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Bulnes, cinco de abril de dos mil doce.

VISTOS:

A fojas 1 y siguientes, comparecen don MILTON SEPULVEDA


ACUÑA, peluquero básico y doña ASUNCION IRRIBARRA
MARTINEZ, labores de casa, ambos domiciliados en Barrio Estación
N°89, Santa Clara, comuna de Bulnes, por sí y en representación de
su hijo menor de edad ROBIN ALAN SEPULVEDA IRRIBARRA,
estudiante y del mismo domicilio, quienes interponen demanda en
juicio ordinario por Indemnización de Perjuicios, en contra de don
OSCAR AGUILERA AGUILERA, Director de la Escuela de Pueblo
Seco, Santa Clara, comuna de Bulnes y en contra de su empleador la
ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE BULNES, representada por su
alcalde don RODRIGO DE LA PUENTE ACUÑA, ignora profesión,
ambos domiciliados en el edificio consistorial de Bulnes, calle
Palacios esquina Manuel Bulnes, comuna de Bulnes, a fin de que se
condene a los demandados a cancelar solidariamente las siguientes
sumas a) a don Robin Alan Sepúlveda Irribarra la suma de
$45.000.000; b) a don Milton Sepúlveda Acuña la suma de
$25.000.000 y c) a doña Asunción Irribarra Martínez la suma de
$25.000.000, con los reajustes que experimente el Índice de Precios
al Consumidor, desde la fecha de la notificación de la demanda o en
subsidio desde la fecha que el Tribunal fije, hasta el pago efectivo,
con intereses y costas.

A fojas 11, consta notificación personal de los demandados.-


A fojas 14 y siguientes, la demandada, Municipalidad de
Bulnes, contesta la demanda rechazándola en todas sus partes con
costas.-

A fojas 25, el demandado Oscar Aguilera Aguilera contesta la


demanda solicitando su rechazo en todas sus partes, con costas.

A fojas 37, se tuvo por evacuado el trámite de la réplica y se dio


traslado para la dúplica.

A fojas 39 se tuvo por evacuado el trámite de la duplica por el


demandado Oscar Aguilera Aguilera y a fojas 41 se tuvo por
evacuado el trámite de la dúplica por la demandada Municipalidad
de Bulnes.

A fojas 243, tuvo a lugar audiencia de estilo con la sola


asistencia del apoderado de la parte demandante y en ausencia de la
demandada. Llamadas las partes a conciliación, esta no se produce.-

A fojas 56 y 60, se recibe la causa a prueba, rindiéndose la que


obra en autos.-

A fojas 250, se citó a las partes a oír sentencia.-

CONSIDERANDO:

PRIMERO: A fojas 1 y siguiente comparecen Milton Sepúlveda


Acuña y Asunción Irribarra Martínez a su nombre y en
representación de su hijo Robin Alan Sepúlveda Irribarra, e
interponen demanda de indemnización de perjuicios en contra de
Oscar Aguilera Aguilera, director de la Escuela de Pueblo Seco, y en
contra de su empleador la Municipalidad de Bulnes representada
por su alcalde Rodrigo de la Puente Acuña. Fundan su demanda
señalando que el día 14 de noviembre de 2006, aproximadamente a
las 14:30 horas, y encontrándose los alumnos de la Escuela de
Pueblo Seco de Santa Clara, en recreo en el patio del colegio,
aconteció que un grupo de cuatro alumnos se pusieron a jugar
baseball con un palo que había sacado de la leñera del
establecimiento educacional. Miraba el juego su hijo Robin Alan
Sepúlveda Irribarra, a la época de 9 años de edad, y repentinamente
a uno de los alumnos se le soltó o tiró el palo a Robin, golpeándole el
madero en su ojo izquierdo, a consecuencia de lo cual resultó con
lesiones consistentes en estallido ocular, herida cornea, eccema con
salida de iris y cuerpo ciliar, ptitis Bulby, de lo cual quedó ciego de
su ojo izquierdo. Tan graves fueron sus lesiones que el Instituto de
Normalización Previsional estimó que había quedado con un 35% de
incapacidad y que el Superintendente de Seguridad Social estimó su
incapacidad en un 40%.

A partir de esa fecha comenzó un verdadero calvario para su


familia, sin encontrar por parte del director de la escuela y de la
Municipalidad la menor disposición de hacerse cargo del asunto ya
que su único y permanente interés ha sido dilatar lo más posible el
llegar a un eventual arreglo. Su hijo quedó lisiado para siempre, con
serias limitaciones en su desenvolvimiento diario por lo que
conforme los artículos 2320 y 2321 del Código Civil señala que Oscar
Aguilera Aguilera es responsable del pago de los perjuicios sufridos
por su hijo y por ellos y la Municipalidad es solidariamente
responsable con el señor Aguilera del pago de los mismos, habida
cuenta que este último es dependiente de esa corporación edilicia.

Indica que conforme las normas citadas los jefes de colegios y


escuelas está obligados a vigilar a sus discípulos y a mantener la
debida disciplina en el establecimiento, por lo que es natural
presumir que si los discípulos causan un daño es porque aquellos no
los vigilaron debidamente. El fundamento de la responsabilidad es la
culpa de esos jefes, la falta de vigilancia en que incurrieron y que
hizo posible el hecho ilícito del discípulo ya que los hechos
ocurrieron encontrándose tanto el autor de los hechos como su hijo
bajo el cuidado del demandado.

La obligación de responder por los dependientes afecta a todo


empresario, sea fiscal, municipal o particular, la ley no distingue la
responsabilidad del estado y de las Municipalidades en cuanto a
administradores de su patrimonio privado o de una empresa que les
pertenece, queda regida por el derecho común. Los empresarios
responden del hecho de sus dependientes, esto es de las personas
que están a su servicio, bastando que una persona sirva o trabaje
bajo las órdenes de otra para que tenga la calidad de dependiente,
por lo que la Municipalidad es sujeto pasivo de la demanda.

