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LA CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDADES EN EL CONTEXTO ACTUAL.

ALCANCES Y
CONSECUENCIAS EN SALUD Y EDUCACIÓN
Adriana Sismondi
sismondi@uol.com.ar
Claudia Torcomian
Facultad de Psicología - UNC
ctorcomian@hotmail.com
Introducción

La presente ponencia es resultado de un recorrido que comprende por un lado, la inquietud surgida en el
trabajo que se realizara en cursos de extensión a docentes1[1] y por otro, las indagaciones teóricas
efectuadas con el objetivo de sistematizar las recurrentes demandas sobre las dificultades presentadas en
los procesos de enseñanza aprendizaje, manifestadas en el discurso de los profesores y maestros.

Muchas de estas dificultades, giran alrededor de la falta de interés de los estudiantes por aprender en el
ámbito formal, sus repercusiones en el proceso de enseñanza aprendizaje y en la salud de los sujetos que
intervienen en él. Entre otras cosas, aparece la falta de placer, la indiferencia, dificultades en la comprensión,
con su expresión a edades cada vez más tempranas.

Paradójicamente estos niños y adolescentes presentan capacidad para apropiarse de nuevos contenidos
producidos por los avances tecnológicos, tales como los ciberjuegos, los chateos mediante el acceso a
Internet, para los cuales muestran gran interés, destreza y motivación, lo que aparece como falta en el
ámbito de la educación formal.

A partir del rastreo bibliográfico, se elaboraron algunos dispositivos de indagación para docentes y para
alumnos, que permitieran abordar el problema y este avance favoreció la construcción de algunos
indicadores que posibilitaron vincular el tema no sólo con los aspectos educativos, sino con los referidos al
bienestar/ malestar, salud / enfermedad, con el modo de construir las identidades individuales y sociales.

Los dispositivos metodológicos para la indagación fueron variados : se formularon para docentes protocolos
para que narraran situaciones problemáticas sobre las dificultades de los alumnos y sobre las intervenciones
estratégicas que usaban para resolverlas ; cuestionarios sobre las modalidades de enseñar y aprender, sobre
el uso de los medios masivos de comunicación para las actividades áulicas, sobre sus propios conocimientos

1[1]
Los Cursos de Extensión a docentes se realizan desde el año 1999 en la Facultad de Psicología de la
Universidad Nacional de Córdoba, en un equipo del que las autoras forman parte junto al Lic. Horacio
Maldonado.
respecto a programas televisivos y al uso de la computadora (Internet) para la enseñanza y también
entrevistas sobre las situaciones de sobremalestar 2[2] que enfrentaban cotidianamente en el ámbito
institucional.

Con los alumnos, se trabajó con la modalidad de taller acerca de los más variados temas, entre los que se
pueden mencionar el lugar del aprendizaje para ellos, el valor transmitido por las familias respecto de la
escuela, análisis de publicidades y programas televisivos (tanto en el nivel primario como secundario) ;
también se utilizó la entrevista para indagar acerca de las actividades cotidianas durante la semana y en los
fines de semana y cuáles eran, para ellos, placenteras o displacenteras.

Por otra parte, el presente ensayo intenta articular la teoría con modos de intervenir en, o transformar la
realidad.

Algunas relaciones entre el desarrollo de la subjetividad y el contexto

Parece fundamental citar la relación existente entre el desarrollo de la subjetividad y las características
particulares del contexto actual. Para ello es necesario tener en cuenta algunos aportes psicoanalíticos y
antropológicos, que sirven de marco para este análisis.

El niño nace en una familia inserta en una trama social determinada. Esto se deriva en distintas relaciones.
Necesita para la sobrevivencia la presencia de Otro. De otro que intervenga es su proceso de humanización.

Se convierte en el objeto del deseo de ese Otro, viene a completar la falta de la madre, y constituye su deseo
con respecto del Otro. Esto quiere decir en el sentido psicológico, que el sujeto se constituye a partir de las
relaciones primordiales que articulan al ser humano al otro humano y que lo determina.

