplinamientosocial del industrialismo, pero
son corporaciones que carecen de discurso propio. En ese
momento, la capación m&ca aportaeldiscuís0,comi~a
operar en alianza con las corporaciones policiales y, en lo
awdhico, abre una larga disputa por e1 control de la justicia
p d con las corpor¿cionesjurídicas, especialmente en~rmcia
y en ItalisM, ai tianpo que los intffesesde 1% wiicias. acuciadas
por los sectons hegemónicos, entraban huentemente en
confiictocon IasCrit9iw delosiuristssysusfomtalismos.Las
nuevas clases poderosas de EIB&XXMl&n en esta alianza de

maioe q ~ ae i d&'&$ad biol6gi&, elimirialwui


~ o b s t s c u i o p a ú a e control
l dc Iss"clarcs pelignxs" 1''
Códigos Penales de Latinoamdrica

el disciplinamientode lapoblaciónmargínal delas ciudadesy el


impulsoa la emigración de los sectoresque no hallaban ubicación
dentro de lanueva estructuradeproducción.
Cadavez que se dan circunstancias análogas, los sectores
dominantes ejercenpresión sobre las burocraciaspoliciales para
que eliminen a las personas molestas y controlen a los sectores
peligrosos e indisciplinados.En definitiva esta era la idea que
provenía desde Bentham y había sido el discurso napoleónico,
pero el discursomás liberal delracionalismoposterior, traducido
legislativamenteen laobraquenilminaen el código de Zamdeiii,
comomaterializaciónlegal de las ideas de Carma, Carmignani,
Pessina, etc., no se adaptaba aesas exigencias.
En ese momento acudieron en primer témino los médicos
con su discurso para apuntalar los intereses sectoriales de las
policías acosadas. El discurso retributivo no sirve en tales
emergencias: la pena de muerte se reduce a pocos casos muy
graves; los casos que molestan son los delitoscontra la propiedad
y para ellos el retribucionismo no ofrece solución, por mucho
que la reincidencia se quiera instnimentarcomo cuerpo extraño
dentro de su estructura. Se hace necesaria una ley que permita
penar los "molestos" sin atender a la magnitud de los ilícitosque
cometen, sino a su condncta de vidamolesta, peligrosa para la
función de orden policial y de disciplinamiento.Lajerarquía del
corporativismosocial debe reforzarse, la sociedadya no puede
concebirse como un contrato, sino como un organismo, con
células nobles más desarrolladas (el cerebro, o sea, la burguesía),
células más groseras o primitivas, poco evolucionadas (los
trabajadores) y elementos nocivos o microbios infecciosos
(delincuentes y prostitutas) que deben ser eliminados en cuanto
dejan de ser banales.
Si bien el pobre discurso de la burocracia policial no
coincidíaen principio totalmente en sus fundamentos con el
discurso médico, pronto el primero incorporóargumentos del
segundo y éste reforzó sus especulaciones con apoyo del
primero. El delito se fue desdibujando,perdió importanciapor
si mismo, se minimizb aún más a la víctima y quedó en mera
condición de sintoma de necesidad de prevención especial
neutralizadora de la peligrosidad. La criminología, como
explicación de larea1idaddeldelito, asumiócarácter sistemático,
se vistió de ciencia e hizo su entrada en las universidades de la
mano de losmédicos,y de allípasó a losjuristas que traicionaron
su tradición corporativa para plegarse a la marea política que
daba hegemonía al discurso médico/policial.Se partió de la
premisa de que el laboratorio de criminologíaem la cárcel, con
lo cual no se analizaba elproceso de criminaliiciónprimaria y
secundaria,se obviaba todo el ejercicio de poder del sistema
penal y su natural selectividad. Esta criminología médica se
dedicó a analizarloscaracteres fisicos de los presos, retomando
viejos elementos de la"fisiognomía" y los interpretó como
causas del delito, obviando, el hecho de que eran elemcntosdel
estereotipo delietivoy, por ende, causas de la criminalización
selectiva. Compnentes estéticos'49,mcistas, clasistas, etc., son
los que abundan en las descripciones.La sociedad europea se
siente satisfecha y tranquila, sabiendo que la "maldad" es un
producto biológico que es menester aislar de su sociedad, como
un desafortunadoaccidentepatologizable.
El positivismo representauna vuelta a la inquisicióny a su
teoría integrada de criminología etioMgica, derecho penal
neutralizador y derecho procesal penal realizador de la
neutdiición, expuestaentodasu amplitud a ñnes del siglo XV
'"
por los inquisidoresoficiales en el '%alleusMaleficarum" .El
mal era acción del maligno combinada conlamaldad humana o
pecado, que daba lugar a la brujería, delito de mujeres que, por
ser biológicamente inferioresaí hombre (dadoquepmveníande
una costilla curva que contrastaba con la rectitud masculina),
padecían undefecto genético que las hacía inferioresen fe y en
inteligenciay,porende, superioresenmaldad .Los inquisidores
inventamn etimología: sosteníanque"fW procedía de"fee"y
"muius", o sea que se pretendía que a la mujer se laidentificaba
con un nombre que indicabamenor fe (para el positivismo, los
individuosmal constituídos-débila- traducían su inferioridad
en -en& dektivas)la .El maligno N a b a en ellas a
su mejor aíiado (la degeneración positivista cundía con la
*iEKIdelosinfe- y am-alah-~, sus
Códigos Penales de Latinoamérica

vicios expandíanlas" e n f e r m ~ p o p u l a r e ~que


" ~debilitaban
la raza). Además, el diablo cohabitaba y copulaba con ellas,
pero no tenía semen, pero tenía sabiduría por viejo y, por ende,
sabíaa quién extraerle el semen y en qué mujer hnijadepositarlo,
para generar, personas que fuesen más proclives a su alianza
(eraun eugenistaal revés). La maldad no estaba determinada, el
humano conservaba su libre albedrío, pero genéticamentehabía
personas propicias a las alianzas con el mal, sea porque eran
mujeres o porque habían sido concebidas por el hombre y la
mujer scieceionadospor el maligno (el positivismo atenuará sus
primeras afirmacionesde etiologíabiológica purq valiéndose de
la misma tesis de la "disposición"). En ambos, la inferioridad
biológica es condición de la maldad.
Lamaldadmquisitorialy la degeneraciónpositivistapodían
asumir las formas más diversas y, por ende, todo o casi todo
caía bajo sospecha. No era posible clasificar y tipificar
cerradamente estos signos, porque la habilidad del maligno o la
multiformidad de la biología no tenían límites. Era necesario
permanecer abierto a la percepción de los signos. Desdemujeres
que hablaban con gatos hasta las que eran muy eróticas, las que
volaban o escondían cosas, las chismosas, todas estaban bajo
sospecha, en tanto que el positivismoponía bajo sospecha todo
lo que molestaba a la policía y a la moral vietoriana imperante.
Las únicas personas inmunes al malipno v a ladenenmción eran
los inquisic¡ores y los ~riminólo~os~siti~stas, &&ctivamente,
pues ambos. debido al contacto, sabían cuidarsevademásd a n
haespeciede vacunación. dos los demás podían ser víctimas
del maligno o de la degeneración, bajo cualquiera de sus
apariencias seductoras, especialmente las placenteras. Nada
placentero podía ser muy bueno y hasta los mismos milagros
(los genios de los positivistas) podían en el fondo ser meros
engaños de los sentidos atribuibles al diablo (o formas de
degeneraciónparticulares, los "genios l ~ c o s ' " ~No
) . es posible
ninguna tipieidad para cerrar el catálogo infinito de actos de
maldad de ser tan poderoso, que no era tan poderoso como
Dios, pero que actuabaconpermiso de Dios, quien lo eoncedía
porque sus designios son inescrutables.
Para defendersedel maligno el proceso debía llevarse de
modo muy hábil y no podían ahorrarse recursos, puesto que la
humanidad e&m y la obra misma de Dios se hallaba en peligro.
Por ende, no habia una acusación cerrada, sino que en cada
caso se debía investim,~remintar,
A - por ias buenas O por las maias,
aunquetampcco ha6ía que creer mucho en los arrepentimientos
v confesiones eswntáneas, poraue tambiénpodían ser obra del
maligno. Por ende, habia que aplica; la tortura en el
inkmgatorio. Si bajo tortura lamujer confesaba,el hecho estaba
pmbado, pero si no confesaba, eso no erapmeba terminante de
inocencia, porque el maligno le podía proveer de fuerzas para
resistir al dolor.
El positivismo criminológico recuperó el esquema
inquisitorial,sólo que la maldad (degenemción) era un producto
biológico que, paulatinamente, se fue transformando en un
condicionantebiológico. Los signos de inferioridad biológica
también resultan diversos: el primitivismo, la identificación del
&aje con el crimid, del colonizado con el delincuente,asume
distintas e insospechadas formas. Laempresa de defensa social
también comienza a legitim cualquieruso delpoder punitivo y
los "formalismos" y las "racionalizacionesmetafísicas" deben
abandonarsecomo "abstrucidades tudescas",parapemitirle a
la sociedad defenderselibremente de sus enemigosnaturales, o
sea de la emergencias5 de la degeneración que amenaza su
existencia,reemplazando al diablo'56.
La misma idea de inferioridad biológica cunde en el
positivismo: en tanto que el inquisitorial so6habapor brujas a
todas las mujeres, por inferiores, el positivismo sosvecha por
criminales a todos los que se parecen a los coloni~adospor
Europa, a todos los que tienen caracteres africanoides o
mongoloides, esto es, a todos los aue se uarecen a los
latinoamericanos originanos y a los negros africanos. Eran
expresiónde razasinferiores que no debían mezclarse con los
b h , porque daban hgara h l a r e s bastardosdegenerados
sinpersonalidad moral, como áiríaMore1y toda su escuelade
pa fhcea

tal
CódigosPenales de Latinuamddica

El positivismo criminológicono~emás que un capitulo


de una ideología mayor, que es el racismo. Si por racismo
entendemos la discriminación entre seres humanos fundada en
consideraciones de orden biológico que hacen a la supuesta
superioridad dc ciertos grupos étnicos o de cierta parte de la
especie, la inquisición fue racista y el primer racismo fue la
discriminaciónde la mujer, altamenteteorizadaen el "Malleus".
En el racismo que florece en el siglo XIX (aunque tiene ilustres
antecedentes :su los siglos anteriores),no ¡a niujcr su lugar
de inferioridad, pero tiimbiéii pasan a ser inferiores las razas
colonizadas y los desordenados habitantes de las sociedades
centrales que separecen a los colonizados, especialmente cuando
se insubordulanpolíticamente,es decir,cuando se conviertenen
"masa" incontrolable, donde emergen los rasgos más primitivos
de su inferi~ridad'~~. Los criminales natos europeos eran
accidentes de iderioridad biológica que tenían lugar en medio de
seres superiores.
Hay doslineasideológicasdel racismodechon6nicoque,
si bien semezclan en las maniuulaciones discursivas en el curso
de la historia, en principiopueden distinguk: una es la lííea que
pone el acento en la "decadencia", en tanto que la otra lo pone
en la "evolución". La primera pretende la existencia de una raza
aria superior, que se habría bastardeado por cruces,
manteniéndosepura en mayor medida en los países nórdicos de
Europa, las razas inferiores serían el producto irreversiblede
decadenciasbiológicas y la única solución posible, en deñnitiva
sena la eliminación paulatina. Esta era la línea racista de
G o h i n e a ~seguida
~ ~ ~ , por otros159y coronidapor Ro~enberg'~.
Laotra es la líneaque piensa que el hombre ha ido evolucionando,
que Adán era negro y luego se blanqueó, como afirmaba
Pritchard, y que la civkaciónva condicionandoestasuperioridad
biológica Iograda evolutivamentea travás de los mll&os. Todos
los hombres pueden llegar a ser tan evolucionados como los
europeos, sólo que es necesarioque incorporen su civilimción
superior, lo que pueden hacer con su tutela, por lo cual el
colonialismoy elneocoloni&xnopasan a setempresaspkkas
u obligacionesmorales de las razas superiores respecto de las
inferiores. Esta era la línea de pmamiento racista que se
acomodaba al interés de los británicos como potencia
colonizadora,habiendo sido Spencer su máximo
~aralacon~iaion~delpositivismo~o~Ó~~,
la especie humana era un tejido en el que había células más y
menos evolucionadas,siendolasmásevolucionadaslas empeas.
Si bien las menos evolucionadaspodían llegar a ser como las
empeas, estodemandaríamuchos milenios.Por algunasrazones
biológicas el fenómeno evolutivo no culminaba en algunos
individuosdeltejido superior, que nacían en un grado menor de
evolución, y, por ende, con los caracteres de los colonizados.
Estos eran los "criminales natos" de Lombroso (aunque
Lombroso no los bautizó así,sino Feni, quienadoptósin deculo
la denominación que les habíadadoCubí y Soler).Eran personas
"malterminW que, por eso, se parecían a los colonimíosy a
los salvajes. En esta categoríaentmbmlasclases subaitemasde
los países centrales, los líderes de la comuna de París, los
revoiucionarios franceses de 1789, etc., considerados todos
como biológicamente M o r e s . En lamedida en que cunde la
degeneración, se debilita la raza y, por consiguiente, también
cunde la revolución: así i n ~ n l opositivktas
s larevolución
rusa de 1917.'"
Los limites a laactividadpolicial se debilitaroncon es-
ideologías y los jueces no eranoba cosa que instrumentos de
defensa social,meros leucocitos destinados adefender el cuerpo
social. La dignidad humana se hacíapedazos con hombres que
eran considerados como cosas peligrosas y jueces que debían
considerarse elementos de unaparato leucocitario. La persona
desaparecía, enterrada por la"ciencia"comoproductovetwto
de la 'ineiaí3sica''.
Dcl m i s n i o i n o d o ~lapenabajoel
í piinombn:
de "sanción" y cl delito wntia.su wáctcrde conflicto.m aucdar
reducido a ufi síntomamaenque no sólo se deqmcia $de&da al
autor, sinotambi~atavíctima,~bidadeinterf&enlaacción
defensivadelEStad0,~em lohacíaefieInombre&susintmm
individuales,sino en el de la sociedadnecesitadade defensa. Al
nierpose&cabaal~yam~m~acP,hiias.
Códigos Pendes de Lafinoamérica

La máxima demolición del derecho penal liberal y el más


bajo momento de contenido pensante de la tcorÍa penal se
alcaii2anconelpositivismopeligrosista.Binding caractenz0 con
claridad meridiana la dimensión de esta catástrofe del
pensamiento: " k d o los sociólogosconsideran al delitoen su
dañosa consecuencia social, se hallan cerca de considerarlo como
síntoma de lapeligmsidad social de su autor. Este aparece, pues,
como un incapacitado social, como portador de disposición
asocia1o antisocial y por ello como peligroso para el futuro. Este
juicio de peligro lo dicta la sociedad cuidando su futura seguridad:
es un juicio de miedo. Pero peligrosos pueden ser quizá más los
alienadosque quienes gozan de saludmental. jLa gran bipartición
jurídica de los hombres cae por el suelo! Es obvio que así, la
responsabilidad no puede jugar ningún papel. La llamada
responsabilidad social de Ferri no es responsabilidad. La
imputabilidad, la culpabilidad y la pena de culpabilidad se han
perdido irremisiblemente. El llamadoculpable se ha tmcado en
un peligroso sin culpabilidad. Pero contra su peligrosidad la
sociedad debe asegurarse,y lo hará con su intervención policial
en lugar de hacerlo con su intervenciónjudicial, y designarría la
mal reputadamedida policial con el nombre que tiene la antigua
dignidad de la pena, ocultándole de este modo su error al lego
ignorante, haciéndole irreconocible su quiebra radical con el
concepto históricojurídico". "Y lo cierto es que este pobre tiene
mucho más motivo para aterrorime ante los que luchan contm
In peligrosidad q~icaiitclos peligrosos, es decir, que anrc los
llamados criminalcs". "Puesto que se trata dc una rcoria con
semejante desprecio de la personalidad humana en genmal, con
semejante inclinaciónavictimaren el altar del miedo a miles de
hombres de carne y hueso, sin miramientos y sobre las pruebas
más defectuosas,una teoría de W a injusticia y tan ilimitada
arbitrariedad policial, prescindiendo del presente, no ha
encontrado secuaces, salvo en los tiempos del terror". "De tener
éxito esta teoría, desencadenadaun tempestuoso movimiento
con el fin de lograr un nuevo reconocimiento de los derechos
Fundamentalesde lapers~nalidad"'~~. Triste es reconocer que
estaspalabras de Binding, esentasen 1914,fueron proféticas.
3.2.2. La Llegada del Positivismoa América Latina.
El positivismo criminológico llegó a América Latina por
vía de médicos. alienistas v forenses. No obstante fueron los
~~~~ ~

juristas quienes presiariientc sc plcgaron a esa corriciite. Las


dos ncrsonalidadcs iiiis salieritcs dc la primcn criniinología
conhental fueron osé ingenierosen la ,&gentina y Raimundo
NinaRodríg~ez'~~ en el Brasil.
El racismo o"apa&eidrriminológiw>", llegó en 10stimp
de las repúblicas oligárquicas de América Latina, o sea, en las
últimas dkadas del siglo XiX y las primeras del siglo XX. En
esas mismas repúblicas se habían receptado los modelos
legislativosde las momqyías empeas con las claces industriales
y comerciales acomodadas y estables. Pero esos modelos
tampoco se ajustaban mucho alas necesidades de los sectores
dirigentes. En realidad,los sistemaspenalesno variabanmucbo
en su práctica, puesto que estos códigos, como vimos, no
modificaban mayormente la realidad del poder punitivo. El
pmtagonimopoiíüco era de una pocas minorías, en tanto que la
inmensa mayoría estaba ajena a todo peso político. El
'"poríkismo" mexicano, ta"oli&a de la carne enfriada'' en la
Argentina, la "República Velha" en Brasil, son ejemplos
demostrativosde esa situación.En general, los discursos eran
libemles,pero la teoríajurídicay la práctica eran tan antagónicas
que parecía la segundaunagrotesca burla a la primera. El control
social punitivo requenacreciente eficacia controladora frente a
los fenómenos de concentración urbana que provocaba la
e c o n o m í a ~ l o nLas í ~economíasaclavkbs y de cultivos
intensivos se desarticularon, para dar paso a cierto grado de
industrialización,al desplazamientode población campesina a
las ciudades, a concentración de capitales en las grandes
meb6poiis y, por ende, a la fomiacibn de sectoresmarginales no
inco;porados a un sistema productivo que, por no ser un
fen6meno orighio de acumulacibde capital, sino denvado o
dewn&mte, no se regía p r sus propias leyes, sino por los
dictados de lasme~po&sec~nómiicas, siempre atendidos por
las oligquias ~iüco- locales. En esascircun&mcias, el
c~ntrofsocial punitivo debíadejar deponer =princip& acento
Códigos Penales de Latinoamérico

en el campo y trasladarse a las ciudades, en especial a sus


suburbios problemáticos y a los disidentes políticos,
particularmente a los anarquistas.
Las clases dirigentes necesitaban una ideología que
justificase su práctica, acortando la distancia entre el discurso
teórico y la realidad, y al mismo tiempo que hiciese lomismo en
cuanto al control punitivo. El controlpolicial de la marginación
se practicaba y tenía base legal, pues las 'levas" (incorporación
forzada a los ejércitos), lajusticia privada de los hacendados
sobre su personal sometido a servidumbre, eran una realidad
latinoamericana, en tanto que en Europa, las diversas leyes de
relegacióny el entusiasmocausadopor esta f o m depena,fumn
muy anteriores al positivismo. No obstante, se'hacía muy
convenientela preferencia por un discurso que redujeseal mínimÓ
la importancia limitadora di1 dcmho Ixnal;poniéndoloal s~nicio
directo dc las medidasde conml policial. Esa función la c~unnlib
el positivismo. No en vano fie la ideología dominanté en
MéxicoIs, en Brasil'", en la Argentina'"9.
Lógicamente, el positivismo tmjo consigo al racismo, del
que no es más que un capítulo, y que en América a s ~ formasó
inmíbles, que fuerondesde la aiirmación de que nuestros países
soninviablesl@hasta lajustificación biol6gieade la marginaci6n
de las mayorías. La versión spenceriana fue la dominante,aunque
a veces se mezclaba con elementos de la versión contraria o
de^&&'^. Conformea esta visi6n evolucionista, nuestros paisg
se idan incorporando a la civilización y, en ese proceso, habría
minodas deavanzada, que se adelantaban en la evoluci6ny,por
ende,eran 1 a s m W e n t e&tina& agobemar.bmaqkcii&n
de las mayodas era un acto necesario, tan piadoso como el
~ 0 1 o n i ~ o , , q u e l a slosrnalesqueporsuignocdncia
~de
ellas mismas podnan inferirse, al mismotiempoque las permitía
hacerse fuertes en la lucha por la subsistencia. El camino al
liberalismo había que construirlo con base en el patmnakmo de
las minorías, niyo máximo exponente era el buen dictador.
~n tanto se woluciofiaba,eianeceSano evitar el mst&ie,
porque no paUanrnezc1arsefilos g e n s w muy distantes. Asi,
el racismo latinoamericano asumió diversas formas, según los
interesesde las diferenteSrninoríaslocales.Por eiemplo,en Brasil
se sostenía queno debía fomentarsee1c m de i k i & s y negros,
porque eran incompatibles, propugnándose,justamente por Nina
Rodrígues,unclaro "apartheid", entratoqueenla Argentina se
sostenía que no eran tan incompatibles, pero que muclio más
incompatible mel crucede ibéricos con indiosi7.Tenían algunas
dificultadesparaeqli~~lapresenciade PorFuio Díaz, auténtico
i d , c o m o e l ~ g n a d e l ~ o l i ~ uc o i nc toi n d
pemlo resolvían afnmandoque todaregla tiene excepciones.
A esto se añadía que las medidas policiales anteriores a
las llegadas de estas ideas se legitimaban ampliamente con el
nuevo discursoy, además, en los paises enque la inmigración
llegó por aluvión, como en el cono sur, permitió importar la
ideología del control social punitivo europeo y desarrollar un
racismocontrael inmigrante,más o menos parecido al que tenía
lugar en los países europeosparacontrolara sus propias clases
peligrosas. No en vano fueron celebrados en el cono sur los
trabajospositivistassobrelos anarquistas1" ,que dieron lugar a
literatura propia'". No obstante, el positivismo criminológico
no fuepreferentemente manipulado en sentidopolítico ciuecto -
como podna suponerse- sino que su incidencia fue sobre todo
contra la marginación: ladrones, prostitutas, proxenetas,
estafadores, etc., es decir, lo que se llamaba lamala vida, que
diera lugar atantosy tan curiosos libros en Europa y a algunos
en América'74.
Es comprensible que, con su ropaje científico, el
positivismo prestamente bamese a la no muy desarrollada
doctrinapenal liberai de América Latina y quedase enel centro
del escenario ideológico, como único protagonista, durante
decadas. Con todassus contradiccionesy quizápor haber vivido
aislado de los grandes centros urbanos, el último de los
penalistas creativos de la vieja generación -y en cierto sentido el
más ereativo de todos- puede ser Tobías Barreto en el Brasil.
No en vano Nina Rodrígues, a la hora de exponer sus teorías
racistas, lo toma comoblanco de suscríticas, sin contar con que
Tobias ~ u n m ~ 1 7 5 .
Códigos Penales de Latinoaméricu

4. EL TERCER DESEMBARCO DE MODELOS.


4.1. Su Tiempo y Circunstancias.
El positivismo tuvo raízracistavinculadaa las oligarquías
latinoamericanas, pero, curiosamente, las izquierdas
latinoamericanas fuero11 en gran medida tributarias de su
pensamiento. Es menester recordar que Ingenieros era socialista,
por ejemplo. En síntesis,podría decirse que en cierto momento
hubo un racismo entre liberal y más omenos avanzado, tributario
en último análisis de Spencer, en tanto que las minorías quc
representabanlos restos del integrismoy los grupos ultramontanos
seguidoresde los autontansmose u r o p s de entrepenas, fueron
tributarias de un racismo contradictorio, a veces de clara
inspiración ma~rraciana"~. En rigor, la versión de Rosenberg
nunca llcgó a América latina, aunque en escasa medida entre
esos sectores ultramontanos se manejó fa de Gobineau"'. El
integrismobrasileño exaltaba al mestizo de portugués e indio e
ignorabaal negro'78,lo que es una curiosidad tan insólita como
la de todos estos movimientos en general.
Lo cierto es que al quebrarse las repúblicas oligárquicas
en un movimiento que comenzó con 1aRevoluciónMexicana y
se extendió en las décadas siguientespor casi todo el continate,
asumieron papel protagónico sectores sociales hasta entonces
excluidos, dando lugar apopulismos -no usamos el témino en
sentidopeyorativo- que tuvinon que lidiar en diiemtes contextos
de poder internacional condicionados por sus posiciones
geográficas,pero que, en general, tratmnde impulsarunpro~eso
de industrialización más omenos autónomo.
No es oosible afirmar que estos procesos tuviesen una
ideología clara, sino iluc los signabu c1 pragrnatismo y la
nicesidrid de frcnar los oroblcma que lec planteaban los intcnws
internacionales, con kecuencia kontaimente opuestos a sus
políticas dedemmiio relativimenteindependiente,la corrupción
de susmismasfilas, los grupos económicos internos opuestos a
la industrialización, etc. En general, se vieron mfkntados a la
necesidad de poner cierto orden más o menos autoritarioy, para
ello, menos orgánicamenteque las oligarquías,echaronmano
también del wositivismo. Los teóricos del saber penal de este
neríodo. se& adeptos a los regímenes populistas o, por el
Eontrarió, secuacei de los intereses opu&S, tampoco fucron
claramentel i M e s . El wsitivismo se fuedesdibujando, pero el
abandono del discursohosignificabala muerte de sus ideas, a
las que se m c a b a ocasionalmente aígúnretazo.