En cuanto a los perjuicios ocasionados indica que respecto de


Robin Alan Sepúlveda Irribarra consisten en el daño moral,
sufrimiento psicofísico que ha lesionado su alma por lo sufrimientos
físicos y del espíritu que soportó por la pérdida de su ojo izquierdo,
además de los quebrantos espirituales y morales que ha tenido que
soportar y la depresión de ánimo que le originaron. Estima que
todos los sufrimientos, pesares y molestias sufridos, aunque no es
posible estimarlos en su valor real, no se satisfacen sino con el pago
de una suma no inferior a los $45.000.000 ya que debe tomarse en
cuenta que la pérdida de la visión de un ojo durará hasta que fallezca
impidiéndole en el futuro desempeñarse en diversos oficios y
trabajos. En cuanto a los daños ocasionados a Milton Sepúlveda y
Asunción Irribarra corresponden al daño moral consistente en el
sufrimiento psicofísico que ha lesionado sus espíritus por las
lesiones sufridas por su hijo, asimismo por la depresión de ánimo
además del dolor que les significa pensar en el futuro de su hijo y las
serias limitaciones que tendrá para ganarse la vida. Además el daño
reside en haberse enfrentado a la absoluta indiferencia tanto del
alcalde anterior señor Hidalgo como del actual alcalde señor de la
Puente así como el maltrato que debieron sufrir de otras autoridades
municipales, daño que avalúan la suma de $25.000.000 para cada
uno, por lo que solicitan se tenga por interpuesta demanda en juicio
ordinario por Indemnización de Perjuicios, en contra de don OSCAR
AGUILERA AGUILERA, Director de la Escuela de Pueblo Seco,
Santa Clara, comuna de Bulnes y en contra de su empleador la
ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE BULNES, representada por su
alcalde don RODRIGO DE LA PUENTE ACUÑA, ignora profesión,
ambos domiciliados en el edificio consistorial de Bulnes, calle
Palacios esquina Manuel Bulnes, comuna de Bulnes, a fin de que se
condene a los demandados a cancelar solidariamente las siguientes
sumas a) a don Robin Alan Sepúlveda Irribarra la suma de
$45.000.000; b) a don Milton Sepúlveda Acuña la suma de
$25.000.000 y c) a doña Asunción Irribarra Martínez la suma de
$25.000.000, con los reajustes que experimente el Índice de Precios
al Consumidor, desde la fecha de la notificación de la demanda o en
subsidio desde la fecha que el Tribunal fije, hasta el pago efectivo,
con intereses y costas.

SEGUNDO: Que a fojas 14 contestando por la Municipalidad de


Bulnes, comparece el abogado don Juan Carlos Maturana Lepeley
quien solicita el rechazo de la demanda en todas sus partes con
costas.
Señala que la demandante ha intentado crear una confusión
respecto de los hechos obviando situaciones pero lo cierto es que el
día en que ocurrió el accidente, la inspectora de la escuela, señorita
Carmen Gloria Vargas Cerpa, por encargo del demandado, Oscar
Aguilera Aguilera, que se encontraba supervisando a otros alumnos
en otra parte de la escuela, vio a los alumnos jugando baseball con
un palo y de inmediato les indicó que no jugaran más con ese palo,
se los quitó y lo arrojó de nuevo a la leñera de donde lo habían
sacado y éstos cuando la inspectora se retiró, volvieron a entrar a la
leñera, sustrajeron el palo y comenzaron a jugar de nuevo pese a la
orden que ya habían recibido, ocasionando el accidente en comento.
Luego de ello al alumno se le prestó toda la ayuda necesaria para
trasladarlo al centro asistencial para que se le brindara atención de
urgencia y para que posteriormente operara el seguro por accidente
escolar, sin perjuicio del apoyo afectivo y económico que se le
entregó por parte de la escuela en los días posteriores. De esta forma
el hecho no tiene por causa un supuesto actuar negligente de la
demandada, sino que se debió a la desobediencia de los mismos
alumnos que no acataron las instrucciones que se le habían dado y
pese a ello persistieron en la conducta prohibida, lo que exime a su
representado de responsabilidad, es más el niño accidentado
firmaba parte del grupo que desarrollaba el juego prohibido.

Indica que su representada carece de legitimidad pasiva para


ser demandada toda vez que de acuerdo al artículo 2321 del Código
Civil, la demanda debió ser enderezada en contra del representante
legal del alumno que provocó el daño, alumno que ni siquiera está
individualizado en el libelo. Sin embargo en caso que el tribunal
estime que su parte tiene la legitimidad pasiva suficiente, la
responsabilidad que le corresponde, en el mejor de los casos, es
subsidiaria y no solidaria.

Agrega que en cuanto a los elementos de la responsabilidad


civil extracontractual, en el caso no se reúnen los requisitos. En
cuanto a la existencia del hecho reclamado indica que los hechos no
son efectivos según son descritos en la demanda. La actora debe
acreditar la existencia del hecho que se reclama, probar que el
accidente a que se hace mención ocurrió de la manera que señala,
deberá individualizar a la persona determinada que actuó
ilícitamente y de qué forma. En cuanto a la existencia de culpa
agrega que esto implica que no se emplee el cuidado ordinario o
diligencia que los hombres utilizan normalmente por lo que si se han
empleado todos los medios adecuados para evitar o prevenir que el
hecho dañoso ocurra, y aún este ocurre, no puede ser posible la
existencia de la responsabilidad extracontractual, por ende no hay
culpa, menos dolo, el actuar de su representada se encuentra
ajustado a todas las obligaciones establecidas por ley, al reglamento
interno y a las acciones de hecho que se tomaron para prohibir y
evitar la ocurrencia del accidente. Esto se relaciona con que los actos
que supuestamente configurarían la responsabilidad en autos fueron
producto del caso fortuito o de terceros.

Agrega que en el caso no existe culpa de su parte, tanto por no


configurarse los elementos legales como también por configurarse
causales de eximentes de responsabilidad como son:

a)Hecho o acto de terceros ya que la demandante señala que el que


golpeó a su hijo fue otro alumno, a quien no ha determinado ni
individualizado, y de comprobarse que el acto fue ilícito y culposo,
los primeros llamados a responder por dicho ilícito son los padres
del autor directo del hecho que causó el daño,

b) Eximente de fuerza mayo o cao fortuito ya que la Municipalidad


no ha participado ni directa ni indirectamente en el hecho
demandado. La eximente se configura porque el día que ocurrió el
accidente, la inspectora de la escuela por encargo del demandado,
que se encontraba supervisando a otros alumnos en otra parte de la
escuela, vio jugando a los alumnos baseball con un palo, les indicó
que no jugaran, les quitó el palo y lo arrojó a la leñera pero éstos una
vez que la inspectora se retiró a otro lugar volvieron a sacar y jugar
con un palo pese a la orden que habían recibido, luego al alumno se
le prestó la ayuda necesaria, por lo que el hecho no tiene como causa
un supuesto actuar negligente de la demandada, sino que se debió a
la desobediencia de los alumnos que no acataron las instrucciones
impartidas.

c) Empleo de la debida diligencia por parte de la demandada, ya que


su representada cumplió la obligación de instruir a los padres y
apoderados respecto de los juegos prohibidos que no podían
desarrollarse en la escuela, dando a conocer el Reglamento Interno a
través de charlas de inducción y manteniéndolo permanentemente
publicado en el Diario Mural de la escuela, además de la permanente
vigilancia que se hacía de los alumnos a través de rondas continuas
durante recreos y cambios de jornada. A mayor abundamiento, a fin
de evitar todo tipo de accidentes, la escuela cercó la leñera con una
malla metálica protectora y cerró con candado y cadena la puerta de
este cierro para que los alumnos no tuvieran acceso a objetos que
pudieran ser peligrosos. No obstante ello, los alumnos, evadiendo lo
señalado por la escuela, su director, su inspectora y profesores,
valiéndose de que se estaba controlando a otros alumnos en otro
sector de la escuela y a sabiendas de estar ejecutando actos y juegos
prohibidos, volvieron a ingresar a la leñera por una vía no destinada
al efecto y sustrajeron el palo para seguir jugando y ocasionar el
accidente. Hace presente que el hijo de los demandantes también
participaba del juego exponiéndose temerariamente al riesgo.

