0 penilaian0% menganggap dokumen ini bermanfaat (0 suara)
54 tayangan32 halaman
1) Un niño llamado Robin Alan Sepúlveda Irribarra perdió la visión de su ojo izquierdo luego de ser golpeado por un palo mientras jugaba en el patio de la Escuela de Pueblo Seco.
2) Sus padres, Milton Sepúlveda Acuña y Asunción Irribarra Martínez, interpusieron una demanda de indemnización por daños y perjuicios contra el director de la escuela Oscar Aguilera Aguilera y la Municipalidad de Bulnes.
3) La Municipalidad de Bulnes contestó la demanda sol
1) Un niño llamado Robin Alan Sepúlveda Irribarra perdió la visión de su ojo izquierdo luego de ser golpeado por un palo mientras jugaba en el patio de la Escuela de Pueblo Seco.
2) Sus padres, Milton Sepúlveda Acuña y Asunción Irribarra Martínez, interpusieron una demanda de indemnización por daños y perjuicios contra el director de la escuela Oscar Aguilera Aguilera y la Municipalidad de Bulnes.
3) La Municipalidad de Bulnes contestó la demanda sol
1) Un niño llamado Robin Alan Sepúlveda Irribarra perdió la visión de su ojo izquierdo luego de ser golpeado por un palo mientras jugaba en el patio de la Escuela de Pueblo Seco.
2) Sus padres, Milton Sepúlveda Acuña y Asunción Irribarra Martínez, interpusieron una demanda de indemnización por daños y perjuicios contra el director de la escuela Oscar Aguilera Aguilera y la Municipalidad de Bulnes.
3) La Municipalidad de Bulnes contestó la demanda sol
A fojas 1 y siguientes, comparecen don MILTON SEPULVEDA
ACUÑA, peluquero básico y doña ASUNCION IRRIBARRA MARTINEZ, labores de casa, ambos domiciliados en Barrio Estación N°89, Santa Clara, comuna de Bulnes, por sí y en representación de su hijo menor de edad ROBIN ALAN SEPULVEDA IRRIBARRA, estudiante y del mismo domicilio, quienes interponen demanda en juicio ordinario por Indemnización de Perjuicios, en contra de don OSCAR AGUILERA AGUILERA, Director de la Escuela de Pueblo Seco, Santa Clara, comuna de Bulnes y en contra de su empleador la ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE BULNES, representada por su alcalde don RODRIGO DE LA PUENTE ACUÑA, ignora profesión, ambos domiciliados en el edificio consistorial de Bulnes, calle Palacios esquina Manuel Bulnes, comuna de Bulnes, a fin de que se condene a los demandados a cancelar solidariamente las siguientes sumas a) a don Robin Alan Sepúlveda Irribarra la suma de $45.000.000; b) a don Milton Sepúlveda Acuña la suma de $25.000.000 y c) a doña Asunción Irribarra Martínez la suma de $25.000.000, con los reajustes que experimente el Índice de Precios al Consumidor, desde la fecha de la notificación de la demanda o en subsidio desde la fecha que el Tribunal fije, hasta el pago efectivo, con intereses y costas.
A fojas 11, consta notificación personal de los demandados.-
A fojas 14 y siguientes, la demandada, Municipalidad de Bulnes, contesta la demanda rechazándola en todas sus partes con costas.-
A fojas 25, el demandado Oscar Aguilera Aguilera contesta la
demanda solicitando su rechazo en todas sus partes, con costas.
A fojas 37, se tuvo por evacuado el trámite de la réplica y se dio
traslado para la dúplica.
A fojas 39 se tuvo por evacuado el trámite de la duplica por el
demandado Oscar Aguilera Aguilera y a fojas 41 se tuvo por evacuado el trámite de la dúplica por la demandada Municipalidad de Bulnes.
A fojas 243, tuvo a lugar audiencia de estilo con la sola
asistencia del apoderado de la parte demandante y en ausencia de la demandada. Llamadas las partes a conciliación, esta no se produce.-
A fojas 56 y 60, se recibe la causa a prueba, rindiéndose la que
obra en autos.-
A fojas 250, se citó a las partes a oír sentencia.-
CONSIDERANDO:
PRIMERO: A fojas 1 y siguiente comparecen Milton Sepúlveda
Acuña y Asunción Irribarra Martínez a su nombre y en representación de su hijo Robin Alan Sepúlveda Irribarra, e interponen demanda de indemnización de perjuicios en contra de Oscar Aguilera Aguilera, director de la Escuela de Pueblo Seco, y en contra de su empleador la Municipalidad de Bulnes representada por su alcalde Rodrigo de la Puente Acuña. Fundan su demanda señalando que el día 14 de noviembre de 2006, aproximadamente a las 14:30 horas, y encontrándose los alumnos de la Escuela de Pueblo Seco de Santa Clara, en recreo en el patio del colegio, aconteció que un grupo de cuatro alumnos se pusieron a jugar baseball con un palo que había sacado de la leñera del establecimiento educacional. Miraba el juego su hijo Robin Alan Sepúlveda Irribarra, a la época de 9 años de edad, y repentinamente a uno de los alumnos se le soltó o tiró el palo a Robin, golpeándole el madero en su ojo izquierdo, a consecuencia de lo cual resultó con lesiones consistentes en estallido ocular, herida cornea, eccema con salida de iris y cuerpo ciliar, ptitis Bulby, de lo cual quedó ciego de su ojo izquierdo. Tan graves fueron sus lesiones que el Instituto de Normalización Previsional estimó que había quedado con un 35% de incapacidad y que el Superintendente de Seguridad Social estimó su incapacidad en un 40%.
A partir de esa fecha comenzó un verdadero calvario para su
familia, sin encontrar por parte del director de la escuela y de la Municipalidad la menor disposición de hacerse cargo del asunto ya que su único y permanente interés ha sido dilatar lo más posible el llegar a un eventual arreglo. Su hijo quedó lisiado para siempre, con serias limitaciones en su desenvolvimiento diario por lo que conforme los artículos 2320 y 2321 del Código Civil señala que Oscar Aguilera Aguilera es responsable del pago de los perjuicios sufridos por su hijo y por ellos y la Municipalidad es solidariamente responsable con el señor Aguilera del pago de los mismos, habida cuenta que este último es dependiente de esa corporación edilicia.
Indica que conforme las normas citadas los jefes de colegios y
escuelas está obligados a vigilar a sus discípulos y a mantener la debida disciplina en el establecimiento, por lo que es natural presumir que si los discípulos causan un daño es porque aquellos no los vigilaron debidamente. El fundamento de la responsabilidad es la culpa de esos jefes, la falta de vigilancia en que incurrieron y que hizo posible el hecho ilícito del discípulo ya que los hechos ocurrieron encontrándose tanto el autor de los hechos como su hijo bajo el cuidado del demandado.