En este momento llegaron tres modelos legislativos
imwrtantes~ olarintluenciaque habríandeeiercer en la regó=
un;,demen&influencia, fueeipmyectoFe&al que acomp&m
las ideas deoelizrosidad sin delito o vredeíictual: m r otro lado,
avanzaba eifarñosoproyecto ~too&,es decir, la Combinación
de penas retributivas y medidas de seguridadpreventivas; por
Último, llegó rápidamente y rodeado de una aureola de
cientifcidad y tecnicismo, el código de Rocco, que perf'ecciona
esta combinación autoritaria Fue, por cierto, unmomentopoco
felizpara el derecho penal de garantías: la vieja predicción de
Binding se esíabacumpliendo.
4.2. El Proyecto de Fern y lapeiigrosidad sin Delito.
Elprnyxtode Fcm fucb;iducidoalcastcllanoy ~xposible
descdbrir su influencia en variosicxtos de la dir.a& de los años
treinta'79.En general, puede afirmarse que fue un documento
que decepcionó a los positivistas, que esperaban algo más
coherente con los principiossostenidospor Ferri toda su vida Y,
más especialmenic,por los d e m l l o s cxutmos del positivis~ñu
penal. 1.adccl~racióndel principio de lcxalidad cn el articulo
primero del proyecto fue cuesiión debatida, puesto que, en
definitiva, la búsqueda de síntomas no se compadece con la
calatogación cenada.
La aplicaciónde la ley más favorableretroa&vaexceptúa
al debcuente"Mitual". Para los a l i d o s y 1 smenores aplica
lalleyvi~~~deldelito.~~los&íitos~~~
de 10s político sociales. siendo estos últimns Ins rnmetidnq
~ -y----

exclwivamentepor mótivos potíticos o de ínter4s colectivo.


Subjetiviza el e m r sobre las circuosbancias, o sea que, quita
Códigos Penales de Lotinoamérico

todo cfcctoal resultado en cuanto a la calificación dcl hccho,


aunqiic limitado a las calid:ides dc la pcrsona. La tentativa ticne
la pena del delito consurnado y la aicnuación sGlo cs facultativa.
Lo mismo sucede con la complicidad. Como característica
positivista, el texto no tiene fórmula de la inirnputabilidad, de
modo que, respondiendo a su ideología, los alienados son
responsables, dada la general idea de responsabilidad social y
su participación del estado peligroso. La medida de lasanción
la proporciona el grado de pcligrosidad. A este respecto tabula
circunstancias de mayor y de menor peligrosidad, en forma
análoga al código español de 1870 y, en general, a todos los
códigos que usan sistemasde atenuantes y agravantes. Como es
natural, para estetexto la reincidencia indicamayorpeligrosidad,
por lo que obligatoriamenteimpone la agravación de la pena.
La sernegación del delincuente habitual es una de las
fo&acio&s clave de todo sistcmapolicíacoque, conforme a
los reclamos de una burguesía "ghetizada", reclama la bruta1e
inmediata erradicación de la pequeña criminalidad contra la
propiedad. Bastaban dos delitos -incluso sin reincidencia-para
aue overase la calificación de "habitualidad": "Todo autor o
cóm&ice-prescribe- de dos o más delitos cometidos en tiempos
diferentese independientesunos de otros, para los cuales esté
esiablecida segregaci6q y el reincidenteen estosmismosdelitos,
será declarado delincuentehabituai, si la naturalezay modaiidades
de los delitos cometidos, los motivos determinantes, las
condiciones personales o su régimen de vida, prueban una
tendencia persistente al delito" (artículo 27). Como se puede
observar, la calificación era bastante discrecional. Las otras
clasificacionesde delincuentes que incorpora son los enfermos
de lamente y los menores. Respecto de estos últimos introducía
la categoría del "menor moralmente pervertido", que asimilaba
al reinc'idente.
El titulo tercero se ocupaba de las "sanciones", eiimhmdo
el nombre de penas. El cuadrode sanciones era muy extenso y
comolicado: a) uara los mayores de dieciochoaiiosy por delitos
obligatoGa de trabajo diurno, segregación simple enuna casade
trabajo o colonia agrícola, segregación rigurosa en casa de
reclusión y segregación rigurosa perpetua; b) para los autores
de delitospolítico-socialesmayores: destierro, detención simple
y detención rigurosa; c) para los menores: libertad vigilada,
escuela profesional o de corrección o el navío escuela, casa de
tmbajo o coloniaagícolaparamenores y casa de vigilancia; d)
para los mayores en estado de debilidad mental: casa de
alienados, casa de vigilancia y colonia especial de habajo; e)
como sanciones complementarias, cuando no constituyan
sanciones especiales: publicación especial de la sentencia y
caución de buena conducta.
En cuanto alamulta, contenía una extraña disposición: la
multa pasaba a los herederos. En cuanto a los delincuentes
político-sociales, establecía su alojamiento separado de los
delincuentes comunes. Dedicaba un capítulo al trabajo
venitenciario. Conforme a las atenuantes y agravantes (o
~ircunstaiici~sdc mayor o nienor pciigrosidad)citablccia iniü
reglaque redi~chbastante cl arbitrio iudicial. I'reveia la libertad
c&dicional v la condena condicioñal. La reparación del daño
era obligatoha en toda sentencia condenatóría, de modo que
formaba parte de la pena pública.
Fueron varios los textos que se sancionaronoproyectaron
en América Latina suprimiendo la inimputabilidad, como el
código mexicano de 1931 y el colombiano de 1936.Pese a la
clara infiuenciapositivista,no llegaron aeste extremo el código
de defensa social de Cuba ni ei proyecto argentino de Coll-
Gómez(1938).
Panlelamente,ejerci6 una intlucncia basiantc nega~iwcii
la rcgibn el modelo dc peligrosidad sin delito o predclictual,
sancionado en aigunospaiseseumpeosy, principaimente, la " b y
de vagos y maleantes" de EspafíalS0.En ciertos casos, no
pasaron de proyectos sin sanción legislativa, pero en otros se
convirtieron en leyes que dieron a las policías facultades de
imponer penas violatonas de toda garantía, como en el caso de
Venezuela En oíros casos, estas leyes existían con anteriodad
~ ni Bolivia
y s ó l o m b i e r o n m a y o r l @ ~corno
Cddigos Penales de Latinoamérica

4.3. El proyecto de Stooss.


La combinación de penas y medidas se venía proponiendo
con el objeto de mantener, por un lado, un derecho penal más o
menos retributivoy, por el otro, de desarrollarun derecho de las
medidas policiales de segregación de indeseables, es decir, de
pequeños delincuentes contra la propiedad. La primera propuesta
en este sentido proviene del proyecto suizo de Karl Stooss de
189318',donde se proponía que "los mimimies reincidentes serán
internadospor un tiempo de diez a veinte años". "Si un critnii~al,
después de haber sufrido varias veces la pena de reclusión,
comete un nuevo delito en los cinco años posteriores a la
expiraciónde la ÚltUna pena y si el tribunal está convencido de la
ineficacia de la pena ordinaria para prevenir nuevos delitos, el
tribunal, cuando la condenación sea defnitiva, entrega al
condenado a la autoridad federal encargada de disponer la
internaciónde los criminalesreincidentes"

especialmentea havés de sus versiones francesas, ejerciendo


una iiotona influencia cn varios paises (I'cni, ~ r g c n l i etc.).
c El
Iarguisimo proccsodc la codificación suiza pcnnitióesk diíiusión,
pués el primer de Stooss es de 1893y el código suizo
se sancionó recién e12 1de diciembre de 1937,de modo que su
influencia en la región la ejerció cuando aún faltaban muchos
años para que se lo sancionase en Suiza.
El código suizo establecemedidasde internación no sólo
para los inimputables, sino también para las personas con
inipwiiidad-~h Tiene algunasdisposiciones interesantes,
como la que concederelevancia al error de derecho y entre este
texto y el de Fem parece haber babido recíprocas influencias,
aunque su precedencia habla de mayores aportes de éste al de
Fem. Es sumamenteimportante la forma de agrupar los delitos
de laparte especial, puesto que, con algunas variables, vuelve al
plan del código bavaro; en dieciocho títulos se ocupa
sucesivamentede los delitos contra la vida y la integridadde la
persona, contra el patrimonio, contra el honor y el secreto
epistolar, contra la libertad personal, contra las buenas
costumbres, contra la familia, de peligro común,contra la salud
pública, contra las comunicacionespúblicas, falsificación de
moneda y sellos, falsedadenactos,delitos contra la ttmquilidad
pública, contra elEstadoy la defensanacional,contralavolmitad
popular, contra la autoridad pública, que comprometen las
relaciones con los Estados extnnjeros, contra la administración
dejusticia y conira los deberes del oficio y profesionales.
Mantiene Ilidivisión Inpariita,mrvando p w 10s~ crinicnn
la pena de rcclusiGn y pam los delitos la pena dc dctcnción.

4.4. El Código de Rocco

Si bien el proyecto de Stoosscombinabapenas y medidas,


elmonumentoiut6ritarioen el cual tal combiñación alcanza su
mavor Psado dewrfecciónfue el código italiano de Rocco, que
es Úna obm de Gerte inspiración ncoidea~istagentiliana, y que,
endefinitimoniltasurealmtidomitivistaIS3.Seha pretendido
que estecódigo e s u n p ~ tt&&co,
o en cierto sentidoaséptico.
Todo demuestm lo contrano, comenzando con las opiniones de
sus primeros comentadores: "El principio de autoridad, el
principio de socialidady el principio de autonomía individual,
armónicamente coordinado con los dos anteriores, y los tres
subordinadosa las supremas exigenciasdel Estado Nacional,
tal como surge de la profunda transformación snfnda como
consecuenciade la Revolución Fascista, constituyen los pilares
sobre los que se apoya la acción del Gobierno Nacional. Al
respecto,eljefe del Gobierno decía, en undiscurso memorable,
que el Fascismo, en el fondo, no es sino una democracia
centralizada, con lo ue esculpía plásticamente la verdadera
~ . la "Relazione al Re", con la que se
erniciadel~ é p . n e n ' ~n
elevaba el proyecto, el ministro Alfredo Rocco decía: "Como
o ~ o e c o n ó m i c a ~ ~ ~ i a l , e l ~ n o s e como ~tamiis
l a m aritméticade los individuosque lo componen,sino como
la resultante,la s k i s o composiciónde los individuos. de las
catego& y delas c k q~e16constjtuyen,teniendovída~~iq
ñnes propios, necesidades pmpias e intereses que trascienden,
por extensión y por duración, lavida misma de los individuos,
de las categorías y de las clases, y se extienden a todas las
Códigos Penales de Latinoumérica

generaciones,pasadas, presentes y fumas.A talespreeminencias


e intereses, que son los fines e intereses estatales, deben
subordinme,por tanto, enelcaso de eventuales confiictos, tedos
los otros intereses individuales y colectivos, propios de los
individiios, de wtegonas y de lasclases quc ticnen, a diferencia
de aquellos, carácter h-anseúntey no ya permanente, como los
intereses que atañen a la vida del Estado". "Como organismo
político yjurídico, el Estado se concibecomo lapoblacióndeun
determinado territorio organizadopolítica yjurídicamente bajo
un poder supremo, en modo tal de adquirir la capacidad de
querer y de actuar como un todo unitario, para la obtención de
sus fines eolcctivos y adquirir así una distinta y autónoma
personalidad, al mismo tiempo social, política y iurídica". "Por
fin, como organismo ético-reiigioso, eiEstadonos parece como
lanacibn misma en él organiza-da, es decir, como &aunida& no
sólo social, sino también étnica, unida por vínculos de raza, de
lengua, de costumbres, de tradiciones ]iistÓricas, de moralidad,
de religión y viviente, por ende, no de puras necesidades
materiales y económicas, sino también -y sobre todo- de
nec~sidadespsico1Ógicas y espirituales,sean intel&es, morales
o religiosas"'".
Es claro que según el argumentousadoa la hora de fundar
el texto en la elevación a1monarca,el concepto fascista del Estado
no era meramente organicista, sino antropomórfico, 10que 10
hace aún más autoritario. Para el fascismo, el Estado creaba la
nación, por lo cual es dable observar la import¿u~~ia
de la tradición
idealista hegeliana, al menos en este aspecto.
Para acabar con cualquier duda acerca de su pretendida
~ í t m í e ztécnica
a e ideoló~camenteaséptica, conviene m r d a r
también algunos elogios tributados al código de Rocco en su
momento. Bise decía que en el momento actual la criminaiidad
ha cobrado una extensión tanconsiderable que por todos lados
sc eomctcn atentados de audacia y fmidad inauditas, queeúgai
unarcpresiónjñnpWIm y Slailybrass afirmaba que "el dcrcxho
ena al dcbe fundarse sobre el principio de que es justo odiar al
Elpmpioministn>explicaqueelcódigoqnsntauntnunfo
de las posiciones contrarias a C m a y aPessina, es decir, alos
inspiradores del código liberal de Zanardelli, pretendiendo
escudarse para ello en el defensismo de Carmignani y de
Romagnosi. "Segúnlaposición filosóficafascista, el derechode
uunir del Estado no deriva de un derecho natural del individuo,
~knnoafhmlosjwna-, cuyas mnCepnones máso menos
notoriamentedominanlas obras de algunos de nuestros máximos
cnminalistas,comoC m y Pessina. El derecho de punir es, en
propide ~oma~nosi o & &mi&, retornada,amquea veces
conevidentesexagemiones,porlaescuelacrimid 8BlmpO1Ógi~),
nadamás4ueun,derechode&nsavacióny de defensa del pkpio
Estado, que nace con el Estado mismo, análogo pero
sustancialmentedistintodel derecho de defensa del individuo y
que tiene el fin de garantizar y asegurar las condiciones
fundmentaies e indkpsables de lavida encomún"."Perono es
solamenteun derecho de defensa social como lo entienden los
s e g u i k de l a m e l a crimind positiva,y, por ende, una defensa
s61o conira, el peligro de la reincidencia del reo, sino un derecho
de defensa de la sociedad contra et peligro de delitos o de nuevos
delitos de parte de todos y contra todos, o sea, contra el peligro
de la ~ i d a d c o m fenómeno
o socialg e n d defensa que se
acti*lm&dntelaamm laaplicación y laejecución delapena;
que se explica por vía de la prevención social o general de los
delitos, porparlie de todos los ciudadanos, no excluyéndosea las
víctimas de los mismos delitos,por via de la prevención especial o
individual de nuevos delitosporpartede los nilpables,y tanto por
medio de la intimidacióny de la &accióndel públicoen
como por parte de la intimidación, de la enmienda y de la
Ó
e-n individual delos reo$"%
Esta última citade la "Relazione"nos pone sobre la pista
del sentido de estos proyectos, que no son diferentes de las
tearíasde la pena - si es quepueden h a m tales -quepretenden
que lamismacumplalas hciones deprevencióngwerai Ops'iva
y -va) y también las de prevenciónespecial(tambiénp0cilrva
ynegativ~),~deaIgunaabsoluIapwsi faltaalgo. kejante
electicismodistamuchode ser inofensivo,puesun derechopenal
Códigos Penales de Latinoamé&

construidosobre la base dc estas funcionesde la pena no puede


ser otra cosa que un derechopenal autoritario, aunque no siempre
totalitario.Ello es así, porque el totalitarismonose contigura con
cualquier arbitrariedad de un dictador antojadizo y lleno de
veleidades, sino que, si bienes peor que el autoritarismo,siempre
requiere cierta dosis de genialidad para el mal, en tanto que el
autontansmoesladictaduta delosmediocm,queni siquimalcanzan
nivel de coherencia, sino sólo de arbitrariedad.Underecho penal
que pene porque es necesario&alizar, m que si en el caso no
~ a c e f a l ~ ~ n b i ~ ~ ~ e e s n & o ~ ~ ~ ~ ,
de ambas cosas son necesarias, de cualquiermodo lo hamwraue
la penasejustifica por sí misma, no es &S queun estade polichl
arbitrano y criminal.
Nuvolone, refiriéndose a este código, dice que "no es
posible desconocer que uno de los padres pÜtátivos <indirectos
de aquella legislación fue Ferri, Dese a formular sus teorías v
proyectos en?iempos diversos, &e, en el ámbito de la escueh
positiva, y por ende, bajo presupuestos diversos, un acérrimo
enemigo de los delincuentes, respecto de los que hubo siempre
de usar una terminología moralista,poco compatibles con sus
premisas ide~lógicas"'~~.
Entxe el proyecto de Fem y el de Stooss se habían echado
las bases para que el Estado pudiera desembarazarse de la
pequeña criminalidad molesta, entregándosela a la policía
mediante una medida de eliminación, a la que no se dio el nombre
de pena, para eludir todas las garantías de la misma. Para ello
fue sumamenteútil la ideología de Giovanni Gentile, el filósofo
delfascism~~~. Gentile sosteníaque "todo @ente es acción
y todaacción es pensamiento': o seaque, siempre que hay acción
hay pensamiento, es decir, libertad.Noexistía tampoco la libertad
absoluta, que solo se daría enDios. Por ende, todaacción humana
era parcialmentelibre,condiferentesgradosdelibertad El sistema
de Rocco a este respecto es claro: cuando la acción es
predominantemente libre, aplica pena retributiva; si es
predominantemente no libre, aplica medidas de seguridad;
cuando es más o menos libre, imponeprinien,la acción~butiva
para neutralizar el mal uso de la libertad y luego las m d d a s de
seguridad neutralizantes para cancelar el peligro de la
determinación al delito. Este es en definitiva, el esquema más
simple del "doppio butano" o "doble vía", como sistema que
c o m b i n a i a a g r e g a c i ó n ~ i v a dyemedidas
~ de seguridad.
Este es el peligroso sentido del código de Rocco, como
coronacióndelautoritarismoincito enelpositivismo,que llega a
expresarsede la manera más acabada en esta obra legislativa.
Si en algo debe reconocerseel peso italiano en AtnéricaLatha,
e en los dos monumentos legislativos que rigieron ensedepenal:
uno liberal, estupenda coronación de la experiencia clásica, y
oü-oautoritario, triste coronaciónde la empresapositivista con
elementosprestados por el neoidealismo gentiliano.
Uno de los elementos autoritarios del código Rocco que
en mayor medida influyó en América Latina fue, por cierto, este
aclecticismo acerca de la reacción penal del Estado, tan
desafortunado en nuestro medio. Pero esto no significa que el
&digo de Rocco haya agotado aquí su autoriiarismo. Se trcita
de un texto que rerucr~ala tutela del Estado, reimplantando la
pena de muerte, eliminando la cruel visión de extraditar a
delincuentespolíticos, considerando agravante la calidad de
funcionariopúblico dela víctima y tratando con mayor rigor al
llamado delincuente por conciencia. En la defensa de la
personalidad del Estadono distinguemayomenteentrelosdelitos
quepueden afectarlaexistenciadel Estado y los que sólopueden
afectaral gobiemo,como si el gobierno fuera lanaciónmisma.
Por eso se-penabanconmayor&vcdad y en el primcr capitulo
de la parte especial, los aieniüdos al rcy, al jefe del gobiemo y a
los miembros del Gmi Conscio Fascista. En cl canitulo de los
delitos contra la pmonalidadVinternadel Estado, & penaban a
los que injurienelhonory elprestigiodeljefedel gobierno.Todos
estos delitos eran sometidos al conocimiento de un tribunal
especial, creado cn noviembre dc 1926e integrado por oficiales
superiores de la Milicia fascista y altos magistrados, y cuyo
presidente debía scr miembro del Gran Conscjo Fascista'"'.

El legislador fascista tutela la moralidad pública y Iüs


buenas cost-, la integridad y la sanidad dc la estirpe y de
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la familia. Muchos de los delitos que aparecen en estos títulos se


hallan en cualquier códigopenal, pero debe observarse que en
cl cOdigo fascista no sondilitos Goiitra las personas, sino quc
wn delitos cuyos bicncs jurídicos so11ahibuidos al Estado como
titular, como creador de las nación. La violencia sexual es un
delito contm la moralidad pública y las buenas costumbres, antes
que un hecho contra lalibertad sexual; los atentados al pudor no
son delitos contra el sentimiento de las personas, sino contra un
elementode la nacionaliw contraun valor del organismosocial;
el aborto no es un delito contra las personas, sino contra la
sanidad de la estirpe, como bienjurídico dc la nación; no quicre
tutelar ladignidad hwn~iiiisinoclinieix dcmowifico dcl Fsstado.
lo que se pone de manifiesto al tipificar coniGtamente el abortó
con la conducta de procurarsé la impoténcia generandi, el
contagio venérw y la propaganda nwmalthusiana.
Algoparecido pasa con los delitos contra la religión, en que
se llem a ~ e n alar blasfemia. no fundada en el resueto a la liberiad
religi&a$al sentimientordigioso de los ciudadanos, sinocomo
agresión al Estado mediante la agresión a "su" religión, lo que se
ma&estaciammentecon ladisminueióndelapenaencasodeque
el delito se cometacontraun culta admitidoque no sea "la"religi6n
del Estado. No se protege al hombreen sus sentimientoreligioso,
sinoalEstadoen"su"religiÓn, consideradacomowidopoiítico.
El derecho penal fascisia, como cualquier derecho penal
autoritario,pretende dominar la interioridaddelindividuo, por lo
que se convierte en un derecho penal de ánimo. Si bien senaun
error pretender fundar siempre al derechopenal en lo objetivo,
pues ello terminaríatambién en unautoritario" V din re iliicita"
(lo que tampoco pierde oportunidad de hacer, consagrando un
amplioámbito de responsabilidadobjetiva),no es menos cierto
que los derechos penales autoritarios, so pretexto de la
homlidad de ia volunta4 liegan a bacala dependerdel ánimo
o sentidoa que tiende o con elque se ladesarrolla, extendiendo
la punibilidad a conductas que en general no se consideran
punibles y penando del mismo modo la acción lesiva que laque
tiende a lesionar. Por ello pena los actos preparatonos como
~tosdetentativ~~iparalosactosde~l~~~
al delito (teosía del autorúnico), pena la tentativa de instigación,
aplica facultativamenteuna medida a los acuerdospara cometer
delitos aunque éstos no se verifiquenni se intenten, etc.
Las medidas de seguridad contra los "habituales,
profesionales y pos tendencia", son indeñnidas y se distribuyen
generosamente. En lapráctica, no sonmás que prolongaciones
de las penas de psisión por tiempo indeterminado, es decir,
perpetuas, dada su enorme extensión.
El 14 de septiembre de 1944, por decreto legislativo
número 288 se canceló la vena de muerte, se retornó a las
atenuantes genéricas, se sup&eron los delitos que se referían a
las instilucionec propias del régimen fascista y se introdujeron
otras modificaciones en lavarte esvccial. Hasta hoy no se ha
logrado una reforma integral y Ggánica de este fexto. SU
autoritario sistema de medidas conjuntas e indeterminadas fue
incorporado a la ley brasilcfía (código de 1940) y uruguaya
(código de 1933). indirectamente, como veremos, influyó en
otros. Puede afirmarse que, con el código de Rocco, entraron
en Aménm Latmatodaslas institucionecpitivistas pelipsistac
queelpumderechopenalpoliciddelpo~ti~ono habialogmdo
intnxluck,perocon el inconvenientede que, al mismo tiempo,
conserva todo lo negativo que podía tener un sistema
rctribucionista, es decir que, en definitiva, sintetiza en sentido
autoritario lo peor del retribucionismo con lo peor del
pwentivismo general y especial.
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5. EL CUARTO DESEMBARCO DE MODELOS


5.1. Los Textos Alemanes.
En los años sesenta tiene lugar el gran debate
políticocriminalalemán, culminando la elaboración del nuevo
código, que se sancionaría en la década siguiente. El primer
documento fue el proyecto oficial de 1962, elaborado por la
Gran Comisión, cuyos trabajos se habían iniciado en 1953,
integrada por Bockelmann, Engisch, Gallas, Heinitz, Jescheck,
hckner, Lange, Maurach, H. Mayer, Schaffstein, Schúnjdhauser,
Eb. Schmidt, Sieverts, Wurtenberg. E1 proyecto de 1962 (E.
1962)presentauna parte dogmáticadel delitomuy bien trabajada,
respondiendo en general a la idea de una culpabilidad fwidada
sobre la autodeterminaciónde1 hombrelq2.
En cierto sentido se trata de un códirro clásico aue afirma
rotundamente que la pena debe ser la jusfa reprobación de la
culpabilidad. No obstante, su tratamiento de la pena es también
cl&ico, distinguiendo diferentes penas privativas de la libertad
(reclusión, prisión y detención). Su parte especial también
presentaba algunos aspectos seriamentediscutibles, tales como
la tipificación de delitos sin víctimas y sin bienjurídicoafectado,
como la homosexualidad simple entre adultos. Le faltaban
aspectos de la penalidad que eran claramente reclamados desde
muchoantes, tales como lacláusula de"Ú1timaratio"del demho
penal como forma de control social, las despenalizacionesde
delitos leves, la limitación o eliminación de las penas detentivas
leves por medio de sustitutivos a partir de una ampliación y
complementación de la condena condicional, la abolición de la
pena detentiva "dura"o de reclusión y también de la detención
(es decir, dejar una única pena privativa de libertad) y un
reordenamiento de las penas y las medidas de seguridad.
Ectas carencias le fueron rápidamente criticadasy, como
consecuencia, en 1966,un grupo de profesores de derecho penat
IBaumann. Brauneck Hanack, Arthur Kauhaw Klug,Lampe,
¿eckner,&&ofer, NÓU, Roxin,R &Wü. mmd
Síreejel&- el llamado" h y e c t o A I ~ v o " ~ A I ~ ~
E n t ~ m Y ) 'En
~ ~lúieas
. generales puede decirse que el proyecto
alternativo no dejaba de lado la culpabilidad sino el
retribucionismodel proyecto oficial: la pena podía alcanzar como
medida máxima la de la retribución de la culpabilidad, pero de
allí podía descender con base en consideraciones de prevención
esvecial de diversa índole. Suplía las carencias del proyecto de
1562en este sentido, previendo además una serie de sustitutivos.
