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Tema del día viernes 9 de marzo del 2018

Estampas de un clan matriarcal


ARCHIVO EL COMERCIO MALI

El escritor Enrique López Albújar fue nieto de la pareja conformada


por Micaela Vilela y Agustín López, protagonistas de los retratos.

Obras donadas al MALI


Dos retratos inéditos del siglo XIX
de Micaela Vilela y su esposo Agustín
López, abuelos del escritor Enrique
López Albújar, nos permiten ahondar
en su fascinante pasado.

pie, recorriendo toda la casa,

H
JUAN CARLOS FANGACIo
dando órdenes perentorias,
yendo y viniendo del corral
ay una magné- a la tienda, y del primero al
tica combina- segundo piso, hasta dejar es-
ción de dureza y tablecido el funcionamiento
seducción en la de la vida comercial y hoga-
imagen de Micaela Vilela: el reña”.
traje negro, el cabello tensa- Y es que Vilela fue una fi-
do en un moño, flores sobre gura descollante en Piura,
la oreja, pañuelo en mano. una empresaria adelantada
El retrato, que acaba de ser a su tiempo. Comenzó con
donado al Museo de Arte de un negocio de abarrotes y
Lima (MALI), es el único de una pequeña fábrica de taba-
su tipo que se conoce hecho co, que luego se expandió a
a una afroperuana de media- una casona convertida en un Agustín López retratado por el ecuatoriano Ildefonso Páez. Los dos cuadros fueron pintados en 1853 y tienen una dimensión de 87 x 70 cm.
dos del siglo XIX. gran hotel de 50 habitacio-
En realidad, la donación nes. “Mi abuelo apenas fue nas en casa y ahora se las en triste callejuela, a seño-
recientemente recibida por un simple auxiliar”, remata extraña. Pero cuando las ra de respeto y ama de una
el MALI está conformada por López Albújar para resaltar he visto ya expuestas, me casa de gran movimiento y
dos retratos: el de Vilela (en
la portada de esta sección) y
el gravitante papel que ejer-
ció la “mamá señora” –como
he convencido de que están lujo provinciano”.
en muy buenas manos, así
“Esta donación
el de su esposo, Agustín Ló- la llamaba con peculiar mez- que estamos muy contentos —Tradición norteña— enriquece
pez, ambos pintados por el cla de respeto y cariño– en la con esta decisión”. Todo un relato fascinante notablemente

rememora los recuerdos fa- co, al origen de las pinturas. la colección


artista ecuatoriano Ildefon- estructura de su clan. López Obregón también que nos lleva, como es lógi-
so Páez y fechados en 1853.
Pero es el retrato de ella el —Aporte invaluable— miliares de Vilela y su audaz Su autor, el ya menciona- de retratos del

tuvo la visión de enviar a es- de los varios pintores qui- siglo XIX del
que atrae las miradas. “Esa Los dos cuadros fueron do- estilo de vida. “Ella incluso do Ildefonso Páez, era uno
especial fuerza de la modelo nados por los descendien-
parece haber exigido al pin- tes de los retratados. Uno de tudiar a uno de sus hijos a teños que llegaron a Piura museo”.
tor un estudio más preciso ellos, Manuel López Obre- Alemania, cuando eso era en la época. Con los años
del natural, en contraste con gón, explica que la decisión impensable en Piura. Fue se convirtió en el retratista Ricardo Kusunoki
el convencionalismo que fue tomada en memoria En el libro "De mi casona", un personaje sorprendente más importante de la élite Curador asociado de arte
domina la efigie de López”, de su padre, Manuel López de López Albújar, hay varios para la época. Una mulata piurana. colonial y republicano del
explica Ricardo Kusunoki, Arrese, apoderado durante pasajes dedicados a Vilela. que se hizo sola y consolidó “El sólido entrenamien- MALI
curador de arte colonial y re- años de las obras. Tras su fa- un patrimonio importan- to en las tradiciones locales
publicano del museo. llecimiento, la familia cayó te. Una mujer fascinante”, y la voluntad de asimilar un
La historia de esta mujer en la cuenta de lo difícil que agrega. nuevo lenguaje explican en
piurana es asombrosa y se sería llevar a cabo los traba- Sobre el ascenso vertigi- gran medida el excepcio-
puede conocer, en gran par- jos de conservación y convi- noso y la vocación empresa- nal oficio con que Páez eje-
te, por lo que escribió sobre no en cederlos al MALI para rial de Vilela, López Albújar cutó ambos retratos”, ex-
ella su nieto, el escritor En- que puedan ser preservados. escribió: “Había pasado de plica el curador Kusunoki.
rique López Albújar. En su “Por supuesto que no es inquilina a propietaria; de Una sorprendente aproxi-
libro “De mi casona”, dice so- fácil desprenderse de unas simple pulpera honesta a mación a la tradición ar-
bre ella: “Los reposos eran obras como estas –señala dueña y señora de una fá- tística del norte peruano,
raros en mi abuela. A las seis López Obregón–. Yo las con- brica y de un hotel; de pobre que hasta hoy se conocía a
de la mañana ya estaba en templaba todas las maña- cuarterona, arrinconada cuentagotas.

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