La hipertensión crónica: las mujeres que tienen presión arterial alta (140/90)
antes del embarazo, temprano en el embarazo (antes de las 20 semanas), o
seguirán teniendo después del parto.
Las mujeres que tenían la presión arterial alta o enfermedad renal antes del
embarazo
El tratamiento depende de qué tan cerca está de su fecha de parto. Si usted está
cerca de su fecha de parto y el bebé se desarrolla lo suficiente, el médico querrá
que usted dé a luz tan pronto como sea posible.
El reposo, acostada sobre su lado izquierdo para quitar el peso del bebé de los
vasos sanguíneos principales.
ETIOLOGÍA
Por lo general, la CID se debe a la exposición del factor tisular a la sangre, que
desencadena la cascada de coagulación. La CID se produce más a menudo en las
siguientes circunstancias clínicas:
Las causas menos comunes de CID son la lesión tisular grave debida a traumatismo
craneoencefálico, las quemaduras, las quemaduras por congelación o las heridas de armas
de fuego, las complicaciones de la cirugía de próstata que permiten que ingrese en la
circulación material prostático con actividad de factor tisular (junto con activadores del
plasminógeno), picaduras de serpientes venenosas, en las que ingresan en la circulación
enzimas que activan uno o varios factores de coagulación y generan trombina o convierten
directamente el fibrinógeno en fibrina, la hemólisis intravascular intensa y el aneurisma
de aorta o los hemangiomas cavernosos (síndrome de Kasabach-Merritt) asociados con
daño de la pared vascular y zonas de estasis sanguínea.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
En la CID de evolución lenta puede haber síntomas de trombosis venosa y embolia
pulmonar.
En la CID grave, de rápida evolución, los sitios de punción cutánea (p. ej., punciones IV
o arteriales) sangran persistentemente, aparecen equimosis en los lugares de inyecciones
parenterales y puede haber una hemorragia digestiva grave.
DIAGNÓSTICO
Recuento de plaquetas, TP, TTP, fibrinógeno plasmático, dímero D plasmático
Se sospecha una CID en pacientes con hemorragia o tromboembolia venosa sin causa
reconocida, en especial si existe un cuadro predisponente. Si se presume una CID, se debe
realizar un recuento de plaquetas, y evaluar el TP, el TTP, la concentración plasmática de
fibrinógeno y la concentración plasmática de dímero-D (una indicación de depósito y
degradación de fibrina in vivo).
En ocasiones, la concentración de factor VIII puede ser útil si debe diferenciarse la CID
aguda grave de la necrosis hepática masiva, que puede causar alteraciones similares de
los estudios de coagulación. En la necrosis hepática aumenta la concentración de factor
VIII, porque éste es sintetizado en los hepatocitos y liberado cuando éstos son destruidos;
en la CID, hay reducción del factor VIII debido a la generación de proteína C activada
inducida por trombina, que causa una proteólisis de la forma activada del factor VIII.
TRATAMIENTO
Tratamiento de la causa
Posiblemente, tratamiento de reemplazo (p. ej., plaquetas, crioprecipitado, plasma
fresco congelado, anticoagulantes naturales)
En ocasiones, heparina