(:orno cs s;ibidu, t ü i b i ~ nCI proycclo altcniarivo fuc Ilcvado :il
Pürlaiicnro por cl pürtido litK.l;il y las cri~ic;~s
al tr~dicioi~~lisillo
delvrovcctó de 1962tarnbiéncúndieronentre los políticos, a1
que varios de los profesores que habían participado en
ese texto sc inclinaron por la opción dc ciertas refomas
propuestas por el proyecto alternativo.
La historia de esteproceso que culminó con la entrada en
vigencia del nuevo código penal que reemplazó al StGB 1871 O
"Rcichstrafgesetzbuch" es ampliamente conocida y los debates
dieron lugar a una bibliografía inmensa, no sólo en lengua
alemana'", Estos textos fueron llegando de alguna manera a
América Latina y el marco ideológico culpabilista en que, en
definitiva, se movían ambos textos no fue ajeno a la reacción
que en ese sentido se produciríaen ladécada de los años ochenta.
Sinembargo, como es natural, los primeros en llegar fueron los
trabajos de elaboración que culminaríanen el proyecto oficial
de 1962.Estos trabajosy el debate entre fúialismo y causalismo,
o sea, la preocupación predominante por la elaboraciónde una
teoría del delito y, por ende, por fórmulas que permitieran
construirla finamente en la parte general de los códigos, fue
preocupación de los años sesenta, en Quese elabora uno de los
docuinciitos i i i k inipontntcs 1cgislativ;uiicntcdc su ticnipo. quc
fuc cl Ilrtinado "código pcpcnnliipo larino~iicnciuio".
Sin embargo, no puede sostenerseque el llamado código
penal tipo sea el resultado del proyecto oficia1alemán de 1962
y, menos aún, del debate posterior. Sin duda que el proyecto de
1962 y especialmente los trabajos anteriores de ensayos de
codificación fueron importantes, como también el clima de
genemip m p a c i ó n por la teoría del deiitoy sus ñnas fórmulas,
pao~~u~enegarseq=~esetexb@apesandoel código

m
Códigos Penales de Lafinoamérica

de Rocco o, al menos, la tendencia peligrosista que con ese


código se culminaba.
fi'scurioso Lliie 1:i 'diIicaci6n alcrncin:~en prepnnciúii !laya
i~,iiicloiiif1ticiiii:i en el proyccio ~ i cOdigo
c ~ ~
p~,nliltipo
. .
y iiiinbii.n
r.11las rcibnii;is posteriores ~ l si~iio
c abi~rtciriieritc
cuiiti-dno,psro
10 cicllo ti i]u~'¿i>i1i:i sido. 13 1l:iin~docvdigo pcii;il iipo, Lunio
vcremos, fue un híbrido cabalgando sobre Rocco y eiproyecto
de 1962(o sus trabajos previos); el proyecto alternativo ejerció
alguna influenciapostcrior aislada (el proyecto argentinode 19741
75, por ejemplo), pero, sin duda que la decidida vuelta a la
culpabilidad y la atención especial al sistema de penas y a la
posible reducción de la prisión, responden a este movimiento,
incluso sin que a veces se lo haya conocido o estudiado bien.
5.2. El Llamado Código Penal Tipo Latinoamericano.

Como iniciativa privada, se constituyóen octubre de 1963


en Santiago de Chile la Comisión Redactora de un Código Penal
Tipo para Latinoamérica, con secretariado permanente en esa
ciudad, y que celebró reuniones plenarias posterioresen México
en 1965, en Lima en 1967, en Caracas en 1969, en Bogotá en
1969 y en Sao Paulo en 1971, donde se aprobó la parte general.
Hubo reuniones posteriores en San José en 1972, Medellín en
1973, Santiago en 1975, San Cristóbal (Venezuela) en 1975,
Madrid en 1977 y Buenos Aires en 1979"'.
El texto de este documento, especialmente en su parte
general, tuvo considerable influencia en varios códigos de la
región, como el Boliviano, el Colombiano de 1980 -en menor
medida- y especialmente los centroamericanos (Guatemala,
Salvador,Costa Rica, Panamá). Dada la importancia que se ha
dado a este texto en la región, conviene detenerse un tanto en
sus previsiones de parte general. La parte especial nunca se
completó y, en general, presenta menor interés.
El texto se estructuraba en ciento doce artícutos, de los
d e s el primero trata de laapiicaciónde la ley pml en el espacio
(arts.lo.a 69) y el segundo de la aplicacidn de la ley penal en el
tiempo (m.7'.a 10").Este segundo capítulo exceptúa de la
rctroactividad más benigna la ley temporal. El capitulotercero lo
dedica a la aplicación de la ley penal enire personas (art. 1 1). El
titulo segundo se ocupa del delito y el capítulo primero regula la
forma, tiempo y lugar del hecho punible, el capítulo segundo las
causas dejustificación,el tercero la imputabilidad, el cuarto la
culpabilidad,el quinto los autores y partícipes, el sexto la tentativa.
El título tercero se ocupade las sanciones y su capítulo único de
la sección"A" trata las penas y sus clases, en tanto que el capitulo
único de la sección"B se ocupa de las medidas dc seguridad.
La sección "C" se titula aplicaciónde las sanciones y su capítulo
primero se ocupa de la unidad y pluralidad de hechos y de
delitos, el capítulo segundo de la reincidencia, la habitualidad y
la profesionalidad, el capítulo tercero de la individualización de
la pena,elcapitulo cuarto & lacondenade ejecución condicional,
el capítulo quinto de la conversión de las sanciones, cl capítulo
sexto de la libertad condicional y el séptimo de la rehabilitación.
El título cuarto trata la responsabilidad civil derivada del delito y
el quinto la extinciónde la acción penal y de la pena.
Las penas que contempla el texto son la prisión y la multa
wmoprincipaiesy laúihabi1itacióncom'd~:woria Encuantoalas
medidas de seguridad establece que se aplican conforme a la ley
vigenteai tiempo de su ejecución, es decir, retroactivamente.Las
clasificaen c m t i w , de internación y de vigilancia Las medidas de
internación tienen una duración m b h a d e quince años. Permite
agravar la pena del reincidentebasta lamitaddel máximo, para lo
cualsedebetenerencuentaelgcnemdevidaque hnbiereobsewado
el detin~uente~teeltinnpoquemedieentreloshech~~p~bis
y su personalidad moral. El artículo 72 es e l m e n t e femano:
"Cuando la p l d i d a d o la reiteración de los hechos realizados
d e m m la habiwdado pfesioralidad criminaldelimputado,
seleagra&lapenammWoenlamitadel&1o yelmkiio
i'spectivos. En lugardeestaagavaciónelT r i b m d ~ o p t a r p o r
la aplicación de una medida de seguridad de itltemación o de
~~lancia,queserácumplida despub de la pena impuesta". Esto
si@caque,rrásomenos&i~ente, eltnbunalpuededecidjr
laprivaciónde l i k d de una persofia hastaquince años más allá
de la pena que le corresponde.
Códigos Penales de Latinoamérica

La condena de ejecución condicional se limita a delincuentes


primarios, no procede para penas mayores de dos años, se somete
siempre a condiciones de prueba que pucdan llegar hasta seis
años, en tanto que Ia conversión de penade prisión en otra sustitutiva
se limita Únicamente a los primarios condenados a penas no
mayores de seis meses, que se pueden convertir en multa o trabajo
en beneficiodel Estado (no de la comunidad).
La prescripción de la acción pcnal llega - a un máximo de
\,einic aiios. i c suspcnilc por ~ c i o s ~ r o c c ~ üy lse
c siiiicrrumiie
por 1;i ejcciicií'n ilc iin iiiic\ o (Ielito.1.n ~>ciiü
sc prcscrihc en UII
tiempo ibaal al de la pena impuesta que se aurneka en un tercio
y que puede llegar a veinticinco años.
El texto que comentamoshasido presentado muchas veces
como un modelo técnico, sin signo ideológico. Nada puede ser
más equivocado. La desmesurada extensión Quededica a los
conceptos generales referidos al delito (treinta'articulos),para
desarrollar lo que científicamente suelederivarse de cinco o seis
disposiciones legales, así como de la sistemática de este título, se
desprende la clara intención de introducir en la lev conceutos aue
corresponden a la doctrinq e incluso de imponerÚnadet&&
sistemáticadel delito, quc era la dominante en los años sesenta en
América Latina. Dada la fuente filosófica de esa sistemáticaal
tiempo en que este texto la recoge, puede afirmarseque se mueve
dentrodel idealismo alemán del neokantismo de Baden, tal como
10 había explicado claramenteMezger en 1950i%.
liii iiiüiiio ü la rcacciOii pc11:i1. $11 tiliación cs todiivíü iilis
ciardniciiic idt.:ilisüt. 1:I texto coi~sagrdcl sistrma vicaiiaiiic p:ira
lo.\ casos tlc iniputiibilidad dismiriuida, cii que cl tril>uiialp u d .
optar por imponer una pena reducida o reemplazar esa pena
poruna medida curativa, cuyo plazo máximo noestá establecido.
No obstante,también consagra el sistema de la doblevía cuando
el tribunal quiera imponer una pena atenuada y de inmediatola
ejecución de una medida curativapor tiempo indeterminado.
En cuanto a los profesionales y habituales, cabe observar
que no define el concepto, con lo cual, además de introducir una
pena sin culpabilidad o desproporcionada con la culpabilidad
por el acto, lo hace en forma totalmente analógica, pues parece
bastar la pluralidad y la reiteración, como conceptos
independientes, es decir, cuando haya más de un delito o hecho
y al tribunal le aparezca o le pluguiera, podría prolongar la pena
hastaquince añosmássi es detentiva y hastadiez afios más si es
devigilancia.A estas altutris no resultanecesarioque formulemos
mayores consideraciones sobre la geiiealogía de estos preceptos.
En síntesis, queda claro que laideología del código penal
tipo latinoamericanose mueve entre el idealismo neokantiano de
Badenpara el delito y el positivismo feniano y cl ncoidcalismo
gentiliano en la pena. Numerosas disposiciones de su texto
lesionan seriamente las garantías consagradas en la Convención
Americana de Derechos Humanos, cuya vigencia comenzó
cuando el texto estaba terminado, pero que había sido suscnpta
en 196919'. Las sustituciones a las penas pnvativas dc libertad
son las tradicionales desde fines del siglo XIX y aún limitadas a
primarios, es decir, que los reincidentes deben cumplir todas la5
penas, aunque fueren inferiores a seis meses. Incluso convierte
la condena condicional en "probation", de modo que empeora
la situación de casi todos los países sin contemplar que es
imposible convertir todas las uenas privativas de libertad en
"probatioii", porcluc iio hay <n r i i i i ~ ú r p:iis
i dc la ncgiOn u n ~ i
inkir.sinict~irdde uriiuul rial) ef~ti\,;i dc scriitjanie~i~~gnitii~l.

El earácter~tributivoy ejemplan2adorsepercibeclaramente
en las prescripciones, que pueden extenderse hasta veinte y
veinticinco años, sin contar con que fa prolongación de la
prescripción de la acción por actos procesales, apelando a una
identificaciónconel proceso civil que desde Carrara se sabe que
no es más que una falacia, no representa otracosa que un premio
ala injuriadelEstadoque, con procesos interminables, ha invertido
el sistema penal y ejecuta las penas comoprisiones preventivas.
Puede -a que este texto -que por fortunahaperdido
toda vigencia como modelo- es producto de una época en que
la doctrina había centrado su atención en la teoría del delito y
poco o nada había trabajado la pena. El resultado fue la
Códigos Penales de Latinoarn&rica

traducción legislativa de esa deformación doctnnaria.Todo cito


sin contar con que el texto no pasa de ser un mero ensayo de
posible texto legal, sin el necesario acompañamiento de otras
medidas o recomendaciones, sin las cuales es obvio que poco o
nada \ ~ i r i r i el
n ~cjcrciciodcl poclcrpuiiitivo. C'onio co&cspuntlíi~
:i lii itlcologí~ de 13 bpucü, cl ic.xto se dcscntnitli0 de lus injustos
menores o contravenciones que, como es sabido, son e1 más
eficazmediode control social de lamarginalidady uncampo de
temble arbih;uiedad y compción, sin cuya adecuada legislación
y regulación, el poder punitivo descontrolado dispone de la
libertad y los bienes de todos los ciudadanos y, especialmente,
de los que tienen menos acceso a lajusticia.
El efecto del texto en la reaión, particularmente con su
marcada tendencia femana y genfilianá a la segregaciónde los
molestos e indeseables, es decir, de los autoresde delitosmenofas
contra la propiedad, ha sido francamente negativo. Por fortuna,
en algunos países que lo adoptaron, las carencias materiales
hicieron que no se abusase de la iinposición de las penas
conjuntas por tiempo ilimitado que se ocultaron bajo el piadoso
nombre de medidas.
Puede afirmarse que el código tipo refleja el estado de
doctrina de una época, que se había desplazado hacia el
neokaniismo en la teoríadel delito, pero que continuaba siendo
positivista en la pena. En el momento de su elaboración, ya se
anunciabanen el mundo cambios considerables,pues en Alemania
se gestaba el proyecto alternativo y comenzaba a cundir la crítica
crirninológicaal poder punitivo y el análisis de la operatividadde
los sistemas penales. El código tipo, en lugar, parece reflejar lo
que, con acierto, alguien dijo en su momento del código ROCCO:
la idea de la legitimidad de1odio al delincuente.
5.3. El Último Coletazo del Cuarto Desembarco.
La dogmática jurídico penal alemana posterior a Hans
Welzel se halló ante algunas dificultades que no habían sido
correctamente resueltas. Es verdad que si bien Welzel había
conseguido resolver satisfactoriamente varios problemas
dopáticos, el aspecto objetivo de la tipicidad estaba casi en el
mismo estado en que lo había hallado, o sea, en que lo había
dejado el neokantismo. El sentido común indicaba que había
cuestiones que, n e c e s ~ e n t edebían
, resolverse en el plano
de la tipicidad objetiva y, enmodo alguno, debían Ilcvarse a la
tipicidad subjetiva (al dolo) y, menos aún a lajustificación o a la
inculpabilidad.La causalidad conforme a la teanade la "conditio
sine quanon", como criterio imputativo,era demasiado amplia
y, aunque se larefonnulasey se la completase con la tesis de la
"causalidad adecuada", esta misma tesis constituía ya un critcrio
normativo de imputación en el nivel típico objetivo, diferente de
la causalidad.
Para resolver cstas diíicuitadesse siguieron dos caminos:
en tanto que una fuerte corriente doctrinaria sigue discutiendo
hasta hoy -en pleno debate actual- cómo se puede resolvcr la
cuestión imputativaenel tipo objetivo, unos lo hacen por vía de
complementacióndelacausalidaden lamayona de las opiniones,
en tanto que otros-los menos- aspiran a su reemplazo por otros
criteriosp~entenormativos.Pero lo cierto es que nadie duda
hoy quela causalidad como criterio imputativo objetivo no es
&ciente y algunospi~inclusoensumpl~.E7steconjunto
de opiniones ha dado lugar a lo que se conoce como "teoría de
La imputación objetiva", en realidad no es tal, pues la imputación
objetiva no es una teoría, sinoun problema, una cuestión, un
intemganie al que se respn<lCcondifcrcnles tcorí;~iinpurniivas.
El prublemi, en definitiva,csti pl:in~c¿~do desde l ~tiempos
s de

No obstante, antes de que estallara este debate, se hizo


un ensayodesuperación de la cuestión pormedio de la supresión
del problema mismo, en medio de otro debate precedente, que
versaba sobre si el desvalor del injusto recaía sobre la acción o
sobreel resultado. Welzel siemprehabiaafumado que la tipicidad
debía comenzar a analizarse invariablemente por el aspecto
objetivoy, enconsecuencia, había reafirmado la importancia de
la tipicidadobjetiva.No obstante, comono lograba resolver los
problemas hputativos enesenivel en forma satisfactmia,creó
elc01~:epto&"acciMi&ente ademada", que*m hizo
Códigos Penales de Latinoamérica

operar como excluyente de la tipicidad, luego de la antijuridicidad


y, finalmente, volvió a su primitiva posición de atipicidad. Una
vertiente de sus herederos doctrinarios se apartó de las ideas
welzelianas y tomó decididopartido en el debate sobre el desvalor
de acto o el desvalor de resultado, por el primero, con lo cual
subjetivizó completamenteel injusto y se adoptó como modelo
básico de delito, no ya el delito doloso de resultado consumado,
sino el delito doloso tentado, con el consiguiente efecto de
considerar de peligro a todos los delitos. Consideraron que no
sólo era un componente de azar el resultado en la tipicidad
culposa, sino también en la dolosa y, por ende, pretendieron
quitar el resultado del tipo objetivo y remitirlo a la punibilidad.
Esta corriente, pese a que no es tan vieja, se la suele denominar
como de la "antigua escuela de Bonn", porque se desarrolló en
esa Universidad, bajo la orientación de Armin Kaufmann,
alcanzando su exposiciónmás comprensiva en laobra publicada
por Zielinski en 1973. En realidad, la denominación de "antigua"
responde a la necesidad de diferenciarla de la actual tendencia
dominante en Bonn, que intenta resolver los problemas de
tipicidad objetiva mediante una radical normativización de los
contenidos de todos los conceptospenales, por obrade Jakobs.
Cabe consigar que este ensayo dogmático de los años setenta
ha sido abandonado en Alemania, pues practicamente no es
sostenidopor ningún sector doctrinario en la actualidad, donde,
con mayor o menor empeño, todos procuran resolver esos
problemas dentro de la tipicidad objetiva.
Poco tendrían que ver estos problemas dogmáticos con
la codificación y menos aún con los códigos penales
~atinoamericanos,si no iuescporque el más reciente código penal
sancionado en la región, esto es, el de Paraguay, toma en varios
dispositivos de su parte general decidido partido por la
subjetivizacióndel injusto y el desvalor de acto. Es una suerte de
curiosidad legislativa que reitera et error de pretender consagrar
legislativamente posiciones doctrinarias, cuya discusión
corresponde a los ámbitos académicos y jurisprudenciales.
Creemos que un código debe ser escueto, sobrio, y no
e las finezas de una dogmática que, por su esencia,
~ t r o d u c k en
debe permanecer libre de entorpecimientoslegislativos,para
~LANUD/SCJNMéxico

evolucionar científicamente. De alguna manera, es el último


coletazo de un desembarco de textos en los que el centro de la
atención se había depositado en la construcción perfeccionista
de las característicasgeneralesdel delito.

No sena conecto cerrar un trabajo introductorio a una


rccopilacióri dccódigus pcii;ilci Ioii~iouiiicrici~~~os, si11ti~niiiil:ir
ninguna coiisider.i,.ibii jobl.cla siiii;iciórl r i ~ i i ~de
i l I: Ic~isl:ici01~
en la región y sus perspectivas más o menos cercanas. Es
menester ocuparse dcl tema porque no está limitado a una
cuestión de penalistas N de minorías, sino que se ha convertido
en un temapoiítieode vitalimportancia, enel que sejuega buena
parte del destino de las democracias en larcgión.
1. Consideraciones Sobre tos Textos Vigentes.
Desde la observación de los textos de los códigosvigentes
y la. alternativas reformadoras de los últimos años, puede decirse
que existen signos profundamentecontradictorios,que muchas
veces acentúan la mencionada sensación de movemos en un
mundo donde dinosaurios vivos comparten el espacio con
computadoras. La eliminación de la reincidencia en el código
Colombianoen l 9 8 0 , s u ~ z a c i ó n e n ccédigodel
l Brasil en
1984y en la reforma argentina del mismo año, la eliminación de
las penas ilimtadas de Rocco en elBrasil en el mismo año y en la
reforma uniguaya en 1985 (luego restablecidas por presión
policial), su eliminaciónjuntoala reincidencia en el Perú con el
código de 1991, la declaración de inconstitucionalidad de las
penas ilimitadas del código tipo en Costa Rica en 1992, son
datos que pamen indicar una tónica con ciertopredominio liberal
en la región, al igual que las reformas basadas en el derecho
penal de culpabilidad en México. No obstante, no pueden
ignorarselos citubecs,las marchas y contramarchas.
Li neccsihd tic sustiiuirhastn donde s~.apo.iiblc 1ii pena
privativade la libertad L% un,? ideaque se ha gencr~li/~i;ttlo
en los
Cddigos Penales de Latinoamhrica

centros académicos de la región en las últimas décadas, pero


queno se ha materializadosino cuando las explosiones cmlarias
lo han impuesto.No es sencillo llevariaa la práctica porque choca
kontalmente contra cl clientelismo, sea el sensacionalistade los
medios masivos de comunicaciónsocial, el demagógico de los
políticos, el corruptor de las corporaciones policiales para
preservar sus tradicionales ámbitos de poder o el burocrático
de las corporacionesjudiciales para preservar sus habituales
espacios de tradicional comodidad. Este eniieniamientoprovoca
un constante alejamiento de la opinión técnica y la política,
abriendo un hiato en el que emerge una falsa opinión técnica,
representada por los que medran a la sombra de los intereses
parciales, presentándose como operadores técnicos, conforme
a una bien conocida formulapublicitaria para la ventade cualauier
producto.
Pese a estas dificultades,paulatinamente, en lo académico
va ganando terreno el nuevo discurso, en pejuicio de la vieja
tradición femanogentiliana.La recuperación del discurso liberal
es un notorio paso adelante nada despreciable. No hay poder
sin discurso y la modificación del discurso es, tarde o temprano,
una modificación del poder.
De cualquiermanera, no debe pensarse que las aguas están
calmas y el progreso es lineal ni mucho menos. El alejamiento de
la opinión técnica y la opinión política abre el espacio para la
formulacióndeuna nueva ideología, si es que merece esenombre.
En los Gas sesenta y particulmente en 10ssetenta, segeneralizó
en la región la llamada ideologia de la seguridad nacional, que
absolutizaba ese valor difusoy sostenía laexistenciade una guerra
entreoriente y occidente, en la cual nuestras dificultades locales
eran escaramuzas o conflictosdemediana intensidad, que debían
entenderse como episodios o batallas de una guerra no
convencional aue era menester librar con medios no
convencionales );,por consiguiente, sin respetar las leyes de la
merra ni las garantías constitucionalesni internacionales.Con
&tos simplis~os pretendieron legitimarlos crímene~másíitfoGes
las dictadmisde los años setenta. En este momento esaideofogía
perdió todo sentido, por lo cual ha sido reemplazada p r o&,
que es la ideología de seguridadurbana, que absolutizala guerra
a la criminalidad, sosteniendo principios parecidos, con la
particularidadde queel poder que antes prevalecía cn las agencias
militares, pasa con esta ideología a las fuerzas policiales. Esta
nueva ideología de s e d d a d urbana es muy útil al sostenimiento
de unmodelo de estado ausente, que no resuelve los problemas
sociales y. que,
. impertérrito, asiste al espectáculo de su propia
destriicción 1'coipcr;i con ciitu.;i;isnio cn clla, clcjij;indoc l ~ ila~ '
curiflicti\~idadsociiil aiiinentc sin liniitc, coiiio rcsiilt;iJo Jc un
fenómeno de polarizzación de riqueza que rettotrae a casi todos
los países de la región en más de treinta o cuarenta años.
En ambas ideologías renace el "maligno" al que, por SU
poder extraordinario, es necesariocombatir con medios también
extraordinarios que, para la ideologia de la seguridad urbana
sonlatortura,ladelación, lainstigación ala traición, la inquisición,
la incomunicaciónde detenidos, lalimitación de la defensa, 10s
tipos de peligro abstracto y remoto, las presunciones "juris et de
jure': los fusilamientos sin proceso, etc.
Algunos penalistas, atemorizados por el desprestigio de
un discurso que enfrente a esta ideología en los medios masivos
y sustentadospor agencias operadoras del poder punitivo con
mucha fueza,prefieren encerrme en un discurso idealista que
ignore la realid;id, en tui[oquc otros se inclin~npor rciriicrprctct~
cl discurso penal. La reinterpretación del tlisciino jurídico pcix11
comodiscurso instnirncnml Jc linii~~cibn dcl potlcr punirivu es
un notorio avance que, aún no claramente foñnulado, se viene
manifestando y reafirmando en los últimos años. No obstante,
no puede negarce que en las legislaciones vigentes en América
Latina sobreviven institucionesque son dificilmentecompatibles
con los Derechos Humanos.
No podemos aquí agotar el análisis de las instituciones
incompatiblescon los Derechos Humanos que existen en las
legislaciones positivas, aunqueen lamenciónde los textos e ideas
-~110s difmtec momentm denuestmWri&hicimos
refkmciaa algunasdeellas. No obstante, creemos co~ivenknte
&&&oramuy brevemente enun listado de las principales, a
Códigos Penales de Laiinoamkrica

modo de ayuda para fa memoria.