En cuanto al vínculo de causalidad señala que no existe toda


vez que no hay una conducta negligente y no hay daño, ya que el
perjuicio supuestamente sufrido por el demandante es consecuencia
de un caso fortuito y/o actos de terceros respecto de los cuales su
representada no tiene obligación alguna, el daño no es consecuencia
directa de un supuesto actuar negligente de su representada sino que
se debió ya sea a la imprudencia o actuar de terceros e incluso del
mismo perjudicado.

En cuanto a los perjuicios reclamados agrega que la


indemnización de perjuicios tiene un fin exclusivamente resarcitorio
en cuanto busca reparar estrictamente el daño causado por lo que
una demanda sólo puede tener como objetivo el de indemnizar
daños existentes pero bajo ninguna circunstancia la de lucrar con
motivo de los mismos como se pretende en autos apelando a
circunstancias más bien sentimentales que jurídicas. Para el caso
que el tribunal acoja la demanda, solicita subsidiariamente que los
montos de indemnización que se concedan por daño moral sean
regulados prudencialmente. Por tales consideraciones solicita se
tenga por contestada la demanda rechazándola con costas y declarar
que: a)que su parte de legitimidad pasiva para ser demandada en
juicio; b)para la eventualidad que se establezca que tiene legitimidad
pasiva declare que ésta no tiene ninguna responsabilidad por los
perjuicios demandados; c) si el tribunal determinara que es
responsable de los perjuicios demandados, declare que la
responsabilidad que eventualmente le afecte es subsidiaria y no
solidaria; y d) que rebaje los montos de condena prudencialmente.

TERCERO: Que a fojas 25 don José Alberto Sánchez Zañartu,


abogado por el demandado Oscar Aguilera Aguilera, contesta la
demanda solicitando su rechazo con costas. Indica que los actores
sustentan sus fundamentos en una confusa y ficticia interpretación
de los lamentables hechos que tuvieron como resultado un grave
accidente sufrido por Robin Sepúlveda Irribarra, pretendiendo
obtener un lucro indebido.

Señala que el 14 de noviembre de 2006, estando los alumnos


de la escuela de Pueblo Seco en recreo y en los instantes en que se
encontraba su representado en la multicancha llegó la señorita
Carmen Gloria Vargas Cerpa, paradocente, para informarle que en el
patio del fondo del colegio había ocurrido un accidente, en esos
instantes ella cumplía su turno de vigilancia de los alumnos en
recreo. Le informó que un alumno de cuarto año básico le había
dado un golpe accidental con un palo en el ojo izquierdo al alumno
del mismo curso, Robin Alan Sepúlveda Irribarra. Concurrió al lugar
y percatado de las consecuencias graves procedió a llenar la ficha de
accidente escolar, trasladando al menor en su camioneta al
consultorio rural de salud de Santa Clara, se comunicó a su
apoderada, la señora Asunción Carmen Irribarra Martínez de la
ocurrencia del accidente, encontrándola en el trayecto al consultorio
por lo que los acompañó en el vehículo. El alumno accidentado
ingresó al consultorio siendo atendido por la doctora Virginia
Alejandra Pérez quien lo derivó de inmediato en ambulancia al
hospital Herminda Martin de Chillán siendo acompañado por su
madre. La doctora efectuó una llamada telefónica al centro
asistencia a fin que se le prestara una rápida atención, el alumno
quedó hospitalizado en el marco del seguro por accidente escolar.

A partir de la internación de Robin Sepúlveda concurrió en


reiteradas ocasiones a visitarlo a objeto de interiorizarse de la
evolución de su estado de salud, manifestándole a él como a su
madre la preocupación del personal y apoderados de la escuela y la
disposición a apoyarlos, prestándole diversa ayuda económica a la
familia, tanto de su parte, del profesorado y del Centro de Padres y
grupo curso.

En los hechos ocurridos el 14 de noviembre de 2006 el menor


de autos era partícipe del juego de baseball que desarrollaban otros
compañeros para lo que habían sustraído de una bodega o leñera
existente en la escuela un trozo de madera a objeto de utilizarlo para
golpear una pelota, esa bodega se encuentra separada del patio de
recreo mediante una malla metálica. Después de pegarle a la pelota
uno de los alumnos lanzó el madero hacia atrás golpeando el ojo
izquierdo del menor de autos quien se encontraba de espaldas a
escasa distancia, situación que corresponde a la narración de hechos
efectuada por el alumno que provocó el accidente como lo expresado
por el propio Robin. Momentos antes de ocurrir los hechos, la
inspectora del establecimiento, doña Carmen Gloria Vargas Cerpa,
les había quitado de las manos a estos alumnos otro trozo de madera
que utilizaban para estos fines depositándolo en la bodega,
señalándoles lo peligroso del juego y la prohibición de ejecutarlo
dentro de la escuela. Siguió su ronda habitual por el establecimiento,
instantes que utilizaron los menores para sustraer de la bodega un
nuevo trozo de madera.

Indica que respecto de los elementos de la responsabilidad


extracontractual, señala que los hechos tal como están descritos en
la demanda no son efectivos por lo cual no se configura
responsabilidad civil de su parte.

Que en el caso no existe culpa de su representado ya que su


actuación como director y docente de la escuela de Pueblo Seco de
Santa Clara se ha ajustado plenamente a toda la normativa que para
estos fines regulan sus funciones académicas en especial respecto de
las diversas acciones tomadas para evitar la ocurrencia del accidente.
Los hechos fueron única y exclusivamente producto del caso fortuito
o de la intervención de un tercero. Con todo, de ser efectivos los
hechos en la forma expuesta por la demandante, ésta deberá
individualizar a la persona específica que supuestamente los ejecutó
para sí determinar si hubo culpa en su actuar y como consecuencia
de ello si él está obligado a responder por los hechos culposos de esa
otra persona.

Agrega que en el caso concurren eximentes de responsabilidad


como la del hecho o acto de tercero ya que el menor fue golpeado por
otro alumno por lo que si se prueba que el hecho fue ilícito y culposo,
los primeros llamados a responder por dicho acto son los padres del
individuo que causó el daño conforme el artículo 2321 del Código
Civil. También concurre la eximente de fuerza mayor o caso fortuito
ya que ni el hecho del accidente ni sus consecuencias tiene como
causa un supuesto actuar negligente de su parte sino que más bien
tienen su origen en la desobediencia de los mismos alumnos, al no
acatar y respetar las instrucciones impartidas, persistiendo en una
conducta reiteradamente prohibida dentro del establecimiento,
máxime si el propio alumno accidentado formaba parte del grupo de
estudiantes que desarrollaba el juego prohibido.