La obligación de responder por los dependientes afecta a todo
empresario, sea fiscal, municipal o particular, la ley no distingue la responsabilidad del estado y de las Municipalidades en cuanto a administradores de su patrimonio privado o de una empresa que les pertenece, queda regida por el derecho común. Los empresarios responden del hecho de sus dependientes, esto es de las personas que están a su servicio, bastando que una persona sirva o trabaje bajo las órdenes de otra para que tenga la calidad de dependiente, por lo que la Municipalidad es sujeto pasivo de la demanda.
En cuanto a los perjuicios ocasionados indica que respecto de
Robin Alan Sepúlveda Irribarra consisten en el daño moral, sufrimiento psicofísico que ha lesionado su alma por lo sufrimientos físicos y del espíritu que soportó por la pérdida de su ojo izquierdo, además de los quebrantos espirituales y morales que ha tenido que soportar y la depresión de ánimo que le originaron. Estima que todos los sufrimientos, pesares y molestias sufridos, aunque no es posible estimarlos en su valor real, no se satisfacen sino con el pago de una suma no inferior a los $45.000.000 ya que debe tomarse en cuenta que la pérdida de la visión de un ojo durará hasta que fallezca impidiéndole en el futuro desempeñarse en diversos oficios y trabajos. En cuanto a los daños ocasionados a Milton Sepúlveda y Asunción Irribarra corresponden al daño moral consistente en el sufrimiento psicofísico que ha lesionado sus espíritus por las lesiones sufridas por su hijo, asimismo por la depresión de ánimo además del dolor que les significa pensar en el futuro de su hijo y las serias limitaciones que tendrá para ganarse la vida. Además el daño reside en haberse enfrentado a la absoluta indiferencia tanto del alcalde anterior señor Hidalgo como del actual alcalde señor de la Puente así como el maltrato que debieron sufrir de otras autoridades municipales, daño que avalúan la suma de $25.000.000 para cada uno, por lo que solicitan se tenga por interpuesta demanda en juicio ordinario por Indemnización de Perjuicios, en contra de don OSCAR AGUILERA AGUILERA, Director de la Escuela de Pueblo Seco, Santa Clara, comuna de Bulnes y en contra de su empleador la ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE BULNES, representada por su alcalde don RODRIGO DE LA PUENTE ACUÑA, ignora profesión, ambos domiciliados en el edificio consistorial de Bulnes, calle Palacios esquina Manuel Bulnes, comuna de Bulnes, a fin de que se condene a los demandados a cancelar solidariamente las siguientes sumas a) a don Robin Alan Sepúlveda Irribarra la suma de $45.000.000; b) a don Milton Sepúlveda Acuña la suma de $25.000.000 y c) a doña Asunción Irribarra Martínez la suma de $25.000.000, con los reajustes que experimente el Índice de Precios al Consumidor, desde la fecha de la notificación de la demanda o en subsidio desde la fecha que el Tribunal fije, hasta el pago efectivo, con intereses y costas.
SEGUNDO: Que a fojas 14 contestando por la Municipalidad de
Bulnes, comparece el abogado don Juan Carlos Maturana Lepeley quien solicita el rechazo de la demanda en todas sus partes con costas. Señala que la demandante ha intentado crear una confusión respecto de los hechos obviando situaciones pero lo cierto es que el día en que ocurrió el accidente, la inspectora de la escuela, señorita Carmen Gloria Vargas Cerpa, por encargo del demandado, Oscar Aguilera Aguilera, que se encontraba supervisando a otros alumnos en otra parte de la escuela, vio a los alumnos jugando baseball con un palo y de inmediato les indicó que no jugaran más con ese palo, se los quitó y lo arrojó de nuevo a la leñera de donde lo habían sacado y éstos cuando la inspectora se retiró, volvieron a entrar a la leñera, sustrajeron el palo y comenzaron a jugar de nuevo pese a la orden que ya habían recibido, ocasionando el accidente en comento. Luego de ello al alumno se le prestó toda la ayuda necesaria para trasladarlo al centro asistencial para que se le brindara atención de urgencia y para que posteriormente operara el seguro por accidente escolar, sin perjuicio del apoyo afectivo y económico que se le entregó por parte de la escuela en los días posteriores. De esta forma el hecho no tiene por causa un supuesto actuar negligente de la demandada, sino que se debió a la desobediencia de los mismos alumnos que no acataron las instrucciones que se le habían dado y pese a ello persistieron en la conducta prohibida, lo que exime a su representado de responsabilidad, es más el niño accidentado firmaba parte del grupo que desarrollaba el juego prohibido.
Indica que su representada carece de legitimidad pasiva para
ser demandada toda vez que de acuerdo al artículo 2321 del Código Civil, la demanda debió ser enderezada en contra del representante legal del alumno que provocó el daño, alumno que ni siquiera está individualizado en el libelo. Sin embargo en caso que el tribunal estime que su parte tiene la legitimidad pasiva suficiente, la responsabilidad que le corresponde, en el mejor de los casos, es subsidiaria y no solidaria.
Agrega que en cuanto a los elementos de la responsabilidad
civil extracontractual, en el caso no se reúnen los requisitos. En cuanto a la existencia del hecho reclamado indica que los hechos no son efectivos según son descritos en la demanda. La actora debe acreditar la existencia del hecho que se reclama, probar que el accidente a que se hace mención ocurrió de la manera que señala, deberá individualizar a la persona determinada que actuó ilícitamente y de qué forma. En cuanto a la existencia de culpa agrega que esto implica que no se emplee el cuidado ordinario o diligencia que los hombres utilizan normalmente por lo que si se han empleado todos los medios adecuados para evitar o prevenir que el hecho dañoso ocurra, y aún este ocurre, no puede ser posible la existencia de la responsabilidad extracontractual, por ende no hay culpa, menos dolo, el actuar de su representada se encuentra ajustado a todas las obligaciones establecidas por ley, al reglamento interno y a las acciones de hecho que se tomaron para prohibir y evitar la ocurrencia del accidente. Esto se relaciona con que los actos que supuestamente configurarían la responsabilidad en autos fueron producto del caso fortuito o de terceros.