La manera en la que el bebé y la madre se relacionan va marcando el desarrollo del mismo. Madre e hijo
conforman de partida una unidad inseparable. A partir del nacimiento y del primer contacto, la madre le ofrece
un universo de alimento, contactos (el abrazo), palabras, que sostienen al bebé, ligando la angustia para
superar el desamparo inicial. Esta plenitud, primera experiencia de satisfacción, es la que el sujeto buscará
recuperar en sus próximas experiencias.

Pero es necesario que en el proceso de constitución subjetiva se sucedan dos operaciones. La alineación y
la separación. Dicha sucesión se dará de un modo circular, permitiendo el pasaje de ser biológico a ser
parlante y social, es decir, específicamente humano.

En la primera, el bebé tiene la ilusión de ser uno con su madre. Su boca aparece en continuidad al pecho
materno, dando lugar a la experiencia mítica de satisfacción, a la que se hace referencia anteriormente.

2[2]
Concepto construido a partir de la noción de malestar en la cultura de Freud, para indicar un plus de
malestar que obstaculiza la posibilidad de crear y recrear la cultura y que genera impotencia para modificar la
realidad.
A la segunda operación, el sujeto arriba cuando cae en la cuenta que esa pareja primitiva es por esencia
alienante, y requiere de la intervención del tercero, es decir del padre. Para que pueda haber separación, tuvo
que primero haber unión, simbiosis inicial, siendo además necesario la alternancia entre la presencia y la
ausencia para que se inscriba la falta y posteriormente su aparición no espante.

Winicott aporta la idea que la tarea principal en el cuidado de un niño consiste en desilusionarlo más allá de
ofrecer la oportunidad para la ilusión.

Este vínculo se entreteje con una madre portadora de una cultura. Ella transmite, en la constitución
subjetiva, los modos culturales en los cuales está inserta. Freud dice al respecto que el acceso a la cultura
exige para su supervivencia el sacrificio de las pulsiones, impulsos ; impone insatisfacciones a los sujetos
(impulsos destructivos, agresivos inherentes a la condición humana).

Estos sacrificios y renuncias van constituyendo junto con las aspiraciones del sujeto y el hiato existente
para la realización de las mismas un movimiento de búsqueda permanente, el deseo.

El malestar en la cultura no se caracteriza sólo por el sufrimiento, sino que promueve el deseo, que sería
equivalente a la búsqueda de satisfacciones que no se alcanzan jamás, porque aquella primera experiencia
es irrepetible. Motor de la vida psíquica, de la creatividad, a partir de la falta.

Cada época produce sus propias formas de sufrimiento y ésta tiene características particulares a tener en
cuenta.

Existe una gran polémica al respecto de considerar estos tiempos que estamos transcurriendo como una
nueva época.

Algunos autores cuando analizan los cambios acaecidos durante el siglo XX, prefieren hablar de un proceso
de desmodernización, otros en cambio utilizan el término sobremodernidad y algunos otros (que son la
mayoría) definen estos tiempos como postmodernos. Sin embargo, en todos los casos, es posible sostener
que remite siempre a considerar la idea de una ruptura con la modernidad o una exacerbación de la misma.
Esta dificultad en encontrar una palabra para definir esta época, en sí misma, muestra la complejidad para
delimitar la profundidad de transformaciones que están sucediendo.

Este fenómeno mundial se da de manera diferenciada en el Primer Mundo y en el resto. No es lo mismo la


sobre / postmodernidad opulenta del Primer Mundo que el subdesarrollo postmoderno del Tercer Mundo, de
nuestro continente.

El contexto actual se caracteriza por sostener ideologías ligadas al consumo, a la inmediatez, la levedad, la
imagen, el pragmatismo y la juventud, entre otras.

Estos ideales inciden en el proceso de construcción de identidades individuales y sociales.