Además concurre la eximente de la debida diligencia por parte


del demandado ya que en su calidad de director docente de la
escuela de Pueblo Seco ha cumplido cabalmente con su obligación
de instruir a los padres y apoderados respecto de los juegos
prohibidos a desarrollarse en la escuela, dando a conocer el
reglamento interno el cual era específico en ese sentido, a través de
charlas de inducción, con la permanente publicación en el diario
mural sobre estos aspectos y las continuas rondas de vigilancia de
los alumnos durante recreos y cambios de jornada. A mayor
abundamiento se procedió a cercar la bodega con una malla metálica
protectora manteniéndose permanentemente cerrada la puerta de
acceso con cadena y candado, no obstante lo cual los alumnos
ingresaron por un lugar no habilitado en momentos que se
controlaba a otros alumnos en otro sector de la escuela y a sabiendas
de estar ejecutando una conducta prohibida, procedieron a sustraer
el madero a fin de continuar con su juego produciéndose finalmente
el lamentable accidente.

En cuanto a la existencia de vínculo de causalidad indica que


no existe toda vez que no existe una conducta negligente de su parte
como tampoco la producción de un daño ya que el supuesto
perjuicio sufrido por la demandante es consecuencia de un caso
fortuito y/o debido a un acto de un tercero respecto del cual no tiene
obligación alguna.

En cuanto a los perjuicios reclamados, el daño debe probarse


ya que no se presume y su reparación debe ser justa, adecuada y
precisa y debe ser concedida sólo en cuanto repare el mal causado y
no en exceso, pues de lo contrario existiría un enriquecimiento sin
causa, por lo que solicita se tenga por contestada la demanda, se
rechace en todas sus partes con costas.

CUARTO: Que a fin de acreditar sus pretensiones, la parte


demandante acompaño las siguientes pruebas:

Documental: 1) A fojas 73 libreta de matrimonio celebrado entre


Milton Robinson Sepúlveda Acuña y Asunción del Carmen Irribarra
Martínez en el que se indica como hijo matrimonial a Robin Alan
Sepúlveda Irrbarra; 2) A fojas 74 copia simple de ordinario Nº 485
de fecha 15 de febrero de 2007 de COMPIN Subcomisión Ñuble al
agente local del Instituto de Normalización Previsional de Chillán
por el que remite resolución Nº767/07-02-2007 de evaluación de
accidente escolar de Robin Alan Sepúlveda Irribarra; 3) A fojas 75
copia simple de evaluación invalidez accidente escolar DL 313 de
fecha 7 de febrero de 2007 de Robin Alan Sepúlveda Irribarra; 4) A
fojas 76 copia simple de certificado expedido por el doctor Marcelo
Jiménez Cid, oftalmólogo que da cuenta que Robin Sepúlveda
Irribarra, el 14 de noviembre de 2006 tras recibir un golpe de
madera en el ojo izquierdo ingresó con herida de cornea y esclera
con salida de humor acuoso cristalino, cuerpo ciliar e iris por la
herida; 5) A fojas 77 copia simple de certificado de fecha 31 de
octubre de 2007, suscrito por el doctor Daniel Navarrete, psiquiatra
respecto de Carmen Irribarra Martínez con un diagnóstico de
enfermedad bipolar de ánimo, cuadro crónico y tratamiento de por
vida; 6) A fojas 78 copia simple de certificado de fecha 29 de octubre
de 2008 suscrito por el doctor Daniel Navarrete, psiquiatra respecto
de Milton Sepúlveda Acuña que señala que actualmente presenta
compromiso de ánimo e ideación suicida recurrente por períodos
que se pueden prolongar hasta por 4 ó 6 semanas; 7) A fojas 80
informe de atención de fecha 13de febrero de 2008 suscrito por la
psicóloga Yohanna Andrea Berrocal Ortiz respecto de Asunción del
Carmen Irribarra Martínez; 8) A fojas 82 informe oftalmológico de
Robin Sepúlveda Irribarra; 9) A fojas 83 Informe de fecha 27 de
febrero de 2007 remitido por Oscar Aguilera Aguilera, director de la
escuela de Pueblo Seco, Santa Clara al INP Bulnes respecto del
accidente; 10) A fojas 84 declaración individual de accidentados
escolares de fecha 14 de noviembre de 2006 respecto de Robin
Sepúlveda Irribarra.

TESTIMONIAL: consistente en las declaraciones de Irene del


Rosario Cifuentes Morales, Verónica Isabel Millar Ortiz, Jeannette
de Lourdes Barrera Garay y Sara Magdalena Valenzuela Escobar, las
que legalmente juramentadas exponen:

CIFUENTES MORALES; que es efectivo que los demandados


actuaron de forma culposa y negligente, lo que le consta porque
estaba trabajando en el quiosco justo en el frente donde sucedió el
accidente, solamente estaba ella y no había nadie cuidando, como el
inspector o director no estaban en el lugar, dos niños se dirigieron
en busca del director y éste lo tomó en el auto y lo llevó al centro de
urgencia, los niños estaban en horario de recreo, el quiosco se
encuentra fuera del colegio, pabellón lado sur, los niños juegan en el
patio del colegio, el quisco está donde se accidentó el niño, a tres
metros, no hay separación entre el quiosco y el patio. El tamaño del
patio es de unos 30 metros aproximadamente, andaban jugando
cuatro niños y el menor ahí, venía corriendo a la siga de los que
venían con el bate, el niño se encontraba con las manos adelante en
posición de descanso porque venía corriendo y luego el bate lo tiró
así no más, sin mala intención como estaban jugando, lo que ella vio,
el hecho fue derivado del juego en una situación imprevista. El niño
que lanzó el bate estaba de espaldas a Robin, era una tablita que
sacaron de la leñera. Le consta que el niño perdió su ojo izquierdo
por lo que le ha contado la mamá y por lo que vio, sabe que los
demandados son responsable por lo que le conversa la mamá, ella le
dijo que no había tenido apoyo de la Municipalidad ni del director
del colegio, no hubo beneficio alguno que se realizara en el colegio.
Desconoce si ha habido otros accidentes, se hacía prevención de
riesgo a los alumnos como tocar el timbre o alarma para que salieran
al patio. Vio a la mamá como sufría y de ahí que el niño se encerró y
no salía de su casa.