Agrega que en el caso no existe culpa de su parte, tanto por no
configurarse los elementos legales como también por configurarse causales de eximentes de responsabilidad como son:
a)Hecho o acto de terceros ya que la demandante señala que el que
golpeó a su hijo fue otro alumno, a quien no ha determinado ni individualizado, y de comprobarse que el acto fue ilícito y culposo, los primeros llamados a responder por dicho ilícito son los padres del autor directo del hecho que causó el daño,
b) Eximente de fuerza mayo o cao fortuito ya que la Municipalidad
no ha participado ni directa ni indirectamente en el hecho demandado. La eximente se configura porque el día que ocurrió el accidente, la inspectora de la escuela por encargo del demandado, que se encontraba supervisando a otros alumnos en otra parte de la escuela, vio jugando a los alumnos baseball con un palo, les indicó que no jugaran, les quitó el palo y lo arrojó a la leñera pero éstos una vez que la inspectora se retiró a otro lugar volvieron a sacar y jugar con un palo pese a la orden que habían recibido, luego al alumno se le prestó la ayuda necesaria, por lo que el hecho no tiene como causa un supuesto actuar negligente de la demandada, sino que se debió a la desobediencia de los alumnos que no acataron las instrucciones impartidas.
c) Empleo de la debida diligencia por parte de la demandada, ya que
su representada cumplió la obligación de instruir a los padres y apoderados respecto de los juegos prohibidos que no podían desarrollarse en la escuela, dando a conocer el Reglamento Interno a través de charlas de inducción y manteniéndolo permanentemente publicado en el Diario Mural de la escuela, además de la permanente vigilancia que se hacía de los alumnos a través de rondas continuas durante recreos y cambios de jornada. A mayor abundamiento, a fin de evitar todo tipo de accidentes, la escuela cercó la leñera con una malla metálica protectora y cerró con candado y cadena la puerta de este cierro para que los alumnos no tuvieran acceso a objetos que pudieran ser peligrosos. No obstante ello, los alumnos, evadiendo lo señalado por la escuela, su director, su inspectora y profesores, valiéndose de que se estaba controlando a otros alumnos en otro sector de la escuela y a sabiendas de estar ejecutando actos y juegos prohibidos, volvieron a ingresar a la leñera por una vía no destinada al efecto y sustrajeron el palo para seguir jugando y ocasionar el accidente. Hace presente que el hijo de los demandantes también participaba del juego exponiéndose temerariamente al riesgo.
En cuanto al vínculo de causalidad señala que no existe toda
vez que no hay una conducta negligente y no hay daño, ya que el perjuicio supuestamente sufrido por el demandante es consecuencia de un caso fortuito y/o actos de terceros respecto de los cuales su representada no tiene obligación alguna, el daño no es consecuencia directa de un supuesto actuar negligente de su representada sino que se debió ya sea a la imprudencia o actuar de terceros e incluso del mismo perjudicado.
En cuanto a los perjuicios reclamados agrega que la
indemnización de perjuicios tiene un fin exclusivamente resarcitorio en cuanto busca reparar estrictamente el daño causado por lo que una demanda sólo puede tener como objetivo el de indemnizar daños existentes pero bajo ninguna circunstancia la de lucrar con motivo de los mismos como se pretende en autos apelando a circunstancias más bien sentimentales que jurídicas. Para el caso que el tribunal acoja la demanda, solicita subsidiariamente que los montos de indemnización que se concedan por daño moral sean regulados prudencialmente. Por tales consideraciones solicita se tenga por contestada la demanda rechazándola con costas y declarar que: a)que su parte de legitimidad pasiva para ser demandada en juicio; b)para la eventualidad que se establezca que tiene legitimidad pasiva declare que ésta no tiene ninguna responsabilidad por los perjuicios demandados; c) si el tribunal determinara que es responsable de los perjuicios demandados, declare que la responsabilidad que eventualmente le afecte es subsidiaria y no solidaria; y d) que rebaje los montos de condena prudencialmente.
TERCERO: Que a fojas 25 don José Alberto Sánchez Zañartu,
abogado por el demandado Oscar Aguilera Aguilera, contesta la demanda solicitando su rechazo con costas. Indica que los actores sustentan sus fundamentos en una confusa y ficticia interpretación de los lamentables hechos que tuvieron como resultado un grave accidente sufrido por Robin Sepúlveda Irribarra, pretendiendo obtener un lucro indebido.
Señala que el 14 de noviembre de 2006, estando los alumnos
de la escuela de Pueblo Seco en recreo y en los instantes en que se encontraba su representado en la multicancha llegó la señorita Carmen Gloria Vargas Cerpa, paradocente, para informarle que en el patio del fondo del colegio había ocurrido un accidente, en esos instantes ella cumplía su turno de vigilancia de los alumnos en recreo. Le informó que un alumno de cuarto año básico le había dado un golpe accidental con un palo en el ojo izquierdo al alumno del mismo curso, Robin Alan Sepúlveda Irribarra. Concurrió al lugar y percatado de las consecuencias graves procedió a llenar la ficha de accidente escolar, trasladando al menor en su camioneta al consultorio rural de salud de Santa Clara, se comunicó a su apoderada, la señora Asunción Carmen Irribarra Martínez de la ocurrencia del accidente, encontrándola en el trayecto al consultorio por lo que los acompañó en el vehículo. El alumno accidentado ingresó al consultorio siendo atendido por la doctora Virginia Alejandra Pérez quien lo derivó de inmediato en ambulancia al hospital Herminda Martin de Chillán siendo acompañado por su madre. La doctora efectuó una llamada telefónica al centro asistencia a fin que se le prestara una rápida atención, el alumno quedó hospitalizado en el marco del seguro por accidente escolar.
A partir de la internación de Robin Sepúlveda concurrió en
reiteradas ocasiones a visitarlo a objeto de interiorizarse de la evolución de su estado de salud, manifestándole a él como a su madre la preocupación del personal y apoderados de la escuela y la disposición a apoyarlos, prestándole diversa ayuda económica a la familia, tanto de su parte, del profesorado y del Centro de Padres y grupo curso.
En los hechos ocurridos el 14 de noviembre de 2006 el menor
de autos era partícipe del juego de baseball que desarrollaban otros compañeros para lo que habían sustraído de una bodega o leñera existente en la escuela un trozo de madera a objeto de utilizarlo para golpear una pelota, esa bodega se encuentra separada del patio de recreo mediante una malla metálica. Después de pegarle a la pelota uno de los alumnos lanzó el madero hacia atrás golpeando el ojo izquierdo del menor de autos quien se encontraba de espaldas a escasa distancia, situación que corresponde a la narración de hechos efectuada por el alumno que provocó el accidente como lo expresado por el propio Robin. Momentos antes de ocurrir los hechos, la inspectora del establecimiento, doña Carmen Gloria Vargas Cerpa, les había quitado de las manos a estos alumnos otro trozo de madera que utilizaban para estos fines depositándolo en la bodega, señalándoles lo peligroso del juego y la prohibición de ejecutarlo dentro de la escuela. Siguió su ronda habitual por el establecimiento, instantes que utilizaron los menores para sustraer de la bodega un nuevo trozo de madera.
Indica que respecto de los elementos de la responsabilidad
extracontractual, señala que los hechos tal como están descritos en la demanda no son efectivos por lo cual no se configura responsabilidad civil de su parte.