a) Frecuentemente se regulan contravencionesfuera del
ámbito penal, por considerlas derechoadministrativo,dejándolas
libradas a las antoridadespoliciales. Se pretende fundar esto en
una supuesta diferencia ontológica con los delitos, cuando nadie
ha podido fundar satisfactoriamente otra distinción que no sea
entitativa. Esto permite un control social punitivo ilimitadoa las
agencias policiales, fomenta su corrupción y lesiona todas las
garantías individuales.
b) Aunque pueda parecer extraño, sobreviven en nuestra
región algunas legislacionesde peligrosidad sin delito, a veces
de resorte administrativo, como resultado de las ideologías
superadas y de las estructuras de poder del siglo diecinueve.
c) Basta con cambiar el nombre a una pena para que,
segúnalgunas leyes y algunos teóricos, cesen todas las garantías
que rodean a la pena. Hasta hoy nadie ha podido diferenciaren
concreto penas y medidas (salYo por la supresi6n de límites de
las últimas, o sea, que las medidas son penas sin los límites y
garantías de las penas). Semejante idealismopenal, que llegben
algún momento a1 extremo de considerar la "pena de muerte"
como una'inedida': masa con eua~~uiergaraniía constitucional
o internacional.
d) La irretroactividad de la ley penal más benigna en el
supuesto de leyes temporales no es admitida por la Convención
Americana, que prescribe la retroactividad en todos los casos
de mayor benignidad.
e) El principio de lesividad o confiictividaddelito impone
que no haya ninguna hipótesis punible que no sea constituida por
una acción que genere un conflicto lesivo o peligroso. Esto no
sucede cuando se pretenden penar actos que no trascienden a
terceros, aue no afectan otros bienes jurídicos que i o s p e d e s ,
que no constituyen más que pautasmorales oque se pretenden
queafectanbienes iurídicosmedianteel llamadopeligro absimcio
entendido como Ún peligro presunto "juris et dejÜre" o wmo
peligro remoto opeligro de peligro. Todos los esfuezos seculares
por distinguir moral y derecho, clave del derecho penal liberal y
del dcrecho personalista en general, naufragan a través de estos
tipos autoritarios.
f ) A través del ciimplimiento del deber jurídico y de
reglamentos mcontradiccióncon las rccomendacioncs reiteradas
de las Naciones Unidas sobre el emplco dc fuerza por parte del
poderpúhliw, sejustifican homicidios cometidos en las personas
de pequeños delincuentesque no acatan la llamada voz de alto y
que tales reglamentos ordenan que sean fusilados por la espalda
por el simpledelito de huir. Los mismos gobiemos que se miteshan
indiferentes frente a este genocidio harto difundido en toda 1a
región, no proveen a sus fuerzas de seguridad de armas no letales
para tales supuestos y permitenque un juego perverso dc leyes
los deje impunes.
g) En los casos en que los episodios antes referidos se
producen por claros excesos dolorosos de los agente del poder
público, losmismos Códigosy tribunales se ocupande explicarlos
como errores vencibles que deben ser penados como lesiones u
homicidios culposos.
h) Aunque está hoy bastante extendida la premisaconforme
a la cual todo error puede ser relevante y es eximente si es
invencible, no dejan de existir normas que pretenden que el error
de derecho no excusa y, por ende, la ignorancia de la ley cs
irrelevante. Se trata de casos de penas sin culpabilidad, pues a
nadie se le puede reprochar no haber cumplido con un mandato
que no podía conocer.
i) Una clara característica de la región Ittinoainericana,
inclusoexplotadahrnsticamente, es su pluralismo cultural, pero
muy rara vez los códigos penales reconocen eximentes de
culpabilidaden los supuestos de inexigihilidad de otra conducta
fundadaen razones culturales.
j) Sobreviven tipos penales de muy dudosa
constitucionalidad, que penan meros actos preparatorios
Códigos Penales de Latinoamérica

-
la consumación en los tipos.
k) La redacción difusa de los tipos penales es un peligro
para la seguridadjurídica y, desgraciadamente, en razón de la
fabricación alarmante de tipos, la técnica de la tipificación penal
cs cada día más descuidada. No es ajeno a ello que muchas de
estas leyes son proyectadas por quienes ni siquicra son
profesionales del derecho.
1) En muchas de nuestras leyes sobreviven puniciones a
tentativas inidóneas que, a veces, son claros casos de atipicidad
por inexistencia del objeto al que se creía dirigir la conducta y,
por ende, inexistencia del bienjurídico que, por tanto, no podia
ser afectado.
11) En algunos códigos y leyes sobrevive la palabra
"peligrosidad", y pese a que en la mayoría desapareció, no por
ello se prescinde de la idea, lo que en ocasiones es peor. La
peligrosidad importa desprecio por la dignidad humana, es la
degradación de la persona a cosa. Además es unjuicio hipotético
fundado en la probabilidad que, en el caso concreto no puede
asegurar absolutamentenada.
m) Los inimputables poco o nada tienen que ver con el
derecho penal, de modo que las intemaciones que se disponen
en función de leyes penales son de dudosa naturaleza. Pero, de
cualquier modo, son privacionesde la libe&íd impueslas en sede
penal, al margen del procedimientoy de la autoridadjudicialque
impone la ley psiquiátrica o civil en caso de alienados
heteroagresivos o autoagresivos. Se trata de un régimen de
excepción que puede admitirse, pero que debe reconocer limites
y regularse cuidadosamente,porque es más restrictivo que ei
ordinario. de modo Que, al menos, debe limitarse a los casos
graves y, en cualquier sÚpuesto, reconocer un límite máximo,
desnués del cual la aersonadebe ser sometida al régimen común
en caso que contin&ela enfermedad o el riesgo.
ILANUD/SCJN México

n) Con mayorrazónaunqueen el caso de los inimputables,


es inadmisiblela internaciónilimitada de las personas con menor
culpabilidad,pero culpables en definitiva.El riesgo de privación
de libertad ilimitada de personas culpables, sin duda, es
inconstitucional en cualquiera de los países de la región.
ñ) Las famosas medidas para multirreincidcntes y para
habituales no pasan de serpenas con otra denominación, o sea
que ello equivale a p d t i r que, en razón de los antecedentes de
condenas sufridas o de concursode delitos, sepuedan imponer
penas que, por su duración o gravedad, violen el límite de la
culpabilidady de la mzonabilidadde la pena.
o) En menor medida que lo anterior, pero no por ellomenos
grave, es el sostenimiento de la agmvacióuporreincidencia en la
mayona de los códigos, lo que implica una violación al "non bis
in idem" o, al menos, a la prohibición de doble punición por el
mismo hecho, argumento que desde el siglo XIX no ha podido
ser satisfactoriamenterespondido por ninguno de los teóricos
del tema.
p) En algunos textos las inhabilidadesinherentes alas penas
privativas de iibertad importan una verdadera muerte civil del
penado, como sucede cuando se le hacen perder derechos
previsionales, se le incapacita para administrar civilmente sus
bienes,se le designa un curador, etc. Enmuchos casos ello importa
tarnbiénuna verdadera confiscación de bienes encubierta.
4) En varios textos se prevé la interrupción oprolongación
del término de prescripción por actos procesales, lo que en
algunos casos, dada la fórmula ampliae indefinida que lesiona
gmvemente la legalidad, también lesionael principio de inocencia
y, en particular, el derecho de defensa en juicio, dado que el
transcurso del tiempo con proceso abierto con pruebas
instructoriasva haciendoimposible la pmducción y reproctucción
de pruebas en eljuicio, por desapariciónnatural de éstas.
r) En algiinos texios la pcnaclcl concuno real llega a tcncr
un máximo que práctic~mzriteno puulc coiisidc.rnrscuna t%c:il:i,
Cóáigos Penales de Latinoamérica

dado el margen casi absoluto que se concede al tribunal, en tanto


que otros no contienen una fórmula dc penalidad única, lo que
hace que el cumplirnicntosucesivo de todas las penas resulte
irracional en relación a los delitos cometidosy a las expectativas
de vida de los penados.
rr) La imposición de penas a personas ancianas o con
expectativas de vidamenores que las del resto de la población
(afectadas de enfermedadescrónicas o incurablesque reducen
esas expectativas), tiene significaciónpenosa subjetiva mucho
mayor quc para quienes tienen una perspectiva de vida o
sobrcvida mucho más larga. El tiempo no sólo es una dimensión
Esica, sino tainbién existencial, que no puede ignorarse en estos
casos. En general los códigos careccn de disposiciones al
respecto, como también de previsiones para el caso de
enfermedades tcrmjnales.
S)Existen tipos penales que se conservan en algunos textos
por tradición, especialmente bonapartista, pero que no pueden
admitirse en sistemas republicanos o democráticos en general.
Por ejemplo, la existcncia de delitos de puradesobediencia a la
autoridad, o la tipificaciónde hechos que en definitiva son una
huelga de empleadospúblicos, o el trasnochado duelo y, el más
grave quizá, el delito de desacato, que privilegia e1 honor de los
funcionarios, con grave riesgo para la libertad de expresión en
general, basado en la identificación del funcionario con el Estado
y, por ende, atribuyendo un honor al propio Estado.
t) No l',ili;~iicJdigo cii que los funcio~ixiosdclin~.uciitcs
sc ha1l:ui priviIcgi:tdoi. rcspecto de lus p:uiicuI:ire~l'ori.jcniplo,
cn dclitus contra In libertad, hüy dispusicioncsqiic iriipuricti mis
pena a un particular que p&a a otro de su libertad que al
funcionario que hace lo mismo. También existen algunas
disposicionesque califican las conductas cuando las víctimas son
funcionarios, lo cual es aberrante, salvo que sea un elemento
ónticamentenecesario del tipo.
2. Consideraciones Sobre las Perspectivas Legislativas.
Se ha dicho que un código penal en sentido moderno, es
un instnrmento de racionalidadlegislativa,por lo cual no puede
pasarse por alto el significadopolítico del acelerado proceso de
descodificación de la materia penal en la región (mediante ta
sanción de leyes penales especiales y la introducción
descontrolada de dispositivospenales en leyes no penales), como
también de destrucción de las estructurasde los códigos pcnales
por efecto de reformas improvisadas e incoherentes.
Estas refomas o sanciones son la clara expresión de una
agresión a la racionalidad de fa legislaciónpenal, que debe ser
interpretadaen clavepolíticageneml.No hay doctrinario de cierta
seriedad que participe de estas empresas, salvo los que lo hacen
vergonzosamente, disimulando los compromisos políticos que
lesóbligan a estas aberracioiics, prix la c~icstiímno cs tic
penalistas. sino de superviveiicia del esiadc, de dcrcclio.
Las agencias políticas de los estados han perdido
considerablepoder, podria decirse que se hallan impotentes frente
a un poder económico transnacionalizado y que no reconoce
limite alguno,asumiendo cada día más características extorsivas
y destructoras de las economías nacionales y regionales. El
fenómeno de polarización y conceníración denquaamultiplica
todos los conflictos y los políticos no disponen de poder para
arbitrar soluciones reales a esos problemas.
Comoes natmd,su vocaciónclientelistales llevaacompetir
para brindar "rnensajes3'de preocupación, y han hallado que las
leyes penales son un correo muy apropiado. De allí la
multiplicación de éstas, laadmintstrativizacióndel derechopenal
Frente a 10snuevos riesgos que nadie sabe cómo neutralizar y, en
definitiva, la renuncia de la palitica a su verdadera función
democrática,que es el esclaraihientode los problemas mediante
el debate público, o scü, urici SunciOii pedaiúgic;~dc formaciciii
de la conciencia pública. Los políticos eccpctn kt\ fi:tics hcckts,
aunqueesi~n~adascon wdncl~scdr.pnijuicios y, ~.iidcfiniiivii,
se limiten a señalwa"chivos cxpiutonos"qtie riada ticncn qiic
Códigos Penales de Latinoanrérica

ver con las verdaderas causas de los conflictos.


Nrnismo tiempo, lapermanenciadelasmismascshuctufas
policialcs y de seguridad del siglo XIX, ha provocado tal
degadaciónde éstas que prácticamente se sustentancon ingresos
de todo género de conupción, aumentados hoy por los mil
tráficos ilicitos de la llamada "criminalidad organizada", conña la
que se pretcnde luchar con leyes que otorgan más poderes
cxtorsivosa los propios funcionariosestatales que la posibilitan
o que directamente la protagonizan.
En síntesis, las leyes penales irracionalesno son otra cosa
que el producto de sociedades en que los políticos no se
preocupan por saber qué hacen sino por saber cómo se percibe
su coriducta, es decir que, cada día están menos interesados en
resolver los problemas y más ocupados en dar la sensación
pública dc que los están resolviendo.
Para colmo de males, este camino nunca termina bien,
porque en el afán competitivo, cuando el mensaje da crédito a
prejuicios y falsos valores, nunca falta otrocompetidorcon menos
escrúpuIos que radicaliza la propuesta: si el "chivo expiatorio"
es el causanti de todos los m&s,no es suficiente con sancionarlo
y encarcelarlo, sino que es necesario matarlo y aniquilarlo.Ante
esto el político que conserva algún escrúpulosedetiene, pero su
propio discurso lo deja entrampado y el más inescnipuloso gana.
No es raro en este panorama aue los discursos políticos más
radicalmente repr6sivos cobren clientela, nutrida por quienes
serán sus propias víctimas, pero, en cualquier caso, debe tenerse
presente que la vía de tales atrocidades la habrán abierto los
tibios cn la defensa de1estado de derecho. Demagogos existieron
siempre, sólo que para que triunfen falta que los medrosos, 10s
pragmáticos y los oportunistas les otorguen el mediano crédito
que necesitan.
Es namal que, ante lacrecienteirracionalidad del discurso
político, éste se vaya distanciando cada vez más del discurso
académico, hasta no tener ningún punto de contacto. El discurso
político sufre una degradación que lo acerca peligrosamente a
los simplismos policiales de tos positivistas, e incluso se toma
con frecuencia repugnante, en especial cuando, lejos de
esclarecer,muestra descaradamente su artera manipulación de
la ignorancia. Ignorar esta realidad es caer en falsos optimismos,
no sólo sobre el futuro de la codificación, sino de nuestras
democracias. Reconocerla y tratar de modificarla es la tarea más
inmediata,sin necesidadde caer enningúnpesimismo,sino sólo
enuna atenta y activa actitud crítica.
Facultad de Derecho,
Universidad de Buenos Aires,
28 de febrero de 2000.
NOTAS
' El presente texto es una reelaboración de la "lntroducción" a "Los
Códigos Pcnales Iberoamericanos", Universidad de Salamanca, Bogotá,
1994,pp. 25 a 120.

"La 1,egislación Penal de los Pueblos Latinos, por el Licenciado Anto-


nio A. de Medina y Ormaechea, autor de la obra titulada México ante los
Congresos Internacionales Penitenciarios, edición especial destinada a
la Exposición Universal de París", México. Tipografia de la Oficina del
Timbre, Palacio Nacional, 1899.

' "Códigos Penales Iberoamericanos según los textos oficiales. Estudio


de Legislación Comparada por Luis Jiménez de Asua, Catedrático por
oposición de derecho penal en la Universidad de Madrid. Ordenación de
los textos y vocabulario analítico por Francisco Carsi Zacarés, Ex-juez de
Primera Instancia e Insttucción, Ex-Abogado Fiscal de la Audiencia Tem-
torial de Madrid", Editorial Andrés Bello, Caracas.

' Ricardo Levene(h) - Eugenio Raúl Zaffaroni, "Los Códigos Penales


Latinoamericanos", La Ley S.A., Editorae impresora, Buenos Aires, 1978.

' NO me~icionamosaquí los trabajos histórico y comparativos de


recopilación a nivel nacional. Entre ellos, los más importantes son:
Rudolfo Moreno (hijo), "El Código Penal y sus antecedentes", Buenos
Aires, 1922 ( tomos I y Ir), 1923 (tomos Ifl a VII); Instituto Nacional de
Ciencias Penales, "Leyes Penales Mexicanas", México, 1979 (tomos 1'. ,
P., y ?O.), 1980 (tomo 4O.) y 198 1 (tomo 5'); Jos6 Henrique Pierangelli,
"Códigos Penais do Brasil", Bauru, SP, 1980; Eugenio Raúl Zaffaroni-
Miguel Alfredo Amedo, "Digesto decodificación Penal Argentina", Buenos
Aires, A-7. Editora, 1996.

Universidad de Salamanca, "Los Códigos Penales Iberoamericanos".


santa Fe de Bogotá, Fomm Pacis, 1994, volumen 1, Presentación: Ignacio
Berdugo Gómez de la Torre; Introducción: Eugenio Raúl Zaffaroni.

' 1 os iexros han sido proveidos por los iiguirrite, especialistas: Bolivia,
l'idf: Nmcy del Kos:iriu Romero Berri<s;t3rasil, Prof. Ren6 Ariel Doni;
Colombia, Prof. Mauricio Martínez; Cuba, Prof. CaridadNavarrete; Costa
Rica, Prof. IIenry Issa El Khoury; Chile, Prof. Miguel Cillero; República
Dominicana, prof Cesar Pina Toribio; Ecuador, Prof. Arturo Donoso
Casteilón; El Salvador, Prof. Atilio Ramírez Amaya; Guatemala, Prof.
Héctor A. de León Velazco; Honduras, Prof. Rcné Suazo Lagos; México,
SuprmaCortede JusticiadelaNacióti;Nimgua, Prof. Sergio Cuarama
Te&, Panami Prof AuraGucrrd deVillala71, Paraguay, Prof Beriigno Rojas
Via; Peni, Prof. Felipe VillavicencioTerreros; Uruguay, Prof Ofelia Grczzi;
Venezuela, Yrof Elio Gómez Grillo; Argentina, Prof. E. Raúl ZaEaroni.

Sobre ello, Yves Camiyvels, "D'oú vient le codc pénal? Une approche
généalogiquedespremierscodespénaux absolutistes au XVIIIe. Sieclc",
Moníréal, 1996.

La expresión "genealogia" se emplea aquí en sentido cercano al de


Michei Foucault, "Genealogía del racismo", Madrid, 1992, p. 22.

'"os referimos al código toscano de 1786 (su texto e11Carlo Patemiti,


Note al Codice Criminale Toscano del 1786, Padova, 1985) y al código
revolucionario h c é s d e 1791 (Code Penal, 25 Septembre-Octobre 1791).

" "E1 Código Penal wncordado y comentado por Don Joaquín Francisco
Pacheco de la AcademiaEspaiiola, Fiscal que fue del Tribunal Supremo de
Justicia",Madri& 1870;Gmizardy GámndelaSemd,Mejandm,"ElCódigo
Penal concordadoy comentado", Madrid, 1870;Viada y Vilaseca Salvador,
"El Código Penal Reformado de 1870", Madrid, 1877; Pedro Gómez de la
Sema y Juan Manuel Montalbán, "Elementos de Derecho Civil y Penal de
España, precedidos de una reseña histórica", Madrid, 1865.

" Sobre ello, n. trabajo, "Estmcturas judiciales", Buenos Aires, 1994;


también, "Dimensión política de un Poder Judicial democrático", en "El
Derecho",Univ. Cat. Arg.,Bs. As., 1992.

"Cfr. Julio B. J. Maier, Derecha Procesal Penal Argentino, Buenos Aires,


1989,1,530.

"Como es sabido, la fuente más importante de la legislación colonial de


la América Espaiiola era la Nueva Recopilación de 1567, ordenada por
Felipe 11("Tomo Segundo de las leyes de Recopilación que contiene los
Notas

Libros Sextos, Séptimo, Octavo y Nono", Madrid, 1775, págs. 312-475,


que corresponden al libro VIIIo, dedicado a las leyes penales). La
legislación indiana se contenía en la Recopilación de las leyes de los
Reinos de Indias de 1680, pero ésta remitia en buena parte a la Nueva
Recopilación, suplida por el Fuero Real (1255) y en parte y muy
especialmente por su significación penal, por las famosas Partidas de
Alfonso el Sabio (del año 1263) (v. "Las Siete Partidas del Sabio Rey Don
Alfonso cl Nono, nuevamente glosadas, por el Licenciado Gregorio Lopez,
del Consejo Real de indias de Su Magestad, con su Repertorio muy
copioso, asi del Testo como de la Glosa, en Salamanca, en casa de An-
drea de Portonarijs, Impressor de su Catholica Magestad, 1565, con
privilegio Imperial", Setena Partida; también "Apuntamientos de las leyes
de Partida al tenor d e leyes recopiladas, autos acordados, autores
españoles y práctica moderna, que escribe el Doctor Don Josepb Bemi y
Catala, PartidaVII, en Valencia, por los Herederos deGerónimo Conejos",
1759, pág. 131). Ya en los albores de la independencia, en 1805, la Nueva
Recopilación fue reemplazada por la Novisima Recopilación (V. "Los
Códigos Españoles", Madrid, 1848). En la América Portuguesa no existió
una legislación colonial como la española o, por lo menos, no se seguia
la misma técnicade recopilación asu respecto, sino que, pese aexistir las
Canas regias que regulaban la legislación administrativa colonial, en lo
básico se aplicaba directamente la legislacioii portuguesa. El primer código
portugués fueron las Ordenacoesdo Senhor Rey D. Alfonso V., Coimbra,
na Real imprensa da Universidade, 1792, reprod. facsimiiarde la Fundacilo
Calouste Gulbeiikian, Lisboa 1984), que no llegaron aregir directamente
en el Brasil, donde rigieron las Ordenacoes Manuelinas, obra impulsada
por D. Manuel o Venturoso, de 152 1 (Ordenacoes do Senhor Rey D.
Manuel, Coimbra, na Real tmprensa da Universidade, 1797, reprod. facs.
cit.) y por último las Ordenacoes Filipinas, de Felipe 11 de España que
reinaba como Felipe f de Portugal en 1603, ratifícada en 1643, al
restablecerse la monarquía portuguesa (Ordenacoes e Leis do reino de
Portugal, recopiladas por mandado do Rei D. ~ e l i p p eo Primeiro, Nona
edicao, feira sobre a primeira de Coimbrade 1789, confrontaday expurgada
pela original de 1603,Tomo 111, Coimbra,naRcal ImprensabUniversidade,
1824). (SUlibro Quinto s e reproduce también en José HeMque Pierangelli,
op. cit.).
8s V.n. trab., "Minimización jurídica para la maximización represiva: el
sistema contravencional de la ciudad de Buenos Aires", en "Actas" dei
Primer Seminariode Criminologia Crítica, Medellín, 1984;una minuciosa
investigación sobre la urbanización de este control punitivo en Martha
K. Huggins, "From Slavery to Vapucy in Brazil", New Jersey, 1985.

l6 En Manuel de RivacobdEugcnio Raúl Zaffaroni, "Siglo y medio de

CodificaciónPenal en Iberoamérica", Valparaiso, 1980, sostuvimos que


lacodificación comienzacon loscódigos de Bolivia y del Brasil de 1830,
pues iio habíamos podido confirmar una codificación anterior cn El Sal-
vador. Hemos confirmado ahora la existeiicia de esasancidn, gracias a la
investigación de Alberto Binder y al Prof. Jos6 Enrique Silva (que nos
facilitó el texto). El código espiuiol de 1822 había sido traído de Madrid
por Don Mateo Ibarra, según informa Isidro Menéndez (Cfr. "Discurso
académico leido por el Doctor René Padilla y Velasco, en el Centenario
del Código deProcedimientos Judiciales", 1958). La Comisión Revisora
en 1859haciareferenciaal código vigentecomoel español de 1822(Miguel
Angel Garcia, "Diccionario Histórico-Enciclopédicodc la República de
El Salvador", Tomo XII, Imprenta Nacional,l950, San Salvador, págs.
470-473) (Documentación investigada por Binder). El texto del código
sancionado en 1826 se encuentra en la obra de Isidro Menéndez con el
titulo de "Cédigo Penal del Estado decretado por la legislatura en 13 de
abril de 1826"~Recopilaciónde las leyes del Salvador en Centro-América:
Formada por el Sr. Presbitero Doctor y LicenciadoDon Isidro Menéndez,
a virtud de Comisión del sefior Presidente Don José Maria San Martín,
refrendada por el Sr. Ministro de1Interior, Lic. D. Ignacio Gómez", Guate-
mala,ImpmBdeL. Luna,PlanieladelSagrwio, 1855,tomoi. págs. 386-512,
edición facsimilar de 1956). No se han podido encontrar mayores detalles
debidoa ladatnicción de losarchivos.Decualquiermodo, loseñaladoindica
que debe tenerse como fecha de la primera sanción de un código penal en
América el 13 de abril de 1826, siendo éste el código español de 1822, con
ligerasvariantes.

"En la República Dominicana existeuna edición oficial"Actualizada por


lacomisiiin nombradaporDecreto No 826 del 26 de febrero de 1983por el
Presidente de fa República Dr. Salvador Jorge Blanco en ocasión de los
actos conmemorativos del Centenario de la adopción en el país de los
Códigos Fmceses"(Santo Domingo, R.D., 1984).

'*Op et. loc. cit. supni.


""Código Penal Santa-Cruz, Paz de Ayacucho, Imprenta del Colegio de
Educandas: Administrada por Manuel V. de1 Castillo, 1831".

"Código Penal de 1835 del Estado de Veraciuz", en "Dereclio Penal


Contemporáneo", Seminario de Derecho Penal, Facultati de Derecho,
UNAM, México, Nn 1, febrero de 1965.

" "Código Penalde lakpúblicadel Ecuador saizcionadopor IaLegislalura


de 1837, rcimpreso por orden del Gobicmo, correcto y revisado por la
Comisión Permanente del Senado, Quito, 16 de marzo del 1845, Imprenta
del Gobierno".

'' Sobre la adopción de los códigos de Livingston en Guatemala, David


Vela, "Vida, pasión y muerte de los códigos de Livingston", en "Justicia
Penal y Sociedad, Revisto Guntemaltcca dc Ciencias Penales, Año 1,
No."O", enero de 1991, pág. 41. El texto de Livingston en Nicaragua, en
Medina y Ormaechea, op. cit.

U "Código Penal y Código de Enjuiciamientos en Materia Criminal de la


República del Ecuador, New York, Imprenta de Hallet y Breen, calle de
Fulton,Nos. 58 y60, 1872')

24"Códig~ Penal de la Repúblicade Chile, Santiago de Chile, Imprentade


la República de Jacinto Nuñez, 1874"; también "Código Penal de la
Repúblicade Chile y Actas de las Sesiones de la Comisión Redactora del
Código Penal Chileno", Edición critica con motivo de su centenario,
preparada bajo la dirección y con un estudio prcliminar del Profesor
Manucl de Rivacoba y Rivacoba, Valparaiso, 1974.