Son útiles algunos ejes como analizadores de la relación contexto / construcción de la identidad :

  Tiempo
  Espacio
  Corporeidad
  Consumo
- La noción de tiempo: el tiempo que se construye en la actualidad, es el tiempo de la ahoridad, tiempo que
transcurre con rapidez, tiempo de felicidad, propio de los medios de comunicación. Se modifica el tiempo
destinado a:

  los juegos tradicionales / espontáneos por jugar a videos juegos o en espacios cerrados
  el tiempo destinado a leer y a estudiar, por tiempo para mirar televisión y / o navegar por
internet.
  el tiempo de juegos deportivos callejeros por espacios de prácticas deportivas regladas en
instituciones específicas
  También la alternancia del tiempo de trabajo y de descanso
  Se anulan o acortan los tiempos de espera

- La noción de espacio: La idea de achicamiento del planeta, modifica la noción global de los espacios
geográficos.

  Los lugares son incorporados como fragmentos sin articulación.


  Desaparece la dinámica de relaciones en espacios comunes.
  Los espacios se dividen por clases sociales de manera marcada.
  Aparecen grandes espacios de anonimato
  Se transforma la idea de casa en un lugar de estancia entre actividades.

- La construcción de la imagen corporal: se aspira a mantener un cuerpo sano, joven y hermoso que
pueda ser exhibido.

  Gran desarrollo de técnicas para mantener la esbeltez desde edades tempranas.


  Se niega el paso de los años y las marcas que éstos dejan.
  Hay un borramiento de las diferencias entre niños, adolescentes y adultos jóvenes, en
cuestiones de vestimenta, hábitos y arreglo en general.
  Cambiamos al adulto en miniatura de la Edad Media (refiriéndonos a los niños vistos como
adultos en aquel entonces), por adultos y niños, adolescentes en la época actual.

- Consumo: el desarrollo de la subjetividad sufre transformaciones mediadas por el consumo (o el


consumismo) como diferenciador y organizador social.
Así, se construyen identidades marcadas por una cultura adictiva, para las cuales la percepción del proceso
de salud y enfermedad por parte de los sujetos se ve modificada. El contexto social actual ofrece a los
sujetos, a través de distintos mecanismos, la ilusión de satisfacción a través del consumo de una serie de
objetos. Esta se enlaza con aquella primera experiencia de satisfacción que se mencionara con anterioridad,
la satisfacción de la necesidad al ir acompañada de un plus, se enlaza con esta oferta ilusoria. La ilusión
actúa como señuelo ofreciendo una posibilidad de alcanzar la plenitud a través de la incorporación de
diferentes objetos.

En el contexto actual la ilusión se conforma no sólo con relación a los objetos, bienes materiales y / o
simbólicos como tales, sino que va acompañada de la imagen de cómo se satisfacen los modelos de
identificación vigentes.

Frente a esto, algunas personas se satisfacen con ellos, pueden adquirirlos y otros se tienen que contentar
con la fantasía de creer que consumiendo determinados bienes podrán alcanzar la felicidad como aquellos
modelos, ya que en la realidad son inalcanzables.

Más adelante se retornará sobre este eje para un análisis más detallado.

El futuro es incierto e impregna la propia subjetividad, el proyecto vital. El presente muestra un futuro de
alineación y sin sentido. Tanto en las cuestiones relativas a la salud como a los procesos educativos se han
visto impactados por los crecientes avances tecnológicos; sin embargo éstos no han proporcionado aún el
bienestar esperado para todos los sectores.

Es por ello que se consideran que estos cuatro analizadores, ven favorecida su incidencia por otro elemento
que actúa como mediatizador de aquellos y que los atraviesa. Este vehiculizador de gran presencia en la
segunda parte del siglo XX se ha caracterizado por la explosión de avances tecnológicos y científicos . Un
breve recorrido del mismo, tomando como ejemplo la TV y la computadora, permite visualizar la rapidez con
que en las últimas décadas éstos, alcanzan a grandes masas de la población: desde la primera transmisión
por televisión en 1923, hasta su impacto masivo en el mundo en la década de los ’60, la llegada del color en
los fines de los “70, hasta la antena satelital en la década de los noventa. Del mismo modo, se advierte lo
vertiginoso de los cambios desde la primera computadora en el ’50 hasta la pentium 4 en el 2000.

Sin entrar en detalle de estos procesos de producción es posible afirmar que esta expansión tecnológica
modifica los modelos de crear y reproducir la cultura. A modo de ejemplo, hoy que un niño ve 900 horas
promedio anuales de televisión contra 700 hs promedio de concurrencia a las escuelas.