Que en el caso no existe culpa de su representado ya que su
actuación como director y docente de la escuela de Pueblo Seco de Santa Clara se ha ajustado plenamente a toda la normativa que para estos fines regulan sus funciones académicas en especial respecto de las diversas acciones tomadas para evitar la ocurrencia del accidente. Los hechos fueron única y exclusivamente producto del caso fortuito o de la intervención de un tercero. Con todo, de ser efectivos los hechos en la forma expuesta por la demandante, ésta deberá individualizar a la persona específica que supuestamente los ejecutó para sí determinar si hubo culpa en su actuar y como consecuencia de ello si él está obligado a responder por los hechos culposos de esa otra persona.
Agrega que en el caso concurren eximentes de responsabilidad
como la del hecho o acto de tercero ya que el menor fue golpeado por otro alumno por lo que si se prueba que el hecho fue ilícito y culposo, los primeros llamados a responder por dicho acto son los padres del individuo que causó el daño conforme el artículo 2321 del Código Civil. También concurre la eximente de fuerza mayor o caso fortuito ya que ni el hecho del accidente ni sus consecuencias tiene como causa un supuesto actuar negligente de su parte sino que más bien tienen su origen en la desobediencia de los mismos alumnos, al no acatar y respetar las instrucciones impartidas, persistiendo en una conducta reiteradamente prohibida dentro del establecimiento, máxime si el propio alumno accidentado formaba parte del grupo de estudiantes que desarrollaba el juego prohibido.
Además concurre la eximente de la debida diligencia por parte
del demandado ya que en su calidad de director docente de la escuela de Pueblo Seco ha cumplido cabalmente con su obligación de instruir a los padres y apoderados respecto de los juegos prohibidos a desarrollarse en la escuela, dando a conocer el reglamento interno el cual era específico en ese sentido, a través de charlas de inducción, con la permanente publicación en el diario mural sobre estos aspectos y las continuas rondas de vigilancia de los alumnos durante recreos y cambios de jornada. A mayor abundamiento se procedió a cercar la bodega con una malla metálica protectora manteniéndose permanentemente cerrada la puerta de acceso con cadena y candado, no obstante lo cual los alumnos ingresaron por un lugar no habilitado en momentos que se controlaba a otros alumnos en otro sector de la escuela y a sabiendas de estar ejecutando una conducta prohibida, procedieron a sustraer el madero a fin de continuar con su juego produciéndose finalmente el lamentable accidente.
En cuanto a la existencia de vínculo de causalidad indica que
no existe toda vez que no existe una conducta negligente de su parte como tampoco la producción de un daño ya que el supuesto perjuicio sufrido por la demandante es consecuencia de un caso fortuito y/o debido a un acto de un tercero respecto del cual no tiene obligación alguna.
En cuanto a los perjuicios reclamados, el daño debe probarse
ya que no se presume y su reparación debe ser justa, adecuada y precisa y debe ser concedida sólo en cuanto repare el mal causado y no en exceso, pues de lo contrario existiría un enriquecimiento sin causa, por lo que solicita se tenga por contestada la demanda, se rechace en todas sus partes con costas.
CUARTO: Que a fin de acreditar sus pretensiones, la parte
demandante acompaño las siguientes pruebas:
Documental: 1) A fojas 73 libreta de matrimonio celebrado entre
Milton Robinson Sepúlveda Acuña y Asunción del Carmen Irribarra Martínez en el que se indica como hijo matrimonial a Robin Alan Sepúlveda Irrbarra; 2) A fojas 74 copia simple de ordinario Nº 485 de fecha 15 de febrero de 2007 de COMPIN Subcomisión Ñuble al agente local del Instituto de Normalización Previsional de Chillán por el que remite resolución Nº767/07-02-2007 de evaluación de accidente escolar de Robin Alan Sepúlveda Irribarra; 3) A fojas 75 copia simple de evaluación invalidez accidente escolar DL 313 de fecha 7 de febrero de 2007 de Robin Alan Sepúlveda Irribarra; 4) A fojas 76 copia simple de certificado expedido por el doctor Marcelo Jiménez Cid, oftalmólogo que da cuenta que Robin Sepúlveda Irribarra, el 14 de noviembre de 2006 tras recibir un golpe de madera en el ojo izquierdo ingresó con herida de cornea y esclera con salida de humor acuoso cristalino, cuerpo ciliar e iris por la herida; 5) A fojas 77 copia simple de certificado de fecha 31 de octubre de 2007, suscrito por el doctor Daniel Navarrete, psiquiatra respecto de Carmen Irribarra Martínez con un diagnóstico de enfermedad bipolar de ánimo, cuadro crónico y tratamiento de por vida; 6) A fojas 78 copia simple de certificado de fecha 29 de octubre de 2008 suscrito por el doctor Daniel Navarrete, psiquiatra respecto de Milton Sepúlveda Acuña que señala que actualmente presenta compromiso de ánimo e ideación suicida recurrente por períodos que se pueden prolongar hasta por 4 ó 6 semanas; 7) A fojas 80 informe de atención de fecha 13de febrero de 2008 suscrito por la psicóloga Yohanna Andrea Berrocal Ortiz respecto de Asunción del Carmen Irribarra Martínez; 8) A fojas 82 informe oftalmológico de Robin Sepúlveda Irribarra; 9) A fojas 83 Informe de fecha 27 de febrero de 2007 remitido por Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco, Santa Clara al INP Bulnes respecto del accidente; 10) A fojas 84 declaración individual de accidentados escolares de fecha 14 de noviembre de 2006 respecto de Robin Sepúlveda Irribarra.
TESTIMONIAL: consistente en las declaraciones de Irene del
Rosario Cifuentes Morales, Verónica Isabel Millar Ortiz, Jeannette de Lourdes Barrera Garay y Sara Magdalena Valenzuela Escobar, las que legalmente juramentadas exponen:
CIFUENTES MORALES; que es efectivo que los demandados
actuaron de forma culposa y negligente, lo que le consta porque estaba trabajando en el quiosco justo en el frente donde sucedió el accidente, solamente estaba ella y no había nadie cuidando, como el inspector o director no estaban en el lugar, dos niños se dirigieron en busca del director y éste lo tomó en el auto y lo llevó al centro de urgencia, los niños estaban en horario de recreo, el quiosco se encuentra fuera del colegio, pabellón lado sur, los niños juegan en el patio del colegio, el quisco está donde se accidentó el niño, a tres metros, no hay separación entre el quiosco y el patio. El tamaño del patio es de unos 30 metros aproximadamente, andaban jugando cuatro niños y el menor ahí, venía corriendo a la siga de los que venían con el bate, el niño se encontraba con las manos adelante en posición de descanso porque venía corriendo y luego el bate lo tiró así no más, sin mala intención como estaban jugando, lo que ella vio, el hecho fue derivado del juego en una situación imprevista. El niño que lanzó el bate estaba de espaldas a Robin, era una tablita que sacaron de la leñera. Le consta que el niño perdió su ojo izquierdo por lo que le ha contado la mamá y por lo que vio, sabe que los demandados son responsable por lo que le conversa la mamá, ella le dijo que no había tenido apoyo de la Municipalidad ni del director del colegio, no hubo beneficio alguno que se realizara en el colegio. Desconoce si ha habido otros accidentes, se hacía prevención de riesgo a los alumnos como tocar el timbre o alarma para que salieran al patio. Vio a la mamá como sufría y de ahí que el niño se encerró y no salía de su casa.