'' "Proyecto de Código Penal para la República Argeiitina trabajado por


encargo del Gobierno Nacional por el Doctor Don Carlos Tejedor, Parte
Primera, Buenos Aires, Inlprentadel Comercio del Plata, calle de lavictoria
87,18156''; la sanción por la Provincia de Buenos Aires: "Código Penal de la
Provincia de Buenos Aires, Nueva Edición Oficial, Buenos Aires, Imprenta
y LibrcriadeMayo, de C. Casavalle, Perú 115,1884':

La ley panguaya del 21 de julio de 1880 dispw: "Decl&se ley de la


República el Código de la Provincia Argentina de Buenos A ú f f ,con 1 s
mcditicaciones, supmions y adicioneshechas en la siguiwitcnproduccibn
de su texto" (en Antonio A. de Mc&a y Ormaechea, op. cit.).
""Code PEnal desPays-Bas (3 Mars 1881) traduit ct annoté par Willein-
Joan Wintgens, avocat La Haye, attschC au Ministere de la Guerre.
París,ImpNnerieNationale", 1883.

"Proyecto de Código Peral de la República Argentina. Redactado en


cumplimiento del Decrcto de 7 de Junio de 1890 y precedido de una
Exposición de Motivos por los Doctores Norberto Piñero, Rodolfo
Rivarola, José Nicolás Matienzo, Buenos Aires, Taller Tipográfico de la
PenitenciaríaNacionaI, 1891".

"Ingenieros, José, "Criminología", Madrid, 1913; "Crónicas deviaje (Al


margen de la ciencia) 1905-190ú", en "Obras Completas", vol. V, Buenos
Aires, 1957(contiene increibles afirmacionesracistas).

V. Nina Rodrigues, Raimundo, "As raps humanas e a responsabilidades


penal no Brasil", Salvador de Bahia, 1894; "Os africanos no Brasil", Sao
Paulo, 1982; se manifiesta tributario de las ideas racistas del médico
colonialista francés A. Corre, "Le crime en pays créoles (Esquisse
d'ethnogaphie criminelle), Lyon-París, 1889.

" Congran celeridad llegan las ideasde Lombmso; v. LuisMariaDmgo,"Los


hombres depresa, Ensayo de AntmpologíaCriminal", Buenos Aiies, 1888.

"No corresponde citar aqui todas las obms racistas pesimistas en cuanto
al futurode nuestras sociedades, más o menos tribumias del reaccionario
Le Bon, pero fueron muchísimas. Como excepciones sanas vale la pena
recordar los alegatos de Manuel González Pmda, Nuestros Indios, en "Homs
de lucha", Lima, s.d. y de Manoel Bomfim, "A América Latina, Males de
origem", 4"ediciÓn con prólogo de Darcy Ribeiro, Rio de Janeiro, 1993.

l3Puede vase a l m p t o el esclarecedory ya clásico trabajo de LeopoldoZea,


Elposióvismo enMéxica: nac'uniento, apogeo y decadencia,México, 1984.

"Como obra legislativa, el Código de Zanardelli fue el mayor esfuerzo,


sancionadoen los primeros tiempos del positivismo criminológicoitaliano
y contra la opiniirn de sus cultores; doctrinaríamente, cabe destacar en
Italia laobm de Luigi Lucchmi, "Le Dmit Pénal et les nouvelles thbrics",
aad.deHenri Prudhomme, París, 1892,y en Alemania la obra monumen-
Notas

tal de Karl Binding, "Die Nomen und ibre Ubertretung"; también los
trabajos contenidos en el "Festschriít für Karl Bnding zum 4. Juni 191 l",
Heidelberg, 191 1.

Puede verse la obra pionera de un policía francés, H. A. Frégier, "Des


classes dangereuses de la population dans les grandes villes et des
moyens de les rendre meilleures. Ouvrage récompensé en 1838 par
I'lnstitut de France (Académie des Sciences Morales et Politiques)",
Bruselas, 1840.

l6 "Tratado de los delitos y de las penas, traducido del italiano por Don
Juan Antonio de Las Casas", Madrid, 1774.

"Unanálisis detallado de las primeras versiones castellanas en Francisco P.


Laplaza, en "Estudio Preliminar" a la edición bilingüe de Beccaria, Buenos

"Tratado de tos delitos y de las penas por Beccaria, nueva traducción,


Madrid, en la Imprenta de Albán. Hallase también en casa de Rosa, en
París, Gran Patio del Palacio Real, 1822".

j9V. n. trabajo en: "Cenm Nazionaledi Prevenzione eDifesa Sociale,Cesare


Beccaria and Modern Criminal Policy",Milano, 1990,pig. 4222-145.

" Ugo Spirito, "Storia del Dintto Penale Italiano da Cesare Beccaria ai
giomi nosiri", Torino, 1932.

" Más ampliamenteen n. trabajo. cit., pág. 423


"Cfr. Jesús Lalinde Abadía, "El eco deGaetanoFilangieri en España", en
"Gaetano Filangieri e I'illuminismoEmpco", GuidaEditm, 1991,pág.454.

Simonetta Scandellari, "Alcune note sull' influenza di Filangien nella


CodificazionePenale SpagnoladelI822': en laobra cit. pág, 519.

" Cfr. Fernando Galindo Ayuda, "La Scienza della legislazione en el


nacimiento del liberalismo Español': en op. cit.,pág. 375.

'' "Compendio de la obra que escribió el Caballero Filangiai, titulada


Ciencia de la legislación, con notas de los autores más clásicos, redactado
en el año 1834por Don Bernardo Latone, Magistrado Honorario y Juez
de Primera Instancia de Toledo, Madrid, imprenta dc 1. Boix, 1839".

V. Mario A. Cattaneo, "Alcuni problemi nella dottrina della pcna di


GaetanoFilangiec enS'GaetanoFilengieri e l'illuminismo europeo", cit.,
pág. 274.

""La Sciemdella Legislazioiiedel Cavaliere Gaetano Filangieri", Milano,


per Giovanni Silvestri, 1807; "La Scienza della Legis1azione"di Gaetano
Filangiai,Paris. 1853.

"Discurso sobre las penas coiitrahido á las leyes de España, para


facilitar su reforma, por Don Manuel de Lardizbbal y Uribe, del Consejo
de S.M. su Alcalde del Crimen y de Hijosdalgo de la Real Chancelleria de
Granada, Madrid, 1782". Existe edición facsimilar con prólogo de Javier
Piña y Palacios, México, 1982.

"V. Rivacoba y Rivacoba,"Manuel de Lardibal, un penalista ilustrado'',


Santa Fe, 1964pág. 97.

* Otra de las importantisimas obras de Lardizábal fue un discurso


preliminar a la edición del Fuero Juzgo de la Real Academia, "Discurso
sobre la legislación de los visigodos y formación del Libro o fuero de los
Jueces, y su versión castellana", en "Fuero Juzgo en Latín y Castellano
cotejado con los mHs antiguos y precisos códices por la Real Academia
Española, Madrid, 18IS; págs. IIIa XLN.

" Así ia estiman, enrre otros, Rivacoba y Rivacnha, op. cit., Francisco
Blasco y Fernández de Moreda, "El primer penalista de h & c a Espa~iola",
México, 1957.

" "Discurso sobre los delitos y las penas, publicale el Lic. Don Josef
MarcosGutiérrezparamayorilustración, la mas fácil inteligenciay el mejor
uso de las doctrinas contenidasen la parte tercera de su Práctica Criminal
de Espaiia, Madrid, En la Imprenta de Vega y compañia año de 1806".

e sCriminalis L u s i W , Lisboa, 1789 (hayv e a s &nones


U " i n ~ ~ nJmb
-su obrajd3ica cwnpleta es una oilo@ que abarca k bi6tona del
Notas

derechoportugués,insti~cionesdedcrechocivil,público
y privado y lacitada).

" El proyecto de Pereira dc Vasconcellos fue publicado muchos años


después, puesto que no había sido incluido en los "Diarios da Camara":
"Proyecto do Código Criminal apresentado en scssao de 4 de Maio de
1827pelo Deputado Bernardo Pereira de Vasconcellos".

" Basileu Garcia, "Iustituicoes de Diriito Penal", T. 1, pág 12l.


"'Código Criminal intentado pela RaiuhaMaria 1. Autor Pascoal José de
Meilo Freire. Segunda Edicaii castigada dos erros. Corrector o Licenciado
Francisco Freire de Millo, sobrinho do autor. Em Lisboa 1823".

"La consideración de Bentharn como positivista estásumamente fundada


en la"Historiade la Filosofia"de N. Abbagnano, T.111.

Dumond publicó en francés una obra de Bentha~nde 1789junto con


otros escritos de éste con el titulo de "Traité de Législatiou civile et
pénale", París 1830(3a. ed., lapnmeraes de 1802). Dealgunos manuscritos
de Bentham de 1775 y posteriores exlrajo el mismo Dumond el texto que
se publicó como "Théirie despeines ct de récompenses, uuvrage extrait
des manuscrits de M. Jerémie Bentham, Jurisconsulte anglais, para E.
Dumond", París, 1825, dos tomos

"Teoría de las penas y de las recompensas. Obra sacada de los


manuscritos de Jeremías Bentham, jurisconsulto inglés, por Estevan
Dumont, Vocal del Consejo Representativo del Cantón de Ginebra,
iraducida al español de la tercera edición publicada en Francia por D.L.B.,
Barcelona, en la imprenta de D. Manuel Saurí, Calle Ancha, 1838".

Cfr. Giulio Andrea Belloni, "Cattaneo ira Romagnosi e Lombroso",


Torino, 1931.

' V. Bentham, op. cit. en español,


62DanielArasse,"hghigliottinae l'immagin~odelterore': Milano, 1988.

63"C~de Criminal de lo Republiquefrancaise': editado por Sagnier, P d s ,


año VI1 dela República, 1798-1799.
Asi lo afirma A. Bonnevilie, "De I'arnéilioration de la loi criminelle en
we d' une justice plus prompte, plus efficace, plus généreuse et plus
moralisante'', París, 1855,l.pág. 25.

" Albert Du Boys, "Histoire du Droit Criminel de la France, depuis le XVo


jusqu'au XIXosiécle, comparCavec celui del SItalie, de l'Al1emagne et de
1'Angletene". Paris, 1874,1, pág. 38 1.

* Bonneville, op. et loc. cit.


'' lbidem
e ldem, pig. 27

* Cartaneo, MarioA.,"Iiuminismoe Legislazione", Milano, 1966.

nEnrico Pessins."Elemcnti di Dinno Penale",Napoli, 1871, pág. 39

" V Eberhard Schmidt, "Einflih~ngin die Geschichte der deutsche


SU8frcchIspflege", Gbningen, 195l. pbg. 25 l.

"Sobre la inlcfpretaclónjurisprudencia1de este código en su primer medio


siglo de vida puede verx la obra de Anioine Blenchr. imdes pritlcun iur
kCak Pans.lmpvncne et LibrauxGmerale de Junspwdcnce, 1867

" Diano de SesionesdeCates, Legislatura de 1821, Madrid, Imprenta de


J. A. Garcia 1873.11, 115y SS.

"Idem. 1822, T. 11. p8g. 987, no66, sesión del 25 de abril de 1822
" Idem, p. 1465.

" "C6dig0 Penal Espafiot. decretado por la Cortes en 8 de junio,


e ~ eRey Y wl p o m u l g a r e n 9dejuliodc 1822, Madrid,
en ImpaitaNacional, &o& 1822".
Notas

" Antón Oneca, Jos6, "Estudio preliminar al Discurso sobre las penas de
LardizábaI", Madrid, 1967, pág. 35.

" V. la bibliografía sobre este texto indicada en José María Rodriguez


Devesa - Alfonso Serrano Gómcz, Derecho Penal Español, Parte Gen-
eral, Madrid, 1992.

Cfr. Rivacoba, op. cit., p. 97

~ ~ c z A l c u b i U"Códigos
a, Antigaos de España",Madrid, 1885,T. I1,págs.
1852-1994.

"Diario de las Sesiones de Corte, Proyecto de Código Penal presentado


a las Cortes por la Comisión Especial nombrada al efecto", 1821, pág.
1155, apéndice al námero 54.

" "Codice per lo Regno delle Due Sicilie. Parte Seconda Leggi Penali.
Pnma Edizione originale ed uffiziale, Napoli, dalla Real Tipografia del
Ministero di Stato della Cancellena Generale, 1819"

Cfr. Vinciguerra, Sergio, "Una tecnica giuridica raffinata al servizio


dell'assolutismo regio: le "Leggi Penal? delle Due Sicilie", en "Codice
per lo Regno deile Due Sicilie, Parte Seconda, Leggi Penali", CEDAM,
Padova, 1996,p. XVI.

"Ver supra, nota 22.

8'"E~poséd ó n systéme de Iégislation criminellepow1'Etat de la Louisiane


et pour les Etats-Unis d'Aménque, par E. Livingston, precedée d'uue
préface por M. Charles Lucas et d'une notice bistonque para M. Mignet",
París, 1872, dos volúmenes. Existe tambihuna versión francesddel "Rap
port"a la Asamblea, de 1825.

"Código Penal de Livingston con el discurso que precedió a la obra


sobre los principios de su sistema, traducido del inglés por José
Barrundia, impreso por orden del Gobierno Sup. del Estado. Guatemala,
Imprenta de fa Unión, Año de 1831".

"Mello Freire, op. cit.


Por cierto, hubo proyectos elaborados en la región en los años veillte
del siglo XIX y aún antes, pero no obtuvieron sanción. El más conocido
es el de Manuel de Vidaurre para el Perú, que parece datar de 1812 y
haberse publicado en 1822, pero que se difunde a través de la edición de
Boston de 1x28. Al respecto puede verse: Manuel de Vidanme, "Proyecto
de Código Penal", nueva edición preparada y con comentarios por el
Prof. Julio Armaza Galdos, Arequipa, 1996; Manuel de Rivacoba y
Rivacoba, "El primer proyecto americano de Código penal", Sgo. de Chile,
1985.Parece haber habido otro proyecto en 1823paraColombia, preparado
por Jerónimo Tomes y TornásTenorio (sobre elio, Fernando Veiásquez,
"Derecho Penal, Parre General", Bogotá, 1995, p. 202 TarnbiCn hubo un
proyecto argentino, cuyo texto se ha perdido, obra de un jurista francés
("Plan General de Organización Judicial para Buenos Aires, en que van
sentados los principios que podrán servir de base para un código de
leyes nacionales, por D.G.Bellemare. Abogado. Antiguo magistrado
frances y ciudadano de la República Argentina. Acompañado oon dos
discursos sobre la pena de muerte, el primero en pro de la pena por D.
Valentín Alsina; y el otro en contra por re1 Sr. Bellemare, Buenos Aires,
Imprenta del Estado, Calle de la Biblioteca n. 89, 1829 (Reproducción
facsimilar del Instituto de Historia del Derecho, Facultad de Derecho y
Ciencias Socialesde Buenos Aires, 1949).

'' V. nuestro Trabajo cit. en Rivacoba/Zaffaroni.


''"Pmyecto deC6digo Crimiaal do Irnpéno do Brasil, Rio de Janeiro, na
typographia imperial e nacional, 1827".

"Cit. supra, nuta39.

" Una biografia de este autor puede hallarse en Joet Sorrao, "Dicionário
de Históna de Portugal", pp. 249-250.

"Zahidé Machado Nieto, "Direito Penal e estmtura social (Comentário


sociológico aocwligo Criminal de 18301': Sao Paulo, 1977.

Fue un hecho penal del queda nientiBasielu Garcia, op. cit., pág. 121.

Titufo11, *fos 14,15 Y 1 6.


Alejandro Groizard y Gómez de la Serna, "El Código Penal de 1870
Concordado y Comentado", Madrid, 1902; Salvador Viada y Vilaseca,
"Código Penal reformado de 1870 con las variaciones introducidas en el
mismo por la ley de 17 de julio de 1876', Madrid, 1890.

Stmfwetboek- Codc pénal, Bruselas, 1988


"VV.

"3 CfT. J.S.G. Nypols,"Légi~lationCrimiielle de la Belgique ou Commentaire


et Cornplémentdu Code Pénal Belge", Bruselas, 1872.

"4 Adolfo Prins, en "La Legislación Legal Comparada", Madrid, 1896,


pág. 391; J.J. Haus, "Principes Généraux du Droit Pénal Belge", Paris,
1874,págs,67-71.

Además dela edición cit. de 1835,"Traité de Droit Pénat" por M. P.


Rossi,Bruselas, 1850.

Marc Ancel, "Les Codes Pénaux Européens", Tomo 1, París, p. 177.

I L 7 Cfr. supra, nots 23

Prins, en op. et loc. cit.

1'9"Collnionedeltmvagli su1Ccdice PenalepelRegnod' Italia", Volume 1,


Brescia, 1807

""'Codice Ponale per gli Stati di Parma, Piacen7a e Guastella, Parrna,


Dalla DucaleTipografia, 1820".

'" "Ccdice Penale pec gli Statidi S.M. il Re di Sardegna", Tonno 1839.
V. Da Passano, Mano - Mantovani, F e m d o - Padovani, Tullio -
Vúiciguena, Sergin, "Codice Penale pel Granducato di Toscana (1853),
CEDAM, Padova, 1995; Giuiio Crivcll;ui,'SICodicepnialeperil Regno d'
Italia",Torino, 1890,tomo 1 0 , I n ~ u i i m .

'U "Scritti G e m i c i di Diritto Criminale", Tomo 1


, Livomo, AndreNanni
Editore, 1846 (niaho tomos); un8 edición napoliiana en dos tomos, sin
indicación de autor: "Scritti Gemmici di D i & d e . Opera che puo
Notas

formar seguito alla teorica del Diritto Criminale di A. Cliauveau,Napoli, 1852".

"'Sobre este autor: "Carl Joseph AntonMittemaier, Symposium 1987 in


Heideiberg. Vorirage und Materialen", editado por Wilfried Kupcr,
Heidelbcrg, 1988.

'''Cfr. Criveliari, op, cit. En general, sobre la legislación preunitaria: "1


Codici preunitari e il Codice Zanardelli", Studi coordinati da Sergio
Vmciguerrd, CEDAM, Padova, 1993.

"'W. T. Fruhxald, "Manuale del Codice Penale Austriaco sui crimimni,


sui delitti e sulle contrawenzioni e su1Regolameoto di Stampa27 Maggio
1852, tradotta e corredatade annotazione edappendice dacamillo Dott.
Bertolini", Venezia, 1855.

'2'Enrico Pessina, Elementos, Madrid 1913, pág. 138-142;Crivellari,op.


cit.,págs. 111a XXXVII.

'28 Por el lado italiano es dable mencionara Emilio Brusa, "L'ultimo progeno
di Codice PenaleOlandesc"', Zanichelli, Bologi~a,1878: del mismo, "Codice
Penale Olandese, 3 Mono 188l", Firenze, 1882.

''"Kcl.i/ii~rice I'i,,g,.iio l;is;13iu in cuiso,li ,iuJiu di1 h l . %.inar<!r.i.iculi


lc iiiodiria/iiini proposir ~1.11 51. S,ivclii. ripori;rte dt Ir~iiitc;il icsru". en
'AIlcp:iri al CCJLI~LL. I'L~II;IIC del R~~!no~l'lr.~li~i~',
I<oin;i 1883, pii,.10.

"O "Completo Trattato teorico e pmtico di Dintto Penaie secoiido il Codice

Unico del Regno d'ltalia pubhlicato da Pietm Cogliolo", Milano, Vallardi,

'" La edición que inmediatamente cundió en América fue la de Giulio


Criveiiari, antenora su obra monumental (Torino, 1889).

"'"Code Pénal du Royaume de Baviére traduit de I'allemand, avec des


expfications tirées du commentaire ofiíciei (Exposé de morifs et un
appendice por Ch. Vate$", P d s , Auguste Durand, Libmire Editeur, 1852.

""ario. A. Cattanco, "Anselm Feuaboch, filosofo e giunsta liberale",


Cfr. Cattaneo; tambien n. trabajo 'Ensayo preliminar' al 'Tratado de
Derecho Penal común vigente en Alemania", Buenos Aires, 1989.

'3' El texto castellano de la parte general en Feuerbach, "l'ratado de


Derecho Penal común vigente en Alemania", cit.

"Cfr. Eberhard Schmidt, "Einfühmg", cit., pág. 25 1

'17 El texto y nicomentario, con completa información en Gernoi Schubert,


"Feuerbachs Entwurf zu einem Strafgesetzbuch fur das Konigsreich
Bayems sus dem Jahre 1824", Berlin, 1978.

">J. M. Kemper,"Crimineele Wetboek voor het Koningrijk Holland, met


cene lnleidingen Aanmerkingen", Amsterdam, f 809.

'"Cfr. D. Simons, "Leerboek von het Nederlansche Stafrecht", Groningen-


Bstavia, 1937. pp. 47-48; también W.P.J. Pompe, "Handboek van het
Nuierlsnsche SUafncht",Zwolle, 1959,p. 22; G . A. van Hamel, "lnleiding
tol de studie van het Nederlandsche Strafrecht", 4'ed., actualizada por
J.V.vanDijck,Heerlem, 1927,pp.70 y 71.

Asi, van Hsmel, op.cit.. p. 71; W.C. van Binsbergen, "Inleiding


Strafrecht", Zwolle, 1967. p. 34; del mismo, "Algemeen karakter van het
Crimineel Wetboekvoor Koningkijk Holland",Utrecht, 1949.

"' Cfr. van Hmel.op. cit., p. 7 1


"' Sobre Madderman, P. Van Heijnsbergen, "Ceschiedenis der
Rechtswetenschap in Nederland",Amsterdam, 1925, pp. 2 19 y SS.

'" H.J. SmidS'yjePeluedaiisvanhetWetboekvanS~h2',Haarlm,1881;


e 1 m m ~ m á s c l á s i c o e s edeT.
t 1.Noyon;'Het Wetboekvan Smfrecht",
I'cd i8%1899.~00tinvKtaporG.E Laig&jt%(Amhem, 1954).

'* Traducción hanccsa, cit. supni, en nota 27; trad. italiana snpra, en
nola t 28.
'" "Troppo presto!", se titulaba el folleto de Loinbroso.

Pierre Darmon, "Médicos e assassiiios ila Belle Epoque, A


medicalizacao do cnme", Rio de Janeiro, 1991.

'"Sobre estaexpresióii Frégier, op. cit. en nota 35.

"'Se remonta mucho más atrás de la frenología de Gall, que reconoce


antecedentes muy lejanos, como el siempre inencionado Giovan Battista
Della Porta, "Della fisonomiadell'uomo, con illustrazioni dell'edizione
del 1610': Parma, 1988; Lavater, "La physiognomonie ou I'art de connaitre
es hommes d'apres les traits de leur physionomie", Publié par Gustavc
Havard, París, s.d.

Ennco Ferri, "1 delinquenti ncll'arte", Torino, 1926; sus pretendidas


intuiciones artísticas no son más que una genealogía de los desvalores
estéticos aplicados a los delincuentes.

"O Existen diversas ediciones y traducciones del "Malleus"de Kraemer y

Sprenger: .El martillo de las bntjas", trad. cast. de Miguel Jimknez


Montesenn, Madrid, 1976; trad. inglesa de Montague Summers, London,
1928; "0 Martelo das feitieeiras", trad. de Paulo Fróes, Rio de Janeiro,
1991; "11 mactello delle streghe", trad. de Buia,Caetani,Castelli, La Via,
Mon, Pcnella, Venecia, 1977; "Der Hexenhammer" trad. alemana de J. W.
R. Schmidt, Berliii, 1920 (tres volúmenes).

'" En el disciplinamiento positivista tampoco pasó de largo la mujer,


especialmente la prostituta, considerada como equivalente femenino del
delmcuente, v. C. Lombroso - G. F e m , "La donna delinquente,la prostituta
e ladomanormale': 3"ed. Tonno, 1915.

' 5 2 Nen
~ vano se había llamado la atención sobre las malformaciones. Por
ejemplo, el voluminoso estudio de ísidore Geofíi'ey Saint-Hilaire, "Histoue
générale et parlicnlikredes anomalies de t'organimtion chez I'homrneet les
animaux", París, 1832 (tres tomos).

Is3 Expresión ampliamente usada; por ej., Louis Rénon, "Les maladies
populaires, Maladies vénnénennes,dcmlisme, tuberculose", P d s , 1907.
'" Asi lo sostenía Max Nordau, "Degeneración", Trad. de Nicolás
Salmcrón y Garcia, Madrid, 1902.

Sobre el derecho penal de emergencia en geneid: Sergio Moccia, "La


perenneemergenza.Tendemie autontarienel sistemapenale",Napoli, 1995.

