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Yolanda Hernández Delgado

Caso clínico. Quistes prostáticos en Shar Pei

Introducción

Los quistes prostáticos constituyen estructuras cavitarias que pueden albergar contenido
líquido de distinta naturaleza en su interior. La etiología de los quistes prostáticos se
encuentra relacionada con su localización, según la cual, se distinguen quistes de
retención y quistes paraprostáticos. Los primeros se sitúan incluidos en el parénquima
prostático, mientras que los segundos se localizan adyacentes a la próstata, a menudo
entre ésta y la vejiga urinaria. Asimismo, el origen de los quistes de retención, reside en
una obstrucción de los conductos del parénquima, a diferencia de los paraprostáticos,
cuya etiología se relaciona con un desarrollo embriológico anormal de los conductos de
Müller. (Kutzler M. (2009) Prostatic and paraprostatic cysts…)

Los signos clínicos en un comienzo resultan inespecíficos, y cuando aparecen, se deben


a la compresión ejercida por el quiste sobre el tracto urogenital y/o rectal. Entre los más
frecuentes se encuentran: disuria, tenesmo, fiebre, vómitos, descarga uretral
sanguinolenta,anorexia… (Holt,E.P.(2012)

El diagnóstico por imagen, a través de la radiografía o la ecografía, va a constituir


entonces, una de las pruebas diagnósticas de elección para establecer un diagnóstico
definitivo, aunque, acompañada de un cultivo del líquido contenido en el quiste y un
hemograma, para confirmar la presencia de una posible infección.

El tratamiento de elección tanto de los quistes como de la mayoría de patologías


prostáticas, a excepción de las neoplasias, es la orquiectomía. Dependiendo del tamaño
del quiste, también se contempla la resección quirúrgica del mismo, u otras técnicas
quirúrgicas como la omentalización, a fin de evitar una posible recidiva, o la
marsupialización, mediante la cual se drena el quiste. No obstante, estas técnicas
siempre deben adaptarse a las condiciones fisiológicas del animal, estableciendo
alternativas terapéuticas según el caso. (Paclikova et al., (2006) Two cases of
paraprostatic…)

Descripción del caso

El paciente, un perro de raza Shar Pei, entero de 6 años de edad se presentó junto a sus
propietarios en la consulta del Hospital Clínico Veterinario, con objeto de analizar el
origen de un adelgazamiento repentino del animal, así como la presencia de hematuria y
episodios de diarrea. Tras la realización del examen físico, se observó un estado de
caquexia manifiesta, y a la palpación, se detectó una masa abdominal caudal sin dolor.
Se practicó una ecografía, en la que se observó una severa prostatomegalia y se
confirmó la presencia de múltiples quistes de diverso tamaño y morfología en el
parénquima prostático, así como otra estructura localizada dorsal y cranealmente a la
vejiga urinaria, con presencia de líquido hipoecoico, que también resultaba compatible
con un quiste paraprostático.

Con objeto de determinar si realmente se trataba de quistes y no de abscesos prostáticos,


lo que supondría una infección del tracto urogenital, se realizó un cultivo del líquido
contenido en el quiste más próximo a la vejiga, que tras su aspiración con la jeringa
mostraba una coloración rojiza. Los resultados del cultivo indicaron que no se trataba de
un absceso.

También se realizó un perfil bioquímico, en el que el único parámetro alterado resultó


ser la creatinina, encontrándose por encima de su valor de referencia.

Por tanto, frente a los resultados que se obtuvieron en las pruebas anteriormente
mencionadas, se estableció un diagnóstico definitivo de quistes paraprostáticos. La
primera medida de actuación que se llevó a cabo fue un vaciado del líquido contenido
en uno de los quistes, del que se extrajeron unos 60 ml.

No se realizó el estudio de la técnica quirúrgica más apropiada frente a los quistes, dada
la sospecha de afección renal grave sustentada en los niveles anormales de creatinina y a
los hallazgos ecográficos que describen una pérdida de la definición corticomedular y
una marcada hiperecogenicidad en ambos riñones. De modo que en las posteriores
consultas, se continuaron realizando pruebas diagnósticas, mientras simultáneamente el
animal se mantenía en un estado de caquexia, defecación irregular, pérdida de apetito y
esta vez, también mostraba halitosis junto a la aparición de úlceras bucales.

