Hacia finales de los años 80 la educación por la paz gira hacia enfoques
prácticos, y pone el acento en la convivencia dentro de la comunidad
cercana (el aula, la escuela, el barrio, etc.). Se pretende preparar para
participar de forma activa y responsable en la construcción de una cultura
de paz actuando desde la propia comunidad con programas de tratamiento
no violento de conflictos.
En los años 90, la educación por la paz se ha relacionado con la educación
intercultural. Gracias a las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación se entablan contactos entre diferentes pueblos y personas,
con experiencias diversas y se tiene acceso a materiales, experiencias,
centros y personas que trabajan en la Educación por la Paz en contextos y
con situaciones de conflicto y violencia muy distintas.