MILLAR ORTIZ, que es efectivo que los demandados actuaron
culposa y negligentemente, su hijo, Eduardo Soñez, era uno de los cuatro niños que se encontraban jugando, estaba Robin Sepúlveda, Jonathan Medina que lanzó el palo. Desconoce quién sacó el palo de la leñera, lo que declara es por lo que le contó su hijo, no les quitaron el palo, pero su hijo le dijo que le habían hablado dos veces, ella no vio el accidente que fue fortuito. Estaban jugando, Jonathan estaba de espaldas a Robin, el niño echó el palo para atrás y le pegó en el ojo. Sabe que Robin quedó ciego de su ojo izquierdo lo que le consta porque en reuniones de apoderados lo hicieron saber. No se han hecho charlas de prevención de riesgo en el colegio ni operación de evacuación ni emergencia. Los papás del niño sufrieron daños morales porque cuando visitaban a la mamá de Robin la encontraban super mal. BARRERA GARAY; que es efectivo que los demandados actuaron culposa y negligentemente lo que le consta porque su nieto, Víctor Miguel Acuña Escobar, se lo contó ya que era compañero del menor. Su nieto no participó del juego, le contó que no había ningún profesor ni la inspectora donde se accidentó el menor. Ha habido otros accidente, su nieto sufrió un accidente y se reclamaba al director que respondía que se calmara no más y que después se arreglaban los problemas sin que se arreglaran, su nieto sufrió rotura de rodilla a consecuencia de un puntapié y una herida en la cabeza a consecuencia de un piedrazo en otra ocasión, situaciones que ocurrieron durante los recreos, no habiendo inspector ni profesor. El colegio tiene más o menos 300 niños, los accidentes ocurren casi todos los días lo que le consta porque va todos los días al colegio y porque el resto de las mamás le cuenta. La mamá y el papá sufrieron harto y también el niño lo que sabe porque vive cerca y lo ha visto.
VALENZUELA ESCOBAR, que le consta que los demandados
actuaron negligente y culposamente lo que le consta porque su hijo era compañero del niño que sufrió el accidente y le comentó, su hijo no participó en el juego, solamente le comentó que un compañero le había pegado con un palo a Robin, además la profesora lo comentó en una reunión de apoderados. En el colegio su hijo también sufrió un accidente en el patio, tuvo un tec cerrado debido a una caída producto de una zancadilla que le hicieron, y ha habido dos accidentes más. El colegio tiene unos 230 alumnos, el patio donde juegan no es muy grande y hay otro patio. Existe un quiosco de confites ubicado dentro de la escuela en la parte de atrás. Ha visto el sufrimiento de los padres y del niño. QUINTO: CONFESIONAL de Oscar Aguilera Aguilera a fojas 203 en la que señala que el 14 de noviembre de 2006 a las 13:55 horas un grupo de cuatro alumnos, de la Escuela de Pueblo Seco de recreo en el patio del colegio se encontraban jugando baseball con un palo que habían sacado de la leñera del establecimiento. El niño Robin Sepúlveda, a la fecha de 9 años de edad, participaba del juego y repentinamente a uno de los alumnos que jugaba se le soltó o le tiró el palo a Robin golpeándolo en el ojo izquierdo, a consecuencia de lo cual el menor resultó con lesiones consistentes en estallido ocular, herida cornea, eccema con salida de iris y cuerpo ciliar, ptitis Bulby, de lo que resultó que el niño quedó ciego de su ojo izquierdo. Al momento de los hechos él estaba en un patio cuidando a los alumnos y en el otro patio se encontraba la inspectora Carmen Gloria Vargas Cerpa quien mandó a un niño a avisarle que había ocurrido un accidente en el otro patio en el cual ella cuidaba y que minutos antes le había impedido el juego con palos a los niños, procedió a quitarle el palo y lo devolvió a la leñera que estaba protegida por una malla de alambre de aproximadamente de un metro sesenta de alto. Le informa del accidente y va a ver al niño, inmediatamente siguió la gestión correspondiente para hacer la ficha de accidente escolar y lo trasladó de inmediato al consultorio de salud rural de Santa Clara donde fue atendido. Es efectivo que antes del accidente habían ocurrido otros accidentes, se caían niños y sufrían rasmilladuras en las rodillas unos tres o cuatro al año. Como director de la escuela a la época tenía que velar por todos y siempre lo hizo.
A fojas 208 rola CONFESIONAL de don Rodrigo de la Puente
Acuña quien señala que no le consta el accidente porque en ese momento no ejercía como Alcalde o sostenedor, le consta que señor Aguilera era director de la escuela de Pueblo Seco y dependía de la Municipalidad de Bulnes.
SEXTO: Que el demandado Oscar Aguilera rindió prueba:
DOCUMENTAL: consistente en: 1) a fojas 87 a 104 Reglamento de
Convivencia Escolar de la Escuela Básica de Pueblo Seco, Santa Clara. Comuna de Bulnes ; 2) A fojas 105 declaración individual de accidentados escolares respecto de Robin Alan Sepúlveda Irribarra de fecha 14 de noviembre de 2006, hora 13:55; 3) A fojas 106 certificado suscrito por doña Deyanira Jara Troncoso, directora del Centro de Salud de Santa Clara; 4) A fojas 107 certificado expedido por doña Myriam Rivas Oñate, técnico paramédico del Centro de Salud de Santa Clara; 5) A fojas 108, certificado expedido por don Rolando Canales Castro, administrativo del Centro de salud de Santa Clara; 6) A fojas 109, oficio Nº11 dirigido por don Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco, Santa Clara a don Julio Sepúlveda Jorquera, jefe DAEM de Bulnes; 7)a fojas 110 informe de fecha 27 de febrero de 2007 suscrito por Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco Santa Clara y dirigido a INP, Centro de Atención Bulnes; 8) a fojas 111, Informe de fecha 28 de marzo de 2007 suscrito por Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco Santa Clara y dirigido a Simón Muñoz, supervisor de PROE- Ñuble: 9) a fojas 112 y 113 Informes de fecha 10 de abril de 2007 suscrito por Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco y dirigido a Simón Muñoz, Supervisor de PROE- Ñuble; 10) A fojas 114 Informe de fecha 10 de julio de 2007 suscrito por Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco y dirigido a Julio Sepúlveda Jorquera, jefe DAEM , Bulnes; 11) a fojas 115 informe de septiembre de 2009 suscrito por Carmen Gloria Vargas Cerpa, paradocente de la escuela de Pueblo Seco Santa Clara y dirigido a Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco Santa Clara; 12) a fojas 116 informe de septiembre de 2009 suscrito por Celina Viviana Mardones Jara, Jefe UTP; 13) a fojas 117 certificado de fecha 10 de septiembre de 2009 suscrito por Yenny Cartes San Martín, enfermera del Hospital Herminda Martin de Chillán; 14) a fojas 118 oficio de fecha 2 de diciembre de 2005 dirigido por Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco a Luis Chamblas Sáez, coordinador del departamento de prevención de riesgos ACHS; 15) a fojas 119 oficio Nº158 de fecha 24 de noviembre de 2005 dirigido por Oscar Aguilera Aguilera, director de la escuela de Pueblo Seco a Marina Balbontin Riffo, jefe de Consultorio General Rural de Salud; 16) a fojas 120 hoja de asistencia a reunión de prevención de riesgos (primeros auxilios) de fecha 2 de noviembre de 2005 en la escuela de Pueblo Seco Santa Clara; 17) a fojas 121 a 176 plan de emergencia de la escuela de Pueblo Seco sobre procedimiento operativo en caso de siniestros o emergencias elaborado por INACAP de fecha de diciembre de 2005; 18) a fojas 147 a 182 set de seis fotografías.