En la actualidad, la ilusión de satisfacción a través del consumo posible, con su contraparte de insatisfacción,
está favorecida por los Medios Masivos de Comunicación que juegan un papel importante e indiscutible. La
masividad de éstos y el incremento del tiempo destinado a mirar televisión, que hoy ocupa gran parte del
tiempo libre que en otra época se destinaba a otras formas de recreación, enfrentan a todos, ricos y
pobres, ofreciendo una imagen ficticia de lo que puede ser, a la ilusión de plenitud a partir de la
incorporación de bienes.

La multiplicación de los mismos se incrementa día a día, como así también, frente a esta crisis económica, la
imposibilidad de alcanzarlos, al menos para algunos, que cada vez son más. Esta realidad hace que todos
los sujetos estén expuestos al embate que, desde la publicidad y de los nuevos ideales imperantes, se
promueve. Sin embargo aparecen dos posiciones extremas, claramente distinguibles, la clase dominante con
exceso de posibilidades y la fantasía de poder tenerlo todo (ausencia de castración con la imposibilidad y el
desinterés de ingresar a la cultura) y las clases subalternas con exceso, pero de frustración (exclusión social).

En el campo de la constitución subjetiva, la oferta precede la demanda. Esto guarda relación directa con las
características de una sociedad de consumo, ya que lo que interesa es el producto que se oferta. Hay una
saturación por vía de la cultura del espacio creativo. Los ideales de la cultura forman parte de lo ideológico, y
son incorporados durante el desarrollo del sujeto a través del yo ideal o del ideal del yo. En el primer caso, se
comporta como yo narcisista infantil que ejerce poder alienante sobre el sujeto, son ideales totalizantes,
difíciles de cuestionar, que homogenizan a los sujetos. En el ideal del yo, en cambio, esos ideales motorizan
la circulación deseante sin obturar la singularidad, ya que el sujeto a partir del otro lo va transformando en
propio.

Acerca del consumo y del consumismo

Vale la pena hacer una diferenciación importante con respecto del consumo y del consumismo. El consumo
podría definirse como punto final del proceso de reproducción del capital y del trabajo en el sistema
capitalista. Es un proceso social de apropiación de los productos, proceso de lucha entre las clases por
participar en la distribución de los bienes y la satisfacción de las necesidades.

En el análisis del consumo se pueden realizar las siguientes consideraciones:

  A través del consumo se produce la reproducción de la fuerza del trabajo y la expansión del
capital. No es la demanda lo que genera la oferta y por tanto la producción, sino que el sistema
se organiza de acuerdo con la estrategia del mercado de la clase hegemónica. Las mismas
presentan la necesidad de expandir el capital y las clases populares exigen participar –de alguna
manera- en forma creciente en la educación, en la apropiación de bienes materiales y simbólicos,
en la apropiación de la cultura.
  Así mismo, es por el consumo que se produce la diferenciación social y la distinción
simbólica entre las clases. No es por los bienes en sí mismos, sino por el modo en que los
sujetos se apropian de ellos y el valor que le otorgan.

  Relacionado con el punto anterior, para que el bien a consumir se convierta en un símbolo
compartido cultural y socialmente debe ser integrado al sistema de comunicación a los fines que
se produzca la dialéctica entre integración social y diferenciación social.

  Por último, es necesario insistir que el consumo se basa en la diferencia existente entre
necesidad y deseo, y que la oferta ininterrumpida de bienes o productos, mantienen una relación
dialéctica entre ésta y la búsqueda de satisfacción del deseo (y no de la necesidad) lo que obtura
o favorece la organización o la desorganización social a través del consumo.

El consumismo es una deformación del consumo, genera una actitud adictiva a consumir, bienes materiales y
simbólicos, a partir de la cual los sujetos se homogenizan, perdiendo autonomía y singularidad. El sujeto de
esta época es proclive a ligarse a algunos de los ideales a corto plazo que la misma propone, entre otros
aquellos que se hallan en conexión con el consumo, fuertemente promovido por la cultura dominante.

El tema que se aborda requiere establecer conexiones entre esta descripción de sobreabundancia y la
consecuente sobre exigencia en el desarrollo de la subjetividad.