MILLAR ORTIZ, que es efectivo que los demandados actuaron


culposa y negligentemente, su hijo, Eduardo Soñez, era uno de los
cuatro niños que se encontraban jugando, estaba Robin Sepúlveda,
Jonathan Medina que lanzó el palo. Desconoce quién sacó el palo de
la leñera, lo que declara es por lo que le contó su hijo, no les quitaron
el palo, pero su hijo le dijo que le habían hablado dos veces, ella no
vio el accidente que fue fortuito. Estaban jugando, Jonathan estaba
de espaldas a Robin, el niño echó el palo para atrás y le pegó en el
ojo. Sabe que Robin quedó ciego de su ojo izquierdo lo que le consta
porque en reuniones de apoderados lo hicieron saber. No se han
hecho charlas de prevención de riesgo en el colegio ni operación de
evacuación ni emergencia. Los papás del niño sufrieron daños
morales porque cuando visitaban a la mamá de Robin la
encontraban super mal.
BARRERA GARAY; que es efectivo que los demandados actuaron
culposa y negligentemente lo que le consta porque su nieto, Víctor
Miguel Acuña Escobar, se lo contó ya que era compañero del menor.
Su nieto no participó del juego, le contó que no había ningún
profesor ni la inspectora donde se accidentó el menor. Ha habido
otros accidente, su nieto sufrió un accidente y se reclamaba al
director que respondía que se calmara no más y que después se
arreglaban los problemas sin que se arreglaran, su nieto sufrió
rotura de rodilla a consecuencia de un puntapié y una herida en la
cabeza a consecuencia de un piedrazo en otra ocasión, situaciones
que ocurrieron durante los recreos, no habiendo inspector ni
profesor. El colegio tiene más o menos 300 niños, los accidentes
ocurren casi todos los días lo que le consta porque va todos los días
al colegio y porque el resto de las mamás le cuenta. La mamá y el
papá sufrieron harto y también el niño lo que sabe porque vive cerca
y lo ha visto.

VALENZUELA ESCOBAR, que le consta que los demandados


actuaron negligente y culposamente lo que le consta porque su hijo
era compañero del niño que sufrió el accidente y le comentó, su hijo
no participó en el juego, solamente le comentó que un compañero le
había pegado con un palo a Robin, además la profesora lo comentó
en una reunión de apoderados. En el colegio su hijo también sufrió
un accidente en el patio, tuvo un tec cerrado debido a una caída
producto de una zancadilla que le hicieron, y ha habido dos
accidentes más. El colegio tiene unos 230 alumnos, el patio donde
juegan no es muy grande y hay otro patio. Existe un quiosco de
confites ubicado dentro de la escuela en la parte de atrás. Ha visto el
sufrimiento de los padres y del niño.
QUINTO: CONFESIONAL de Oscar Aguilera Aguilera a fojas 203
en la que señala que el 14 de noviembre de 2006 a las 13:55 horas un
grupo de cuatro alumnos, de la Escuela de Pueblo Seco de recreo en
el patio del colegio se encontraban jugando baseball con un palo que
habían sacado de la leñera del establecimiento. El niño Robin
Sepúlveda, a la fecha de 9 años de edad, participaba del juego y
repentinamente a uno de los alumnos que jugaba se le soltó o le tiró
el palo a Robin golpeándolo en el ojo izquierdo, a consecuencia de lo
cual el menor resultó con lesiones consistentes en estallido ocular,
herida cornea, eccema con salida de iris y cuerpo ciliar, ptitis Bulby,
de lo que resultó que el niño quedó ciego de su ojo izquierdo. Al
momento de los hechos él estaba en un patio cuidando a los alumnos
y en el otro patio se encontraba la inspectora Carmen Gloria Vargas
Cerpa quien mandó a un niño a avisarle que había ocurrido un
accidente en el otro patio en el cual ella cuidaba y que minutos antes
le había impedido el juego con palos a los niños, procedió a quitarle
el palo y lo devolvió a la leñera que estaba protegida por una malla
de alambre de aproximadamente de un metro sesenta de alto. Le
informa del accidente y va a ver al niño, inmediatamente siguió la
gestión correspondiente para hacer la ficha de accidente escolar y lo
trasladó de inmediato al consultorio de salud rural de Santa Clara
donde fue atendido. Es efectivo que antes del accidente habían
ocurrido otros accidentes, se caían niños y sufrían rasmilladuras en
las rodillas unos tres o cuatro al año. Como director de la escuela a la
época tenía que velar por todos y siempre lo hizo.

A fojas 208 rola CONFESIONAL de don Rodrigo de la Puente


Acuña quien señala que no le consta el accidente porque en ese
momento no ejercía como Alcalde o sostenedor, le consta que señor
Aguilera era director de la escuela de Pueblo Seco y dependía de la
Municipalidad de Bulnes.

SEXTO: Que el demandado Oscar Aguilera rindió prueba:

DOCUMENTAL: consistente en: 1) a fojas 87 a 104 Reglamento de


Convivencia Escolar de la Escuela Básica de Pueblo Seco, Santa
Clara. Comuna de Bulnes ; 2) A fojas 105 declaración individual de
accidentados escolares respecto de Robin Alan Sepúlveda Irribarra
de fecha 14 de noviembre de 2006, hora 13:55; 3) A fojas 106
certificado suscrito por doña Deyanira Jara Troncoso, directora del
Centro de Salud de Santa Clara; 4) A fojas 107 certificado expedido
por doña Myriam Rivas Oñate, técnico paramédico del Centro de
Salud de Santa Clara; 5) A fojas 108, certificado expedido por don
Rolando Canales Castro, administrativo del Centro de salud de Santa
Clara; 6) A fojas 109, oficio Nº11 dirigido por don Oscar Aguilera
Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco, Santa Clara a don
Julio Sepúlveda Jorquera, jefe DAEM de Bulnes; 7)a fojas 110
informe de fecha 27 de febrero de 2007 suscrito por Oscar Aguilera
Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco Santa Clara y dirigido
a INP, Centro de Atención Bulnes; 8) a fojas 111, Informe de fecha 28
de marzo de 2007 suscrito por Oscar Aguilera Aguilera, director de
la escuela de Pueblo Seco Santa Clara y dirigido a Simón Muñoz,
supervisor de PROE- Ñuble: 9) a fojas 112 y 113 Informes de fecha 10
de abril de 2007 suscrito por Oscar Aguilera Aguilera, director de la
escuela de Pueblo Seco y dirigido a Simón Muñoz, Supervisor de
PROE- Ñuble; 10) A fojas 114 Informe de fecha 10 de julio de 2007
suscrito por Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de
Pueblo Seco y dirigido a Julio Sepúlveda Jorquera, jefe DAEM ,
Bulnes; 11) a fojas 115 informe de septiembre de 2009 suscrito por
Carmen Gloria Vargas Cerpa, paradocente de la escuela de Pueblo
Seco Santa Clara y dirigido a Oscar Aguilera Aguilera, director de la
escuela de Pueblo Seco Santa Clara; 12) a fojas 116 informe de
septiembre de 2009 suscrito por Celina Viviana Mardones Jara, Jefe
UTP; 13) a fojas 117 certificado de fecha 10 de septiembre de 2009
suscrito por Yenny Cartes San Martín, enfermera del Hospital
Herminda Martin de Chillán; 14) a fojas 118 oficio de fecha 2 de
diciembre de 2005 dirigido por Oscar Aguilera Aguilera, director de
la escuela de Pueblo Seco a Luis Chamblas Sáez, coordinador del
departamento de prevención de riesgos ACHS; 15) a fojas 119 oficio
Nº158 de fecha 24 de noviembre de 2005 dirigido por Oscar
Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco a Marina
Balbontin Riffo, jefe de Consultorio General Rural de Salud; 16) a
fojas 120 hoja de asistencia a reunión de prevención de riesgos
(primeros auxilios) de fecha 2 de noviembre de 2005 en la escuela de
Pueblo Seco Santa Clara; 17) a fojas 121 a 176 plan de emergencia de
la escuela de Pueblo Seco sobre procedimiento operativo en caso de
siniestros o emergencias elaborado por INACAP de fecha de
diciembre de 2005; 18) a fojas 147 a 182 set de seis fotografías.