TESTIMONIAL consistente en la declaración de: Irene Zenobia
Echeverría Parra, Carmen Gloria Vargas Cerpa, Celina Viviana Mardones Jara, Gisell Aura Yañez Mellado y Paulina Ester Valenzuela Valenzuela, las que legalmente juramentadas exponen:
ECHEVERRIA PARRA, al punto Nº1 que no actuaron negligente
ni culposamente porque en el colegio se tomaron medidas para evitar accidentes y se han hecho ejercicios de la operación Daisy, es apoderada y vecina del colegio, va a dejar colación a su hijo lo que hizo el día del accidente, el colegio es seguro para los niños, el accidente fue un hecho fortuito derivado de un juego, pero ella no vio el accidente.
VARGAS CERPA, en cuanto al punto Nº1 indica que no presenció
el accidente, sorprendió a los niños jugando al bate en el patio al cual se acercó y les quitó los palos y los lanzó a la leñera donde estaba cerrado con llave. Los niños dejaron de jugar y siguió la ronda habitual, pasados unos minutos se acerca el niño Robin Sepúlveda y le dice que por qué es tan mala con él y no les permite jugar a lo que ella le responde que es porque es peligroso, luego llegan unos niños y le avisan que Robin había sufrido un accidente y se lo traen, el niño le dijo que le pegaron con un palo con el que estaban jugando por lo que le avisó al director que se encontraba en la multicancha, se llevó a Robin al baño para limpiarle la sangre que le corría por la cara y ahí vio la gravedad del accidente, el director lo llevó en la camioneta al consultorio de Santa Clara, ella llamó a la madre del niño Carmen Irribarra avisándole del accidente, hizo la ficha de accidente escolar y se fueron al consultorio.
En la escuela tenían charlas preventivas, aparte de tener los
lugares de riesgo que podía tener el colegio, además el plan del establecimiento estaba hecho por profesionales, había plan contra incendios, primeros auxilios, estaba todo señalizado con afiches de la ACHS, se hicieron operaciones Daysi, a los apoderados se les tuvo informados de las medidas, a la directiva del centro de padres se les capacitó en charlas y en la cual participaron en varias charlas con la mamá de Robin. Los estudiantes participaban de los ejercicios preventivos y de las charlas, se hacían en la mañana y participaban todo el alumnado, cuando eran en la tarde se citaba a la directiva del centro de estudiantes y las directivas de cada curso. Durante los recreos siempre se los cuidó por el director y por ella, salían diez minutos antes al patio para prever cualquier imprevisto.
El accidente se debió a un hecho fortuito, las medidas de
seguridad estaban , ella quitó los palos y los lanzó a una parte segura de la leñera en donde estaba cerrado con llave. Todo estaba cerrado y con las medidas de resguardo necesario para que no ocurrieran accidentes, el hecho fue fortuito ocurrió en noviembre de 2006, diez para las dos de la tarde. Las personas que estaban cuidando a los niños eran dos, el director señor Aguilera y ella, y cuidaban 229 niños aproximadamente. El promedio de accidentes que se produce al año es de unos 4 ó 5. El accidente fue en el último patio.
MARDONES JARA, en cuanto al punto Nº1 indica que no
presenció el accidente, se encontraba trabajando en aula y esto ocurrió en horas de recreo. Se tomaban medidas preventivas en la escuela por reglamento interno elaborado por todos los estamentos de la escuela, medidas como la operación Daysi. A los alumnos permanentemente se les vigilaba y se hacía entrega de los cursos cuando llegaba el profesor a las salas. Estaban tomadas las medidas porque la leñera, que en sí revestía un peligro, se encontraba cerrada y con llave. El accidente fue un hecho fortuito, los lugares que podían revestir peligro se encontraban resguardados permanentemente. A esa época había unos 200 niños aproximadamente y cuidaban dos personas, el director y la inspectora. Intervino un experto de la ACHS, la escuela cuenta con un reglamento de higiene, de orden y de seguridad.
YAÑEZ MELLADO, señala que trabaja en la escuela de Pueblo
Seco y al punto Nº1 indica que en la escuela siempre se han tomado medidas para prevenir accidentes, se han hecho simulacros, capacitaciones con el centro INACAP, hay cercos de protección en los actos de los días lunes, también se les recomienda a los niños normas para prevenir accidentes, los niños están informados desde kínder a octavo básico en la escuela. No presenció el accidente, los niños cuando juegan lo hacen solos o resguardados por funcionarios de la escuela en los recreos, siempre ha habido una o más personas vigilando los patios y pasillos durante los recreos, cuando no había inspector don Oscar, que en ese tiempo era director, con la señorita Carmen Vargas que era inspectora, se encargaba de cuidar los patios. A la época del accidente los lugares que podían tener elementos peligrosos estaban resguardados, había un cerco de malla que tenía una puerta que se encontraba cerrada con candado. El tipo de accidente fue algo excepcional y fortuito. La escuela tiene alrededor de 200 alumnos aproximadamente, tiene dos patios y se incluye la multicancha, ella se encontraba en la escuela cuando ocurrió el accidente.