Es significativo que se hayaminimizado y olvidado la importancia del


pensamiento inquisitonal en derecho penal, como si se quisiese negar el
origen poco digno de estas teonas positivistas y de todas las emergencias
invocadas posteriormente. No obstante, buscando con paciencia, puede
hallme uva interesantebihliopfia al respecto: Heppe, HeiMch, "Soldan's
Geschichte des Hexcnprozesse", Stuttgixt, 1880; Van der Vckené, E.,
Bihliographie der Inquisition, Hildesheim, 1963; Byloff, Fntz, "Das
Verhrecben derzauherei (crimen magiae). Ein Beitrag zur Geschichte der
Saafrechbptlege inSteiermark", Graz, 1902; el famoso trabajo de denuncia
de Spee: "Cautio Criminalis seu de processihus contra sagas liber. Ad
magish'atus Germaniae hoc tempore necessanus, tut autem consiliariis et
confessanisPrincipurn, Inquisitoribus, Judicibus, Advocatis, Confessariis
reomm, concionatorihus, caeterig lectu ntilissimus, Auctore incerto
Theologo Romano", Editio Secunda, Ftancofurti, 1632; Friedrich von Spee,
"Cautio Cnminalis oder rechtliches Bedenken wegen der I-lexenprozesse,
deutsche Ausgabe von Joachim-FriedrichRitteZ', Weimar, 1939; Hammes,
Manfred, "Hexenwahn undHexenprozesse", F~,ankfurt,1977;Lautenhauer,
Siegfned, Hexerei- und Zaubereidelikt in der Literatur von 1450 bis 1550,
Beriin, 1972; Schwager, Johann Monz, "Versuch einer Geschiclite der
Hexenprozesse", Berlin, 1784; Diefenhach, Johann, "Der Hexenwahn vos
und nach der Glauberspaltung in Deutschland"; Merzhacber, Fnedricb,
"Die Hezenprozesse in Franken", München, 1970, p. 24; Dohler,
Hannsferdinand, "Hexenwahn. Die Geschichte einer Verfolgung",
München, 1977; Hechf iugeborg, "ln~usendTeufelsNamcn.Hexenwahn
arn Oberrhein",Frihurg, 1977; Honegger, Claudia, "Die Hexen der Neiizeit,
Studien zur Sozialgeschichieeines kuturellen Deutungsmuste~Frankfuri,
1978; Hansen, Joseph, "Quellen und Untersuchungenzur Geschichte des
Hexenwahnsundder HexenverfolgungirnMittelalter", Bonn, 1901 (existe
reimpresión fot. En Hildesheim, 1963); Baschwitz, Kurt, "Hexen und
Hexenprozesse, Die Geschichte cines Massenwahns und seiner
Be-hg", München, 1963; Hansen, Joseph, "Zaubenvahn, hquisition
und Hexenprozess im Mittelatter und die Entstehung der grossen
Hexenverfokung", München, 1900(hay reimp. fot. Aalen, 1964).
Notas

'57 NO podían dejar de ocuparse del fenómcno de las revoluciones y

protestas y, particularmente, de la inferioridadasesina de las masas: Scipio


Sighele, "1 delitti della folla", Torino, 19 10; Lombroso-Laschi, "Le crime
politique et les révolutions", Paris, 1892; también H. Taine, "Les origines
de la France contemporaine", Pa~is,1878. Por supuesto, el más expresivo
fue Gustavc Le Bon.

Arthur de Gobineau, "Essai sur 1' inégalité des races humaines".


Apareció por prime~avez en 1853-1855 (Edición Pierre Belfond, París,
1967); en cuanto a sus curiosos vínculos con América Latina, Georges
Raeders, "O inimigo cordial do Brasil, O Conde de Gobineau no Brasil",
Riode Janeiro, 1988.

's%ouston Stewart Chamberlain, "Die Grundlagen des neunzehnten


Jahrhunderts", München, 1906; Otto Weininger, "Sesso e carattere", trad.
de Giulío Fenoglio, Torino, 1922.

'"O 1-[ayuna curiosa traducción castellana: Aifred Rosenberg, "El mito del

siglo xx. Una valoración de las luchas anímico-espirituales de las formas


en nuestro tiempo", Ediciones Odal, Buenos Aires, 1976.

'" Speucer, Herbert, Principesde Sociologie, Paris, 1883.


j6' Expresamente, Lothrop Stoddard, "The Revolt Against Civilization.

'Re Menace of the Underman", London, 1923.

'" Karl Binding, 'Wormen", 11, 1, Leipzig, 1914,464.

José Ingenieros, "Criminologia", Madrid, 1913; "Crónicas deviaje (Al


margen de la ciencia) (1905-1906)': en "Obras Completas", Buenos Aires,
1957,vol.V.

'" Raimundo Nina Rodrigues, "As Razas humanas e a responsabidade


pella1 no Brasil", cit.

Leopoldo Zea, El positvismo en México: nacimiento, apogeo Y


decadencia, cit.

Sobre la ideología corporativa de la Sociedad de Brasil en esta


Is7 w:
"1-listória Geral daCivilizacaoBrasileirasob a dimao de Sérgio Buarque de
Holanda", 111, "O BmsilRepublicano", 2, "Sociedade e instituiqoes"(l889-
1930),SaoPaulo, 1985,pág. 3ú0.

Soler, Ricaurie, "El positivismo argentino, pensamiento filosófico y


sociológico", Buenos Aires, 1968.

'69CarlosA. Salmar F., aplicó las teonas racistas de Le Bon al Ecuador y


llegó a la conclusión de que se trataba dc un país decadente y sin futuro,
debido al mestizaje (V. Paladines-Guerra, "Pensamiento positivista
ecuatoriano", Quito, 1980,pág. 76).

Parecen cmzarse en el trabajo de José Ingenieros que sc publica en


sus "Crónicas de viaje", cit.

'7' Así lo sostenía Carios Octavio Bunge, Nuestra América. Ensayo de


psicología social, Buenos Aires, 1903.

Por ejemplo, Lombroso, Gli Anarchici, lbnno, 1894

vi Entre muchos, Eusebio Górnez, Delincuencia politico-social, Buenos


Aires, 1933.

"*Niceforo y Sigheleescribieron sobre lamala vida en Roma, Constancia


Bernaldo de Quiroz sobre la mala vida en Madrid; Euscbio Gómez sobre
la mala vida en Buenos Aires, etc.

V. n. trabajos, "Tobias Barreto y la critica de Nina Rodrigues", en


"Fórum internacional de Direito Penal Comparado", Bahía, 1989;
"Elementos para uma leitura de Tobias Barreto", en "Ciencia e Poiitica
Criminal, Em honra de Heleno Fragoso", Río de Jmeiro, 1992.

V. James McCeamey, " M a u m etson temps", París, 1977.

"'V. Gobincau, op. &.,nota 120.

El libro más difundido fue: Pliilio Sdlgado, :'O que é o integralismo?",


Río de Janeiro, 1937.
Notas

'7qEnricoFem, "Proyecto preliminar de Código Penal para Italia, tmducción


y estudio porcristino Jiménez Escribano,Epílogo de Quintiliana Saldaña",
Madrid, 1925.

Sobre todo ello, Mariano Ruiz Punes, "La peligrosidad y sus


experiencias Icgdles", La Habana, 1948.

1 8 ' "Expesé des rnotifs de 1' avant-projet de Code Pénal Suisse, rédigé par

Míssion du Conseii Fedéral par Carl Stooss, hdd. de Afred Gautier, Bale
et Geneve, 1893".

'S20p.cit, pág. 45.

Cfr. Giuseppe Bettiol, en "Stato de Diritto e misure de sicurezza",


Padova, 1962

'"E. Roinano-Di Falco, "Gli elementi politici e sociológici del Progetto


Definitivo di Codice Penale", en "Revista Italiana di Diritto Penale",
Padova, 1930, vol. II., parte 11, pág. 438.

'" AAIedo Rocco, "Relazione al Re", en "Gazzetta Ufiiciale", 26 de octubre


de 1930.

'" E. Bise en "11 Progetto Rocco nel pensiero giuridico contemporáneo",


Roma, 1930,pág. 126.

'*' W.T.S. Staiiybrass, idem. pág. 103.


'""Relazione al Re", en la "Gazzeta Ufficiaie", cit.

Niivolone, "11 Sistema dc diritto penale", Padova, 1975, p. 132.

''O Sobre Gentile: Abbagnano, "Historia de la Filocofia", 111, 428;

M.F.Sciacca, "La Filosofia, hoy", Barcelona, 1961, 1,) 19; Ugo Spirito,
"Giovanni Gentile", Firenze, 1969; Enzo Santarelli,"Storiadel Fascisnlo",
Roma, 1973,III,251; Sergio Romano, "Giovanni Gentile': Milano, t990.

' ' H. Donnedieu de Vabres, "La crisemodernedu Droit Pénal. La politique


crirninelledes États autoritaires", Paris, 1938, p.32.
ILANUD/SCJN México

'92DeuscherBundestag, 4. Wahlperiode, Dmcksache IV/650, "Entwurf


eines Sbafgesetzbuches (StGB) E 1962".

"'"Altemative Entwurf eilies Strrifgcsetzbuches,Allgemeiner Te?


'" Unaamplia información en SergioMoccia, "Política Criminale e riforma
del sistema penale", Napoli, 1984.

Universidad Nacional del Litoral, Facultad de Derecho y Ciencias


Políticas, Instituto de Derecho Penal, "El Código Penal Tipo para
Latinoamérica,Actas de la la.y 2'. reuniones plenarias,ponencias diversas
y artículos aprobados", Rosario, Argentina, 1968; Comisión Redactora
del Código Penal Tipo para Latinoamkrica, "Parte General", Tomo 1,
"Antecedentes, textos anotados, ponencias, acuerdos, índices. Materiales
publicados bajo la dirección del Prof. Francisco Grisolía, Subsecretario
Ejecutivo", Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1974; Tomo 11,
vol. 1, "Actas", idem, 1973;Tomo 11, vol 1, idem; Francisco Bueno Ams,
"La XI reunión plenaria de la comisión redactora del código penal tipo
para Latinoam&ricaca'(Madrid, 22-30 demarzo de 1977),"Documentación
Jurídica", Madrid, No. 14, abril-junio 1977.

'%Edmund Mezger, "Modeme Wege der Strairechtsdogmatik", 1950.

19'Daniel Zovatto, Los Derechos Humanos en el sistema intcramencano:


Recopilación de Insmimentos Básicos, San José dc Costa Rica, Instituto
Interamericano deDerechos Humanos (IIDH), 1987.
Abreviaturas

Argentina (Arg.)
Bolivia (Bol.)
Brasil (Bras.)
Colombia (Col.)
Costa Rica (Crica.)
Cuba (Cuba)
Chile (Ch.)
Dominicana (Dom.)
Ecuador (Ecu.)
El Salvador (Sal.)
Guatemala (Guat.)
Haití (Hai.)
Honduras (Hon.)
México (Méx.)
Nicaragua (Nic.)
Panamá (Pan.)
Paraguay (Par.)
Peni (Pení)
Uruguay (Ur.)
Venmela (Ven.)
Índice Toponimico

Acción pena1,Arg. 71 a76; Bras. 1OOa 106.

Aetio libera in causa, Bol. 19; Crica. 44; Pan. 28.

Alienación mental, Arg. 25; Bol. 74; Bras.42; Col. 56; Ch. 8 1; Guat. 49 y
62Par.41.

Ambito espacial y personal dela ley penal, Arg. 1; Bol., l y 5; Bras. 5 a


8; Col. 13 a 15;Crica. 4 a 8,16 a20; Cuba4 y 15; Ch. 5 y 6; Ecu. 5 y 7; Sal.
8a12y17;Guat.4,5y20;Hon.3a5,8yl9;Méx.la5;Nic.16;Pan.7
a10,15,16y18;Par.6a9y ll;Perúla5;Ur.9a12;Ven.3y4.

Ambito temporal dela ley penal, Arg. 2; Bol. 4; Bras. 1 a4; Cnca. 1 l a 15;
Cuba3; Sal. 13a 16; Guat. 2,3 y 19; Non. 9 y 18;Nic. 14; Pan. 13y 18; Par.
5,lO;Perú 6 a 9 ; Ur. 15 y 16; Ven. 2.

Amonestación, Cuba 36; Méx. 42; Par, 6 l a 63; Ven. 32.

Aplicación supletoria v. Legislación penal especial

Arresto y arresto de fin de semana, Col. 44 y 45; Sal. 49 y 50; Guat. 45:
Nic.61: P e ~ 3 5 ; V e n 17.
.

Causalidad, Bras. 13; Col. 2 1; Ecu. 1 1 y 13; Guat, 10; Ur. 3 y 4.

Comisión poromisión, Bol. 13bis; Bras. 13; Col. 19; Ecu. IZ; Sal. 19y 20;
Guat. 18; Hon. 13; Méx. ?Par. 15; Perú 13; Ven. 33.

Comiso, hrg. 23; Bol. 71 y71 bis;Bms.91;Col. 110;Crica. 1lRCuba43; Sal.


126y 127; Guat 60; Hai. 10; Hon. 55 y 64,Méx. 40; Par. 86 a 95; Perú 102.

Concurso de delitos, Arg. 54a 58; Bol.44a46; Bras. 69 a72.76; Col. 26


a28; Crica. 21 a23; Cuba, 10,l I y 56; Ch. 74 y 75; Ecu. 9; Sal. 7 y 40a43;
Guat.69a71;Hon.35a37;Méx, 18y 19;Pan,62a65;Peni48a51;Ur.
54 a58; Ven. 86 a99.

Condena condicional, Arg. 26,27; Bol. 59 a 63; Bras. 77a 82; Col. 68 a 71;
Crica. 59 a 63; Cuba 57; Ecu. 82 a 84; Sal. 77 a 84; Guat. 72 a 77; Hon. 70
875; Méx. 90;Nic. 103 a 107;Pan. 77a81;Par. 44a50; 57 a67; Ur. 126.

Conversión, Perú 52 a 56;Vin. 48.

Culpa, Bol. 13 quat y 15; Bras. 18 y 19; Col. 37 a 39; Cuba, 9; Ch. 490 a
493; Ecu. 14; Guat. 12; Hon. 13; Méx. 8 y 9; Nic. 2; Pan. 32; Par. 17;
Perú 12;Ur. 19a21.

Culpabüidad,Bol. 13; Coi. 35; Cnca. 30;Ecu. 15

Cumpümiento de deber, k g . 34 inc. 4; Bol. 11inc, 2; Col. 29 inc. 1; Crica.


25; Cuba 25; Ch. 10 inc. 10; Ecu 18; Sal. 27 inc. 1; Cual. 24; Hon, 24 inc.
3; Méx. 15;Nic. 28 inc. 9; Pan. 19; Perú20 iuc. 8; Ur. 28.

Decomisov. Comiso

Deüto,Cuba8;Ch. 1 a4;Dom. la5;Ecu. 10; Sal. 18,21 y22;Hai. 1;Méx.


7;Nic.I;Par.13y14;Perúll;Ur.1y2.

Detención,Bras. 33.

Detención domiciliaria, k g . 10; Bol. 58; Hon. 42; Par. 42

Detención preventiva v. Prisión preventiva

Dolo, Bol. 14; Bras. 18; Col. 36; Crica. 31 y 32; Cuba, 9; Ch. 2; Ecu 14; Guat.
11;Hon. 13;Méx.8y9;Nic.2;Pan.30y31;Par.17;Pcni12; Ur. 18a21.

Ejecución diferida de la pena, Bol. 57

Ejercicio de derecho, Arg. 34 inc. 4; Bol. 1 1 inc. 2; Col, 29 inc. 3; Cuba 25;
Ch. 10 inc. 10; Sal. 27 inc. 1;Guat. 24; Hon. 24 inc. 3; Méx. l5;Nic. 28 inc.
9; Pan. 19; Peni 20 inc. 9.

Embriaguez,Bras. 28; Col. 59;Pan. 29; Ur. 31 y 32.


Índice Toponimico

Enajenación mental v. aüenaciónmental

Error, Arg. 34 inc. 1; Bol. 16; Bms. 20 y 21,73 y 74; Col. 40; Crica. 34 y35;
Criba 23; Guat. 21,25; Hon. 20,25 inc. 3; Méx. 15; Nic. 5; Pan. 6; Pan. 33
y 34; Par. 18 y 22; Perú 14 y 15.

Error judicial, Bol. 99; Col. 40,

Especialidad, Bol. 6; Pan. 4.

Estado de necesidad, Arg. 34 incs. 2 y 3; Bol. 12; Bras. 24: Col. 29 inc. 5;
Crica. 27 y 38; Cuba 22; Ch. 10 inc. 7; Ecu. 24; Sal. 27 inc. 3 y 5; Guat. 24
y 25; Hon. 24 inc. 2 y 25 inc. 1; Méx.15; Nic. 28 inc. 5,6, y 7; Pan. 20.36
y 37; Par. 20 y 25; Perú 2'incs. 4,s y 7; Ur. 27.

Estupefacientes, Arg. 77.

Expatriación, Perú 30

Extincidn de acciones y penas. Arg. 59 a 70; Bol. 100a 108; Bm. 107a 1 19;
Col. 76 a92; Crica, 80 a 96; Cuba 59a 65; Ch.93 a 105; Ecu. 94 a 1 14; Sal. %
a113;Guat.I0lallI;Hon.96a104;Méx.lOla118;Nic.IL4aI2-i;Pan,W
a104;Par. IO!a104:Perú78a91;Ur. 107a131;Ven. 103a112.

Extradición, Bol. 3; Col. 17: Ecu. 6; Cual. (I: Nic. 19a 21; Perú 3: Ur. 13 y
14; Ven. 6.

Fuerza flsiea, Arg. 34 inc. 2; Bras. 22; Col. 40 inc. 1; Ch. 10 inc. 9; Ecu.
18; Ciiat. 25; Non. 25 inc. 1; Nic. 28 inc. 5; Perú 20 inc. 6.

Funcionario público, Arg. 77; Bras. 327;Cuba 173; Sal. 39; Hon. 393;
Méx.212; Par. 14; Perú425.

Imputabitidad disminuida, Bol. 18; Bm. 26; Crica. 43; Ecu. 35; Pan. 25;
Perú21 y22.

Individualización de la pena, Arg. 40 y 41; Bol. 37 a40; Bm.53 a62.65


a 68; Col. 60s 67; Crica. 71 a 79; Cuba47 a 54; Ch. 1 L a 13,50 a 73; Ecu.
29a31,72a76;Sal,29a31 y62a73;Guat.26a31,62a66;Hm.26,27,
65a69;Méx.Sla66;Nic.29a32,73a92;Pan.56a61,66a70;Par.65a
71;Peni45 y 46;Ur.46a53,80,85 a91;Ven. 30a79.

inhnbiiitación, k g . 12, 19,20,lobis, 20ter; Bol. 33 a 36,96 a98; Bras. 47,


93a95;Col.50a52,58;Crica.57y58,70;Cuba37a42;Ch.Z8a31,38a
43; Ecu. 56 y 60; Sal. 58 a 61; Guat. 56 a59; Hai. 17 y 18,23,28; Hon. 48,
49,54,62 y 63; Méx. 45 y 46; Nic. 66 y 70; Pan. 52 a 54; Par. 58; Perú 3 1,
36a40;Ur.?5a79,8I y82;Ven. 13,15a29.

Inimputabilidad, Arg. 34 inc. 1; Bol. 17; Bras. 26; Col. 3 1 a33; Crica. 42;
Cuba 20;Ch. 10 inc. 1; &u. 32 a40; Sal.27 inc.4;Guat. 23; Hon. 23; Méx.
15; Nic. 28 inc. 1; Pan. 24; Par. 23; Ur. 30,33 a35.

Judicialidad dela pena, Bol. 70y 72; Col. 43

Legislación penal especial, Arg. 4; Bol. 7; Bras. 12; Col. 375; Crica. 3;
Sal. ó; Guat. 9; Hon. 12; Méx. 6; Par. 4; Ur. 17; Ven. 7.

Legítima defensa, Arg. 34 incs. 6 y 7; Bol. 1 1inc. 1; Bras. 23 y 25; Col. 29


inc. 4 y30; Crica. 28 y 29; Cuba2 1; Ch. 10 incs.4,5 y 6; Ecu. 19 a 23; Sal.
27 inc. 2; Guat. 24; Hon. 24 inc 1: Méx. 15;Nic. 28 inc.4; Pan. 21 y 22; Par.
19; Perú 20 inc. 3; Ur. 26.

Libertad condiciunnl, Arg. 13 a 17; Bol. 66 a 69; Bras. 83 a 90; Col. 72 a


75; Crica. 64 a68; Cuba 58; Ecu. 87a93; Sal. 85 a92; Guat 78 a 82; Hon.
76a79;Méx.84a88;Nic. 108a 113;Pan.85a89;Par.51;Ur.131.

Limitación delibertad, Cuba 34.

Mayoresdesetenta silos, Ven. 48.

Medidadeseguridad, Arg. 34 inc. 1; Bol. 79 a 86; Bras. 96a 99; Col. 33;
Col. 93 a 101; Crica. 97 a 102;Cuba45,46,72 a90; Sal. 93 a95; Guat. 84
a 100; Hai. 3 1 a 34; Hon. 80 a 95; Méx. 67 a 69; Nic. 96 a 102; Pan. 106a
118;Par.?Za85;Peni71 a77;Ur.92a103.

Meuores, Arg. 8; Bol. 56; Bms. 27; Col. 34; Ch. 10 incs. 2 y 3; Hai. 16;
IIon. 43 y 45; Ven. 69 a71

Mujcrcs, Arg. 8; Bol. 53 y 56; Ecn. 58; Guat. 46; I-lai. 16; 1-Ion.43;
Ven. 18 y 47.

Multa, Arg. 2 1a22 bis; Bol. 29 a 32; Bras. 49 a 52; Coi. 46 a 49; Cnca. 53
a56 y 69; Cuba35; Ch. 25 y 49; Ecu. 63 y 64; Sal. 5 1a54; Guat. 52 a 55;
Hon. 51 a53; Méx. 29; Nic. 68; Pan. 48 a 5 1; Par. 52 a 56; Perú 41 a 44;
Ur. 83 y 84; Ven. 30.

Obediencia debida, Arg. 34 inc. 5; Bras. 22; Coi. 29 inc, 2; Crica. 36;
Ecu. 18; Guat.25; Hon. 24 inc. 4; Nic. 28 inc. 10; Pan. 35; Ur. 29.

Participación, Arg. 43 a 49; Bol. 20 a 24; Bras. 29 a 3 1; Col. 23 a 25;


Crica. 45 a49; Cuba 18; Ch. 14a 17; Dom. 59 a 74; Ecu. 41 a43; Sal. 32
a 38; Guat. 35 a40; Hai. 44; Ilon. 3 1 a 34; Méx. 11, 13 y 14;Nic. 22 a 26;
Pan. 39 a 43; Par. 29 a34; Perú 23 a 27; Ur. 59 a 65; Ven. 83 a 85.

Penas, Arg. 5; Bol. 25 y 26; Bras. 32,43 a45,75; Col. 41 y 42; Cnca. 50 y
51; Cuba27 y 28; Ch. 18a24;Dom. 6a55; Ecu.51; Sal.44a46;Guat. 41
a42; Hai. 6 a9; Hon. 38; Méx. 24; Nic. 53 a 55; Pan. 46; Par. 37; Perú 28;
Ur.66y67;Ven.8a 11.

Pena de muerte, Cuba29; Ch. 27 y 82 a 85; Guat. 43

Pena privativa de libertad, Par. 38 a 5 1; Perú 29.

Penitenciaría, Ur. 68 y 70,

Perdón judiciai, Bol. 64,Bras. 120;Sal. 82;Guat. 83; Par. 64;P e ~ 6 8Ur.
; 127.

Personas jurídicas, Cuba 16

Plazos, Arg. 77; Bol. 77; Bras. I O y 1 1 ; Ch. 26; Ecu. 8 y 59; Guat. 68;
I-Iai. 2 1; Hon. 60; Pan. 389.

Presidio, Bol. 27,48 y 49; Nic. 56; Ven. 12.

Principios, Col. 1 a 12; Cnca. 1 y 2; Cuba 1y 2; Ecu. 1 a4; Sal. 1a 6; Guat.


Prisión, Arg. 9,10; Col. 44 y 45; Ch. 25; Ecu. 55; Sal. 47 y 74 a76; Guat.
44;Hai. 26;IIon. 47; M&. 25;Nic. 60;Pan. 47; Ur. 71;Ven. 14.

Prisión preveniiva, Arg. 3,24; Bol. 73; Bras. 42; Col. 54 y 102; Perú 47;
Ur. 69; Ven. 36.

Privación delibertad, Cuba 30 y 3 1

Prohation, Arg. 27 bis, 76 bisaquater

Prueba v. ProbationiCondenacióncondicional

ReelnsiÓn,Arg.6; Bol. 50a52; Bras. 33; Ecu. 53 y 54; Hai. 20; I3on. 39 a41.

Régimen penitenciario, Bol. 47,54 y 78; Bras. 33 a38,40; Méx. 77 y 78.

Reincidencia, Arg. 50 a 53; Bol. 41 a 43; Bras. 63 y 64; Crica. 39 a 41;


Cuba 55; Ch. 91 y 92; Dom. 56 a 58; Ecu. 77 a 80 y 85; Guat. 27 y 32 a 34;
Hai. 40a43; Hon. 28 a 30; Méx. 20 a23; Pan. 71 a 74; Ven. 100 a 102.

Relegaei6n, Ven. 19.

Reparación civil, Arg. 29 a 33; Bol. 65,87 a 95; Bras. 91; Col. 103 a 109;
Crica. 103a 109;Cuba70y71;Sal. l14a 125;Guat. 112a 122:Hai. 35a39;
FIon. 105a 115; Méx. 30a39;Nic.34 a 52;Pan. 119 a 130;par. 59;P e ~ 9 2
a101;Ur. 104a106;Ven. 113a127.

