Problema:
INDICE:
o Los procesos históricos de industrialización
o La industrialización en la segunda mitad del siglo XIX
o Gran Bretaña y la inserción de nuevos países a la industrialización: Modelos.
-La consolidación del capitalismo
o Las consecuencias de la segunda fase de la revolución industrial.
LOS PROCESOS HISTORICOS DE INDUSTRIALIZACIÓN:
En los textos de María Inés Barbero, se define a la Revolución Industrial como las
fases iniciales del proceso de industrialización en el largo plazo y señala que los dos
criterios centrales para definirla son:
- La aceleración del crecimiento de la economía en su conjunto
- La verificación de cambios estructurales dentro de ella.
Además, consiste en un proceso de cambio estructural en el que se combinan:
a) El crecimiento económico
b) La innovación tecnológica y organizativa.
c) Profundas transformaciones culturales y en la sociedad.
Según Hobsbawm, en la segunda parte del siglo, tanto en el proceso como los
resultados de la difusión internacional de la tecnología fueron muy diferentes que llevó
a Gran Bretaña a perder su supremacía industrial. “Establecer una economía
industrial, no es lo mismo que manejar la existente”. Siguiendo a Hobsbawm
considera que la revolución industrial británica no fue de ningún modo solo algodón.
Este fue el iniciador del cambio industrial y la base de las primeras regiones que no
hubieran existido a no ser por la industrialización, y que determinaron una nueva forma
de sociedad. Sin embargo, dos sectores experimentaron los primeros cambios
revolucionarios en la tecnología y la organización económica: la industria del algodón y
la del hierro. La primera pasó, de tener un papel insignificante a ser la principal
actividad manufacturera, y fue el primer sector que utilizó máquinas en gran escala.
El sistema de fábrica no suplantó rápidamente a la industria doméstica. El aumento de
la producción provenía sobre todo del trabajo a domicilio: los trabajadores preferían
este sistema a la fábrica, y los empresarios eran reacios a incrementar su inversión en
capital fijo.
La mecanización de la industria algodonera concluyó recién hacia 1850. En el sector
metalúrgico tuvo un crecimiento mucho menor que el del algodón, pero su peso fue
decisivo porque la creciente oferta de metal barato facilitó la mecanización de las otras
industrias, la difusión de la máquina a vapor y la transformación de los medios de
transporte.
La revolución industrial no hubiera sido posible sin una precedente “revolución
agrícola”, “nueva agricultura”. Esta consistió en la combinación de tres elementos:
- La introducción de nuevos cultivos
- La alimentación de la ganadería en establos
- La supresión del barbecho
El desarrollo de este proceso fue lento e irregular, afectando más a unas regiones que
otras, pero la difusión de las innovaciones se veía trabada por la falta de capitales, la
dispersión de las parcelas y la resistencia de los campesinos a las nuevas prácticas.
Gran parte del avance industrial comenzó con la expansión de las industrias
artesanales a través del sistema de industria a domicilio. Desde mediados del siglo
XVII se habían destinado fuertes inversiones públicas y privadas a la extensión del
sistema fluvial y a la construcción de nuevos puentes y carreteras; esté proceso se
aceleró en el siglo siguiente. Desde principios del siglo XVIII fueron introduciéndose
importantes innovaciones tecnológicas en la metalurgia del hierro, que permitieron
obtener un producto más resistente y más barato. La producción de hierro se
multiplico por cien entre 1760 y 1850. Gracias al abaratamiento del precio, su consumo
se incrementó, destinándose en parte a la fabricación de maquinaria agrícola e
industrial.
Las primeras fábricas que nacieron a fines del siglo XVIII para la producción de hilado
de algodón utilizaron la energía hidráulica, y ésta siguió teniendo por mucho tiempo un
rol primordial en la producción manufacturera, no solo en Inglaterra sino en todos los
países industrializados.
Otra fuente de energía, fue el vapor como para impulsar los nuevos medios de
transporte: los ferrocarriles y los barcos. Las primeras máquinas a vapor comenzaron
a emplearse desde principios del siglo XVIII en la minería. El carbón tuvo una
importancia decisiva, se utilizó como combustible en las máquinas de vapor, como
fuente de calor y de transformaciones químicas en la industria del hierro. El carbón
cumplió un papel decisivo en el desarrollo de nuevos medios de transporte, los
primeros ferrocarriles fueron construidos para acarrear el carbón; a partir de 1830 se
inauguran las primeras líneas ferroviarias para transporte de cargas y de pasajeros.
Según Luís Martín los principales países en insertarse en este proceso fueron:
Alemania, Estados Unidos y Japón; luego, Rusia y España:
Modelo alemán:
- Se reforzó la cohesión económica.