VALENZUELA VALENZUELA: respecto del punto Nº1 indica
que no presenció el accidente, ese día se encontraba en funciones. En la escuela se tomaban medidas preventivas, una de ellas es que en cada recreo salía a los patios la inspectora junto al director, participaba toda la comunidad educativa en una capacitación con jóvenes de Inacap para capacitarlos en situaciones de accidentes o catástrofe, primeros auxilios y tenían un plan de emergencia llamado operación Daysi, también se toman las precauciones ante cualquier riesgo, las medidas se hacen partícipes mediante charlas, ensayos de operación Daysi y en los actos matinales del día lunes se les hacen todas estas recomendaciones, en los cursos respectivos cada profesor recuerda las recomendaciones de prevención. Durante los recreos los estudiantes nunca están solos, siempre hay alguien o más de alguien a cargo de los estudiantes, incluso en los pasillos, en horas de clases hay encargados de vigilar las dependencias siempre.
La leñera estaba siempre con llave, los resguardos eran
permanentes, esto fue un accidente, una excepción muy lamentable. A la época de los hechos la matricula era de más de doscientos alumnos, la escuela tiene dos patios incluida la cancha.
SEPTIMO: Que a fojas 223 corre agregado Reservado “J”/Nª104 de
fecha 10 de marzo de 2011 remitido por el doctor Rodrigo Avendaño Brandeis, Director del hospital Clínico Herminda Martin por el que envía certificado suscrito por el médico oftalmólogo don Marcelo Jiménez Cid que evaluó a Robin Alan Sepúlveda Irribarra y señala que el paciente tiene antecedentes de trauma ocular grave ojo izquierdo el 14 de noviembre de 2006, a partir de dicha fecha la lesión produce la pérdida total de visión del ojo que finalmente evoluciona con una Ptisis Bulbi, actualmente se encuentra usando prótesis ocular en el ojo izquierdo.
A fojas 228 y 231 corre agregado informe pericial psicológico
proteccional de Robin Alan Sepúlveda Irribarra de fecha 11 de abril de 2011 y evacuado por el perito judicial psicólogo Rodrigo Braña Lillo en el que se concluye que la familia vivió un gran estado de estrés crónico producto del lamentable accidente vivido por Robin, alterando toda la dinámica y estructura familiar, con los consiguientes costos emocionales, relacionales y emocionales entre ellos y con su comunidad, asumidos de manera particular. Esta situación se vio empeorada por la escasa red de apoyo entregada por la contraparte, en donde hubo discursos ambivalentes y poco concretos en cuanto a la forma de ayuda que podrían haber prestado para la recuperación del niño. OCTAVO: Que el fundamento de la demanda dirigida en contra de Oscar Aguilera Aguilera, en su calidad de director, a la época de los hechos, de la Escuela de Pueblo Seco de Santa Clara, es la responsabilidad que, en forma directa o indirecta, afectaría a la parte demandada en el hecho, por cuanto habría faltado al cumplimiento de sus deberes de vigilancia y cuidado de sus discípulos y a la obligación de mantener la debida disciplina en el establecimiento educacional, negligencia que derivó en el accidente que trajo como consecuencia la pérdida del ojo izquierdo de Robin Sepúlveda Irribara, alumno del establecimiento y que asimismo trajo como consecuencia el sufrimiento y perjuicio moral tanto del menor como de sus padres.
Asimismo funda la demanda de responsabilidad
extracontractual dirigida en contra de la Municipalidad de Bulnes, representada por su alcalde, don Rodrigo de la Puente Acuña, en la calidad de sostenedor del establecimiento educacional y en la obligación de responder, solidariamente, por sus dependientes. Funda por tanto su libelo en los artículos 2314, 2320, y 2321 del Código Civil.
NOVENO: Que, las normas generales en materia de
responsabilidad extracontractual están incorporada, en los artículos 2314 y 2329 del Código Civil, en cuanto el primero dispone que quien ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro es obligado a la indemnización y el segundo, en su inciso 2º, que, por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona debe ser reparado por éste.
DECIMO: Que para determinar la concurrencia de
responsabilidad extracontractual, es necesario: que exista un hecho que cause daño; que el hecho sea consecuencia de una acción, omisión o abstención de una persona determinada; que la persona imputada tenga capacidad; que se encuentre justificada la participación directa o indirecta de la persona imputada en el hecho; que no se hayan acreditado causales que eximan de responsabilidad a la persona imputada; que exista antijuricidad en el actuar, esto es que no se encuentren acreditadas causales de justificación; que esté probada la culpabilidad de la persona inculpada, y que se encuentre justificada la relación de causalidad entre el hecho y el daño.
DECIMO PRIMERO: Que, en cuanto a la responsabilidad
atribuida a don Oscar Aguilera Aguilera se fundamenta en la falta de vigilancia, cuidado y negligencia en el cumplimiento de sus deberes como director del establecimiento. Al respecto hay que señalar que primero es necesario determinar si el hecho atribuido al demandado es constitutivo o no de cuasidelito para lo cual es necesario establecer si la conducta del agente ha sido la causa determinante del accidente, y si ha tenido su origen en su imprudencia temeraria, o bien en un acto antirreglamentario meramente imprudente o negligente en el cumplimiento de sus funciones y si el resultado era o no previsible.
En el caso a fin de acreditar estas circunstancias la
demandante ha rendido prueba testimonial y documental que dan cuenta que el día 14 de noviembre del año 2006, el menor Robin Alan Sepúlveda Irribarra sufrió un accidente producto de un golpe con un palo manipulado por otro menor a consecuencia de lo cual se le produjo un trauma ocular grave que determinó la pérdida de su ojo izquierdo. En cuanto a la culpabilidad del demandado los actores rindieron prueba testimonial consistente en la declaración de cuatro testigos de los cuales sólo Irene Cifuentes Morales da cuenta de haber presenciado los hechos por encontrarse encargada del quiosco de confites que se encuentra en el patio donde se produjo el accidente. Los demás testigos sólo relatan los hechos por dichos de sus hijos o nietos menores sin haber presenciado los hechos. La testigo Cifuentes declara que al momento de los hechos no había cuidando nadie a los niños que jugaban con un palo de madera baseball observando cuando el niño tiró el bate, sin mala intención, golpeando a Robin. Por otra parte la testigo Millar Ortiz indica que su hijo le señaló que le habían hablado dos veces para que dejaran el juego.
Por su parte el demandado rindió prueba documental y
testimonial consistente en la declaración de cinco testigos, una de ellas es Carmen Gloria Vargas Cerpa que se encontraba al cuidado del patio de los menores el día de los hechos la que señala haberse retirado del lugar momentos antes, haber quitado el palo y advertido a los menores del peligro del juego, y luego de acaecido el accidente haberlo informado al director, demandado de autos, para luego tomar las providencias necesarias para el traslado al recinto asistencial del niño y llenar la documentación correspondiente al seguro de accidentes escolares. El resto de los testigoa no son presenciales y dan cuenta de las medidas preventivas existentes en el colegio para eventuales accidentes.
