importantes
1. ¿Cuál es el objetivo que quieres conseguir con esta
decisión?
Esto es lo primero que tienes que tener muy claro.
Porque, para saber cómo llegar a un lugar, antes tienes que saber dónde quieres ir.
¿Qué es lo que quieres conseguir?
Para clarificar esta pregunta, te dejo 2 opciones:
1. Escribe tu objetivo con todo lujo de detalles. A la hora de escribirlo, te aconsejo que además,
escribas cómo sería un día cualquiera con tu objetivo conseguido.
2. Imagínatelo mentalmente: cierra los ojos y trata de verte con tu objetivo cumplido. ¿Qué
estás haciendo? ¿Con quién? ¿Cómo te sientes? Trata de conectar con todas las sensaciones
que puedas y de visualizarlo tan claro como te sea posible.
GANO PIERDO
Puedes hacerte esta pregunta en dos o tres días diferentes por si te surgen cosas distintas, pero
una vez hayas hecho tu lista, tendrás que prohibir a tu mente que siga dándole vueltas a lo
mismo. Lo escribes en el papel y allí se queda.
o No debería…
o No es correcto…
o Es muy difícil…
o No conseguiré…
o Es imposible…
o Etc.
Quizá estas respuestas puedan servirte para darte el empujoncito que te falta en la dirección
adecuada.
12. ¿Hay algo que puedas hacer AHORA que te permita
acercarte al objetivo deseado?
A veces se puede hacer algo pequeño que te ofrezca un poco de información o que te permita
sentir “cómo sería” sin haber tomado aún tu decisión.
Otras es imposible hacer nada.
Pero por si acaso, va bien preguntárselo.
Por ejemplo,
Si quieres cambiar de trabajo, podrías mirar las ofertas para ver qué tipo de trabajo encaja
con lo que tú quieres. Podrías también enviar algunos currículums y ver qué respuesta tienen.
Si quieres dejar una relación, podrías empezar a organizarte un poco tu vida sin esa
persona. Podrías también empezar a tener tus propias actividades.
Claro que estas pequeñas acciones NO van a asegurarte nada, pero al menos, te pueden dar
una idea del inicio del camino.
13. ¿Puedes asumir los riesgos que implica tu
decisión sin una garantía al 100%?
Toda decisión implica un riesgo.
Ganas algo y pierdes algo.
Siempre.
Pero hay personas que no quieren asumir ninguno.
Pretenden tener el 100% de seguridad respecto a su decisión.
Pretenden tener garantías.
Pero, si esperas estar segura al 100% ANTES de tomar tu decisión, entonces, no la tomarás
nunca.
Porque NO hay garantías.
Siempre existe el riesgo a equivocarse, pero eso pocas veces se sabe al instante, sino con el
tiempo.
No busques el 100%, busca el porcentaje adecuado que para ti valga la pena tomar tu
decisión.
¿Es suficiente estar un 80% convencido(a)?
Si es así, ¡adelante!