La hiperuricemia consiste en tener el ácido úrico elevado en sangre. El síntoma más temido de
esta enfermedad es el ataque de gota, que se produce al depositarse el acido úrico en las
articulaciones. La gota provoca un dolor extremadamente elevado que hay que intentar evitar
en la medida de lo posible. Con una buena alimentación, pautada por un dietista–nutricionista,
se consigue disminuir los niveles de ácido úrico en sangre y aumentar el control de la situación
para evitar que aparezcan los ataques de gota.
El ácido úrico es una sustancia que se forma a partir de las purinas (las dos principales
responsables de ello son la Xantina y la Hipoxantina). Las purinas pueden aparecer por
que el mismo organismo las fabrica, pero mayoritariamente lo hacen a través de los
alimentos que las contienen. El cuerpo es capaz de regenerarse constantemente
(regeneración celular), por esto existe una vía de recuperación donde las purinas son
“recicladas” por el propio organismo. Lo normal es que una parte de las purinas se
utilice para renegar las células del organismo y que la otra parte se elimine por la orina
en forma de ácido úrico.
Para reducir los niveles de ácido úrico en sangre y evitar ataques de gota:
La ingesta de purinas: La manera más eficaz para controlar los niveles de ácido
úrico en sangre es eliminando de la dieta los alimentos que contienen más
cantidad de purinas, como las vísceras. Por lo general la mayoría de alimentos
que contienen colesterol también contienen purinas. Saltarse la dieta, incluso
en un momento muy puntual, ya es suficiente para que pueda desencadenarse
un ataque de gota.
La dieta es un factor importante a tener en cuenta para conseguir bajar el ácido úrico en
sangre. Para ello el papel del profesional de la nutrición humana y la dietética es el
elemento clave. Confía en el equipo de dietistas – nutricionistas de Alimmenta
(miembros de la ACDN), te confeccionamos una dieta adaptada a tus necesidades y te
enseñamos de la manera más fácil cómo comer.