Son aquellas transacciones cuyo importe se exige o designa en moneda distinta de la funcional.
Moneda funcional: Es la moneda del entorno económico principal en el que opera la empresa.
Ej: En España es el Euro, en América el Dólar.
Partidas monetarias: son el efectivo, así como los activos y pasivos que se reciben o pagan con
una cantidad determinada o determinable de dinero. Se incluyen: los préstamos y partidas a
cobrar, débitos y partidas a pagar y las inversiones en valores representativos de deuda que
cumplan los requisitos anteriores.
Partidas no monetarias: son los activos y pasivos que se reciben o pagan con una cantidad no
determinada ni determinable de dinero. Se incluyen, los inmovilizados materiales, inversiones
inmobiliarias, fondo de comercio, existencias, inversiones en el patrimonio de otras empresas
que cumplan los requisitos anteriores, anticipos a cuenta de compras o ventas, los pasivos a
liquidar mediante un activo no monetario...
Valoración inicial
Se puede utilizar un tipo de cambio medio del período que será como máximo mensual, para las
transacciones que tengan lugar durante ese intervalo, en cada clase de moneda extranjera en que éstas
se hayan realizado, salvo que dicho tipo haya sufrido variaciones significativas durante el intervalo de
tiempo.
Valoración posterior
Al realizar una valoración posterior de los saldos de las operaciones realizadas en moneda extranjera el
PGC 07 nos obliga a distinguir entre:
Partidas monetarias.
Partidas no monetarias.
Partidas monetarias
Para valorar las partidas monetarias al cierre del ejercicio se deberá aplicar el tipo de cambio de cierre
(tipo de cambio medio de contado existente en esa fecha).
Las diferencias de cambio, positivas o negativas, se reconocerán en la cuenta de pérdidas y ganancias
del ejercicio donde surjan.
En el caso de activos monetarios disponibles para la venta, las diferencias producidas por la variación del
tipo de cambio entre la fecha de la transacción y la fecha del cierre del ejercicio, se realizará como si
dichos activos se valorasen al coste amortizado en la moneda extranjera, de modo que, estas diferencias
serán las resultantes de las variaciones en dicho coste amortizado consecuentes de la variación en los
tipos de cambio, independientemente de su valor razonable.
Las diferencias de cambio se imputarán en la cuenta de pérdidas y ganancias, y los otros cambios en el
importe en libros contables de estos activos financieros, se imputarán directamente en el patrimonio
neto de acuerdo a lo establecido en el apartado.
Ejemplo
La sociedad «GIGONSA» abre una cuenta corriente en dólares ingresando 50.000 $ al tipo de cambio de
1 $ = 1 €. Esta sociedad adquiere un ordenador por 5.000 $ pagando al contado. El tipo de cambio es de
1 $ = 0,80 €.
En la adquisición del ordenador se han liquidado 5.000 $ por lo que de acuerdo con la norma de
valoración 11.ª la diferencia se imputará a la cuenta de Pérdidas y ganancias.
En este momento debemos valorar los 45.000 $ de la cuenta corriente al tipo de cambio vigente al
cierre, reconociendo la diferencia en el resultado del ejercicio tanto si es positiva como negativa.
El ordenador adquirido será objeto de amortización y, en su caso, corrección por deterioro sobre el valor
de 4.000 €.
Concepto Debe Haber
La venta de mercancías a plazos, requiere del lleno de unos requisitos para obtener las
ventajas del sistema, que en cada venta se obtiene una utilidad diferida la cual se realiza en
la medida de la recuperación de la cartera.
1. De la suma de los ingresos efectivamente recibidos en el año o período gravable por cada
contrato, se sustrae a título de costo una cantidad que guarde con tales ingresos la misma
proporción que exista entre el costo total y el precio del respectivo contrato.
2. La parte del precio de cada contrato que corresponde a utilidades brutas por recibir en
años o períodos posteriores al gravable, debe quedar contabilizada en una cuenta especial
como producto diferido por concepto de pagos pendientes de ventas a plazos.
3. El valor de las mercancías recuperadas por incumplimiento del comprador, debe llevarse a
la contabilidad por el costo inicial, menos la parte de los pagos recibidos que corresponda a
recuperación del costo. Cuando, en caso de incumplimiento del comprador, no sea posible
recuperación alguna, es deducible de la renta bruta el costo no recuperado. (Art. 95, E.T.)
En muchos casos se hace coincidir el valor de la cuota inicial con el valor del impuesto al
valor agregado, esto quiere decir que no financian el IVA., sin embargo, cuando se hace el
financiamiento general de la deuda causa a su vez nuevo IVA y el financiamiento del IVA no
causa IVA, lo cual complica los cálculos de la cuota fija.
Consignación
Desde el punto de vista del consignador, la consignación es una consignación remitida; desde
el punto de vista del consignatario, es una consignación recibida. A veces se hace referencia a
una consignación remitida llamándola simplemente remesa o embarque, y, de la misma
manera, a una consignación recibida suele designársele simplemente con consignación. El uso
de esos términos no es recomendable, porque no se explican por sí mismos. Es preferible
emplear las expresiones consignación remitida y consignación recibida, o bien las de
mercancías enviadas en consignación y mercancías recibidas en consignación.
En una venta, el título de propiedad de las mercancías pasa del vendedor al comprador,
mientras que en una consignación el título de propiedad de las mercancías no vendidas sigue
perteneciendo al consignador o comitente. Hay que tener en cuenta esta distinción por tres
razones:
Para el consignador
* Por razones crediticias. Se corre menos riesgo en una consignación que en una
venta, debido a que el consignador conserva la propiedad de las mercancías hasta que
el consignatario las vende. Una vez efectuada la venta, el consignatario debe remitir
el producto de la misma al consignador.
Para el consignatario
* Debido a las fluctuaciones del mercado. Cuando los precios del mercado están
sujetos a fluctuaciones repentinas, frecuentes y considerables, es demasiado
arriesgado comprar a precios cotizados varios días antes de recibirse la mercancía y
vender a los precios que imperan después. El método de consignaciones evita este
riesgo, ya que el consignatario, actuando como agente del consignador, vende las
mercancías aprecio prevaleciente en el mercado y recibe su compensación en forma
de una comisión.