En cuanto a las pruebas diagnósticas, la bioquímica sanguínea relevó: azotemia grave,


hipercolesterolemia, hiperfosfatemia e hipocalcemia. En el urianálisis, proteinuria
máxima, densidad urinaria de 1.010. Ante estos hallazgos, se concluyó en que el animal
estaba padeciendo una insuficiencia renal crónica junto a, posiblemente, una amiloidosis
renal.

Se indicó un tratamiento consistente en: administración de prednisona (1 mg/kg),


famotidina (0.1-1 mg/kg), espiramicina y metronidazol (1 comprimido cada 12 horas),
citrato de maropitant monohidrato (1ml/10 kg), ranitidina (1-4 mg/kg) y dentican (1
aplicación cada 12 horas).

Discusión

Los quistes paraprostáticos no constituyen lesiones frecuentes en la actividad clínica


diaria, ni tampoco se encuentran dentro de las patologías prostáticas con mayor
incidencia en perros. De hecho, un estudio reciente reveló que de un total de 177 perros
que padecían enfermedades prostáticas sólo 1.1% de los casos pertenecían a perros con
quistes paraprostáticos(Zachary J. Goodrich et al.,2011).Asimismo, parece haber un
perfil de perro susceptible a esta patología, en el que se incluyen machos enteros, con
una edad superior a los 5 años, de razas grandes y medianas.

Se cree que el desarrollo de los quistes se encuentra asociado a una estimulación


hormonal, protagonizada por la testosterona. De ahí que la primera opción quirúrgica a
considerar en cuanto al tratamiento sea la orquiectomía, pues daría lugar a una
inhibición hormonal, y por tanto, una disminución del tamaño del quiste en un
determinado periodo de tiempo, atendiendo a las características del quiste y del animal.
La orquiectomía puede combinarse otras técnicas quirúrgicas que incluyan el drenaje
del quiste o la omentalización, que consiste en colocar el omento dentro de la cavidad
prostática, una vez drenado el quiste o el absceso. El objetivo de esta intervención va a
consistir en evitar una posible recidiva, pues la presencia del omento evita la reaparición
de un quiste o de un absceso y además va a mejorar la vascularización del tejido
afectado. Si no se producen complicaciones durante o posteriormente a la cirugía, este
tipo de quistes tendrían un buen pronóstico.

En el caso expuesto, no hubo posibilidad de realizar un tratamiento determinado


destinado a erradicar el quiste y eliminar las probabilidades de recidiva debido al
padecimiento simultáneo dos enfermedades con mal pronóstico: una insuficiencia renal
de estadío IV junto con una amiloidosis renal, una enfermedad con predisposición por la
raza Shar Pei, y que se caracteriza por el depósito de sustancia amiloide en el glomérulo
renal.

Referencias bibliográficas

Holt,E.P.(2012). Afecciones urológicas del perro y el gato. Exploración, diagnóstico y


tratamiento. Bristol,UK: Multimédica Ediciones Veterinarias.

Elliott, J., & Grauer, G. (2007). BSVA Manual of Canine and Feline Nephrology and
Urology (2nd ed.).Gloucester, England: British Small Animals Veterinary Association.

Ling,V.G. (1996).Enfermedades del Aparato Urinario de Perros y


Gatos.Davis,California:Intermédica Editorial.

R.A.S White, M.E Herrtage, Ruth Dennis,1987.The diagnosis and management of


paraprostatic and prostatic retention cysts in the dog. Journal of Small Animal
Practice.Vol 28, num 7 pp (551-574).

K.Paclikova,P.Kohout,M.Vlasin,2006.Diagnostic possibilities in the management of


canine prostatic disorders.Veterinarni Medicina Vol 56, num 1 pp (1-13).

Zachary J. Goodrich, VMD*,Vicki L.Wilke,PhD,DVM,DACVS,Margaret V.Root


Kuskritz,PhD,DVM,DACT, 2011. Two cases of paraprostatic cysts in castrated male
dogs. Journal of the American Animal Hospital Association Vol 47, num 6 pp(195-198)

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