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El desarrollo educativo en nuestro país y en todos los países del mundo se nutre de tres
grandes cosas:
Todo lo anterior sirve para enmarcar y reconocer que en estos momentos vivimos una
profunda crisis de ideas pedagógicas de vanguardia y los estilos de práctica se han tornado
predecibles y recurrentes, es decir, lo que antes educaba hoy ya no educa de la misma
manera ni con la misma intensidad, e incluso las condiciones contextuales han cambiado.
Necesitamos un cambio en educación, un verdadero cambio que contribuya a que las cosas
realmente cambien. Dicho cambio no puede venir de la política porque ahí los intereses
están pervertidos de origen, ya que lo que interesa no es un mejor desarrollo educativo sino
mantenerse en el poder o disputar el poder si éste no se tiene. Tampoco el cambio educativo
puede provenir de las viejas ideas o de los paradigmas que hace algún tiempo fueron
vigentes, sus propuestas ya se agotaron: el conductismo, el constructivismo, las
competencias, el cognoocitivismo, las pedagogías centradas en el sujeto, en el contexto, en
la acción, también ya agotaron todo su potencial teórico y practico.
Habría que pensar entonces en un modelo diferente, alternativo, en un modelo educativo
nuevo; que emerja de las aportaciones anteriores (de la nada no podemos sacar algo), sin
embargo no se trata de un reduccionismo ecléctico, ni tempo de buscar el modelo ideal,
desde ahora sabemos que este no existe, ni existirá nunca.
El modelo en cuestión que articule ideas, práctica y fundamentos, debería construirse cada
día, reinventarse y evaluarse sistemáticamente. Su origen está en la capacidad de responder
a las necesidades, a las demandas en educación no a la oferta, de reconocer los problemas
actuales de una sociedad en movimiento y de responder a las diversidades y a las
asimetrías, de buscar educar lo que no ha sido educado.
https://revistaeducarnos.com/el-desarrollo-de-la-pedagogia-y-la-necesidad-de-nuevas-ideas-en-
educacion/