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EL ROL BIBLICO DE LA MUJER

EN LA FAMILIA Y LA IGLESIA

ASUNTOS INTRODUCTORIOS

Hablar del “rol bíblico” es hablar de cómo los escritores bíblicos percibieron, apreciaron y

valoraron a las mujeres y su labor, desde su experiencia de fe. Desde esta perspectiva

tendríamos que hablar de un antes y de un después tomando en cuenta que los textos

bíblicos han sido escritos en un periodo de tiempo de al menos XX siglos, por lo tanto al

hablar de un antes y un después valdría la pena hablar de antiguo y nuevo testamento, con

todo lo que esto implica por ejemplo: no se puede hablar del rol de la mujer en la iglesia, si

hablamos del A.T., pues la iglesia surge en el nuevo, pero si podemos hablar de du rol en el

hogar pues desde el principio Dios estableció la familia como el primer grupo comunitario

de todo ser humano aunque en el relato del Genesis, no se nos dice nada de su rol como

madre, o hija sino de su rol como esposa o compañera del varón, por el contrario en el

Nuevo Testamento se exploran nuevos roles como el de madre, diaconiza, profetiza, hija y

anciana, cabe aclarar que en muchos de los casos los roles que despeña la mujer y como los

desempeña casi siempre van a responder al contexto social y cultural donde esta se

encuentren.

Dicho lo anterior, y para ir entrando en nuestro breve estudio, los temas a seguir son los

siguientes:

1. La perspectiva del libro del Genesis, el origen de la humanidad.

2. La mujer en los evangelios.

3. Las mujeres y su ministerio dentro de la iglesia.


Comenzaremos con:

LA PERSPECTIVA DEL LIBRO DEL GENESIS


(EL ORIGEN DE LA HUMANIDAD)
Génesis 1 y 2.

Los fundamentos del rol de la mujer dentro de la primera familia humana se describen en el

libro de Génesis, estos dos textos nos narran como Dios la formo y que mandatos o

encomiendas le dio antes de la caída, por tal motivo podríamos decir con toda seguridad que

el modelo de Genesis es el ideal al cual cada ser humano, en este caso a mujer, debe aspirar.

Del primer capítulo (1.26-30) surgen varios principios: 1) la humanidad o el ser humano ("hombre")
es una creación directa de Dios, creada a su "imagen y semejanza"; 2) esta humanidad fue creada en
dos sexos distintos: hombre y mujer, iguales, pero no idénticos, los dos portadores de la imagen y
semejanza de Dios; (Ver 5.1-2). 3) los dos recibieron la bendición de Dios, quien les habló
directamente; 4) los dos también recibieron el doble mandato de parte de Dios: la procreación de la
humanidad ("Sean fructíferos y multiplíquense") y la representación de Dios mismo en el ejercicio de
la mayordomía y autoridad sobre la naturaleza ("dominen" o "ejerced potestad"). No hay ninguna
indicación de que la mujer tiene mayor responsabilidad en la esfera de la reproducción, o que el hombre
es el único responsable para cumplir con el desarrollo de los recursos naturales y culturales. Los dos
comparten la misma naturaleza espiritual y la misma relación con Dios; son igualmente responsables
ante Dios. Su existencia como ser humano creado a la imagen de Dios trasciende la especificidad de
su sexo; su realización como ser humano depende del cumplimiento de su vocación como persona en
obediencia a Dios.1

Genesis 2
El segundo capitulo del Genesis, cuenta las cosas de manera un poco distinta, pero de ninguna

manera contradice lo dicho en el primero, sino que hace un énfasis en la relación de pareja,

de este segundo relato destacan los siguientes elementos:

la importancia del compañerismo (la mujer es la respuesta a la soledad del hombre); 2) la identidad de
sustancia física ("Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne..."); 3) las dos personas como dos
versiones de la misma humanidad, la femenina y la masculina ("Se llamará 'mujer' [ishshah] porque
del hombre [ish] fue sacada"); 4) el fundamento y descripción del matrimonio como unión y comunión
en que los dos "se funden en un solo ser" (2.24 NVI)2

1
Tomado de: “La relación hombre-mujer en perspectiva cristiana”, Catalina F de Padilla (Ediciones Kairos),
p.14-15
2
Ibid. p.15-16.
En ninguno de los dos relatos se indica que la mujer sea inferior al hombre ni superior a él,

tampoco se le considera como alguien que debe estar subordinada al hombre, de ahí que se

le llame ayuda idónea, lo cual la pone como complemento del varón.