TESTIMONIAL consistente en la declaración de: Irene Zenobia


Echeverría Parra, Carmen Gloria Vargas Cerpa, Celina Viviana
Mardones Jara, Gisell Aura Yañez Mellado y Paulina Ester
Valenzuela Valenzuela, las que legalmente juramentadas exponen:

ECHEVERRIA PARRA, al punto Nº1 que no actuaron negligente


ni culposamente porque en el colegio se tomaron medidas para
evitar accidentes y se han hecho ejercicios de la operación Daisy, es
apoderada y vecina del colegio, va a dejar colación a su hijo lo que
hizo el día del accidente, el colegio es seguro para los niños, el
accidente fue un hecho fortuito derivado de un juego, pero ella no
vio el accidente.

VARGAS CERPA, en cuanto al punto Nº1 indica que no presenció


el accidente, sorprendió a los niños jugando al bate en el patio al
cual se acercó y les quitó los palos y los lanzó a la leñera donde
estaba cerrado con llave. Los niños dejaron de jugar y siguió la ronda
habitual, pasados unos minutos se acerca el niño Robin Sepúlveda y
le dice que por qué es tan mala con él y no les permite jugar a lo que
ella le responde que es porque es peligroso, luego llegan unos niños y
le avisan que Robin había sufrido un accidente y se lo traen, el niño
le dijo que le pegaron con un palo con el que estaban jugando por lo
que le avisó al director que se encontraba en la multicancha, se llevó
a Robin al baño para limpiarle la sangre que le corría por la cara y
ahí vio la gravedad del accidente, el director lo llevó en la camioneta
al consultorio de Santa Clara, ella llamó a la madre del niño Carmen
Irribarra avisándole del accidente, hizo la ficha de accidente escolar
y se fueron al consultorio.

En la escuela tenían charlas preventivas, aparte de tener los


lugares de riesgo que podía tener el colegio, además el plan del
establecimiento estaba hecho por profesionales, había plan contra
incendios, primeros auxilios, estaba todo señalizado con afiches de
la ACHS, se hicieron operaciones Daysi, a los apoderados se les tuvo
informados de las medidas, a la directiva del centro de padres se les
capacitó en charlas y en la cual participaron en varias charlas con la
mamá de Robin. Los estudiantes participaban de los ejercicios
preventivos y de las charlas, se hacían en la mañana y participaban
todo el alumnado, cuando eran en la tarde se citaba a la directiva del
centro de estudiantes y las directivas de cada curso. Durante los
recreos siempre se los cuidó por el director y por ella, salían diez
minutos antes al patio para prever cualquier imprevisto.

El accidente se debió a un hecho fortuito, las medidas de


seguridad estaban , ella quitó los palos y los lanzó a una parte segura
de la leñera en donde estaba cerrado con llave. Todo estaba cerrado
y con las medidas de resguardo necesario para que no ocurrieran
accidentes, el hecho fue fortuito ocurrió en noviembre de 2006, diez
para las dos de la tarde. Las personas que estaban cuidando a los
niños eran dos, el director señor Aguilera y ella, y cuidaban 229
niños aproximadamente. El promedio de accidentes que se produce
al año es de unos 4 ó 5. El accidente fue en el último patio.

MARDONES JARA, en cuanto al punto Nº1 indica que no


presenció el accidente, se encontraba trabajando en aula y esto
ocurrió en horas de recreo. Se tomaban medidas preventivas en la
escuela por reglamento interno elaborado por todos los estamentos
de la escuela, medidas como la operación Daysi. A los alumnos
permanentemente se les vigilaba y se hacía entrega de los cursos
cuando llegaba el profesor a las salas. Estaban tomadas las medidas
porque la leñera, que en sí revestía un peligro, se encontraba cerrada
y con llave. El accidente fue un hecho fortuito, los lugares que
podían revestir peligro se encontraban resguardados
permanentemente. A esa época había unos 200 niños
aproximadamente y cuidaban dos personas, el director y la
inspectora. Intervino un experto de la ACHS, la escuela cuenta con
un reglamento de higiene, de orden y de seguridad.

YAÑEZ MELLADO, señala que trabaja en la escuela de Pueblo


Seco y al punto Nº1 indica que en la escuela siempre se han tomado
medidas para prevenir accidentes, se han hecho simulacros,
capacitaciones con el centro INACAP, hay cercos de protección en
los actos de los días lunes, también se les recomienda a los niños
normas para prevenir accidentes, los niños están informados desde
kínder a octavo básico en la escuela. No presenció el accidente, los
niños cuando juegan lo hacen solos o resguardados por funcionarios
de la escuela en los recreos, siempre ha habido una o más personas
vigilando los patios y pasillos durante los recreos, cuando no había
inspector don Oscar, que en ese tiempo era director, con la señorita
Carmen Vargas que era inspectora, se encargaba de cuidar los
patios. A la época del accidente los lugares que podían tener
elementos peligrosos estaban resguardados, había un cerco de malla
que tenía una puerta que se encontraba cerrada con candado. El tipo
de accidente fue algo excepcional y fortuito. La escuela tiene
alrededor de 200 alumnos aproximadamente, tiene dos patios y se
incluye la multicancha, ella se encontraba en la escuela cuando
ocurrió el accidente.