Representante, Bol. 13 ter; Méx. 11;Par. 16; Perú 27.

Sentencia extranjera, Bol. 2; Bras. 9; Col. 16; Crica. 9 y 10; Cuba 7;


Guat. 6; Hon. 6 y 7; Nic. 17; Pan. 11 y 12; Ven. 5.

Servicios a la comunidad, Bras. 46; Cuba 33; Sal. 56; M é x . 27;


Perú 3 1 y 34.
indice Toponimico

Suspensión condicional Y.Condena condicional

Tentativa, Arg. 42aWBol. 8 a 10; Bras. 14 a 17; Col. 22; Crica. 24; Cuba
12 a 14;Ch. 7 y 8; Ecu. 16 y 17;Sal.23 a26;Guat. 13a 17; Hai.2 y 3: Han.
14a17;Méx. 12;Nic.6a9;Pan.44y45;Par.26a28;Penl16a 19;Ur.5.
7 y 8; Ven. 80a 82.

Trabajo del condenado, Arg. 11; Bol. 28,75 y 76; Bras. 39; Cuba 32;
Ch. 88; Ecu. 66; Guht. 47 y 48; Hai. 27; Nic. 64; Par. 40; Ur. 72 y 73.

Trabajos forzados, Hai. 19.

Violencia, Arg. 78.


IUNUD/SCJN México

Abandonode personas, Arg. 106,107; Bol. 278 a28 1; Bras. 133y 134; Col.
346a348;Crica. 142y 143;Cuba27S; Ch. 346 a352; Dorn. 347 a353; Fzu.
474 a480; Sal. 199; Guat. 154 y 155; Hon. 139;Méx. 335 a343; Nic. 154 a
161;Pan. 145y 146;Par. 1IRPeni 125y 128;Ur.329a332;Vei1.437a440.

Abandonodef~mción,Arg. 252; Bol. 156; Brac. 323; Col. 156; Crica. 335;
Cuba 135;Ch.254,256a259;Guat. 429y 430; Pan. 341; Pent 380; Ur. 165.

Aborto, Arg. 85 a88; Bol.263 a269; Bm. 124 a 128;COL343 a345;Crica.


118a 122;Cuha267a271;Ch. 342a345;Ecu.441 a447;Sai. 133a 139;
Guat. 133a 140;Hon. 126a 132;Méx.329a334;Nic. 162a 165; Pan. 141
a 144;Peni 114a 120;Ur.325a328;Ven.432a436.

Abuso de autoridad, Arg. 248 y 25 1; Bol. 153; Bras. 350; Col. 152 a 160;
Crica. 331 a339;Cuba 133;Ch. 148 a 161;Dorn. 184a 191; Ecu. 270a276;
Sal. 320a324;Guat. 418 y423; Hai. 146a 152;Hon.349; Méx. 215,217,
220; Nic. 369 y 370; Pan. 336 y 337; Peni376; Ur. 162; Ven. 204.

Abusodelibertad decultos,Cuba206;Ven. 210a213.

Actos hostiles v.Traici6n a la nación

Amenazas y coacciones, Arg. 149bis, ter; Bol. 293 y 294; Bms. 146y 147,
335,344: Col. 276: Crica. 193a 195; Cuba 284 a286; Ch. 296 a 298; Dorn.
305 a 308; Ecu. 377 a 382; Sal. 153 a 155;Guat. 2 14a 21 6; Hai. 250 a 253;
Hon. 206a 209; Méx. 219,282 a 284; Nic. 232 a237: Par. 120 a 122; Peni
151;Ur. 288a293;Ven. 176.

Apotogia del crimen, Arg. 213; Bol. 131 ;Bras. 287; Crica. 276; Ecu. 387;
Guat. 395; Méx. 209; Nic. 495; Pan. 371; Par. 238; Perú 316; Ur. 148.

Apremios ilegales, Arg. 144 bis.

AsnIto, Nic. 230.


Índice Toponímico

Asistencia famüiar, Bol. 248 a250; Nras. 244a247; Col. 263 a 267; Cnca.
185 a 188;Dom. 357;Sal. 201;Guat.242a245; Hon. l77a 179; Nic. 225;
Pan. 213 a215; Perú 149y 150; Ur. 279.

Asociación ilícita,Arg. 210,210 bis; Bol. 132a 133; Bras. 288;Col. 186;
Crica. 274; Cuba207a209: Ch. 292 a295; Dom. 265 a267,29 1 a294; Ecu.
369a 372; Guat. 396 a 399; I-fai.224a 227; Méx. 164; Nic. 493; Pan. 242;
Par. 239; Perú 317; Ur. 150 a 152; Ven. 287 a293.

Atentado ala autoridad, Arg. 237 a243; Bol. 159 a 162; Bras. 329 a 33 1;
Col. 164 y 165; Crica. 304 a 309; Cuba 142 a 147; Ch. 261 y 262; Ch. 261 a
268; Dom. 222 a233; Ecu. 21 8 a235; Sal. 337 a 339; Guat. 408 a415; Hai.
183 a 192; tlon. 343 a 348; Méx. 178a 185; Nic. 343 a349; Pan. 344a 346;
Par. 296; Perú 365 a 375; Ur. 171 a 176; Ven. 216 a229.

Bigamia,Arg. 135a 137; Bol. 240; Bras. 235; Col. 260;Cricii. 176; Cuba
306; Ch. 382; Dom. 340; Ecu. 533;Sal. 193; Guat, 226; Hon. 170; Mkx. 279;
Nic. 2 18; Par. 224; Perú 139: Ur. 263; Ven. 402 a 404.

Calumniasv. injurias

Cohecho, Arg. 2 5 6 ~ 2 5 8bis; Bol. 145y 158; Bras. 3 17 y 333; Col. 141 a
143; Crica. 340a 342; Cuba 152: Ch. 248 a250; Ch. 248 a252; Doili, 177 a
183; Ecu, 285 a291; Sal. 330,331 y 335; Guat. 439 a442; Hai. 137; Hon.
361 a369; Méx. 222; Nic. 421 a427; Pan. 331 a335; Par. 300n303: PCN
393a396,398 y 399:Ur. 157a 159;Ven. 198a203.

Confianza pública, Crica. 239 a 242.

Contrabando, Bras. 334; Ur. 257.

Corrupción de menores, Arg. 125; Bol. 3 18a 320: Bras. 2 17y 218; Col.
305; Crica. 167 a 16%Cuba 3 10 a 31 7; Ch. 367; ECU.528; Sal. 167 y 168;
Guat. 188 a 190; Non. 148; Mhx. 201 a205; Nic. 201; Pan. 226 y 227; Par.
134a 138;Ur.274;Ven.388a391.
Corrnpeibnpúbtica v. Cohecho

Cheques, h r g . 302; Bol.204 y 205; Bras. 171; Col. 357; Crica. 221,243 y
243 bis; Ecu. 368; Sal. 243; Guat. 268; Pan. 280 a 285; Perú 21 5.

Didivas, Arg. 259; Bol. 147; Crica. 343; Guat. 443.

Dsúos,Arg. 183y 184;Bol.357a359;Bras. 163a 167;Col.370y 371;Crica.


228y 229; Cuba339y 340; Ch. 484a488;Dom. 257; Sal. 22 1y 222; Guat. 278
y 279;Hai.215,216,356a381;Hon.254y255;Méx.397a399;Nic.293 a295;
Pan.2Wy201;Par. 157 a159;Perii205a207;Ur. 358y 359;Ven.475 a481.

Defraudación,Arg. 172a 175;Bol. 335a342 y 345 a349;Brds. 168a 179,


346 y 347; Col. 182,184,356,358a364, Crica. 216a224; Cuba334 y 335;
Ch. 466 a473; Dom. 405 a433; Ecu. 560a 575; Sal. 215 a218,249 a252;
Guat.263 a273,358; Hai. 130a 134; tiai. 337 a341; Hon.240 a243; Méx.
382 a 389; Nic. 283 a 287; Pan. 190 a 199,349y 350; Par. 187 a 192; Perú
196s 199; Ur. 160,251,347 a353;Ven. 234,235,464a471.

Detitos sexunles,Arg. 1 198 124; 130,132,133; Bol. 308 a 3 17; Bras. 213 a
216,219a225;Co1.298a304y 306;Crica. 156a 166;Cuba299a301,305;Ch.
361a372b'¡;Dorn.330a333y333-2;Eni.505a517,529a532;Sal. 158a166,
Guat 1738 187;Hai.278a288;Hon.140e 154;Méx.259a276;Nic.195a200,
Pan+216a225;Par.128a 133;Perú 170a 178;Ur.266a276;Ven. 375 a401.

Dencgacibn de justicia, Arg. 273 y 274: Bol. 177; Guat. 468 y 469; Hon.
383 y 384; Perú 422 a 424.

Derechos intelectuales, Bol. 362 y 363; Bms. 184 a 186; Sal. 226 y 227;
Guat. 274 y 275; Hon. 248 a 253; Par. 184; Perú 219 a 225.

Diserirninacibn, Crica. 373; Cuba 120; Dom. 336; Ecu. 212; Sal. 292;
Ur. 149 bis.
Economía nacional, Bol. 221 a 23 1;Col. 229 a 241; Crica. 244 y 245; Cuba
220 a242; Sal. 232 a240; Guat 340 a 347; Hon. 295 a301; Méx. 253 y 254;
Nic. 307a316;Pan. 372 a385; Par. 261 y262; Perú233 a251; Ur. 253a257.

Ejercicio arbitrario de las propias razones, Bras. 345; Col. 183; Ciiba
159; Sal. 319; Méx. 226y 227; Pan. 370; Ur. 198; Ven. 271,272.

Encubrimiento,Arg.277a279; Bol. 171y 172;Bras. 180,348~ 349; Col. 176


y 177;Crica. 322 a325; Cuba 160y 338; Ch.456 bis; Ecu44 y 45,439; Sal.308
y 309; Guat. 474 a476 Hon. 388 y 389; Mkx.400;Nic. 27; Pan. 363 y 364;
Perú 194,195,403a 406; Ur. 42,177,197 y 350bis; Ven. 255 a258,472.

Enriquecimiento ilicito de funcionarios, Arg. 268; Bol. 149; Col. 148;


Crica. 346; Cuba, 150; Ecu. 296; Sal. 333; Méx. 224; P ~ 401,
N

Entregaindebida de persona, Bol. 140.

Esclavitudv. Servidumbre

Estado civil, Arg. 138a 139bis; Bol. 244; Bras. 241 a 243; Col. 262; Crics.
182 y 183; Cuba 308; Ch. 353 a356; Dom. 192 a 195; Ecu. 541 a 546; Sal.
195a 198;Guat. 238 a241; Hai. 153,294 8299; Hon. 170;Mex. 277 y 278;
Nic, 22 1 a 224; Pan. 2 10 y 2 11; Par. 22 1 a 230; Perú 143a 146; Ur. 39,258
a 262; Ven, 405,406.

Estafa v.Defraudaci6n

Estragosy peiigro común, Arg. 186a 189;Bol. 206 a 215; Bras. 250 a 2e
Col. 189a 202;Crica. 2468257; Cuba 174a 186y 21 1; Ch. 288a 291,323
a341,464a483; Dom.434 a462; Ecu. 373 ~1376,388a427; Sal. 264a 270;
Guat, 157y 158,282a 298,400 a 407; Hon. 256 a 259,265 a 273; Méx. 160
a163,165aI72;Ni~.317a330;Pan.232a241;Par.213a220;Pe~273a
285; Ur. 206 a 21 7; Ven. 273 a 283,294 a 298,344 a363.

Evasión de presos, Arg. 280 y 28 1; Bol. I80a 185; Bms. 35 1 a 354: Col.
178a 181; Crica. 326; Cuba 163a 167; Ch.299a304, Dom.2378248: ECU.
307a312; Sal. 317 y 318; Guat. 470a473; Hai. 195a 206; Hon. 390a392;
Méx. 150a 159;Nic. 93 y 94,361,390 a 395; Pan. 365 a 369; Par. 294 y 295;
Perú413 a415; Ur. 184a 192;Vai. 259 a270.
Exacciones ilegales, Arg. 266 a268; Bol. 15 1 y 152; Bras. 316; Col. 140;
Crica. 348 y 349; Cuba 153; Ch. 237 a 247 bis; Dom. 174;Ecu. 26 1; Sal. 327
y 32EGuat.449a452; Hai. 135; Hon. 376y 377;Méx,218;Nic. 415 a420;
Pan. 329y 330; Par. 312;Perú382y 383;Ur. 156;Ven. 196 y 197.

Excusa absolutoria, Arg. 185; Ch. 489; Sal. 206, Guat. 280; Hon. 264;
Perú 208; Ur. 41; Ven. 483.

Exhibiciontsobscenas,Arg. 129;Bol. 323 a325; Bras. 233 y 234; Crica. 173y


174;Ch.373;Dom.333-1;Guat 195y 196; Ron. 143;Méx.200;Ur.277 a279.

Extorsión,Arg. 168a 171;Bo1.333y334;Bns. 158a 160;Col,355;Crica.214


y215;Cuba331y332;Eni.557a559;Sal.214;Guat 261 y262 Hon. 222; Mbx.
390;Nic.279a282;Paii. 187a 189;Par. 185y 186;Perú200 y 201; Ur. 345.

Falsa denuncia,Arg. 245; Bol. 166 a 168;Bras. 339 y 340; Col. 166a 171;
Crica. 319a321;Cuba 154; Sal. 303 y 304,Guat. 453 a456; Non, 387;Nic.
356; Pan. 351 a354; Par. 289 a293; Perú 402; Ur. 179; Ven. 240.

Falsificación de documentos, Arg. 292 a 298 bis; Bol. 198 a 203; Brds.
296a305;Col. 218a228; Cnca. 359a365;Cuba250 a260; Ch. 193a205;
Dom. 145 a 165; Ecu. 337 a353; Sal. 283 a289; Guat. 321 a327,338, 435;
Hai. 107 a 126; Hon. 284 a291; Méx.243 a246; Nic.473 a486; Pan. 265 a
277; Par. 246 a 260; Peni427 a 433; Ur. 236 a246; Ven. 3 17 a 334.

Falsificación de moneda y títulos equiparados, Arg. 282 a 287; Bol. 186


a 18EBras. 289a292;Col. 207a210; Cnca. 366a368; Cuba248; Ch. 162
a 179;Dom. 132a 138; Ecu. 3 18a328; Sal. 279a282; Guat.313 a320; Rai.
97 a 100; Han. 274 a279; Méx. 234 a 240;Nic. 441 a 459; Par. 263 a 268;
Perú252a261; Ur. 227~1235;Ven. 299a305.

Falsificación de sellos, Arg. 288 a291; Bol. 190 a 197; Bras. 293 a 295,
306a31 i;Col.211 a217;Cnca,369a372;Cuba249;Ch. 1XOa 192;Dom.
139a 144; Ecu. 329 a 336; Guat 328a332;Hai. 101 a 106; Hon. 280a283;
Méx.241 y 242; Nic. 460 a 472; Pan. 278 y 279; Perú 434 a437; Ur. 246 a
250; Ven. 306 a 3 16.

F& tesíimonio, Arg. 275 y276;Bol. 169y 170; Bms. 342 y 343;Col. 172
a174;Crica316a318;Cuba155;Ch.206a212;Dorn.361;Ecu.354a360;
Índice Toponimico

Sal. 305 a307; Guat. 460 y461; Hai. 307 a 312; Hon. 385 y 386; Méx. 247
a249; Nic. 353; Pan. 355 a360; Par. 242 a245; PeN409 a412; Ur. 43,180
a 183; Ven. 243 a 250.

Genocidio, Bol. 138; Cnca. 375; Cuba 116; Sal. 361; Guat. 376 y 377; Méx.
149 bis; Nic. 549; Par. 319; Perú 129,3 19.

Homicidio,Arg.79,80,81,82,84,95 y96;Bol. 251 a261;Brds. 121y 123,137;


Co1.323a330;Cnca 1 1 1a l17y l39;Cuba261 a264;Ch.390a394;Dom.295
a 304,321 a 329; Ecu. 448 a462; Sal. 128a 132; Guat 123a 132,383;Hai. 240
a249;Hon. 116a125;Méx.302a323;Nic.126a136;Pm.131a134;Pai:105
a109,Pcni106a112;Ur.36,37,310a314,323;Vei1.407a414.

Humanidad, Sal. 36 1a 367; Guat 378; Hon. 318 a321; Méx. 149; Nic. 55 1;
Pan. 3 10; Par. 320.

Hurto v. Robo

Incesto, Col. 259; Cuba 304;Ch. 375; Dom. 332-1 a4;Guat. 236;Hon. 176;
Méx. 272;Nic. 210; Pan. 209;Ur. 276.

Incumpümiento de deber funcional, k g . 249 y 250; Bol. 154y 155; Bras.


319a321; Crica. 332; Ch. 253; Dom. 198 y 234 a236; Ecu. 249 a 2 5 6 Sal.
321;Guat.419a421;Hai.88,193y 194;Méx.214;Nic.377a384,387a
389; Pan. 338 a340; PeN 377a379; Ur. 164,178; Ven. 239.

Infidelidad diplomntica, k g . 225; Bol. 117; Crica. 290; Par. 3 14.

Inforrnática,Bol. 363 bis y ter.

Injurias,Am, 109a 117;Bo1.282a2W,Bms. 138a145;Col.313a322;Cnca145


a155;Cuba319a321;C11.412a43l;Dom.367a376;Ecu.489a502;Sal. 177a
183;Gw 159a 172;Hai,313a323;Hon.155a 169;Méx350a363;Nic. 169a194;
Pan. 172a 180; Perú 130a 138;Ur.40,333a339;Vm. 241,242,444a452.

Inseminacibn artificial Col. 280; Sal. 156y 157; Guat. 225

aldclitu, ,\rg. 209; I{dl. 130,11rds. 2x6; Col. 188;Crica. 273;


Insli~a!ircii>n
. 1: Nic. 194; I1:ir. 237; 11r. 147; Ven. 264 o 280.
Cuhi 202; ]>u. .iXb; ( i u ~ i39.
Intimidación pública, Arg. 21 1,212; Guat. 392 y 393.

Intimidad, Dom. 337.

Juego, Ch. 275 a279; Ecu. 313 a317; Guat. 477 a479; Hai. 342 y 343; Hon.
260 a262;Perú 243.

Legitimación de ganancias itieitas, Bol. 185bis y ter.

Lesiones, Asg. 89 a94; Bol. 270 a277 bis; Bras. 129;Col. 33 1 a342; Crica.
123 a 130; Cuba272 a274; Ch. 395 a403; Dom. 309; Ecu. 463 a473; Sal.
142a147;Guat. 144a 151;Hai.254a263;Hon. 133a138;MQ.288a301;
Nic. 137a153;Pan. 135a 140;Par. 110a 116;Peni 121a124;Ur.44,316
a323; Ven. 415a422.

Libertaddecultos,Ch. 138a 140; Dom. 260 a264.

Libertadde enseñanza, Bol. 297.

Libertad de trabajo y deasoeiación, A@. 158,159; Bol. 303 a 307; Bms.


197 a 207; Col. 290a292; Cuba296 a 297,291; Ecu. 209 a 2 12; Sal. 244a
248,294; Nic, 256a 25% Perú 168; Ven. 192 a 194.

Libertaddeexpreslón, Arg. 161; Bol. 296;&ba291; Ch. 137; Ecu. 178y


179; Sal. 293; Hai. 85; Pan. 162; Perú 169.

Libertad de reunión, Arg. 160; Bol. 134; Sal. 294; Hai. 85;Pan. 161; Perú
166y 167.

Malversación, Arg. 260 a 264; Bol. 142a 144, Bras. 3 15; Cnca. 356; Cuba
336; Ch. 233 a 238; Sal. 332; Guat. 447; Hon. 370 a 373; Nic. 405 a414;
Perú 389.

Manipulación gení!tica,Sal. 140y 141

Matrimonios iiegales, Arg. 135: Bol. 241 a243; Bias. 236 a239; Col. 260;
Crica. 177a I81;Cuha307; Ch. 383 a 389; h. 534a546; Sal. 192y 194;
Guat. 227 a 23 1; Hon. 172 a 175;Nic. 219 y 220; Pan. 205 a 208; PerJ 140
a 142; Ur. 264 y 265.
Mendicidad, Dom. 274 a 282; Ecu. 383 a 385; Sal. 205; Hai. 228 a 239.

Mereenarismo, Cuba 119.

Ncgociacionesineampatib1esconiaiunción,kg. 265;Bol. 150;Col. 144a


146;Crica 347;Cuba 153;Dom. 175y 176;Ecu265a267;Sal.32X;Hai. 136;
Hon. 374 y 375; Méx. 225; Nic. 428 y429;Peni 385y 397; Ur. 161.

Nombramientosifegales,Arg. 253; Bol. 157; Crica. 337; Ch. 220; Guat.


432;Pe~381.

Omisión de auxilio, Arg. 108; Bol. 262;Bras. 135; Crica. 144; Sal. 175y
176; Guat. 156; Par. 117;Perú 126y 127.

Orden constitucionat, Arg. 226 a 228; Bol. 121 a 128; Col. 125 a 132;
Crica.294a298;Cuba98a I05;Ch. 121a I36;Dom.86a 107,123,209a
221; Ecu. 130 a 155; Sal. 340a349; Guat. 381 a390; Hai. 63 a 80,92 a94;
Hai. 170a 182;Ho11.322a334,336a342;Méx.130a138,140y 141;Njc.
501 a 523; Pan. 301 a 309; Par. 273,274,286 y 287; Peni 346a 353; Ur. 140
a145;Ven. 144a152.

Orden púbüco, Arg. 2 13 bis; Cuba 200 y 201; Par. 234,235; Perú 3 15

Patrimonio cultural, Sal. 223 a225; Perú 226 a23 1

Peculado, Arg. 261 y 262; Bol. 142y 143;Bras. 3 12 y 3 13; Coi. 133a 139;
Cnca. 354 y 355; Dom. 169a 173;Ecu. 257; Sal 325 y 326; Guat. 445 y 446;
Méx.223; Pan. 322 a328; P e ~ 3 8 y7 388; Ur. 153a 155;Ven. 195.

Prevaricato, Arg. 269 a272; Bol. 173a 176; Bm. 355; COL149a 151,175;
Crica. 350a353; Cuba 136a 139;Ch. 223 a232;Dam. 166a 168;Ecu277
a284; Sal. 310 a 3 16; Guat. 462 a467; Hai, 128y 129;Hou. 378 a382; Méx.
Privación deübertad,Arg. 141 a 145; Bol.292; Bms. 148; Col. 268 a275,
278; Crica. 191 y 192; Cuba279 a283; Ch. 141; Doin. 341 a344; Ecu. 180
a l86;Sal. 148a 152,290 y 291;Guat. 201 a205,424;Hai. 89 a91,289 a
293; Ilon. 192 a 196; Méx. 364a366; Nic. 226; Pan. 151 a 160; Par. 124 a
127; Perú 152 y 153; Ur. 281,285 a287,346; Ven. 175,177 a 183.

Prostitución,Arg. 125 bis, 126,127 a 127 ter; Bol. 321 y 322; Bns. 227 a
232; Col. 308a 312; Crica. 169 a 172; Cuba302; Ch. 367; Dom. 334 y 335;
Ecu. 528; Sal. 169 a 173;Guat. 191 a 194; Hon. 148y 149; Méx. 206 a208;
Nic. 202 a204,552; Pan. 228 a231; Par. 139y 140; Perú 179 a 182.

Quiebra,Arg. 176a 180; Bol.343 y 344, Crica. 231 a235;Ch. 337;Doin.402


a404;Ecu. 576a578;Sal. 241 y 242;Guat. 348a354;FIai.334;Hon.233 a239;
Nic.297a301; Pan. 386a388:Par. 178:Pefj209a213;Ven. 342 y 343.

Recursos naturales, Col. 242 a247; Sal. 253 a263; Perú 304 a 3 14.

Resistencia alaautoridadv. Atentado

Revelación de secretos, Arg. 222 a 224

Robo,Arg. 162 a 167; Bol. 326a332 y 350; Bras. 155a 157:Col. 349 a354;
Crica. 208a213;Cuba322a330;Ch. 432 a456;Dom. 379a401;Ecu. 547
a556; Sal. 207a213; Guat. 246~255,332;Hai.324 a333; Hon. 217a221,
223 a226; M$%.367 a 381; Nic. 263 a278; Pan. 181 a 187;Par. 160a 173;
Perú 185 a 191; Ur. 340a344; Ven. 463 a465.

Salud pública, Arg. 200 a208; Bol. 216a219: Bras. 267 a285; Col. 203 a
206; Crica. 261 a272 bis;Cuba 187a 199:Ch. 313 a322;Dom. 358a360;
Ecu. 428 a437; Sal. 271 a278; Guat. 301 a 3 12; Hai. 304a 306; Hon. 180 a
191;Mhx. 193a199,280y281;Nic.331 a337;Pan.246a264;Par. 197a
212;Perú286a303; Ur.2lXa226;Ven.364a373.

Secuestro v. Privación de libertad


Seguridad publica v. Estragos, Transporte

Seguridad exterior a la nación, Arg. 2 14a 2 18;Bol. 109a 1 16,119y 120,


135a 137;Col. 1 1 1 a124;Crica.277a293;Cuba91 a97,110a 115,124a
128;Ch. 106 a 120; Dom. 75 a 85; Ecu. 115a 129; Sal. 350a360; Guat. 359
a375; Hai.57a62; Hon. 302a317; Méx. 123 a 129y 148; Nic. 528a548;
Pan. 287~1300;Par. 269 a272,282 a285,288; Perú 325 a343; Ur. l32a 139;
Ven. 128a 143,154a 165.

