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Introducción

El liderazgo juega un papel importante en la mejora de los centros educativos, ya

que no se puede dirigir empresas o instituciones del siglo XXI con estructura del

siglo XX. Toda sociedad en proceso de cambio exige organizaciones educativas con

capacidad para desarrollar competencias, innovar, buscar la calidad de sus procesos

y de una mejora continua acorde con las necesidades del entorno donde se

desarrolla.

El líder exitoso se enfrenta al cambio educativo y para ello debe comprender que

es un proceso continuo. Es decir, que es una acción planificada. Una dirección de

un centro con un líder eficaz es esencial para mejorar la eficiencia y la equidad de la

enseñanza escolar. La forma de liderazgo que ejerce un director debe ser influyente.
El Liderazgo del Docente y su Rol Frente a los Estudiantes en
Proceso de Enseñanza y Aprendizaje

El liderazgo es el conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un


individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas o en
un grupo de trabajo determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo
hacia el logro de sus metas y objetivos.
El liderazgo es el conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un
individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas o en
un grupo de trabajo determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo
hacia el logro de sus metas y objetivos.

En este mundo globalizado ser maestro es muy complejo, es un reto que conlleva
una gran responsabilidad porque se enfrentan a niños, adolescentes jóvenes y adultos
con costumbres, nivel socioeconómico y capacidades, diferentes.

El maestro de hoy debe ser un ente motivador, facilitador, un guía del proceso para
que sus estudiantes se extrapolen a distintas parcelas del saber y así, puedan ampliar
sus horizontes cognitivos. Un proceso bien orientado le brinda al alumnado las
herramientas necesarias para su formación integral.

El docente debe adaptarse al cambio del nuevo mundo digital, dominar las
herramientas informáticas, comunicarse por las distintas herramientas, producir y
saber publicar su propio material, debe convertir el aula en comunidad de
aprendizaje.

No cabe duda, que para una buena enseñanza se necesita un buen maestro. Hostos
plantea que un buen programa en manos de un mal maestro se convierte en un mal
programa y que un mal programa en manos de un buen maestro se convierte en un
buen programa. El buen maestro no se limita al mero desarrollo de contenidos
curriculares; escucha, comprende y apoya a sus estudiantes en los diferentes
problemas que presentan en su vida académica, familiar y social.
En este sentido el docente tiene que apropiarse de las herramientas que conducen a
la producción de conocimientos. De este modo, ayuda a que los alumnos conozcan y
comprendan mejor lo que sucede en su propio entorno en la región y el mundo.
También promueve el desarrollo del sentido crítico, permitiéndole la capacidad para
descifrar la realidad y adquirir la autonomía de juicio.

Es de vital importancia que el docente oriente su práctica hacia la formación de un


sujeto que esté en condiciones de aplicar lo aprendido en la vida cotidiana, que tenga
las competencias para reinventar, asumir riesgos, trabajar en equipos. Que esté en
condiciones de descubrirse así mismo, de conocer a los demás, de buscar objetivos
comunes para despertar valores como la tolerancia, la empatía, el amor al prójimo,
participar y así colaborar con los demás en las diferentes actividades humanas.

Como facilitador del proceso el liderazgo del maestro es de mucha importancia


porque ayuda a sus alumnos a ejercitar la atención, la memoria y el pensamiento.
Como ente facilitador debe privilegiar el liderazgo sobre la técnica, reconociendo
que él es mediador entre sus conocimientos y los saberes de los estudiantes.

De la teoría de la complejidad de Edgar Morín, se puede colegir, que modernizar el


proceso de enseñanza aprendizaje es vincular el área o disciplina que se está
trabajando con otros campos del saber. Esto permite que la clase resulte mucho más
interesante y motivadora para los estudiantes. Además, le da una visión de
globalidad al contenido que se está abordando, aproximándose a la forma real como
ocurren los hechos.

Un buen maestro sabe que debe mantener motivados a sus alumnos en torno al
proceso que se vive en el aula por eso tiene que hacer uso de estrategias de
enseñanza que estén acorde con la manera como aprenden los estudiantes y que al
mismo tiempo sean adecuadas para el área y contenido que les ocupa. Debe tener
presente el uso de las TIC, la pertinencia en la selección y utilización recursos
didácticos que sirvan de apoyo. De esta manera, el proceso enseñanza aprendizaje
será más lúdico, más provechoso porque se logra la integración de los alumnos y
una mayor apropiación de los conocimientos.
Claro está que el docente debe estar consciente de que el conocimiento que resulte
del proceso que conduce tiene que ser significativo, de modo que el alumnado sienta
que le sirve para la vida y que puede enseñar a otros lo que ha aprendido. En
consecuencia es responsabilidad del maestro, el diseño de una planificación
orientada hacia estos propósitos.

Cabe resaltar, que para lograr cualquier tipo de aprendizaje se necesita conocer la
teoría que lo sustenta. Por ejemplo: para lograr aprendizajes significativos en sus
alumnos, el docente necesita conocer la teoría en que éste se sustenta. En otras
palabras, si deseamos ir hacia un lugar determinado tenemos que transitar por el
camino que conduce él. No se llega por el camino equivocado.

Por tal razón, el docente debe ser conocedor de distintas corrientes pedagógicas,
teorías de enseñanza y aprendizaje, manejar los planteamientos de autores diversos
de manera que le permita obtener competencias necesarias para organizar y conducir
procesos de enseñanza aprendizaje de buena calidad.

Por todo lo anterior, se hace necesario que el docente de hoy auto reflexione sobre
sus saberes, su práctica pedagógica, el tiempo que dedica a la actualización
profesional, su postura ante el alumnado, sus colegas, su visión sobre la realidad
social, su partición en la sociedad. Dejar de ser un repetidor de conocimientos y
pasar a ser un productor de conocimientos aprovechando el espacio en el que realiza
la labor docente y los sujetos con quienes interactúa.
Conclusión

En un centro educativo, el líder debe ser un guía con objetivos y metas claras, que
escuche y sirva de enlace entre estudiantes, padres de familia y la comunidad.
También es importante que el líder tenga clara la visión de futuro, alcances,
desafíos de obstáculos; debe esforzarse por la búsqueda de la calidad educativa.
El director y los docentes demostrarán su liderazgo en la medida que logren
soluciones efectivas y equitativas a los problemas propios de su quehacer dentro y
fuera de las aulas, y puedan construir escenarios probables y deseables,
seleccionando las mejores estrategias.
Por lo tanto, en los centros educativos se requiere un liderazgo que en palabras se
debe abarcar capacidad de análisis, toma de decisiones, capacidad de persuasión y
competencias relativas a la gestión de personas, participación, relaciones
democrática y adaptación al cambio permanente, acciones que se convierten en un
reto constante para el director, supervisor y jefe de sector quienes deben adquirir un
liderazgo democrático y transformador en beneficio de las personas y escuelas a su
cargo. El liderazgo adecuado debe inspirar, motivar y llevar a cada persona a
realizar lo que le corresponde, haciendo su trabajo con calidad y de forma puntual,
requiriendo esto del líder por principio de cuentas ejemplo, iniciativa y generar
ambientes que motiven al trabajo y a los resultados satisfactorios.
Bibliografías

http://www.sabanetasr.com/rol-del-docente-en-el-proceso-ensenanza-
aprendizaje/
https://es.slideshare.net/ruizcalleja/estilo-y-liderazgo-del-docente-del-siglo-
xxi

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