El cuadro que surge de Génesis 1 y 2 es de la creación de la humanidad (el Hombre) en dos sexos
distintos, complementarios, iguales ante Dios y entre sí, ambos bajo la responsabilidad de obedecer a
Dios. Es este cuadro que debe ser restaurado en la vida y en la vivencia de la Iglesia y la familia
cristianas.

La caída, Genesis 3

Ahora de lo dicho acerca de la restauración del rol de la mujer como compañera del varón,

debemos ser consientes que esta se hace necesaria, sobre todo porque como fruto de la caída

el diseño ideal como Dios lo planeo el inicio fue alterado y transformado de manera negativa.

En este sentido y para el propósito de nuestro estudio veamos dos de los resultados de la

caída:

el doble sufrimiento a que la mujer se ve sujeta: el dolor en el parto y la dominación de parte del
hombre… (3.16). La palabra de Dios a la mujer es simplemente una descripción de lo que le aguarda
en el futuro; no es una maldición dirigida a la mujer. Dios sabía cuáles serían las consecuencias de la
desobediencia.3

Con esto debe quedar bien claro que la dominación que existe y ha existido del hombre sobre

la mujer a lo largo de la historia humana, no es un mandato o una maldición de Dios, es decir:

Dios no manda al hombre que domine a la mujer, sino que esta dominación surge como

resultado del pecado y de dicha dominación han surgido problemas como: La poligamia, el

machismo y la violencia.

3
Ibid. P.17.
LA MUJER EN LOS EVANGELIOS.
Contexto social en el nuevo testamento
De manera lamentable y a consecuencia del pecado, como dijimos anteriormente, la idea

de que el hombre debe ejercer dominio sobre la mujer era ampliamente aceptado tanto

por los judíos, como para los gentiles en tiempo de Jesús, de tal manera que incluso

algunos en sus oraciones daban gracias por no haber nacido mujer. Algunos pasajes de

los evangelios son reflejo de esta manera de pensar como la historia de Juan 8 donde una

mujer es llevada ante Jesús pon grupo de religiosos quienes al llegar ante Jesús dijeron:

“esta mujer fue sorprendida en el acto de adulterio. La ley de Moisés manda

apedrearla”4. Una lectura atenta del pasaje debería llevarnos a la pregunta lógica ¿Si fue

sorprendida en el acto de adulterio, donde esta el hombre con el cual cometió dicho acto?

Y ¿Por qué no es llevado ante Jesús para ser apedreado? Esta segunda pregunta es válida,

sobre todo si recordamos que la ley de Moisés lo que dice es: “Si uno comete adulterio

tanto con la mujer de un hombre como con la mujer de su prójimo, el adúltero y la

adúltera morirán sin remedio.”5 (Levítico 20:10) El hecho de que el hombre no haya

sido llevado a juicio es un claro reflejo de las preferencias y privilegios que se le daban

al hombre en el tiempo de Jesús.

El ministerio de Jesús y las mujeres

Es importante tomar en cuenta que en una sociedad que privilegiaba a los varones, ciertas

acciones de Jesús son una clara confrontación a este modo de actuar a continuación

veremos solo algunos ejemplos:

4
Santa Biblia NTV (Spanish Edition) (Posición en Kindle60308-60311). Edición de Kindle.
5
Navarra, Universidad de. Sagrada Biblia (Spanish Edition) (Posición en Kindle7248-7249). EUNSA. Edición de
Kindle.
1. El uso de imágenes femeninas en las parábolas, donde incluso las mujeres son

protagonistas.

a) Lucas 15,4-7 la parábola de la mujer que busca la moneda perdida y celebra con

sus vecinas cuando la encuentra

b) Mateo 25: 1-13 La parábola de las 10 vírgenes

2. Algunas mujeres aparecen como discípulas de Jesús, como: María y Marta hermanas

de Lázaro, quienes por cierto fueron las primeras testigos de la resurrección del Señor

este tipo de cosas eran impensable en el judaísmo donde solo existían ministerios

varoniles. Otro caso es el de la mujer samaritana Juan 4, siendo esta una de las pocas

personas a las que Jesús les revelo claramente su identidad y además fue ella la

encargada de evangelizar a sus paisanos.

3. Las sanaciones, donde Jesús toca y permite que le toquen. La mujer de flujo de sangre,

la suegra de Pedro, la hija de Jairo entre otras.

Todas estas acciones demuestran que Jesús respetaba enseñaba que respetara a la mujer,

reclamando para ellas, por medio de acciones, un trato digno y justo.

LAS MUJERES Y SU MINISTERIO


DENTRO DE LA IGLESIA.