Servicio militar, Cuba 171

Servidumbre, Arg. 140; Bol. 291; Bras. 149; Crica. 189; Ecu. 188 a 190;
Guat. 202; Nic. 229; Ur. 280; Ven. 174.

Sufragio, Col. 248 a258;Ch. 137;Doin. 109a 113; Ecu. 167a 172; Sal.
295; Guat.407;I-Iai. 8 1a 84;Méx.401 a410; Par. 275a281; Perú354a3M).

Suicidio, Arg. 83; Bras. 122; Crica. 115; Cuba 266; Penj 113; Ur. 3 15

Sustracción de menor, Arg. 146 a 149; Bol. 246 y 247; Bras. 248 y 249;
Crica. 184; Ch. 142,357; Dom. 345,354 a357; Ecu. 543 a 546; Sal. 202 y
203; Guat. 209a213; Hai. 300a303; 1Ion. 197a200;Nic. 227; Pan.212;
Perú 147y 148; Ur. 283 y 284.

Terrorismo, Col. 187; Cuba 106a 109; Ecu. 160a 166; Sal. 343; Guat. 391
a393; Hon. 335; Méx. 139;Nic. 499 y 500; Perú3 19 a 324.

Torturas, Arg. 144 ter a quinto; Bol. 295; Col. 279; Ecu. 187,204 a 208;
Sal. 297; Guat. 425; Par. 309; Perú 32 1.

Tráfico de influencias, Arg. 256 bis; Bol. 146; Bras. 332; Col. 147; Cuba
151; Sal. 336; Méx. 221; Perú 400; Ur. 158 bis; Ven. 233.

Traiciónala nación v. Seguridad exterior del Estado

Ultrajes a cultos y difuntos,Bras. 208 a212; Coi.294a297;Cnca. 2 0 6 ~


207; Ch. 138 a 140; Ecu. 173 a 177; Sal. 296; Guat. 224 y225; Hai. 219a
223; Hon. 210a213; Nic. 248 a254; Pan. 148 a 150; Par. 23 1a233; Peni
318;Ur.304a3W2Ven. 168a173.
UItraje alos símbolos,Arg. 222; 801.129 y 141;Col. 117; Cuba203y 205;
Guat. 416; Méx. 191y 192; Pan. 300;Peni 344y 345.

Ultrajes al pudor v. Exhibicionesobscenas

Usura,Arg. 175bis; Bol. 360 y 361; Crica. 236a238;Guat. 276 y 277;


Hon. 244 a247;Nic. 302 a306; Par. 193.

Usurpación,Arg. 181,182;Bol.351 a356; Bras. 161;Col.365 a369;Cnca


225 a227;Cuba333; Ch..457a462; Sal. 219 y 220; Guat 256a2M); Hon. 227
a232; Méx. 395 y 396; Perú 202 a 204, Ur. 354 a 357; Ven. 473 y 474.

Usurpación de autoridad, Arg. 246; Bol. 163;Bras. 324 y 327; Col. 161 a
163;Cnca.310y311;Cuba14Sy149;Cb.213,214y221;Doni. 127a131,
196y 197;Dom. 258 y 259; Ecu. 236; Guat. 335,426 a428; Guat. 433; Hai.
157y 158,217y218;Hon.292;Méx.250;Nic.288a292,363a368,430a
433;Pan. 343; Par. 241;Perú 361; Ur. 166; Ven. 214.

Violación de domicilio,Axg. 150a 151; Bol. 298 y 299; Bras. 150;Col. 284
a287;Crica. 2My205;Cuba287y288;Ch. 144y 145;Ecu. 191a 196; Sal.
188a 190,299y 3W,Guat. 206 a208,436 a438; Hon. 202 a 205; Méx.285
a 2 8 2 Nic. 244 a248; Pan. 163 a 165; Par. 141; Peni 159y 160; Ur. 294 y
295;Ven. 184y 185.

Vioiación de serretos, Arg. 153a 157;Bol. 300 a 302; Bms. 151 a 154,325
y 326; Coi. 288 y 289; Cnca. 196a203;Cuba 129 a 132,289y 290; Ch. 146;
Dom.377~378;Ecu. 197a202:Sai. 184a 187,301y 302;Guat,217a223,
422;Hon.214y215;Méx. 173a176,210yZll;Nic.238a243,401a404;
Pan.166a171;Par. 144a149,315a317;Ped154a158,161a165;Ur.296
a3M;Ven. 186a 190.

Violación deseUosy documentos,Arg. 254 y 255; Bras. 336; Crica. 3 12a


314;Cuba 168;Ch. 270;Dom. 249a256;Ecu.240a245;Guat.417 y 434;
Hai.207a214;Hon.358 a360; Méx.187y 188; Pan. 347 y 348; Ur. 168 a
170;Ven. 230~232.
MANUAL DEL USUAFUO
MANUAL DEL USUARiO

Para efectos dc explicación se designara como D:\a la unidad


correspondiente al lector de discos ópticos (CD-ROM).En caso
de que su unidad lectora corresponda a alguna letra diferente,
deberá sustituirse la D por la que su equipo tenga asignada.
Encienda la computadora, coloque el CD-ROM en el lector de
discos compactos y realice los siguientes pasos:
Para Windows 95 y posteriores

Este disco presenta la característicade ser autoejecutable. Lo


que significa que al introducir el Disco Compacto,
automáticamentecomienza la instalación; por lo que se sugiere
seguir las instntccionesqueel mismo prognuna va solicitandoen
pantalla.
1. Haga click con el rnouse, en el botón CONTINUAR
2, tíaga t-iickeon el mouse, en el 6 0 t h ACEPTAR
3. Una vez concluida la instalacibn hagadoble click en el icono
"ILANUD.", pan su consulta en el programa.
11.- ~ N I C I DEI.
U PROGRAAlA

En Windows 95 y posteriores:
Una vez concluida la instalación del programa, para ejecutarlo
active el menú Programas.
Encuentre el subtema SCJN, generado por el prognima de
insralación y por Ultimo haga un 'Iick sencillo con el mouse en el
icono "Códigos Penales Latinoaniericanos 2000".
Descripción General

El menúprincipaldel sistema de consulta de Códigos Penales


contiene las siguientes opciones:
El botón Cddigos Penales muestra una pantalla con el listado
general de Leyes.
E1 botón ILANUD muestra una pantalla de texto, que señala la
nahlraieza, objetivo, actividadesy colaboradores del Instituto
Latinoamericano de Naciones Unidas para la prevención del
delito y tratamiento del delincuente

El botónPreienfaciÓn muestra una pantalla de texto, que ofrece


una introducción del sistema por parte del Presidente de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Ministro Genaro David
Góngora Pimentel y el Dr.E l i a s C m , Director del Instituto
Latinoamericanode Naciones Unidas para la Prevención del
Delito y Tratamien del Delincuente.
El botón Ayuda, muestra el índice general de Ayuda y que
permite al usuario acceder a un tema determinado.
El botón SCJN muestra una pantalla de texto, que señala el
origen, función, naturaleza y colaboración especial de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación de México.

El botón Agradecimientos muestra el listado de las personas


que colaboraron en la compilación, cotejo e investigación del
presente disco compacto.
El botón Solír da por terminada la sesión de consulta del
programa, y regresa el control al sistema operativo Windows.
Manual del Usuario

1V.- MENÚPRINCIPAL
Esta pantalla, es el inicio para la navegación del programa. Su
propósito es presentar la información contenida en el Disco
Compacto,en forma organizada,para facilitar la localización de
larnisrna.
Para elegir cualquiera de las opciones, coloque el puntero del
mouse en el botón correspondiente y haga un click sencillo.

Esta pantalla, le permite localizar un tópico dentro del número


total de Códigos Penales. Para consultar dichos Códigos, el
programa l& presentará en la ventana de consulta de
Legislación.
Consulta de LegisIaei6n
A través de esta ventana, se realiza la consulta de todos Los
Códigos Penales Latinoamericanos, por lo que se encuentra
dividida en varias secciones.
En la parte superior se localizan dos banas horizontales,con las
sibwientescaractcnsticas:

A. Menú
B. Barra de herramientas
C. Barra de mensajes
La mayor parte de la pantalla, es ocupada por cuatro carpetas,
cuyos separadores tienen las denominaciones:
D. índice de Normas Jundicas
E. Texto por artículo
F. Texto completo
A. Menú Consulta de Legislación
Esta herramienta agrupa todas las opcioncs que ayudarán para
la consulta de los Códigos Penales. No obstante, las funciones
más comunes están disponibles, a través de la barra de
hemmienias.
El menú está formado por:
a) Archivo
b) Edición
c) Configuración
d) Ayuda
Para ver el contenido de cada una de las opciones del menú,
deberá seleccionar con el puntero del mouse, o bien utilizar la
combinación de teclas simultáneamente:Alt +letrasubrayada.

Forma parte del menú de la ventana de consulta de Legislación,


y se encuentra localizado en la parte supetior.
Archivo está formado por:
"Impimir
4 Configurar impresora
+Salir

Esta herramienta permite la impresión del número de artículos o


líneas que comprenda unordenamientojutidico. Para imprimir,
deberá seleccionar la opción Imprimir, que se encuentra
localizada en Archivo del menú de la ventana de consulta de
Legislación; o también se puede seleccionarcon el puntero del
m o w el botón ilustrado con una impresora.
Manual del Usuarw

La carpeta que se encuentra en primer plano, controla la


impresión; por ejemplo, si el índice de Normas Jurídicas se
encuentra activo, el programa imprimirá la lista completa de
Normas contenidas en el disco. El resultado de la impresión de
cada foldcr sera
lndirrde.l'ornta.\ Jurírlicub: l : Iie~-r~inir.iiia
~ iinprime la lista
c Cúcligos I'cndlcs Laiitio~iiiericanoscontenidos
coniplct:i ~ l los
en el disco, ordenados alfabeticamentepor nombre del país.
Antes de iniciar la impresión, usted podrá elegir entre imprimir
todo o sólo una parte.
Texto por artículo: Esta herramienta imprime el texto del
artículo que se presenta en la pantalla. Por lo que en la caja de
diálogo se puede seleccionar entre imprimir todo o sólo una parte
del texto.
Cuando previamente ha utilizado la herramienta de búsqueda
por palabras, éstas aparecerán en color rojo y subrayadas en
pantalla, en consecuenciaal imprimir dichas palabras, también
serán subrayadas.
Texto completo: Esta herramienta tiene las mismas
caracteristicas que tertopor artículo.
Además de poder obtener una copia en papel de la información
deseada, en textopor artículo y t a t o completo, usted puede
hacer una copia en disco flexible, utilizando el botón Guardar
en archivo ...

El diálogo de Guardar en archivo..., le permite definir en que


unidad se encuentra el archivo deseado; en caso de que el archivo
indicado ya exista, el programa le solicitará que confirme su
requerimiento. Por lo que deberá seleccionar Si, para indicar
que desea reemplazar el contenido del archivo existente, NO
para regresar al diálogo de Cuardurcom...,y seleccionarobo
nombre de archivo.
Confi~uraciónde impresora
Esta herramienta permite configurar su impresora,al seleccionar
la opción del mismo nombre, que se localiza en Archivo, del
menú de la ventana de consulta de la Legislación.
Salir del programa
Para salir del progmma seleccione laopción del misiilo nombre,
que se encuentra en Archivo del menú principal.
Para confirmar su elección, el programa le mostrará la ventana,
dónde deberá seleccionarSZpara salir del programa, NO para
continuar la sesión de trabajo.

Asistente de búsaueda por palabra


Para utilizar el asistente de búsqueda por palabra, debe
seleccionar la opción del mismo nombre que se encuentra en
Edición, del menú de la ventana de consulta de Legislación; o
bien seleccionar de la barra de herramientas, el botón ilustrado
con una lupa.
Este asistente le permite buscar palabras dentro del texto de
todas las Normas Jurídicas, o en cada una por separado.
Las herramientas de búsqueda con las que esth dotado el sistema,
sonlas siguientes:
Búsquedaporpalabra: Dentro de la caja de diálogo, de la
sección edición, se selecciona asistente de búsqueda por
palabra:
1:-Deberán teclearse la(s) palabra(s) a buscar.
2.- Seleccionar en que parte de la norma jurídica se desea la
búsqueda.
Manual del Usaario

3.- Seleccionar el nivel entre cualquierparte del texto o en el


mismo articulo.
4.- Aparecerá el fango de búsqueda en la ppae inferior del cuadro
de diálogo.
5.- Oprimir con el puntero del mouse el botón Buscar.
6.- A continuación el sistema mostrará una nueva pantalla con el
resultado de la consulta.
Operadoreslógicos:Adicionalmente a la búsqueda de palabras,
el sistema del cd-rom, cuenta con la opción de utilizar distintos
operadores lógicos, para efectuar consultas más certeras o
concretas.
Estos operadores son:
Y: Efectúa la localizaciónde normas o artículos,que contengan
dos o más palabras al mismo tiempo.
Ejemplo: pena y muerte, arrendador y arrendatario, robo y
fraude.
O:Efectúa la búsqueda de normas o artículos, que contengan
una u otra palabra de las que se incluyeron en la caja de diálogo
del asistente de búsqueda por palabra.
Ejemplo: fraude o robo, homicidio o suicidio, departamentoo
casa.
Comodines: Con la finalidadde dotar al sistema de una mayor
precisión en su búsqueda, el disco cuenta con la herramienta de
comodines.
El comodín se maneja con el símbolo *(asterisco) y puede ser
colocado al final de la palabra. Se recomienda el uso moderado
de esta hemienta, debido a que el resultado puede ser superior
en número y tiempo.
Ejemplo: menda*, hornicid*, constitud*.
Para utilizar copiar alportapapeles,puede seleccionar la opcióit
del mismo nombre, que se encuentra enEdicicNz del menú de la
ventanade consulta de Legislación; o bien seleccionar de la barra
de herramientas, con el puntero del mouse el botón ilustrado
con dos hojas de papel, o también a través de la combinación
simultánea de las teclas CtrltC.
Ésta opción funciona de manera diferente, de acuerdo al folder
que se encuentraactivo, pudiendo arrojar los siguientes resultados:
hdice de Normas Jurídicas: Copia al portapapeles el título
de IaNoma Jurídica seleccionada. El progranlale permite copiar
Únicamente un título.
Textopor artículo: Copia al portapapeles el texto del articulo
seleccionado. Copia todo el artículo cuando no ha sombreado
alguna región. En caso de que el articulo sea muy grande, deberá
sombrear sólo una parte del artículo.
Texto completo: Copia al portapapeles la sección de la Norma
que haya sombreado previamente. En este caso siempre es
necesario haber sombreadoalguna parte del texto.
Para utilizar la herramienta restublecer índice completo, deberá
seleccionar la opción del mismo nombre que se encuentra en
Edición, del menú de laventana de consulta de Legislación; o
bien seleccionar de la barra de herramientas, con el puntero del
mouse el botón ilustrado con la flecha apuntando hacia arriba.
Es importante señalar, que cuando usted utiliza el asistente de
búsquedaporpalabra, estando activo el índice de Normas
Jurídicas, el número de estas se reduce mostrando sólo aquellas
en las que aparecen las palabras buscadas; por lo que deberá
utilizar restablecer índice compiefo,para volvera mostrar todos
los Códigos Penales contenidos en el Disco.
Manual del Usuario

1:sta hcrr~niicniüti~rniüp:tric dcI nienu pl.incip:iI, y sc encuentra


1ocnliz;id~cii la p:irtc superior dc I:r paritrrlla.
Esta herramienta, permite al usuario personalizar y ajustar el
programa, de acuerdo a las caractedsticas de cada computadora,
y gusto personal.
La ventana de configuración se encuentra dividida en varias
carpetas:
Base de datosprincipal.- Define la ruta de la base de datos,
en donde se encuentra toda la información; por lo genadl no es
necesariomodificarla, pero en caso de que la letra que identifica
su unidad lectora de CD-ROM sea diferente a "D", deberá
cambiarla por la letra apropiada.
Base de datosdeindica- Define la ruta del archivo, en donde
se encuentran los índices; por lo general no es necesario,
modificarla, pero en caso de que la letra que identifica su unidad
lectora de CD-ROM sea diferente a " D deberá cambiarla por
la letra apropiada.
Base de datos temporal.- Define la ruta de la base de datos
que se utiliza durante la ejecución del programa para guardar
información temporalmente. Este archivo se copia en su disco
duro durante el proceso de instalación del programa, por lo
general no es necesario modificarla ruta.
Archivo deseguridad (Systm.mda).- Indica la ruta del archivo
de seguridad, el cual es indispensable para poder utilizar el
programa; por lo general se encuentra en la misma ruta que ia
base de datos principal.
Mostrar animación al iniciar elprograma- Al activar esta
opción, lepermitim ver lapo- animadadelpmwacuando
inicia su ejecución.
Abrir ayuda al iniciar elprograma- Si se encuentra activa
esta opción, le muestra automAticamentela ayuda del progama,
cada vez que iniciasu ejecución.
Mostrarpresentación al iniciar.- Esta opción le permite leer
la carta de presentación del Disco Compacto.
Mostrar créditos al terminar el programa- Si se encuentra
activa esta opción, el programa le presentará los créditos del
programa al terminar su sesión de uso y consulta del disco
compacto.
Archivo de ayuda- Indica la ruta del archivo Ayuda para
Windows,por lo que el proceso de instalación lo copia a su
disco duroy crea autodticamente el icono deacceso.Asimismo
también podrá consultarlo en la raíz de su disco compacto.
Archivo ejecutable de animación.- indica la nitadel archivo
con la portada animada del progama. Esta se localiza en la raíz
de sudkm compacto,por log&aalno es necesariomodificatla.
~eroencasode~ue i ~ l e t m , ~ identifica
ue su unidad lectora dc
CD-ROM sea diferente a "D"dcberá cambiarla por la letra
apropiada.
Directorio de archivos para reportes (*.RPT).- Estos
archivos son indispensablespara poder imprimir dentro del
programa,por lo general, se encuentran en la misma ruta que la
base de datos principal.
Fuente- Le da la oportunidad, al usuario, de establecer las
propiedades que tomará por omisión la fuente que se muesba
en el texto que aparece en la pantalla. Cabe recordar que en
caso de color y algunos tipos de fuentes no se efectúan los
cambios, debido a la confguraciónde la máquina.
Ficente k v & - Esta opción, leproporciona la oportunidad de dar
formato altexto presentadoen ik&pur ~ u i o .
Manual del Usuario

Esta herramienta se encuentra en la parte superior de la pantalla,


forma parte del menú de la ventana de consulta de Legislación.
Para invocar la ayuda, debe seleccionar la opción indice que se
encuentra en Ayuda del menú principal; o también se sugiere
seleccionarcon el puntero del mouse el signo de interrogación,
que se localiza en ia barra de herramientas.
Dentro de la ventana de ayuda, se despliega la persiana con:
+ Índice (muestra el índice principal de la ayuda)
ei Búsqueda ayuda sobre.. .(presentala herramienta de búsqueda
por palabra en la ayuda, la cual permite buscar un tema por
medio de una palabra relacionada).
4 Uso de la ayuda.. . (explica como utilizar la ayuda).
$- Acerca de.. .(indica la versión del programa y los créditos
del autor)
B. Barra de herramientas
Se encuentra localizada en la parte superior de la ventana de
consulta de Legislación, y está formada por un conjunto de
botones ilustrados. Esta barra es sensible al contexto, por lo que
el número de botones que puede presentar en un momento dado,
está detenninado por la carpeta activa.
Los botones de la barra de herramientas con las flechas
izquierda y derecha, le permiten con el puntero del mouse,
desplazarseentre los renglones hacia arriba y abajo. Esta misma
función la puede realizar, con las teclas de flechas, que tiene su
teclado. Los botones son sensibles al contexto y responderán
de manera diferente de acuerdo al folder activo.
El botón, que se encuentra ilustrado con la imagen de unos
binoculares,sirvepara locaiizaralguna(s) paiabia(s) en e1~stado
general de leyes, ya sea en el texto de la norma o en la
denominación de la misma
Trathdose de esta herramienta, en las carpetas de reformasy
texto por artículo, usted podrá localizar rápidamente las partes
de la Norma Jddica en la que se localizó lapalabra a buscar;
toda vez que tanto el arh'culo que contiene lapalabra (en el índice
de reformas), como dentro del texto del artículo, ésta aparecerá
de color rojo (gcneralmcntc).
También se puede cambiar el estilo y tamaño de lafuente a
utilizar, así como, el color de la letra, esto con el objetivo, de que
pueda dar una mejor lectura en pantalla.
C. Barra de mensajes
Ésta se encuentra en la parle inferior de la ventana de consulta
de Legislación. Asimismo, proporciona informaciónrelacionada
con la posición del cursor y el número de renglones seicccionados
para copiar al portapapelcs.
D. Índice de Normas Jurídicas
Éste forma parte de laventanade consultadeLegislación, siendo
su propósitopresentar la lista de Normas Jurídicas incluídas en
el disco. Dicha lisia se encuentra dividida en tres columnas, bajo
las denominaciones Título, Categoríay Entidad.
En la parte izquierda de la lista de Normas Jurídicas, aparece un
símbolo en forma triangular, que indica cuál es el ordenamiento
jurídico seleccionado.
En la barra de información, se presenta el númcro total de
Normas Jutídicas.Al utilizar el asistentede búsqueda por palabra,
el número deNormm puede disminuir, debido a que solo estará
visualkmdo aquellas que cumplan con los criterios establecidos.
Para ver nuevamente el número total dcNormasJurídicasutilice
la opción RestabZeeer índice.
Manual del Usuario

E. Texto por artículo


Esta carpeta presenta el texto completo de la Noma Jurídica,
dividido por artículos. Del lado izquierdo de la ventana aparece
un índice, a través del cual se puede navegar y seleccionar
facilmentelos artículos,cuyo texto desea consultar.
Junto al índice de artículos, con una etiqueta con letras grandes,
aparece indicado el articulo que se está consultado.
Los textos en colorrojo, indican los artículos que son el resultado
de la búsqueda por palabra.
En la barra de herramientas aparecen cuatro botones, con la
ilustración de una lupa, que le ayudan a desplazarse entre los
artículos marcados o bien para navegar hacia el inicio o final de
la norma jurídica.
Para localizar rápidamente un artículo, escriba el número del
articulo deseado en lacajade texto, que se encuentra en la parte
superior del índice de artículos.
Conforme escribe el número del artículo, el programa
automáticamente lo localiza. También podrá utilizar los botones
que aparecen debajo de la caja de texto para localizar el siguiente
articulo que reúna alguno de los digitos.
Ejemplo:
Localizar el artículo con el numero 26.
La búsqueda arrojara los articuíos 26,126,226,326, ...
F. Texto completo
A diferencia de Textopor artículo, esta carpeta presenta el
texto completo del ordenamientojurídico seleccionado.
El programa realiza el proceso de carga del texto de laNorma
automáticamenie. El proceso de preparación del texto, por lo
general es muy rápido, no obstante en caso de que fa Norma
Jurídica esté formada por mil o más artículos, es posible que el
proceso tarde más de lo normal.
Cabe resaltar que durante la ejecución del proceso, puede
seleccionar el botón cancelar en cualquier momento, y el
programa le solicitaráque confimc la acción.
Como hemos mencionado anteriormente, cuando la Noma
Jundica está compuesta por cientos de artículos, el proceso de
prcpurnci0n del texto piic~lr.totiiar mis ticinpo: pui. lo ~ l i i iCI'
progam:i Icpciniirc cst;ible~.erI;i sccci0ii iIe la Norniii Juri(iicii
que dcsra cotisultiil., ) clcl>cr-5seleccionar el botún SI.
Ejemplo:
Una vez que hayamos seleccionado 1aNormaJurídicapor texto
completo, deberemos cancelar el proceso de preparación;
inmediatamente aparecerá un cuadro de diálogo solicitando la
confirmación, por lo que deberemos hacer click con el botón
del mouse enSI; y posteriormente, únicamente seleccionaremos
el rango de la sección de la norma jurídica que se desea consultar
(rangoinicial: artículo 80,rangofinal articulo 89). Finalniente
se seleccionará el botón Aceptar. Este proceso hará que la
preparación del texto, sea mucho más rápido para desplegar.
Puede marcar conjuntos de renglones continuos, para copiarlos
al portapapeles y h.ansportarlos a otra aplicación de Windows.

Para salir del programa, seleccione la opción delmismo nombre,


que se encuentra en Archivo del rnenúprincipai.
Para confirmar su elección, el progama le preguntará si desea
terminar su sesión. SeleccioneSI para salir del programa, NO
para continuar la sesión de trabajo.

BIBLIOTECA DE LR
DkllA CORTE DE JUSTICIA DE LA K%&
Cofaboración Especial

Suprema Corte de Justieia de la Nacidn

Dr. Héctor A. Hermoso Larragoiti

Dra. Aurora Basterra Díaz


Lic. Enrique Foriunat Delgado
C. Francisco José García Toriz
Lic. Graciela Gómez Audiffred
Lic. Juan Carlos Góngora López
Dra. Ana Eloisa Heredia Garcia
C. Nancy Parra Garduño
Lic. Jacqueline Reyes Galicia
C. Alejandra Saucedo Gonzalez
Lic. Oscar Enrique Zarate Cedillo
La edicibn de la presente obra estuvo a cargo de la
Dirección Geneml de Documentación y Análisis
Se hprimiaon 3,000ejmplam
Ciudad de M6xic0, juniodel 2000

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