El consumo, entendido como consumismo, sienta las bases para una cultura adictiva, no limitada al mundo de
la droga o el alcohol, en la cual todo parece posible de obtener haciéndose cada vez más vertiginoso el
consumo de objetos, de imágenes, de placeres, de informaciones o de ocio programado, con el objetivo de
saciar el deseo y con el supuesto de saciar absolutamente la demanda. En todo caso, en algunas
adicciones3[3] se podría pensar que, desde la subjetividad, esto hablará de una desilusión no habida, de una
imposibilidad de separación, enlazada con las característica alienantes del contexto.

La sobremodernidad gira en torno de este gran organizador. Los hombres entran en la carrera por el nivel de
vida, influenciados por los medios masivos de comunicación y la publicidad. Se impone por esta vía una
cultura de la imagen. “La lógica del consumo destruye la cultura, pues no pretende convertir a los hombres en
sujetos autónomos sino en buenos consumidores.” (Finkielkraut en Pérez Gómez)

¿Tiene una lógica el consumo?

Sí, posee una lógica propia que forma parte de nuestra cotidianeidad. Casi sin darse cuenta adhiriendo o no a
esto o aquello, los sujetos se van sumergiendo en su funcionamiento y reproducen algunos de los
3[3]
Se entiende aquí por adicciones no sólo las referidas al consumo de bienes materiales o simbólicos y no
sólo a fármacos o alcohol.
comportamientos esperados por él. Son conocidas las diferencias cuantitativas y cualitativas que median
entre quienes no logran acceder a un consumo mínimo ligado a la satisfacción de las necesidades básicas y a
la subsistencia elemental y quienes, desde su privilegio social, ostentan sofisticados niveles de consumismo
exacerbado.

El consumo es un diferenciador social, algunos pueden proveerse de muchos de los bienes ofertados,
mientras que la mayoría sólo puede acceder a una satisfacción mirando imágenes televisivas de objetos y
estilos de vida que saben que son accesibles para otros, pero -al mismo tiempo- siguen ilusionados con
alcanzarlas. Algunos pueden y otros sólo se ilusionan.

Se puede afirmar que con la sobreabundancia de publicidad y de necesidades fabricadas se ha modificado


aquello conocido como necesidad básica para la subsistencia, cambia el concepto de necesidad.

Y hoy es otro el abanico de necesidades que creen los padres, los adultos, deben tener sus hijos para poder
ser, para poder tener un lugar y de esto rápidamente, día a día, se impregna la vida de niños y adolescentes.

Así para las clases pudientes aparecen las escuelas de doble escolaridad y las actividades extraescolares,
donde toda clase de estímulos serán proporcionados, a veces a un ritmo deslumbrante. Para otros grupos /
clases sociales, la vía de acceso puede presentarse con otras actividades . Un claro ejemplo es lo que
sucede con el fútbol infantil, su organización, la ropa deportiva y la pirámide que se enangosta y cierra para
aquellos que no participan de los mismos, respetando las nuevas reglas del juego, excluyéndolos de la
posibilidad de participación. De esta forma, en los últimos años, el consumo va dirigido fuertemente a las
poblaciones de adolescentes y niños que hoy comienzan tempranamente a desarrollar toda clase de
actividades en el mismo marco que lo hacen los adultos.

Al respecto de las necesidades, es necesario decir, coincidiendo con García Canclini, que éstas nos son
atributos de la naturaleza, se construyen socialmente ; el modo de satisfacerlas requiere una elaboración
psicosocial de los deseos. También corresponde señalar que la reproducción de la mayoría de los bienes está
relacionada con la reproducción de capital, no habiendo correspondencia natural entre necesidad y objetos
diseñados para satisfacerlas.

El autor agrega que hombres y mujeres perciben que muchas preguntas propias de los ciudadanos se
contestan más en el consumo privado de bienes y servicios y de los medios masivos que en la participación
colectiva en los espacios públicos. “Nos sentimos convocados como consumidores, más que como
ciudadanos”.(García Canclini, 1995)

Esta situación se ve agravada en el momento actual, en particular en países como la Argentina. Con esta
cantidad de necesidades fabricadas, y el plus provocado por la indignación de sentir que son otros los que se
quedan con lo propio, los que podrán a partir de la corrupción y la injusticia alcanzar lo que para la mayoría
tendrá que convertirse en fantasía.