En esta sección vamos a ver solo un par de pasajes de las cartas de Pablo, que resultan ser a

primera vista claros pero que en realidad necesitan ser interpretados de manera adecuada a la

luz de la totalidad de las escrituras. En primer lugar, encontramos pasajes como 1 de corintios

14:34-35 que a la letra se lee:

Las mujeres deben guardar silencio durante las reuniones de la iglesia. No es apropiado que hablen.
Deben ser sumisas, tal como dice la ley. Si tienen preguntas, que le pregunten a su marido en casa,
porque no es apropiado que las mujeres hablen en las reuniones de la iglesia.
O, 1 de Timoteo 11 donde Pablo dice: “La mujer, que aprenda con discreción,

estando sujeta en todo. 12. No permito que la mujer enseñe, ni que suplante la

autoridad del varón, sino que debe ser discreta.” Estos dos textos a simple vista

prohíben la participación de la mujer dentro del culto público, sin embargo los

mismos pasajes podrían causar confusión al ser comparados con algunos otros donde

Pablo defiende a la mujer y la pone en igualdad de derechos con el hombre como:

gálatas 3:28 28 “Ya no hay diferencia entre judío y griego, ni entre esclavo y libre,

ni entre varón y mujer, porque todos vosotros sois uno solo en Cristo Jesús”, o la

misma carta a los corintios 11:11-12 “11Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni

el hombre sin la mujer, en el Señor. 12 porque si la mujer procede del hombre, así el

hombre nace de la mujer; y todo de Dios.”

A parte de las palabras de Pablo, existen otros pasajes que defienden el ministerio de

la mujer, entre ellos la mención de parte de Lucas, que por cierto era discípulo de

Pablo, de una profetiza llamada Ana, de Priscila en hechos 18 y romanos 16 a quien

Pablo identifica como colaboradora, junto con su esposo, de la iglesia de Corinto y la

Diaconisa Febe mencionada también en romanos 16 quien daba un servicio en la

iglesia de Cencreas. Cada una de estas menciones deja ver que, si existía la

participación de las mujeres dentro de la iglesia, de hecho, la carta a los corintios hace

mención de la actividad profética, tanto del varón como de la mujer diciendo: “y toda

mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra su cabeza, pues es lo

mismo que si se rapara.” (1 Corintios 11:) Debe entenderse que profetizar significa

hablar en publico la palabra del Señor.


Otros ministerios de la mujer en el N.T. el caso de Tito

Tito 2:4 Es otro de los pasajes que nos hablan de las responsabilidades de las

mujeres, en él se hace un llamado a las mujeres mayores como instructoras de las

jóvenes diciendo: “que enseñen a las más jóvenes a amar a sus maridos y a sus

hijos, a ser prudentes, castas, buenas amas de casa, sujetas a sus maridos, para que

no sea ultrajada la palabra de Dios.” Cabe señalar que la frase “para que no sea

ultrajada la palabra de Dios,” tiene un énfasis en ser ejemplo para con los no

creyentes, mostrando así que este mandato responde a un factor cultural, pues no

existe mención alguna de este mandato en alguna otra comunidad cristiana dentro del

NT.

El rol familiar

El rol familiar es un tema menos complicado, pues en este caso es la pareja el hombre

y la mujer los que deben definir los roles que cada uno deben desempeñar, pues la

biblia en si no contiene mandatos específicos a este respecto de hecho encontramos

por ejemplo en efesios 6:4 donde se dice: “Padres, no hagan enojar a sus hijos con

la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que

proviene del Señor.” Es un llamado ambos, como pareja, donde el mandato es criarlos

de tal manera que sigan al Señor, pero esta responsabilidad es compartida.

Conclusiones

Como he dicho desde el principio, no existe ningún fundamento bíblico para decir

que existe algún mandato que justifique o indique la superioridad del varón sobre la
mujer, sino que en cada uno de los casos son ambos quienes al final de cuentas deben

estar sujetos a Dios. Sin embargo, es prudente valorar los patrones culturales de la

comunidad en la que vivimos, para de esta forma encontrar y definir el rol que

debemos desempeñar como mujeres, pues bíblicamente podemos llegar a la

conclusión de que las labores de las mujeres en la iglesia del NT fueron definidas de

acuerdo con los valores de la sociedad donde existía la iglesia.

Estas labores deben ser definidas bajo el concepto del amor, evitando contiendas,

divisiones y cualquier tipo de acción que sea de mal testimonio para los no cristianos.

Hoy en día existe una variedad tremenda de iglesias cristianas cada una con su

particular manera de interpretar las escrituras, por lo cual algunas aceptan tener

incluso pastoras mientras que otras no, en este sentido el camino a seguir es el vinculo

de la paz y el respeto para con los cristianos y cristianas que piensan distinto.
I. LA FAMILIA
II. LA COMUNIDAD
III. LA IGLESIA
CONCLUSIONES

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