Tenemos, entonces, que estas teorías del aprendizaje no son descartadas, pero
necesitan evolucionar para adecuarse al mundo en que vivimos. El Conectivismo,
propuesto por Siemens y Downes (2005) sí se va adaptando a cada nueva TIC, a cada
nueva herramienta que abre una ventana a ser utilizada a favor del proceso de
enseñanza-aprendizaje. Si bien Facebook, Twitter y demás no tienen como propósito
ser herramientas para el estudiante, terminan ayudando de una u otra manera, a
compartir, debatir y crear nuevo contenido. Todo esto, junto a las herramientas que sí
son desarrolladas específicamente para la enseñanza, logra un abanico casi infinito de
posibilidades para ser usadas a conveniencia en la currícula.
Los próximos años son clave en el marco del paso de la educación tradicional peruana
a una más colaborativa y adecuada a las TICs. Con proyectos impulsados por el
Ministerio de Educación como ‘Perú País Bilingüe al 2021’, el cual ve el tema de la
enseñanza de inglés en escuelas de Jornada Escolar Completa, es necesario tomar
medidas para el esfuerzo conjunto y que las TIC sean necesariamente incluidas en los
próximos currículos nacionales.
Los espacios virtuales son infinitos, y como docentes debemos aprovechar cada uno de
ellos para promover el aprendizaje significativo en los estudiantes mediante la
colaboración con compañeros y expertos a través de internet. Las herramientas
disponibles para dispositivos móviles y ordenadores personales vienen en muchísimas
formas y cada una de ellas es perfectamente aprovechable en cualquier rama del
conocimiento. Las maquetas pueden ser impresas en 3D para quienes estudian
arquitectura y los CVs pronto serán reemplazados por LinkedIn. Vivimos en la era de
compartir conocimiento y tecnología y todas y cada una de las herramientas que
tenemos al alcance no solo pueden, si no que deben ser utilizadas para formar a los
profesionales del mañana.