Por un lado, entonces, las necesidades básicas insatisfechas en un gran números de sujetos. Por otro lado, la
situación amenazante de pasar a engrosar el grupo de quienes no gozan de la posibilidad de satisfacer sus
necesidades básicas, más todas las necesidades creadas a través del contexto. Esto incrementa el nivel de
sobremalestar , entendido como concepto que implica una plus de malestar, de dolor, sufrimiento que sería
innecesario pero que aparece como imposible de ser controlado y que implica impotencia por parte de los
actores sociales para impedir su surgimiento.

La producción del conocimiento y la salud en el contexto actual.

Del análisis precedente, cabe reflexionar sobre los efectos de las modificaciones en el desarrollo de la
subjetividad, la construcción de identidades individuales y sociales con relación a la producción del
conocimiento y las nuevas expresiones de sobremalestar que aquejan a todos los actores sociales, de
manera singular.

De tal manera se favorece aquellas manifestaciones conocidas como supuestas patologías de la


sobremodernidad, que van desde las conductas adictivas extremas a distintos objetos, como a su contracara,
la no adicción extrema, la anorexia, anorexia de alimentos y de otros bienes simbólicos. Y en el sistema
escolar, la evasión del conocimiento, el desinterés, la falta de creatividad, la imposibilidad de producir nuevos
conocimientos y el aburrimiento.

El mismo aparece como expresión generalizada en niños y adolescentes, en el contexto escolar y fuera del
mismo. El aburrimiento como queja, como sustituto de angustia, como apatía o indiferencia muy común en
estos tiempos, se sostiene como una demanda que no interrumpa la oferta.

Al análisis del aburrimiento y la apatía dentro de la escuela cabe agregarle la siguiente consideración. Si
antes los conocimientos sobre los temas importantes se aprendían en la escuela, hoy éstos pueden obtenerse
por otras vías. La información corre rápidamente a través de los medios de comunicación, los avances
científicos, gracias a la tecnología digital y a Internet, están en poco tiempo al alcance de muchos. Esto
cambió el lugar histórico asignado a la escuela como centro desde donde el conocimiento se repartía,
quedando retrasada tanto en los contenidos curriculares como en las estrategias utilizadas para el acceso a
los mismos.

El consumo se potencia dando lugar a verdaderas bulimias consumistas, aquello que es fuente de confort y
placer para quien puede satisfacer en este sentido, deviene compulsividad impostergable. Otra forma de
adicción, reservada diferencialmente según las clases sociales, pero que siempre implicará una lucha palmo a
palmo, hasta consumir buena parte de la propia vida en su consecución.

Hay que hacer la salvedad que en la mejor de las situaciones sociales hubo y habrá adictos. El problema es la
masividad de adictos. Entones, al análisis de nuestra actualidad hay que agregarle una cuestión muy simple y
muy fuerte: a la gente, a los jóvenes les falta una situación proyectiva.

Vale recurrir a la etimología de la palabra adicto. En latín significa esclavo, esclavo por deudas contraídas.
Estas deudas eran imposibles de pagar con trabajo; y se observa que ésta es la situación de muchos
argentinos, y del país mismo.

Esto, a su vez, tiene incidencia en las prácticas educativas las que debieran promover nuevas formas de
intervención para la producción del conocimiento, del sentido y de las significaciones en la formación de
sujetos autónomos y críticos.

Para ello la escuela tendría que considerar la creciente complejización del mundo actual. La función de la
misma adquiere un nuevo sentido fundamental : tanto en la construcción de subjetividades pensantes, como
saludables.

La escuela tendría la posibilidad de fracturar el proceso de homogenización, atendiendo a la diversidad e


introduciendo el pensamiento crítico y autónomo. Así brindaría herramientas para que no se obture el deseo
de aprender, de vivir y se promueva el bienestar psíquico y físico. Como todas las cosas, debiera ser
abordado tempranamente, desde los primeros años escolares. Una de las formas, es con proyectos. Y
proyectos significa posibilidades, abrir las perspectivas y comprometerse con un objetivo alcanzable.

