Para adaptarse a la vida en las islas Mauricio, los pájaros dodos perdieron la capacidad
para volar, y con ello padecieron también una gran regresión en la musculatura y sus
ligamentos en el esternón, además su plumaje sufrió una transformación, que se volvió
filamentoso; la cola se acortó asombrosamente y quedó provista de solo unas pocas
plumas arqueadas e incrustadas débilmente.
Ahora bien, se puede decir que el pájaro dodo era un ave de aproximadamente un metro
de altura, su plumaje era grisáceo y con un peso, según análisis realizados en el año
2012, se aproximaba a los 10 kilogramos. Por otra parte, algunas publicaciones estiman
un rango entre 9.5 y 17.5 kilogramos.
Su pico era muy largo, medía aproximadamente 23 cm, con una punta en forma de
garfio que seguramente le permitía romper las cortezas de los cocos. Sus patas eran
amarillas y muy robustas, con unas cuantas plumas rizadas en su parte de atrás. Sus
alas eran muy pequeñas, que en unión a su gran peso y un esternón escaso para
soportarlo, le negaba la capacidad de volar.
La imagen tradicional del pájaro dodo es la de un ave gorda y lerda, de ahí que se le
pusiera como primer nombre científico Didus ineptus, pero este punto de vista ha sido
puesto en duda en los últimos tiempos. Hoy en día, la opinión de la comunidad científica
es que los antiguos dibujos del pájaro dodo retrataban a ejemplares cautivos que habían
sido sobrealimentados.
Las crónicas de la época hablan de su gran apetito, lo que seguramente por su cautiverio
y con la disponibilidad de comida estas fueron las causantes de su sobrepeso.
Por lo tanto, especialistas han reconocido la fecha de 1662 como fecha oficial de la
extinción, y suponen que las avistamientos posteriores a esa fecha, corresponden a otro
ave como lo es el rascón rojo, en inglés Red Rail (Aphanapteryx bonasia). El
reconocimiento oficial de la extinción del pájaro dodo se hizo esperar hasta el siglo XIX.