- Hubo una unificación de la moneda
- Extensión de la red ferroviaria
La economía experimentó una expansión muy rápida como: la fundación de
numerosos bancos, de sociedades accionistas y grandes consorcios industriales. Tras
estallar la crisis bursátil de 1873 (La Gran Depresión de 1873 fue una crisis económica
de alcance mundial, que se hizo sentir con mayor intensidad en Europa y Estados
Unidos, que habían estado bajo un fuerte ciclo de crecimiento económico alimentado
por la Segunda revolución industrial y la terminación de la Guerra civil de Estados
Unidos.) siguió un largo periodo de depresión, que se caracterizó por la caída de los
precios, numerosas quiebras, una disminución de la actividad industrial y graves
dificultades en el sector agrícola. La desaparición de numerosas empresas llevó a una
mayor concentración industrial y bancaria, y el abandono del librecambismo, tras la
adopción del proteccionismo en 1879 que convirtió a Alemania en un bloque
económico. A partir de 1880, Alemania volvió a experimentar una fuerte expansión
industrial y empezó a dirigir su atención hacia los países de ultramar: China, Turquía y
África. Esta reactivación se consolido en los años noventa y desde entonces el
crecimiento no cesó hasta 1914. La concentración del mercado financiero en manos
de un reducido número de grandes bancos de negocios permitió la financiación de
empresas. Sin sacrificar su agricultura (con la ayuda del Estado y agrupados en
poderosas asociaciones, los agricultores extendieron las superficies cultivadas y
mejoraron la productividad), Alemania se convirtió a partir de 1900 en la segunda
potencia industrial del mundo. La industria representaba más de la mitad en la renta
nacional. Los sectores más dinámicos eran el minero, el siderúrgico, las industrias
mecánicas, químicas y eléctricas.
Modelo de Estados Unidos: Desde 1870 hasta la Primera Guerra Mundial, tuvo un
desarrollo económico espectacular que precipitó la expansión agrícola hacia las
regiones deshabitadas o en manos de los indios. Estados Unidos se convirtió en la
primera potencia industrial del mundo y en el país de las ciudades gigantes. Esta
rápida industrialización iba a dar al país una fisonomía nueva: el artesano
desaparecerá, se creaban sociedades gigantes que pronto adquirieron la forma de
trusts (varias empresas que producen los mismos productos se unen formando una
sola empresa. Esta tiende a controlar un sector económico y ejercer en lo posible el
poder del monopolio) y alcanzaron un poder considerable, se impuso la división del
trabajo y el especialista, la inmigración creció de manera arrolladora y apareció una
nueva clase social: las masas de obreros. Frente a este peligro, se votaron diversas
leyes destinadas a proteger la libre competencia contra las actividades monopolísticas
y controlar la actuación de los grandes trusts, se creó un banco central que limitaba la
influencia de los poderosos sectores financieros y se fortaleció la independencia y
competencia del aparato administrativo público.
El Modelo Japonés: Japón abierto a las relaciones con el exterior a partir de 1853.
Las transformaciones fueron rápidas: la apertura del acceso a los distintos oficios,
adquisidor de técnicas modernas, declaración de obligatoriedad en la enseñanza
primaria, multiplicación de la prensa periódica, elaboración de una Nueva Constitución,
emergencia de empresas industriales, construcción de ferrocarriles y de industrias
metalúrgicas por el Estado, radical aumento del comercio, elevación generalizada del
nivel de vida, explosión demográfica, formación del imperialismo japonés, ferrocarriles,
rutas terrestres, compañías de navegación, desarrollo de las extracciones mineras y
grandes empresas, formación de la mano de obra y de trabajadores cualificados,
instalación de talleres estatales, fueron algunas de las tareas promovidas por las
nuevas autoridades y financieras en gran parte por el tesoro Público. Se extendió y
mejoro la red financiera, tanto nacional como privada. En 1882 se creaba el Banco de
Japón y en 1900 nacía el Banco Industrial de Japón para atender los asuntos
industriales. Tras la victoria en la guerra de 1905 contra Rusia y los tratados firmados
con los principales países occidentales entre 1911-1912, Japón aumenta su
industrialización y sus intercambios comerciales, refuerza su liderazgo en el Pacifico y
se convierte en una verdadera potencia mundial.