La adolescencia es una etapa proclive a la evasión de lo que produce insatisfacción o sufrimiento y la adicción
o la dependencia a determinados objetos, sustancias, etc. suelen ser una alternativa que produce alivio,
supliendo carencias simbólicas y otras no tan simbólicas. Sin embargo, la promoción de este estilo de trabajo
debe iniciarse mucho antes de esta etapa, para que realmente surta efecto.

La sociedad carente de proyectos, ha perdido su capacidad como tal, transformándose muchas veces sólo en
agrupamientos de individuos.

Los emprendimientos escolares en pequeños proyectos que les devuelvan de alguna manera, el sentimiento
de que existe la posibilidad de reestablecer los vínculos sociales alrededor de algunos objetivos, pueden
salvaguardar a los adolescentes. Los emprendimientos por pequeños que parezcan pueden ser grandes en
posibilidades, ya que ofrecen la alternativa de ligarse a la vida y que por su intermedio, se organice un
colectivo que no sea tan solo amontonamiento. Entonces algunas actividades re-adquirirán sentido.
Hoy los chicos y los adolescentes no tienen la ilusión de hacer cosas importantes con lo que aprenden y
muchos padres sienten que la escuela no dará posibilidades mejores a sus hijos. Entonces, la posibilidad
está en empujar la barrera de lo posible, generando modos de vencer obstáculos.

La escuela es uno de los únicos lugares desde los cuales se puede enseñar a pensar, tiene un papel
protagónico en la producción de pensamientos, subjetividades e inteligencia. Es condición necesaria para ello
que el docente también se recupere como sujeto crítico y autónomo para que diminuya el sobremalestar que
lo inhabilita en su práctica cotidiana.

Con respecto a pensar la promoción de nuevos modos de acceder al conocimiento, no es una cuestión de
modificar factores puntuales de riesgo o conductas desviadas. En sus raíces significa modificaciones de fondo
en la cultura, en las prácticas políticas y educativas, en el ordenamiento económico y en la institucionalidad
vigente. Intentar reconocer los trasfondos reales, interpretar críticamente los mensajes transmitidos por los
medios de comunicación social. Su comprensión permitiría medidas y acciones de corto, mediano o largo
alcance.

Algunas alternativas para pensar las transformaciones de fondo en la cultura a la que se hacía referencia
serían: ampliación temática, rigurosidad técnico-científica, participación ciudadana, madurez frente al Estado,
defensa de la vida, promoción de la salud, prioridad de la realidad, democratización del saber y de las
prácticas, lucha por la sobrevivencia digna, convivencia tolerante en espacios interpersonales, sociales e
internacionales. Otra sería el planteo de la inadecuación del curriculum a las necesidades de los alumnos en
este contexto actual.

La escuela tiene que recuperar su papel fundamental en la construcción de inteligencia, promoviendo un estilo
de vida saludable, generar modos de vencer los obstáculos aceptando la incertidumbre de estos tiempos y
construir pensamiento sabio.

Quedan por resolver muchos interrogantes, entre los que se pueden mencionar a modo de ejemplo algunos
de los que, a criterio de las expositoras del presente ensayo por el resultado de las indagaciones y reflexiones
hechas hasta aquí, son de importancia decisiva para que se produzcan las transformaciones aludidas :

  Es que las formas de acceder al conocimiento y a la cultura mediatizadas por la tecnologías


modifican el formato con el que los sujetos aprenden ?

  Es la apatía e indiferencia un mecanismo de obturación del aprendizaje o de equilibración


entre el sistema tradicional y el actual ?

Vale , para cerrar, recuperar este párrafo que aporta Ulloa y que ilumina la cuestión “Estos son recursos para
no quedar fascinados a merced de ningún poder soberano y para no perder las tres condiciones básicas de la
salud mental: el valor cotidiano para vivir, la inteligencia y el placer. Estas condiciones, por sí solas, no salvan
el mundo. Pero, sin ellas, el mundo no se salva”.

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