VALENZUELA VALENZUELA: respecto del punto Nº1 indica


que no presenció el accidente, ese día se encontraba en funciones.
En la escuela se tomaban medidas preventivas, una de ellas es que
en cada recreo salía a los patios la inspectora junto al director,
participaba toda la comunidad educativa en una capacitación con
jóvenes de Inacap para capacitarlos en situaciones de accidentes o
catástrofe, primeros auxilios y tenían un plan de emergencia
llamado operación Daysi, también se toman las precauciones ante
cualquier riesgo, las medidas se hacen partícipes mediante charlas,
ensayos de operación Daysi y en los actos matinales del día lunes se
les hacen todas estas recomendaciones, en los cursos respectivos
cada profesor recuerda las recomendaciones de prevención. Durante
los recreos los estudiantes nunca están solos, siempre hay alguien o
más de alguien a cargo de los estudiantes, incluso en los pasillos, en
horas de clases hay encargados de vigilar las dependencias siempre.

La leñera estaba siempre con llave, los resguardos eran


permanentes, esto fue un accidente, una excepción muy lamentable.
A la época de los hechos la matricula era de más de doscientos
alumnos, la escuela tiene dos patios incluida la cancha.

SEPTIMO: Que a fojas 223 corre agregado Reservado “J”/Nª104 de


fecha 10 de marzo de 2011 remitido por el doctor Rodrigo Avendaño
Brandeis, Director del hospital Clínico Herminda Martin por el que
envía certificado suscrito por el médico oftalmólogo don Marcelo
Jiménez Cid que evaluó a Robin Alan Sepúlveda Irribarra y señala
que el paciente tiene antecedentes de trauma ocular grave ojo
izquierdo el 14 de noviembre de 2006, a partir de dicha fecha la
lesión produce la pérdida total de visión del ojo que finalmente
evoluciona con una Ptisis Bulbi, actualmente se encuentra usando
prótesis ocular en el ojo izquierdo.

A fojas 228 y 231 corre agregado informe pericial psicológico


proteccional de Robin Alan Sepúlveda Irribarra de fecha 11 de abril
de 2011 y evacuado por el perito judicial psicólogo Rodrigo Braña
Lillo en el que se concluye que la familia vivió un gran estado de
estrés crónico producto del lamentable accidente vivido por Robin,
alterando toda la dinámica y estructura familiar, con los
consiguientes costos emocionales, relacionales y emocionales entre
ellos y con su comunidad, asumidos de manera particular. Esta
situación se vio empeorada por la escasa red de apoyo entregada por
la contraparte, en donde hubo discursos ambivalentes y poco
concretos en cuanto a la forma de ayuda que podrían haber prestado
para la recuperación del niño.
OCTAVO: Que el fundamento de la demanda dirigida en contra de
Oscar Aguilera Aguilera, en su calidad de director, a la época de los
hechos, de la Escuela de Pueblo Seco de Santa Clara, es la
responsabilidad que, en forma directa o indirecta, afectaría a la
parte demandada en el hecho, por cuanto habría faltado al
cumplimiento de sus deberes de vigilancia y cuidado de sus
discípulos y a la obligación de mantener la debida disciplina en el
establecimiento educacional, negligencia que derivó en el accidente
que trajo como consecuencia la pérdida del ojo izquierdo de Robin
Sepúlveda Irribara, alumno del establecimiento y que asimismo trajo
como consecuencia el sufrimiento y perjuicio moral tanto del menor
como de sus padres.

Asimismo funda la demanda de responsabilidad


extracontractual dirigida en contra de la Municipalidad de Bulnes,
representada por su alcalde, don Rodrigo de la Puente Acuña, en la
calidad de sostenedor del establecimiento educacional y en la
obligación de responder, solidariamente, por sus dependientes.
Funda por tanto su libelo en los artículos 2314, 2320, y 2321 del
Código Civil.

NOVENO: Que, las normas generales en materia de


responsabilidad extracontractual están incorporada, en los artículos
2314 y 2329 del Código Civil, en cuanto el primero dispone que
quien ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro
es obligado a la indemnización y el segundo, en su inciso 2º, que, por
regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia
de otra persona debe ser reparado por éste.

DECIMO: Que para determinar la concurrencia de


responsabilidad extracontractual, es necesario: que exista un hecho
que cause daño; que el hecho sea consecuencia de una acción,
omisión o abstención de una persona determinada; que la persona
imputada tenga capacidad; que se encuentre justificada la
participación directa o indirecta de la persona imputada en el hecho;
que no se hayan acreditado causales que eximan de responsabilidad
a la persona imputada; que exista antijuricidad en el actuar, esto es
que no se encuentren acreditadas causales de justificación; que esté
probada la culpabilidad de la persona inculpada, y que se encuentre
justificada la relación de causalidad entre el hecho y el daño.

DECIMO PRIMERO: Que, en cuanto a la responsabilidad


atribuida a don Oscar Aguilera Aguilera se fundamenta en la falta de
vigilancia, cuidado y negligencia en el cumplimiento de sus deberes
como director del establecimiento. Al respecto hay que señalar que
primero es necesario determinar si el hecho atribuido al demandado
es constitutivo o no de cuasidelito para lo cual es necesario
establecer si la conducta del agente ha sido la causa determinante
del accidente, y si ha tenido su origen en su imprudencia temeraria,
o bien en un acto antirreglamentario meramente imprudente o
negligente en el cumplimiento de sus funciones y si el resultado era
o no previsible.

En el caso a fin de acreditar estas circunstancias la


demandante ha rendido prueba testimonial y documental que dan
cuenta que el día 14 de noviembre del año 2006, el menor Robin
Alan Sepúlveda Irribarra sufrió un accidente producto de un golpe
con un palo manipulado por otro menor a consecuencia de lo cual se
le produjo un trauma ocular grave que determinó la pérdida de su
ojo izquierdo.
En cuanto a la culpabilidad del demandado los actores
rindieron prueba testimonial consistente en la declaración de cuatro
testigos de los cuales sólo Irene Cifuentes Morales da cuenta de
haber presenciado los hechos por encontrarse encargada del quiosco
de confites que se encuentra en el patio donde se produjo el
accidente. Los demás testigos sólo relatan los hechos por dichos de
sus hijos o nietos menores sin haber presenciado los hechos. La
testigo Cifuentes declara que al momento de los hechos no había
cuidando nadie a los niños que jugaban con un palo de madera
baseball observando cuando el niño tiró el bate, sin mala intención,
golpeando a Robin. Por otra parte la testigo Millar Ortiz indica que
su hijo le señaló que le habían hablado dos veces para que dejaran el
juego.

Por su parte el demandado rindió prueba documental y


testimonial consistente en la declaración de cinco testigos, una de
ellas es Carmen Gloria Vargas Cerpa que se encontraba al cuidado
del patio de los menores el día de los hechos la que señala haberse
retirado del lugar momentos antes, haber quitado el palo y advertido
a los menores del peligro del juego, y luego de acaecido el accidente
haberlo informado al director, demandado de autos, para luego
tomar las providencias necesarias para el traslado al recinto
asistencial del niño y llenar la documentación correspondiente al
seguro de accidentes escolares. El resto de los testigoa no son
presenciales y dan cuenta de las medidas preventivas existentes en el
colegio para eventuales accidentes.

