USO CONSUNTIVO

El uso consuntivo se define como la cantidad de agua que es necesario

suministrar para que sea utilizada en la construcción de los tejidos de las
plantas, en la transpiración de la misma y en la evaporación realizada por el
suelo, durante todo el ciclo vegetativo de los cultivos. Al hablar de uso
consuntivo se refiere pues a la cantidad de agua consumida, sin posible
recuperación, para que las plantas cultivadas, sin posible recuperación, para
que las plantas cultivadas puedan realizar su desarrollo completo y madurar su
cosecha, matemáticamente se puede expresar bajo la siguiente expresión:

USO CONSUNTIVO = EVAPORACION DEL SUELO + TRANSPIRACION DE

LAS PLANTAS + CONSTRUCCION DE TEJIDOS

Los principales factores que influyen en el valor del uso consuntivo son:

El clima – temperatura, humedad relativa, vientos, latitud, luminosidad y

precipitación.
Los cultivos – Especie, variedad, ciclo vegetativo, hábitos radiculares.
El agua de riego. – Calidad y disponibilidad, practicas de riego.

El uso consuntivo es factor esencial para determinar los coeficientes netos y

brutos de riego, pues constituye el dato básico para estimarlos. En efecto, lo que
primordialmente interesa al agricultor y a toda persona que haya de intervenir
en la resolución de los problemas relacionados con el riego, es la cantidad de
agua de que debe disponer cada cosecha para completar su ciclo y rendir sus
productos.

Para que la evapotranspiración real de una superficie cubierta por un cultivo

determinado pueda ser conceptuado como el uso consuntivo, deberá existir en
el suelo una cantidad de agua suficiente para que en ningún momento la
transpiración de las plantas sea restringida. Se comprenderá que el concepto de
uso consuntivo está directamente relacionado con el rendimiento del producto
que del cultivo se espere, ya sea la raíz, fruto o elementos químico orgánicos
que se pretendan obtener a de las partes acuosas de las plantas.

Para establecer el uso consuntivo de una planta determinada, es preciso realizar

experimentos que incluyen diferentes niveles de humedad, fertilidad y
densidad de siembra para definir finalmente la evapotranspiración que
corresponde al máximo rendimiento alcanzable económicamente.

Desde comienzos del siglo se han venido realizando investigaciones para

cuantificar y predecir los efectos hidrológicos debidos a los cambios en el uso
del terreno; en la actualidad, no hay dudas sobre los efectos que los cambios en
el uso del terreno pueden tener en la evapotranspiración anual y en su
comportamiento estacional, sin embargo, existen considerables desacuerdos en
la literatura especializada sobre las relativas importancias del clima, vegetación
y suelo, en el control de la evapotranspiración.
Para determinar e uso consuntivo se toman en cuenta dos métodos, los cuales
son los mas comunmente usados y se clasifican indirectos y teóricos – empíricos
propuestos por los investigadores Thornthwaite y Blaney y Criddle, basados en
las relaciones entre la radiación solar, la temperatura y el tipo de planta;
después de eliminar otros factores, como la humedad relativa del aire y la
velocidad del viento a diferentes alturas sobre las superficies cubiertas que si
bien son importantes, se reflejan indirectamente en los demás factores.