El Modelo Ruso: En Rusia, tanto la situación económica como la social atribuyen, un
atraso bastante pronunciado. Su limitado desarrollo económico se había basado en las
exportaciones de trigo y de cereales en general. La exportación de cereales no dejaría
de crecer, dando el enorme potencial económico de Rusia. El proceso de
industrialización fue más rápido y disperso a partir de la década de 1890. Tendido
ferroviario, industria textil e industria de construcciones mecánicas, fueron los sectores
más dinámicos, con destino casi exclusivo al consumo interior. Como consecuencia
del enorme incremento demográfico y la conversión del sector agrario, en un
importante mercado para los productos industriales. Pero a pesar de su rápida
industrialización, como potencia industrial no cambio mucho, los resultados derivados
de la industrialización de ninguna manera podían compensar su atraso.
Las consecuencias de la industrialización.
Según Montero Díaz el marco cultural de Occidente durante el 1800 lo encuadra en
cuatro líneas:
1. la primera, es la herramienta ilustrada
2. la segunda, la nueva sensibilidad romántica,
3. la tercera establecerá una relación cada vez más estrecha con la
industrialización y mejora de las condiciones de vida.
4. La cuarta son las ideologías socialistas de carácter revolucionario y
materialista, que actuaran a modo de nueva religión intramundana, que aspira a
convertir a los hombres perfectos benefactores, liberándoles de las influencias del
estado y del sistema económico capitalista.
Consecuencias políticas-sociales: Europa como centro del mundo, teje una red de
relaciones que envuelven a todos los países. A partir de 1880, esta red de relaciones
se hacen evidentes por manifestaciones de esta poderosa fuerza expansiva que fue el
estallido imperialista que se distingue de la expansión colonial anterior, pero se
conecta con formas maduras de capitalismo industrial, que multiplican el poderío, la
capacidad expansiva y militar de los países europeos en primer lugar y luego en
Estados Unidos y Japón. Pero no todos asumieron una actitud de resignación o de
entusiasta adhesión a la política del imperialismo y ante la perspectiva de un conflicto
armado. El mayor número de opositores surgió de las filas del movimiento obreros,
que adquirirá una nueva dimensión y diversas tendencias o corrientes a partir de los
años sesenta.
Hasta ese momento, las organizaciones sindicales, habían canalizado las protestas y
reivindicaciones de una parte de los trabajadores, tratando de obtener el
reconocimiento legal de los sindicatos y la abolición de la desigualdad oficial entre
patronos y obreros. Los sindicalistas británicos, orientados hacia la acción política,
trataban de obtener el acceso de los obreros al electorado. El sindicalismo se fue
consolidando en los países más desarrollados, con una orientación de corte más
económica y social que política, centrándose en las reivindicaciones laborales
inmediatas. Fueron los partidos obreros los que levantarían la bandera de la lucha
política y de la revolución social. El marxismo triunfo en los partidos socialistas de
Europa continental. En los dos países occidentales, Inglaterra y Francia, en donde las
estructuras económicas y sociales eran más avanzadas y la lucha política se
desarrolla en el marco de instituciones liberales y parlamentarias más arraigadas, el
marxismo aun ejerciendo una notable influencia, no tenía una posición predominante
ni exclusiva en el campo socialista.
En Inglaterra era fuerte el movimiento de organización sindical, pero en el plano
político se expresaba apoyando las corrientes reformistas de los partidos tradicionales
(el cartismo), las tendencias radicales del partido liberal. En Francia, la situación era
compleja por la presencia de antiguas tradiciones de lucha popular, de ideales
igualitarios y socialistas, y de múltiples organizaciones. En otros países, como Italia y
España, la difusión y la hegemonía del marxismo en el movimiento popular y la débil
organización de los obreros industriales, se oponía la persistencia de tendencias
anarquistas. Fue Alemania, donde a través del prestigio y la fuerza de la social-
democracia, el marxismo triunfo más plenamente. Un problema decisivo fue el de las
relaciones de los partidos y organizaciones socialistas con las instituciones del Estado
burgués, las formas de participación política y de alianza con otras fuerzas se
convirtieron en el tema central del debate. Resultado de todo ello fue la aparición de
diversas tendencias o perspectivas, desde la más ortodoxa y que mantenía la lucha de
clases y el carácter revolucionario del partido, hasta otra de carácter revisionista, que
sostenía la necesidad de colaborar con las fuerzas progresistas de la burguesía:
renunciar a la perspectiva de la dictadura del proletariado y desarrollar las instituciones
democráticas. Un aspecto que va a adquirir una importancia creciente fue: la
intervención social de los gobiernos y el intervencionismo estatal. El Estado
desempeñara un papel cada vez más notable en la vida económica y social. Esta
intervención se produjo en gran medida bajo el imperativo de las preocupaciones
sociales. El primer ejemplo de ello lo constituye la reglamentación del trabajo y sobre
todo el de las mujeres y niños.