Además la demandada rindió prueba documental, a fojas 105


acompañó la declaración individual de accidentados escolares y
certificados de fojas 106 a 108 suscrito por profesionales del Centro
de Salud de Santa Clara que dan cuenta que es el demandado el que
trasladó en su vehículo al menor a dicho centro de donde fue
derivado al Hospital Herminda Martin.

De esta forma no ha resultado acreditado el supuesto actuar


culposo del demandado Aguilera ni la negligencia o falta de
vigilancia aducida por la demandante, tampoco se acreditó que el
demandado, en su calidad de Director, no haya tomado las medidas
necesarias ni que haya incumplido sus deberes, por el contrario, la
prueba rendida, tanto por la actora como por la demandada, dan
cuenta que el director se encontraba en sus funciones al momento de
los hechos, cuidando un patio aledaño y que existía una paradocente
encargada del patio del lugar del accidente, también se acreditó que
la respuesta al accidente fue lo más rápida posible, llevando el
director al menor al centro asistencial más cercano en su propio
vehículo.

En el caso se atribuye al demandado Aguilera negligencia por


hecho propio por lo que hay que preguntarse cuál era la conducta y
deber propio del director exigible, cual era el deber de vigilancia y
cuidado de los menores que correspondía a su cargo. El demandado
debía disponer de vigilancia en los patios en los horarios de recreo y
dicha circunstancia se acreditó, tanto él como la señorita Vargas se
encontraban en los patio, de tal forma que cumplió los deberes
propios de su cargo, dio aviso a la apoderada del menor, realizó los
trámites necesarios para denunciar el accidente escolar ( de lo que
da cuenta la documental) y trasladó al menor al centro asistencial
más cercano, por tanto no se ha probado hecho alguno que se le
pueda imputar como incumplimiento o infracción reglamentaria o
falta, negligencia o cuidado en sus labores. En el caso no se probó
que no existieran inspectores en el patio, por lo que no se ha
acreditado hecho ilícito alguno. No es exigible dentro de lo razonable
al demandado, otra conducta en sus obligaciones como director al
momento de los hechos.

Así las cosas no se ha acreditado un requisito básico de a


responsabilidad extracontractual el hecho dañoso atribuible a culpa
del demandado.

El resto de la prueba documental y testimonial rendida por la


demandante sólo dan cuenta de las consecuencias del accidente, esto
es, del daño ocular ocasionado al menor y de las consecuencias
psicológicas y emocionales tanto del niño como de sus padres como
lo señala el informe pericial de fojas 231, por lo que no habiéndose
acreditado el supuesto básico se hace innecesario analizar el resto de
los requisitos y menos aún el daño ocasionado o si es procedente la
indemnización por daño moral.

DECIMO: Que, en cuanto a la responsabilidad atribuida en forma


solidaria a la Municipalidad de Bulnes en calidad de sostenedora del
Establecimiento Municipal se rechazará también la demanda en esta
parte por los fundamentos ya señalados, ya que no habiéndose
acreditado la responsabilidad del demandado Aguilera, menos aún
puede estimarse que se configura la responsabilidad de la
Municipalidad. Al respecto es necesario aclarar que la
responsabilidad establecida en el artículo 2320 del Código Civil
invocada por la demandante se refiere a la responsabilidad por
hecho ajeno que tiene como supuesto los siguientes requisitos;
a)existencia de un vínculo de subordinación o dependencia entre dos
o más personas; b)que ellas sean capaces de delito o cuasidelito civil
c) que la persona que esté al cuidado de otra o de sus bienes haya
cometido un hecho ilícito, y d) que se pruebe la responsabilidad del
subordinado.

En el caso no se ha acreditado que don Oscar Aguilera Aguilera


en su calidad de director de la escuela de Pueblo Seco al momento de
los hechos, haya cometido un hecho ilícito, ni se acreditó que el
demandado no haya empleado el cuidado necesario de vigilancia de
sus discípulos; ni tampoco se ha acreditado su responsabilidad al
demandado.

A mayor abundamiento, la responsabilidad por hecho ajeno no


es aplicable la solidaridad entre el tercero que responde civilmente y
el autor del hecho, ni sus obligaciones de reparación pueden ser
estimadas como de naturaleza conjunta ya que esta responsabilidad
no se complementa con la establecida en los artículos 1511 y 2314 del
Código Civil ya que son independiente y emanan de hechos distintos,
la responsabilidad del tercero civilmente responsable
(Municipalidad) por su falta de diligencia, autoridad o cuidado
respecto de la persona sujeta a su cuidado o dependencia y la del
dependiente (Director de la escuela), por su hecho doloso o culpable
cometido directamente por él, máxime cuando en el caso no se ha
demandado a la Municipalidad por falta de servicio.

DECIMO PRIMERO: Que en cuanto a las alegaciones realizadas


por la demandada Municipalidad de Bulnes en cuanto a la falta de
legitimidad pasiva, será rechazada por cuanto la calidad de
sostenedor del establecimiento educacional en que ocurrieron los
hechos le otorga esa legitimación pasiva ya que responde por el
hecho o negligencia de sus dependientes, en el caso del Director del
Establecimiento, sin perjuicio de lo ya señalado en el considerando
anterior sobre la solidaridad,
En cuanto a la alegación realizada por ambos demandados en
lo que dice relación a la responsabilidad de los padres del menor
autor directo del hecho, hay que recordar que en el artículo 2321 del
Código Civil se establece una presunción simplemente legal de
responsabilidad cuando los padres hayan incurrido en una mala
educación y permitido hábitos viciosos en los menores, es decir, sólo
se configura si los delitos o cuasidelitos cometido por los hijos
menores provienen de mala educación o de hábitos viciosos,
circunstancia no acreditada máxime cuando todos los testigos
declaran que el hecho se produjo en el contexto de un juego de
cuatro menores.

Que, al no reunirse los presupuestos básicos para que exista


responsabilidad extracontractual, respecto de alguno de los
demandados, en razón de lo que se ha expresado, la demanda debe
ser desestimada.

DECIMO SEGUNDO: Que el resto de la prueba rendida en nada


desvirtúa lo razonado precedentemente.

Por lo anterior, y teniendo además presente lo dispuesto en los


arts. 1698, 2314, 2320,2321 del Código Civil y arts. 144, 170 y 254 del
Código de Procedimiento Civil, se declara:

I.- Que, se rechaza la demanda de lo principal de fs. 1.

II.- Que, no se condena en costas por estimarse que ha existido


motivo plausible para litigar.

Rol 40.659.
Dictada por doña Claudia Aguayo Dolmestch, Juez Titular.
Autoriza doña Victoria Fell Padilla, Secretaria Subrogante.

En Bulnes, a cinco de abril de dos mil doce, notifiqué por el estado


diario el hecho de haberse dictado sentencia en esta causa.

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