Además la demandada rindió prueba documental, a fojas 105
acompañó la declaración individual de accidentados escolares y certificados de fojas 106 a 108 suscrito por profesionales del Centro de Salud de Santa Clara que dan cuenta que es el demandado el que trasladó en su vehículo al menor a dicho centro de donde fue derivado al Hospital Herminda Martin.
De esta forma no ha resultado acreditado el supuesto actuar
culposo del demandado Aguilera ni la negligencia o falta de vigilancia aducida por la demandante, tampoco se acreditó que el demandado, en su calidad de Director, no haya tomado las medidas necesarias ni que haya incumplido sus deberes, por el contrario, la prueba rendida, tanto por la actora como por la demandada, dan cuenta que el director se encontraba en sus funciones al momento de los hechos, cuidando un patio aledaño y que existía una paradocente encargada del patio del lugar del accidente, también se acreditó que la respuesta al accidente fue lo más rápida posible, llevando el director al menor al centro asistencial más cercano en su propio vehículo.
En el caso se atribuye al demandado Aguilera negligencia por
hecho propio por lo que hay que preguntarse cuál era la conducta y deber propio del director exigible, cual era el deber de vigilancia y cuidado de los menores que correspondía a su cargo. El demandado debía disponer de vigilancia en los patios en los horarios de recreo y dicha circunstancia se acreditó, tanto él como la señorita Vargas se encontraban en los patio, de tal forma que cumplió los deberes propios de su cargo, dio aviso a la apoderada del menor, realizó los trámites necesarios para denunciar el accidente escolar ( de lo que da cuenta la documental) y trasladó al menor al centro asistencial más cercano, por tanto no se ha probado hecho alguno que se le pueda imputar como incumplimiento o infracción reglamentaria o falta, negligencia o cuidado en sus labores. En el caso no se probó que no existieran inspectores en el patio, por lo que no se ha acreditado hecho ilícito alguno. No es exigible dentro de lo razonable al demandado, otra conducta en sus obligaciones como director al momento de los hechos.
Así las cosas no se ha acreditado un requisito básico de a
responsabilidad extracontractual el hecho dañoso atribuible a culpa del demandado.
El resto de la prueba documental y testimonial rendida por la
demandante sólo dan cuenta de las consecuencias del accidente, esto es, del daño ocular ocasionado al menor y de las consecuencias psicológicas y emocionales tanto del niño como de sus padres como lo señala el informe pericial de fojas 231, por lo que no habiéndose acreditado el supuesto básico se hace innecesario analizar el resto de los requisitos y menos aún el daño ocasionado o si es procedente la indemnización por daño moral.
DECIMO: Que, en cuanto a la responsabilidad atribuida en forma
solidaria a la Municipalidad de Bulnes en calidad de sostenedora del Establecimiento Municipal se rechazará también la demanda en esta parte por los fundamentos ya señalados, ya que no habiéndose acreditado la responsabilidad del demandado Aguilera, menos aún puede estimarse que se configura la responsabilidad de la Municipalidad. Al respecto es necesario aclarar que la responsabilidad establecida en el artículo 2320 del Código Civil invocada por la demandante se refiere a la responsabilidad por hecho ajeno que tiene como supuesto los siguientes requisitos; a)existencia de un vínculo de subordinación o dependencia entre dos o más personas; b)que ellas sean capaces de delito o cuasidelito civil c) que la persona que esté al cuidado de otra o de sus bienes haya cometido un hecho ilícito, y d) que se pruebe la responsabilidad del subordinado.
En el caso no se ha acreditado que don Oscar Aguilera Aguilera
en su calidad de director de la escuela de Pueblo Seco al momento de los hechos, haya cometido un hecho ilícito, ni se acreditó que el demandado no haya empleado el cuidado necesario de vigilancia de sus discípulos; ni tampoco se ha acreditado su responsabilidad al demandado.
A mayor abundamiento, la responsabilidad por hecho ajeno no
es aplicable la solidaridad entre el tercero que responde civilmente y el autor del hecho, ni sus obligaciones de reparación pueden ser estimadas como de naturaleza conjunta ya que esta responsabilidad no se complementa con la establecida en los artículos 1511 y 2314 del Código Civil ya que son independiente y emanan de hechos distintos, la responsabilidad del tercero civilmente responsable (Municipalidad) por su falta de diligencia, autoridad o cuidado respecto de la persona sujeta a su cuidado o dependencia y la del dependiente (Director de la escuela), por su hecho doloso o culpable cometido directamente por él, máxime cuando en el caso no se ha demandado a la Municipalidad por falta de servicio.
DECIMO PRIMERO: Que en cuanto a las alegaciones realizadas
por la demandada Municipalidad de Bulnes en cuanto a la falta de legitimidad pasiva, será rechazada por cuanto la calidad de sostenedor del establecimiento educacional en que ocurrieron los hechos le otorga esa legitimación pasiva ya que responde por el hecho o negligencia de sus dependientes, en el caso del Director del Establecimiento, sin perjuicio de lo ya señalado en el considerando anterior sobre la solidaridad, En cuanto a la alegación realizada por ambos demandados en lo que dice relación a la responsabilidad de los padres del menor autor directo del hecho, hay que recordar que en el artículo 2321 del Código Civil se establece una presunción simplemente legal de responsabilidad cuando los padres hayan incurrido en una mala educación y permitido hábitos viciosos en los menores, es decir, sólo se configura si los delitos o cuasidelitos cometido por los hijos menores provienen de mala educación o de hábitos viciosos, circunstancia no acreditada máxime cuando todos los testigos declaran que el hecho se produjo en el contexto de un juego de cuatro menores.
Que, al no reunirse los presupuestos básicos para que exista
responsabilidad extracontractual, respecto de alguno de los demandados, en razón de lo que se ha expresado, la demanda debe ser desestimada.
DECIMO SEGUNDO: Que el resto de la prueba rendida en nada
desvirtúa lo razonado precedentemente.
Por lo anterior, y teniendo además presente lo dispuesto en los
arts. 1698, 2314, 2320,2321 del Código Civil y arts. 144, 170 y 254 del Código de Procedimiento Civil, se declara:
I.- Que, se rechaza la demanda de lo principal de fs. 1.
II.- Que, no se condena en costas por estimarse que ha existido
motivo plausible para litigar.
Rol 40.659. Dictada por doña Claudia Aguayo Dolmestch, Juez Titular. Autoriza doña Victoria Fell Padilla, Secretaria Subrogante.
En Bulnes, a cinco de abril de dos mil doce, notifiqué por el estado
diario el hecho de haberse dictado sentencia en esta causa.
La pérdida de oportunidad y el lucro cesante no consolidado por muerte de menores de edad en el derecho colombiano de la responsabilidad extracontractual del Estado