Consecuencias económicas: Como consecuencia de la crisis económica de 1873,
se inicia un periodo de descenso general de los precios. Este descenso de los precios
no estuvo acompañado de una reducción de la expansión de la producción y de los
intercambios. Por el contrario, en todas las ramas de actividad se asistió a la crisis
más o menos profunda de superproducción. Por otra parte, la competencia entre el
hierro y el acero provoco dobles empleos y sobre equipo hasta el triunfo del acero. El
elemento esencial fue la puesta en explotación acelerada de inmensas zonas vírgenes
producto de la expansión del imperialismo y a los progresos de los transportes, podían
inundar Europa de productos agrícolas a bajo precio. Esta fase se puede dar por
concluida en 1896. A partir de este año y hasta 1914 se inicia una nueva etapa, más
compleja. El desarrollo proseguía e incluso se aceleraba, la economía mundial se
diversificaba y se transformaba. Durante esos años se extiende un nuevo periodo de
alza de precios, alza moderada que coincidió con un aumento mucho más fuerte de la
producción de oro y con la consolidación del triunfo del oro frente a la plata. El receso
de la crisis económica dio paso a un periodo de crecimiento y fomento del comercio
como Alemania y Estados Unidos superaron en la competencia internacional a Reino
Unido. Por otro lado, los países nuevos desempeñaron un papel cada vez más
importante en el desarrollo mundial, este fue el caso de los dominios británicos o de
América Latina. Durante este periodo, hicieron su aparición una serie de fenómenos
que iban a dar a la economía del siglo XX unas características muy diferentes a las del
siglo XIX: un primer fenómeno fue el advenimiento de las grandes unidades
económicas. Esta novedad se produjo en aquellos países que alcanzaron la primera
industria, Estados Unidos y Alemania, mientras que Gran Bretaña y Francia
permanecían a la zaga en este terreno. Al hablar de concentración industrial es
preciso distinguir al menos dos tipos de organización: los trusts, que sugirieron en
Estados Unidos y los carteles, que se desarrollaron en su mayor amplitud en
Alemania. Los primeros fueron a menudo el producto de individualidades poderosas, y
los carteles tuvieron un carácter defensivo y colectivo. Hay que mencionar la
generalización del crédito y las nuevas formas que adopto. El siglo XIX, se
desarrollaron nuevas operaciones de crédito, los bancos vinculaban cada vez más su
suerte a la de las grandes empresas industriales, a las que sostenían y en cuya
gestión participaban a menudo.
Haciendo un recorrido, los primeros 50 años los ocupan los desarrollos culturales del
romanticismo en sus enfrentamientos con la primera modernidad de la Ilustración. De
manera simultánea, se producen avances continuos en todas las áreas científicas
como por ejemplo: el positivismo. A la vez se producía la reflexión filosófica sobre las
nuevas visiones que proporcionaban las ciencias como la física, la biología y las
matemáticas. Esta permeabilidad se manifestó en la aplicación de métodos y
resultados de unas áreas a otras como el darwinismo social.
En la época de la Ilustración, nació un nuevo estilo de pensamiento: el romanticismo.
La transición al siglo XIX está marcada por unos cambios radicales en el modo de
pensar, en el modo de hacer el arte, en el modo de explicar el mundo, la sociedad y el
hombre.
Según Villacorta y Racollin las actividades científicas llegaron a las postrimerías del
siglo XVIII todavía bajo el influjo del racionalismo enciclopédico y del movimiento
cientificista. La técnica siguió un camino paralelo e independiente de la ciencia. Su
contribución se dio en las estructuras productivas y del utillaje público y domestico de
la revolución industrial.
Sobre estas bases las ciencias naturales y sus métodos alcanzaron el centro de la
vida intelectual durante el siglo XIX, hasta llegar a fundamentar un nuevo tipo de
cientificismo, en el que los principios de la experimentación y del análisis matemático,
más que la razón filosófica abstracta, se convirtieron en la nueva guía de las ciencias
humanas y hasta de la creación artística. El laboratorio fue el centro de confluencia de
una red de intercambio científico y de relaciones personales e instituciones entre
grupos de trabajo, entre organismos, entre países, que sentaron las bases de una
comunidad científica de carácter internacional. Tres fueron los países líderes en esta
rama de las ciencias: Francia, aquí la enseñanza fue una organización centralizada y
burocratizada de la enseñanza, en cambio en Alemania era un régimen de regulada
libertad académica y de autogobierno universitario, por último en Estados Unidos
hacia la investigación básica y con mayor flexibilidad para responder a las
necesidades múltiples del sistema industrial.